Capítulo Cincuenta y Siete (Final)


Capítulo cincuenta y siete

Tarareo una canción y con mi mano tomando la suya, hago círculos en el frágil dorso de su mano. Miro la palidez de su piel, las marcas de las agujas, lo moretones y las finas venas, es inevitable no sentir un nudo en mi garganta, porque aun así él encuentra la fuerza para aferrarse a mi agarre.

—¿Crees que mamá es bonita? —consigue preguntarme en voz muy baja.

Nadie sabe que he venido hoy ni siquiera Max, lo mantengo como mi secreto. Estoy usando el disfraz más antiguo: una gorra junto a un cuerpo bastante abrigado. No podía no estar aquí cuando en mi corazón sentí que debía venir y aunque se me rompe con esta situación, siento que es el lugar en donde tengo que estar.

Me concentro en su rostro delgado y es tan evidente que está cansando, pero pese a su mirada caída, aún hay chispa y brillo en ella ¿Cómo consigue ser tan fuerte?

Le sonrío y estiro una mano para acomodar su gorro de lana.

—Creo que tu mami es la mujer más hermosa que he visto alguna vez.

Y no miento.

—Sí, siempre le he dicho que es la más bonita —tose y lo ayudo a tomar un poco de agua antes de volverlo a acostar y sostener su mano nuevamente—. Me da miedo.

—¿Qué cosa? —susurro inclinándome para que no se esfuerce en hablar en voz alta.

—Dejarla sola. Mami siempre ha estado conmigo, no quiero que... esté sola.

No debería ser la preocupación de un niño.

Un niño no tendría que estar pasando por tanto dolor.

Un niño no tendría que estar a poco de usar morfina para calmar sus dolencias.

Él tendría que ser un niño haciendo cosas de niños.

—Leslie no estará sola. Está tu abuelo, tus tías...

—¿Es suficiente amor? Mi amor ya no estará.

—Tu amor siempre estará presente. Hay cosas que no se ven, pero se sienten.

Me mira de una manera tan conmovedora que siento mis ojos humedecerse y una lágrima consigue escaparse, la limpio con rapidez con mi mano libre porque lo último que quiero es que me vea triste, pero no sé si puedo ser tan fuerte.

—¿Puedo pedirte otro deseo? —susurra y asiento—. ¿Puedes darle parte de tu amor a mi mami? Te prometo que es muy fácil amarla.

Su labio inferior tiembla y los ojos se le llenan de lágrimas.

—No quiero que esté triste y le falte amor.

Me muerdo el labio inferior y siento mis propias lágrimas, son demasiadas para limpiarlas. Ambos lloramos.

La diferencia es que Arthur es más fuerte que yo.

—Lo prometo —consigo decir con voz afectada—. No le faltará amor y verificaré que ella esté bien.

—Podrías casarte con ella —sugiere entre lágrimas y río en medio de las mías.

—Para ello tendríamos que amarnos de una manera diferente.

—Eres el hombre, cualquiera puede amarte. Ella puede hacerlo.

—¿Eso crees?

Hace un leve asentimiento y le limpio las lágrimas del rostro antes de presionar un beso en el dorso de su mano.

—Tu mami no estará sola, lo prometo.

—Bien, gracias. Eres genial, Andrew.

—Tú eres genial, Arthur.

Cierra los ojos y suspira antes de volverlos a abrir y mirarme con esos grandes ojos azules rodeados de círculos oscuro.

—Estoy cansado, pero tengo miedo de irme —confiesa—. ¿Crees que dolerá más?

Ni siquiera sé qué responderle.

—Quiero que el dolor pare, no quiero que lloren más y quiero dormir. Los guerreros podemos descansar ¿Verdad?

—Sí, los guerreros merecen descansar cuando se sienten listos.

—Estoy listo, pero esperaré un poco más porque cuando me vaya extrañaré a mi mami.

—Te extrañaré —Se me escapa y sonríe de costado.

—Genial, mi ídolo va a extrañarme.

Eso me hace sonreír y de nuevo vuelvo a tararear antes de cantar en voz baja y acariciar su mano, poco a poco sus ojos se cierran en un sueño intranquilo. No dejo de cantar y hacerle compañía.

—¿Se durmió? —pregunta la voz de Leslie detrás de mí entrando a la habitación.

—Sí, solo lleva unos minutos.

—Gracias por venir, no te esperábamos —Se sienta a un lado de la cama y lo mira con tantas emociones en su rostro antes de tomarle la mano libre.

—No tienes qué agradecerme. Lamento no haberlo conocido antes.

—Lo importante es que lo conseguiste —murmura.

Permanecemos en silencio y miro su cabello grasoso y despeinado, la delgadez de su rostro y las ojeras en unos ojos hundidos ante la notable pérdida de peso. Sus labios se encuentran resecos y sus uñas demuestran su ansiedad. Sin embargo, es una mujer preciosa, una luchadora y tan fuerte.

No imagino la magnitud de su dolor ni las cosas que pasan por su cabeza.

—Está preocupado de que no tengas suficiente amor si él se va —murmuro y ella me mira—. Quiere que estés bien.

—No estaré bien, lo habré perdido y con él una parte de mí.

Permanecemos en silencio y ella vuelve su atención a Arthur.

—No estaba preparada para ser madre y lo hice, no sabía que iba a amarlo tanto y lo he hecho. No sabía cómo criar a un niño y lo hice, pero no sé cómo perderlo y sé que no aprenderé de ello.

»Está cansado y tengo que dejarlo ir, pero no sé cómo. No sé cómo enfrentar un mañana sin él, no sé cómo paralizarlo en el tiempo y aceptar que nunca lo veré crecer. No sé cómo vivir cuando una parte de mi alma no esté. No puedo imaginar su nombre en una lápida ¿Quién va a llamarme mami? ¿Quién bailará conmigo en casa? ¿Quién me hablará de BG.5? ¿Cómo puedo vivir con recuerdos? —Su voz se quiebra—. Sé que debo fingir estar bien mientras mi corazón se rompe, pero ¡Maldición! Duele. Duele muchísimo.

»¿Por qué me hicieron recibir el amor más puro y bonito para luego quitármelo? Me dieron un hermoso niño para amar y proteger, y luego le dieron una enfermedad contra la que no puedo salvarlo ¿Cómo pueden ser tan injustos? No sé qué hacer con todo este dolor y estoy asustada de todo lo que dolerá después. ¿Qué haré cuándo ya no esté?

—Vas a vivir, Leslie.

—No.

—Sí, lo harás, porque se lo prometiste, porque lo mereces. Porque él no quiere hacerte infeliz y no se va porque quiere. Nadie entenderá tu dolor y no lo olvidarás, pero vivirás ¡Lo harás! Te caerás y llorarás cuántas veces quieras, pero te levantarás.

—No podré.

—Sí puedes.

—¡No puedo!

—Sí puedes ¿Y sabes cómo lo sé?

»Porque no estabas preparada para ser madre a tan temprana edad y lo has hecho de maravilla, porque lo has amado con todo de ti, porque no sabías cómo criar a un niño y nos diste el niño con el alma más pura y la personalidad más radiante, porque no sabes cómo perderlo, pero tu valentía te hace entender que no lo pierdes, que lo amas lo suficiente para dejarlo descansar y porque no necesitas aprender a vivir sin él ni siquiera tienes que aceptarlo, pero lo que sí necesitas y sé qué harás, es entender que tu vida también vale. Él no quiere que te vayas con él, quiere que aprendas a ser feliz y no sabrás cómo serlo en un principio, pero algún día lo lograrás.

»Estoy creyendo en ti, Leslie, pero necesito que tú también lo hagas.

Llora en silencio y extiendo mi mano libre para tomar la suya. De alguna manera somos una cadena tomándonos de la mano con un Arthur inconsciente.

—Va a irse —susurra—, tengo que dejarlo ir. Lo amo tanto, merece descansar.

Susurra palabras y luego se queda en silencio. Los minutos pasan y cuando se pone de pie, también lo hago.

—Oye —susurro con suavidad—, creo que necesito un abrazo.

Sus ojos hinchados me miran mientras sus labios tiemblan y acorta la distancia dejándome darle un abrazo fuerte. Su peso cae sobre mí y la sostengo.

En mi corazón sé que algún día cuando mire esos bonitos ojos, ella habrá sanado y habrá felicidad. No olvidará a Arthur y siempre dolerá, pero también habrá vuelto a sonreír, reirá y amará. Ser feliz para ella será tan fácil como respirar y entonces, Arthur en donde sea que esté, estará feliz y en paz sabiendo que su mami no sufre y que es amada.



15 de noviembre, 2017

Siento que tanta felicidad no me cabe en el cuerpo.

Río mientras bailo con Love en mis brazos y sus gritos emocionados resuenan.

Nada de música infantil para las trillizas que lloran cuando suena algo que no es BG.5, su papá lo hizo absolutamente bien volviéndolas Fivers desde el nacimiento.

Inclino a mi hija hacia abajo con mi cabello cayendo sobre su rostro y ríe con tantas ganas que yo también lo hago mientras canto desafinadamente junto a lo voz de su papá sonando en los parlantes antes de que lo haga la voz de Ethan.

Los pocos invitados y nuestras familias aplauden animándonos y las risas de Love se mezclan con las de sus hermanas en brazos de su papá. Para mí ellas se han vuelto muy pesadas para cargarlas por tanto tiempo al mismo tiempo, pero Andrew lo controla muy bien.

Nuestras letritas están cumpliendo un año y no consigo entender cómo esta es mi vida.

El amor que siento es desmesurado, cada día aprendemos algo nuevo con ellas y puede ser agotador, pero no me arrepiento. Sus risas, sus gritos, los llantos, las sonrisas, las miradas de amor, el enfado, los pañales, vómitos, comidas y juguetes regados forman parte de toda esa ecuación de la que quiero ser parte por siempre.

Hice tres niñas increíbles con el amor de mi vida y ellas ahora tienen al mejor padre.

A nuestro alrededor hay más niños bailando y me parece que Mackenzie la pasa bastante bien con Dexter y Keith. La pequeña de Keith y Bridget, que desde mi punto de vista es una copia casi exacta de Adam solo que, con los ojos verdes de su mamá, toma una mano de Dexter y una de Keith mientras baila. Adam básicamente ha sido obligado por Zoey a bailar con ella mientras que Halle baila con su hermanito Heath y un Dan con las mejillas sonrojadas baila con Grace.

Skylie está demasiado ocupada acurrucada contra Kaethennis mientras leen un cuento y Jeff se siente a gusto en brazos de su papá mientras conversan con Jeremy. Nathan da vuelta alrededor de todos, tan desordenado y escandaloso como siempre y la más pequeña del grupo, Chelsea, está demasiado ocupada durmiendo con la boca pegada al pezón de Naomi.

Habíamos invitado a Sophie, la hermanita de Ashton, pero él se encuentra de gira por Estados Unidos y justo hace una semana Katherine se fue a acompañarlo por quince días.

El timbre de la casa de los padres de Andrew suena y me parece que Hannah se hace cargo mientras jadeando detengo mi baile. Love se sacude pidiéndome más.

—Mami está cansada ¿Al suelo?

—No —Se aferra a mi cuello.

—Mira, Heaven ahora está en el suelo.

Y de hecho da pasos tambaleantes hacia Harry, pero en última instancia prefiere ser más rápida gateando, ensuciando sus medias blancas, pero viéndose adorable con su vestido de flores.

Sonrío viendo como el cabello rubio, ahora un poco más cercano al tono de Andrew, se sacude en dos colas arriba de su cabeza.

—No —insiste Love cuando intento dejarla de nuevo en el suelo.

Me estiro para mirarla y ella me sonríe con los ojos azules brillantes. Esos ojos son iguales a los de Arthur, a los de Ela y eso es tal vez es de lo poco que les di a mis hijas, porque son más parecidas a Andrew. Miro su cabello rubio con un lazo que apenas sostiene algo de cabello en la cima mientras el flequillo le cae sobre la frente.

Su vestido es de corazones y con el pulgar le limpio el rastro de dulce en la comisura de su boca, pero ella me lo lame haciéndome reír.

—¡Llegamos a la fiesta! —anuncia la voz de Allen y giro para encontrar a Max rodando los ojos, pero sonriendo mientras sostiene grandes cajas de regalos, que deja en el lugar asignado para ello, y junto a él se encuentra el adorable de su sobrino Theo.

El encantador y entrañable niño se acerca a mí.

—¿Puedo cargarla? Nunca dejó caer a mi hermanita —Me asegura y Love lo mira midiéndolo antes de aceptar irse con él—. Tu hija pesa, Leslie.

—Come mucho —Le respondo riendo y sonriéndole a Allen que me da un abrazo.

—Podría volverse una bebé obesa y eso super peligroso.

—Ella lo sabe, Theo—Asegura Allen sonriéndole.

—No puedo creer que tengan un año —suspira—. Los bebés crecen rápido ¿Cierto, ti M?

—Tienes razón.

Andrew, libre de bebés, se acerca y le sonríe a Theo antes de aceptar el abrazo de Allen.

—Qué bueno que alcanzaste a venir —Le hace saber.

—Tienen mucho dinero porque un cumpleaños de tres niñas parece algo caro —comenta Theo y aprieto los labios para no reír.

—Quedamos en que ese era un comentario grosero, Theo —dice Max llegando hasta nosotros y básicamente Love se tira hacia él pidiéndole ser cargada y él la acepta.

—Pero es verdad, tío M. Papá dice que tres son demasiado —Se encoge de hombros—. Oh, mira, vino el señor que es más viejo que el abuelo.

Esta vez río por lo bajo y Max me da una mirada reprendiéndome.

—El abuelo Lucas —Lo corrige Max.

—Ajá, justo él. Qué viejo se ve —dice de manera sorprendida—. ¿Crees que se muera pronto?

—Theo —masculla Max mientras Love le da besos babosos en la mejilla.

Espero no lo muerda porque últimamente le encanta clavar los pequeños dientes en donde puede.

—¿Qué? Es para saber si hago un pacto con él para que me visite luego de morir y me cuente qué tal es todo. Iré a saludarlo... ¡Oh, mira! Ahí está Sky. Ella es bonita ¿Verdad? —Nos pregunta pensativo—. Creo que seremos esposos al crecer.

—Pareces decidido —Le dice Allen con complicidad y de nuevo, él se encoge de hombros.

—Papá dice que solo los tontos pierden tiempo y que cuando lo sabes, lo sabes.

—Eso es curioso teniendo en cuenta que Tom fue un tonto con Cara —masculla Max y Allen le da un suave empujón.

Theo parece ignorar o no escuchar la declaración de su tío y va directo hacia Skylie y Kaethennis.

—¿Dexter aprueba este compromiso? —pregunto pasando un brazo alrededor de la cintura de Andrew.

—Creo que aún no lo sabe —Se ríe Andrew.

—No me muerdas —Le dice Max a Love cuando le mordisquea la barbilla y ella le hace caso—. Bien, buena niña. Ven, vamos a saludar a tus hermanas y a los demás.

Love nos dice adiós con la mano y Andrew y yo le correspondemos. Puede que dé más pequeñas fueran aferradas a nosotros, pero con la constante convivencia familiar, la verdad es que se sienten lo suficiente cómodas con todos, es solo que tienen a sus favoritos.

Heaven se derrite por Harry, Moon no puede ver a Dexter sin enloquecer y Love simplemente piensa que Ethan existe para complacerla, pero a las tres les encanta Max.

Veo a Moon en los brazos de Elanese dentro de una conversación con Hilary y Carter y ¡Dios! Que bien se ve Carter Jefferson y ni hablar de Pet. Soy feliz cada vez que los miro.

Papá y Rosalie conversan con Hannah, Emma y mis suegros, se llevan bastante bien y es bonito ver como poco a poco Evan Woods ha vuelto a brillar, como madre que perdió a su hijo entiendo que nunca nada será igual, pero poco a poco él está reencontrando su camino y entendiendo el concepto de la felicidad tras la pérdida.

Las niñas han ayudado mucho a mis suegros y la verdad es que ellos son unos abuelos increíbles, siempre dispuestos a ayudarnos, llenándolas de amor y a mí me hacen sentir como su hija. Y como buena hija política, acepté la misión de ayudar a Alana a hacer galletas y la verdad es que ha ido mejorando, ahora sus galletas son comestibles y sé que pronto serán deliciosas.

La única que falta de la familia es Eva, pero ella se encuentra en Escocia con Alan, de luna de miel. Nos sorprendieron hace dos meses cuando anunciaron que iban a casarse y a diferencia de su primer intento, esta vez mi hermana tuvo una boda sencilla con pocas personas y una fiesta discreta en la casa que ahora comparte con Alan. Nunca la había visto tan feliz, relajada y a gusto consigo misma cómo ahora.

—Nunca imaginé que tendría una familia tan grande —digo y Andrew me atrae hacia su cuerpo, pegando mi torso del suyo.

—Te dije que aprenderías a ser feliz.

—Y tenías razón. ¿Aun crees en mí?

—Siempre —Me da un beso suave y su mano va a mi trasero por encima del vestido de lunares—. Estás muy hermosa y sexy.

—¿Qué tanto?

—Lo suficiente para tener posibilidades de hacer tres bebés más —bromea y río pasando mis brazos alrededor de su cuello.

—Ha sido un año de locura ¿verdad?

—Sí, muy loco. No es lo mismo cuidar a los hijos de tus amigos a tener tres para ti, pero lo hemos hecho bien. Son buenas niñas.

—Aunque tremendas.

—Y demandantes —agrega.

—A veces caprichosas.

—Demasiado curiosas.

—Y niñas de papi —Me quejo y él sonríe—. Lo haces bien, Andrew Wood.

—Eso es porque mi esposa lo hace increíble.

Su mano me peina el cabello hacia tras y me planta un beso en la sien antes de llevar sus labios a mi oreja.

—Voy a follarte esta noche tan duro que espero me sientas durante mañana. Estoy muriendo por subirte el vestido y que te sientes en mi cara, me encanta cuando me mojas todo el rostro y te mueves exigiendo más —susurra y mis labios se abren—, también espero meterme en tu boca porque sé que te encanta tanto cómo a mí. No me decido si te quiero sobre tus rodillas o montándome.

—Andrew... —susurro, deseando poder apretar las piernas mientras me acaricia el culo.

—Es que tengo un apetito muy alto por mi esposa —señala—. Ahora es la fiesta de las niñas, más tarde será la nuestra.

—Suena bien.

Me planta un beso suave en los labios que nada tiene que ver con el mordisco rudo que luego me da en el labio inferior.

Estar casada con Andrew significa nunca saber qué esperar en el sexo y eso me encanta.

***

A Heaven no le gusta para nada todo el asunto de cantar cumpleaños y llora aferrándose a mí mientras que Moon aplaude encantada y Love está ocupada mirando los pasteles con deseo.

Me balanceo calmando el llanto de Heaven mientras nuestra familia nos rodea y estoy sonriendo tanto que me duelen las mejillas, noto las lágrimas cuando corren por mis mejillas.

Ahora los llantos de felicidad son comunes para mí y mucho más frecuentes que los de tristeza.

Andrew sosteniendo a Moon y a Love se inclina junto a mí para ayudarlas a soplar las velas y las tres acostumbradas a tener su pastel de cumple mes, automáticamente meten las manos en los pasteles para llevárselas a la boca y ensuciándonos en el proceso. Reímos junto a los demás mientras ellas se chupan los dedos y me inclino hacia Andrew dándole un beso en la boca para saborear la crema que una de ellas dejó en él.

—Te amo —Le susurro.

—Lo sé y también te amo.

***

16 de noviembre, 2017

Es medianoche y hace frío pese a que uso uno de los suéteres de Andrew.

—¿Podemos estar aquí? —pregunto de pie frente a la azotea.

Nunca me han dado miedo las alturas, pero tampoco imaginé que me casaría con un hombre que las ama para componer o pasar el rato.

Las niñas habían tardado en dormirse con demasiada energía ante los dulces y la fiesta, pero finalmente al conseguirlo Andrew me trajo a la azotea de nuestro edificio. Tenemos los monitores de bebés con nosotros pese a que papá y Rosalie están en el apartamento descansando.

—Sabes que podemos —Me guiña un ojo.

Lo miro sentarse a horcajadas sobre el borde y no mentiré diciendo que no me asusta, pero sé que es algo que hace continuamente por lo que me acerco de pie a su lado y tomo un puñado de su camisa cómo siempre mientras se acomoda la guitarra.

—Más te vale no caer, Andrew Wood, las niñas y yo te amamos demasiado como para perderte.

Su sonrisa en respuesta es tan hermosa como siempre, llena de complicidad, amor y picardía.

Mira hacia la extensa ciudad que se ve desde nuestro edificio y suspira sin perder la sonrisa.

—No puedo creer que tengamos tres hijas y que ayer cumplieron su primer año ni siquiera puedo creer que seas mi esposa.

»Cuando le prometí a Arthur que nunca te faltaría amor, no pensé que genuinamente esa sería una de las misiones de mi vida. Fui demasiado humilde al pensar que nuestros caminos no se cruzarían de esta manera y luego lo suficiente ambicioso para querer que fueras para mí, para darte todo el amor del que me creía capaz y recibir al menos la mitad del tuyo.

—¿La mitad? Tienes todo mi amor —Le sonrío.

—Me duele las circunstancias en las que nos conocimos, pero estoy tan agradecido —toca un acorde de la guitarra que reconozco como su favorita.

Esa hermosa guitarra en donde descansa la firma temblorosa y torpe de mi Arthur.

—Sabes que no creo en el destino, que siento que nosotros tomamos las decisiones que forjan nuestros caminos y, amor, me alegra haber decidido que valía la pena mostrarte todas mis cartas para que me dieras una oportunidad.

Siempre consigo enamorarme más con sus palabras.

Miro hacia el cielo y sonrío recordando la fiesta en donde elocuentemente me ofreció a lo que llamó sus nadadores, mi incertidumbre, sus mensajes, las citas y la manera en la que poco a poco nos conocimos como más que la mamá y el ídolo de Arthur.

Fue el comienzo para que me conociera al completo como Leslie y para que yo me enamorara de quién es Andrew.

Espero tener vida y memoria suficiente para recordar al menos el 90 % de la manera en la que me enamoré de un hombre increíble que me llenó de nuevos sueños, me entiende, me ama y me ha visto en mis peores y mejores momentos. Quiero recordar cada sonrisa porque Andrew tiene diferentes de ellas, cada mirada, cada roce, cada primera vez; el descubrimiento de nuestras manías, las sorpresas a nuestras familias, las citas con el médico, los bailes, los besos, el sexo.

Nuestra historia comenzó de una manera difícil, un cuento triste lleno de tantas lágrimas. Me estaba hundiendo, perdiendo parte de mi alma y tenía la absoluta certeza de que nunca volvería a ser feliz. No creía en mí y me pregunté cómo serían mis mañanas, cómo los enfrentaría.

Atravesé un tiempo de dolor y luego la soledad en el extranjero en busca de la sanación. En mi ausencia él perdió a su hermana, experimentó mucho dolor y a nuestro reencuentro todo fue torpe, mágico y lleno de incertidumbre.

Había nervios, intercambios tensos, algunas mariposas y sonrisas silenciosas.

Siempre pensé que era valiente, pero lo confirmé el día en el que le entregué mi carpeta a Andrew Wood y acepté a tener bebés con él sabiendo que iba a enamorarme, posiblemente ya lo estaba haciendo y ¡Dios! Qué buena decisión.

Gracias a ese gran paso descubrí que mi corazón tiene una capacidad enorme para amar, que me gusta sonreír y que, aunque me duele cada día el no tener a mi hijo, agradezco cada segundo que pasamos juntos. Honro su memoria y le cuento de él a sus hermanas, le doy el mismo amor absoluto a mis hijas y cuando alguien pregunta ¿Cuántos hijos tienes? La respuesta siempre es: cuatro.

Mi Arthur, mi Moon, mi Heaven y mi Love, los dueños de mi corazón y quienes rigen mi alma.

Y este hermoso hombre rubio sosteniendo una guitarra es parte de todo ese proceso y crecimiento, me ha enseñado de amor, compromiso, felicidad, segundas oportunidades y valentía.

Lo elegiría en mil vidas más. Me enamoro cada día, a cada instante. Cuando lo miro siento tanto amor en mi pecho que no sé cómo vivo con tanto en mí. Él dice que me ama demasiado, pero a veces me pregunto si su amor podría acercarse a la magnitud del mío por él.

Tuve que pasar por mucho para conocer este tipo de amor y felicidad, pero valió la pena.

Puede que mi esposo no crea en el destino, pero yo sí y me gusta pensar que Arthur forzó el mío, que con su deseo de no dejarme sola y blindarme con mucho amor, puso a un gran hombre en mi camino.

—¿En qué piensas? —Me pregunta y le sonrío pasándole una mano por el cabello, aun aferrada con la otra a su camisa.

—En que a mí no me gustaban los rubios.—Pero te gustó éste rubio que te dio bebés rubias.

—Amo a mis rubios, pero amor, está haciendo frío y la fiesta me agotó, quiero que me folles y luego acurrucarme a tu lado para dormir así que date prisa con esa guitarra y volvamos a casa ¿Si?

—Muy bien —Me guiña un ojo—. Así que sabes que después de la gira la banda tendrá un descanso.

Asiento, la gira inicia a principios de enero y tiene muy pocos descansos para concluir en abril, ya hemos organizado cómo serán mis viajes dentro de las ciudades de Europa con las niñas, en América y Asia no estamos seguro de que funcione hacer viajes tan largos con niñas tan pequeñas e inquietas.

—Y que no hay nuevo álbum por ahora —prosigue y vuelvo a asentir—. Sin embargo, escribí algo para ti.

—¿Más? —presumo porque algunas de las canciones del último álbum tienen de las letras más bonitas que me ha dedicado.

—Sí, más —Se ríe—. ¿Y sabes por qué?

—Porque me amas locamente.

—Sí, pero también porque eres mi inspiración.

—¿Soy la inspiración de Andrew?

Me guiña un ojo y comienza a tocar los primeros acordes.


Recuerdo aquel día, carente de sonrisas

Voces bajas, dolor y muchas lágrimas

Te pedí creer, te pedí luchar, te pedí caerte y levantarte,

Sabiendo que podías ir por más

En tus ojos vi dolor, pero también había amor, tanto, pero tanto que fue abrumador

Entonces ese día quedó atrás

Atrás, atrás.

Siendo un recuerdo que no pude olvidar y tiempo después me pregunté


Que había sido de tu vida, si ahora sonreías

Si tu voz se elevaba al cantar y si tu llanto ahora era de felicidad

Imaginé que sonreías y que celebrabas la vida

Te vi bailar y aposté que ahora no parabas de soñar

Sabía que brillabas, oh, sí, y que tal vez mis canciones coreabas

Pero la pregunta que más sonaba era si me recordabas

Porque estoy aquí, esperando

Esperando y esperando por ti


Había un nuevo día para recordar, esa fiesta de disfraz

En donde rechazaste bailar, pero no temiste a bromear

Había sonrisas y te miraba brillar, supe entonces que te iba a amar

Conquistar, desear, enamorar, puse sobre la mesa mi plan y no pude parar

Porque sabía que juntos aprenderíamos a amar

Me mirabas diferente, me tocabas con intensidad y cuando nos besamos

Supe que ese día no quedaría atrás

Atrás, atrás

Y en ese momento me pregunté


Cómo sería nuestra vida y cuánto sonreirías

Que tan alto podías cantar y cuánto más podías llorar de felicidad

Sonreías sin parar y celebrabas la vida

Te vi bailar y aposté que ahora en tus sueños se trataban de más

Brillabas, oh, sí, brillabas y mis canciones a mi lado coreabas

Y entonces, me recordabas

Porque estoy aquí, esperando

Esperando y esperando por ti


Qué loco es pensar que un señor sonrisas nos empujó a amar

Y ahora aquí está mi felicidad

Contigo

Con mi luna, con mi cielo y con mi amor

Nunca nada se sintió mejor


Su voz se suaviza hasta terminar con un suave acorde y me doy cuenta de que estaba equivocada.

Pensé que no podía amarlo más y que ya no cabían más emociones en mí, pero con el cielo sin estrellas, el frío y en una azotea, compruebo que con Andrew siempre hay más.

Me muerdo el labio inferior tembloroso y mis ojos se llenan de lágrimas antes de aplaudirle mientras baja del muro y apoya la guitarra en el suelo. Hace una ligera reverencia y río antes de arrojarme a sus brazos.

Lo abrazo con fuerza y me envuelve con su cuerpo, sus brazos y su amor.

Lo amo.

Lo amo tanto que debe inventarse una nueva palabra que defina lo que siento.

—¿Lloras de felicidad? —susurra y asiento—. Entonces te gustó la canción.

—La amé. Haces magia, me haces creer en la magia.

Inclino mi cuerpo hacia atrás y le tomo el rostro entre las manos, mirando a esos ojos miel que brillan de amor, los pómulos sonrojados por el frío al igual que su nariz y los labios estirados en una sonrisa.

Es una lástima que el mundo no conozca nuestra historia, la manera en la que dos personas en un momento difícil coincidieron para ser parte de la vida del otro, pero está bien, porque es nuestra historia y la conoce nuestra familia, nuestras hijas y sé que, desde algún lugar, Arthur también la conoce.

Me paro de puntillas y él baja el rostro besándome, pero no con dulzura, Andrew se entrega en un beso que me arrebata el aliento y me roba cualquier palabra. Me domina con sus labios y con su lengua en tanto sus brazos me aprisionan a su cuerpo en donde me fundo mientras me entrego a él una vez más.

Nos besamos sin parar.

Nos besamos como dos locos enamorados que aun no comprenden la belleza de haberse reencontrado y estar juntos.

Sus dientes tiran de mi labio inferior y sus manos se deslizan debajo del suéter.

—Vamos a casa —susurro contra sus labios—. Yo no hago música ni soy compositora, pero mi cuerpo sabe cómo demostrarte cuánto te amo.

—No necesitas componer ni ser música, amor, tú sigue inspirándome.

—Seguir siendo la inspiración de Andrew —susurro contra sus labios y sonrío—. Puedo hacerlo, quiero hacerlo.

Ríe contra mi boca y me besa nuevamente antes de tomar su guitarra, entrelazar nuestros dedos y guiarnos hacia casa.

Porque finalmente eso es lo que somos: un hogar, un todo.

***

20 de abril, 2018

Miro a mí alrededor y hay Fivers llorando.

Es increíble la cantidad de banderas extranjeras, nadie quería perderse este concierto.

BG.5 se encuentra cubierto de sudor, pero me pregunto si algo de eso también son sus lágrimas.

El suelo tiembla, el ruido es ensordecedor y agradezco haber optado por ponerle orejeras a las niñas. Miro el rostro de Love y Haeven, sus ojos brillantes y sus pequeñas bocas están abiertas maravilladas por toda la puesta en escena. Eva y Elanese las sostienen mientras Moon baila en mis brazos aplaudiendo.

Todos estamos aquí, esposas, hijos, padres y amigos.

Hemos cantado, gritado, saltado y llorado.

Y ahora es el final del concierto.

El fin de la gira.

El final durante un tiempo.

—¡Muchas gracias, Londres! —grita Ethan en el micrófono mientras Harry hace que el estadio enloquezca con la batería.

Mi corazón está acelerado.

—¡Papi! —grita Moon estirando la mano hacia Andrew.

—Sí, ese es papi haciendo música.

—No es el final, no tendrán tiempo de extrañarnos —sigue Ethan—. Nos vemos pronto. Mi nombre es Ethan Jones.

—Doug McQueen —dice Doug al micrófono y nunca escuché a Jeff gritar tan fuerte sentado en los hombros de Pet.

—Dexter Jefferson —guiña un ojo—. Especialista en el bajo y tocar abajo.

—Esa broma nunca muere —Se ríe Elanese y Skylie grita desde los brazos de Carter.

—Harry Jefferson —Se presenta y Halle está trepando sobre Jeremy, gritando como la fan más dedicada mientras Heath aplaude en los brazos de una llorosa Kaethennis.

Dan está demasiado ocupado tratando de que se vea el cartel que dice "el baterista es mi papá. Papi azul."

—Y mi nombre es Andrew Wood.

Moon se retuerce en mis brazos y su voz junto a sus hermanas empiezan a llamarlo "papi" sin entender por qué no pueden llegar a él.

Miro hacia Katherine y Grace llorando juntas abrazadas, las que desde el principio siempre fueron Fivers.

—Y somos BG.5 —grita Andrew.

Los cinco caminan al frente y comparten abrazos, palmadas y palabras que no podemos escuchar. Están riendo y bromeando, vuelven a abrazarse todos juntos y luego vienen al frente para hacer una pequeña reverencia que me tiene pensando que el estadio se caerá.

Miran todo el estadio como si estuviesen capturando este momento, el amor masivo que reciben, lo que han construido, lo que han logrado y Doug corre a un lado del escenario antes de volver con un renuente Max que termina riendo y aceptando unirse. Vuelven a hacer otra reverencia y me doy cuenta de que también estoy llorando porque la energía es hermosa.

Hay tanto amor.

—¡Fiver hoy, Fiver siempre! —corea todo el estadio y nos unimos— ¡Fiver hoy, Fiver siempre!

Harry se lleva la mano al corazón y Dexter junto a Max le pasan un brazo por los hombros a Doug que abiertamente llora mientras que Ethan y Andrew sonríen ampliamente. Sus ojos reflejan orgullo.

Estos seis hombres han salvado vidas, han acompañado a muchos a lo largo de los años, en las buenas y no tan buenas. Sus entrevistas, historias, canciones, sonrisas, palabras han estado ahí volviéndose un sentimiento, una emoción, una familia.

Merecen esta ovación.

Merecen grabar en sus memorias este momento.

Y bajo un coro de Fiver hoy, Fiver siempre, lanzan besos y salen del escenario mientras los gritos continúan durante minutos más.

Prometieron que no era final y yo les creo.

La gira oficialmente ha terminado.

Pero BG.5 no.


Hola, Fiver que me ha acompañado desde hace muchos años, que te has unido en el camino o incluso si llegas hoy o mañana: BIENVENIDO AL FINAL DE UNA ERA.

BIENVENIDO AL FINAL DE LA SAGA BG.5

Resta subir dos epílogos que serán actualizados en unas horas.

Llora lo que tengas que llorar, no necesitas soltar algo que siempre estará contigo y siempre será parte de ti.

Te abrazo y fuerza.

Redes sociales: 

Twitter: Darlis_Steff

Instagram| tiktok: DarlisStefany

#BG5PorSiempre #FiverSiempre #BG5 final

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top