Capítulo 35 · Cambio

—Esto no es lo que yo quería —murmuró Helmut apretando el anillo en su manos.

—¿Y qué pensabas que iba a pasar? —Mal se zafó del agarre de Evie y caminó hasta él —. Hiciste todo mal desde el principio ¿qué clase de villano te crees? ¿Un dios justo? No, te dejas llevar por tus emociones ¿Una mente maestra? Tampoco, te olvidas de los pequeños detalles ¿Un idiota? Sí, tal vez es todo lo que eres.

—¡Ya cállate! —Helmut intentó asestar un golpe contra ella, pero Mal lo bloqueó —. ¡Tú tienes la culpa de todo! ¡Tú creaste las grietas entre Yzra y yo! ¡Tú pusiste a mi hermano en mi contra! ¡Tú causaste esto!

—¿¡Yo!? ¡A mí ni siquiera me interesaban hace un año! —Mal trató de golpearlo igual, sin embargo, Helmut detuvo su puño y ambos forcejearon para someter al otro.

—¡Eso es lo peor, ni siquiera existías en nuestra vida y aún así papá te prefería! —él la empujó y ella cayó. Helmut le pisoteó el estomago —. Arruinas la vida de todos sin siquiera estar presente ¿cuánto tiempo va tomarte arruinar Auradon del mismo modo en que arruinaste la Isla?

—¡Lo siento! —exclamó Mal —. Lo sé. Fui un asco de persona en la Isla. Lastime a muchas personas para nada al final. Incluso herí a las únicas amigas que tuve. Le causé problemas a todos en Auradon, en serio fui horrible con todos —continuó —. Pero ya cambié. Mejoré. Sigo mejorando.

Helmut suavizó la presión sobre ella. La tormenta malvada que cubría Auradon comenzó a lloviznar sobre todos, en poco tiempo las gotas de agua golpeaban con fuerza el suelo.

—Lo siento —repitió Mal —. Lo siento... —siguió —. Quiero ser mejor persona de lo que nunca he sido. No cambia lo que hice antes, pero quiero salvar a todos. Tú eres el único que puede ayudarme.

Helmut se apartó. Evie finalmente se acercó a Mal y trató de cubrirla de la lluvia con su chaqueta.

—¿Por qué debo ayudarte?

—No tienes que hacerlo. Solo... No sé que más hacer.

—¿Qué decía el contrato exactamente? —preguntó Hadie acercándose.

—Yo le entregaría Auradon a papá y a cambio Yzra y yo seríamos los reyes. Malditas letras pequeñas...

—¿No hay nada más? Debe haber algo que podamos usar en su contra —dijo Mal.

—No estoy seguro —murmuró —. ¡Al diablo! Ni siquiera voy a hablar contigo, te obligaré a vivir en este infierno.

—¡Maldita sea, Hel! ¿Sigues sin darte cuenta? ¡Esta actitud egoísta de ambos es lo que esta provocando este caos! —Hadie tomó a ambos y los obligó a mirarse —. No habrá Isla ni Auradon si dejamos que los villanos destruyan todo.

—¿Y qué podemos hacer? No tenemos armas, ejercito ni siquiera tenemos poderes capaces de vencer a Hades —dijo Mal.

—Hagamos un nuevo trato —propuso Hadie —. Hagamos un trato para salvar Auradon. O al menos para ganar tiempo.

—¿Qué dices? ¿Más letras pequeñas? No, uh-oh, no. Papá solo quiere estar tranquilo, hay que preocuparnos de los villanos que están destruyendo todo —Helmut señalo el caos alrededor. Héroes peleando con lo que tenían a mano, apenas capaces de retener a los secuaces tontos. Chicas corriendo de hienas y leones hambrientos, príncipes siendo acosados por sus grandes enemigos.

Mal gruño. Invocó una llamarada de fuego verde que hizo retroceder a los enemigos, logrando un pequeño círculo de protección. Hadie se lamentó de no poder ayudar, la maldición de Hades lo había vuelto mortal y no sabía cuánto tiempo pasaría antes de recuperar sus poderes.

—Incluso si Hercules viniera en camino, no podría con tantos villanos —jadeó Jay ayudando a Carlos a levantarse del suelo. Ben se sostuvo el brazo adolorido.

—No queda de otra. Tenemos que hacer un trato con Hades —Mal sabía lo que tenían que hacer.

(···)

Una manera sencilla de convocar a Hades era hablando directamente él. Mal llamó a su padre a gritos. Helmut y Hadie igual. Hades apareció cubriéndose las orejas.

—¡Ya los escuché mocosos! ¿Qué quieren? —apareció entre las nubes negras con truenos y lluvia.

—¡Queremos hacer otro trato!

Hades se rió.

—No, no pueden. Viene en la letra pequeña: No se puede realizar un siguiente contrato mientras el primero siga activo. Significa que mientras el trató de Helmut y su noviecito siga en marcha, no haré más tratos con ustedes.

—¡No es justo, no podemos romper el trato de Helmut! —dijo Hadie y Hades sonrió.

—¡Claro que pueden! Es muy sencillo en realidad —dijo él.

—¿A qué... A qué te refieres? —Helmut sintió una corriente eléctrica recorrer su columna, su aliento se hizo helado y sintió temor sin ninguna explicación.

—Ambos serán reyes... ¿Cuándo dejas de ser rey? Cuando tu alma y tu cuerpo ya no están juntos...

—¿Te- te refieres?

—Muerte. La muerte separa tu cuerpo de tu alma. Si me entregas el alma de tu novio se rompe el trato. Sin trato, Auradon deja de ser mío. Si no es mío, los villanos se van. Salvarán Auradon y todos serán felices... Cuando me entregues al chico.

—¡No, no haré eso!

—Seguiré bebiendo entonces... ¡Adiós...!

—¡Danos una hora para pensarlo, por favor! —intervino Mal.

—¡Bien, una hora! —Hades se fue. Helmut empujó a Mal y Hadie lo empujó a él.

—¡No, no lo harás!

—¡Claro que no lo haré! Tengo un plan, pero necesito que Yzra este aquí.

—¡Si te atreves a tocarle un pelo yo...!

—¡Yo misma lo sacaré del infierno! —decretó —. Busquemos a Yzra.

(···)

Se separaron en pequeños grupos, Evie y Carlos, Jay y Ben, Hadie y Helmut y Mal fue sola, todos buscaron a Yzra en todos los sitios imaginables hasta que Mal lo encontró, escondido entre los arbustos y maleza del campo viejo. Ella se acercó con cautela a él.

—Hola chico.

—¡Vete, no quiero saber nada de ninguno de ustedes! Malditos demonios...

—¿Quieres salvar Auradon? No estás en problemas. Cuando todo se arregle, podrás quedarte en Auradon.

—No me importa. Todos los sitios son horribles, Auradon y la Isla están podridos.

—Chico, por favor. Tenías razón en muchas cosas. Hay personas horribles en todos lados, pero ahora tienes la oportunidad de cambiar las cosas —Mal le ofreció la mano. Yzra se resistió un minuto, pero aceptó. Si existía la posibilidad de hacer algo bueno por alguien el sacrificio valdría la pena.

Cuando se agotó el tiempo, Hades se manifestó junto a ellos. Apenas sin hacer un escándalo. Mal puso a Yzra detrás de ella.

—¿Listo niño?

—¿Qué? Yo no, no ¿qué significa? —sujetó el brazo de Mal atemorizado.

—Te vienes conmigo. Es el sacrificio para salvar Auradon. Vamos, no tengo todo el día.

Yzra respiró con dificultad, iba a dar un paso atrás para huir, pero Mal habló.

—¿Y si voy yo en su lugar? —preguntó Mal.

—¡¿Qué- Qué?! ¡No! —Yzra trató de arrastrarla fuera de ahí, él no quería que nadie saliera herido, incluso si eran personas despreciables como Mal o Helmut. Un muro de piedra lo separó de Hades y su hija.

—¿Por qué harías eso?

—Dijiste que tenía potencial ¿a qué te referías?

—Oh Malsy, no iniciemos un juego tonto. ¿Por qué cambiarías de lugar? ¿Para hacerle un favor a Helmut y darle una última oportunidad con su noviecito?

—¿Aceptas el trato o no? —estiró la mano. Sudó frío, no tenía un plan para escapar del inframundo, pero confiaba en que encontraría la forma. Hades la sujetó y apretó con fuerza, se acercó a ella con una sonrisa tenebrosa en los labios, ojos ardientes y casi burlándose.

—Jamás volverás a salir —dijo antes de que un hueco en el suelo se abriera y ambos se desvanecieran.

—¡No, no, Mal! —cuando el muro descendió, Yzra se arrodilló en el hueco de la tierra, antes de poder saltar dentro, la tierra se cerró de nuevo. Hades reapareció con un sonrisa de lo más inocente.

—¿Bueno niño? Eres libre. Vete a jugar o lo que sea.

—¿Qué le pasó a Mal?

—Cambio de lugar. Salvaste Auradon, niño. Quédate con esa idea y ya. Serás más feliz.

—No lo entiendo.

—Helmut debía entregarte a mí para salvar Auradon. Se negó a que pasarás la eternidad en el averno y Mal cambió de lugar contigo. Disfruta de tu larga vida, muchacho, al fin te escogió por encima del poder y la venganza ¿no te sientes mejor ahora?

Yzra quedó mudo. Hades abrió la tierra de nuevo y desapareció al mismo tiempo en que la tormenta se apaciguaba. El amanecer se asomó por el horizonte. Había sido una noche de pesadilla. Tenía las piernas temblando y la boca seca. ¿Que debía hacer ahora? Regresó a Auradon con la mirada perdida y en estado de shock. Evie y Carlos llamaron de vuelta al resto cuando vieron a Yzra caminar hacía ellos.

—¡Qué bueno que regresaste! —Hadie lo abrazó.

Helmut se mantuvo unos metros apartado, pero sintió su corazón aliviado de que su amor estuviera a salvo.

—¿Y Mal? Hay que planear el...

—Ella no volverá —interrumpió Yzra a Hadie —. Hades se la llevó en mi lugar. 

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