Capítulo Treinta y Siete


Capítulo treinta y siete.

Veo a mi bebé dormir en esta habitación de paredes blancas que se ha convertido en una especie de hogar.

Es cierto que físicamente está muy cambiado de aquel niño de cabello oscuro, mejillas regordetas y sonrojadas, pero para mí sigue siendo precioso y cada vez que veo esos grandes ojos azules tan iguales a los de Elanese recuerdo esas madrugadas medio dormida en donde succionaba mi pecho mientras me veía.

El cáncer se expande, en algún lugar de mi mente sé que queda poco tiempo. Tan poco.

Y mientras lo veo dormir sin poder imaginar cuando no esté, me pregunto: ¿Seguiré siendo una mamá?

¿Algún día seré lo suficiente fuerte para traer otro bebé a este mundo?

¿Cómo podré vivir sin Arthur? ¿Cómo?

No hay respuestas y tengo miedo de que nunca las haya.


Andrew no responde a mi pregunta llena de horror, pero en serio ¿Qué le pasó? La última vez que lo vi, estaba bailando con Kaethennis mientras yo tomaba un descanso porque estoy cansada y con malestar, mi bebé no se porta bien hoy, pero esa última vez él estaba bien, súper sano y ahora...

Tiene grandes manchones rojos por el cuello, el rostro y los ojos a medio cerrar al igual que llorosos.

—Algún bocadillo tenía brócoli —Desestima con una mano, su voz suena rara— y yo soy alérgico.

—¡Mierda! No lo sabía, era la crema de las tartaletas que te di ¿Qué puedo hacer?

Me pongo de pie y le desanudo la corbata al igual que me deshago de varios botones de la camisa para que respire mejor ¿Y si comienza asfixiarte? Comió más que un par y cuando le tomo la temperatura su piel está caliente y sudorosa.

—Al menos ya tomaron todas las fotos oficiales —intenta bromear antes de respirar de forma pesada, lo que me hace alarmarme porque no suena nada bien.

—Andrew ¿Puedes respirar bien?

—Sí, sí...Eso creo, pero quiero saber si tú estás bien.

—Sí, los mareos están pasando, pero ahora me preocupas tú.

Hace silencio durante largos segundos viendo alrededor y luego viéndome a mí, por último hace una mueca llevándose la mano a la garganta.

—Si te soy sincero, creo que debo ir al hospital, esto —Hace un ademan hacia sí mismo—, cómo que está empeorando con el pasar de los minutos.

—¿Y por qué no me lo dijiste desde un principio? —Tomo mi bolso y su mano.

—Porque te sentías mal y pensé que no sería una reacción tan grande, imaginé que había sido algo muy pequeño, pero si dices que son las tartaletas...Comí muchas.

Me siento terriblemente culpable y noto que los dedos de las manos se le están hinchando, las manchas rojizas le tintan el dorso. Gracias al cielo consigo localizar a Max entre todos los invitados mientras hago que Andrew me espere cerca de la entrada así no presencian el estado en el que se encuentra.

El protector de Max quiere venir con nosotros, pero le hago saber que lo mantendré al tanto, intentando fingir que no estoy asustada sobre esto, luego consigo que Dexter y Elanese caminen conmigo hasta Andrew para que podamos despedirnos debido a que ellos volarán bastante temprano para unos pocos días de luna de miel.

—Es una pena que no estés para el ramo —Mi hermana hace un puchero—, pero definitivamente Andrew necesita un médico.

—Sí, te ves jodidamente mal, Andu bebé...Creo que deberían darse prisa, se ve grave.

—Gracias, Dexter —Masculla Andrew que ahora tiene casi completamente cerrado los ojos.

La manera en la que su voz suena un poco ahogada nos alarma a los tres.

—Gracias por haber participado tanto en este día, Les. Te amo —dice mi hermana dándome suaves empujones hacia la salida—, pero vete, Andrew necesita con urgencia un médico.

—Me alegra verte tan feliz, lo merecen —Alcanzo a decir.

Guando a Andrew hacia el auto, pronto estamos listos para irnos. Es un milagro que logre no arroyar a ningún paparazzi mientras conduzco fuera del lugar y que tampoco los flashes me cieguen, en serio ¿No aprendieron nada con la Princesa Diana?

—Aguanta un poco, amor —Digo y encuentro una botella de agua en la guantera—. Bebe un poco.

—Gracias.

—¿Puedes respirar?

—Es un poco denso, pero todavía puedo.

Es algo bueno que sea experta en la velocidad porque no me importan las multas que me llegarán cuando piso el acelerador.

—En serio lo siento, no lo sabía —Me siento fatal y espero lo sepa—, pude haberte matado.

—Pero no lo hiciste —Intenta bromear y rio de manera nerviosa—. Tranquila, los médicos lo controlarán. No me pasaba desde que era un adolescente, pero sé que todo estará bien.

Asiento ante el consuelo de sus palabras, un poco avergonzada de que sea quien me consuele cuando debería ser al revés. Me toma quince minutos llegar al hospital más cercano y eso es bueno porque la voz de Andrew comienza a sonar cada vez más ahogada y jadeante además los labios se le han empezado a hinchar y tiene los ojos completamente cerrados con un tono rojizo en los parpados.

Me estaciono horrible, seguramente conseguiré otra multa, y consigo a una enfermera que le da un breve vistazo a mi vestido elegante y luego regresa con una silla de ruedas en donde trasladan a Andrew. Mientras lo atienden en emergencias lleno sus datos en el expediente y luego le escribo a Max para hacerle saber que estamos siendo atendidos.

Camino de un lado a otro en el pasillo esperando que el doctor salga y solo para torturarme, busco en Google información de Andrew y en efecto todos sus Fivers saben que es alérgico al brócoli, apuesto a que Arthur lo sabía.

—¿Cómo puedo ser tan estúpida? —Me reprendo incluso si soy consciente de que no es un pecado no haberlo sabido, pero sintiéndome fatal.

En un tonto intento de torturarme sobre todas las pequeñas cosas de Andrew que son importantes y que no sé, leo cualquier dato al azar de Andrew que veo, aterrada de que esto se repita.

Descubro su miedo a los gusanos y que no le gusta el picante lo que me lleva a recordar que lo llevé a un restaurante de comida japonesa en nuestra cita luego del evento de bloggers, en donde me dijo "creo que hoy podría comer picante", recuerdo su ración inicial cuando probó el primer bocado, pero se lo comió ¿Lo hizo por mí? ¡Mierda! ¿Cómo no me di cuenta? Sigo leyendo cómo una especie de desesperada y no sé si algunas cosas son solo suposiciones o si las dijo él, pero no me detengo.

Los minutos pasan hasta que ha pasado poco más de una hora y yo estoy bastante preocupada. Otra media hora más y pregunto a una enfermera que me hace saber que espere a que el doctor salga pronto a informarme y una hora después cuando podría comenzar a enloquecer, el doctor aparece.

— ¿Es familiar del señor Wood?

Me quedo en blanco durante unos segundos porque sé que no cualquier vínculo me hará obtener información de él.

—Soy su prometida ¿Cómo está él?

No sé si esperaba que saltara alguien gritándome "¡Es mentira! No es su prometida", pero estoy tensa hasta que el doctor asiente tras ver alrededor y percatarse que soy la única persona que acompaña a su paciente.

—¿Cómo está Andrew? —Vuelvo a preguntar.

—Afortunadamente fue ingresado a tiempo, sus vías respiratorias comenzaban a cerrarse y pudo haber resultado bastante mal. Por lo general los pacientes que sufren reacciones tan fuertes ante alergias cargan consigo un autoinyector de epinefrina, pero entiendo que hacía más de diez años que el paciente no presentaba una.

—Es que es muy fácil evitar el brócoli —comento, al menos que tu novia te dé tartaletas con crema de ello.

—Se le ha suministrado de manera intravenosa el tratamiento y también ha sido hidratado debido a que estuvo vomitando. Lo ideal es que pase la noche en observación por precaución.

—De acuerdo —asiento—, no hay problema. Me quedaré con él.

—Puede pasar a verlo, en este momento está dormitando, pero se encuentra bien y recuperándose.

—Muchas gracias.

Solo ahora que siento algo de tranquilidad me doy cuenta de que tengo muchísimo frío y solo traigo un vestido que no me abriga mucho, pero no me importa. Entro a la habitación encontrando a Andrew acostado en una cama. Trae la manga de la camisa enrollada para darle espacio a la intravenosa y está dormido, pero puedo notar que sus labios no tienen la hinchazón de antes aunque siguen bastante rojizos y la inflamación de sus ojos ha disminuido. Acercándome le peino el cabello con los dedos y dejo un beso en su mejilla.

—En serio lo siento muchísimo —Me disculpo de nuevo incluso si no puede escucharme.

Localizo el saco de su traje y me lo pongo para resguardarme del frío de la habitación, huele increíble. Después me encuentro sentada en una dura silla al lado de su cama y tomándole la mano que no tiene nada conectada, sobre mi regazo.

Supongo que luego de poner al tanto a Max, de verlo dormir y la descarga de adrenalina, me quedo dormida porque cuando despierto, lo encuentro viéndome con una sonrisa perezosa. Reparo en que tiene menos manchones rojizos y sus ojos no están del todo abiertos, pero tampoco tan inflamados.

—Lo siento, me quedé dormida.

—Yo lo siento por hacerte terminar la noche así —Su voz suena ronca.

—No ha sido tu culpa.

—Tampoco tuya —Le da un apretón a mi mano—. ¿Has comido algo?

—No tengo hambre.

—Pero el bebé sí —asegura y yo enarco una ceja—. Es mi intuición de padre.

Eso me hace sonreír antes de dejar un beso en el dorso de su mano y recargar la mejilla de su muslo mientras lo veo.

—¿Te sientes mejor?

—Muchísimo mejor, solo me queda una leve molestia en la garganta y un ardor en los ojos, podría irme a casa.

—El médico me sugirió que te quedarás aquí y creo que es lo mejor.

—Eso me dijo mientras dormías, tienes que estar cansada. Todos estos días ajetreados y ahora aquí...

—Estoy bien.

—Me haría sentir mejor si comes y es por eso que Max se encargará de que llegue comida para ti y zapatos para que descanses de tus trampas mortales.

Veo hacia mis pies cubiertos en tacones ni siquiera lo recordaba.

—Y ropa cómoda para ambos.

—Me siento tonta por no haber sabido de tu alergia y ponerte en peligro.

—No eres adivina y tampoco lo mencioné. Sucedió y ya está, no haremos un drama por ello.

—Pero pudo ser peor.

—Pero no lo fue y eso es lo que importa —Me dice con suavidad. Siempre tan positivo.

—No sé, la noche no terminó cómo esperaba —suspiro.

—Sin embargo no está mal, es diferente, pero no de una manera horrible. Estamos juntos y todavía podemos hacer que termine bonito.

— ¿Qué hora es?

—Las once de la noche, dormiste un par de horas, estás cansada.

—Un poco —admito—, pero estaré bien.

—Terminemos la noche de una mejor manera —Me sonríe y le da un apretón a mi mano—. Necesito esta mano para alcanzar mi teléfono.

La libero y él lo toma frunciendo el ceño mientras lo manipula, pero está sonriendo cuando parece encontrar lo que busca: un vídeo de él con una guitarra.

—Es una de las canciones en las que he estado trabajando y es totalmente tuya, la escribí para ti.

Ni siquiera tengo palabras y él debe saberlo porque no espera respuesta de mi parte y en su lugar, hace que el vídeo comience a reproducirse.

Trae una gorra negra y está sin camisa, con un jean y acompañado de una guitarra acústica azul a la que comienza a darle melodía suave.


Llegué a tu vida en el momento correcto que parecía incorrecto.

Una pequeña habitación blanca llena de ilusiones y muchas emociones.

Fuimos sonrisas mientras las lágrimas caían.

Las horas estuvieron contadas mientras nuestro héroe volaba.

Un abrazo, palabras susurradas, la promesa de un estaré bien mientras te marchabas.

¿Era el final? ¿O era el comienzo?

Estabas ahí en mis recuerdos.


No conté las horas desde que te vi.

No supe las horas que estuve sin ti.

No sabía los segundos que faltaban para verte, pero ahora estás aquí (Oh, estás aquí).

Estás aquí cuando sonrío, cuando lloro, cuando soy feliz e incluso cuando no lo soy tanto.

Estás aquí cuando cierro los ojos al dormir y también en mi despertar.

No te vayas, por favor quédate.

Oh, ahora que estás aquí, contaré cada momento que estés junto a mí.

Y cuando escuches esta canción entiende que eres mi inspiración.


Es el momento correcto, el mundo puede ser nuestro.

Y es que cuando te toco me estremezco, me haces deseoso de querer más de tus besos.

Esos dulces hoyuelos, la mirada traviesa, los dulces sonidos que también son traviesos.

¿Puedes verlo? En esa habitación blanca todo inició.

Elígeme, di que sí, déjame amarte y demostrarte que siento mucho por ti.

¿Te quedas?

Seremos sonrisas mientras lágrimas caigan.

Un abrazo, miles de palabras susurradas mientras te prometo que estaremos bien.

Es la continuación de nuestro comienzo.

Se parte de mis nuevos recuerdos.


Cuento las horas desde que estás aquí.

Sé que no existen las horas en las que quiera estar sin ti.

Los segundos vuelan para verte ahora que estás aquí (Oh, estás aquí)

Estoy aquí cuando sonríes, cuando lloras, cuando eres feliz e incluso cuando no tanto.

Estaré aquí cuando cierres los ojos al dormir y también cuando los abras al despertar.

No me iré, siempre me quedaré.

Oh, ahora que estás aquí, contaré cada momento que estés junto a mí.

Y cuando escuches esta canción entiende que eres mi inspiración.


Exhalo con lentitud mientras me pregunto si necesito a algún cardiólogo que evalúe la condición de mi corazón porque esa canción fue...Fue todo. Y cuando creo que el vídeo ha terminado, en la pantalla Andrew se quita la gorra y se muerde el labio antes de respirar hondo y sonreír con los pómulos sonrojados. Comienza a hablar:

Hola, estoy grabando esto el... —Hace una pausa y sus ojos parecen alarmado.

Hay una risa detrás de la cámara y me doy cuenta de que alguien lo grababa.

Estamos a dos de abril, Andrew —Ahora sé que el que graba es Harry— y son exactamente las cuatro de la tarde, cuarenta minutos antes de que tenga que ir a la clase de ballet de mi hija.

De acuerdo, de acuerdo —Andrew se aclara la garganta—. Lo que quería era que quedara constancia de la fecha en que estoy grabando esto, para que sepas que no fue que algo me presionó para hacer esto.

»La canción es tuya, digo, es para ti, bueno es completamente tuya.

Me rio y volteo a verlo rápidamente y me da una sonrisa avergonzada.

—Estaba algo nervioso.

—Así veo —respondo antes de volver la atención al teléfono.

Lo que quiero que sepas es que estaba ebrio y medio dormido, pero yo te escuché ¿De acuerdo? Y sé que nos falta muchísimo por conocernos, pero también sé que las personas nunca dejan de conocerse.

Eso es cierto —Asegura Harry y su pulgar en alto aparece de forma breve en la cámara.

Gracias, Harry —Se ríe—. El punto es que a veces no se trata del tiempo sino de la persona y lo que sientes. Quiero seguir conociéndote día tras día, año tras año.

»A mí no me importa lo que digan los demás, a mí me importa lo que digas tú, lo que piense yo, nosotros. Por un momento olvida lo que el mundo dirá, solo piensa en nosotros y lo que quieres y dime si ese "sí" es real...

Espérate —La cámara enfoca el suelo y luego todo lo que veo son los pies de Harry y los de Andrew—. ¿Esta es una petición de matrimonio, Andrew?

No, eso ya lo hice un montón de veces y siempre decía que no. Esto es una declaración de "me dijiste que sí".

Pero ¿Significa esto que vas a casarte? —pregunta Harry.

Uhmmm solo si el sí no era una broma.

—¿Estás presionando para que te digan que sí? La presión es terrible.

¡No! No estoy presionando. ¡Leslie no te estoy presionando!

»Harry te escogí porque no eres un mono así que por favor no arruines mi vídeo y recoge el teléfono del suelo, por favor.

Rio llevándome una mano a la boca mientras el teléfono supongo que es recogido y de nuevo se enfoca.

Lo que quiero decir es que me asusta el futuro y claro que es aterrador dar este salto, pero quiero hacerlo, así que este vídeo grabado el dos de abril es para entregarte tu canción y decirte que te escuché, que el tiempo es efímero, que lo que opinen los demás no importa y que si es una locura, es nuestra locura.

»Siento mucho por ti —Sonríe — y me alegro de que finalmente estemos viviendo el momento correcto.

Hay unos segundos de absoluto silencio en los que luego le hace un gesto a Harry que murmura un "oh".

— ¿Detengo la grabación?

—Sí, sí, ya terminé, Harry.

—Increíble, te veías bien y romántico —Es lo último que se escucha antes de que la grabación termine.

La pantalla se ve borrosa, pero es debido a mis lágrimas contenidas ¿No lloré lo suficiente hoy? Lo bueno es que no han sido lágrimas de tristeza.

La habitación se mantiene en silencio y aun no veo a Andrew, pero mantengo la mejilla contra su muslo dando clic de nuevo en reproducir para escuchar la hermosa canción con su talentosa voz. Más allá de su innegable talento para cantar y tocar la guitarra, son las emociones que transmite, el cómo mira la cámara cómo si estuviese viéndome directo a los ojos.

Tiene razón: todos dirán que estamos locos e incluso corriendo. En enero iniciamos esto, ahora estoy embarazada y él me habla de matrimonio. Generalmente todos te dicen que deben esperar a conocerse durante años, que lo pronto no funciona, pero ¿Sabes? A veces estás años con una persona y ni incluso así logras sentir lo que yo siento por Andrew.

El matrimonio nunca fue una meta que me hiciera sentirme realizada cómo mujer y cómo persona, asumí que podría suceder, pero que estaría bien si no pasaba. Él tiene razón cuando dice que es aterrador, pero todas las experiencias lo son.

Hablarán de nosotros queramos o no, sean cosas buenas o malas, las personas siempre opinarán, criticarán o apoyarán y eso no tiene que influir en la manera en la que quiera vivir mi vida o al menos eso pienso ahora en esta nube de emociones que ha generado Andrew Wood.

También sé que este vídeo fue grabado cuando creíamos que no había un bebé, lo que me da la certeza que no se está basando su petición en una concepción de moralidad sobre hijos dentro del matrimonio. Es una petición real y sincera, cómo él.

—Admito que ahora me siento nervioso —dice cuando el vídeo vuelve a terminar.

Alzo la vista y lo encuentro con esos bonitos ojos aun un poco afectados por la alergia, pero sonriendo cómo siempre.

—¿Quieres casarte con alguien que casi hace que te muera?

—El detalle de eso es que no fue adrede.

—Quieres casarte con alguien que conoces desde hace poco.

—Me conoces mejor que muchísimas personas —Hace una pausa—. Estuve cinco años con alguien que nunca me conoció, a mí el tiempo no me dice mucho sobre mis sentimientos.

—Solo quería un bebé —digo con una risa rara y su sonrisa se borra.

—Leslie...

—Y terminé con mi dichoso bebé y enamoradísima del papá ¿Qué clase de trampa fue esta?

—Podría decir algo cursi cómo "las trampas del amor" pero no sé si eso juegue en mi contra.

Rio por lo bajo y varias lágrimas se derraman cayendo sobre la sabana cubriendo su muslo, en donde aún recargo mi mejilla.

—¿Estás seguro?

—Sería romántico decir que "sí", pero creo que nunca estaremos seguros de cada decisión que tomemos, sin embargo, lo que sí sé es que quiero hacer esto, que deseo estar contigo de esa manera.

Me gusta su respuesta porque tampoco me siento segura de muchas cosas, pero eso no me detiene a dar el salto aterrador.

No sé qué ve en mi mirada, pero sus dedos van a mi rostro y con el pulgar me acaricia el pómulo.

—Leslie.

—¿Si? —murmuro con voz temblorosa.

—¿Te casarías conmigo?

—Estás legítimamente loco.

Él suspira e intenta sonreír.

—Y supongo que yo también lo estoy porque sí, me casaré contigo.

—¿Escuché bien?

—Me casaré contigo —repito.

La respiración que deja ir me hace reír mientras me incorporo para inclinarme hacia él y tener mi rostro a centímetros del suyo.

—Pero te advierto que no quiero cambiar mi apellido, podemos negociar usar un guion de por medio y para ello tendrás que convencerme.

—De acuerdo —cede con la vista puesta en mis labios.

—Y no quiero una boda grande, en serio amé toda la boda de mi hermana, pero fue agotador, incluso no necesito ninguna despedida de soltera, celebré muchísimo tiempo mi soltería.

—No necesito una boda grande y no tienes que tener despedida si no quieres.

—Bien —Sonrío dejando un beso en su boca con suavidad y pasándole los dedos por el cabello que tiene un poco enredado.

—¿Puedes meter la mano en el bolsillo de mi pantalón? El izquierdo.

Meto la mano debajo de la sabana y hago lo que me pide.

—¿Qué se supone estoy buscando? No hay nada.

—Claro que lo hay, busca bien.

—Oh, lo tengo, lo tengo.

Sacando la mano me topo con una banda de oro delgada con tres pequeñas incrustaciones brillantes que estoy suponiendo no son de fantasía.

—Dime que no es el de Isla —bromeo y él gruñe—. ¿Fue un mal chiste?

—Otro así y te vas de mi habitación.

Riendo veo el anillo, es hermoso de una manera discreta y cuando lo deslizo en mi dedo, me siento feliz de una manera que no esperaba. Alzo la mano para apreciar cómo se ve y la iluminación me haca captar unos brillos sobre las tres piedras que me hacen saber que no deseo saber el precio.

—Se suponía yo te lo pondría —Se queja.

—Pequeños detalles —Le doy otro beso—. Es hermoso, Andrew —Lo beso de nuevo—. Creo que estoy en shock o algo así.

Me toma la mano y besa mi dedo por sobre el anillo viéndome con fijeza y sonriendo.

—El plan era bastante romántico —Me dice—. Había preparado un ambiente bonito en mi apartamento para cuando volviéramos de la boda, pero el resultado actual salió bien pese a todo.

—La canción dijo que iniciamos en una habitación blanca y es verdad, de alguna manera en la que solo tú y yo podemos entender parece apropiado que sucediera aquí —Veo alrededor—. Seremos sonrisas mientras las lágrimas caigan —cito ese pedacito de la canción.

»Es una canción preciosa y tan nuestra que la escucharé una y otra vez ¿Cómo se llama?

—Aun lo estoy pensando, tengo que pulir lay mejorar acordes al igual que la armonía con los demás, pero quería que la escucharas.

—Es perfecta.

—¿Sientes mucho por mí? —susurra contra mis labios.

—Siento muchísimo por ti —Lo beso de nuevo.

Estamos en estado de nervios, felicidad e incredulidad por muchísimo tiempo incluso nos quedamos en silencio con la vista puesta en mi anillo, perdidos en nuestros pensamientos.

—¿Tú quieres casarte pronto? —pregunto aun llenándome de sorpresa ante este hecho.

—Sí, me encantaría.

—¿Qué tan pronto? —Alzo la vista para verlo, aun sentado a un lado de su cama.

—¿Una semana? —pregunta con cautela.

Me rio sacudiendo la cabeza durante unos largos segundos antes de darme cuenta de que no se está riendo ¿Habla en serio?

—¿Una semana? —repito.

—No parece tan pronto.

—Una semana son siete días, Andrew.

—Lo sé —Sonríe.

—En serio que estás legítimamente loco.

Un toque en la puerta nos sobresalta, pero antes de que podamos responder, esta se abre dando paso a un Max con el cabello despeinado y sin corbata que habla por teléfono luciendo molesto. No avisó que vendría.

Me pongo de pie tomando las bolsas que trae su asistente en las manos, que estoy suponiendo se trata de comida y ropa. Los teléfonos de Max no dejan de sonar y cuando la llamada finaliza se hace un largo silencio.

—¿No deberías de estar aun en la boda? Pensé que duraría unas cuantas horas más —dice Andrew viéndolo con sospecha.

—Dexter y Elanese se fueron hace poco, estaban desesperados por hacerlo —responde acercándose— ¿Cómo te encuentras?

—Estoy bien, solo fue un susto.

Organizo cómo puedo las bolsas sobre una mesa o escritorio, no lo entiendo muy bien, y me acerco de nuevo a la cama de Andrew.

—Bien, me alegra y además eso es bueno porque tenemos un problema —Mira de Andrew a mí.

»Alana hizo una publicación bastante inspiradora —Le dice con una falsa calma—, en realidad fue muy bonita. Hablando sobre días difíciles y de hijos maravillosos además dirigió unas palabras muy bonitas a los recién casados.

Los padres de Andrew no acudieron a la boda, hoy particularmente su papá estaba en uno de esos días en los que no quería salir de la casa y solo se mantenía de manera ausente. Él ha tenido mejoría, pero es un paso a la vez.

—¿Hay más en ello? Porque eso no sería un problema.

—Isla tuvo un intercambio de palabras con tu mamá de forma pública en los comentarios, Alana no sabe cómo manejar todo esto de relaciones públicas.

—¿Qué mi mamá e Isla, qué? —Intenta incorporarse y se lo impido—. Bueno, ¿Pero qué está pasando?

—Supongo que molestó a Alana o fue demasiada presión, no lo sé y no he podido hablar con ella más allá de pedirle y ayudarla a eliminar la conversación, pero el daño ya está hecho.

»Alana le dijo de una forma educada que esperaba que ella encontrara su felicidad de la manera en la que su hijo y ella lo serían con su nieto en pocos meses.

—Mierda —dice Andrew y yo lo pienso asimilando las palabras.

—Lo borró, pero ya está por todo el internet. Eres tendencia junto a Dexter y mientras que por fortuna no se ha filtrado ninguna foto de la boda y todo lo que se dice es bueno, en tu caso, las cosas no se ven igual.

»Que lo haya dicho Alana da credibilidad y esto es...Un auténtico caos mediático, todos están enloqueciendo con la boda Delanese, las especulaciones de que Kaethennis dio a luz y ahora el embarazo de Leslie.

—¿Qué están diciendo? —pregunto y Max hace una mueca.

—De todo un poco. Comentarios buenos y otros...

—Malos —completo, pero su expresión me dice lo que creo saber:

Abundan más las malas opiniones que las buenas. La noticia está por todo internet al alcance de personas que están siendo maliciosas con un bebé que aún no nace. Trago porque si quisiera huir, apuesto a que este sería un buen momento para hacerlo.

De manera protectora me llevo las manos al vientre porque este embarazo es hermoso y no es justo que nadie lo convierta en otra cosa negativa.

—Estará bien, Leslie —Me dice Andrew.

—No puedes darme certeza de eso —Le digo dejándome caer sentada en la silla—. No dejaré que nadie lastime a este bebé con palabras hirientes o malos deseos.

»Es lo más hermoso y me importa una mierda si te aman muchísimo y se niegan a creer que serás papá no justificaré ninguna actitud negativo hacia mi hija o hijo y no tengo porque vivir algo cómo eso —El corazón me late muy rápido—. ¿Qué tan malo es, Max?

Abre la boca, pero no habla así que tomo mi teléfono y entro en Twitter para encontrar diferentes Hashtag, pero por alguna razón siempre nos fijamos en lo malo, porque hay buenos, pero mis ojos se enfocan en: #RezaParaQueNoNazca y podrías pensar que no se trata de nosotros hasta que entras y ves un montón de imágenes burladas sobre mí.


Holaaaaaaaa, ahora sí: ¿Qué tal están? Si hay errores en el capítulo anterior o este, ignoren porfis, que estaba desesperada corrigiéndolos porque no quería subirlos tan tarde y estaban largos.

Bueno, me emocioné mucho con los votos Delanese jajajaj capaz estaba sensible, espero en el futuro narrar con más detalle la boda desde una perspectiva de ellos para vivir en primer plano sus emociones.

Ya saben, no le den brócoli a Andrew al menos que quieran matarlo, esto ya se había mencionado en otros de los libros (prohibido olvidar).

Tenía siglos sin escribirle canción a BG.5 así que espero no haber estado oxidada y la verdad es que imaginar a Andrew en esa escena es mucho para mi corazón. 

¡Se nos comprometió Santo Wood! Un montón de libros para finalmente verlo ser feliz con alguien que lo ama tal cuál es, es muy significativo para él que estuvo en una relación tan larga que terminó tan mal.

Y el final: yo sé que los Fivers son hermosos, pero acá en la ficción hay que reflejar esa parte venenosa de todo fandom que cree que sus ídolos no merecen o pueden tener el tipo de felicidad que está viviendo Andrew, porque vamos admitir que esas cosas pasan y si se debe de sentir feo que se expresen así de tu bebé que aun ni nace y el que quieres tener y planificaste (Lo bonito de la maternidad deseada y planeada). Ahora, ahí, también hay un trasfondo, que confirmaremos más adelante porque el 80% de las Fivers ficticias son amor cómo las reales.

Bueno, ya, escribí demasiado hahaha solo agrego que han de quedar cómo ¿Quince capítulos? Tal vez un poquito más.

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Espero les guste.

Un beso.

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