Capítulo 71 |Escape part 2
—Su Majestad es libre de asistir a la corte suprema de forma oficial o no oficial. Puede hacerlo de la forma que le resulte más cómoda.
—¿Qué me recomienda el Conde Pirnu?
—Recomiendo asistir al juicio de forma no oficial.
—¿Por qué?
—Ambos están relacionados con Su Majestad. La situación podría complicarse si la Emperatriz está presente.
A Rashta le resultaba difícil confiar en el Conde Pirnu, pero sentía que tenía razón, así que se puso un vestido sencillo, una capa de color púrpura claro encima, se recogió el cabello y se puso un sombrero que le cubría la cara hasta la nariz.
La Corte Suprema tenía una estructura en la que un lado estaba conectado con el Palacio Imperial. Aunque se podía entrar a la Corte Suprema directamente desde una pequeña puerta del Palacio Imperial, normalmente se entraba y salía por la puerta principal.
Gracias a esta singular estructura de la Corte Suprema, que teóricamente no pertenecía al Palacio Imperial por estar situada fuera de sus muros, permitió al Conde Pirnu y a Rashta entrar fácilmente en el lugar donde se llevarían a cabo ambos juicios sin salir del Palacio Imperial.
Rashta, que entró en el gran salón, se situó entre la audiencia oculta bajo su sombrero. El Conde Pirnu y su guardia se colocaron a ambos lados de Rashta por precaución.
—¿De quién es el primer juicio?
—Primero será el juicio contra el Vizconde Roteschu, después vendrá el juicio contra los Vizcondes Isqua.
El juicio sólo comenzó tras una lenta espera de casi 40 minutos.
—Roteschu Rimwell.
Cuando el Juez de la Corte Suprema, que se sentó en el lugar más alto, miró hacia abajo y pronunció un nombre, un rostro familiar subió por unas escaleras con los brazos sujetados por dos caballeros.
—Roteschu Rimwell. Engañaste al Emperador, a los ciudadanos y al país, para hacer de la hija de tu hijo, Alan Rimwell, una princesa. Cuando Rashta Isqua, la esposa de tu hijo, se convirtió en la concubina del Emperador, permitiste que quedara embarazada de tu hijo y lo ocultaste para que tu nieta fuera consagrada como princesa. Además, te aprovechaste del secreto de esta relación para obtener beneficios, chantajeaste a la Emperatriz Rashta para recibir periódicamente dinero y objetos de valor. ¿Es esto cierto?”
—… Sí, es cierto.
—¿Quiénes están involucrados en este crimen? Si dices la verdad, tu castigo podría reducirse, pero si mientes, tu castigo será mayor.
—Mi hijo, Alan Rimwell, y mi nuera, Rashta Isqua.
Rashta a la que tanto se había opuesto y maltratado, ahora la consideraba su nuera. Era realmente irónico.
El Juez de la Corte Suprema volvió a hablar con un rostro inexpresivo.
—Traigan a Alan Rimwell.
—¡Maldito bastardo!
—¡¿Cómo se atreve a codiciar a la Familia Imperial?!
—¡Cuélguenlo ahora!
—¡Cuélguenlos a los dos!
—¿Dónde se esconde la Emperatriz? ¡Tiene que ser arrastrada con ellos!
Al oír los gritos a su alrededor, la cara de Rashta se puso blanca.
Esperaba que el Vizconde Roteschu culpara a otros de sus crímenes. Pero no había esperado que el Vizconde Roteschu tratara de hundir a todos con él.
Bajo la capa holgada, un par de lágrimas cayeron al suelo.
—¿Su Majestad quería que viniera aquí para ver esto? Ahora que estoy acorralada, ¿se supone que debo aceptar mi situación con los brazos cruzados?
Cuando Rashta recobró el sentido, los Vizcondes Isqua ya habían sido llevados al sitio de los acusados.
Además, el juicio contra los Vizcondes Isqua no tenía relación con Glorym, sino con Evely y su repentina muerte.
—Marsha Isqua. Gillimt Isqua. ¿Siguen manteniendo la misma postura sobre el caso de la Reina Evely? -Rashta escuchó a una persona cercana refunfuñar
—No lo reconocerán de nuevo- También vio al grupo de esa persona asentir.
—No, lo reconocemos.
—¿Reconocen que intentaron matar a la Señorita Evely en su camino hacia el Imperio Occidental?
Los ojos de Rashta se abrieron mucho. ¿Por qué reconocerían eso los Vizcondes Isqua? Se preguntó extrañada, pero no le dio más importancia.
Este era un asunto únicamente de los Vizcondes Isqua. Rashta ni siquiera sabía si realmente habían intentado matar a Evely.
Por la forma en que lo reconocieron, tal vez realmente intentaron matarla. ¿Podría ser que se encontraron pruebas irrefutables?
—Sí, lo reconocemos... pero no reconocemos haberla asesinado.
—¿Hicieron esto por su hija, la Emperatriz Rashta?
—Así es, ella era la reina. La Emperatriz Rashta siempre estuvo preocupada de que ella pudiera ser la razón del cambio de actitud del Emperador Sovieshu. Es por eso que… hicimos una cosa tan horrible.
El revuelo se hizo un poco más fuerte. El Juez de la Corte Suprema hizo otra pregunta a la pareja con disgusto.
—¿Entonces atentaron contra la vida de la reina Evely a pesar de llevar al hijo del emperador?
—… Sí.
—Es correcto.
—¿La Emperatriz Rashta está involucrada en esto?
—Si
Por esta razón, esta única palabra del Vizconde Isqua fue suficiente para sorprender a todos.
Los ojos de Rashta se abrieron ampliamente mientras observaba la situación a unos pasos de distancia. Por un momento pensó que había entendido mal.
¿Qué…? ¿Qué quiso decir con eso?
—Hemos soportado toda clase de insultos por parte de alguien que ni siquiera es nuestra verdadera hija. La Emperatriz Rashta, que es la causante de este hecho, se limitó a observar en silencio como todo el peso caía sobre nosotros. Ya no podemos aguantar más.
Los murmullos se multiplicaron de repente. La corte se sumió en un caos como si se hubiera roto una presa.
—¿No es su verdadera hija?
—¿Ellos están hablando de la Emperatriz Rashta?
—¿No es la Emperatriz Rashta la verdadera hija de la pareja?
Rashta dio dos pasos hacia atrás, ni siquiera podía respirar.
¿Qué están diciendo? ¿Por qué están haciendo esto ahora?
El Juez de la Corte Suprema estaba demasiado sorprendido para hablar. Sólo cuando su asistente le susurró,
—Juez de la Corte Suprema.
Pudo preguntar en voz alta,
—¿Están diciendo que la Emperatriz Rashta no es su verdadera hija?
Si esto fuera cierto, sería otro completo escándalo.
—Sí.
—Es correcto.
La pareja respondió al mismo tiempo. La audiencia se miraba con cara de asombro. La conmoción fue tan enorme que la Corte Suprema se quedó en silencio como si hubiera caído un balde de agua fría sobre todos.
El Juez de la Corte Suprema dudó antes de seguir indagando,
—Pero ustedes han afirmado que la Emperatriz Rashta es su hija desde antes de subir al trono. La Emperatriz Rashta también ha afirmado siempre que ustedes son sus verdaderos padres.
El Vizconde Isqua respondió fríamente con un rostro inexpresivo.
—Necesitábamos dinero para encontrar a nuestras hijas mientras que la Emperatriz Rashta necesitaba padres nobles para subir al trono. No es raro que una persona busque padres nobles falsos para lavar su identidad de esta manera.
Una persona de la audiencia no pudo evitar preguntar,
—¿Quiénes son los verdaderos padres de la Emperatriz Rashta? ¿Acaso es el plebeyo que hace poco afirmó ser su verdadero padre?
La Vizcondesa Isqua también respondió fríamente.
—No lo sabemos. Lo que sí podemos asegurar es que no pertenecen a la nobleza.
—¿Ustedes conspiraron para engañar al Emperador Sovieshu, o el Emperador Sovieshu estuvo de acuerdo con esto?”
—El Emperador Sovieshu no lo sabe.
Luego de horas de preguntas y respuesta de jue dio su dictamen.
—Roteschu Rimwell. Pena de muerte. Alan Rimwell. Pena de muerte. Marsha Isqua. Pena de muerte. Gillimt Isqua. Pena de muerte.
De vuelta al Palacio del Oeste, las manos de Rashta temblaban mientras tiraba de su cabello.
Nunca imaginó que los Vizcondes Isqua la traicionarían al final de esta manera.
El intento de engañar al emperador era un crimen sumamente grave, que no podía compararse con el intento de matar a Evely y su asesinato.
Por esa razón, el Juez de la Corte Suprema los sentenció a muerte en el acto.
—¡Por las mentiras de personas despreciables!
Ya era un crimen grave hacer creer al emperador que Glorym era su hija, pero ahora era como si el propio matrimonio hubiese sido una artimaña.
—¡No! ¡No es así! ¡Ese bastardo de Sovieshu fue quien me pidió que me casara con él!
Rashta gritó, empujando la mesa y pateando la silla.
—¡Y el Duque Elgy fue quien trajo a los Vizcondes Isqua!
Apretó el puño, pateó la cama con furia, mordió una almohada y la tiró al suelo.
—¡Vizconde Roteschu, maldito bastardo! ¡No estaré satisfecha incluso si lo torturo hasta la muerte! ¡Debí matarlo primero! ¡Debí matarlo primero!
A pesar de desahogarse, su ira no disminuyó. Rashta gritaba, se retorcía, tiraba de su cabello y sollozaba.
—El Vizconde Roteschu. El Vizconde Roteschu siempre fue una maldita basura, pero a los Vizcondes Isqua realmente los quería. Incluso llegué a desear que fueran mis verdaderos padres.
La última traición de los Vizcondes Isqua se convirtió en una lanza enorme que se clavó en su corazón.
Rashta sollozaba de rodillas.
—¿Por qué todos me traicionan? ¿Por qué todos me atacan? ¿Por qué nadie me apoya?
Rashta recordó a las personas que lanzaban huevos y frutas a Alan mientras maldecían. Junto con las horribles voces que pedían a gritos que la Emperatriz Rashta fuera arrastrada con ellos de una vez…
Eventualmente, el miedo se hizo más fuerte que la ira.
—Debo, debo huir.
Esto cada vez está más emocionante.
Mis redes.
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