CAPÍTULO 12 : BATALLA EN LA TUMBA


Kakarot se despertó a la mañana siguiente muy motivado. Fue al restaurante de la posada y se encontró con Ragnarog, que estaba comiendo comida humana, que a Kakarot le parecía insípida. El chico se sentó a su lado y le empezó a hablar:

-Esta noche iré en busca de Adoking, me enfrentaré a él yo solo.

-Vale, pero será más difícil de lo que tu crees. Aunque no te lo creas es incluso más fuerte que André. Se dejó engañar por sus mentiras. De todas formas Adoking no es un demonio, aunque lo aparente, puede volver a nuestro bando. Además, yo tengo cosas que hacer. Yo que tu entrenaría, hay un sitio detrás de la posada que te puede servir.

Al acabar de desayunar, Kakarot comió filete de pez azul que recordaba espantosamente a Daivies, Ragnarog guió al niño a un sitio alejada de miradas ajenas detrás de la posada:

-Bueno te enseñaré algo fácil de entender, la técnica básica de Luminex.

De repente Ragnarog se puso en pino en el suelo y dio un salto enrome y fue a caer a una piedra haciéndola añicos.

-Estoy seguro que ya sabes como hacerla- el niño asintió con la cabeza-tienes un ojo muy fino, bueno yo me voy al templo de la luz tengo que hablar con los sabios.

Kakarot estuvo practicando toda la mañana esa técnica que le salió incluso mejor que a Ragnarog, sentía más fuerza en las manos. Por la tarde estuvo leyendo la guía de demonios en su cuarto y Ragnarog no apareció en toda la tarde. Leyó que André era humano solo que con poderes demoníacos y que la magia buena no puede tocar a la magia mala.

Tras leer esto comprendió que Adoking estaba sellado en el pedestal de la espada y que al levantar la espada lo liberó. Le correspondía a él vencerle y lo iba a conseguir ya había tenido demasiados fracasos en su aventura. Al fin llegó la noche, Kakarot después de cenar una buenísima cena se fue caminando sin demasiada prisa donde estaba la tumba de Luminex, ya que Adoking era el aprendiz de Luminex.

Ya entendía el símbolo de la lápida, significaba que el muerto había sido matado por guerreros de la oscuridad, lo que al niño le pareció muy improbable. Al final llegó a la tumba pero no había nadie por ahí, así que pensó que seguramente Adoking estuviera dentro.

Movió la pesada tumba con grandes esfuerzos hacia atrás y esta cedió y abrió un hueco que conducía a un pasaje subterráneo, Kakarot estaba demasiado preocupado en la lucha que iba a tener con el poderoso guerrero de la oscuridad, como para preocuparse de las telarañas que hubiera y de lo mal que oliera el pasaje. Se metió en el y siguió el camino del pasaje iluminado con antorchas. Las paredes de ese pasaje eran verdes y en el techo paseaban arañas. Al fin llegó a una habitación circular llena de antorchas y de alfombras.

No había nadie en ella se acercó hasta el centro y tras un ruido muy desagradable apareció un guerrero con capa negra, moreno y con capucha que dijo:

-Yo soy Adoking.

Y tras decir esto desenvainó su larga espada. Kakarot estaba luchando contra un gran guerrero, así que no lo dudó y sacó la espada de la luz ante lo cual Adoking dio un grito de entusiasmo:

-Esa es la espada de Luminex, mi maestro, te demostraré que te puedo vencer incluso si llevas esa espada.

De repente Adoking fue rápidamente como un rayo hacia él, Kakarot saltó y se puso detrás de él y lanzó el filo amarillo de su espada hacia su cara pero este lo esquivó rápidamente.

Era demasiado rápido, pero Kakarot creía en él, se puso su escudo en el antebrazo y sacó su espada vieja iba a luchar con sus dos espadas. Saltó empuñándolas hacia él pero lo volvió a esquivar se puso detrás de él e hizo su técnica poniendo las manos unidas a la altura de la cintura y gritó:

-Sadoking.

Le dio al niño tan fuerte que lo lanzó ala pared donde chocó. Pero el niño era demasiado listo, fingió que había sido vencido y cuando Adoking se le acercó saltó por los aires, para luego caer encima de él y hacerle perder el equilibrio después le clavó sus dos espadas en el vientre con lo que Adoking gritó de dolor. Pero esto no había acabado ahí ni mucho menos.

Adoking voló por encima de Kakarot y puso el brazo extendido mirando al techo. Después y tras hacer un ritual con movimientos de piernas la mano se le llenó de energía y exclamó:

-¡Sadoking gravitatorio!

Una bola oscura cayó encima del niño que no podía moverse estaba pegado al suelo por una gravedad muy superior a la normal. Luego Adoking bajó al suelo y habló:

-Tú crees que Luminex está vivo, pobre insolente. Yo vi como caía derrumbado tras el hechizo de André, así que no te esfuerces por luchar por él, únete a mí y te perdonaré la vida.

-¡No pienso unirme a los chacales que mataron a mis padres!

-Bueno pues acepta las consecuencias de esta decisión. ¡Patada yunque!

La pierna derecha de Adoking se volvió poco a poco más metálica hasta convertirse en un pesado yunque que impactó contra el niño. Estaba dolorido pero ante la sorpresa de Adoking se levantó:

-¡Alimaña! ¡No podrás vencerme!

De todos los poros de la piel del niño empezó a salir una energía de color amarillo que poco a poco rompía la prisión gravitatoria de Adoking.

-¡No es posible, esa era mi técnica infalible!

Adoking se acercó al niño y le clavó su espada, pero el niño no se paró y siguió andando. Cuando lo alcanzó le cogió del cuello y lo lanzó por los aires con tan buena fortuna que dio en la antorcha metálica y se le clavó en el cuello a Adoking que quedó paralizado en el suelo. Kakarot lleno de rabia y de fuerza avanzó hacia él pero, de repente apareció una nube negra y de ella salió un forma oscura bastante grande y gigantesca. Adoking miró a la persona o lo que fuera que había aparecido y dijo con un alarido de dolor:

-Maestro, lo siento no he podido con el elegido.

-Ya sabía que un energúmeno como tú no podría contra un simple niño,-dijo la forma oscura- niñato, arrodíllate ante André maestro de las sombras.

Kakarot con la cara contraída de la rabia y con las manos llenas de sangre dijo:

-No me arrodillaré. contra el asesino de mis padres.

-No sabes nada ¿verdad?

-Lo único que se es que vas a morir, alimaña.

En las manos del niño se concentró mucha energía tanta que era visible para el ojo de André, y rápidamente avanzó hacia él con un grito bastante claro:

-¡Tuken!

Y dicho esto la mano impactó contra un cuerpo, esta se llenó de sangre, pero cuando Kakarot miró a que le había dado su cara se iluminó de rabia. André había puesto como escudo a Adoking y la mano del niño atravesaba el cuerpo de este que gritaba de dolor Kakarot pudo escuchar como murmuraba:

-Creía que eras mi amigo.

Adoking se desintegró y André riéndose a carcajadas exclamó:

-Pobre niño imbécil no puedes matarme tan fácilmente, nos volveremos a ver.

Y dicho esto André que estaba pletórico por haber salvado la vida se esfumó con una carcajada cruel.

Kakarot aún sujetando las armas llenas de sangre vio como había en el suelo un rubí negro se guardó las espadas ensangrentadas en sus vainas y el rubí en el bolsillo. Después de esto intentó avanzar por el pasaje y lo consiguió a duras penas y expulsando sangre de la boca, la vista se le nublaba, había gastado mucha energía casi toda la de su cuerpo y este se le resentía cada vez más. Al fin llegó al agujero de la tumba y subió por el agujero.

Toyatown dormía tranquila ante la mirada de auxilio del niño, que no encontraba lo que deseaba así que se derrumbó con un gran grito que asustó a varios pájaros de los árboles.

Lo último que vio el niño al caer fue como su espada legendaria brillaba ante el sol del alba.

No se dio cuenta de que unas cálidas manos lo levantaron del suelo y lo llevaron a la posada.

-Lo has hecho bien- dijo la voz que era dueña de esas manos.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top