Capítulo: 8 LA YAJAIRA PRESA Y LA KARDA BACHAQUERA


Como no pude seguir trabajando en la peluquería por el poco ingreso que me generaba tuvimos que ingeniárnosla con el negocio del bachaquerismo del cual consistía en revender alimentos en efectivo, lo cual era muy demandado en el mercado del centro estaba nuestro puesto lleno de gente humilde y personas de la calle suplicando algo que comer, me sentí abrumada por lo que se veía a diario en ese lugar.

— ¡Bueno si queremos vender Karda! Metete el chip mental que hay que venderlo todo, cero negatividad—Me decía Yajaira como si ella fuera una comerciante experta.

— Y ¿Cómo pretendes que me sienta? Esto es espantoso levante las manos señalando el lugar—El olor a pescado era horrendo

— ¡Cero palabrerías y más trabajo! ¡Hay que vender! —Dijo Yajaira.

— ¡HARINA, ARROZ, AZUCAR TODO BARATO! —Yajaira empezó a gritar en medio de toda la gente para llamar su atención la competencia de al lado se puso hacer lo mismo.

— ¡CARAOTAS, POLLO VIVO, POLLO DESLUMADO! En medio de los gritos de los comerciantes se me acerco un niño.

— ¿Señorita Quiere una bolsa? —Me preguntó.

— No bebé, ¡Gracias!— Fui a advertir a Yajaira que esto no se veía bien y tendríamos que buscar otra alternativa.

— Deja tu negatividad así no se vende, pendiente con la mercancía — Fue lo que me respondió sin prestarme mucha atención.

— ¿Señorita quiere una bolsa? — Era el mismo niño de hace un rato y le respondí lo más amable que pude—No bebé te dije que no gracias — Le volví a hablar a Yajaira— ¡Te dije que esto no puede seguir así! — De repente el trabajo de Yajaira empezó a dar frutos la gente empezó a llegar.

— ¿En cuánto la Harina? —Preguntó una señora.

— En 80 soberanos— Respondí ya que las clases de Yajaira de los bolívares a los soberanos me sirvieron.

— ¡Eso está muy caro!, ¡Te voy a mandar a la Sundde! Para que te metan presa criminal—Respondió tajante la señora.

— Mire señora yo no soy una criminal ¡respéteme! —Me defendí.

— Claro que eres una criminal ¡le ganas el triple! —Me grito la señora grosera.

— Señorita quiere una bolsa—Pregunto el mismo niño de hace rato.

— ¡MIRA GUARICHO EL CARRISO DEJAME EN PAZ, YA TE DIJE QUE NO QUERIA TUS ESTUPIDAS BOLSAS! —Grite furiosa. Todo el mundo me quedo viendo muy feo como si ya no fuera suficiente convivir con ellos estaba harta de ellos de repente llega una señora súper gorda, con la cara cortada y sin un ojo.

— ¿Quien le grito a mi hijo?—Pregunto la gorda fea entre el público.

— ¡Fue ella mami! —Me señalo el c*rajito.

— ¿Así que te gusta gritarle a los niños? ¡Atrévete a gritarme a mí! — Me señalaba la gorda fea como retándome como si fuera Nicki Minaj y yo Miley Cyrus en los Vmas pero no me dejé.

— ¡Te grito a ti y a quien quiera p*rra! —Estaba cagada pero ante todo digna

— ¿Cómo me dijiste? —Respondió aparte de gorda era bruta la pobre.

— ¡P*rra! no escuchas ¡P*-RRA! — Grite más fuerte, la tipa se me vino encima y me quería agarrar por las extensiones que ya tenía que cambiar pero como era muy gorda no pudo agarrarme y se estrello con una carrucha, se levanto furiosa, la Yajaira se metió y se comenzaron a pelear entre ellas, entre arañazos y pedazos de pelos por doquier la policía llegó y se las llevó a las dos por desorden público, tuve que ir a dar mi testimonio, así conseguí que liberaran a la pobre Yajaira.

— Llegamos a la casa sin decirle nada a Carmelita de lo sucedido.

- ¡Hay mijitas! ¿Cómo les fue hoy en el negocio? —Pregunto Carmelita por la hora en la que llegamos.

— ¡Bien!— Conteste viendo a Yajaira

— Sí, abuela bien— Me devolvió la mirada Yajaira, como diciéndome que si abría la boca me mataba.

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