XV

Sur de la Ciudad Yirdigan, Calle Lowryo, entrada subterránea de emergencia...

Los Centinelas se encontraban sentados fuera de la entrada bloqueada, esperando pacientemente a que llegara la persona con la que hicieron el trato.

—¿De verdad crees que nos vayan a pagar? —preguntó la chica de armadura con detalles rojos.

—Es líder de confianza de Razay, tiene que pagarnos, además, sabe las consecuencias —dijo El de voz profunda.

Luego de unos minutos, la puerta bloqueada empezó abrirse, y los Centinelas se pusieron de pie para recibir a los soldados. Cuando finalmente se abrió por completo la puerta, de esta, salieron varios soldados, quienes empezaron a rodear el area para evitar que un intruso se entrometiera.

Finalmente, dos soldados de alta estatura y con armadura más resistente salieron, mientras custodiaban un pequeño carrito. Una vez estuvieron enfrente de los Centinelas, la cortina del carrito se oculto, revelando que en su interior había una pequeña niña, de aproximadamente 8 años de edad, tenía un vestido color rojo con detalles blancos, un cabello rubio peinado en dos coletas con grandes moños color azul.

Decidida y con el rostro serio, bajo del carrito para acercarse a los Centinelas.

—Luke, Diego y Sara, ¿Tienen lo que les pedí? —preguntó la niña.

—No tan rápido, primero queremos ver nuestro dinero —reclamó Sara, la de armadura con detalles rojos.

—¿Crees que no sé cumplir con mi palabra? Si lo deseo puedo acabar con ustedes, recuerda que están bajo mi misericordia. Así que, o aprendes a ser paciente, o... —dijo la niña manteniendo la voz dulce.

Luke, el de armadura gris, le dio un pequeño golpe a Sara, para evitar que siguiera provocando a la pequeña, ya que tiene un gran poder. Entonces el decide acercarse.

—Bueno, aquí esta nuestra parte del trato, intercambiemos al mismo tiempo —propuso Luke.

—Ash! Odio a la gente tan desconfiada. Mira mi rostro, ¿te parece el rostro de una tramposa? Soy muy honesta, dejen de hacer las cosa difíciles y solo denme el mapa —exigió la niña.

Luke, sin más opción, decide entregarle el mapa a la pequeña. Ella lo recibe y lo enciende, para corroborar que sea el mapa correcto, una vez verificado, chasquea los dedos y los guardaespaldas sacan dos sacos llenos de dinero y otras cosas. Los Centinelas los reciben.

—Bien, he de admitir que hicieron un buen trabajo, y eso no se lo digo a cualquiera. Ahora retirense, no necesito nada más de ustedes —dijo la niña mientras seguía mirando el mapa.

Justo cuando los Centinelas se dieron la vuelta, un Kusarigama le arrebató el mapa a la niña, todos quedaron atónitos.

—Como quitarle el dulce a un niño, buenas noches por cierto —se burló Lexa agarrando el mapa, ella se encontraba en lo alto de la calle, sobre una casa.

—¡Mi mapa! ¡Devuélveme mi mapa! —exigió la niña mientras armaba un berrinche —¡Quiero mi mapa de vuelta! —.

Los soldados prepararon las armas, pero justo caen Kevin, Kiara y Raúl y los noquean fácilmente. Los guardaespaldas cargaron a la niña y metieron en el carrito, para luego entrar y cerrar la entrada.

—¡Inútiles, recuperen el mapa! ¡Si no los haré pagar! —gritó la niña mientras se cerraba la puerta.

Luke, intento emprender el vuelo hacia Lexa, pero justo llega Santiago y cae sobre él.

—¡Ja! ¡Regrese zorras! ¿Me extrañaron? —dijo Santiago con una sonrisa confiada.

—¡Pero si tú habías muerto! —se sorprendió el de voz profunda, el cual es Diego.

—Se necesita más que una bomba para detenerme. Ahora prepárense para sufrir una arrastrisa —amenazó Santiago.

—Justo por tu actitud decidimos deshacernos de ti —dijo Sara desenfundando dos espadas cortas.

—Eres tan dulce, cariño —dijo Santiago.

Sara decidió lanzarse al ataque, y Santiago solo decide esquivar y salir volando, para tener un enfrentamiento aéreo con Sara. Luke decide atacar a Kevin y Kiara con una espada, pero ellos contrarestan el ataque y empiezan a pelear. Diego, el más intimidante observa fijamente a Raúl.

—¿Por que siempre me dejan los más fáciles? —dijo Diego mientras sacaba un mandoble.

—¡A la...! —exclamó Raúl sorprendido por ver el arma de Diego.

Diego toma la iniciativa e intenta atacar al muchacho, pero este lo esquiva con dificultad, para ser arma pesada, Diego la usa de una manera impresionante rápida. Raúl contraataca con un corte, pero Diego se cubre para acto seguido, patear a Raúl y hacerlo caer.

—¡Muere! —gritó Diego.

De la nada y justo a tiempo, Lexa se une a la batalla, pateando la cabeza de Diego y haciéndolo retroceder. Lexa ayuda a Raúl a ponerse de pie y ambos se ponen en posición de combate.

—Esto será interesante —dijo Diego con una sonrisa siniestra.

Mientras tanto, Santiago y Sara tenían un combate aéreo impresionante, sobrevolando los edificios y moviéndose con gracia por el aire.

—¡Quedate quieto! —exigía Sara al no poder cortarlo.

—Precisamente por eso, prefiero las armas a largo alcanze —dijo Santiago para luego sacar un cañón de su mano y dispararle a Sara, pero ella esquiva los disparos con habilidad.

—Eres un cobarde, ¿lo sabías? —dijo Sara con coraje mientras intentaba acercarse a Santiago.

—El verdadero cobarde, es quien apuñala a los demás por la espalda, ¡sin dar la cara! —grita con rabia.

Ambos siguen sobrevolando los edificios y atacandose mutuamente. Mientras tanto, Kevin y Kiara no tienen mucho problema contra Luke, ya que Kiara cubre u obliga a Luke cubrirse para que luego Kevin le suelte tremendos golpes.

—Sin tus amigos no eres tan amenazante ¿he? Que decepción, esperaba más de ti —dijo Kevin mientras golpeaba consecutivamente a Luke.

Diego, quien estaba luchando contra Raúl y Lexa, se dio cuenta de que su compañero estaba en problemas, así que decide ir ayudarlo, no sin antes alejar a Raúl y Lexa del área para él poder ir sin ningún problema. Cuando Kevin le va a dar el golpe de gracia, llega Diego y lo empuja fuertemente y decide atacar a Kiara, quien al tener una lanza, corría mucho peligro, pero Raúl llega a tiempo y detiene el ataque.

Lexa decide acercarse y ayudar también.

—Deberías enfocarte en proteger el mapa —dijo Diego para luego, habilmente patear a Raúl y lanzarlo sobre Kiara, para luego, esquivar el ataque de Lexa y agarrarla del cuello —Eres una estúpida —le arrebata el mapa, que se encontraba colgando en su cinturón, luego la lanza lejos.

Kiara intenta atravesarle la cabeza con su lanza, pero él sin problema lo esquiva, pero de la nada llega Kevin y le un puñetazo en toda la cara.

—¡No te entrometas en una pelea! —gritó Kevin con coraje mientras lo golpeaba.

Diego le detiene un puño y contraataca con un puñetazo, Kiara aprovechó y logra arrebatarle el mapa. Diego con mucha ira, se lanza sobre Kiara, estrellandose ambos con una pared y atravesandola.

—¡Dame el maldito mapa! —exigió Diego.

—Si lo quieres... —se pone de pie y mete el mapa por debajo de su vestido y sostén para pelear con más comodidad con la lanza —tendrás que arrebatarmelo —dijo Kiara.

Diego, se sorprende y desplega sus alas bruscamente, para luego sonreír de manera siniestra —Con gusto —dijo Diego.

Volviendo afuera, Luke se recupera y despliega sus alas para luego lanzarse contra Raúl, tomarlo de los hombros y elevarlo hasta lo más alto.

—Adiós imbécil —dijo Luke en lo alto de la ciudad, para luego soltar a Raúl y patearlo hacia arriba y preparar su espada para cuando caiga, atravesarlo.

—Al diablo con la historia, ¡Me vale que sean personajes históricos! —gritó con coraje Raúl, mientras rápidamente se daba la vuelta, esquiva la espada de Luke y atraviesa su hombro con la Katana.

Luke grita desgarradoramente, sintiendo como la Katana del muchacho atraviesa su brazo. Por la desesperación, empieza a volar descontroladamente, hasta que terminan cayendo sobre un edificio. Raúl saca la Katana de su hombro y le patea la cara mientras Luke esta en el suelo. Luke se levanta y con un último esfuerzo, intenta atacar a Raúl, pero el chico esquiva el corte y le patea la espalda, averidando sus alas. Luke por el impacto en su espalda, pierde el equilibrio y cae del edificio, intenta volar para evitar la caída, pero como sus alas están averiadas, termina saliendo contraproducente y fue directo a un letrero con varias fugas eléctricas. Cuando chocó contra el letrero, recibió una descarga tan potente que terminó quemándose por completo, cayendo sin posibilidad de sobrevivir.

—Ay, no quería hacer eso, una disculpa —dijo Raúl Impactado por lo que acaba de hacer, para luego ver cómo Santiago peleaba con Sara encima de él.

—¡Al fin! —dice Sara al cortar levemente el pie de Santiago.

Santiago se queja por la cortada que ahora tiene en el pie, para luego ver a Raúl justo debajo.

—Oye, niño, sirve de algo y ayúdame —dijo Santiago para luego bajar y cargar a Raúl.

—¡¿Y cómo quieres que te ayude?! —preguntó Raúl mientras gritaba con pánico.

—Te voy a lanzar y tú haces la magia ¿entendido? —dijo Santiago.

—Pero yo no... —.

—¡A volar! —exclamó Santiago para luego lanzar a Raúl hacia Sara, pero ella lo esquiva fácilmente.

Rápidamente Santiago atrapa a Raúl —Necesitas hacerlo mucho mejor —dijo Santiago.

Volviendo a tierra firme, Kevin y Lexa entraron al edificio para ayudar a Kiara. La cual estaba siendo golpeada brutalmente. Diego le iba a dar el corte final con su mandoble, pero llega Kevin y logra detenerlo a tiempo para luego darle un puñetazo en la cara.

—¡¿Otra vez tú?! —se quejó Diego intentando contraatacar, pero Lexa llega y lo obliga a pelear de manera más defensiva.

Kiara se pone de pie y decide también atacar a Diego, él empezaba a estar en grandes aprietos. Con desesperación intentaba moverse, pero lo golpeaban y atacaban constantemente que se la hacía imposible. Con un ataque de ira, despliega sus alas y vuela, escapando del combo de golpes, para luego, aterrizar fuertemente en medio de los tres, creando una onda expansiva que los empuja fuertemente. A Kiara se le sale el mapa y Diego intenta agarrarlo, pero llega Avep y lo toma primero.

—Esto es mío —dijo Avep para luego escapar.

—¡¿De dónde salió esa porquería?! —se quejó Diego.

—Ventajas de ser portátil y pequeña —dijo Avep para luego salir del edificio.

Diego intento ir tras ella, pero Kevin lo agarró de los pies y lo regresó a tierra —Aún no hemos terminado tú y yo —dijo.

—¡Pero yo contigo sí! —dijo Diego para luego ponerse de pie e empezar a pelear contra Kevin.

Diego usaba sus alas y su mandoble para atacar, creando combinaciones de movimientos muy sorprendentes y rápidos. Kevin, al no tener arma, buscaba una manera de golpearlo.

—¡Kevin! —gritó Kiara quien aun estaba en el suelo débil, para luego lanzarle su lanza y la pudiera usar.

Kevin atrapa la lanza y con un movimiento rápido, logra detener los ataques de Diego, para luego hacer lo que más sabe, golpear sin compasión. Primero golpeó la cara de Diego, luego le dio un fuerte golpe en el pecho, para después patearlo en el estómago y doblarlo por el impacto, para finalmente darle un gancho en la cara y enderezarlo y así atravesar su hombro con la lanza de Kiara. Diego da un grito de dolor al sentir como la lanza atraviesa su hombro, cayendo arrodillado por el incontrolable dolor.

—¡Desgraciado! ¡Ustedes tenían prohibido usar armas en batalla! —reclamó Diego.

—¿Por que no hacer trampa cuando el otro es un traidor? —dijo Kevin.

Como último recurso, Diego despliega sus alas y rápidamente intenta huir volando, pero Lexa logra atrapar su pie con un Kusarigama e intenta detenerlo, pero la fuerza de Diego era tan brutal que no servía de nada, hasta que Kevin decidió tomar la cadena y jalarla él mismo, aunque no era suficiente para que Diego se detuviera por completo. Ambos jalaban la cadena para evitar que escapara, pero este decidió sacar un cañon de mano y disparó hacia Kevin y Lexa, quienes sin más opción, tuvieron que soltarlo, y por obviedad, Diego aprovechó para escapar.

—Maldito sea —se quejó Kevin al ver a Diego perderse de vista.

Mientras tanto, Raúl y Santiago seguían intentando derrotar a Sara, pero no encontraba una manera de hacerle daño.

—Nada funciona —dijo Raúl mientras era cargado por Santiago.

—Ok, ya me harte de esta situación, esperame allí —dijo Santiago para lanzar a Raúl contra las ventanas de un edificio.

Raúl gritaba de pánico, pero apesar de que el lanzamiento fue bueno, no se podía decir lo mismo de la puntería, ya que se terminó estampando en la pared y como consecuencia cayó.

—No puede ser —dijo Santiago para ir a rescatar a Raúl, pero Sara no se lo permitió.

—No te libraras tan fácil de mí —dijo Sara mientras atacaba a Santiago.

—Lo que pasó hace 2 años no dice lo mismo —dijo Santiago.

Sara se enfurece al recordar lo que sucedió hace tiempo con Santiago, y ataca con más intensidad. Mientras tanto, Raúl va cayendo mientras grita de desesperación, pero entonces ve a Diego volando justo debajo, entonces decide intentar cambiar el rumbo de la caída para caer sobre él, aumentando incluso la velocidad. Entonces cae encima de él, haciéndolo perder el control.

—¿Me llevas? —preguntó Raúl burlonamente mientras se aferraba a Diego.

—Idiota, ¡Nos vamos a caer! —dijo Diego desesperado mientras intentaba recuperar el control del vuelo, pero no lo consigue y ambos terminan estreyandose en el suelo.

Volviendo con Santiago, él se defendía con sus alas habilmente, pero seguía sin poder acertar un ataque o golpe.

—Ya me cansé, ¡Mejor abrasame! —dijo Santiago para lanzarse sobre Sara y ambos caer en picada.

Sara intentaba safarse del abrazo de Santiago, pero le era imposible. Justo antes de chocar contra el suelo, Santiago la suelta y el rápidamente recobra altura, pero Sara... No logró hacer mucho y terminó impactandose fuertemente contra el suelo, generando un gran estruendo y salpicando algo de sangre.

—Por fin —dijo Santiago para luego bajar y verificar si Sara seguía con vida, cuando bajó la analizó rápidamente de manera superficial —¡Vas a vivir! Eso es una buena noticia —.

—Juro... Que algún día yo... —dijo Sara para luego quedar inconsciente.

—Sí... Mejor descansa, la visita al hospital no será muy agradable —dijo Santiago para volar nuevamente y buscar a Raúl.

Hablando de él, este se encontraba en el suelo, aturdido por la caída. Pero de repente, llega Diego con su mandoble para intentar partir en dos al chico, pero este se aparta rápidamente y se pone de pie.

—¡Te arrepentirás de entrometerte en lo que no te importa! —gritó Diego mientras seguía atacando con agresividad.

—No lo creo —dijo Raúl para intentar contraatacar.

Ambos chocaban sus armas de manera impresionante, pero Diego por su fuerza bruta lograba hacer retroceder a Raúl. Pero el chico no se dejaba intimidar esta vez, contraataca con decisión, pero un ataque de Diego logra hacerlo bajar la espada, quedando desprotegido. Diego quiso aprovechar la oportunidad, pero Raúl logra esquivar el corte por los pelos y sin perder el tiempo le da una patada a Diego en el costado, logrando que retrocediera, y continuó dando cortes con decisión, hasta que finalmente logra acertar un corte en el abdomen de Diego, dejándolo gravemente herido.

Diego cae de rodillas e intenta cubrir su herida para evitar que sangre demasiado, ya que era profunda, quedando completamente derrotado frente al chico. Mientras tocia descontroladamente, con dificultad observa al chico.

—¿Que estas esperando? —preguntó Diego incitando al chico que acabará con él.

Raúl se acercó a Diego lentamente, quedando lo suficientemente cercas como para darle el golpe de gracia. Lentamente levantó su Katana sin apartar la vista del hombre, preparando el corte definitivo. Diego solo lo veía fijamente a los ojos con rabia, esperando el corte de Raúl. Pero el chico, en vez de eso, solo lo pateó en la cara fuertemente, y Diego lo mira con una mezcla de confusión e ira.

—No machare mi Katana, con gente que no vale la pena —dijo Raúl para darse la vuelta y caminar de regreso con sus amigos —Además, tu vida no depende de mi misericordia —.

Santiago aterriza frente a Diego de manera amenazante —Y tú sabes que tan misericordioso soy —dijo Santiago para luego dispararle con su cañon en la cara, acabando con su vida casi al instante, ya que alcanzó a sentir la humillación de de morir a manos de una persona que ni siquiera lo derrotó y que fue la peor que pudo haber imaginado, Santiago.

Santiago guarda el cañon y se acerca a Raúl.

—Nada mal niño —le dijo.

—Tú igual, superaste nuestra primera batalla —.

—Ya ves, soy increíble —.

Sin perder mucho el tiempo, empiezan a correr hacia dónde se encontraban los demás. Una vez ahí, Lexa al ver a Raúl, va rápido a recibirlo.

—¡Gracias al cielo! ¿Que pasó? —preguntó ya un poco aliviada.

—Sara ira al hospital y Diego pagó por todo lo que hizo —dijo Santiago.

—Bien, ahora, no tenemos mucho tiempo, ¿dónde está Avep? —preguntó Kiara.

—Aquí —dijo Avep regresando con el mapa.

—Te pierdes muy fácil —comentó Kevin.

—Mientras esperaba el momento oportuno, exploré la ciudad y encontré una entrada muy descuidada al norte de aquí, podemos infiltrarnos ahí —dijo Avep.

—Me gusta la idea, pero debemos irnos ya, Jackie nos vio y no tardará en armar a todos hasta los dientes —comentó Santiago.

—¿Jackie? —preguntó Raúl.

—La niña qué tenía el mapa, es la líder del lugar —contestó Lexa.

—¡¿Qué?! —preguntó Kevin impresionado.

—Platican en el camino, debemos irnos ya —dijo Kiara para luego empezar a correr a su destino.

Los demás rápidamente la siguieron, debían darse prisa y tener mucho cuidado, pues están a punto de entrar en la boca del lobo.

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