III
La noche llegó, y la construcción de la nueva ciudad dio comienzo, el característico silencio del lugar había sido reemplazado por ruidos de maquinaria y explosiones.
En el lugar de la escena, donde el chico calló, quedo solo, lo único que había, era un montón de polvo, y en lo interior de aquel edificio, estaba la robot, quien había logrado escapar sin qué le pusieran atención. Lo vio todo, y para ser un robot, realmente estaba asustada, pero sobretodo, preocupada por Raúl.
—dios mío —dijo la robot, que, con mucha cautela, bajó por donde el chico había caído.
Bajaba cada vez más y más, y no veía el cuerpo, de verdad llegó muy abajo, luego de un rato, logró ver al chico mucho más abajo, con tan solo verlo, se alegró.
Rápidamente se dirigió a él y lo revisó, era una tontería revisar a alguien que claramente estaría muerto, pero...
—¿sigue con vida? —dijo la robot al escanear el cuerpo y ver que Raúl mostraba signos vitales, aunque algo débiles.
Al ser robot personal, contaba con lo necesario para curar las heridas de su respectivo dueño, así que sin perder el tiempo, empezó a curarle las heridas.
Estas estaban algo abiertas, lo cual haría qué cualquier persona gritara de dolor, pero, para Raúl, quien estaba recuperando consciencia poco a poco, solo era un pequeño ardor, ya qué le dolía todo el cuerpo, e incluso, no podía sentir algunos huesos.
Cuando abrió los ojos, solo podía ver la luz de la luna, que entraba por el agujero por el qué calló.
—¿sigo con vida? —dijo con una voz casi inaudible y con bastante dificultad.
—pues eso parece —contestó la robot.
Él chico, no dijo nada más y todo quedó en silencio.
Un rato después, la robot casi terminaba de curarle las heridas.
—se que es tonto, pero ¿cómo te sientes? —preguntó.
—más allá qué acá, además, hay algo en mi espalda qué me esta terminando de matar —contestó Raúl tratando de moverse un poco para acomodarse, lo cuál hacía qué le doliera más el cuerpo.
—tal vez son las latas qué llevabas en tu mochila, mejor no te muevas y quedate quieto —recomendó mientras seguía curando al chico.
Un rato después, la robot termino de tratar las heridas de Raúl, luego, sacó una aguja con un liquido verde.
—¿qué es eso? —preguntó Raúl.
—es un liquido especial para recuperar la energía vital más rápido —contestó la robot mientras se acercaba al hombro del chico.
—espera, ¿me vas a inyectar eso? —preguntó algo asustado.
—pues si, lo necesitas si quieres recuperarte rápido y salir de aquí —contestó.
Raúl al oír esto último, su rostro cambio a uno más apagado, y sin decir nada se quedo quieto. La robot rápidamente le inyectó el liquido en el brazo.
—listo, en unos minutos ya estarás bien —observa el rostro del chico —¿qué ocurre? ¿Aún te duele algo? —preguntó algo preocupada.
Raúl no parecía estar poniendo atención, estaba algo deprimido.
—oye tú, dime que sucede —suplicó la robot.
Raúl seguía mirando hacia la nada, tenía la vista perdida.
—nunca saldremos de aquí —dijo Raúl con desgano.
—¿eh? —la respuesta del chico le parecía algo extraño —¿Por que dices eso? Claro que saldremos de aquí, solamente debemos... —.
—¡jamás lo lograremos! —la robot hizo una expresión sorprendida —solo ve, son demasiados y muy fuerte, no se usar mi Katana, ni siquiera puedo huir, no tengo ninguna habilidad como ellos... No soy nada —dijo Raúl con una voz quebrada, la situación era algo bastante complicado para él, sentía que por más que se esforzara no lograría nada.
La robot solo lo veía sorprendida, no podía creer que Raúl dijera algo así, desde que lo conocía sabía que era algo pesimista, pero esa respuesta era algo más grave, su rostro cambio a uno de angustia, el chico le preocupaba, pero solo se quedo callada. Luego de unos segundos de pensar, su rostro cambio a uno con determinación, y le habló al chico.
—no pienses eso, dijo, tienes un un buen punto y puede que sea cierto, pero deja decirte una cosa, ¿de verdad planeas rendirte ahora? ¿Dejaras qué todos estos años que has luchado sean en vano? —Raúl no dejaba de mirar a la nada —eres una persona fuerte, y se que en lo más profundo de ti hay algo que te dice que debes luchar y salir de aquí —.
—¿fuerte? ¿Acaso no viste como...? —.
—déjame terminar — interrumpió —dime una cosa ¿conoces a alguien que haya sobrevivido por 7 años solo? Por que yo solo te conozco a ti, venciste a un soldado del ejército de ese desgraciado, sobreviviste a una caída de más de... Espera deja cálculo —ve hacia arriba y calcula la altura —¡15 metros de altura! No hay nadie que haya logrado lo que tú has hecho hasta ahora, y si has hecho eso, ¿no crees que haya una posibilidad de que podamos escapar de aquí? —.
Todo esto que dijo la robot, lo dejo reflexionando, y ella tenía razón, había logrado bastante como para rendirse ahora.
—lo vamos a lograr Raúl, solo es cuestión de levantarse una vez más —dijo la robot.
Raúl, se quedó pensativo por unos segundos, tenía mucho miedo, y todo lo estaba deprimiendo, sin embargo, lo que le dijo la robot, lo ánimo bastante, y no pudo evitar soltar unas cuantas lágrimas.
—tienes razón, no... podemos rendirnos ahora —el liquido ya había terminado de hacer efecto, así que se levantó —vámonos de aquí —dijo Raúl.
—¡eso! —exclamó la robot con felicidad.
—te llamabas Avep, ¿no? —preguntó.
—sí —afirmó.
—muchas gracias, de verdad necesitaba que alguien me diera ánimo, y, pido perdón por como me comporte —dijo Raúl aún con algo de sentimiento.
—no te disculpes, era entendible, 7 años solo no es fácil para nadie, además, para eso me crearon, para ayudar a mi dueño —dijo Avep.
Raúl sonrió felizmente, pues apesar de que Avep fuera una inteligencia artificial, la veía como una amiga de verdad. Sin perder el tiempo, empezaron a caminar para salir del edificio y salir de aquí, mientras planeaban un plan, ya qué obviamente, no sería nada fácil.
Base de operaciones...
Mientras tanto, la construcción de la nueva base no frenaba obra ni un segundo, pues, para haber comenzado apenas unos 20 minutos, habían avanzado bastante.
La general tenía su propio espacio en la gran torre, se encontraba supervisando desde ahí qué todo estuviera en orden, estaba sin casco, dejando ver a una chica joven de cabello negro con corte de melena, observando sin ninguna emoción en su rostro, pero de repente, una chica uniformada, entró a la camara.
—general, el gran Razay desea hablar con usted —dijo la chica.
La general no decía nada, pues, aparentemente vigilaba qué nada saliera mal en la construcción, pero en realidad, tenía la mente en otro asunto, en el chico.
—voy enseguida —dijo la general con bastante seriedad.
La chica solo se retiro de la camara, dejando sola a la general, quien aún pensaba en el muchacho. Luego de unos minutos pensando, salió de la camara para ir a la camara de comunicaciones.
Sur de la base de operaciones...
El chico y la robot observaban la base desde detrás de un edificio, sin qué nadie los viera.
—muy bien, repasemos el plan —dijo Raúl.
—muy bien, debido a que hay gente haciendo guardia en las afueras y drones mortales sobrevolando la ciudad, necesitaremos una distracción enorme —dijo la robot.
—y que mejor que destruyendo toda la base —recomendó.
—no, ese es el plan B, el plan principal es crear una distracción algo pequeña pero potente, por eso, vamos a sobrecargar de energía uno de los puestos de control y prenderlo en llamas, si aún así nos ven, pues ahí es donde entra el plan B —dijo la robot.
—bien, pues entonces, en marcha —dijo Raúl para entonces dirigirse al puesto de control más cercano y la robot lo seguía.
Camara de comunicaciones...
La general entró en la camara, la cual era algo oscura, debido a que las comunicaciones eran por holograma, la única luz qué entraba a la camara, era la que entraba por la ventana qué tenia la puerta en la parte superior.
La general se acercó a una mesa redonda qué había en medio de la camara, rápidamente escribió el código de comunicación en un teclado qué había sobre la mesa, y esta se empezó a iluminar de azul, para luego de unos segundos, sobre esta se empezará a formar el cuerpo de una persona, una persona formidable e imponente, era Razay.
—vaya, ya empezabas a tardar —dijo el holograma de Razay.
—¿quería hablar conmigo señor? —preguntó la general.
—efectivamente, ¿cómo va la construcción? —preguntó.
—va progresando bastante bien señor, al principio tuvimos un contratiempo pero todo va bien —contestó.
—¿contratiempo? —el rostro serio de Razay cambia a uno enojado y confuso —¿qué clase de contratiempo? —.
—nada importante, solo un chico que apareció de la nada —comentó.
—un chico ¿eh? —se queda pensativo por unos segundos —¿de que raza era el chico? —.
Cercas del puesto de control Sur...
El chico y la robot se iban acercando poco a poco, tenían que estar alertas de cualquier cosa que pudiera pasar.
Ya a unos metros de distancia, un soldado les estorbaba el paso, Raúl, sacó una lata de su mochila y la arrojó lejos del lugar para desviar la atención del soldado, quien al oír el ruido de la lata fue a investigar. Raúl y Avep aprovecharon y fueron al puesto de control.
Mientras qué el soldado, cuando llegó al lugar del ruido, vio la lata, enseguida se dio cuenta que algo no estaba bien, así que sacó su comunicador y alertó a los demás que estuvieran atentos a cualquier cosa.
De vuelta con Raúl y Avep, ya habían llegado al puesto de control sur, este era como una torre, y ellos estaban hasta abajo, fácilmente pasaban desapercibidos. Avep sacó un destornillador y desatornillo la compuerta de dónde creían qué estaba los reguladores de energía, y que por suerte fue así.
—muy bien, tu turno —dijo Avep dejando espacio para que Raúl hiciera el movimiento y buscará el regulador y finalizar con la primera parte del plan.
Pero al estar oscuro, era algo bastante difícil, y Raúl no era como que tuviera una vista muy buena.
Camara de comunicaciones...
La general y Razay seguían conversando, al parecer la aparición del chico preocupó a todos.
—no logre descubrir qué raza era el chico, pero no hay de que preocuparse señor, ya fue eliminado y todo esta bajo control —contestó la general.
Puesto de control sur...
—lo encontré —exclamó desconectando el regulador.
Cuando desconectó el regulador, la torre se quedó sin energía, y como consecuencia apagando sus luces. Solo se alcanzó a escuchar a un soldado quejándose de lo sucedido desde el interior gritando "¡¿Quien mierda se llevó la luz?!".
—date prisa, conecta la energía directamente a la torre antes de que vengan a revisar qué sucedió —dijo Avep.
—muy bien —agarra los dos cables, el de la energía y el conductor de energía de la torre —qué empiece la fiesta —dijo con seriedad pero con nervios.
Rápidamente y con muchos nervios, conecta ambos cables y la torre comenzó a sobrecargarse rápidamente.
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