Capitulo 75 | Juicio part 2
La siguiente persona en subir al estrado fue la segunda muestra de crueldad de Rashta.
Mientras la miraba fijamente, ella apretó con fuerza los reposabrazos del asiento del estrado y habló,
—Yo… era la sirvienta… de la Emperatriz…. Delise.
—Continúa.
—La Emperatriz Navier…. rechazó… pájaro azul… que Emperador Sovieshu… envió como regalo… Rashta aprovechó… arrancar… las plumas… del pájaro vivo… y mintió… al Emperador Sovieshu… para culpar… a Emperatriz Navier.
Su forma de hablar era lenta y su pronunciación un poco deficiente. Combinado con el hecho de que sus palabras se entrecortaban, daba la impresión de que le resultaba difícil hablar.
Su forma de hablar pareció desesperar a parte de la audiencia, un hombre rudo refunfuñó en voz alta, “¿Por qué hablas así?”
En la zona de prensa, un periodista se levantó rápidamente enojado.
Delise hizo una pausa y se estremeció. Su mirada se desvió por un momento hacia la fuente de la voz.
Sin embargo, respiró profundamente y continuó con calma.
—Mi lengua… está cortada por la mitad…. Emperatriz Rashta… ordenó que… se me cortara… por descubrir eso.
Un revuelo estalló entre la silenciosa audiencia.
—¡Oh, Dios mío!
—¡Es una locura!
—¿Lo dice en serio?
—¡¿Cómo pudo hacer eso?!
La audiencia miró ferozmente a la persona que había dicho las anteriores palabras desagradables a Delise.
Varias personas a mi alrededor también se estremecieron y agitaron los brazos, como si el simple hecho de pensarlo fuera aterrador.
El Juez de la Corte Suprema miró a Delise con ojos compasivos y preguntó a Rashta.
—Eso es cierto. ¿Su Majestad?
Rashta respondió con firmeza.
—No.
Insultos estallaron desde la audiencia, pero Rashta ni siquiera parpadeó mientras miraba fijamente a Delise.
A continuación subió al estrado el Vizconde Langdel, que había desaparecido ayer tras confiarme a sus hombres. Desveló la investigación que había realizado para limpiar el nombre de Nian.
—… En ese entonces, Su Majestad estaba tan cegado por Rashta que ni siquiera prestó atención al informe de mi investigación.
Al final, añadió unas palabras en contra de Sovieshu, pero… desafortunadamente este era el hogar de Sovieshu. La audiencia no reaccionó positivamente.
Luego, subió al estrado el secretario de Sovieshu, el Marqués Karl. Habló de cómo Rashta siempre pedía dinero prestado al Duque Elgy para cubrir los gastos de su amante Alan y de su primer hijo Ahn, habló del caso del puerto que había causado un revuelo en todo el imperio, y por último habló de los escándalos que habían surgido a lo largo de su relación con el Duque Elgy.
Tal vez porque estos casos habían salido a la luz anteriormente, a excepción del caso de Delise, el ambiente en la Corte Suprema no era tan feroz como temía.
Sin embargo, cada vez que comparecía un testigo y revelaba las pruebas correspondientes, la atmósfera se volvía más fría.
Aun así, cada vez que el Juez de la Corte Suprema le preguntaba a Rashta si era cierto, ella lo negaba rotundamente.
Después de que el Marqués Karl bajó del estrado, alguien en la zona donde estaban reunidos los periodistas gritó de repente.
—¡Su Señoría! ¡Hay algo que quiero revelar!
Era el mismo periodista que se había levantado enojado cuando Delise había sido ofendida antes.
—¿Quién eres tú?
Cuando el Juez de la Corte Suprema preguntó con el ceño fruncido, el periodista salió rápidamente de la zona de prensa y subió al estrado.
Al igual que otros periodistas, llevaba una libreta en una mano y una pluma en la otra, pero además llevaba un documento bajo el brazo.
Los ayudantes del juez trataron de sacarlo, pero cuando apareció el periodista en el estrado, los plebeyos comenzaron a gritar su nombre.
—Dale esto a Su Señoría.
Debido a que la audiencia coreaba el nombre de Joanson, los ayudantes no pudieron sacarlo por la fuerza. Joanson extendió el documento que había traído consigo al ayudante que se encontraba más cerca.
—Tráemelo.
Cumpliendo la orden del Juez de la Corte Suprema, el ayudante aceptó el documento y se lo entregó.
La expresión del Juez de la Corte Suprema se distorsionó mientras revisaba el documento.
¿De qué será ese documento?
La audiencia también sentía curiosidad por el cambio de expresión del Juez de la Corte Suprema, por lo que dejó de corear el nombre de Joanson y permaneció en silencio.
—¿Qué es ese documento?
Cuando Sovieshu preguntó en nombre de la audiencia, el Juez de la Corte Suprema se puso de pie y respondió,
—Este es un documento judicial de un criminal condenado a esclavitud por fraude.
¿Qué tenía que ver ese criminal condenado por fraude en el juicio de Rashta? Mientras la audiencia murmuraba confundida, Joanson intervino rápidamente.
—El nombre de ese criminal es exactamente el mismo que el del hombre que una vez afirmó ser el verdadero padre de la Emperatriz. El nombre de su hija es Rashta. Su edad coincide actualmente con la de la Emperatriz. El lugar donde fue condenado a la esclavitud junto con su hija resulta ser Rimwell.
Los murmullos se hicieron más fuertes. Como si el silencio hasta ahora hubiera sido una mentira, había un revuelo por todas partes.
—¡¿Eso quiere decir que la Emperatriz Rashta era una esclava, no una plebeya?!
—¡¿Una esclava?! ¿No una plebeya, sino una esclava?
—¡¿Así que la supuesta representante de los plebeyos era una esclava que se hizo pasar desvergonzadamente por miembro de la nobleza?!
Poco después, estallaron insultos desde todos los asientos de la audiencia donde estaban reunidos los plebeyos.
Gritaron y protestaron airadamente, como si se tratara del crimen más grave que jamás se hubiera cometido.
—¡Bájenla!
—¡¿Cómo se atreve una esclava a sentarse junto al Emperador?!
—¡Deben bajarla y hacer que se arrodille!
—¡Santo Dios!
—¡¿Cómo se atreve una esclava a hacerse pasar por noble para convertirse en la Emperatriz?! ¡Es una vergüenza para el Imperio Oriental!
—¡Bájenla! ¡Bájenla!
En contraste, los nobles estaban tan sorprendidos que permanecieron en silencio.
Al menos, tenía claro que esto no estaba en los planes de Sovieshu. Aunque Sovieshu parecía indiferente por fuera, podía notar que estaba muy enojado.
Esta declaración impactante y las protestas de la audiencia habían acabado por completo con la paciencia de Rashta, que había intentado mantener la calma en todo momento.
Rashta abandonó furiosa su asiento, se dirigió al estrado, empujó a Joanson y gritó,
—¡Su Majestad Sovieshu está castrado!
Aclaro, Rashta dijo castrado (o así iba la traducción de eso) pero en realidad dice que no le hacía los cambios a la palanca JAJAJAJAJA o bien dicho que estaba dormido siempre.
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