Capítulo 14: ¿Ahora quién tiene celos? (2/2)


Actualización: abajo dejé un dibujo basado en este capítulo, porque recién lo terminé xD

______________

Advertencia: capítulo freaky

______________

Más tarde, regresé a buscar al resto de personas quienes estaban en nuestro nuevo círculo de amistades.

Después de unas presentaciones de parte de artistas jóvenes, comenzaron a preparar de inmediato el escenario para el pequeño pero increíble concierto de Draco.

Como ya era costumbre en este tipo de eventos, la gente se dispersó un poco entre las mesas alrededor.

Los chicos nos quedamos juntos charlando, mientras Melodie y Emz se sentaban en otra mesa con otras chicas, charlando entre ellas como siempre lo hacen, también conocidas de Draco.

La verdad es que todos en este grupo nos llevábamos tan bien que no era raro que cada uno de nosotros se acomodara con diferentes amistades y se mezclara por un rato.

Poco aún no llegaba, se encontraba con Emz, así que buscábamos una mesa para todo el grupo.

Meeple y Brock, que se habían hecho amigos hace poco, no dejaban de reír y bromear entre ellos.

Parecía que a Brock no le molestaba en absoluto que él estuviera interesado en Bibi; de hecho, hasta le daba consejos. Esas cosas me daban algo de gracia, porque no podía dejar de notar lo sincero que era Brock al hablar de eso.

En un momento, mi primo se acercó un poco más a mí antes de que me sentara en el cómodo sofá, y, en voz baja, me preguntó:
—Oye, ¿Bibi está por aquí?

Lo miré rápidamente antes de asentir. No es que lo ocultara, ya era obvio que estaba con su amiga.

—Sí, anda por ahí...— le respondí sin mucho ánimo señalando a una esquina aleatoria, ya estoy acostumbrado a ese tipo de preguntas.

Aunque, justamente se hallaba donde señalé.

Él parecía estar dándole vueltas al asunto, como si buscara la mejor manera de acercarse a Bibi, incluso acomodándose su suéter amarillo y por debajo una camisa blanca con corbata roja.

Asintió con una expresión que era una mezcla de emoción y nervios.

—Bien, bien... solo preguntaba— dijo, antes de volver a mirar a la distancia.

No pude evitar sonreír al ver cómo se lo tomaba tan en serio.

—Suerte con eso...— le dije, dándole un leve golpe en el hombro antes de irme a acomodarme en el sofá con el resto del grupo.

Dejé que la conversación siguiera fluyendo mientras me hundía en el cojín, disfrutando de un pequeño respiro entre todo el bullicio del evento.

Y entonces, Draco subió al escenario, con un traje de una paleta de color similar al mío, pero más "claro".

Su casco icónico de caballero venía sobre él, llevaba un sombreado difuminado que resaltaba su mirada. Melodie me ha contado que ella le daba tips de técnicas de maquillaje.

Y comenzó un canto, acompañado de su guitarra:
—🎶She eyes me like a Pisces when... I am weak...🎶

Reconocí la letra al instante, "Heart-Shaped Box". Nirvana es de mis bandas favoritas y esta era una de sus canciones más conocidas.

Tenía entendido que presentaría tanto canciones suyas, como de otros artistas reconocidos dentro del género rock y metal.

__________________________

Cuando el metalero terminó de cantar, la sala estalló en aplausos. Stu sí que fue el complemento perfecto en la batería, marcando el ritmo con su habilidad.

Fue uno de esos momentos en los que todos se olvidaron del mundo exterior y simplemente disfrutaron del talento de Draco. Como siempre, su presencia en el escenario fue impresionante.

Pasó un rato y, como era de esperarse, Draco volvió al grupo, pero Stu se fue a otro lado, seguro tenía algo pendiente. Ahora era esperar a que llegara la cena para todos los invitados.

Llevaba una copa de vino en la mano y tenía esa sonrisa relajada y confiada que solo alguien como él podría tener después de una presentación, dejamos que se sentara en medio, yo me quedé tras suyo apoyándome del mueble, Larry a mi lado y Brock al suyo, y Meeple se sentó al lado de Draco.

Antes de que pudiera decir algo, mi mirada se desvió hacia la chica de cabello rubio pálido, que aún estaba conversando con Bibi a unos metros de nosotros.

Parecía que Lumi no paraba de hablar. Podías ver la energía que emanaba de ella, tan llena de vida, con su carácter fuerte y decidido, o al menos eso aparenta.

De repente, noté cómo Draco se quedó completamente embobado al verla.
Fue un parpadeo, pero bastó para que todos en el grupo lo viéramos... Excepto Meeple, quien también estaba embobado viendo a su enamorada.

—Vaya, ¿Ahora qué pasó con el "Heavy Metal Lover"?— dijo Brock en tono bromista, quizá sea su nuevo apodo, viendo cómo no podía apartar la mirada.

Y el mencionado dejó escapar un suspiro sin apartar la vista de ella, y simplemente dijo:
—Mi récord de querer estar soltero se ha roto...

Todos explotamos en risas, incluso él se unió, estando un poco avergonzado pero claramente encantado con la situación.
La idea de que alguien como él, tan acostumbrado a la soltería de repente estuviera tan distraído por alguien, nos causaba bastante gracia.

—¿Ya está en modo "romántico"?— preguntó mi hermano con una sonrisa.

Meeple, con su usual tono juguetón, le soltó a Draco:
—Ahora ambos queremos chicas "badass", ¿eh?

Él lo miró y asintió, tomando un sorbo de su copa con una sonrisa. No era algo que lo avergonzara, después de todo, su nuevo crush tenía esa vibra fuerte y atractiva.

—La he visto tocar batería algunas veces con otros cantantes, si es que no me confundo de persona, pero Bibi a veces la ha mencionado, pero no recuerdo cómo se llama... — agregó Draco —Siento que la he visto en revistas de modelos alguna vez.

—Se llama Lumi— le aclaré la duda.

—Ohh... Suena interesante ese nombre—

Él se acomodó más en el mueble, observandola aún sin apartar la mirada y dijo, casi en tono de broma, pero con cierto aire de certeza:

—Ella no lo sabe... Pero va a ser mi baterista.

Nos miramos entre todos, conteniendo la risa. Era obvio que Draco estaba bromeando, pero no podía negar lo mucho que se había impresionado por ella apenas con mirarla.

Fue entonces cuando mi hermano, quien parecía que había estado en sus pensamientos por un rato, levantó la vista y comentó con tono sarcástico:
—Eh, ¿No ibas a contratar a Stu como tu baterista?

Y Draco simplemente se encogió de hombros, respondiendo sin prisa:

—Stu puede esperar.

___________________________

No pasó mucho tiempo antes de que Lumi comenzara a acercarse hacia nosotros. Fue un movimiento natural, casi sin esfuerzo, como si siempre hubiera estado destinada a encajar entre nosotros.

Nadie dijo nada al respecto, pero todos lo notaron.
Se sintió en el aire, en la forma en que nuestras miradas se cruzaron un segundo y luego fingimos estar más interesados en la comida o en cualquier otra cosa.

Larry, siempre rápido con los comentarios, se inclinó hacia Draco y le susurró con un tono apenas audible:
—Actúa natural.

Él parpadeó un par de veces como si su cerebro estuviera procesando la situación. Pero antes de que pudiera hacer algún comentario sarcástico, Lumi se paró justo frente a él, con esa energía suya que parecía llenar cualquier espacio.

—¡Draco! No tienes idea de cuánto te admiro. ¡Tu música es increíble, y tu manera de tocar la guitarra es de otro nivel! Y, bueno... ¿Podría tener un autógrafo tuyo?— bajó su tono de voz a uno más tímido.

Se notaba que hablaba en serio. No era solo la típica adulación de un fan casual. Ella irradiaba entusiasmo genuino, pero sin cruzar la línea de ser demasiado efusiva o intensa. Eso hizo que nuestro metalero quedara aún más fascinado.

Él mantuvo su compostura, pero cualquiera que lo conociera bien podía notar el leve cambio en su mirada, como si internamente estuviera lidiando con el hecho de que una chica así de impresionante fuera fan suya.

—Gracias, me alegra que te guste mi trabajo...— respondió, relajado como siempre, con su tono pausado y su actitud de "haz como si estuvieras en casa".

Mientras tanto, Meeple vio su oportunidad y se acercó con su característico desparpajo.

—Voy a robarte a tu amiga un rato, si no te molesta.

Ella ni siquiera se inmutó ante el comentario. Simplemente asintió y le sonrió haciendo pulgares arriba, sin perder su confianza.

Pero antes de irse, se tomó una foto con Draco y él, sin dudarlo, le firmó un autógrafo. Se sentía como un momento clave, de esos que se quedan grabados en la memoria.

Luego, giró la cabeza hacia mí, me saludó de nuevo.

—Oye, ¿puedo pedirte tu número?— preguntó con timidez pero amablemente.

...

¿Qué?

Por un momento, sentí como si el tiempo se ralentizara.
No porque me molestara dárselo, sino porque... ¿por qué lo quería? Mi mirada se cruzó con la de Draco quien estaba tras ella, y parecía igual de sorprendido que yo. No era celos ni nada por el estilo, solo... confusión.

De todas las personas aquí, había asumido que ella obviamente querría seguir hablando con Draco, no conmigo.

Pero no tenía razones para negarme, así que se lo di con educación. Pensé que tal vez quería ser amiga después del incidente con Buzz... aunque algo en su actitud me hacía dudarlo.

Para mi sorpresa, en lugar de volver con Bibi o seguir con Meeple, Lumi comenzó a sacarme conversación a mí...

Caminamos hacia otro lado del salón mientras ella hablaba con su energía habitual, aunque pensé que, solo era una introvertida "sociable", a diferencia de yo quien no le agrada estar rodeado de tanta gente, quizá por eso llegó sola con Bibi.

Aproveché un momento en el que estaba distraída para echar un vistazo hacia donde estaba el metalero.

Nos miramos.

Mi expresión fue clara:
"¿Ahora qué hago?"
Y él parecía verme con una expresión de:
"¿No me vas a traicionar, verdad?"

No pude evitar soltar una risa por lo bajo, pero al mismo tiempo, mi mente empezó a trabajar rápido.

Ahora la cuestión era... ¿cómo la hacía volver con él sin que fuera obvio?

___________________________

Ella no era mala onda, para nada. De hecho, era increíblemente buena escuchando y podía agregar algo interesante a la conversación.

Tenía esa energía contagiosa que hacía que la charla fluyera, aunque también era un poco tosca y ruda en su forma de moverse. En una de esas me dio unas palmadas en el hombro mientras reía, pero sentía que me golpeaban con un martillo.

Fue entonces cuando se me ocurrió una excusa perfecta...
—Seguramente Draco quiere más vino. Vamos por un poco más y volvemos con él.

Milagrosamente, no cuestionó mi idea y ambos nos dirigimos hacia la mesa donde estaban sirviendo las bebidas.

Cuando comenzó a servirse, todo iba bien hasta que en un segundo, su copa se inclinó demasiado y casi derrama el vino.

—¡Ah!— exclamó, tratando de controlarlo.

Me acerqué rápido y cerré la llave del gran bote de bebida antes de que hiciera un desastre.

—Con cuidado...— murmuré, mientras ella reía con torpeza, algo apenada.

Pero en ese instante, sentí una mirada sobre mí.

Al girar la cabeza ligeramente, la vi.

Melodie.

Estaba sentada en otra mesa, observándonos... Pero lo extraño fue que no pude descifrar su expresión. ¿Me sonreía? ¿Estaba molesta? ¿Sorprendida? No lo sabía. Y por alguna razón eso me inquietó un poco.

No entendía por qué me miraba así, pero dejé de pensar en ello cuando Lumi ya tenía las bebidas listas.

Volvimos con el enamorado, quien, al ver el vino, sonrió como si le hubiéramos hecho un favor enorme.

—¡Bien pensado!— dijo, tomando su nueva copa con tranquilidad.

Brock se levantó para ir a otro lado hace rato, lo que me dio la oportunidad perfecta para dejarlos a ellos dos solos. No podía ser tan obvio, así que improvisé una excusa rápida.

—Voy al baño— anuncié.

Draco apenas reaccionó, y su nueva acompañante simplemente asintió mientras se acomodaba en su asiento.

—Y... ¿De dónde vienes? Tu acento me suena familiar— comenzó él para entablar la charla.
—De Finlandia. Tú suenas como que... Eres noruego...— respondió enchinando los ojos —Igual eso se ve en la Wikipedia—

—¡Acertaste! ¡Eres adivina!— respondió riendo al igual que ella.

Justo entonces llegaron los platillos, así que supuse que la dinámica fluiría sin problemas.

Fui al baño, y ahí me encontré con mi hermano, quien estaba en una llamada con Pearl.

Era normal verlo cursi y tierno con ella.

Cuando notó mi presencia, pausó la llamada y me miró con curiosidad.

—¿No estabas con Lumi?

—Sí— respondí, sin mucho contexto.

Nos quedamos en silencio por unos segundos, ambos todavía confundidos por cómo ella se había interesado en hablar conmigo en primer lugar.

Entonces, con su clásica actitud humorista para romper el hielo, soltó:
—Esperemos que Melodie no se ponga celosa.

Me reí un poco, pero luego pensé en eso.

Celosa...

Nunca la he visto así. Nunca me había dado una razón para pensar que lo sería. Aunque bueno, la forma en que me miró antes me dejó esa duda.

Y hablando de ella...

Cuando regresé, apareció en los pasillos que dirigían hacia el gran salón. Se veía tranquila, pero algo en su mirada me hizo notar que había más detrás de esa calma aparente.

Nos saludamos de nuevo, y me preguntó con un tono neutro:
—¿Todo bien?

—Sí— respondí sin pensarlo mucho —Estaba hablando con Draco y una amiga.

En cuanto mencioné lo último, su expresión cambió.

Fue sutil, pero lo noté.

Intentó ocultarlo con un simple y cortante:
—Okey.

Fruncí ligeramente el ceño.

—¿Qué tienes?— pregunté preocupado.

—Nada.

Se cruzó de brazos y desvió la mirada. No necesitaba ser un experto en lenguaje corporal para saber que claramente sí tenía algo.

—¿Segura?

—Sí, no tengo nada.

Su respuesta fue rápida, demasiado ensayada. Y entonces recordé lo que Larry me dijo hace poco.

—... ¿Estás celosa?

Parpadeó varias veces algo nerviosa.

—¿Celosa de qué?

La forma en la que se justificó casi de inmediato la delató por completo. Y continuó su oración:

—O sea, no pasa nada, ¿sabes? Si te vi ayudándola con el vino... e irse platicando a otro lado, y pues, son amigos, vi que le pasaste algo, no sé... —Dijo aquello último en voz más baja, sin mirarme directamente.

Ahí entendí todo.

Sonreí un poco y me acerqué más a ella.

—Mel, en realidad solo intentaba juntar a Draco con Lumi, así se llama, por eso hablé con ella.

Sus ojos se abrieron un poco y su expresión pasó de la ligera molestia a la culpa en cuestión de segundos.

—Oh... Dios, qué vergüenza...— Se llevó una mano a la frente —Lo siento, no debería haberme sentido así...

Negué con la cabeza y tomé su mano con suavidad.

—No tienes que disculparte.

Con la otra mano, toqué su mentón para que me mirara.

Ella me observó en silencio y, sin pensarlo mucho más, le di un beso suave en los labios.

Sus mejillas se encendieron de inmediato.

—No ocurre nada— murmuré —Solo pienso en ti.

Bajó la mirada con una pequeña risa, aún sonrojada.

Estábamos por darnos otro beso cuando, de repente, un grito rompió el momento.

—¡¡SÍIII!!

Larry salió de la nada, con una sonrisa enorme y los puños en alto, sin notar lo que estaba pasando.

Nos alejamos rápidamente, como si no hubiera ocurrido nada.

—¿Qué pasa?— pregunté disimulando calma.

Él aún emocionado se ajustó los lentes y dijo con un poco de vergüenza:
—Chester y Mandy me ayudarán a rehacer mi pedido después del desastre de Candyland, ya sabes, para mi reunión con Pearl de nuestro aniversario!

Nos miramos por unos segundos antes de asentir lentamente.

—Ah— Melodie sonrió, aún con un leve sonrojo —Pues... felicidades.

Mi hermano siguió en su propio mundo.

____________________________

Cuando regresamos al gran salón, ella me tomó del brazo con una seguridad que no había mostrado antes. Era claro que estaba dejando en evidencia que yo era de su territorio.

No era algo que hacíamos seguido en eventos como este, así que la gente nos observó con curiosidad...

Podía sentir las miradas encima, lo que me puso un poco nervioso, pero a ella parecía no importarle en lo más mínimo.

A lo lejos, escuché unos chiflidos seguidos de aplausos de parte de sus amigas.

—¡Eso, Melodie!— gritó Bibi entre risas.

—¡Tómalo bien del brazo, reina, que se te escapa!— añadió Emz, aún más divertida.

Ella solo sonrió con aire confiado, sin soltarme ni un segundo.

Pasamos junto a la mesa de Draco y Lumi. Para mi sorpresa, parecían haber tenido química de inmediato.

Ahora estaba completamente enfocada en Draco. No solo como una admiradora especial, sino con otra clase de interés más genuino.

Él alzó la mirada al vernos y nos saludó con una leve sonrisa.
—Eh, míralos, regresaron.

Melodie le devolvió el saludo con ese aire confiado que aún no desaparecía. Luego miró a Lumi y la saludó con tranquilidad, a diferencia de ella que agitaba su mano con rapidez.

Ella nos analizó por un momento, como si estuviera procesando algo. Luego cambió su expresión por una sonrisa radiante llena de curiosidad y preguntó sin rodeos:
—¿Ustedes son pareja?

Sentí que Melodie dudó por un instante, pero antes de que pudiera responder, dije con calma:
—Sí lo somos, pero nuestra relación es privada.

Ella asintió como si lo que dije fuera una verdad absoluta.

El otro rió y agitó su copa.

—¡No sean penosos! La prensa y los fans podrán ser intensos, pero eso no define su relación.

Ambos intercambiamos una mirada antes de asentir.

—Gracias— dijimos casi al mismo tiempo.

Sin más, los dejamos a solas. Después de todo, ahora los dos metaleros parecían estar en su propio mundo.

_________________________

Más tarde, Melodie sugirió que exploráramos el último piso del edificio.

Dijo que tenía curiosidad por ver qué había arriba, ya que, cuando llegamos, notó desde la entrada que había sombrillas y sillas en la azotea, con un estilo moderno y rústico que le llamó la atención.

Sin mucho que hacer en ese momento, acepté su idea y nos dirigimos al elevador.

No había nadie más ahí.

Mientras el ascensor subía, nos quedamos en silencio por un momento, observando a través del cristal.
La ciudad brillaba con luces de todos los colores, dándole un aire vibrante y caótico a la vez.

A lo lejos, aunque parecía sorprendentemente cerca, podíamos ver Starr Park iluminado, con su noria gigante y las atracciones funcionando a toda máquina.

La vista era impresionante.

Cuando llegamos al último piso, resultó ser justo como Melodie había dicho: una zona diseñada para relajarse.

Había una piscina iluminada con luces suaves, un jacuzzi burbujeante y palmeras decorativas que le daban un aire tropical.
Las grandes sombrillas estaban cerradas por ser de noche, y las largas sillas alrededor parecían perfectas para descansar.

Nos acercamos al barandal de cristal, admirando la vista desde ahí. La ciudad seguía brillando a lo lejos, con el viento nocturno soplando suavemente.

Se hizo un silencio entre nosotros, pero no era incómodo.

Hasta que habló.

—Oye... Perdón por cómo me comporté hace rato— dijo con un tono algo avergonzado —Odio esos tontos celos.

Giré un poco la cabeza hacia ella, pero no la juzgué.

—No te preocupes...— le respondí con una ligera sonrisa —Ya estamos a mano.

Ella me miró como si no entendiera a qué me refería, hasta que captó la broma y soltó una risa suave.

Yo también me reí levemente y me acerqué un poco más a su lado.

Pero, entonces, se acomodó de una forma que yo quedara justo detrás de ella, y sin decir nada, tomó mis manos y las colocó sobre su cintura.

No me moví.

Solo la abracé, sintiendo su calidez mientras seguíamos observando el paisaje.

Me entremiró, sus ojos brillaban con la luz tenue del lugar. Luego bajó la mirada y, con un tono juguetón, me preguntó:
—¿No harás algo más?

Sonreí de lado.

—Me leíste la mente...— murmuré.

Dije su nombre suavemente, y ella volteó hacia mí. Apenas lo hizo, acerqué mi rostro al suyo y la besé.

Al principio, fue un roce suave, casi tímido, pero mantenía esa pasión latente.
Sentir de nuevo la calidez de sus labios era como besar pequeñas almohadas de terciopelo, una sensación que podría hacerme perder la noción del tiempo.

Mis manos seguían en su cintura, acariciándola con delicadeza, con cierto nerviosismo, pero al mismo tiempo con la seguridad de que quería estar ahí, con ella.

Melodie no tardó en corresponder con más intensidad, haciendo que mi corazón latiera un poco más fuerte.
Su beso se volvió más profundo, más demandante, y por instinto la acerqué más a mí.

Pero por un momento, detuve el beso sin brusquedad.

Nos quedamos mirándonos, respirando algo agitadamente.
La tensión entre nosotros era evidente, no por incomodidad, sino porque ambos estábamos conscientes de lo que ese momento significaba.

Era nuestro instante a solas.

Se giró lentamente y pasó sus brazos alrededor de mi nuca, acercándome más a ella. La rodeé con mis brazos sin pensarlo, inclinándome apenas para ajustarme a su altura.

A nuestro lado había una pared, y en un movimiento inesperado, me jaloneó suavemente hacia ella, haciendo que mi espalda quedara contra la superficie fría.

Me aparté por un momento, respirando agitado, tratando de calmar el calor que se había acumulado entre nosotros.

Pero entonces, con esa voz melosa y segura que siempre me desarmaba, me sonrió y dijo:
—Besas muy bien...

Mis ojos se abrieron un poco más, y sentí cómo el calor subía a mis mejillas.

No supe qué responder de inmediato, pero el nerviosismo que me provocó su comentario no era malo. Al contrario, se sentía bien.

Continuamos más besos manteniendo esa suavidad hacia ella, y cuando nos tomamos un respiro, algo me incentivo en hacer algo...

Esta vez fui yo quien tomó el control. Me acerqué con determinación y, con suavidad, la giré para que quedara contra la pared.

Nuestros labios se encontraron de nuevo en una sesión de besos lenta pero profunda, donde la traté con la misma gentileza de siempre, disfrutando de cada roce, de cada respiración entrecortada que compartíamos.

De pronto, Melodie dejó mis labios y empezó a esparcir pequeños besos por mis mejillas, bajando con sutileza hasta mi cuello.

Me sobresalté un poco al sentir su cálido aliento y el roce suave de sus labios en mi piel.

—Eres atrevida...— murmuré con una mezcla de sorpresa y diversión.

Ella rió en voz baja, con esa picardía suya que me volvía loco, y antes de que pudiera reaccionar del todo, volvió a atraerme hacia ella, sumergiéndonos otra vez en un beso profundo.

Pasaron unos segundos—o tal vez minutos—enredados en aquel juego de labios y caricias suaves, hasta que finalmente nos separamos apenas, respirando con agitación, mirándonos con esa tensión entre ambos.

—Mm... Oye...— su mirada bajó, y cuando yo lo hice también, su pecho rosaba contra el mío. Alcé una ceja ligeramente, haciendo un sonido de confusión.

Ella suspiró con nerviosismo, como si quisiera que hiciera algo más.

La sujetaba de la cintura, y me tenía agarrada de mis hombros...

Sin decir algo, tomó mi mano izquierda y, la dirigió hacia su pecho.

De inmediato sentí de nuevo mi corazón latir rápido.

Era pequeño pero se sentía como una almohada, acariciaba lentamente. Melodie todavía tenía la mirada baja, le daba vergüenza mirarme, solo suspiraba en bajo volumen.

—Eres suave...— mencioné en tono bajo, le causó una leve risa, aún sin decirme algo.

No me contuve y la tomé nuevamente del mentón, cerramos los ojos y nos dejamos llevar una vez más entre besos.

Aún tenía mi mano sobre su busto, di unas caricias con las que le entregué besos más "agresivos", pero sin esa desesperación que sentía.

Melodie soltó un jadeo ahogado. Besarla era como deleitarme con mi postre favorito.

Pasó sus manos por mi pecho, y luego las subió hacia mis mejillas, así profundizando esto.

Me atreví en separarme del beso, como si le hubiese arrancado algo que quería solo para ella, pero se lo compensé con algo más.

Posé mi otra mano sobre su busto derecho, y la otra tras su espalda, me incliné hacia su cuello para repartir besos.

Amaba esto.

Parecía contener esos sonidos que me moría por escuchar, así que le ordené algo:
—Quiero oírte...

—¿Ahora me das órdenes?...— preguntó con ese tono burlón y pícaro.

Y antes de que dijese algo más, hice algo más como en señal de decirle "sí, ahora lo hago". Pasar la punta de mi lengua en esa zona, haciendo que responda con un pequeño jadeo de sorpresa.

Pero recibí una llamada al instante, mi celular interrumpió todo el ambiente.

—Mierda...— maldije en voz baja, nos imtentamos relajar, solo era Larry.

—¿Dónde estás, Law?— preguntó al otro lado de la llamada.

Intentaba hallar una respuesta lógica entre tanto pensamiento de solo querer comerme a Melodie.

—Este... fuimos a... Fuimos a ver el piso de arriba.

—¿Okey...?

—Sí.

—¿Estás bien? Suenas nervioso.

—Me siento excelente, chau— respondí con tensión antes de cortar la llamada.

Supongo que debíamos bajar, no quiero que alguien esté de chismoso por las noticias.

__________________________

Entramos al elevador sin decir algo, revisaba su celular y yo observaba el paisaje de hace rato, tomando agua de una botella que saqué de una máquina expendedora.

—Me tocaste muy bien— lo dijo directamente, y casi me ahogué con el agua.

—Melodie...— murmuré con vergüenza.

—¿Qué?— se rió.

Ambos olvidamos algo cuando llegamos al gran salón.

Porque cuando mi hermano nos halló con la vista y se nos acercó, nos miró con algo de sorpresa.

—Oigan, si van a estar con esas cosas, sean más discretos.

—¿Qué?— dudé, antes de que me respondiera.

—Chécate en el espejo.

Melodie me miró y soltó una risa ahora nerviosa.

—Ups, olvidé que mi labial no era intransferible...

Suspiré con vergüenza, sintiendo mis mejillas arder, y me dirigí al baño para limpiarme el rostro.

Quién sabe que otras cosas ocurran durante esta pequeña vacación. Larry quiere organizar esa fiesta, y Melodie cumple años a finales del mes.

Antes de pensar en algo más que teníamos pendiente, recibí una invitación desde el grupo que creó Draco:
"Estás invitado a nuestro aniversario de bodas, un campamento en el Bosque Encantado a las afueras de Brawltopia! Más información abajo junto con el código de invitado. Atte: Stu y Nani"

Sonreí levemente, me alegra que hayan hecho su vida unidos.

No vendría mal un fin de semana ir de campamento con amigos y conocidos.

____________________________

Dibujito de la escena del Draco enamorado wuuu

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top