VII

Raúl solo cerró los ojos, esperando el devastador golpe. Pero, lo único que sintió fue como su garganta dejaba de ser presionada, y su aliento se recuperaba lentamente.

Él chico decidió abrir los ojos para ver que estaba pasando, y solo logró ver a Kevin qué ya no tenia una expresión de ira, si no... De arrepentimiento.

Kevin por su parte, por más que deseara golpear al chico, no lograba hacer qué su puño le obedeciera. Sus ojos se cristalizaron un poco, para finalmente soltar a Raúl y dejarlo caer. Se sentía tan mal y arrepentido por las malas decisiones que tomó en su vida, así que se sentó a media celda y mientras sus manos estaban en su frente.

Raúl no sabía que hacer, ¿estaba bien si le preguntaba que sucedía? ¿O debía dejarlo así mejor? Sin más remedio, decidió preguntarle por la situación.

-Em... ¿Estas bien? -preguntó Raúl.

-¿Es enserio? -.

-Ibas a matarme y de la nada te pones así, eso es algo bastante extraño -dijo Raúl.

-¿Y a ti que? -preguntó Kevin tratando de evadir al chico -Déjalo así, esto es un problema mío -contestó.

Raúl no sabía que hacer, ¿celebraba qué no iba a morir? ¿O intentaría ayudarlo? el haberlo conocido con una actitud fuerte e inquebrantable y verlo ahora en este estado hacía que una parte de él se sintiera culpable, un sentimiento de empatía llegaba a él.

-Déjame decirte desde mi experiencia qué no es bueno que te quedes eso para ti, vas a terminar peor. Así que tal vez sea incómodo, pero te hara bien el decirme que ocurre, de todas formas parece que ahora ambos moriremos -da un pequeño suspiro y lo mira -me gustaría conocer a la persona que morirá a mi lado, y que además intento matarme, no se si... Quisieras hablar de algo, pero créeme qué te hará bien hacerlo, o al menos el tiempo que nos queda de vida -recomendó Raúl intentando qué Kevin le digiera qué es lo que le pasaba.

-Eres muy malo animando -.

-Bueno, yo jamás tuve a alguien con quien platicar, obvio se me hace algo difícil esto, pero tú tienes las posibilidades de estar bien -comentó Raúl.

Kevin ríe un poco por la torpeza del chico y lo mira.

-¿Sabes? Eres alguien bastante extraño -suspira -Es un contexto bastante largo -vuelve a suspirar y empieza a tomar valor -aunque no habría problema contarte, a pesar de ser un imbécil, pareces alguien bueno y tienes razón, ambos moriremos y nos llevaremos todo a la tumba, y allí no podemos hacer nada, así que prepárate, por que corto no es -dijo Kevin ya algo calmado.

Raúl se acomoda para poder prestarle la mayor cantidad de atención posible y comprender la situación, y tratar de disfrutar lo poco que le queda de vida.

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"Hace siete años atrás, cuando el mundo disfrutaba de paz, yo vivía con mi familia y tenia novia, de hecho, estábamos haciendo planes para irnos a vivir solos juntos.

Yo era un guerrero bastante formidable, era la primera cara del ejército, así que no podía relajarme demasiado, tenía que estar alerta por cualquier cosa. Sin embargo, el mundo era tan pacífico, que me terminé confiando en que no pasaría nada malo y me empeze a relajar bastante...

Esa, fue la peor cosa que pude hacer.

Un día, de la nada, empezaron atacar la aldea, yo estaba en el campo como de costumbre, cuando me di cuenta, ya habían destruido a la aldea casi en su totalidad.

Cuando llegue a la aldea, fui testigo del suceso más desagradable qué pudiera existir. Las personas gritaban de una manera desgarradora, mientras hacían intentos vanos por escapar, y más adelante me tope con algo que marcaría mi vida para siempre, no podía creer lo que veía, mi... Mi familia estaba tirada en suelo, sin vida. La única que sobrevivió fue mi novia, Max, quien estaba gravemente herida.

Como pude, yo y varios Matilabdianos, además de hacer qué Max se recuperará, fuimos y rescatamos a la minoría de sobrevivientes, ya qué a la gran mayoría se los habían llevado como esclavos o simplemente los mataron.

Aun recuerdo esas semanas llenas de tensión y terror. Yo, como el Matilab más fuerte, no pude proteger a mi pueblo, los había decepcionado a todos, pero ahora, tenía que hacerme cargo de que a los sobrevivientes no les sucediera nada.

Pero como seis semanas después, lograron atraparme, y me llevaron a esta base qué apenas estaban construyendo. Me torturaron para que les dijera donde estaban el resto de los sobrevivientes, obviamente me resistí, pero hasta la persona más fuerte puede caer en cualquier momento.

Tiempo más tarde, me dijeron que no me harían daño si me unía a ellos. Eso por alguna razón me tranquilizó, ya qué finalmente podía dejar de sufrir, pero eso también significaba qué podía poner en peligro a los demás, aunque, yo no vi esa parte.

En esos momentos aún me sentía culpable por la muerte de mi familia, no quería perder a Max tampoco. Así que tome la decisión más estúpida qué he tomado jamás, me uní al ejército de Razay. Y fui uno de los principales qué crearon este oscuro mundo, un mundo lleno de dolor y terror.

No sentía remordimiento por mancharme las manos, en el fondo creía que estaba protegiendo a Max, pero solo podía ver eso, nunca vi como le hice daño a los demás... Ni a ella.

Cuando se enteró qué ahora formaba parte del ejército de Razay, ella empezó a mirarme con ira y desprecio, pero lo que más me hirió... Fue qué me mirara con miedo, y que se fuera a quien sabe donde.

Esa fue la última vez que la vi, las demás veces eran de lejos, y siempre intentaba evitarme, a toda costa. Con el tiempo me iba dando cuenta de que todo esto estaba mal, que fue una decisión terrible el haberme unido a ellos, pero tampoco lo quería aceptar.

Pasó el tiempo y así continúe, hasta que... Llegaste tú. Luego pasó todo lo que pasó, todo lo que sucedió más tarde me abrió los ojos. Pero ya es demasiado tarde..."

*
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-Ya no había nada que hacer -dijo Kevin bastante desanimado.

Raúl no sabía que decir, jamás se sintió capaz de dar ánimo en estos momentos, pero sabía que tenía que hacer algo al respecto.

-Una vez alguien me dijo "Tarde para los débiles, pero en realidad, nunca es tarde para hacer las cosas, solo es cuestión de que te levantes y des un esfuerzo más", creo que acabo de darte el peor consejo de la historia pero creo que es verdad -coloca una de sus manos en el hombro de Kevin -Deja de mirar los errores del pasado por que son solo eso... Parte del pasado. Mejor enfócate en lo que puedes hacer ahora -aconsejo Raúl.

Kevin se quedó pensando en todo lo que el chico le había dicho, supo que era verdad. Debía dejar de concentrarse en que se equivocó, lo cual no le dejaba pensar con claridad el qué hacer ahora. Así que se llenó de determinación, se puso de pie y se acercó a los barrotes de la celda.

Raúl solo lo veía confundido.

-Un último intento para hacer las cosas bien -dijo Kevin para luego, con todas sus fuerzas intentar romper los barrotes.

Raúl veía a Kevin con un asombro, como si fuera una cosa maravillosa.

Kevin seguía intentando romper los barrotes, aunque a simple vista no se veía que estuviera logrando algo, en realidad poco a poco los iba moviendo. Raúl al ver la cantidad de esfuerzo que requería, decidió ir y ayudar a Kevin a romper los barrotes.

Con la fuerza de ambos, lograron lo que parecía imposible, lograron romper los barrotes. Habían logrado salir.

Pero debido al escándalo, los guardias no tardaron en llegar, pero Kevin estaba listo para recibirlos. Eran tres, a uno lo golpeó fuertemente en la cabeza, acabando rápidamente con él, al segundo lo agarró del cuello con una mano, y con la otra agarró del mismo modo al tercero, para finalmente chocar sus cabezas entre si.

Raúl solo asomó la cabeza fuera de lo que fue la celda, observando a Kevin con asombro. Kevin también volteó a verlo.

-¿Dijiste que acabarías con ese bastardo no? -Raúl solo asintió -Pues entonces ahora cumplirás tu palabra, ahora sal de ahí y sígueme -dijo Kevin para luego empezar a caminar hacia la salida.

Él chico rapidamente lo siguió, aunque el sentía que antes de irse necesitaba recuperar a su vieja compañera y a su amiga.

-¿Sabes que no tengo nada con que defenderme? -mientras caminaban para irse del lugar, Kevin se acercó a un mueble qué había allí, con delicadeza lo destruyó y saco la Katana del chico para luego dársela -Ok, gracias -agradeció Raúl.

-No te preocupes por el robot, también iremos por él -dijo Kevin.

Raúl no podía estar más agradecido, sin qué se diera cuenta, festejó por la nueva actitud qué Kevin había tomado.

-¿Tenemos algún plan? -.

-No, así que habrá que improvisar -dijo Kevin, lo cuál preocupó al chico un poco.

Centro de la Aldea Matilab Norte...

Las llamas qué había por todos lados iluminaban la noche junto con la luna, y tal como se esperaba, los rebeldes perdieron la ventaja y varios hombres empezaban a caer.

Él chico de trenzas seguía luchando mientras protegía a los que estaban heridos, pero la situación se le empezaba a salir de las manos.

-¡¿De donde carajos salen tantos?! -decía mientras qué con sus poderes intentaba acabarlos.

Uno de los soldados llegó por la espalda, y estaba a punto de apuñalar al chico, este cuando se dio cuenta, ya no podía hacer nada.

Para su suerte, Max llegó a tiempo y lo salvó golpeando al tipo brutalmente.

-Vaya, regresaste -se da cuenta que el Neutro no esta con ella -¿Y el chico? -preguntó.

-Tendremos que regresar luego por él -contestó Max mientras golpeaba a los soldados.

-¿Y eso? -.

-Hubo unos pequeños inconvenientes -.

Ya luego de unos segundos, lograron deshacerse de la gran parte de los soldados qué los rodeaban. Así que sin más, empezaron a correr para escapar, pero no contaron qué llegaría un sujeto grande de capucha negra. Qué justo delante de ellos aterrizó con pose de supervillano.

Ambos frenaron en seco, y solo veían como este sujeto se ponía de pie lentamente.

-A penas comienza la fiesta y ¿ya se van? -dijo Xemnis mientras sacaba de su bolsa una empuñadura.

-Ja, ¿vas a pelear con eso? -se burló Kris.

Xemnis hizo un movimiento raro con la empuñadura, y de esta, salió una hoja de fuego azul.

-No tenía pensado usarla, pero ya que insistes -comentó Xemnis.

Max y el chico se pusieron en posición de pelea, a pesar de saber que tenían las posibilidades en su contra, intentarían ganar la pelea.

-No sabes cuanto tiempo anhelaba qué llegara el momento para matarte con mis propias manos, y esta vez no estara tu novio para protegerte -dijo Xemnis.

-Jamás lo necesité y hoy no será la excepción -.

-Demuéstra qué es así -finalizó.

Max y Kris se lanzaron al ataque, mientras qué Xemnis solo esperaba a que ellos llegarán a él, ya qué primero quería ver como era su técnica de batalla.

Planta media de la Torre Menor...

Entre los pasillos se escuchaba como los soldados eran terriblemente golpeados por alguien. En la sala de investigación, los esclavos solo oían los gritos de las personas y como algunas eran azotadas brutalmente. Esperaban lo peor.

Luego hubo unos segundos de silencio, pero nadie movía ningún músculo. Para finalmente la puerta de la entrada saliera disparada, asustando a estos. Entonces lograron ver que el temible Kevin había llegado, y que a su lado había un chico enclenque, lo cual los confundió un poco.

-Con mucho cuidado, salgan de aquí y no dejen qué los sigan -ordenó Kevin.

Todos los esclavos no dudaron ni un segundo en hacerle caso, la oportunidad de respirar aire fresco estaba ahí, no la iban a desaprovechar.

-Supongo es este ¿no? -preguntó mientas señalaba al robot esférico qué se encontraba en una mesa.

-Sip, es ella -comentó para acercarse rápidamente a la mesa e intentar encender a su amiga.

Luego de unos minutos, Raúl logró hacer funcionar a Avep otra vez. Pero esta se encendió algo inquieta y alterada.

-¡¿Quien carajos me hizo eso?! ¡¿Cómo se atreven a llegar por la espalda?! ¡¿Qué no saben que eso es de pu...?! -.

-Cálmate Avep, todo esta bien -interrumpió Raúl.

-¿eh? -ve a su alrededor -¿Dónde estamos? -preguntó Avep.

-No hay tiempo de dar contexto, tenemos que salir de aquí lo más rápido posible -comento Kevin para luego empezar a correr para salir del lugar.

Raúl y Avep no tardaron en seguirlo, ya qué el tiempo era fundamental para que todo saliera bien. Sobre todo para Kevin, que quería salir lo más rápido posible, para asegurarse de que a Max no le sucediera nada malo.

Centro de la Aldea Matilab Norte...

Max y Kris tenían la situación bastante difícil. Max luchaba con sus puños y no es como que el cuchillo qué portaba en su cinturón le sirviera de mucho. Mientras qué el chico, con su poder, creó una espada de energía, pero no era muy bueno peleando a espada.

Xemnis solo esquivaba los ataques y ocasionalmente atacaba.

-Es sorprendente su determinación -esquiva una patada de Max -Pero eso no les servirá de nada -finalizó Xemnis para luego con su espada de fuego hacerle una cortada al abdomen de Max, quien gritó al sentir el gran dolor.

Él chico intento aprovechar que Xemnis estaba distraído para atravesarlo, pero este se dio cuenta a tiempo y con su espada evitó qué lo atravesará. Entonces ambas espadas empezaron a chocar entre sí.

-Eres hábil, pero no lo suficiente -dijo Xemnis quien se cubría de los ataques del chico.

-¡Será más que suficiente para acabar contigo! -.

-¿Eso crees? Solo mira como terminó tu amiga, no eres nada -Decía mientras se cubría de los ataques del chico.

-¡Mientes! -gritó el chico para después realizar un corte hacia abajo.

Xemnis rápidamente detuvo el ataque, para luego con su espada desarmar al chico y sin perder el tiempo, atravesar a este por el abdomen.

-¡Kris! -Gritó Max mientras estaba en el suelo al ver como Xemnis había atravesado a su compañero.

-En este momento diría que fue un honor el haber luchado contigo, pero fue tremendamente decepcionante -comentó Xemnis para luego sacar la espada del abdomen de Kris.

Kris solo se quedó en shock, mientras un inmenso dolor y ardor recorría todo su torso, para luego caer al suelo. Max, con las pocas fuerzas qué tenía debido a la cortada qué tenía en su abdomen, se levantó e intento golpear a Xemnis, pero este se dio cuenta a tiempo, y la recibió con una bofetada bastante fuerte, mandándola al suelo nuevamente.

-No te preocupes cariño, sigues tú -dijo Xemnis quien empezó a acercarse a Max para matarla.

Kris, ya más allá qué acá, cargó todo lo que le restaba de energía en su mano, para luego liberarla en el suelo en dirección a Max. Esta, debido a la habilidad qué utilizó Kris, salió disparada por los aires justo antes de que Xemnis la matara.

Max gritaba mientras se dirigía a la punta de la Torre Menor, mientras qué Xemnis veía como esta se alegaba poco a poco, para luego mirar a Kris, quien esboza una débil sonrisa y le regresaba la mirada.

-Van a perder, el día de la liberación llegó -dijo Kris con mucha dificultad.

Xemnis solo camino hacia Kris, para luego darle un pisotón en el cráneo, y matar a Kris de una vez por todas. Sin perder ningún segundo, fue hacia la Torre Menor para encargarse de Max, quien había aterrizado en la parte más alta de la torre.

Mientras tanto, Kevin, Raúl y Avep salían por la entrada principal de la torre, para luego ver a una chica volando por los aires hacia el interior de la torre en la parte más alta.

-De regreso -dijo Kevin para dar media vuelta y correr de nuevo hacia la torre, mientras qué Raúl y Avep lo seguían confundidos.

Pero frenaron en seco cuando vieron que de la entrada salían varios escuadrones de batalla.

-Tocará subir por afuera -dijo Kevin para luego salir corriendo.

Raúl y Avep lo siguieron rápidamente antes de que los soldados pudieran alcanzarlos.

-¿Estos no tienen armas? -preguntó Raúl mientras corría con toda su fuerza.

-¡No, los Matilab somos personas orgullosas de nuestra gran fuerza física, sería una deshonra para nosotros usar armas! -contestó Kevin mientras liberaba camino destruyendo los escombros qué había por delante para poder llegar a la cara sur de la torre.

-¿Y cuál es el plan? -preguntó Avep.

Los tres llegaron a la cara sur, los soldados estaban cercas de ellos, entonces Kevin tuvo que improvisar un plan.

-Escúchame bien, allá arriba hay un gran botón rojo, lo presionas y nos vemos allá arriba en un rato -dijo Kevin bastante acelerado.

-Pero dices que eso esta allá arriba, ¿cómo voy a subir? -preguntó Raúl.

-Volando -dijo Kevin para luego agarrar a Raúl de ambos hombros y lanzarlo con mucha fuerza hacia arriba.

Raúl ya una vez en el aire, solo gritaba de la desesperación y del miedo.

-Ve y ayúdalo -ordenó Kevin a Avep, quien rápidamente acató la orden y fue tras Raúl.

Kevin solamente se colocó firme ante los escuadrones qué se acercaban peligrosamente.

-Hace tiempo que no hacía ejercicio -comentó Kevin mientras se tronaba los dedos de sus manos.

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