XIII
Justo antes de que Santiago logrará atravesar a Raúl con su ala mientras lo sostenía del brazo, una Kusarigama lo detuvo a tiempo.
-¡Déjalo! -gritó Lexa deteniendo el ataque de Santiago.
Kevin rápidamente llegó y golpeó a Santiago y este soltó a Raúl. Ambos empezaron a golpearse.
-Yo te conozco -comentó Kevin mientras atacaba a Santiago.
-Yo igual, y no presumo -dijo Santiago mientras contraataca.
Hubo un momento en el que ambos empezaron a intercambiar golpes, los cuales eran brutales.
-¿Eso es todo? Vaya decepción -dijo Santiago.
-Falto yo -dijo Lexa quien rápidamente se unió a la fiesta golpeando a Santiago en la cara.
Luego, Raúl intentó unirse también, pero por un movimiento de Santiago, retrocedió.
-¿Dos contra uno? Eso es trampa -se quejó Santiago para luego, patear a Lexa y continuar peleando solo contra Kevin.
-¿Trampa? Creí que los centinelas podían con cualquier cosa -se burló.
-Cállate, solo el espacio lo hace incómodo -ataca a Kevin pero este lo bloquea.
-¿Que no es lo mismo? Al final no puedes con cualquier cosa -opinó Kevin mientras sostenía el puño de Santiago.
Santiago, en un arrebato de ira, empieza a dar golpes consecutivos, debilitando a Kevin, para luego tomarlo del cuello y lanzarlo hacia unas escaleras, las cuales por los años, se destruyeron y varios escombros quedaron encima de él. Raúl vio la oportunidad y con su Katana, daba cortes, pero Santiago era más hábil y con facilidad ponía en aprietos al chico.
-¿No sabes usar eso? -preguntó Lexa mientras se recuperaba de la patada qué Santiago le dio.
-Sí, pero hace mucho tiempo que la deje de usar -respondió Raúl mientras se cubría con su Katana.
-Es muy fácil, es cómo si bailaras -ejemplifico para luego empezar atacar a Santiago y ayudar a Raúl.
-Recuerdas que te dije que no sé bailar -.
-Pues entonces observa -da un salto y queda detrás de Santiago -Solo tienes que dar dos pasos adelante, atacar y una hacia atrás y te cubres -dijo Lexa mientras demostraba que era un movimiento muy simple pero efectivo.
-Idiota, me revelaste tu técnica -se burló Santiago mientras intentaba acertar un ataque.
-Pues eres tan estúpido que ni aún así me ganas -dijo Lexa mientras repetía los pasos.
Santiago no puedo evitar sentirse ofendido y aumento la velocidad y fuerza de sus ataques, pero no le servían de nada.
-Muy bien Raúl, muéstrame esos pasos -dijo Lexa con una pequeña sonrisa, mientras que con las cadenas de sus Kusarigama ataba a Santiago, para luego dar un salto y jalar las cadenas, desatando a Santiago pero haciéndolo girar hacia Raúl.
Lexa aterrizó en el segundo piso, para ver desde una mejor perspectiva lo que haría el chico. Santiago sonrió confiadamente y empezó atacar a Raúl y este, intentando seguir los pasos de Lexa, se movía torpemente.
-Con ayuda de tu cabeza, crea un ritmo y síguelo -recomendó Lexa al ver la torpeza de Raúl.
El chico solo se cubría de los ataques mientras Santiago se reía burlonamente.
-Ok, un paso atrás... -bloquea un ataque con su Katana -y dos hacia delante -dijo para si mismo mientras rápidamente daba dos cortes certeros a Santiago, el cual, solo se cubrió.
-Eso solo fue suerte -cuestionó Santiago.
El chico solo repetía, pero en cada ataque hacía un movimiento diferente, además de poner en práctica los ataques que Max le enseñó.
-¡Basta! -gritó Santiago con coraje para luego, con su ala derecha, mandar a Raúl hasta el segundo piso e ir tras él.
Raúl rápidamente se recuperó y continuó haciendo lo mismo -Atrás, Adelante... Y derecha -exclamó Raúl para luego moverse rápidamente hacia la derecha, esquivando un ataque de Santiago y contraatacando, lo cuál confundió a Santiago y al intentar cubrirse retrocedió.
-Empiezas a tomar confianza, excelente -felicitó Lexa al ver los movimientos de Raúl.
-Solo debo subir la dificultad -declaró Santiago para luego empezar a usar más su alas en cada ataque, lo cual empezaba a poner en aprietos al chico.
Raúl, sin embargo, rápidamente se acostumbraba, y con movimientos más elaborados atacaba exitosamente.
-¿Me permites ser tu pareja de baile? -pidió Lexa para luego acercarse al lugar de la pelea.
-Sería un honor -contestó Raúl mientras en su rostro se formaba una sonrisa de confianza.
Ambos, empezaron atacar a Santiago, uno bloqueaba y el otro atacaba o viceversa. Santiago empezaba a estar en desventaja y con desesperación, siempre intentaba golpear aunque fuera solo a uno, pero eso le era imposible.
-¡Adelante...! -Raúl ataca a Santiago pero este lo bloquea.
-¡Atrás...! -Lexa logra detener una de las alas con su Kusarigama, la izquierda.
-¡Izquierda...! -intenta atacar por el lado izquierdo, pero Santiago se logra cubrir con su ala derecha.
-¡Derecha...! -Lexa detiene la ala derecha, atrapando así ambas alas.
-¡Arriba...! -Patea la cara de Santiago levantándole por los aires, mientras continuaba con la cadena de palabras.
-¡Abajo...! -Con fuerza, Lexa jala las Kusarigama hacia abajo, jalando las alas de Santiago y azotandolo contra el suelo.
-¡A un lado...! -Raúl intento encajar la Katana en el brazo de Santiago, pero este lo esquivo rápidamente y se levantó de rodillas.
-¡Pa' el otro! -exclamó Lexa para luego, tomar una de sus Kusarigamas y atacar a Santiago por un costado.
Santiago giro para ver cómo la Kusarigama se acercaba a su rostro, pero justo entonces llega una persona más, llegando rápidamente y empujando con agresividad a Lexa, salvando así a Santiago. Mientras la empujaba, esta persona arrojó un pequeño explosivo en medio de Santiago y Raúl, explotando el suelo y bajando a todos al primer piso.
Todos cayeron al suelo, incluido Santiago, y la persona aterrizó justo enfrente de ellos. Kevin logró salir de los escombros, pero apenas se puso de pie, una persona más llegó y lo lanzó en dónde se encontraban los demás.
Todos adoloridos, se pusieron de pie lentamente mientras veían confundidos a estas extrañas personas, que la parecer también tienen alas.
Santiago se puso de pie y se acercó a las personas.
-¡Ja! Les ganamos, idiotas -celebró mientras reía triunfante.
Justo entonces, otra persona bajo por el techo con Kiara atada, para luego arrojar a esta hacia los chicos.
-Creo que estamos perdidos -se lamentó Kevin al ver a Kiara atada.
-¿Y ustedes quienes son? -preguntó Lexa enfurecida.
-Vaya, parece que nuestra gente empieza a olvidarnos -comentó el primer sujeto, quien llevaba una armadura gris ya bastante desgastada.
-Era obvio. Esa mente tan insentata de ellos es tan pequeña que olvidan fácilmente las cosas -dijo el segundo sujeto, quien al parecer era una mujer, vestía también de una armadura común, pero con detalles rojos.
-Bueno, Santiago, haz los honores -dijo el tercer sujeto con una voz muy profunda. Los tres tienen casco.
-Bien. Mis enemigos, les presento al equipo de un recuerdo olvidado -da un salto hacia atrás y queda posando frente a su aparente equipo -Somos... Los Centinelas, un grupo de seres corrompidos olvidados por la sociedad -presentó Santiago.
-¿Que no se supone que ustedes eran buenos? -preguntó Raúl.
-Eso no te importa, por que ahora nosotros tenemos el mapa -se burló Santiago mientras enseñaba el mapa en su mano.
-Querrás decir "nosotros tenemos el mapa" -dijo uno de los sujetos, el de armadura gris.
-Eso fue exactamente lo que dije -reclamó.
-Pero a los "nosotros" que dije... -hábilmente le quita el mapa a Santiago -no estas incluido -finalizó.
Santiago se preocupó al oír eso de su compañero, y el hecho que le quitara el mapa lo asustó aún más. La chica le disparó una descarga eléctrica a Santiago, dejándolo inmóvil y fuera de combate. Todos los demás presentes se sorprendieron por la traición inesperada.
-¡¿Q-que clase de... Br-broma es esta?! -preguntó Santiago impactado por la situación mientras resistía la descarga brutal en su cuerpo en el suelo.
-Verás, tú tenías tu propio plan, uno muy estúpido y nosotros hicimos unos negocios para conseguir esto y venderlo a un muy buen precio. Esos idiotas harían cualquier cosa para evitar una catástrofe -dijo el de armadura gris.
-¡P-pero, se suponía que n-nosotros usaríamos eso para volver a ser respetados! ¿Por que ha-harías un trato con esos desgraciados? Ese no es el objetivo de un Centinela -.
-Hay muchas cosas que no entiendes niño, además de los recursos es una excelente venganza. Cuando las personas dejaron de creer, tuvimos que dejar el bando para estar con el que tenga posibilidad de ganar. Obviamente los rebeldes no son lo nuestro ¿por que estaríamos del lado de unas personas desagradecidas que nos dieron la espalda cuando estábamos más débiles? Sufrir con este castigo es lo que se merecen, además de que no tienen posibilidad -.
-¡¿Y que hay de los demás?! ¡Hubo muchos inocentes qué sufrieron por culpa de Razay, incluso mi raza desapareció por completo! No es justo que los demás sufran por un simple berrinche -regañó Raúl con coraje.
La chica mira fijamente a Raúl -¿Simple berrinche? ¡Ja! Me haces reír. Claramente no sabes nada sobre lo que sufrimos nosotros, fuimos objetos de burlas, desprecio y maltratos, solo por que fracasamos en defender esta ciudad ¿por que fracasamos? Las personas no quisieron ayudar, literalmente nos dejaron a nuestra suerte y en vez de aceptar su error nos echaron la culpa de todo. No es fácil vivir así -respondió la chica.
-¡Lo pasado es pasado! Deberían unirse para trabajar unidos y arreglar esta situación -dijo Raúl.
-No es tan fácil cómo decirlo, además de que no se merecen tener una mejor vida, solo recuerda el club nocturno. Es un claro ejemplo de que así viven bien, no necesitan de nada más -dijo el de voz profunda para luego, los tres sacar sus alas y volar por el abuguero qué había en el techo y dejar caer varias esferas al suelo.
Todos observaron las esferas atentamente, y estas empezaron a emitir una luz roja.
-¡Son bombas! -gritó Lexa.
Era demasiado tarde para hacer algo, así que las bombas explotaron y y derribaron todo el edificio con los chicos adentro. Los Centinelas solo veían desde lo alto cómo todo se derrumba, para luego ir a su siguiente destino a entregar el mapa de la base.
Luego de varios minutos, aunque parecía que todo había terminado, de un contenedor de basura salió Avep, quien se había escondido al ver a los tres Centinelas atacar a Kiara cuando estaban asegurando a Jonathan, el cual estaba tirado en el suelo inconsciente.
Avep, al ver que se habían ido, se acercó a los escombros para ver si habían sobrevivido a semejante explosión. Mientras gritaba el nombre de todos, de los escombros salió un brazo, el cual era de Raúl, quien lograba salir con dificultad.
-¡Gracias al cielo! ¿Estas bien? -preguntó Avep al ver a Raúl.
-Lo que no te mata, te hace más fuerte -dijo Raúl quien no podía estar de pie por lo adolorido que estaba.
Luego, Kevin sin mucho problema salió de los escombros, después siguió Kiara y Lexa.
-¿Todos están bien? -preguntó Raúl.
-Parece que sí, no estamos muertos -dijo Lexa adolorida.
-Esos desgraciados, ¿usar una bomba para desaserse de nosotros? Cobardes -se quejó Kevin mientras se estiraba.
-Tenemos que movernos, esto llamará la atención de los soldados -recomendó Kiara.
-Bien, pero... -Kevin se acerca a un brazo que estaba fuera de los escombros para luego quitarlos y ver a Santiago inconsciente -creo que sería buena idea llevarnos a este muchacho, tal vez nos pueda dar un poco más de información -dijo Kevin.
Kiara asintió y luego ella fue por Jonathan, y Kevin cargó a Santiago para llevárselo. Así, todos se fueron del área corriendo, para evitar que el ejército de Razay llegara y los vieran. Todos seguían a Kiara, ya que es la única que conoce la ciudad cómo la palma de su mano.
Raúl iba perdido en sus propios pensamientos. Toda esta situación lo confundía demasiado, pero también estaba enojado, el conocer a esta clase de personas que prefieren vangarze sacrificando a los inocentes lo enfurecida demasiado. Él estaba decidido, la próxima vez que los viera lo daría todo para acabar con ellos.
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