ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 05


ᴀʟʟɪsᴏɴ

Hoy en la isla está resultando ser un día bastante movido, todos están movilizándose para traer agua y comida del bosque, algunos arreglan sus cabañas y yo me dedico simplemente a observar el mar, pues Richard no solo está arreglando su cabaña, prácticamente la está rehaciendo la cabaña y pues sutilmente me dijo que aún necesitaba descansar (por lo del tobillo) y me mandó a ver el mar.

Así que con mi espalda recostada a un cocotero veo todo el movimiento en el lugar, sintiéndome como una total inútil porque hasta Denisse está ayudando a su esposo y hermana con la cabaña suya, haciendo nudos y cosas así. Mientras yo estoy tirada en el suelo jugando con arena.

—Hola. —La voz de Malcom uno de los chicos con los que fui a explorar hace que levante la mirada para encontrarme con sus dulces ojos verdes observándome.

—Hola. —Le dedico una sonrisa. —¿Necesitas ayuda en algo?

Su sonrisa no hace otra cosa que aumentar sin dejar de observarme.

—Naah, solo pensé que me había encontrado con una sirena, y venía a pedir un deseo. —Habla con coquetería, consiguiendo una autentica risa de mi. —¿Qué haces sola aquí?

—No estoy sola. —Llevo la mirada al mar. —Estoy en una Isla con varias personas.

—Ya sabes a lo que me refiero. —Se deja caer a mi lado. —¿Por qué tu perro guardián no me ha mordido por acercarme?

Por un momento no entiendo a lo que se refiere hasta que lleva la mirada a mi derecha, donde a unos metros, sobre la blanca arena, se encuentra un Richard sin camisa (un autentico refrescador de vistas) mientras construye por su cuenta la cabaña. Caigo en cuenta de que Richard se ha portado de una forma muy agresiva con él.

—Creo que no quiere que arruine la construcción de su morada. —Musito incomoda. —Y me mandó hacia donde mo estorbara.

—¿Y esas manos son capaces de estropear algo? —Deja ir con coquetería. —Me parece imposible.

—¿Quieres que te ayude con tu cabaña? —Pregunto buscando sentirme útil.

—Si por mi fuera hasta te mudarías conmigo. —Me guiña un ojo y extiende su mano hacia mi. —Vámonos a arreglar mi humilde morada sirena.

Tomo la mano de Malcom en el instante que siento la mirada de Richard sobre mi, pero aún así me dirijo con el hacia el espacio que comparte con otro chico. Su cabaña no está mal, pero entiendo que quieran mejorarla.

Todos en la isla estamos en un punto extraña, sabemos que hay algo mal con nuestra búsqueda porque el avión no calló tan lejos de aquí, y aún así ni un solo barco o helicóptero de búsqueda hemos visto, por lo que todos se han concentrado en hacer la estancia más amena.

Denisse es una buena líder, se ha encargado de mantener la paz y nadie la desobedece, pero en sus ojos se le nota la ansiedad por salir de aquí, y la entiendo no quiere dar a luz en medio de la nada.

Ayudo a Malcom y a su amigo a atar los troncos que han acomodado como techo mientras ellos traen hojas de banano para cubrirlo.

Tengo la sensación de estar siendo observada constantemente, y sinceramente se que es Richard, dado que es el único que mira con tanta intensidad que me pone la piel de gallina.

De reojo observo como Thalía se acerca a él fingidamente solícita y el le indica que la ayude con unas cuantas hojas.

Clavo mis dientes en mi labio inferior tratando de soportar la molestia que comienza a adueñarse de mi sistema.

—Eso debe ser molesto. —Una profunda voz a mi lado me distrae de mis oscuros pensamientos. A mi lado Henry deja unos cuantos troncos. —Que ni siquiera disimulara que te sustituyó.

Llevo mi mirada hacia él, tiene un punto, Richard no tardó dos horas en buscarme remplazo y lo peor, es que ni me había avisado que estaba cansado de mi.

El celebro del ser humano es masoquista, cuando algo te hace daño y no entiendes la razón, le gusta lastimarte buscándola en sus recuerdos, recuerdos que por mínimos que sean se clavan en ti como pequeños puñales.

Por más que busco a la única conclusión que soy capaz de llegar es que se dio cuenta de que no soy lo suficientemente fuerte, ni útil para él.

—Puedo pedirte un favor. —Musito mirando de nuevo como la rubia se pega como lapa a Richard.

—Claro.

—Podrías ayudarme a construir un refugio aunque sea pequeño. —Lo vuelvo a mirar. —No quiero dormir al intemperie.

—Para eso traje estos troncos. —Los señala. —Y Ojalá pudiese ayudarte un poco más pero Necesito conseguir materiales para mejorar la cama de Denisse.

—Tranquilo, entiendo.

Veo como todos trabajan a mi alrededor en equipos, como todos mejoran sus casas, pedir ayuda sería estúpido, están concentrados todos en su vivienda, verlos trabajar en grupo solo consigue que me de cuenta cuan sola estoy y no solo me refiero a cuan sola estoy en esta Isla, porque fuera de aquí, también lo estoy.

Analizo un poco la situación, construir en la arena me sería imposible, sobre todo dada mi falta de apoyo e inexperiencia, de hecho cada vivienda está apoyada a algún árbol, ninguno de los que quedan libres podrían ser de ayuda.

Pienso en la cueva, y estoy tentada a largarme allí, pero si llegara alguien a rescatarnos probablemente terminaría quedándome aquí, porque hasta mi presencia olvidarían.

Miro al cielo, nubes de tormenta se acercan.

No me queda más remedio que construir aquí mismo y rápido. Porque si algo es seguro es que no volveré a dormir con Richard.

...

Mis manos arden, y me sangran las palmas, apenas he conseguido hacer una pequeña cabaña que sinceramente dudo que me proteja de la cruel lluvia que se está formando, de hecho tiene numerosas posibilidades de caer sobre mi. Pero algo es mejor que nada y lo construí yo sola, así que debo sentirme orgullosa.

Con el primer trueno todos corren a sus nuevas casa, de reojo veo a la rubia alejarse de lo que debería ser considerada la mansión de la Isla, pues lo que construyó Richard parece más un chalet, super seguro y cómodo que un refugio de palos y hojas. Por lo menos no dormirá hoy con él.

«Ya basta Allison, no seas masoquista »

No tendría porqué molestarme tanto el hecho de ser remplazada en menos de nada y sin previo aviso por alguien que ni conozco, pero me molesta como nada.

Yo apenas quepo en mi refugio y de tantos orificios que se quedaron sin cubrir veo como Richard se queda fuera de su cabaña mientras lleva su mirada de una lado a otro, buscando algo.

Y por un instante se cruza con la mía, deteniéndose, intimidandome con la intensidad que sus ojos escrutan los míos, no importa que esté dentro del asco de refugio este, sé que me reconoció se que me mira a mi, porque por alguna extraña razón,he  notado que cuando me mira a mi, su mirada es diferente.

La lluvia comienza a caer sobre nosotros sin contemplaciones y digo nosotros porque como lo había imaginado mi "refugio"no sirve de nada, incluso hay altas posibilidades de que estando afuera no me moje tanto.

Pienso que volverá a su perfecta vivienda pero en lugar de eso, comienza a caminar hacia mi, bajo la lluvia y relámpagos que consiguen que abrace mis rodillas hundida en el miedo que me provocan.

—Allison. —Su voz es fría y baja, ni siquiera entiendo como la pude escuchar por el ruido de la lluvia. —Sal de ahí. —Ordena.

Luce demasiado atractivo con las gotas de agua resbalándose por su rostro y su pecho es visible  debido a que el agua moja toda su camisa, sin dejar nada a la imaginación.

La boca se me hace agua.

Un relámpago cae,no muy lejos ensordeciendome, mi corazón se dispara mi me niego a moverme, ni siquiera se que es lo que corre por mis mejillas, si lágrimas o lluvia. Me siento víctima de un ataque de pánico.

—¿Allison? —La confusión se adueña de sus ojos que lucen grises bajo la tormenta.

Otro trueno, un grito abandona mis labios y yo simplemente quiero desparecer, quiero volver a mi apartamento, y esconderme como siempre bajo las sábanas. Huyendo de los fantasmas de mi pasado que amenazan con acabar con mi cordura.

Mi respiración está desbocada, mis ojos no son capaces de enfocar nada y yo simplemente los cierro llevándome las manos a los oídos, esperando que todo acabe.

Una cálida mano se posa sobre mi cabeza, es como una inyección de tranquilidad, como el calmante más fuerte, como la salida del sol luego  del huracán.

—Allison. —Mi respiración comienza a calmarse cuando alzo la mirada y veo sus ojos mirándome preocupados. —Todo estará bien rubia. —Sus duras manos hacen contraste con la suavidad de sus palabras. —Prometí protegerte y no dejaré de hacerlo jamás.

¿Así es como se siente salir del infierno?¿ Así es como se siente la luz después de la oscuridad? Este alivio casi insano que me recorre a una velocidad abrumadora solo con el hecho de ver su sonrisa.

Siento que es el caballero de brillante armadura que ahuyenta mis demonios, siento que es el escudo que me ha protegido y me protege de la oscura muerte.

—Vámonos de aquí, rubia. —Extiende su mano y esta vez no dudo en tomarla.

No sé que o quienes vendrán a rescatarnos, pero estoy segura que Richard es mi propia salvación, es el atrapa sueños que he necesitado desde los ocho años de edad, es mi luz.

Cómo pueden ver ya comenzamos oficialmente con los capitulos nuevos. Así que espero que estén disfrutando. No olviden dejar su voto y comentario, así evitar a que mis ganas de escribir la historia desaparezca como ocurrió hace algún tiempo.

Con amor

Hielo.
 

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top