Capítulo 12: Lawrie quiere castigar (2/2)



El día llegó. Debíamos mantener todo en anonimato, que nadie más debía enterarse de lo que estaba por ocurrir.

Las piezas estaban en su lugar, y yo, la verdad, estaba tan concentrado en el plan que casi olvidaba lo que significaba todo esto.

Melodie iba conmigo en el auto, y el chofer llevaba el volante, mientras Larry estaba al otro lado un poco distraído con su propio mundo.

Ella como siempre, tenía una manera de hacer que todo se sintiera menos tenso, aunque era claro que estaba curiosa por lo que tenía planeado.

—¿Qué estás tramando, Lawrie?— me preguntó con una sonrisa, como si realmente pensara que le iba a decir algo.

Mi respuesta fue una sonrisa más amplia, una que trataba de ocultar todo lo que llevaba en mente.

—Es una sorpresa— Mi tono fue tranquilo, pero había algo en mí que sentía que iba a ser más grande de lo que imaginaba.

Se recostó en el asiento, pensativa, pero de repente, de la nada, tomó mi mano. Fue tan repentino que mi cara se tornó roja de inmediato.

El ambiente en el auto cambió, y por un momento, no importaba el plan ni lo que estábamos por hacer. Solo importaba ella, cómo me hacía sentir en esos pequeños gestos.

Miré sus ojos, y aunque estaba centrado en lo que venía, sabía que no debía olvidar esto, lo que realmente importaba.

—A veces, las sorpresas no son tan malas, ¿no? —dijo con una suave sonrisa que hacía que mi corazón latiera más rápido de lo que ya estaba.

Asentí y apreté un poco más su mano, disfrutando de lo que era, aunque mis pensamientos seguían ocupados con el futuro cercano.

Cuando llegamos al festival, el ambiente era electrizante. Habían artistas por todas partes, la gente compraba flores, comida y bebidas, y las atracciones de Starr Park estaban llenas de visitantes disfrutando del evento.

Todo parecía en su punto, el tipo de escenario perfecto.

Yo llevaba mi ropa habitual, pero con mi placa policial y mi arma bien visibles, lo mismo que Larry, pero con una camisa de botones amarillo pálido y shorts holgados color café claro, él ama ese estilo de ropa.

No íbamos como simples espectadores, asegurándonos de que todo se mantuviera en orden... al menos en la superficie.

R-T, por otro lado, había decidido meterse de lleno en su papel.

No era la primera vez que lo veíamos transformarse, pero aun así era impresionante cómo de un chico pelinaranja de 20 años pasó a parecer un señor de mediana edad con cabello algo canoso y una voz más gruesa... aunque de vez en cuando se le salían gallos que arruinaban su acto.

Ahora era "el guardia Ramírez", supuestamente un trabajador encargado de la logística del festival. Mi hermano y yo ya estábamos acostumbrados a sus disfraces, así que no hicimos ningún comentario.

Melodie caminaba entre Larry y yo, siendo resguardada en medio de la multitud.

La gente la saludaba con entusiasmo y le pedía fotos, y aunque yo trataba de enfocarme en la seguridad, no pude evitar mirarla. Su vestido beige con estampado floral rosado la hacía lucir increíble, y esas pequeñas rosas en su cabello le daban un aire etéreo, como si fuera la personificación misma de la primavera.

Cuando la vi salir de su casa así, me quedé maravillado. No pude evitar halagarla en ese momento, y verla sonrojarse un poco me hizo sentir... especial. Pero ahora, en medio del público, tenía que mantener la compostura.

Me aseguré de que nadie tomara fotos desde ángulos indebidos, observando a mi alrededor y pidiendo con firmeza que mantuvieran el respeto. Larry siendo contrario a mí, era más amable, pidiendo con educación que abrieran paso y recordando a los fotógrafos que evitaran posiciones cuestionables.

En ese momento, noté que R-T se dirigía a la parte trasera del escenario donde se llevaría a cabo el show de los Bad Randoms.

Lo vi tomando su papel en serio, fingiendo ser un encargado de las pantallas del escenario de concursos.

Y es que, la noche anterior, R-T había hecho lo que mejor sabía hacer: hackear. Logró infiltrarse en todos los perfiles de Buzz y encontró una gran cantidad de cosas indebidas que había hecho o dicho.

Pero no podíamos soltar la bomba de inmediato, todo debía hacerse paso a paso.

_________________________

El festival avanzaba con su programación.

Primero, un concurso de danza organizado por alumnos de la academia de Brawltopia. Luego, un concurso de cocina liderado por Pearl y los estudiantes de artes culinarias.

Ahí apareció Lou, el hijo del dueño del Snowtel, quien impresionó a Melodie con un pie helado hecho en tiempo récord, incluso le dio de probar a los integrantes de Bad Randoms. Vi su expresión fascinada mientras lo aprobaba para la siguiente ronda.

Finalmente, llegó el evento principal: el concurso de canto.

Más gente se reunió para verlo, especialmente porque Doug ayudó con nuestro plan, ofreciendo un doble hot dog a quienes fueran a presenciar el último evento...

No era la estrategia más ética, pero funcionó. La multitud creció rápidamente, con la emoción de ver a la banda en acción.

Entre la multitud para mantenerme tras Melodie, y noté a un grupo particular: los héroes.

Surge, Max, Meg, 8-bit, Brock y Crow estaban allí apoyando a Janet, quien iba a cantar junto con Stu, Poco y Buzz, bajo el nombre de los "Good Randoms".

Mi mirada se posó en Janet por un momento, y recordé algunas de las cosas desagradables que vi mientras revisábamos lo que R-T había encontrado. Me dio un poco de lástima... pero esto tenía que salir a la luz.

Era solo cuestión de tiempo...

Mientras la banda preparaba sus instrumentos, sentí una presencia familiar a mi lado. Era Meeple.

—¿Entonces qué planeaste?— me preguntó en voz baja, ajustándose los lentes con curiosidad.

No podía arruinar la sorpresa tan pronto, así que solo le di una sonrisa astuta.

—Solo espera— le respondí —En cuestión de minutos, esto va a estallar como una bomba de tiempo.

—¿Pusieron una bomba?— preguntó con temor y rodeé los ojos.
—No, es solo una expresión—

Así que se quedó con la intriga, pero no insistió. En cambio, asintió con una mezcla de emoción y nerviosismo. Justo en ese momento, su teléfono sonó. Era Bibi, así que me lanzó una última mirada antes de alejarse para atender la llamada.

—Gracias por poner en su lugar a ese baboso— agregó antes de irse.

Me limité a sonreír mientras lo veía alejarse.

En el escenario, la banda empezó a tocar y mi atención se desvió a Janet. Era una joven muy talentosa, y lo que más me llamó la atención fue que Melodie la observaba fijamente.

Por un momento, recordé que ellas solían ser amigas hace años. No sabía exactamente qué pasó entre ellas, pero el hecho de que ahora no se dirigieran la palabra decía mucho.

La banda comenzó su presentación y, a pesar de todo lo que pensaba de Buzz, tenía que admitir que la energía en el escenario era contagiosa. Janet animaba al público con su voz, los demás seguían el ritmo y la gente se dejaba llevar.

Yo no era de los que bailaban, así que solo moví mi zapato al ritmo de la música, con los brazos cruzados. Larry estaba al lado en su propio mundo, bailando con su pareja como si fueran una pareja sacada de un musical.

Observé el ambiente y decidí que no era el momento adecuado para soltar la bomba. Le mandé un mensaje rápido a R-T:
"Mejor hazlo cuando solo estén los hombres en el escenario."

No quería arruinar la presentación de Janet.

A los pocos segundos él respondió con un simple:
"Ya lo tenía pensado."

Sonreí, me gusta trabajar con gente que sabe lo que hace.

Ahora solo quedaba esperar el momento perfecto.

Todo pasó en cuestión de segundos.

________________________

La presentación de "The One" terminó y ahora era el turno de los Bad Randoms. Desde el primer acorde de "Won't Cooperate", noté algo en Buzz... Su energía era... exagerada. Demasiado exagerada.

Recordé lo que dijo Cordelius sobre su hábito de consumir sustancias antes de subir al escenario.

Y aquí estaba, en un evento lleno de familias y niños, actuando como un tipo hiperactivo y sin control... Me repugna.

Pero dejé que la música fluyera. A fin de cuentas, no todos en la banda eran unos imbéciles. Poco tocaba su guitarra como un dios, Stu en la batería hacía que todo sonara impecable... y Buzz, con todo y su actitud, tenía una voz potente.

Era gracioso ver que todos estaban disfrutando la canción, menos los que sabíamos la verdad. Meeple, Larry y yo nos manteníamos con los brazos cruzados. Draco, Melodie y Pearl compartían miradas de incomodidad. Éramos como islas en un mar de emoción.

Miré hacia atrás y vi a Brock. Cantaba con una sonrisa genuina, disfrutando el espectáculo sin saber lo que estaba a punto de pasar.

Y entonces, el golpe final llegó...

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La pantalla gigante, en vez de mostrar imágenes de admiradores y mensajes de apoyo, se empezó a llenar con algo completamente distinto.

Chats, fotos, y comentarios.

Buzz seguía cantando hasta que notó los murmullos del público.

Las primeras imágenes eran mensajes racistas. Cientos de comentarios donde insultaba a diferentes personas por su raza. Poco, Brock, Meg, Surge, Max, Janet, y muchos otros en el público quedaron paralizados.

Brock fue el primero en reaccionar, gritando desde el público:
—¿¡Qué diablos te pasa, bro!?

Sus acompañantes dejaron de tocar, observando con incredulidad la pantalla.

Entonces vino más... Mucho más.

Mensajes discriminando minorías, insultos a países, ideologías, religiones. Todo desde su perfil oficial o cuentas secundarias.

Y luego, conversaciones privadas.

Ahí estaba, hablando mal de Poco, diciendo que la comida mexicana era un asco, que su bebida "Margarita" era una basura, que no tocaba tan bien la guitarra y que la música de mariachi lo hartaba.

Él mencionado le lanzó una mirada de completa decepción.

—No, pues... ¿y eso, pa'?

Después hablaba del motociclista, burlándose de su ansiedad y tics nerviosos, llamándolo exagerado, diciendo que era una "estupidez" y que no entendía cómo Nani había elegido a alguien como él.

Stu se alejó del escenario, sin decir nada.

Y algo increíble era que esos mensajes no eran de hace semanas, ya llevaban años, e iban acumulándose.

Ahí estaba él insultando a otras celebridades, haciendo comentarios misóginos, ridiculizando a la gente por su físico.

Entonces, vi el nombre de Melodie en una de las capturas.

Mi corazón se aceleró.

"Melodie es una maldita tabla, como todas las coreanas. Por eso no sirven en la cama."

Mi mandíbula se apretó.

Ella miró la pantalla, sus ojos reflejaban enojo... pero también algo más: Dolor.

Yo estaba furioso. Rabioso.

Pero no era solo ella.

También se burló de Draco, llamándolo "maricón" por su cabello largo y "retrasado" por tratar a su lagarto como un rey. Draco le mostró el dedo del medio sin dudarlo.

Y llegó el turno de Surge, alguien más con quién tenía una supuesta buena amistad y rivalidad.

Ahí estaba llamándolo a sus espaldas "joto cobarde de mierda", burlándose de su relación con Lou, diciendo que eran "niñitas lloronas", que por ser "rubio privilegiado" era popular y no aprovechaba nunca en que una chica se le acercará por gustarle los hombres.

Surge no dijo nada, simplemente se dio la vuelta y se fue con Lou, Max y 8-Bit, quien le sacó la lengua en señal de desprecio.

Y luego vino el golpe para Brock, y Crow quien es amigo de Bibi, y aún estaban intrigados por qué más se expondría.

Las capturas de Buzz mensajeando a Bibi mientras aún estaba con Brock... Incluyendo otras capturas ajenas a su chat donde le platicaba a otros de lo buena que estaba, y entre más mensajes repugnantes.

El rostro del tipo cambió de felicidad a ira pura.

Bibi se enfureció, y le gritó, antes escupiendo su goma de mascar hacia el borde del escenario:
—¡CÓMO PUDE TOLERARTE POR TANTO TIEMPO!—

Mientras tanto, Doug miraba en silencio, viendo como sus propias conversaciones con el culpable eran expuestas, incluyendo los mensajes donde lo amenazaba con quitarle su negocio y dejarlo en la calle si decía algo sobre lo que pasó con Cordelius y Lily.

La multitud estaba en shock.

Y entonces entre murmullos, Draco subió al escenario.

Claro que el acusado intentaba victimizarse, negar todo, excusarse. Pero el metalero no le dio espacio.

Tomó el micrófono y con una sonrisa de perfecta venganza, soltó la cereza del pastel:
—Ah, por cierto... — dijo con falsa amabilidad—Todos esos adornos que ves aquí no fueron gratis... No los dio ninguna "jardinera generosa", fueron de los que tú llamaste inmigrantes... Sí, yo pagué cada flor que está en este escenario.

El cantante abrió los ojos como platos.

Draco lo miró con desprecio.

—¿Sabes lo que se siente ser usado y traicionado, Buzz?— dijo con una frialdad que jamás le había escuchado —Eres una mierda de persona... Ojalá reflexiones, quizá no te vuelva a digirir la palabra.

Y luego, se dirigió al público.

—Hagan lo que quieran con él.

La multitud estalló y los abucheos retumbaron en todo el festival.

Y no solo abucheos. Pasteles, cactus de peluche, pies, bebidas... todo lo que la gente tenía en las manos volaba directo hacia él.

El "gran rockstar" ahora estaba cubierto de crema, líquido pegajoso y basura.

Y yo, junto a Larry, Melodie, Draco y el resto, no pudimos evitar reír mientras veíamos esa obra de arte.

_______________________

El aire de la noche se sentía más ligero. Como si con la caída de Buzz, todos hubieran soltado un peso que ni siquiera sabían que llevaban encima.

Nos encontrábamos en grupo caminando por el gran parque.

Draco exhaló con fuerza, aliviado, y no fue el único. Melodie se veía tensa, y supe al instante la razón: el comentario de Buzz.

Me acerqué y le hablé con suavidad:
—Lo que él diga es una tontería.

Ella levantó la mirada y terminé con un:
—Eres bella tal como eres, Melodie.

Sus ojos reflejaban gratitud, aunque noté que aún había algo de inseguridad en ellos. Sabía que ese tipo de cosas la afectaban, pero para mí... eso nunca había sido importante.

La vida siguió. El festival no había terminado.

Y Draco tenía el último show de la noche.

Su escenario estaba increíblemente adornado con flores, luces y detalles hechos con esmero. Invitó a Cordelius y su pareja, a toda la gente a unirse a la celebración, e incluso regaló pastelitos hechos por Pearl. Siempre dándoles el crédito a quienes lo merecían.

Cuando el espectáculo comenzó, la energía en el aire era otra.

La canción estrella fue "A Draco Tale".

El público la coreaba con fuerza, la emoción era contagiosa. Todos gritaban su nombre.

Y entre ellos, Larry estaba en su máximo nivel.

Lo vi gritar a todo pulmón, eufórico, hasta que se giró y vio a un adolescente de aspecto emo que también cantaba con pasión.

Lo escuché gritarle en plena emoción:
—¿¡CÓMO TE LLAMAS, CHICO?!

El joven no dudó en responder, igual de emocionado:
—¡ME LLAMO EDGAAAAR!

—¡YO ME LLAMO LARRY!

—¡COOOOL! ¿ERES POLICÍA?!

—¡SÍII!

—¡YO SOY ESTUDIANTE DE BRAWLTOPIAAAA!

—¡QUÉ BIEEEEN!

Y así siguieron, en un intercambio caótico de gritos, completamente sumergidos en la emoción del momento.

La noche terminó con sonrisas, risas y fotografías.

Nos tomamos fotos grupales, el metalero sacó su celular y todos posaron energéticos.

Después de su show, fuimos a ver qué juegos y atracciones habían, y salieron fotos de cada momento.

En el primer juego, Larry intentaba aventar unas bolsas pesadas a unos globos de agua que se movían, mi hermano siempre fue un buen lanzador así que le atinó a una buena parte, ganándose un peluche que dejó que Pearl eligiese.

Luego, nos dirigimos a una montaña rusa con temática de la minería más grande de la ciudad, adornada de gemas moradas reales, populares de esta zona.

Entramos a los vagones, fui al lado de Melodie, Draco fue con Larry, y Pearl se quedó con R-T ya que ambos le temen a esa atracción.

Y la verdad, estuvo potente el recorrido.

El dúo se hallaba frente a nosotros e iban gritando con fuerza y abrazándose, ya que daba muchas espirales.

—¡TODA MI HERENCIA SE LA DEJO A MUSTAINE Y A MIS HERMANOOOOOOOOOOS!— exclamó Draco entre tantas vueltas.

Hasta que se alivió el recorrido y nos bajamos, salieron las fotos tomadas a través del camino.

Una que llamó la atención fue donde yo iba de brazos cruzados sin inmutarme por las vueltas y con el largo cabello de Draco tapándome la cara, Melodie venía con los brazos alzados gritando, y el dueto de mi hermano con su ídolo venían abrazados gritando.

A partir de ahí la pasamos disfrutando de la noche, atracción tras atracción.

Y en un momento, Melodie se acercó a mí.

—¿Nos tomamos una foto juntos?

Asentí con una pequeña sonrisa.

Nos pusimos en posición, y cuando la cámara capturó el momento, supe que este día sería inolvidable.

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