CAPÍTULO 30: EL BOSQUE DE LOS SABIOS


Kakarot se despertó temprano, tanto que no había nadie levantado, ni siquiera Arcadis que dormía plácidamente junto a su bastón. Kakarot fue a desayunar, pero no había nadie, otra vez sentía a Luminex fuertemente, pero no había nadie allí y ni siquiera tenía su espada de la luz, Kakarot miró por todas partes, cuando ya no notaba su presencia éste se sentó en la silla. De repente Ragnarog entró en la cocina:

-Hola, ya me ha dicho Mike que tienes una nueva amiguita.

-Hola, ¿cuándo vamos al bosque?

-Pues ahora, ves a despertar a Arcadis y yo despertaré a los demás, y date prisa porque el desayuno ya está preparado, mariposas gigantes.

Kakarot obedeció y fue a despertar a su amiga, entró en la habitación, y se sentó en su cama, la niña se despertó y cogió su bastón diciendo:

-Es muy temprano para despertarse.

-Hay que ir al bosque, ya sabes.

-Vale, ahora voy.

La niña se levantó de la cama bostezando y se calzó sus botas. El niño cogió su espada de la luz, algo le decía que no necesitaba más armas excepto el escudo que le regaló Gladius, los dos niños bajaron a desayunar, y se encontraron con todos los demás, menos con Jessica, que seguía con sus obligaciones. Kakarot pudo advertir, mientras desayunaban, que Arcadis no miraba muy bien a Adoking, pero al niño no le importó.

Después de desayunar todos cogieron sus armas y Ragnarog ordenó:

-Iremos todos juntos, que nadie se separe.

Todos caminaron hacia el bosque, nadie hablaba todos permanecían callados, al cabo de cinco minutos llegaron al borde del bosque verde y solemne. Los seis compañeros entraron,

Adoking con su espada desenvainada, Mike mirando las plantas, Oberá con rostro serio y bastón bien sujeto, Arcadis y Kakarot juntos mirando con impaciencia todo y Ragnarog con expresión tranquila.

El bosque era muy espeso, así que tuvieron que guiarse de Mike, había muchos animales inofensivos, que correteaban al lado suyo. A Arcadis se le arrimó un escarabajo gigante, y la niña, cansada de que este se le pegara como una lapa, le metió una patada fuerte y el escarabajo voló por los aires hasta ir a parar a un árbol, que de pura suerte le dio a un bandolero que pensaba atacarles:

-Dadme todo lo que llevéis- gritó el bribón apuntando con un arma láser.

-Sí, mira toma mi espada- dijo Ragnarog quitándole el arma con la espada.

El bribón huyó no sin antes lanzar unas bombas de mano, que explotaron y la onda expansiva le dio de lleno a Kakarot.

Cuando Kakarot se levantó del suelo descubrió que se había perdido y sus compañeros no estaban. Kakarot, alarmado, se subió a un árbol alto para ver si los encontraba, pero de nada sirvió. El niño fue por el bosque sin rumbo, pero seguía sin encontrarles entonces, oyó un lobo, lo que le resultó raro porque sólo salen por la noche, Kakarot pensando que sería Askam se acercó pero el lobo corriendo le mordió suavemente en la pierna, digo suavemente por que no le arrancó carne, el niño gritó de dolor.

El grito alertó a sus compañeros, que enseguida lo encontraron, la herida se le había curado enseguida y Kakarot comprendió que el mordisco le había ayudado a alertar a sus compañeros:

-Arcadis ¿has invocado a Askam? –preguntó Kakarot.

-No ¿por qué?

-Por que fue un lobo el que me mordió en la pierna.

-Bueno te hizo más bien que mal.

-Si, por eso te lo pregunto.

Siguieron andando por el frondoso bosque, no había nada diferente todo era igual, cada árbol era igual que el anterior y el niño se preguntaba cómo podía guiarse Mike, al parecer Arcadis también se hacía la misma pregunta, al final llegaron a un sendero, que conducía a un lago bastante grande, de repente del cielo cayeron dos figuras oscuras, una era grande y ancha y la otra pequeña y delgada, las dos figuras se convirtieron en dos encapuchados y avanzaron hacia ellos, Kakarot no lo pensó y se fue al estanque, atrajo al encapuchado de menor tamaño y gritó:

-¡Tornillo del agua!

Giró horizontalmente y le pegó un buen golpe al villano, que cayó muerto al agua, sin embargo, la figura gorda se debatía entre la vida y la muerte, gracias a un hechizo de Oberá.

También cayó muerto, pero de repente aparecieron más encapuchados, unos diez, pero Arcadis invocó a Askam, que le arrancó la cabeza a unos cuantos, y Ragnarog le clavó su espada a bastantes, además Oberá y Adoking les lanzaban sus mejores ataques, al final todos cayeron muertos, pero no vieron a Mike, que luchaba con un monstruo oscuro, rápidamente Ragnarog saltó y le cortó la cabeza al monstruo.

Luego avanzaron hacia el centro del lago donde había una roca.

-Tienes que ir tú, pequeñajo. –Ordenó el lobo que todavía no había sido desinvocado.

Kakarot avanzó hacia al centro y se puso encima de la roca, de repente una explosión de agua se produjo y apareció una figura vestida de azul con una vara en la espalda. Kakarot no se lo podía creer, estaba contemplando a su ancestro, y se impresionó más cuando este le habló:

-Hola, descendiente mío, se te ha concedido la espada de Luminex, debes llevar esta espada a Tasmina, sólo allí podrás obtener un poder para derrotar a André.

Renegat le tendió una espada azul, era la espada del agua Kakarot la cogió y esta brillo, después se acordó de su principal motivo de la visita.

Le costó mucho articular palabra pero al fin dijo:

-¿Dónde está Luminex?

-Nada te puedo decir, salvo que abras muy bien los ojos y tu mente.

Renegat se fue como había venido y a Kakarot esa visita no le aclaró nada, volvieron por el camino por el que habían ido y llegaron a la casa de Mike, de noche.

Jessica estaba allí y le preparó una buena cena, después le mando a dormir, Kakarot y Arcadis se metieron en su habitación y hablaron como la noche anterior.

-Mañana irás al pilar de los vientos a recoger la espada del viento, cuando lo hagas, la siguiente parada será Tasmina y habrás completado tu destino.

Kakarot se durmió escuchando esas palabras.

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