La Trágica Llamada
E
n medio del centro comercial de Miami a las 08: 00 A.M de la mañana Yajaira y la Karda están viendo cómo pasan las noticias en una tienda de electrodomésticos donde la reportera de chismes de revistas nombrar el tema que todos están tocado y se trataba de Dubraska con su seudónimo de Diana la modelo novata que salía con la millonaria modelo Cameron y ambas estaban tratando de evitar a la prensa, Yajaira trataba de digerir lo que estaba escuchando mientras la Karda tocia tratando de evitar contacto visual con Yajaira sobre esa situación tan embarazosa, el sol estaba radiante, una mañana común en una ciudad caliente, el cielo tan azul, las personas pasaban sonrientes con sus gafas de sol , short y zapatillas de playa, la mayoría con camisas de tirantes dejando lucir sus pieles bronceadas, algunos se quedaban mirando las noticias de CNN NEXT.
— ¿Qué demonios se traen estas dos? — Pensó Yajaira en voz alta mientras la Karda alzo los hombros quedando tan sorprendida de la noticia como ella.
— Pero mi hermana es abiertamente bisexual así que no me sorprende— Trato de no tocar a fondo el tema con Yajaira— Pero ¿debe ser muy difícil para ti aceptar escuchar algo así de Dubraska? — Le pregunto la Karda.
— A mí la verdad no me importa su vida — puso los ojos en blanco Yajaira — Solo quiero saber donde esta— Yajaira ya sabía desde antes que Dubraska era rara en el sentido de que no era una cualquier chica de su edad que tenia novios o salía a fiestas con sus amigas una vez que le reviso su teléfono y nada sospechoso, o en la escuela y nunca se le conoció un novio ni incluso amigas eso no era nada de otro mundo pero nunca se imagino que le gustaran las mujeres y al escuchar las noticias que era muy comprometedoras pero nunca le importo la vida de nadie, no estaba en contra de la homosexualidad ni ninguna forma de amar pero solo pensaba que a la final solo quería que fuese feliz, caminan dejando atrás la tienda con los televisores pantalla planas unos encima de otros con los anuncios de chismes de artistas como el regreso de Selena Gómez y el retundo éxito de Billie Eilish en los Grammys, Yajaira se toca la pansa y se acaricia pensativa, la Karda se distrae con un bolso Fendi y el phone de Yajaira suena ¡Ring ring! ¡ring ring! y lo atiende.
— ¡Alo!— Dice suavemente Yajaira sin dejar de tocar su pansa con su mano izquierda.
"El Niño"
E
l niño estaba en México en una finca escondida en una zona desconocida, desde que decidió escapar de la narcotraficante que le quería quitar el mercado de la droga en la zona desde Colombia, Venezuela, Nicaragua, Panamá y México para enviarla a Estados Unidos y así a todo el mundo, había matado a más de 50 hombres para recuperar su negocio el imperio de un chico de un barrio decadente de valores y abundantes inseguridades en las noches, con drogas en las venas para poder encajar, sobrevivir a su familia disfuncional donde el padre era un alcohólico en las noches mientras en el día un soñoliento vagabundo, su madre una prostituta de la calle principal de los bares del centro de caracas donde vendía su cuerpo para poder mantener a su esposo e hijo, fumando para poder resistir sus noches de pesadillas, llegar a casa con el maquillaje corrido y con una sonrisa forzada para despedir a su hijo todas las mañanas antes de ir a la escuela, todo eso para que su hijo se dedicara a la delincuencia y ser el narcotraficante más respetado de todo el continente americano, entre prostitutas, vicios, mucha droga que repartir para el mundo, la casa tenía grandes establos de caballos con paja, muchos pura sangre de colores marrones oscuros, claros, blancos y negros, unos hermosos jardines, una piscina con agua azul y todo estaba construido a ladrillos alrededor de la piscina, la casa tenía grandes ventanales que se podía ver el hermoso atardecer y amanecer como también la gran seguridad que había en el lugar para protegerlo de sus enemigos que no podían ser contados debido a su oficio, estaba sosteniendo un maletín lleno de dinero lo abrió encima de un escritorio que parecía ser un estudio, con una pequeña biblioteca llena de libros de historia, biología, estaban los muebles, el escritorio de color blanco y triangular donde estaban una pequeña lámpara de lectura un porta lápices con un bolígrafo, un color verde y un color rojo empezó a sacar el dinero.
— ¡Hola bebe! — Sonreía pero no se podía distinguir si era por hablar con Yajaira o por tener tanto dinero entre sus manos podían ser mas de 50 millones de dólares, Yajaira no podía creer que escuchaba a El niño después de tanto tiempo sin saber de él y haber creído que estaba muerto miro su barriga porque el bebe se movía en su vientre y no paro de acariciar su barriga.
— ¿Dónde estás? — Le pregunto resentida.
— No he podido salir, sabes que estoy en peligro por una enemiga de tu nueva amiga— Yajaira miraba a la Karda y esta le hacía señas << ¿Con quién hablas?>> Pero esta le hiso señas de que esperara un momento.
— Necesito verte— Yajaira dice melancólica— Nosotros necesitamos que estés aquí, tendrás un hijo tienes que ser un buen padre— Le exigió que estuviera con ellos.
— Bebe pronto estaremos juntos— El niño respiro, pero abajo, en la mansion se escuchaba unos ruidos y se asomo por la ventana y eran unos hombres armados que no eran parte de sus guaruras— Te enviare un dinero, pero solo entiende que estaremos juntos pero por ahora estamos en peligro— La puerta del estudio se abrió de una patada por los tipos que habían subido a buscarlo el alzo las manos.
Yajaira
—
¿De qué dinero hablas? — Yajaira estaba llorando— Suenas como si te despidieras de mí, ¿Que está pasando? — Se escucho el estruendo de un disparo y Yajaira empezó a llorar, la Karda se acerco a ver que ocurría, le quito el teléfono e intento hablar pero no había nadie en la otra línea, esta intento preguntarle pero Yajaira se le lanzo encima y la abrazo solo podía llorar, durante unos minutos siguió así, se sentaron en unos bancos de la plaza saliendo del center, la Yajaira seguía aun llorando mientras negaba con la cabeza como si no pudiese creer lo que le habían dicho.
— ¿Qué paso? — Le pregunto— ¿Con quién hablabas? Necesito saber porque lloras — La Karda le seco una lagrima.
— Era el niño— Hizo una pausa para respirar y reprimir el llanto— Luego me dijo que alguien lo perseguía, hablábamos de volvernos a ver pero luego algo paso y se escucho un disparo, no sé qué paso — rompió en llanto.
— ¡Cálmate!, primero necesitamos pensar — La Karda sabía que si estaba el niño muerto en menos de lo que cantaba un gallo vendrán por ella y las manos le empezaron a temblar miraba a todos lados mientras Yajaira lloraba en su hombro y le daba palmadas en la espalda que debían esconderse, las personas pasaban de un lugar a otro, no podían confiar en nadie todos podrían ser parte de alguna trampa o quizás estaban siendo vigiladas, creyó que era mejor regresar a casa, pero Yajaira le dijo que mejor seguirían a buscar a Dubraska donde sea que estuviera, la Karda no tenía ni idea de donde podrían estar metidas las dos, pero si de verdad estaban evitando la prensa debía ser un lugar muy solitario y lejos.
Skay
S
kay despierta en un hotel lujoso de la ciudad en La OCEAN'S 5 estrellas, sabía que no podía confiar en esa arpía de la Lucy por ahora tenía que fingir ser su mejor amiga pero ella le facilitaría las cosas para terminar con la pesadilla de la Karda por una vez, ya no estaría por encima de ella nunca más, sin pijama sale de la cama desnuda con sus pechos desnudos blancos, cabello negro por los hombros colgándole se los recoge en un peinado, su cara de haber pasado una buena noche con el dinero que le había dado Lucy alquilo el hotel y así podría buscar engañar a la estúpida Lucy antes de que escapara con el dinero que le pertenecía por derecho, la habitación estaba oscura y de pronto en la oscuridad se levanta una figura ,la abraza , la toca y ella se estremece.
— ¡Pensé que aun dormías!— Y se metió en la cama de nuevo con el hombre que conoció en el juego de apuestas anoche donde estaba ebria y él se ofreció a llevarla a su casa, cuando la dejo en la puerta del hotel ella lo invito a quedarse, quemaron el fuego como chasquidos de los dedos y exiliaron los temores de no conocerse el uno al otro. Ella salió de la cama después de haber hecho el amor, se vistió— Espero no verte cuando regrese— Y se fue del hotel en un taxi a la mansión rosa, el deseo de volver a ser la dueña absoluta del dinero de la familia era su único deseo, antes y después que muriera su padre y le dejara todo el dinero a la Karda, siempre había sido su favorita ambas tenían el amor de su padre pero Skay siempre fue más odiosa que la Karda quien se mostro más educada y divertida con todos los que se acercaban, su padre le prestaba más atención según Skay a la Karda que a ella, eso genero un ambiente de diferencias entre ambas ninguna se soportaba pero cuando Skay se caso nadie le prestó atención a sus diferencias hasta ahora que había acabado en la calle después de haber terminado con su entonces ex esposo, algunas veces se sentía sola pero siempre fue así, su matrimonio fue por conveniencia su madre hundida en operaciones cosméticas , sus hermanas un completo desastre, solo la hermana que odiaba con toda su alma había hecho algo bien en la vida era como si una aurora celestial la rodeara y fuese tan brillante que desde lejos la podía ver diciéndole que siempre fue mejor que ella, pero eso cambiaria cuando no dejo nada de esa chica que todo lo que deseo lo tuvo cuando ella la termine de hundir junto con su asistente Lucy que le había facilitado las cosas, cuando el taxi entro en la mansión está el Ferrari de Lucy ya en el estacionamiento de la casa y otro taxi de donde salió Camilk que iba pasando al lado del que iba Skay, y esta salió.
— ¡Hey Camilk! — Le grito y la saludo cuando voltio, se detuvo sin reconocer a su hermana mayor.
— Skay ¿Qué haces aquí? — Le pregunto.
— Supongo que esta sigue siendo mi casa aunque este casada— Camilk asintió. — Y supongo que podre venir las veces que quiera.
— Sí, pero no te esperábamos— Decía nerviosa Camilk.
— Suenas como si estuvieses haciendo algo malo, como cuando escondías mis zapatos en la habitación de Cameron— Ambas sonrieron y entraron a la casa, los mismos muebles rosa, las flores de colores verdes, azules y rosa, las cortinas color rosa, las paredes de color blanco y los increíbles decoración de obras de todo el mundo, cuadros hermosos con estilo barroco y otros de al estilo del puntillismo, en la sala de estar estaba Lucy esperándolas mientras Carmelita le llevaba una taza de café, ambas entraron, la miraron, Camilk sorprendida porque sabía que algo malo había pasado, no estaba enterada de los hechos, mientras que Skay se esperaba cualquier idiotez de esa mujer porque estaba asustada, no quería andar en la cárcel.
— Las estaba esperando— Sonríe Lucy tomando de la taza de café un sorbo— Siéntense — Dice Lucy mientras que Camilk no deja de sentirse nerviosa porque Skay descubriera la verdad pero Lucy la mira y sonríe — Ay Camilk quita esa cara que Skay sabe de nuestro plan, de hecho, es parte de el— Camilk boca abierta mira a Skay y esta asiente con la cabeza verificando que si, estaba con ellas en la absurda idea de acabar con la Karda. — ¿Donde está Cameron? — Le pregunta Lucy a Camilk.
— No lo sé, yo no soy la niñera de nadie, además busca en las noticias, ella siempre halla la forma de hacer saber donde estuvo en la noche— Respondió subiendo los hombros y con indiferencia pero cuando Lucy le iba a responder Skay hablo.
— ¿A qué se debe todo este show Lucy? — Carmelita se puso detrás de la puerta de la sala para escuchar mejor lo que hablaban.
— Tu madre se fugo, creo que no puede con el cargo de conciencia, como si tuviera al hacerse todas esas operaciones malas en la cara y quedar con ganas de mas—Dice molesta y les entrega la carta que Kai le había dejado a sus hijas antes de irse — Y si ella habla nos hundimos todas y es mejor una hija arruinada que las 4 en la cárcel con ella 5— Abrieron la carta.
"Queridísimas hijas sobre todas las cosas las amo y sobre todo porque las amo he tomado esta decisión de ir a buscar a mi hija donde sea que este y la voy ayudar a recuperar lo que por derecho le quitamos, el demonio de Lucy nos enveneno las mentes y por un momentos creímos que era un sueño hecho realidad tener lo que deseamos pero no podría dormir en paz si una de mis hijas pasa hambre y frio por mi avaricia, espero que entiendan mi decisión siempre con amor su madre."
PD: Mimi.
— ¡Demonios! — Dice Skay
— No puede ser— Camilk se tapa la boca espantada y se levanta del sofá— Ya está decidido mi mama ya no quiere seguir con esto así que yo tampoco. — Lucy se levanta y le da una cachetada y la tumbada de nuevo sentada en el sofá.
— Tu harás lo que yo te diga — Le grito alterada Lucy. — Y justamente esto pasa cuando atrapo alguien que la ayudaba en Venezuela— Sonríe Lucy— Vámonos tenemos trabajo que hacer.
— Yo no iré a ningún lado— Se niega Camilk.
— Vas y punto— Skay la agarra de un brazo fuertemente y la arrastra al vehículo de Lucy.
Carmelita queda escandalizada con la escena que acaba de escuchar en la sala, todo podría salirse de control ellas iban a buscar a la Karda y eso significaba que estaban en peligro las chicas, Carmelita le mando mensajes de texto a Yajaira y la Karda contando lo sucedido y que estuvieran alertas y ella tenía que contactar con Kai porque también corría peligro ahora estando del lado de su hija la Karda, demostrando que estaba haciendo lo correcto como madre.
Dubraska
D
ubraska iba en un taxi en dirección para la casa en el vecindario que estaba cerca de la playa donde vivían ahora a escondidas, mientras que Cameron venía detrás con su Ferrari Rosa descapotable, Dubraska le decía al taxista que acelerara que la venían persiguiendo este aunque lo intentara se puso nervioso y no lograba alejarse mucho del Ferrari que casi le pisaba los pies porque utilizaba como herramienta el trafico, pero igual llego a la casa y Cameron llego después que el taxi se fue.
— ¿No me vas a dejar en paz? — Le pregunto molesta Dubraska — Tú y yo no podemos ser amigas.
— Yo no quiero ser tu amiga D'D y tú lo sabes— decía burlonamente, Cameron menea su cabello dorado en el aire y llegan en la camioneta Yajaira y la Karda todo se quedo paralizado por un momento como si no pudiesen controlar lo que estaba pasando en ese momento delante de sus ojos, no podían moverse, hablarse, ni siquiera pensar que debían hacer, Yajaira salió del vehículo de la parte de acompañantes pero la Karda no se atrevía.
— ¿Quién es ella? — Pregunta Cameron ninguna respondió y Cameron miro al vehículo y sonríe— Supongo que ella está ahí adentro ¿no es así? — Yajaira se acerca a Dubraska y la abraza se quedan tranquilas en el mismo sitio sin moverse como si Cameron fuese una serpiente que en cualquier momento las pudiese inyectar el veneno, la puerta del piloto se abrió y de ahí salió la Karda y la miro seriamente esperando una respuesta de su hermana.
— ¡Aquí estoy! —Le grito— yo vine a recuperar lo que me pertenece — Cameron pensaba que era una broma y la figura de la Karda era producto de un espejismo o una alucinación de los efectos del alcohol de anoche pero era su hermana, la que hacía por muerta por la culpa de Lucy y Cameron empezó a llorar, y se cubrió la cara con sus manos la Karda se acerco y la abrazo.
— Yo no sabía hasta que ya estabas allá — Decía entre sollozos — Mi madre y ella lo planearon todo Camilk y yo intentamos ir por ti pero no me dejaron ir — Lloraba la karda también lloraba.
— Estas personas me ayudaron hasta en lo que no podían, creí que estaba sola no contaba con ustedes— Lloraba con rabia.
— No digas eso, Camilk y yo estamos contigo pero Lucy nos tiene amenazadas y mi madre nos obligaba, no teníamos elección.
— Ahora puedes enmendar tu error—Le dice Dubraska a Cameron y la mira y luego ve a la Karda muy seria secándose las lagrimas
— ¿Qué tengo que hacer? — Le pregunta a la Karda.
"El Niño"
E
l niño estaba en el estacionamiento de una fábrica abandonada en la ciudad del DF o quizás en una estación del tren abandonado, estaba amarrado en una silla de pies y manos con una soga, la boca sellada con cinta adhesiva industrial, no había nadie en el lugar todo estaba solo y entraba poca luz por unas ventanas en la parte alta de una de las paredes, todo lleno de polvo el suelo, las columnas del lugar indicaban que el lugar era una construcción vieja por el deterioro del concreto, su enemigo no quería matarlo o por lo menos no aun, en el techo estaba colgado una soga de una viga que sobre salía del techo. Salen tres hombres armados con lentes oscuros corpulentos con trajes de colores oscuros, dos de ellos era de tés morena y uno era blanco con poco cabello en la cabeza, detrás de los guaruras venían 2 mujeres con una niña de 19 años aproximadamente que traían arrastras, los tres hombres se colocaron detrás del, las mujeres y la joven en frente.
— ¿Entonces eres tú el demonio que no me dejaba vivir en paz? — Decía entre un jubilo y reproche la mujer — ¿Pensaron que podían conmigo? Pues acabe con ella y ahora voy por ti— Lucy gritaba histérica y los guaruras le quitaron al niño la cinta adhesiva de la boca quitándole jalándole parte de su piel dejándole irritación y de color rojiza pero este no se quejo ni mostro menor dolor, y se empezó a reír.
— ¿Crees que terminaste con ella? — Se burlaba El niño — Lo que fuiste a exterminar en Venezuela te lo trajiste contigo, matándome solo agravias las cosas— Lucy escucha confundida y Skay la mira extrañada.
— ¿Que dice este hombre? — Le pregunta confundida y suelta por fin del brazo a Camilk — ¿La Karda está aquí Respirando en nuestras narices? — Lucy le hace señas que no lo escuche.
— Este hombre dice mentiras para confundirnos— Lucy le da una abofetea— Ahora si llego tu hora, Dame el arma Crokher— El guarura le entrego el arma a Lucy Camilk gritaba que no lo matara y Skay le pregunto que si estaba segura que lo iba a matar, y esta respondió con un señal de afirmación y disparo, Camilk gritaba, aun peor le había disparado en toda la frente la sangre manaba de su cráneo derramándose por su cara y cuerpo, Skay tuvo nauseas pero no pudo vomitar, luego Lucy dijo que no quería testigos y le disparo a los guaruras a cada uno en la frente había aprendido a disparar en el Brown cuando era pequeña tan solo 15 años con sus vecinos los que mandaban en el barrio, Lucy se dio la vuelta y dejo a las chicas ahí como si no hubiese pasado nada.
— Pero ¿vas a dejarlos aquí? — Le regunto Skay.
— Entonces ¿que sugieres que me los lleve a la mansión? — Le grito Lucy mientras caminaba, Skay y Camilk detrás de ella, el lugar estaba lleno de polvo ambas empezaron a estornudar, los cuerpo al caer al suelo la sangre se combinaba con el polvo removido al desplomarse el cuerpo al suelo.
— Ahora nos falta buscar a tu mama— Skay le agarra el brazo fuertemente.
— A mi madre no le vas a tocar ni un pelo— Lucy miraba como la agarraba fuerte del brazo Skay y luego sonríe— Porque si no te mato yo misma.
— Tu madre es una traidora yo no perdono a los traidores — Camilk aun sollozaba detrás de Skay.
— Puedes castigarla pero no la vas a matar— Lucy asintió y se zafo de Skay y siguió caminando sin dejar de soltar la pistola con que mato a los cuatros hombres a sus espaldas, entraron en el Ferrari a las afuera de la fábrica Skay manejaba Lucy empezó a temblar saco un cigarro y lo encendió daba grandes chupadas al cigarro parecía estar más tranquila y Camilk nunca la había visto así permanecieron así hasta llegar a la mansión ninguna sin decir ni una sola palabra, Lucy subió a la habitación que le pertenecía a la Karda y se quedo ahí sola, Camilk no podía olvidar el estruendo de los disparos tan cercas y tan espantosamente ver como un ser humano le quitaba la vida a otro Skay se acerco para abrazarla pero esta la esquivo y salió corriendo a su habitación Carmelita estaba por ahí limpiando y Skay la miraba desconfiada.
— ¿Colie no? — Le pregunto arrogantemente Skay.
— Si señorita — Le respondió atemorizada de que le hiciera preguntas.
— Ve a preparar mi habitación dormiré a partir de ahora en esta casa ya que no está mi madre— Carmelita fue sin protestar a preparar la habitación mientras Skay se fue a la cocina a servirse un trago y pensar que Lucy era una psicópata con la cual tenía que llevar poco a poco a la trampa sin que se diera cuenta, le había demostrado que estaba dispuesta a todo por quedarse con el dinero no confiaba en que al final le diera una parte de toda la fortuna.
Christian
C
hristian vestido de etiqueta y zapatos de vestir negros y chaqueta de cortes alemanes, tenía un pañuelo en la nariz mientras miraba el cuerpo en el suelo la sangre estaba mezclada con el polvo, era una fábrica abandonada de gaseosas, estaban cuatros cuerpos de hombres alrededor todos de los 28 a 30 años de edad, quizás padres de familias o emigrantes que reunían algo de dinero ensuciándose las manos, creyendo que algún día podrían vivir lejos de todo y felices pero terminaron como cadáveres abandonados en un lugar muy lejos de la ciudad, todos con impacto de balas en la nuca, quien los mato era un asesino experimentado no los quería vivos a ninguno y en ninguno de los disparos fallo, negaba con la cabeza mientras veía el cadáver del "niño" en el suelo amarrado de pies y manos en el suelo tumbado sentado aun en la silla, saco su teléfono y empezó hacer algunas llamadas para que limpiaran el lugar y sacaran el cuerpo del narcotraficante más importante de nuestros tiempos sin ningún sospechoso y miles de enemigos posibles pero para sí mismo todo estaba muy claro, tenía que hablar para entregárselo a sus familiares, y por ultimo darle la noticia a su mujer.
— ¡Alo Yajaira! — Saludo Christian con voz baja.
— Si, ¿Con quién hablo? — Pregunto incrédula Yajaira que no tenía el número registrado, estaba un poco extrañada.
— Necesitamos hablar sobre la muerte del niño— Hubo un silencio en la otra línea por un momento Yajaira empezó a llorar y casi cae desmayada en el suelo pero se sostuvo con la pared y se mantuvo de pie apoyada a ella sin dejar de soltar el teléfono.
— ¿Qué fue lo que ocurrió? — Le pregunto al hombre misterioso.
— Fue asesinado hace pocas horas, supongo que no tenemos que hablar sobre quien fue...— Yajaira sabia de quien se trataba pero no dejaba de llorar— La cosa es que el sabia que esto ocurriría desde el momento que lo intentaron asesinar la primera vez, asi que estaba preparado esta vez, dejo todas sus arcas y la ruta donde se maneja la mayor cantidad de drogas en América a usted, como una cantidad de dinero efectivo que puede disponer para usted y sus amigas en este momento si lo desea — Chirstian trataba de tomar el control de sus palabras y que no sonara tan duro como tenía que ser para una mujer embarazada de un narcotraficante después de su muerte — Así que tiene un millón de enemigos que no conoce sus rostros ni nombres, en este momento es el blanco de muchos hombres peligrosos y así que iré a buscarla, esté preparada y pase lo que pase no salga nunca de su casa— el hombre no dijo su nombre y Yajaira no sabía qué hacer se toco la panza y se seco las lagrimas, salió corriendo para su habitación y saco su maleta metiendo su ropa sin doblar mientras Dubraska en la sala de estar de la casa pensó que era mucho tiempo para ser una llamada y mas si era de un número desconocido, fue en busca de su prima pero la encontró secándose las lagrimas sentada en la cama.
— ¿Qué paso? — Se sentó al lado de Yajaira y la abrazo sobre el hombro y esta le conto lo que ocurría con el "niño", en eso vino la Karda, Cameron y vieron la maleta en la cama con ropa sin doblar, la maleta no estaba cerrada y a Yajaira llorando sentada en la cama abrazada a Dubraska.
Lucy
L
ucy en su habitación entra furiosa por la traición de Kai, no podía consentirlo todas se saldrían de control , no seguirían las reglas, pero lo que más la tenia insegura era lo que había dicho el narco sobre <<que fue a eliminar sus problemas pero solo se los trajo con ella>>, solo la idea de que la Karda estaba en Estados Unidos le causaba un miedo que no podía negar, tener el enemigo cerca, le preocupaba, conocía a la Karda demasiado como para saber que estaría planeando su venganza, pero Lucy esbozo una sonrisa.
— Ahora no eres nadie, engañe a todos y tengo tu dinero no puedes llegar a mi sin esa asquerosa rata de alcantarilla, está muerto y nada puede contra mi— Sonó su teléfono y contesto.
— ¿Supongo que aun nuestros planes están en pie? — Le decía Mike Hazzard un hombre que le dijo como tenía que ejecutar cada uno de sus movimientos antes de enviar a la Karda a Venezuela y hacerla perder sus privilegios, su familia como también su carrera de influencie, se le borro la sonrisa de los labios a Lucy.
— Por supuesto que todo sigue como acordamos — Puso los ojos en blanco no sabía cómo quitarse aquel hombre de encima, por más que trataba de evitarlo siempre encontraba la manera de dar con ella— Mi... nuestro plan ha salido mejor de lo que esperábamos— decía seria, pero aquel hombre gordo de mucho dinero sentado en un sillón rojo con un tabaco en la mano que estaba produciendo un hilo de humo en el aire, deslizándose como un gusano en las hojas de una flor silvestre, como el de Alicia en el país de las maravillas, solo que este era mas gordo y menos colorido. tenía un anillo de oro con una Pepa de oro negro en el dedo medio, la piedra más grande y exajerada que sobrepasaba lo elegante a lo vulgar, un traje gris de rayas negras pequeñas con una abertura en su pecho que dejaba a la vista bello negro menos espesos que las cejas, tenía una cicatriz en su ojo derecho producto de una arañazo que le hizo su gata Señora de las nieves, un día cuando su gata estuvo embarazada trataba de acariciarle la pansa y se acerco mucho la cara para sentir a los gatitos, pero está en su instinto animal de sobreprotección e instinto de madre le araño el ojo y le dejo aquel amargo recuerdo del como una cicatriz en su cara. Su mujer fue violada y secuestrada por mucho tiempo por tomar malas decisiones con el trato del rescate de su mujer, la mataron y se echo la culpa por ello, como la mato persiguen a una persona que asesino a la persona que mas amo por el resto de su vida, un empresario respetable con una empresa en su mejor momento, con una capital que jamás imagino obtener en tan poco tiempo, al mismo tiempo llamando la atención de las autoridades, quizás era el momento de dejar los rodeos y quería irse antes de que todo se le saliera de control a Lucy que llamaba la zorra que saco de su mierda mental, y la convirtió en una mierda con aspiraciones grandes.
— Quiero irme lo antes posible así que deja de jugar y haz que el proceso sea lo más eficientemente y rápido— Decía amargamente Mike.
— No podemos antes de que logre transferir todo el dinero— Lucy parecía muy preocupada por no saber cómo haría para quitárselo de encima.
— Quiero mi parte cuanto antes mejor, no me interesa si te quedas— El sonaba molesto — Así que te aconsejo que me des el dinero antes de que empiece a molestarme tu estupidez— Corto la llamada, Lucy no sabía qué hacer se estaba metiendo con un hombre poderoso y peligroso, aunque ella significaba una amenaza pero nadie quería un enemigo como Mike, ni ella podría darse ese lujo. Hizo una llamada a uno de sus investigadores encubiertos.
— ¿Ya saben donde vive? — Le pregunto sin decir nada más.
— Si, señora— Este se limito a contestar lo que se le preguntaba aquella mujer tan mal educada.
— Ya sabes lo que debes hacer, no dejes cabos sueltos y cuando digo sueltos, me refiero a no dejar ni un solo hueso a la vista de la policía— Colgó y se pego el teléfono a su pecho como asustada de que algo no ocurriría como ella lo esperaba.
Kai
K
ai compro un vuelo a Venezuela una hora antes de que el vuelo despegara, estuvo esperando en los asientos, se le presento la necesidad de orinar, maldijo pero tuvo que ir al baño al salir intento ver la hora en su reloj pero unos hombres vestidos de trajes negros y gafas oscuras que trabajaban para Lucy la detuvieron, la obligaron acompañarlos, lo hiso sin demostrar resistencia alguna ya que sabía que podría costarle la vida, Lucy no debía de estar contenta por su traición pero así como no debía pactar con Lucy no debió vender a su hija por dinero, pero estaba enmendandolo y quizás sentía que se merecía todo lo que le estaba pasando, Lucy no era la persona que dejaba cabos sueltos, la montaron en un vehículo negro con vidrios ahumados y nada de lo que hiso la ayudo a zafarse de aquellos gorilas, le pusieron una bolsa de tela negra en la cabeza intento quejarse que se asfixiaba pero recibió un golpe en la cabeza que la dejo inconsciente. Cuando se despertó estaba en una silla sentada amarrada de pies y manos sin poder soltarse estaba en una habitación blanca donde suelen meter a los enfermos metales en las películas y les colocan chalecos de seguridad para que no maten a nadie, solo que estaba vez estaba Kai, y sabia que no estaba demente o por lo menos no aun, podria estarlo si la torturaban, pensó que prefería morir que permanecer en un lugar donde solo veía la nada, en el aislamiento la volverían loca, pero en la parte alta de la habitación vio como un especie de vidrio ahumado que separaba a la habitación con otra recamara, sabía que la estaban vigilando.
— ¡Sácame de aquí!—Grito.
Camilk
C
amilk estaba en su habitación llorando que no sabía qué hacer, no sabía dónde estaba su madre quizás su hermana estaba por algún rincón de los Estados Unidos, pero no sabía cómo ayudar, estaba acostada de la nada su teléfono empieza a reproducir "Mine" De Beyonce feat. Drake, era una llamada de aquel chico que conoció aquella noche y se enamoro aquella mañana al descubrir que ya había probado sus besos antes de que lo deseara con todo su corazón, volteo el teléfono para no ver el nombre de aquel hombre, que sin saber porque lo registro y lo guardo en su teléfono, y estaba claro que era una tonta, ella sabia de ante mano porque lo había hecho, pero Jaime seguía llamando una y otra vez hasta que atendió Camilk.
— ¡Hola princesa! — Saludo con esa sensación de haber logrado lo que quieres después de intentarlo sin parar.
— No quiero hablar con nadie— Le dijo Camilk enojada, pero su voz sonaba carrasposa y llorosa.
— Pero sin embargo me estás hablando a mi— Camilk sonríe.
— Eres un creído, la verdad no me siento bien para mantener esta conversación sin sentido— Camilk dice.
— ¿Podríamos hablar y vernos? — Le propuso, Camilk exhalo profundo.
— Está bien ven a buscarme en la residencia Queen, la mansion rosa — Jaime empezó a toser, estaba hablando con una de las hermanas de la mujer que Lucy le quito todo su dinero— ¿Pasa algo o es que tu dinero no alcanza para alquilar algún deportivo para sorprenderme? — Decía burlándose.
— No se trata de eso, me sorprende que me aceptaras para salir— No quería imaginarse lo que Lucy les haría si se entera que salia con otra chica, que de paso es más joven y conoce a la perfección— ¿Iré por ti o por la rubia? — Ahora el se burlaba del disfraz de mujer de la pequeña Camilk.
— Por ahora solo tendrás tratos conmigo — Decía Camilk no muy contenta de esa estúpida peluca rubia.
Yajaira
M
ientras tanto por otro parte, en la ciudad de Miami.
— ¿A dónde te vas? —Le pregunto la Karda preocupada — ¿Qué es lo que pasa contigo? No puedes irte en tu estado, no puedes irte, está decidido— La Karda empezó a dar vueltas en la habitación, no sabía qué hacer, se suponía que el "Niño" las ayudaría pero ya el no estaba, por un momento pensó que se trataba de un supuesto asesinato pero era evidente de que Lucy no permitiría errores de tal grado a estas alturas, lo que la aterraba era que supiera que ya se encontraba en Estados Unidos, pero Yajaira no decía nada, estaba llorando abrazada a Dubraska que no sabía que debían hacer, porque no solo se trataba de Lucy sino de todos los carteles de América entera detrás de su prima, en eso entra apresurada a la habitación Cameron.
— ¿Ustedes esperan a alguien? — Pregunta Cameron un poco asustada todas se vieron y negaron con la cabeza— Hay un montón de hombres armados alrededor de la casa— La Karda y Dubraska salieron a ver de qué se trataba, mientras Yajaira empezó a llorar aun mas, salieron de la habitación y se asomaron por las ventanas de la cocina y del garaje estaban rodeadas, la Karda se paso la mano por su cabello, mientras Dubraska miraba a Cameron que se mordía los labios.
— Sera mejor que se entreguen o habrán heridos— Empezó a decir uno de los tipos con cara de sicarios en la puerta— Sabemos que están ahí adentro y si no salen iremos por ustedes— Cameron iba abrir la puerta pero la Karda la detuvo.
— Pero ¿te has vuelto loca? — La agarro de ambos hombros moviendo la cabeza que no lo hiciera.
— Es lo mejor— Volteo a ver a Dubraska buscando apoyo— Debemos entregarnos así sabremos qué es lo que quieren.
— ¡No! — Dijo Yajaira de la nada, estaba ahí parada, más calmada que antes — El... no sé quién es, pero sonaba a que no mentía y dijo que no saliera por nada de la casa y es lo que haremos y nada más que eso.
— ¿Y si intentan entrar que haremos? — Le pregunto Dubraska, Yajaira se acerco a la cocina y saco un salten para la Karda, una holla de presión para Cameron, una tabla de picar de hierro para Dubraska y un cuchillo para ella.
— No los dejaremos entrar— Les dijo — esperaremos hasta que llegue el por nosotras— Miro fijamente la puerta.
— Pero...— La Karda fue interrumpida por el hombre en la puerta otra vez.
— Ya que no cooperan verán lo que somos capaces de hacer— Dijo el tipo sonó que cargaba una metralleta.
— ¡Al suelo!— Grito Yajaira que reconoció el sonido del armamento y empezó a disparar el tipo por las paredes, la puerta todo se quebraba, despedazaba, volaban por todos lados, todas gritaban ayuda, pero los impacto de bala con todo lo que se estrellaba en la casa ahogaba cada una de sus voces.
— ¡Salgan perras!— Decía el hombre riéndose.
— ¡No me quiero morir!— Lloraba la Karda mientras seguían disparando sin ni siquiera parar los sicarios, por un momento dejaron de sonar las detonaciones de las balas, hubo un silencio en el espacio que solo se escucho el sonido de la madera como se destrozaba al caer al suelo, la puerta perforada dejando hoyuelos producto de los impactos de balas, ninguna de ellas se movieron de ningún lado, pero luego volvió a cargar el hombre de la ametralladora y empezó con la balacera destruyendo lo poco que quedaba en la casa en pedazos al caer al piso, de la nada llegaron camionetas blancas una detrás de otra empezaron a disparar hombres armados que empezaron apuntar a los que estaban a las afuera de la casa, el primero fue el que estaba en la estrada de la casa con la ametralladora disparando, uno a uno de los hombres que estaban en afuera de la casa con los carros negros, solo uno logro escapar corriendo, perdiéndose por los jardines de las demás casas, ninguna de las chicas se levantaron la Karda seguía llorando, Yajaira ni se movió a ningún sitio porque igual eran impactos de balas no sabían de donde venían pero sabían que no debían confiarse de nada, podrían ser hombres de otros carteles que quería matarla antes que los demás, de pronto sonaban menos detonaciones, el silencio predominaba en la mañana con aquellos rayos de sol que apenas calentaban el amanecer, se escuchaban los pasos de los hombres que rodeaban el lugar pero más fuerte fue el de uno que entraba en la casa despacio.
— ¿Yajaira estás aquí? — Pregunto Christian armado y entrando despacio a la pequeña casa con la puerta derrumbada a disparos. Las chicas miraron a Yajaira que se levantaba porque reconocía aquella voz y sobre todo la Karda que no podía olvidar aquella voz del hombre de sus sueños aquel militar que la ayudo a salir de Venezuela sin pedir nada a cambio.
— ¿Quién eres tú? — Apunto con el cuchillo al hombre en el pecho antes de que pudiera esquivarlo— ¿Y cómo sabes quién soy? — Lo afinco más el pecho haciendo presión con el pecho de Christian y su uniforme esmeralda de franjas, manchas azules y negras, La Karda se levanto.
— Es Christian Yajaira— Le hiso señas la Karda para que bajara el cuchillo— Nos ayudo a salir de Venezuela ¿No recuerdas? — Le pregunto, Yajaira bajo el cuchillo y las demás se levantaron del suelo Cameron no conocía aquel hombre.
— ¿No me olvidaste? — Le pregunto Christian a la Karda quien se sonrojo.
— Quiero ver el cuerpo de...— Yajaira rompió en llanto Dubraska se acerco abrazarla, estaba destruida completamente la casa, no quedaba nada más que polvo y cosas destrozadas.
— Tenemos que irnos lo más rápido posible— Decía Christian, salieron de la casa, entraron en las camiones y se fueron lejos en una fortaleza en la costa de Miami donde estaba unas de las casas del "Niño" por todos los Estados Unidos, habitan guaruras por todos los lugares de la casa desde la entrada hasta en la piscina, Cameron miro por todos lados los guaruras que no la dejaban respirar.
— ¿Y estaremos vigiladas por estos a cada momento? — Le pregunto a Chirstian sin ni siquiera mirarle.
— Por seguridad de todas, si— Yajaira empezó a mirar los alrededores de la casa con grandes ventanales de cristal y con gran vista a la playa.
— Y se supone...— Se dispuso a no terminar Yajaira.
— Si, eres la mayor narcotraficante que existe— Termino Chirstian.
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