Parte única



KyungSoo refunfuñó enojado frente a su computador luego que el usuario en línea, estrelladelamañana69, le arrebatara la compra del espejo de mano que usó Marilyn Monroe en su última película; hubiese sido su posesión más valiosa. Y es que, sin la intención de jactarse, poseía el libreto original que usó Daniel Radcliffe en Harry Potter y el Cáliz de Fuego, le había costado una pequeña fortuna, pero definitivamente valía la pena.



Las semanas pasaron sin ninguna novedad para el estudiante número uno de su clase, Do KyungSoo. 

Esa tarde estaba navegando en la búsqueda de algo que pudiese comprar, ya sea una pieza de arte, del cine, o que le haya pertenecido a algún famoso; con tal que fuera algo único en su especie. Terminó en una página de tarot, que tenía en su portada un pentágono con velas negras; su piel se erizó conforme veía el catálogo de la tienda, había cosas bastante desagradables, como cabezas de mono disecadas, patas de cabra, colmillos de león o piel de serpiente disecada.

Estaba decidido a cerrar la página y olvidarse de las cosas que vio, que solo le habían provocado náuseas; hasta que al final del catálogo, encontró a la venta un extraño muñeco que llamó su atención.

A primera vista parecía bastante feo, con ese cabello naranja, desordenado, que parecía el de una escoba vieja cayendo sobre la frente, la cara y manos se le veían deslucidas, parecía que antes había sido de un color más oscuro, ahora solo tenía manchas pálidas. Además, el suéter de rayas de colores, se notaba viejo y sucio.

Sin embargo, entre más lo miraba, más encontraba pequeños detalles que se le hacían interesantes, como un diminuto lunar en el labio inferior ¿o era suciedad? Los labios parecían estar bien definidos, y su cara en sí, no lucía mal, solo parecía que no lo hubiesen cuidado como correspondía. Sin duda lo que más le impresionó, fueron sus ojos, aunque pequeños, parecían llenos de vida, y su mirada era bastante intensa, como si lo estuviese observando, a pesar que solo era una foto y que lo miraba a través de una pantalla.


Aún se debatía si comprarlo o no, por lo que, en los siguientes días hizo una pequeña investigación acerca del muñeco llamado Chuckai, del cual se creía estaba maldito.

Según la leyenda, hacía 10 años, la familia A, había alquilado una casa a las afueras de la ciudad, lamentablemente, al día siguiente, los encontraron sin vida, excepto por el del hijo menor, cuyos restos nunca fueron hallados; además, aquella propiedad había sido consumida por el fuego. Algo que había llamado la atención, era sobre el muñeco de cabello naranja, Chuckai, se encontraba intacto en medio de los restos de la casa incinerada. Desde ese momento se creía que el muñeco estaba poseído y había asesinado a la familia, ya que nunca encontraron al culpable.



***




KyungSoo llegó rápido a su casa, más emocionado que nunca, recogió el paquete; sin embargo, la sonrisa en sus labios se debilitó, al ver que Chuckai, era un muñeco bastante pequeño, no medía más de 40 cm de largo, en las fotos se veía bastante alto; estaba indeciso si devolverlo o no. Lo sostuvo en sus manos, y era demasiado pesado para lo que medía.

Observó nuevamente su rostro, pudo corroborar que era un lunar el que tenía en su labio inferior. Pasó una mano por su cabello naranja, realmente estaba reseco. Los ojos de Chuckai eran más oscuros de lo que se apreciaba en las fotos, y su mirada era aún más penetrante, tanto que no pudo sostener la mirada. Era absurda su reacción, era solo un muñeco, ni siquiera creía que estaba poseído, para sentirse así de perturbado.

Lo llevó a su cuarto, hasta dejarlo sentado sobre la cama. Se cruzó de brazos observando a Chuckai, había algo que le incomodaba, pero no sabía que era; ladeó su cabeza y lo descubrió: su traje, que consistía en un suéter de lana y un pantalón de un tono lila, se encontraban bastante sucios. Se sentó sobre su cama, y como si se tratara de un bebé, le quitó con delicadeza su vestimenta, incluso tenía ropa interior, la que también le quitó y lo dejó desnudo en la cama, mientras iba a lavar su pequeño traje.

Veinte minutos después, al subir con la ropita seca, encontró a Chuckai en medio de las sábanas en la parte superior de la cama. Juraría que no lo había dejado allí, no le pareció algo paranormal, de seguro solo lo había olvidado. Cuando intentó ponerle la ropa, se dio cuenta que sería inútil cuando el muñeco estaba sucio; así que decidió que lo bañaría en la bañera.

Antes de llevarlo al baño, KyungSoo aprovechó para quitarse su uniforme, generalmente eso era lo que hacía al llegar a casa. Se sentía como si alguien lo vigilara, mientras se ponía una camiseta roja y un pantalón azul. Rio solo, era absurdo, solo estaba Chuckai, no había razón para sentirse paranoico.

Lo llevó al baño, y con el agua tibia le quitaba la suciedad, pasó suavemente el jabón sobre el pequeño cuerpo de Chuckai


«¿siempre había estado sonriendo?».


KyungSoo se sorprendió al notar sus labios en una sonrisa, creía que el muñeco tenía los labios fruncidos, pero ahora parecía que le estuviese sonriendo. Sacudió la cabeza, debían ser ideas suyas.

El muñeco no estaba poseído, solo era bastante famoso, y ahora era suyo.

Estaba por sacarlo de la tina, cuando recordó que no le había traído su trajecito, así que se apresuró a su cuarto, en donde lo había dejado.


Al regresar, el corazón de KyungSoo casi se le salió del pecho, su rostro palideció, al tiempo que contenía un grito, al ver que había ¡Un hombre desnudo en la tina! sus piernas estaban flexionadas y su cabello era de un tono naranja brillante.


—¡Quién rayos es usted y qué hace en la tina! —gritó con todas sus fuerzas, sosteniéndose de la puerta.

Su mente corría a mil por hora, con cientos y cientos de pensamientos, en qué momento entró un desconocido a su casa, cómo no se dio cuenta.

¡Maldición! Estaba asustado.


—Llamaré a la policía —advirtió evidentemente afectado.

El desconocido parecía que ni lo escuchaba, ni siquiera lo estaba mirando.

—No lo haga. Yo soy Chuckai —El hombre desnudo se puso de pie y le sonrió brevemente.

¡Maldición! No pudo evitar que sus ojos miraran hacia el sur; sus mejillas se ruborizaran ante el esbelto cuerpo. Sacudió la cabeza ¡Era un ladrón que había usado su baño!


—¡Aléjese!


KyungSoo gritó despavorido, antes de correr hasta encerrarse en su habitación. Maldijo nuevamente, su celular no estaba allí. Debía escapar, saltar por la ventana. En eso escuchó unos sutiles golpes.


—No voy a hacerte daño. Soy Chuckai, el muñeco que compraste.

Escuchó desde el otro lado de la puerta.

—Cállese. Estoy llamando a la policía —mintió.

—Gracias por bañarme, han pasado 10 años desde la última vez que me bañé —respondió a cambio.


KyungSoo no creía, negaba con la cabeza, caminando por toda la habitación, recordando lo que había leído sobre Chuckai.

«Es un muñeco maldito».

«Está poseído».

«Mató a esa familia».


Era el estudiante número uno, pero en ese momento se sentía como un tonto, habían pasado 20 minutos, en los que todo permanecía en silencio. Muy lentamente abrió la puerta, dio un respingo, cuando lo encontró sentado en el piso ¡Con la ropa que le pertenecía al muñeco! La misma que él había lavado.


«¡Imposible!».


—Hola... soy Chuckai —saludó tranquilamente—, aunque mi verdadero nombre es-.

—Shhhh. Cállate. Déjame pensar —interrumpió irritado.


Chuckai, ahora vivo, permanecía sentado en el piso del corredor con sus piernas cruzadas, su cabello naranja caía sobre su frente. Le miraba, pero no parecía querer asesinarlo, aunque no se podía fiar, después de todo, ¡era un muñeco maldito!


—¿Eres un demonio? ¿Vas asesinarme?

Era el doble de estúpido al preguntar aquello. En su lugar, Chuckai rio al verlo desesperado.

—Solo quiero comer kimchi. No he comido en mucho tiempo.

KyungSoo no podía creerlo, tal vez estaba dormido, así que se dio un par de cachetadas para despertar. Al abrir los ojos, Chuckai lo miraba con cierta intensidad que no le gustó.


Veinte minutos después, veía y no lo creía, Chuckai había comido un sándwich que le preparó, ya que no tenía Kimchi. 

Había demasiadas preguntas en su mente, simplemente no sabía por dónde iniciar.



En la noche, cuando sus padres llegaron, fue incluso peor, lo debió esconder en el clóset, tenía miedo que lo pudieran ver u oír. Cómo les explicaba que el muñeco que compró ahora era un hombre de carne y hueso.

En el tiempo que lo mantuvo encerrado, estuvo investigando, pero en ninguna parte se dijo que alguien lo había visto cobrando vida.


«¿Qué haría ahora con él?»


Probablemente lo entregaría a la policía, y que se encargaran de ahora en adelante. Él había comprado un muñeco no a un ser humano.

KyungSoo escuchó un golpe seco y en seguida un quejido. Se sobresaltó y abrió el closet. Chuckai estaba con sus piernas encogidas, abrazándolas con sus brazos.


—¿Ya puedo salir? —susurró—. No me gusta la oscuridad —terminó con un mohín.

Sin saber por qué lo hizo, permitió que el muñeco saliera.

KyungSoo era ahora quien lo miraba atento, ChucKai se paseaba por el cuarto, hasta terminar en donde estaban sus figuras de los Caballeros del Zodiaco.

—Me gusta esto —comentó—. Yo solía tener las figuras del Hombre Araña y Capitán América —dijo con cierta nostalgia. También había tristeza en su mirada.

KyungSoo lo miraba desconcertado tras escucharlo.

—Este día ha sido ya de por sí bastante extraño. ¿Quién eres? Es decir —se replanteó—. ¿Qué eres?

—Yo... soy Kim JongIn.

El nombre se le hacía familiar, lo había escuchado antes, pero no recordaba.

—Y no siempre fui un muñeco —añadió.

Chuckai se sentó en la cama dándole la espalda. KyungSoo, que aún seguía de pie, tenía mucho qué pensar, aún no descartaba que estuviese en un sueño.

—¿Qué vas a hacer ahora? —preguntó precavido.

No le gustaba tener a este extraño muñeco o ser humano, en su habitación.


—Hay algo que tienes que saber —Chuckai dio media vuelta, su rostro lucía bastante serio—. Cuando el sol vuelva a salir me convertiré en un muñeco de nuevo, hasta que el sol se vuelva a ocultar.

—¡Qué!

—De ahora en adelante, solo podre ser humano cuando llegue la noche.

KyungSoo decidió sentarse a su lado.

—No tiene sentido —KyungSoo empezaba a reír, una risa nerviosa. En qué mundo estas cosas pasaban—. Me estás diciendo que todo este tiempo, solo te conviertes en muñeco cuando es de día.

Chukai le miraba negando en silencio.

—No fue así en todo este tiempo. Esta es mi primera vez que vuelvo a ser humano.

—¿Qué es diferente? —No pudo contener la sorpresa.

—Agua —dijo sin más.

—¿Agua? —repitió extrañado.

—En diez años y esta fue la primera vez que el agua me limpió —dijo sonriendo brevemente, aunque sus ojos seguían luciendo tristes—. He estado encerrado en ese muñeco a la espera de esto —dijo con voz entrecortada.

En seguido, empezó a llorar ocultando su cara entre las palmas de sus manos. Sus sollozos, hicieron que sus propios ojos se humedecieran. KyungSoo le daba algunas palmaditas en su espalda, intentado consolarlo. Aunque no entendía del todo la situación, el dolor era visible en el muñeco, no, en JongIn.



***



Al despertar al día siguiente, deseaba que todo hubiese sido un sueño, pero justo a su lado en la cama, estaba Chuckai como un muñeco inerte, sus ojos, siempre abiertos, parecían mirarlo con tristeza.





***




Los días pasaron, con el corazón de KyungSoo en la mano, cuando se enteró del mismo JongIn, que él era el hijo menor de la familia asesinada años atrás, a manos de un brujo que vivía a los alrededores, y que su alma fue maldecida a permanecer confinado dentro de un muñeco.


En las noches, se aferraba al cuerpo de JongIn, en un intento infructuoso para que al día siguiente siguiera estando allí. Era una sensación de malestar que lo primero que veían sus ojos al despertar era al muñeco y no a JongIn. Antes de salir de su habitación, lo dejaba arropado y se despedía con un beso en la frente.



Una noche, cuando sus padres estaban en una reunión, consideró que era un buen momento para que JongIn usara la bañera. Era divertido verlo usar su ropa, KyungSoo era mucho más bajo que él, por lo que obviamente, no le quedaba bien.


Estaban sentados en el piso del baño, KyungSoo desde atrás, usaba la secadora para secarle su cabello naranja; no le quedaba claro porqué tenía ese tono tan llamativo. Aunque eso no era lo más importante a preguntar, él solo deseaba saber si había una forma en la que ya no estuviera maldito, había estado investigando, pero no había encontrado nada sobre hechizos a muñecos como el de JongIn.


—¿Me puedes hacer un favor?

JongIn parecía dubitativo al preguntar. KyungSoo, quien ahora pasaba el cepillo por su cabello, se detuvo, no podía ver su rostro, pero algo le decía que era debía ser importante.

—Por supuesto, JongIn. ¿Qué necesitas?

—Creo que lo recuerdo.

JongIn dio media vuelta, para quedar frente a él.

—Cuando el brujo me maldijo —continuó—, recuerdo que dijo que había una forma de romper el hechizo.

—¿Con un beso de amor verdadero? —Se cubrió la boca con sus manos, sus ojos se ampliaron al darse cuenta de lo que había hecho.

Entretanto, JongIn reía tranquilamente para luego negar con la cabeza.

—No es tan fácil como eso —JongIn le sonrió.

KyungSoo seguía avergonzado.

—Recuerdo que mencionó algo sobre encontrar el camino de regreso a casa —añadió—. Ahora lo recuerdo. Sé en donde estoy, en donde está mi cuerpo. Escucha cuidadosamente, KyungSoo —advirtió.

Tragó saliva, nervioso, sus manos sudaban a medida que JongIn le decía lo que tenía que hacer al día siguiente. Era arriesgado y JongIn lo sabía, por lo que constantemente le preguntaba si estaba seguro de hacerlo. Solo tenía una respuesta para aquella preguntaba, deseaba la libertad para JongIn, su historia, aunque alucinante, no era justa.


—Gracias, KyungSoo. Gracias por darme esperanza de vivir.


Sintió como su corazón se agitaba conforme el peso de esas palabras llegaban a su mente. Tenía lágrimas en sus ojos y sentía un nudo en la garganta, así que solo asintió antes de abrazarlo.


Era la última noche que compartirían juntos y le dolía que así fuera, pero era lo mejor. Solo debía recordar la promesa que le hizo.


«Cuando sea un hombre digno de ti, nos volveremos a ver de nuevo, Do KyungSoo. No me olvides hasta entonces».


Al otro día sus caminos se separaron.


KyungSoo guardaría sus palabras, a la espera de que algún día se cumplieran.




***




3 años después


KyungSoo salía del campus luego de una extenuante carga académica. Miró al atardecer de tonalidades naranjas, que inevitablemente le hacían recordar a JongIn, solo esperaba que estuviera siendo feliz; eso era lo más importante.

Aquella vez, después de internarse en el bosque, y con las indicaciones que JongIn le había dado el día anterior, finalmente pudo llegar a una especie de quebrada bastante retirada, y entre un par de frondosos árboles, tal como le sugirió, dejó a Chuckai inerte entre las raíces gruesas. En medio de lágrimas se había despedido con un beso de la frente y se alejó de allí, tal como se lo prometió.

Tardaron 3 días para que alguien accidentalmente se tropezara con la raíz de aquel árbol, y en medio del follaje, diera con lo que parecía una puerta de un bunker subterráneo. Tras escuchar gritos desde interior, avisó a la policía, quienes encontraron al hijo menor de aquella familia asesinada diez años atrás. Del muñeco, que había sido Chunkai, nunca volvió aparecer, y del asesino, este fue encontrado colgado en un árbol cerca de ese lugar, se había suicidado, o tal vez fue Chuckai, poseído por alguien más, que se vengó en nombre de JongIn y su familia.

KyungSoo lloró como nunca, y aún lo hacía cada que lo recordaba. No había querido visitarlo en ese tiempo, siendo fiel a sus palabras de despedidas.

Por lo que lo último que esperaba al finalizar esa tarde, era encontrar a un chico moreno, pelinegro, bastante esbelto, de mirada intensa, que le sonrió ampliamente en medio del campus.


—Finalmente te encontré, Do KyungSoo.


JongIn estaba allí, cumpliendo su promesa. 




~Fin~



___________________

🌼Esta historia no había estado en mis planes , hasta hace unas horas atrás🙈, por lo que ni yo sabía qué esperar de JongIn como Chuckai. Aún así, espero que haya sido del agrado ^^

Y  si les gustó, no olviden dejar sus votos o comentarios, siempre los aprecio 💖

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top