Capítulo 33 · Inicio del fin
La barrera mágica había caído.
Ahora cualquier villano y secuaz podía escapar de La Isla de los Perdidos. Mal se sostuvo a sí misma. Se sentía como una idiota por haber creído que Helmut en verdad había cambiado.
—Chicos... No tenemos oportunidad —expresó Mal soltando una llamarada de fuego mientras trataba de contener las ganas de vomitar por el dolor.
—Vamos, aún podremos hacer algo —trató de decir Jay con seguridad, pero la voz le tembló con cada palabra.
Sabían que enfrentarse a sus padres era una mala idea, con o sin poderes seguían siendo los peores villanos que hayan existido en la historia, así que ellos como sus hijos no tenían ni la mitad de su fuerza.
—¡Qué diablos! —gritó Hadie bajando de los dormitorios con otro puñado de alumnos —¿Dónde esta Helmut? Dime que él no...
Mal lo miró a los ojos. No necesitaba hablar para decirle la verdad. El mayor volvió a maldecir. No faltaba mucho para que Auradon fuera invadido por los villanos y no podían idear un plan para resistir.
—¡Mal! —Ben regresó a ella un minuto después de la llamada —¿Estás bien?
—He estado mejor —murmuró —. Ben, Auradon necesita un refugio, los villanos ya vienen.
—Ya le avise al Hada Madrina —le aseguró —. ¿Cuál es nuestro plan?
—¿Plan?
—Para salvar Auradon.
—No tenemos un plan, Ben —se quejó Evie —. Hadie, tú eres el más fuerte de nosotros ¿puedes contener a los villanos mientras creamos una nueva barrera o algo?
—Lo intentaré —Hadie hizo su cuerpo arder, pero la llama se apagó unos segundos después —¿Q-qué? ¡Vamos! —lo intentó de nuevo, pero no logró nada —. Yo no lo entiendo —exclamó mirando sus manos, buscando una flama.
—¡El batido! —recordó Evie —. El batido que te dio Helmut tenía algo raro.
—La maldición de Hades —dijeron al unísono Mal y Hadie. Mal no había bebido ni una gota del batido, pero si Hadie recibió uno igual, él no corrió con la misma suerte. Hadie era mortal ahora.
—Demonios —Mal sacó su libro de hechizos —. No tengo nada para detener a tantos, mucho menos si...
—Yo también pelearé, es mi obligación como rey proteger a mi pueblo —dijo Ben —. No voy a dejarte sola.
—Genial, moriremos juntos como Romeo y Julieta —se burló —. Ben, debes buscar un lugar seguro, eres el rey, Auradon te necesita.
—Ya te dije que no, pelearé contra los villanos, es lo que cualquier rey haría en mi posición.
—El muchacho tiene razón —dijo la voz de alguien a espaldas del grupo —. Lo criaste bien, Bestia.
Adam miró a Felipe y solo asintió con la cabeza.
—Todos vamos a pelear —dijo Felipe. Ya no se veía como el hombre fuerte del pasado, de hecho estaba un poco barrigón, pero aún así blandía la espada con seguridad. Detrás de él estaban los demás príncipes de cuentos, las princesas listas y hasta el Hada Madrina tenía preparada su varita.
—Mejor aún, nos matarán a todos —Mal levantó los brazos para mostrar su falso entusiasmo y de inmediato se arrepintió cuando sintió una punzada en el estomago —. Maldición, Helmut en serio de jodi-- Hirió, en serio me hirió.
—Ustedes pueden ser los héroes que vencieron a nuestros padres hace décadas, pero nuestros padres han pasado todos estos años planeando cómo vengarse y ustedes todo lo que han hecho es... Descuidarse —exclamó Evie mirando las barrigas de la mayoría de soldados.
—No hay vuelta atrás, la titanomaquia ya empezó —dijo Jay —. Mal, ellos son lo mejor que tenemos para defendernos mientras ideamos otro plan.
Mal cerró los ojos y lo analizó con cuidado. Helmut era un problema para después, lo importante era que los villanos no lograrán destruir a todos.
—Bien, escuchen —Mal dio su mejor esfuerzo por mostrarse fuerte —. Los villanos ya vienen, así que lo primeros que haremos es...
—¡Buenas noches, Auradon! —canturreó Helmut sobre una nube oscura y tormentosa —. De rodillas para celebrar a su nuevo rey.
—Yo voy a detenerte —dijo Mal encendiendo sus ojos.
—No, no lo creo —Helmut mostró su puño envuelto en fuego —. Es tiempo de qué lo admitas, soy mejor que tú. Puedo someterte sin esfuerzo y a todo Auradon también, incluyendo al Hada Madrina y al viejo loco de Yen Sid. El poder del inframundo me acompaña. Dones que tú jamás podrás reclamar.
—En serio, parloteas mucho —Mal intentó lanzarle un hechizo, pero la tierra tembló y se abrió una grieta donde cientos de almas emergieron junto con Hades.
—Espero no haber llegado tarde. Ahora, muéstrenle respeto a un dios —Hades ardió y con chasquear los dedos hizo que los héroes cayeran al suelo.
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