Capítulo Veintitrés


Capítulo veintitrés.


"¿Qué pasaría si papá volviera?" La pregunta que Arthur me hizo hace más de cinco horas se repite una y otra vez en mi cabeza, es un cuestionamiento que me he hecho a lo largo de los años: ¿William algún día volverá? ¿Y exactamente cuál sería mi reacción?

Ante el pensamiento de su nombre una emoción muy parecida a la nostalgia me invade, pensé que nosotros lo tendríamos todo, que sería el hombre de mi vida y que siempre estaríamos juntos, pero yo estoy aquí y él está en algún lugar que no es a nuestro lado. Quería tantas cosas con él que ahora me doy cuenta de que alguna de ellas eran muy soñadoras y tal vez irreales, pero todavía era bastante joven, mucho más que ahora, y para mí todo se veía tan sencillo y tan fácil, creía tontamente que el amor era todo lo que se necesitaba para hacer sobrevivir una relación.

Lo curioso sobre la ausencia de William es que pese a la ira y sufrimiento inicial, no llegué a odiarlo, pero con el pasar del tiempo el amor que sentía se fue aplacando, quizá porque mi amor por Arthur se hacía más fuerte y mis prioridades se volvieron otras, tal vez porque crecí, porque pocos pensamientos los estanqué en él, simplemente un día dejó de ser lo que solía ser.

¿Qué pasaría si William volviera? Me lo pregunto de nuevo y la respuesta inmediata es: tal vez ayudaría con los gastos y la segunda: Arthur amaría conocerlo, ha estado esperando por ello, pero una cosa es tener suposiciones y otra es cuál vaya a ser la realidad.

— ¿Por qué tengo estos pensamientos mientras conduzco? —Me quejo deteniendo el auto a un lado de la acera porque no duraré mucho tiempo en casa, debo ir al hospital con Arthur.

Las últimas semanas han sido peores que las anteriores, la recaída ha sido fuerte y el estado de mi hijo es delicado. Me pregunto sobre William porque es más fácil pensar sobre ello que sobre los posibles escenarios sobre Arthur. El dinero es escaso, el dolor es fuerte y la angustia demasiado grande.

Estoy agotada, pero mi cerebro me ayuda a fingir que no lo estoy mientras me levanto cada día, trabajo, vivo básicamente en el hospital y plasmo una sonrisa en mi rostro para mi hijo pese a que mis ojos hinchados cuentan una historia diferente sobre mi supuesta alegría. Cada mañana me digo "hoy será mejor" y cada noche antes de que Arthur consiga dormir con calmantes, me repito "mañana será un día mejor", pero ¿Cuándo será verdaderamente un día mejor?

Dejando escapar un suspiro, bajo del auto y antes de ir a la casa me doy cuenta de que nuestro buzón se encuentra lleno así que con mi llave lo abro y tomo cuatro sobres junto a algunas publicidades. El primer sobre con un rápido vistazo me doy cuenta de que es un aviso del banco sobre el pago de la mensualidad de la hipoteca de la casa y otros dos son facturas de cuentas por pagar. Nuevamente suspiro mientras entro a casa y el silencio es lo que me recibe cuando llamo a mi hermana menor sabiendo que se encuentra encerrada en su habitación porque Eva me dijo que no quiso salir en todo el día, faltó a clases.

Dejo los sobres de las facturas en el sofá, sosteniendo solo el gran sobre que pesa y que me falta por revisar mientras camino hacia la habitación de Elanese. Al llegar doy un par de toques y no obtengo respuesta.

—Ela ¿Todo está bien?

Un murmuro que ni siquiera logro entender llega hasta mí; decido abrir la puerta y me toma por sorpresa que de hecho no se encuentre cerrada con seguro, pero esa sorpresa queda olvidada cuando encuentro a Elanese con las ventanas cerradas, sentada en medio de la cama y envuelta en su sabana con los ojos tan hinchados que se encuentran prácticamente cerrados y el rostro enrojecido.

— ¿Pero qué sucedió? ¿Estás bien? —Me acerco con rapidez y no me mira a los ojos— ¿Cariño?

— ¿Qué tiene el sobre? —dice en una voz tan baja que apenas si la escucho.

— ¿A quién carajos le importa el sobre? Dime qué sucede, claramente no estás bien.

No me responde, en lugar de ello toma el sobre de mis manos ignorando las preguntas que no dejo de hacerle y luego me silencio abruptamente cuando una respiración lenta escapa de ella y me ve con esos ojos a medio abrir.

— ¿Qué sucede? —Vuelvo a preguntar.

—Dinero, alguien envió dinero....Mucho.

Estoy desconcertada hasta que voltea el sobre en la cama y billetes tras billetes caen en la cama, pero... ¿Qué demonios?



«Siempre lo supe y tuve un plan» Sí, me parece que acabo de escuchar bien y debido a que la cercanía del magnífico Andrew Wood no me deja pensar bien, con una mano en su pecho lo insto a que retroceda y por fortuna tiene la decencia de hacerlo.

—Es evidente que tienes unas serias explicaciones que darme, Andrew.

Él asiente pareciendo de acuerdo de darme lo que estoy pidiéndole, no sé muy bien cómo me siento acerca de esto. Acercándose se estira abriendo la puerta de su auto para mí.

—Creo que lo mejor es tener la conversación en el auto porque hace frío y no tienes abrigo.

—Eso suena bastante coherente —digo porque no sé qué más decir y quiero empujarlo porque noto que mi torpeza ante mi desconcierto por sus palabras lo divierten más que un poco.

—Muy coherente.

—Esta situación te resulta divertida, pero a mí no.

Subo al auto y cierro la puerta con algo de fuerza y me arrepiento de inmediato porque este auto no es mío, pero a Andrew poco parece importarle mientras rodea el auto y poco después se encuentra sentado a mi lado viéndome.

—Muy bien, creo que todo suena más escandaloso de lo que es —comienza—. No me veas así, no es cómo si la reveladora noticia me convirtiera en un demonio o cambiara todo lo que hemos vivido.

—"Todo lo que hemos vivido" deberías se escritor, Andrew, parece que tienes el don de la palabra y para hacerlo sonar bonito —Casi sueno de manera mordaz, pero eso no lo intimida ni un poco.

—Sí, por ello soy compositor —Tiene la audacia de decir haciendo que abra la boca con incredulidad—, pero el punto es que quieres una explicación y voy a dártela porque siento que podrías estar pensando que tenía intenciones ocultas o que jugaba y no es así.

»Supe casi desde el inicio sobre tus planes de tener un bebé por medio de una inseminación, lo supe específicamente desde el cumpleaños de Dexter.

Eso se remite al mes de octubre del año pasado, bastante tiempo, meses. Mucho más atrás que aquel encuentro en enero en donde me tomó por sorpresa con su proposición, una que tal vez estuvo pensando durante mucho tiempo.

—Ni siquiera preguntaré cómo lo supiste porque me resulta bastante obvio.

—Dexter no me lo dijo con malas intenciones, él simplemente sabía que me gustabas, pero que siempre me mantuve distante y en ese momento estaba aún renuente y apartado por lo sucedido con mi hermana —Hace una pausa pasándose una mano por el cabello, despeinando las hebras que antes estaban perfectamente ordenadas—. Siendo honesto, no invadí tu privacidad preguntándole a tu hermana sobre cómo avanzaban tus planes sobre el bebé, pero el pensamiento estaba en mi cabeza, además, tampoco quería que Elanese supiera que a Dexter se le había ido la lengua.

—Teniendo en cuenta que a ella también se le fue la lengua...

—En octubre yo seguía lidiando con todo mis problemas tras el asesinato de Ally porque es lo que pasó, fue asesinada —Hace una pausa breve—, mis padres estaban peor de lo que están ahora y yo...Me sentí sin fuerzas —Se aclara la garganta y posterior a ello deja ir una lenta respiración entre sus labios—, pero me hice una pregunta honesta sobre qué significaría si tú ya estabas, ya sabes, embarazada, esa parecía una pregunta importante para hacerse ¿A qué estaba dispuesto yo si ese fuera el escenario?

»No mentiré diciendo que todo me parecía sencillo, en un principio podrías verme muy valiente y arriesgado, pero sé que un bebé no es un juego y no necesitaba ser un genio para saber cuán importante es esto para ti, lo mucho que debiste haber pensado para tomar esta decisión —Su mirada es intensa en la mía—. Nunca me planteé que quisieras hacerlo para reemplazar a Arthur, algo me decía que no era así y no podía dejar de preguntarme cómo te sentías sobre la decisión, si te sentías juzgadas por los demás o estabas asustada, pero en medio de ello también pensaba en cuán importante y sensata debía ser mi decisión sobre querer intentar que me dieras una oportunidad, ser serio sobre ello.

»Así que tras noches de muchos pensamientos y diferentes posibilidades me dije que tal vez era arrogante y prepotente de mi parte asumir que me querrías en tu vida así simplemente porque te lo pidiera, que me dejarías involucrarme simplemente por ser yo cuando básicamente no nos habíamos dado nunca la oportunidad de conocernos realmente.

—Pero cuando lo pensaste ¿A qué conclusión llegaste? Ya sabes, sobre intentar salir con alguien que podría estar embarazada con un bebé que no era tuyo.

—Quisiera decirte que fui súper genial diciendo que no me importaba y que por supuesto sabía que me involucraría, pero la realidad es que siempre supe que era más complejo que eso —Estirando una mano toma la mía—. No se trata de decir "sí", va más allá de las palabras, es comprometerse, es hacerlo. Lo vi en Harry con Harry Daniel y sé el nivel de la responsabilidad, sé cómo podría terminar todo muy bien en la misma medida en la que podría acabar muy mal.

»Así que terminé diciéndome que no me adelantaría a los hechos y que tal vez en el momento dado sabría realmente cuál sería mi decisión y acción, bueno, eso si es que tú querías salir conmigo —Sonríe y se lleva mi mano a sus labios besando los nudillos—. Sabía que te gustaba por cómo me veías cuando coincidíamos.

—Qué confiado.

—Es ser honesto, también sé que yo era vergonzosamente obvio sobre mi atracción por ti, pero no es cómo si tratara de ocultarlo —Se encoge de hombros—. No preguntaba, pero Dexter me decía "todavía no" y no tenía necesidad de preguntar a qué se refería.

»Y cuando llegó diciembre y supe que todavía no lo habías hecho, realmente pensé qué pasaría si de hecho me involucraba en tus planes con un plan propio, porque estaba algo cansado de solo verte y ser bastante estúpido en tu presencia.

»Tuve otras noches más de pensamientos constantes sobre qué pasaría si no fuera solo tu bebé, si también fuera mío, nuestro y aunque la idea asustaba también me hacía sentir extraño, supongo que una parte de mí siempre ha querido ser papá y nunca había hondado realmente en ella —Sonríe—. Solo sé que mientras más lo pensaba menos descabellado parecía. Pensé en los pros y contras, vi tantos escenarios y de nuevo me dije que era arrogante asumir que tal decisión estaba en mis manos cuando se trataba de tu cuerpo, tu decisión y era inmiscuirme en algo en lo que no me habían invitado.

»Pero entonces, en año nuevo cuando vi todos esos fuegos artificiales en el cielo y rodeado de parejas, familias y amigos me di cuenta de que había tomado la decisión sin siquiera darme cuenta: quería una oportunidad contigo y me prometí que lo intentaría. Sin titubeos, sin dudas, sin guardarme nada y con miedos que no iban a detenerme.

Su mano libre va a mi mejilla y con el pulgar me acarician un pómulo, siento que me tiene en un trance con sus palabras.

—Debes ya haber notado cuán convincente y determinado soy cuando me propongo algo y no se trata de ambición o posesión, se trata de algo más sano a lo que tal vez no sepa que nombre darle, quería una oportunidad, pero sabía que si realmente la quería debía crear esa oportunidad.

»Así que me colé en el cumpleaños de tu hermana Eva y evidentemente Dexter no tuvo ningún problema, creo que Ela quería ser amable porque jugué el papel de "no tengo planes, todos me abandonaron", pero estaba un poco confundida sobre mi repentino interés, supongo que pese a todo algunas cosas Dex si puede guardárselas.

— ¿Cuál fue exactamente tu plan?

—Convencerte de darme una oportunidad con o sin mis nadadores, quería conocerte, quería que además de gustarte, todo fuera más allá. No había ningún plan malicioso, Leslie. Solo quería una oportunidad y sabía que si decías que no, lo iba a respetar, pero ansiaba tanto obtener un "sí".

»De alguna manera sabía que si te preguntaba para salir conmigo cuando ya estuvieses embarazada no ibas a querer o tendrías algún argumento válido sobre por qué no era buena idea —suspira—. Tal vez el engaño fue hacerte creer que supe de tus planes recientemente y por una mera casualidad, que no sabía a lo que iba en esa fiesta de cumpleaños de Eva, pero lo demás, no creo que haya sido malvado y si algo de ello te enfada entonces dímelo y sabré disculparte.

»Tampoco planeaba mantener oculto todo esto por la eternidad, siempre supe que algún día debía sentarme contigo y hablar sobre cómo llegué hasta aquí. Cada vez que me decías que esto era algo serio y que debía pensar muy bien, solo quería decirte una y otra vez que habían sido meses de pensamientos, noches en las que solo pensaba en ti y en muchas posibilidades.

Me muerdo el labio inferior mientras lo veo y proceso la profundidad de sus palabras, mis emociones tienen un cambio brusco de lo que sentía hace unos minutos. Cada palabra que escapó de sus labios se coló muy hondo en mí.

Estuve desde un propio cuestionándome las intenciones de Andrew, su seriedad sobre esto, qué tanto lo había pensado y si realmente estaba seguro solo para descubrir que ha pasado noches desde finales del año anterior pensándolo y que fui su último pensamiento a fin de año y el primero del inicio de este. Él tiene la capacidad de dejarme sin palabras durante largos minutos. Cuando los segundos se hacen más largos, él dice mi nombre mientras entrelaza nuestros dedos y besa de nuevo mis nudillos, alejando su otra mano de mi rostro.

—Por favor dime algo, Leslie.

Aprieto mis dedos entrelazados con los suyos y trago. El día y la noche de hoy sí que ha sido bastante emocional.

—Tus palabras, yo...No sé muy bien qué decir —Me aclaro la garganta—. Estaba asustada de que se tratase de algo más complicado, un plan horrible en donde me sentiría cómo un juego o dónde no tomabas esto tan en serio cómo lo hago yo. Estoy procesando que lo sabías desde un principio y que de hecho pensaste mucho sobre todo esto, tanto o más que yo, que no ha sido un impulso o un capricho, que te quité horas de sueño.

»Creo que esperaba un escenario horrible —rio sacudiendo la cabeza—. Y con honestidad ahora puedo estar cien por ciento segura de que si tú no hacías algún movimiento, esta historia no habría comenzado o al menos no estoy tan segura de que lo hiciera porque he de admitir que en mis planes solo visualizaba un bebé de alguien anónimo no una relación contigo incluso si me gustabas demasiado.

—Entonces ¿No estás enfadada?

Estoy a instantes de responder con absoluta honestidad hasta que recuerdo cierto escenario que inició con esas mismas palabras y terminó en una mesa en un intenso encuentro. Veo mi oportunidad y por supuesto que la tomo.

Libero mi mano de la suya y me alejo, encargándome del cinturón de seguridad bajo su atenta mirada que espera por alguna respuesta de mi parte. No me pierdo cómo su sonrisa se borra y cómo la mirada interrogativa y de incertidumbre no lo abandona.

— ¿Leslie?

—Estoy muy, pero muy enfadada.

— ¿Es en serio? Ehm...No esperaba eso, quiero decir no es que esperara que todo fuese fácil, pero...En fin ¿De verdad estás enfadada?

—Estoy súper enfadada, demasiado —Subo y bajo las cejas hacia él.

Tres segundos es todo lo que toma para que los ojos de Andrew brillen y una risa escape de sus labios luego de respirar con alivio, su próximo movimiento es hacerse cargo de su propio cinturón de seguridad. Enciende el auto y estira la mano dándome un rápido apretón en el muslo.

—Entiendo. Tú estás enfadada, yo debo contentarte y por fortuna aún recuerdo cómo.

—Me alegra de que sepas cómo funciona.

—Imposible olvidarlo.

En cuanto pone el auto en marcha el silencio nos consume.

Me es inevitable en no rebobinar todo desde el primer momento en el que en el cumpleaños de mi hermana mayor, Andrew se acercó a mí con una propuesta que me pareció alocada, pero de la que no me reí ni descarté cómo lo hice con otras tantas. Tal vez de alguna manera sentí que era muy alocado porque es lo que todos pensarían, pero que de alguna forma eso nos acercaría de una manera en la que por alguna razón no nos habíamos atrevido en años.

Los meses que transcurrieron de la muerte de Arthur son como paisajes lejanos de lágrimas, dolor y desconsuelo, tiempo en el que no me permití sentir más a allá de un dolor desgarrador por la pérdida de alguien que era parte de mí y que fue toda mi vida. La primera vez que dejé la ciudad e hice más que llorar fue para ir a ver a Andrew, puedo recordar todavía las palabras que nos dijimos en voz baja cuando no abrazamos aquella vez cuando pensé que sería la última en la que coincidiríamos y luego de ello, no pasó tantísimo tiempo para que me fuese a vivir a Japón y allá siempre supe a través de revistas y la televisión mucho sobre BG.5.

A diferencia de lo que muchos podrían imaginar, nunca asocié a BG.5 con un recuerdo triste; para mí ellos representaron el despertar musical de Arthur, muchas de sus ilusiones y en gran medida los causantes de sus últimas sonrisas. No podía huir u odiar saber de quiénes cumplieron un sueño que a veces me parecía tan difícil de hacer realidad. Siempre supe que estaban triunfando, escuché sus nuevas canciones, compré el CD con el apodo de mi hijo, no pasaba los canales cuando sus vídeos aparecían, a veces leía algunas entrevistas y de alguna manera me sentía feliz porque llegué a pensar que si Arthur estuviera vivo, él estaría enloqueciendo por la manera en la que BG.5 arrasaba – de buena manera – todo a su paso.

Pensé que eso sería todo, pero entonces Dexter Jefferson junto a Skylie aterrizó en la vida de mi hermana menor y tal vez debí intuir que ese podría ser un principio para mí...Es solo que llegar a pensar que Andrew y yo estaríamos en este panorama cuando todo lo que sabíamos ser era miradas y palabras torpes, parecía irreal.

Pero aquí estamos. Yo inicialmente con unos planes que Andrew saboteó y él fingiendo ser un ángel, uno que siempre supo todo. Supongo que la vida tiene algunas formas de actuar y que es mejor no buscarle una explicación, solo dejarse llevar.

—Te ves tan pensativa.

—Bueno, pienso en ti.

— ¿Para qué pensar en mí sí me tienes en vivo y en directo? —pregunta con coquetería y rio.

— ¿Por qué no pensar en las cosas que quiero hacerte mientras te veo en vivo y en directo? —contraataco y sonríe.

»Qué bueno que vamos a tu dulce hogar, porque Alan y Eva tenían una cena seria sobre "negocios" "¿Qué pasará con nosotros?" —Hay unos pocos segundos de silencio y suelto una pequeña risa.

No me responde con palabras, pero obtengo un asentimiento mientras permanece con la vista clavada en las calles. En un principio hablamos, aunque soy quien más lo hace, sobre los detalles de lo que fue una boda muy bonita y cuando saco a colación la manera en la que le han fastidiado la noche a Max, él tiene el descaro de reír.

—Le hicimos un favor, ni siquiera esperábamos que a ella se le ocurriera responder el tweet —Sonríe de forma ladeada—. Apuesto a que su representante en este momento la odia.

— ¿Te sientes identificado con ello? Porque Max no se veía nada feliz.

—Max nos ama, nos odia, pero nos ama más de lo que nos odia.

—Tal vez debería tener un largo mes de vacaciones —mascullo.

—Se lo hemos propuesto, pero la respuesta siempre es la misma —se aclara la garganta—: "en mi presencia hacen caos, en mi ausencia destruirán el mundo y tendré mucho más trabajo."

—En cierta manera, él tiene razón.

—Max siempre tiene la razón —responde.

Luego de ello entre nosotros se instaura un silencio pesado que alimenta toda esa densa tensión que nos ha estado acompañando desde un principio. Poco a poco mi corazón late un poco más rápido y mi cuerpo se vuelve mucho más consciente del suyo, robo miradas de reojo y él parece sumido en sus pensamientos. Quisiera que habláramos de cualquier cosa que pudiera distraerme porque ahora siento que la expectativa va a acabar conmigo antes de que siquiera llegue a ocurrir algo.

Es en ese mismo silencio llegamos a nuestro destino, bajamos del auto y poco después estamos en el ascensor en esquinas opuestas viéndonos. Él sigue mis movimientos mientras saco pequeños broches negros de mi cabello que lo sostenían en un apretado moño, mi cuero cabelludo me agradece que libere las hebras oscuras de tal confinamiento.

— ¿Me ayudas con los zapatos?

No hace preguntas, no señala que yo puedo quitármelos sola. En su lugar camina hacia mí y se arrodilla quitando con delicadeza ambas sandalias de tacón, sus labios hacen presión en mi pantorrilla.

—Arrodillarme ante ti, nunca será un problema —Me dice ante de incorporarse con una sonrisa.

—Tampoco será un problema para mí, Santo Wood.



Sí hay error en el capítulo, mis disculpas 🖤

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