Capítulo Tres


Capítulo tres.


— ¿Te arrepientes? —No dejo de ver a Arthur jugar con su nueva pelota.

—No —respondo a Eva—. No puedo arrepentirme de haber traído al mundo a alguien tan perfecto. Además, ¿No crees que soy una mamá genial?

—Nos has sorprendido.

—Me he sorprendido—admito.

Volteo y le doy una sonrisa antes de dirigirme hacia Arthur y sorprenderlo cuando lo alzo en mis brazos. Ahora, con tres años, él es pesado, pero todavía puedo sostenerlo y a él le encanta.

— ¡Vueltas, mami!

Comienzo a girar y él ríe aferrándose a mí con sus pequeñas manos. Eva grita que va a marearse y Elanese me alienta a girar más rápido.

— ¡Más, mami! —pide Arthur en medio de gritos entusiastas.

Cuando estoy mareada me detengo y me siento de manera tambaleante en el frío césped. Las manos de mi bebé van a mis mejillas y las aprieta mientras arruga su nariz en una mueca adorable. A veces me pregunto si acaso William se durmió cuando hicimos a éste bebé, porque todo de él es parecido a mí, desde su cabellera oscura y abundante, a sus brillantes ojos.

—Mami, canta.

Aclaro mi garganta y él me mira a la expectativa de qué inventaré está vez. Ama que invente canciones especialmente para él, es algo nuestro.

—Es un niño bueno, de buen corazón, sonrisa sincera y ojos brillosos. No es quisquilloso y tampoco fastidioso —Él ríe y aplaude mientras canto—. Es educado, amable y juguetón, tiene el cabello negro y dedos que no son feos.

— ¡Sí, sí! —Canta.

—Sus dientes son pequeños, su alegría ilumina, es un buen bailarín y lleva el nombre de un rey. ¿Quién será?

—Mami soy yo, soy yo, mami ¡Arthur!

— ¡Es Arthur! —Dejo de cantar y comienzo a besarle todo el rostro haciéndolo reír—. Y voy a comerme a Arthur con muchos besos.

— ¡Ay, mami!

Es lo más bonito que me ha pasado. A veces me canso y siento que no puedo, pero solo me basta verlo para avanzar. Hay altibajos, pero me alegra tener a Arthur a mi lado.



14 de enero, 2016.

Las pérdidas no se superan, pero avanzamos.

El hecho de que sonría y ría no quiere decir que no me duela no tener a mi hijo conmigo; tampoco fue una pérdida que acepté de inmediato. Fueron meses, tiempo, terapeutas de duelo y mucho apoyo, lo que me ayudó llegar al punto en dónde estoy hoy.

Siempre habrá un vacío en mí recordándome que mi hermoso niño partió a una edad muy joven. Mi mente está plegada de recuerdos, muchos de ellos felices y otros dolorosos. Tuvimos una dura batalla contra el cáncer y aun cuando el panorama era malo, nunca me preparé para perderlo, no quería pensar que tenía que dejarlo ir.

No hay manera de explicar cómo se sintió dejarlo partir, sonreír y decir qué "estaría bien", qué durmiera, ocultar el hecho de que la idea de dejarlo ir me destrozaba a carne viva.

En ocasiones hay días malos en los cuales lloro por muchas horas y pregunto "¿Por qué?" "¿Por qué tuvo que ser mi hijo?"; sin embargo, le prometí que estaría bien y tras hablarlo con mi terapeuta, el paso del tiempo y apoyo familiar, me di cuenta que mientras respire debo mantenerme a flote, de que incluso en su último respiro, él quería que fuera en busca de mi felicidad.

No sé si me juzgan por la decisión de querer ser madre de nuevo, por sonreír, por decirme "duele, pero seguimos, Leslie." La pérdida de un hijo no se supera, marca y siempre estará ahí, mi hijo siempre será la cicatriz que late en dolor, pero brilla en orgullo. Me enorgullezco de que fue mi hijo, me resiento de haberlo perdido y celebro haberlo tenido conmigo. Fue una luz tan brillante a su paso que trajo alegrías y espero ahora sea una estrella en el cielo.

¿Dirán que he perdido la cordura? Siento que tal vez lo he hecho, pero no siento culpa y tengo un duro momento tratando de cuestionarme si eso está bien.

Siento un nudo en mi garganta y la aclaro, desearía que el cáncer no existiera, que él no hubiese sufrido tanto. Desearía poder darle las gracias por enseñarme a ser mamá, por hacerme madurar, por ayudarme a crecer, por enseñarme un amor tan puro e incondicional que nunca imaginé. Incluso, desearía tenerlo frente a mí y agradecerle por tener tan buen gusto para elegir ídolos.

Si lo analizo, podría decir que Arthur trajo a Andrew a mi vida y aunque ahora siento que estoy enloqueciendo con toda esta situación, no puedo negar que por primera vez en mucho tiempo, me siento viva, a la expectativa, con intrigas sobre lo que trae el mañana.

Desearía darle un abrazo y decirle: mami lo está intentando, cariño, estoy buscando mi felicidad. Te extraño y duele, pero he aprendido a que los días no quemen, a que las noches no se traten de lágrimas y a que no debo perder mi sonrisa. Aprendí que te fuiste, pero te quedaste conmigo, en cada parte de mí. Aprendí a que llorar no está mal y extrañarte tampoco. Acepté que dejarte ir era lo que necesitabas y que ahora estás en un lugar mejor.

Aun me da miedo pisar un hospital, pero trabajaré en ello, lo prometo. Sigo inventando canciones que sé que te gustarían, mis ojos brillan de amor cuando hablo de ti y no resiento de ningún momento que pasé contigo, incluso los amargos. Tuviste que partir, Arthur, pero aprendí a que siempre seré tu mamá, eso nunca dejará de suceder. Simplemente gracias, por con tu sola existencia mi vida se volvió mejor. Te amo y en mis brazos guardo un abrazo para cuando nos volvamos a encontrar.

Siento las lágrimas deslizarse por mis mejillas mientras mantengo la mirada en la fría noche, la taza de té en mis manos, tuvo que haberse enfriado hace mucho rato.

—Te extraño, bebé, pero no hago esto para reemplazarte. Ningún hijo se reemplaza con otro —murmuro a la nada—. Hago esto porque lo deseo, porque lo siento correcto en mi corazón.

»Le hablaré de ti y te hablaré de él o ella —Sonrío—. Y si da la casualidad de que cierto ídolo es el papá, entonces, bueno...No enloquezcas por ello, Arthur. ¿Será que puedes escucharme en dónde te encuentres? Me gusta pensar que sí, porque nuestra conexión no se rompe, porque siempre seré tu mamá. Descansa, hijo, mami lo está haciendo bien y sonríe mucho...Mami también está un poco loca porque piensa mucho en Andrew, pero apuesto a que eso te encanta.

Dejo mi mano sobre el frío vidrio de la ventana, está cayendo una fina capa de lluvia.

—Te amo y eso nunca cambiará —Termino en un susurro sintiendo más lágrimas—. Te extraño mucho y aunque estoy llorando, te prometo que estoy bien y que no soy infeliz.

Llorar no está mal, hablar deseando que mi hijo me escuche tampoco lo está. A veces lo hago y después de llorar y hablarle, me siento mucho mejor. Mi terapeuta dice que es una liberación que le hace bien a mi cuerpo, no me daña, me da fuerzas.

A lo largo de los años poco a poco he ido descubriendo que soy una mujer fuerte. Me he caído muchas veces, pero nunca he dejado de levantarme y seguir.

***

15 de enero, 2016.

Han pasado tres días desde que la carpeta con mis exámenes se encuentran en manos de Andrew. Tres días desde que por primera vez en mucho tiempo tomé una decisión impulsiva. Tres días desde que indirectamente si las cosas salen bien, acepté tener sexo con Andrew.

Y lo más impactante: un bebé.

—Oh, Evie, dime que no soy la única viendo cómo el rostro de Les se está volviendo muy rojo —Escucho decir a Elanese y eso me trae de vuelta a la realidad.

— ¿Eh? —digo llevando las manos a mi rostro.

—Estás muy sonrojada, ¿En qué pensabas, sucia? ¿En el sexy gifs de sexo que te mandé?

—Deja de enviarme cosas sexuales —Rio, desviando el tema.

—Sabes que los amas, es toda la acción que estás viendo todos estos días.

»Más ahora que planeas tener un bebé por medios científicos, pasará un largo tiempo para que vuelvas al ruedo, pero valdrá la pena —Me anima.

Ay, mi querida hermanita, si supieras que no eres la única Anderson con un poco de caos corriendo por su sistema. Le doy una sonrisa y no comento el hecho de que podría en un mes estar haciendo un bebé por medios tradicionales con el amigo de su prometido.

—Te estás sonrojando todavía más —Me acusa.

—Solo tengo calor, deja de molestar —Le arrojo una patata que ella esquiva y luego toma para comerla—. Tan infantil.

Me muestra su lengua y luego resopla cómo alguna mocosa malcriada haciéndome reír. Ella asiente hacia Eva y me doy cuenta de que mi hermana mayor se encuentra de hecho dormida. Eva está sentada frente a su escritorio de trabajo, su cabeza reposa sobre unos documentos que revisaba, parece una posición muy incómoda.

—Creo que está teniendo mucho trabajo aunque no lo dice —comenta Elanese—. Me siento algo culpable de haberla abandonado.

—No digas tonterías —Me levanto de la cama y camino hacia el escritorio—. Renunciaste porque estás yendo por lo que te gusta, concéntrate en tus estudios y el trabajo actual. Eva entiende que tenemos vidas apartes.

»La ayudaré tanto cómo pueda sin descuidar mi propio trabajo —Le hago saber y luego suavizo mi voz para dirigirme a Eva—. Oye, Evie, cariño, vamos a trasladarte a la cama.

—Necesito... —Ni siquiera abre sus ojos— Leer y redactar un informe...No puedo dormir —Abre los ojos repentinamente asustándome.

—Qué susto —Llevo una mano a mi pecho y escucho a Elanese reír.

—Lo siento —Bosteza Eva—. No puedo quedarme dormida...

—Necesitas descansar —La obligo a ponerse de pie y a caminar hacia la cama en donde Elanese ya se encuentra retirando lo que resta de platos de comida—. Soy buena leyendo los documentos, sentencias y analizando. Ela es buena redactando y haciendo informes, deja que te ayudemos con esto.

—Será muy divertido —Elanese finge emoción, le doy una mala mirada—. Bah, sabes que siempre querré ayudarlas. Descansa, Evie.

—En serio, puedo...

—La bebé se va a dormir, a descansar y soñar con una mesa llena de pan —comienzo a cantar guiándola hacia la cama y obligándola a acostarse—. Un sueño feliz, lleno de mucha...

—Humedad —Canturrea Elanese y volteo a verla, está sonriendo—...Humedad por A...A...Alan.

Rio por lo bajo y retomo mi propia canción inventada para Eva, ella está acostumbrada a ello, aprendió que es lo que hacía con Arthur. Mantiene sus ojos cerrados, pero ríe de la ridícula canción. La cubro con la manta y beso su nariz, sonríe.

—Nunca dejaste ni dejarás de ser una mamá, Les —Estira su mano y pincha mi estómago con su dedo—. Cuando otro bebé salga de ahí, será feliz de tenerte de mamá. Hiciste un gran trabajo antes, lo harás magnifico otra vez.

—Gracias, Evie —Beso su frente—. Descansa, no pienses en nada negativo. Ela y yo te ayudaremos con el trabajo.

Hace apenas un murmullo que me hace saber que está más cercana a estar dormida qué despierta. Elanese toma la laptop junto a las carpetas de documentos y sale de la habitación, la sigo luego de apagar las luces y cerrar la puerta detrás de mí.

Vamos hacia el comedor de la casa luego de buscar golosinas y cafeína que nos permitan mantenernos despiertas para hacer un trabajo tan tedioso.

—Leeré los antecedentes, tú toma estos —Me da un par de carpetas—. Vamos haciendo un desglose, lo discutimos y luego podemos realizar el informe... ¿Qué? ¿Por qué me miras así?

—Es divertido que siempre proclamaras que no eras buena en tu trabajo, cuando parece que eres muy buena en esta área.

—Te dije que era buena haciendo informes escritos —Se encoge de hombros— y supongo que puedo reconocer que mi trabajo no fue malo, pero no me apasionaba.

—Ela, ¿Tú eres consciente que el resultado de tu primer caso no fue tu culpa? —tanteo con cuidado.

Ella frunce el ceño y mira hacia la mesa, luego suspira y vuelve a mirarme.

—Sé que no fue precisamente mi culpa, pero aun así se siente que fui demasiado emocional, que no tuve precaución.

»Quería que Robinson supiera que el sistema y la sociedad no lo olvidaban, él tenía demasiado rencor hacia ello. No pensé que eso haría tanto daño. Qué le haría tanto daño. Lo arruiné en grande, Leslie y aunque he aprendido a aceptar lo que sucedió, recordarlo me entristece.

Robinson, un adolescente que en aquel momento tenía quince años. Uno que durante meses tuvo una conducta asocial y en ocasiones agresiva hasta que Elanese tomó su caso; todos pensaron que habían progresos, no sabíamos por qué con Elanese tenía tantos avances o al menos no se supo hasta que su compañero de cuarto de la casa hogar comenzó a querer mostrar avances también con Elanese y eso encendió unos celos nada sanos que terminaron con un serio caso de intento de asesinato por parte de Robinson hacia su compañero.

En sus declaraciones, él establecía que amaba a mi hermana y era correspondido, que ella esperaría por él para ser felices y que solo ella lo entendía. Toda esa empatía que Elanese le dio y la cercanía, sin darse cuenta, alimentó una fantasía sustentada en problemas mentales que no habían sido detectados.

Mi hermana casi pierde su licencia, fue marcada en el expediente y tuvo un momento muy duro entendiendo que no era su culpa. Siempre se refiere a ello cómo el incidente que pasó, pero muy pocas veces hablamos de ello puesto que pese a que es un tema "superado" aún resuena en ella.

—A veces podemos tener las mayores ganas y disposición en ayudar, pero escapa de nuestras manos los resultados—Le recuerdo—. Fuiste una buena trabajadora social y ahora serás una genial investigadora histórica o cómo se diga cuándo termines tus estudios.

—Gracias —Me sonríe—. Pude haberlo hecho mejor, pero no quiero reprocharme por el pasado y aunque me gustaría saber si Robinson tuvo el principio de un final feliz, entiendo que no podemos cruzar nuestros caminos.

»Ahora, empecemos todo este trabajo que he perdido práctica, pero no olvido cuán tedioso es.

Así que empezamos con el trabajo. Bebemos cafeína e intercambiamos varias palabras en el proceso, siempre tratando de no distraernos porque es un trabajo muy delicado del que será responsable Eva.

Esto es tedioso y agotador, por suerte el sueño aun no aparece en mí, pero más de una vez escucho a mi hermana suspirar o bostezar. Trato de masajear mi cuello y cambiar de posición de tanto en tanto para que mis músculos no se pongan rígidos. Eva no puede decir que no la amamos.

—Pausa, pausa. Momento de mensajes con Dexter —anuncia Ela para luego bostezar—. Necesito unos minutos de descanso entre tantas palabras.

—De acuerdo, seguiré avanzando, yo no tengo un prometido con el cual distraerme.

Ignora mis palabras porque ya se encuentra sonriendo de manera tonta hacia el teléfono mientras escribe con rapidez. ¡Ufs! Espero verme algún día de ese modo, eso sería agradable. Me estiro para relajar mis músculos tensos antes de continuar; ni siquiera es la medianoche y ya me siento cansada, además de ello, no traigo mis lentes de lectura por lo que mis ojos están algo irritados.

No sé por cuánto tiempo Elanese se envía mensajes con Dexter y estoy tan enfrascada en querer terminar rápido mi parte del trabajo que ignoro sus risas y las notas de voz que envía; para cuando parece que va a volver a trabajar, me pongo de pie y voy por una Coca-Cola. Cuando regreso, ella se encuentra trabajando de nuevo con una gran sonrisa.

—Niña enamorada —La molesto al pasar por su lado despeinando su cabello.

Parece que quiere decirme algo por la manera en la que mordisquea su labio, no pregunto por qué sé que en algún momento se rendirá y cantará sin que se lo pida.

— ¿Creerías que estoy loca si te digo que no quiero un compromiso largo? —Alza la vista para verme, tomo asiento de nuevo.

— ¿Por qué pensaría eso? Tu prometido es un bombón y están locamente enamorados, si se comprometieron es porque quieren casarse. Si quieres casarte mañana, en un mes o años, esa es decisión de ustedes y los demás al carajo ¿No crees?

—Entonces... ¿Crees que debería dejar de enviarle indirectas y solo decirle que estoy lista?

—Teniendo en cuenta que Dexter no está atrapando tus indirectas, diría que sí —Me rio—. Pensé que estabas siendo obvia al respecto, pero él parece que no lo ve.

—No es su culpa, solo quiere darme mi espacio y tiempo —Rasca su ceja—. No quiere presionarme porque piensa que quiero un compromiso largo, pero la verdad es que estoy bien con ello.

—Díselo, apuesto a que cada día reza porque le digas: "Dexter, vamos a casarnos." Tiene que estar luchando con su impaciencia.

—Tampoco es que quiero casarme la semana que viene, solo creo que este año estaría bien —Sonríe viendo los documentos—. ¿Por qué no estoy asustada?

—Porque es lo que quieres —respondo—. Mira nada más cómo brillan esos ojos. Me agrada mi cuñado.

— ¿Verdad que hice una elección increíble de futuro esposo?

—Por todo lo que sé, basándome en lo que me contaste de esa historia de amor, él te eligió a ti, quien no paraba de correr porque no era profesional.

— ¡Oye! —Se ríe—. Él siempre fue una tentación.

— ¿Sabes qué me da curiosidad, Ela? —Sacude su cabeza en negación—. ¿Por qué lo conocías de antes? Siempre dices que estuvo para ti en un momento duro y me angustia no saber de qué hablas. Me preocupa no haber estado para ti alguna vez.

Su sonrisa se borra de inmediato y me preocupa. Desde la primera vez en la que dijo que Dexter estuvo en un momento duro para ella en el pasado, la inquietud me ha embargado. Siempre he tratado de estar para mis hermanas, incluso a la distancia y me preocupa pensar que le di la espalda o pensó que no podía contar conmigo en alguna oportunidad.

Con lentitud y de una manera no muy convincente, su sonrisa reaparece.

—Tranquila, Les. No se trata de que no estuvieses para mí, has sido y eres una hermana increíble. Es algo de lo que no me gusta hablar y en lo que Dexter me ayudó a sanar. Estoy bien y mírame, soy feliz.

Esa respuesta no me convence del todo, pero le sonrío. Mi teléfono vibra sobre la mesa y lo tomo justo a tiempo, evitando que Elanese vea que se trata del sorpresivo Andrew.

—Debo atender esta llamada, ahora vuelvo —Le digo poniéndome de pie.

Tropiezo con la silla y ella me mira con ojos entrecerrados, pero camino rápido hacia mi habitación temporal en esta casa. Tomo respiraciones pausadas para no sonar tan acelerada.

—De acuerdo, actúa normal, con tranquilidad, sin enloquecer —Me ordeno antes de contestar—. ¿Andrew?

—Estoy muy seguro de que sabes leer y de que mi número de teléfono está guardado en tu teléfono —Se ríe—. Lamento haber tardado en llamar, pero he tenido días algo complicados por casa, sin embargo, no creas que lo olvidé.

Sí, tampoco lo olvidé. Ha estado en mi cabeza al menos veinte veces al día.

» ¿Puedo hacerte una pregunta, Leslie?

—Espero poderla responder, porque últimamente me sorprendes con lo que dices.

— ¿Si? Espero y sean buenas sorpresas —suspira—. Lamento si mi pregunta toca alguna herida, pero ¿Cuándo Arthur partió...Cómo hiciste para no ahogarte? Siento que papá se está ahogando y no sé qué más puedo hacer para ayudar.

»Ha ido a dos sesiones de terapia con mamá y conmigo, pero no veo ningún progreso y estoy seriamente preocupado. Yo...Siento que ni siquiera he tenido oportunidad de adaptarme a la pérdida de mi hermana porque he estado enfocado en sanar la herida de mi papá y creo que se escucha terrible que diga esto.

Siento simpatía con él, no sé si alguien de afuera lo juzgaría, pero no es mi caso. No puedo juzgar a su papá por no saber lidiar con la pérdida y tampoco puedo juzgarlo a él por sus palabras.

—Sí me ahogué —confieso—, sentí que mi vida se había ido, pensé que era una pesadilla y que nunca iba a despertar, pensé que mi interior se marchitaba...Pensé que había dejado de ser una mamá porque mi bebé ya no estaba.

—Leslie...

—Tampoco quería ir con terapeutas de duelo, me costó aceptarlo. La mitad de la infancia de mi hijo la pasé en un hospital luchando contra un cáncer, cuando se fue una parte de mí quedó vacía y no podía entenderlo. Sí, sabía cuáles eran los pronósticos, pero nunca estuve preparada.

»No puedo imaginar cómo de doloroso debe ser que te arrebaten a tu hijo de un momento a otro y con tal violencia. No es que él no quiera vivir o seguir, es que no sabe cómo hacerlo y tú puedes intentar una y otra vez mostrarle la salida, pero no es fácil dar con ella.

— ¿Cómo lo hiciste? ¿Cómo encontraste la salida?

—Mi familia fue paciente, siempre tuve su apoyo, fui a terapia y poco a poco reconocí mis méritos cómo madre, que hice todo lo que estuvo en mis manos mientras estuvo conmigo, que no fue mi fallo y que su partida fue algo que no podía controlar.

»No estaba del todo bien cuando me fui a Japón, lo hice porque quería un nuevo ambiente, uno en donde pudiera reencontrarme conmigo. Escribí mucho, leí y compartí testimonios con otros. Poco a poco fui sanando.

—Han sido casi tres años desde que el señor sonrisas...

—Sí, hay días que son duros, pero estoy aquí de pie decidiendo vivir una vez más, por mí, por él —Me siento sobre la cama—. No dejen de apoyar a tu papá, hazle saber que tiene un hijo esperando por él, pero no lo presiones. Trata de que poco a poco retome su vida, creen nuevas rutinas.

»Y lo que dijiste no es terrible. Sé que es agotador emocionalmente, muchas veces sentí que desgastaba a mi familia. Está para él, pero no te olvides de ti. Era tu hermana y te duele, debes dejar que ese dolor arda para poder sanarlo, no lo pongas en pausa; tus sentimiento también importan.

Permanece en silencio, puedo escuchar la manera lenta en la que respira y me pregunto si fui demasiado lejos con mis consejos, pero es que ni siquiera conozco en dónde están mis límites con Andrew porque él es toda una caja de sorpresa.

— ¿Fue demasiado? —pregunto con cautela.

—No —Aclara su garganta—. Oye, Leslie.

— ¿Si?

Admito que siento un agradable cosquilleo cuando suelta una suave risa muy baja.

— ¿Te casas conmigo?

—Sí, claro... ¿Eh? Espera, espera...—proceso su pregunta— ¿Estás legítimamente loco?

—Sí, eso pensé. Todavía no —Ríe un poco más fuerte—. Tenemos tiempo.

—A veces me encuentro preguntándome si lo sensato es una fachada y solo eres alguna persona loca —comento.

—Mayormente dicen que soy un ángel.

Sí, bueno, también creí que era un ángel – sigo pensándolo – solo que tal vez es un tipo de ángel diferente y especial.

—Bueno, supongo que es una opinión popular.

— ¿Crees que soy un ángel?

—Creo que me está sorprendiendo cada vez más —confieso—. Yo...No te imaginaba así.

—Todos suelen pensar que soy una persona increíble, pero la verdad es que cuando me conocen, soy incluso mejor.

No puedo contener la carcajada que sale de mí y él ríe conmigo, me dejo caer acostada sobre la cama y miro al techo. Esta posición me recuerda mucho a mi yo de quince años que soñaba despierta con los chicos que me gustaban y posteriormente con William. Aquellas eran emociones adolescentes que venían con una carga hormonal y una intensidad con la que solo un adolescente parece sentir. Ahora que soy una adulta, es refrescante e incluso emocionante descubrirme de nuevo en esta posición atolondrada.

—Gracias, Leslie, no tenía la intención de decirte sobre mi familia por teléfono, no era la razón de la llamada, pero me alegra de haberlo hecho. Tus palabras me han traído cierta calma y fuerza para seguir enfrentando esta situación.

—Si necesitas hablar de ello, no tengo problemas en escucharte, sé cuánto necesitamos en ocasiones ser escuchados.

—Suelo ser el oyente de los problemas de los demás.

—Puedo ser tu oyente, si lo necesitas.

—Eres una gran persona —Dice y sonrío por sus palabras—. Ahora, la razón de mi llamada, es que no he olvidado que me has concedido un mes.

Tampoco lo olvido y me estoy asustada sobre la manera en la que me siento sobre todo esto y mi falta de arrepentimiento hacia esta locura. No quiero retroceder. Quiero saber qué puede pasar en un mes; ¿Y si él realmente demuestra que puede hacer todo este proceso conmigo? ¿De verdad estaría luego teniendo un bebé con él?

¿Estaría teniendo sexo sudoroso y bueno – porque sería ofensivo pensar que lo hace mal – con Andrew?

—Estuve leyendo los informes en tu carpeta, me disculpo si eso te molesta. Estaba curioso. La verdad es que eres una mujer muy sana...Y fértil —susurra lo último—. Tus niveles de probabilidades son bastante altos, eres cómo una fecundación andante.

— ¡Oh, por Dios! —Estallo en risas y siento mi rostro sonrojarse—. ¿Qué carajos es lo que acabas de decir?

—Solo digo que parece que solo basta que un nadador se acerque a ti para que termines con un bebé... ¿Cómo es que...?

— ¿Qué luego de tener a Arthur no salí embarazada de nuevo? —completo su pregunta.

—Lamento si soy indiscreto, pero tiendo a preguntar todo lo que pasa por mi cabeza para no sacar conclusiones erradas.

—Luego de tener Arthur estuve ocupada aprendiendo a ser madre, era muy joven —comienzo—. Un tiempo después volví al mundo de las citas y si tuve algunos encuentros, pero fui cuidadosa con la protección, no estaba preparada para otro bebé y todavía era muy joven.

»No estuve tanto tiempo en el mundo de las citas porque luego Arthur enfermó, por lo que no me acerqué en ese momento a algún pe... —Me corto dándome cuenta de mi indiscreción, sin embargo parece que él lo sabe porque ríe ante la palabra que casi digo—. Luego, conoces la historia, fueron años duros en los que ir a citas no fue prioridad y dónde incluso me descuidé cómo mujer.

—Lo puedo imaginar.

—Y posterior a ello, puede que hubo algo, pero siempre fui cuidadosa, no planeaba que mi deseo de tener un bebé consistiera en usar a alguna persona al azar. Se supone estoy trabajando en un embarazo planeado, de manera responsable —Me sorprende la facilidad con la que hablo sobre ello con él—. Por eso sabía que si intentaba con una inseminación, los resultados serían inmediatos.

»Es vergonzoso admitir esto, pero la razón por la que me embaracé a los quince años fue porque creí en el tonto "lo sacaré", tal vez fue una sola gota o preseminal, nunca lo sabré, pero solo eso bastó para crear a Arthur.

—100% fértil —bromea—. Sin embargo, si este mes da resultados positivos para mí y decides que soy apto, creo que debemos trabajar mucho en ello para obtener óptimos resultados. Mientras más lo intentemos, más probabilidades hay.

No sé qué hacer con su coqueteo directo, creo que nadie en esta vida se encuentra preparado para alguien cómo Andrew Wood.

—Pareces entusiasmado con la práctica de ello.

—Lo estoy y solo para que sepas, cada seis meses Max nos programa una visita al médico para hacernos exámenes. En diciembre tuve mis últimos estudios puedo dártelos para que veas que estoy sano, pero si quieres unos más recientes no tengo problema en ello.

»Tampoco hay antecedentes de enfermedades terminales o hereditarias en mi familia. Y sobre lo potente que pueda ser mi esperma, no me ofende tomar un examen si así lo deseas.

—Suenas tan tranquilo sobre esto.

—No creas que fue una decisión tomada de un impulso, siempre pienso bien mis decisiones, así que sé lo que todo esto conlleva. No soy tonto y no pretendo que esto sea un juego, es una decisión seria sobre la que estoy siendo responsable.

—Después de todo, entonces, sí eres sensato —Sonrío.

—Tengo un mes y planeo saberlo utilizar para convencerte. Así que... ¿Estás libre mañana?

— ¿Te refieres a mañana o solo no te das cuenta de que ya es pasada la medianoche?

—Me refiero a mañana —Ríe—, hoy tengo una reunión con la banda. ¿Estarás libre?

— ¿Para qué?

—Para salir conmigo.

Cuando acepté darle un mes sabía que me comprometía a no poner obstáculos, así que acepto y él suena animado sobre ello.

—Ahora debo colgar, estoy ayudando a Eva con algo de trabajo —Y temo que si sigo en esta llamada las cosas se vuelvan incluso más profundas.

—De acuerdo. Duerme bien, Leslie.

—Tú igual, Andrew.

Finalizo la llamada y me doy cuenta de que estoy sonriendo y que siento una sensación de entusiasmo que no sé cómo evitar. Tomo profundas respiraciones para calmarme y salir sin que Elanese sospeche. No es que pretenda ocultarle cosas, pero por el momento, me gustaría manejarlo con discreción.

Para cuando salgo de la habitación de vuelta a la sala, encuentro a mi hermana con la cabeza apoyada en la mesa, totalmente dormida. Vuelvo a la habitación, tomo una sábana y regreso a la sala en donde la cubro, ella suspira en sueños. Veo lo que nos falta para terminar y me estiro antes de ponerme en marcha para terminar el trabajo.

Pero incluso dentro de todo ese trabajo, no me saco a Andrew de mis pensamientos. Las cosas están cambiando y espero sean cambios para bien.




Helloooooooo. Solo diré: hablar así con Andrew es todo lo que estaría deseando que me pasara hoy hahaha.

Sí, tardé en actualizar, pero he tenido mucho trabajo, locura emocional y pues mami está enferma y he sido su compañera de citas médicas. Sin embargo, finalmente luego de tantos días (alguien los contó en mi perfil :p) aquí un capítulo del bello Andrew.

Por ser los primeros capítulos los consentiré dejando unos pequeños adelantos aquí. Así que, aquí vamos:

Si esta es una artimaña para decirme cómo se vería con un bebé, funciona, funciona muy bien.

—Hola, Leslie —dice a través del teléfono, pero soy capaz de escucharlo en directo también.

***

— ¿Quieres contarlos? Te advierto que tendría que sacarme la ropa.

—Podrías solo decirme cuántos tienes.

***

Ladea su cabeza hacia un lado y observa mi rostro cómo si buscara inspiración, va bajando la mirada hasta llegar a mi cuello y posterior a ello a mi pecho, sube la mirada de nuevo y enarca las ambas cejas.

— ¿Ahí? —Sonríe cuando asiento— Respuesta inesperada.

***

— ¡Le dijiste! —Parece que grito y Andrew alza sus manos.

—No le dije nada.

***

—Qué ruda —Se inclina hacia mí—. Eres más difícil de lo que llegué a pensar, Leslie, parece que tienes el propósito de ponerme obstáculos...Soy bueno superándolos.

***

—Los necesito más que tú —murmuro.

—Toma lo que quieras, Leslie —susurra enrespuesta

***

Jejejejej Todo eso y más nos espera 7u7. Les agradezco la paciencia y el apoyo, a veces quisiera dar más de lo que hago, pero hago tanto cómo puedo. Así  que gracias ❤

Redes: Instagram: DarlisStefany / Twitter: Darlis_Steff / Páginas de facebook: Darlis Stefany y "Saga BG.5 de Darlis Stefany" /En vivos en YouNow: DarlisStefany

Espero les guste.

Un beso.

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