Capítulo: 9 LOS TIROTEOS DEL BARRIO Y LA KARDA CRISTIANA

Últimamente me sentía muy desanimada por todos los acontecimientos de estos días y todos mis intentos fallidos de conseguir trabajo, por querer hacer algo me ayudara a salir de Venezuela, Carmelita iba a su iglesia en las tardes y me animé a acompañarla yo no era la más cristiana del mundo, y muchos menos santa era muy p*rra y lo admito pero en ese momento necesitaba urgente la ayuda de Dios.

— Carmelita te quiero acompañar hoy a la iglesia—

— ¡Ay mijita que bueno y quieras acercarte al señor! El es bueno y quiere lo mejor para ti —Me respondió alegre.

— Bueno déjame alistarme y salimos—Respondí y al mismo tiempo, Salí corriendo al baño.

La iglesia a la que Carmelita asistía quedaba a solo dos cuadras de su casa llegamos a la congregación y ella me presentó a las hermanas Amelia, Rosa y el Pastor José Yégües que se extendía hablando incoherencias de su vida, cómo si eso a mí me importara, y luego empezó el culto.

— Hermanos hoy estamos aquí para alabar a Dios y así poder conocer más sobre su palabra—Dijo la Hermana Amelia.

— Amén—Dijeron todos los hermanos.

Aunque era una iglesia tenía muy pocos asistente de repente el pastor terminó y entro un hermano llamado Marcos el cual habló y habló de la perfección ¿Acaso algún hermano lo era? Luego empezó a ministrar y las hermanas las toco el Espíritu Santo y él se acercó a mí y me dijo que había un espíritu operando ya en mi vida hace mucho tiempo, no lo entendí mucho pero me dijo p*rra y le dije a mucha honra y luego dijo ¡Fuera! ¡Fuera! y como él me dijo fuera yo me Salí de la iglesia.

— ¡Ay Carmelita! Estos hermanos tuyos son muy extraños, no entendí en realidad que me decía—Le dije apenada

— ¡Bueno hija ellos ahora no te quieren aquí! — Respondió

— ¡Ay Carmelita perdóname! yo no quise avergonzarte — Había metido la pata pero el me dijo fuera y yo le hice caso.

— No te preocupes mijita Dios ira obrando en ti—Me acaricio el cabello y se fue al culto.

— ¡Te espero aquí afuera! —Estaba súper apenada. Cuando se fue empecé a caminar y escuché unos tiroteos, veo unos hombres armados por las calles disparando al parecer era una guerra entre bandas delictivas me iba a dar algo. Una muchacha entró a la iglesia corriendo y estaba llorando.

— ¿Qué pasó? —Le pregunté angustiada.

— ¡El me quiere matar! —Ella estaba nerviosa

— ¿Quién? ¿De quién hablas? —Ahora la confundida era yo.

— ¡El NIÑO! — Gritó.

— ¿Por qué? — Le pregunte muy nerviosa ahora no entendía nada, en donde entraba el niño en todo esto.

— ¡Le sople a la otra banda donde se encontraba y ahora me costara la vida por z*rra! Estaba muy asustada y se pasaba la mano por la cabeza.

— ¡Por z*rra no se muere nadie! —Intente calmarla.

— Dile al pastor que ore por mi quiero arrepentirme—Dijo decidida.

— Ese lo que te dirá es ¡fuera! —Le dije para que no le pasara lo mismo que a mí.

— ¿Fuera? —Preguntó aturdida la prostituta.

— ¡Si fuera! Es lo que dice cuando pone su mano en tu cabeza, solo no le hagas caso—Explique.

— ¡ABRAN LA PUERTAVINE POR MI Z*RRA! —Nos sobresaltamos. Empezaron a golpear la puerta violentamente, eran los maleantes querían reclamar al soplón.

— ¿Quién es? — Pregunté sin que se me notara el miedo ante todo fuerte.

— ¡Abre la m*ldita puerta z*rra te voy a matar!—Gritó desde afuera el matón. Los hermanos empezaron a orar reprendiendo demonios que según ellos operaba en el ambiente que el enemigo quería matar y destruir.

— ¡AY QUE ALGUIEN HAGA ALGO! — Grite desesperada.

— ¿Qué voy hacer? ¡Tengo que irme con ellos! —Dijo la prostituta entre nervios y sollozos

— ¿Acaso estás loca? — La cachetee para que reaccionara.

— ¡Ellos me mataran ahora o después! — Se limpio las lágrimas. Se la llevaron y terminé llorando por esa z*rra que solo estaba engañada y perdida en la oscuridad y en el mundo.

— ¡Me quiero arrepentir! — Dije. Tenía que arrepentirme de ser mala y Dios era el único que me podía darme el perdón, no pude dormir pensando en esa z*rra los tiros en la noche me hicieron estremecer de la cama, tenía mucho miedo de estar en este barrio de porquería, extrañaba mi casa en Beverly Hill.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top