Capítulo Cincuenta y Cinco
Capítulo cincuenta y cinco.
De verdad lo estoy intentando, pero es como un imán, por lo que mis ojos vuelven a ella una y otra vez.
Ella sabe que la estoy mirando, lo que casi me hace sonreír mientras sostengo mi trago.
—Entonces, miramos a Leslie —Me dice Harry deteniéndose a mi lado.
—La miramos —concuerdo.
—Y no hacemos nada.
—¿Quién dice que no estoy haciendo nada? Mirarla es hacer algo, ella sabe que lo estoy haciendo y le gusta —Le hago saber.
—Muy presuntuoso.
—No. Ella sonríe y me mira de reojo para comprobar si aún lo hago o si la atrapo, tal vez es su tipo de juego previo.
Ante mis palabras Harry se ahoga con su bebida y volteo a verlo arqueando una ceja.
Puede que aún me vea fatal, mis ojeras reflejan mis pésimas horas de sueño y mi preocupación por mis padres, pero espero mi mirada transmita lo exagerada que me parece su reacción.
—¿Qué carajos, Andrew? —pregunta cuando logra recuperarse y sonrío.
—No actúes como si fuese tímido y no estuvieses familiarizados con los juegos previos. El sexo no tiene que avergonzarte, Harry.
—Eres una mierda —Se ríe—, pero estoy feliz de escucharte ser una mierda... Odio verte triste.
Me mira fijamente y trago.
No estoy al cien por ciento sintiéndome yo mismo de nuevo, tengo muchas responsabilidades sobre mis hombros. En este momento mi enfoque está en el duelo de mis padres, especialmente de papá que es una sombra de quién solía ser y genuinamente no puedo imaginar cómo se siente, perdí a mi hermana, pero él perdió a su hija, se la arrebataron.
Sin embargo, entenderlo no hace inevitable que me frustre, que en ocasiones me resienta antes de sentir culpa, porque estar para él ha significado guardarme lo que siento para después, no puedo llorar a mi hermana como necesito ni vivir su duelo, porque él me necesita, soy quien lo sostiene, siento que todo está contenido dentro de mí y hace que me duela aun más.
Los meses han pasado, pero todo se siente tan crudo y reciente, a veces solo espero que me llame o aparezca en mi apartamento siendo una molesta sabelotodo bajo el argumento de "soy la hermana mayor". Pero pese al dolor, hay algo que también he aprendido tras la partida abrupta y dolorosa de mi hermana: somos instantes que un día terminan, depende de mí hacer que esos instantes importen y sean bien vividos.
Se vale odiar la perdida, sufrirla y resentirla, pero no está permitido no levantarse e intentar hacerlo mejor. Me duele porque estoy vivo y porque estoy vivo debo hacer que mi vida tenga algún tipo de sentido, propósitos, experiencias y vivencias. No creo en el destino, considero que las decisiones y elecciones que hago forjan mi camino y he decidido que, con mi pérdida y mi dolor, también quiero ser feliz.
—Y quiero a Leslie —finalizo en voz alta mis pensamientos.
—De acuerdo, creo que todos lo sabemos —Me hace saber Harry.
—Estaba teniendo pensamientos y luego hablé en voz alta para mí.
—No seas grosero —finge sentirse mal y ruedo los ojos—. Entonces, quieres a Leslie ¿Y qué pasa? ¿Solo la mirarás? No eres el lento de grupo, ese es Doug.
—Ethan también —agrego y ríe por lo bajo.
—Es cierto, pero sabes que se cabreará si eres tú quien se lo dice.
—Ethan solo quiere ser mimado —Sonríe—, no es difícil recordarle siempre que es querido.
—¿Hablaremos de Ethan o volveremos a por qué si te gusta Leslie no haces nada?
—No es el mejor momento —suspiro—. Debo conseguir dormir, descansar, cuidar a mis padres y no verme como una mierda.
—Andrew, todos piensan que eres infinitamente atractivo —Rueda los ojos— con ojeras incluidas.
—También traigo más barba de lo normal.
—Dicen que es sexi.
—Y estoy pálido.
—Lo llaman caliente.
—Me he enfrascado demasiado en entrenar.
—Que estás bueno.
—Y a veces se me olvida peinarme.
—Creen que estás en la moda de peinado como despeinado, les encanta.
—¿Todo eso te lo dijo Kaethennis? —Lo molesto, esquivando su mano cuando quiere golpearme el brazo y riendo por lo bajo—. Es tan fácil molestarte.
Masculla algo sobre que a veces no me soporta y vuelvo a girarme para atrapar a Leslie viéndome de reojo, le sonrío dándole un breve asentimiento, sintiéndome realmente bien cuando sus labios se estiran en una sonrisa y alza su vaso hacia mí de manera sutil.
Pero quiero reír cuando parece desconcertada por su movimiento y sacude la cabeza en negación hacia mí. Enarco una ceja y ella se encoge de hombros, me encojo de hombros y ella arquea una ceja y nuevamente me estoy riendo por lo bajo mientras ella hace una mueca y termina nuevamente por sonreír.
Mi mirada vaga por los rasgos de su rostro y meto las manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón mientras me balanceo sobre mis pies con ganas de acortar la distancia entre nosotros.
—Tal vez si sea un juego previo —Masculla Harry.
—Creo que tengo un plan —Le hago saber, respirando hondo cuando ella devuelve la atención a Elanese.
Leslie y yo nos vemos muy poco pese a que Elanese sea la novia de Dexter, me gustaría que fuesen hermanas que no se separan nunca, tal vez de esa manera nos encontraríamos más seguido, no es que hagamos algo más allá de un breve y torpe intercambio de palabras, miradas fijas y sonrisas cómplices o momentos raros como lo que acaba de ocurrir.
Sé que le gusto.
Y estoy seguro de que sabe que me gusta.
Pero Leslie tiene planes o eso me hizo saber Dexter y él puede ser un gran chismoso, pero nunca un mentiroso.
—¿Cuál es tu plan?
—No puedo decírtelo, aún estoy pensándolo. Es una decisión muy importante, pero me inclino más hacia un «sí.»
—Y si hipotéticamente este plan se da ¿Cuándo lo llevarás a cabo?
—El año que viene.
—Andrew, estamos a veintiuno de diciembre. El año que viene es básicamente un mañana muy cercano.
Me encojo de hombros y finalmente me muevo para acercarme a los niños que juegan tontamente dando vueltas con una pelota.
Tengo que familiarizarme con ese tipo de cosas más de lo que lo estoy, porque hay probabilidades que pronto aporte un niño al juego.
7 de junio, 2017.
Miro con diversión como Andrew aleja la cerveza de las pequeñas manos codiciosas de Love, a la que sostiene contra su cadera mientras camina detrás de Moon que gatea persiguiendo a Jeff. Si estas fuesen unas olimpiadas de bebés gateadores, mi hija de casi siete meses la ganaría.
—Hola, bebé —dice Ethan agachándose frente a Moon a quien le parece divertidísimo la situación y grita antes de reír.
—¡Bebé! —grita Jeff llamándola y Moon vuelve a gritar para seguir detrás de Jeff pasando de Ethan.
—Síguela —Le pide Andrew a Ethan.
—¿Y por qué yo?
—Decide rápido ¿Quieres a la bebé gateadora o a la que quiere quitarme la cerveza? —Negocia Andrew.
Me causa gracias cómo Ethan vive quejándose de nosotros obligándolo a participar con las bebés, pero nunca se niega, siempre resopla y pisotea, también masculla, pero no hay que pedírselo dos veces cuando ya está ayudando.
Es por eso que Ethan mira a la bebé detrás de Jeff y luego a Love que básicamente trepa sobre el pecho de Andrew para tomar la cerveza, su mano repleta de baba está sobre su nariz lo que tiene a Ethan haciendo una mueca, las ama, pero odia toda la cosa de la baba, así que conozco su decisión antes de que se gire para seguir a Moon.
Riendo me acerco más a Andrew que comienza a hablarle a Love.
—No te daré mi cerveza incluso si haces miles de puchero, Camille. Nunca tomarás cerveza.
—¿Qué pasó con lo de ser el papá cool que las dejará tomar sus propias decisiones? —pregunto.
Se encoge de hombros y la reacomoda en su cadera mientras aleja la cerveza porque Love no se da por vencida.
—No puedo creer que mandaras a Ethan detrás de bebé gateadora —Me río tomando a Love de sus brazos y besándole la mejilla antes de ubicarla contra mi cadera.
—Las reuniones son nuestra oportunidad de conseguir ayuda —Me sonríe, limpiando con la manga de su camisa la barbilla llena de baba de nuestra bebé— ¿En dónde está Bree?
—Elanese y Grace se la turnan —señalo con la cabeza a la bebé a la que le que están dando papilla.
—La pondrán obesa, ya comió su merienda.
Love hace un resoplido intentando estirarse hacia Andrew para tomar la cerveza, es bastante persistente.
—Eso es de papá —Le digo acomodándola contra mí.
Parece que consigo su atención porque renuncia a la cerveza, pero decide venir por mi camisa intentando desnudarme las tetas.
—Pensé que yo era el mayor devoto de tus tetas, pero las letras me dan miedo cuando se ponen en plan «esa teta es mía.»
—Cállate —Río, logrando sostener la camisa para no ser desnudada por mi hija—. Ya comiste y mírate como tienes la barriguita llena —Le hablo a Love que lucha con mi camisa como si fuese su enemiga.
—¿Quieres devolvérmela antes de que te desnude? Ella no tiene hambre, solo ve la oportunidad y quiere tomarla, yo también hago mucho eso cuando me prestan tus tetas.
—¡Andrew!
—Es la verdad —Me sonríe, extendiendo las manos hacia Love, quien le da una mirada antes de decidir que es mejor seguir luchando con mi camisa.
Rodando los ojos Andrew la toma y ella se queja agarrándose de mi camisa, amenazando con llorar, pero cuando mira el rostro de su papá para analizar que la situación es aceptable mientras él me entrega la botella de cerveza casi vacía. Love ahora decide ir por su cabello mientras balbucea y resopla haciéndolo reír. Estoy por sonreír cuando un grito enojado me hace girar hacia Heaven cuyo rostro se frunce mientras llora. Sus mejillas se enrojecen y grandes lágrimas le ruedan por los ojos mientras Grace la mira asustada y preocupada intentando calmarla.
Mi bebé hace esta cosa experta de quedarse en un llanto silencioso alarmante durante unos segundos con la boca abierta antes de volver a llorar. La primera vez que lo hizo, lloré con ella porque me asusté muchísimo.
—Elanese te mira como si te implorara por ayuda —Se burla Andrew—. Creo que van a llorar si no vas a calmar a Bree, parecen aterradas.
—No seas malo, tú también te asustaste la primera vez que ella hizo ese acto de llanto silencioso.
Dejo la botella en una de las mesas y camino hasta ellas. Elanese mece a Heaven intentando calmarla y Grace le habla, pero está lo suficiente cabreada para hacerle saber a sus tías que eso no es lo que quiere.
—Se enojó porque dejamos de darle comida —Me explica Grace con rapidez—. No la pellizqué ni nada así.
—Te creo —aseguro tomando a Heaven de los brazos de Elanese y sosteniéndola frente a mí para verla con fijeza—. Deja de asustar a tus tías, no tienes hambre, no tienes que llorar por eso. Ya está, no pasa nada, estás bien.
Me hace pucheros antes de hacer un sonido lastimero y lloriquear.
Me dejo caer sobre el suelo y la siento en mi regazo.
—Mira, ahí está el bebé —Señalo a Heath que se está riendo mientras abraza la pierna que Dexter sacude—. Vamos a llamarlo.
Canturreo el nombre de Heath mientras ella continúa lloriqueando, pero de manera más pausada, he descubierto que hablarle durante sus llantos las calma. El cumpleañero voltea a mi llamado y me sonríe mostrándome pequeños dientes en tanto Dexter lo ayuda a caminar hacia mí tomándolo de la mano.
Elanese y Grace se alejan yendo por Mackenzie, pasan demasiado tiempo con Dexter, se han vuelto acaparadoras de bebés.
Heath Jefferson es un niño precioso, una copia casi exacta de Harry que solo se diferencia por los toques sutiles de Kaethennis. Tiene el cabello castaño oscuro y ojos tan azules como los de su papá, mejillas siempre sonrojadas con labios pequeños y rosados. Parece un muñeco, que así es exactamente como Halle lo llama y quiere tratar cuando dice todo el tiempo que es suyo.
—Dan, Dan, Dan, Dan —Alcanzo a escucharlo balbucear mientras más se acercan a nosotros.
—Amigo, estás obsesionado con tu hermano, Halle llora porque no dices su nombre —Se ríe Dexter antes de dejarse caer sentado frente a mí.
Él toma a una Heaven ya calmada que le sonríe con lágrimas frescas en el rostro y Heath da pasos inseguros hacia mí mientras me sonríe. Extiendo mis brazos para él y ríe antes de arrojarse sobre mí y abrazarme.
—También te quiero mucho —Le digo plantándole besos en la mejilla que lo tienen riendo.
Los ojos iguales a los de Ela, en el rostro pequeño de mi hija, ven todo el intercambio entre nosotros y entonces hace un puchero antes de estirar sus brazos hacia mí, sin soportar que mi atención esté en otro bebé.
—Pero estás con el tío Rojo, comparte a tu mamá un ratito. Conmigo también eres feliz ¿Verdad? —Se queja Dexter volteándola para darle besos en la barriguita que funciona muy bien porque se ríe—. Jod... —Se interrumpe dándole una mirada rápida a Heath—. Qué bonito es escucharte reír. Eres Heaven, ¿verdad? Eras la que estaba vestida de azul.
—Es Heaven —confirmo
—¡Ah! ¡Una de mis bebés! —dice Dexter antes de resoplar de nuevo en la barriguita de mi hija haciéndola reír.
Él es el que más fácil las hace reír. Constantemente lo miran esperando que haga cualquier cosa para reír y gritar. Lo aman hasta el punto de que siempre lloran cuando se va o gatean detrás de él.
—¿Cuántos años estás cumpliendo, Heaht? —pregunto al bebé que juega con mi cabello.
Él alza su pequeña mano y no sabe cómo mostrarme un solo dedo por lo que lo ayudo y cuando lo consigo, alzo su índice.
—¡Uno! —Celebro y él ríe emocionado—. ¿Cuántos años estás cumpliendo, Heath?
—¡Unoooo! —repite— Titi —llama a Dexter que lo mira— ¡Unoooo!
—¡Muy bien, sobrino! ¡Tienes uno!
—¡Unooo! —repite haciéndonos reír por cómo se exalta feliz antes de dejarse caer sentado en mi regazo.
Heath es un niño bastante cariñoso por lo que no me sorprende cuando se pone de pie nuevamente y me pasa los brazos alrededor del cuello en un abrazo, a alguien no le hace gracia basándome en su sonido de protesta.
Dexter ríe mientras deja a mi bebé en el suelo para que gatee hacia mí mientras lloriquea falsamente y tira del pantalón de Heath para alejarlo.
—Deja al bebé —Le digo mientras su enojo crece y apoya las manos de mis rodillas.
Heath mira hacia ella y ríe antes de liberarme e intentar cargarla que es cuando entro en acción porque casi se caen ambos y Heaven está bastante molesta lanzando manotazos al pobre bebé feliz que quiere jugar con ella.
—Deja de pegarle —La regaño sentándola a mi lado mientras Heath vuelve a Dexter y mira a mi hija con curiosidad y desconcierto.
—Niñas bastante celosas —Me dice mi cuñado poniéndose de pie con Heath en sus brazos—. ¿Vamos con tu papi o nani, Heath?
—¡Papi!
Dexter me guiña un ojo y comienza a alejarse dándome la espalda mientras Heath se despide con la mano.
Suspirando tomo a la bebé de mi lado y la siento frente a mí sobre mis rodillas. Ella me sonríe y mueve sus manos en tanto me doy cuenta de que el lazo azul que tenía en el cabello rubio oscuro, ha desaparecido.
Secretamente, aunque me quejo con Andrew –para molestarlo– sobre que nuestras hijas no sean pelinegras como yo, soy feliz de que son rubias. En este momento su cabello es un cruce entre rubio oscuro y castaño, pero sé que irá aclarándose hasta ser del mismo tono del de su papá, Alana siempre me dice que Andrew vivió exactamente el mismo proceso.
Son las primeras rubias de mi familia y a Andrew le encanta hacer alarde de ello frente a mis hermanas, es divertido verlo molestarlas.
—Ya hemos hablado sobre que debes compartir a mamá —Le hablo y ella hace estos sonidos divertidos como si me entendiera y contestara—. Puedo cargar a tus primos y sobre todo a tus hermanas...
Ella balbucea mientras agita las manos.
—Sí, sobre todo con tus hermanas. Basta de llorar cuando cargo a otro bebé que no seas tú, tienes dos hermanas que necesitan la misma cantidad de atención y que llores para llamar reclamarme no hará la diferencia.
—¿Crees que ahora lo entenderá? —Se burla Andrew con una bebé agarrada en cada brazo.
Las espaldas de ellas están contra su torso mientras los brazos de él son un soporte contra sus barriguitas, pero cuando él se sienta, deja a Moon sobre su regazo y Love gatea hacia mí sonriéndome, por supuesto que Heaven intenta darle un manotazo para alejarla, pero tomo a Love antes de que suceda, sentándola en mi regazo y rodeándola con un brazo mientras dejo a Heaven en el suelo para que vaya por Andrew.
—Son celosas, no entienden que son tres y deben compartirnos —digo, rodando los ojos cuando Love me tira del borde de la camisa.
Por supuesto que vino a mí por la segunda lucha contra mi casa interponiéndose con lo que cree que son sus tetas.
—Tómalo con calma, bebé, puedes decir por favor.
Bajo con cuidado mi camisa junto a la copa del sostén y de inmediato ella se acomoda en mi brazo para chupar mi pezón, incluso suspira mientras su mano de manera posesiva me agarra el pecho.
—No, mami no te dará teta en este momento —Se ríe Andrew agarrando Moon que quiere venir hacia mí.
—Si me ayudas, puedo —aseguro.
Así que intenta liberar a Heaven, pero ella se aferra a su camisa lloriqueando en una clara demostración de que no piensa soltarlo y Andrew la rodea con un brazo mientras se arrodilla y acomoda a Moon en mi brazo antes de bajarme la otra copa del sujetador, de inmediato ella comienza a comer haciendo una pausa cuando Love consigue patearla, pero decidiendo dejarlo pasar.
—Eres tan increíble, amor —murmura Andrew antes de plantarme un beso en la cima del pecho, pero Moon con una mano intenta alejarlo haciéndonos reír—. Esas tetas también son de papá, Allyson.
Él se inclina dándome un beso en la boca y yo suspiro, pero es el movimiento equivocado porque Heaven me tira del cabello.
No sé cómo conseguimos que sobreviva nuestro romance cuando tenemos a tres niñas expertas en siempre hacerse notar, pero sobrevivimos y siento que cada día me enamoro muchísimo más.
Con cuidado y paciencia Andrew la desenreda de mi cabello y esta vez se sienta frente a mí, con las rodillas flexionadas a cada uno de mis lados.
—¿Recuerdas cuando mis tetas eran más firmes? —bromeo y él rueda los ojos.
—A mí me lo siguen pareciendo.
—Apuesto que esto no es lo que visualizabas cuando te ofreciste a darme tus nadadores.
Él baja la mirada a las bebés que comen de mí y a la que intenta trepar sobre él mientras balbucea.
—No me creí tan potente.
—¡Andrew! —río.
—Además, no pensé que genuinamente tendría bebés rubias —Besa la cabeza de Heaven.
—Suenas complacido, ya supéralo.
—Supera que no son pelinegras —Me fastidia—. Decidieron ser rubias como su papá.
—Tienen mis ojos.
—Más bien los de Elanese —Se ríe.
—¡Es lo mismo!
—Tranquila, amor, tienen tu nariz.
—¿Y qué más? —Lo insto a continuar.
Él alza a la bebé que sostiene para evaluar su rostro con dedicación, luego sonríe y la sienta sobre su regazo mientras ella juega con su reloj.
—Solo eso, lo siento. Lo demás es mío.
—Eres un engreído.
Pero lucho contra la sonrisa porque tiene razón. Podrán tener los ojos del mismo azul que Elanese, pero la mirada es la de Andrew, al igual que sus bocas, mentón y pómulos, agradezco que también se llevaron las largas pestañas y por si fuese poco, sus extremidades largas me hacen creer que serán altas como él.
—Bueno, también tienen tu carácter —Intenta consolarme.
—Ah, no, no me atribuyas eso a mí.
—¡Mamás y papás! Vengan a jugar —grita Grace siendo la portavoz de Harry que la mira con diversión—. Habrá premios y necesitan ayudar a sus bebés.
Veo a Halle llevando de la mano a Kaethennis mientras contra su cadera ella ahora lleva a un Heath que come una paleta de helado que los está ensuciando a los dos. Dexter está siendo llevado por Adam que también lleva a su papá, Keith, mientras que Bridget carga a una copia exacta de Adam en femenino: Mackenzie que le dice cosas a las que ella le responde riendo. Elanese tiene su mano entrelazada con la de Skylie y Dan está al lado de Harry. Los mellizos Newell casi podrían arrastrar a Kurt mientras canturrean y sonrío viendo que es Katherine la encargada de llevar a su pequeña cuñada Sophie; aún estoy sumamente impresionada de que Rayan Davis esté aquí, él va con su pequeña Summer y Doug, que se encuentra a su lado, sostiene a un sonriente Jeff sobre sus hombros.
—¡Naomi! ¡Jeremy! —Los llama Doug—. Ustedes también vengan, falta poquito para que Chelsea nazca, querrán ganar por ella.
—Qué vaya Jeremy —grita Naomi sentada y acariciándose el vientre bastante hinchado de casi ocho meses.
Naomi tiene que estar viviendo el embarazo de ensueño que cualquiera desearía. No tuvo malestares, su vientre es de los más bonitos y redondos que he visto, su culo al igual que sus tetas crecieron y sus mejillas solo son un poco más regordetas, mantiene las piernas firmes porque hace yoga aprobado por su médico y luce radiante. Todas votamos en que ella ha sido la que mejor se ha visto embarazada hasta ahora y me encanta, porque luchó tanto para esto que verla disfrutar su embarazo generalmente nos tiene a todos sonriendo, sin contar que es muy consentida y no solo por Jeremy.
Él le da una caricia a su vientre antes de unirse con un trote al grupo y cuando Doug nos llama, Andrew y yo arqueamos las cejas.
—Ocupados —señala Andrew—, pero Grethan irá por nosotros.
—¿Qué? ¿Por qué? ¿Y si no quiero? —Se queja Ethan, pero Grace está demasiado emocionada y comprometida por representarnos por lo que él cede.
Divertidos miramos el desorden que mantienen mientras es Carter quien explica las reglas y establece que él será jurado junto al padre de Kaethennis.
—Mírate, siendo exprimida como una vaca lechera —dicen detrás de mí y río volteando a ver al abuelo Luca.
Se encuentra en su silla de ruedas debido a su condición de salud. Al envejecer a veces nuestro cuerpo pasa factura y puedo darme cuenta de que es más delgado de cuando lo conocí y se ve frágil, pero no pierde su personalidad destacada y memorable. Hace tan solo dos meses estuvo hospitalizado con problemas respiratorios, su médico dice que sus pulmones de a poco están perdiendo fuerza para valerse por sí mismos y es por ello por lo que tiene consigo un tanque de oxígeno y cánula nasal.
—Mis hijas comen mucho —aseguro y él sacude la cabeza en negación, pero sonríe.
—Son unas alborotadoras —dice y para confirmarlo, Heaven gatea fuera del regazo de Andrew hasta llegar hasta el abuelo Luca.
Ella se arrodilla apoyándose de las piernas de él antes de agarrarse de la rueda de la silla, fascinada y ensuciándose las manos que deberemos lavar después. Sonrío cuando mueve el cuerpo en un vaivén de su típico baile cuando escucha música y el abuelo Luca estira la mano para tocarle el cabello rubio.
—¿Cuál es esta? —Nos pregunta como siempre. Pocos las diferencian.
Pensamos ingenuamente, en sus primeros meses, que debido a que Love tenía poco cabello y era más pequeña, sería diferente a sus dos hermanas, pero las tres son idénticas por lo que tratamos de vestirlas diferente para evitar confusiones con el resto... Y entre nosotros cuando estamos muy cansados.
—Ella es Heaven Bree. Teta derecha es Moon Allyson y la izquierda es Love Camille —explico antes de que me pregunte.
—Tantos culos que limpiar y los bebés hacen tanta mierda —frunce el ceño—, pero son preciosas.
—Gracias ¿Quieres cargarla? —pregunta Andrew.
—No, mejor la veo a distancia —Se ríe.
Él se queda a nuestro lado mientras vemos a los demás jugar y es tan divertido, especialmente porque todos hacen trampa y son mucho más competitivos que los niños.
Al final mis niñas ganan gracias a la tía Grace un hermoso oso panda y Jeremy consigue para Chelsea un enorme peluche de oso polar que Zozo quiere quitarle, por lo que corretea detrás de él.
***
27 de junio, 2017.
Suspiro cuando la puerta se cierra detrás de Andrew, con mi atención fija a la cantidad interminable de cajas en el lugar. Aun no recibimos el nuevo juego de sofás ni las camas de las habitaciones junto a las cunas, pero la cocina se encuentra terminada, así que al menos podremos comer.
—Las bebés no pueden venir aun —digo viendo el polvo acumulado en el suelo—. Siento que nunca terminaremos con todas estas cajas.
—Podríamos contratar ayuda.
—Me da miedo que extraños hurguen en nuestras cosas ¿Y si luego inventan chismes para internet?
—Entonces —Me da una palmadita en el culo—, empecemos porque esto tomará semanas.
Se voltea la visera de la gorra hacia atrás y me da un beso en la punta de la nariz antes de avanzar hacia el grupo de cajas etiquetadas como frágil.
En este momento el lugar es un caos de cajas, polvo y bolsas, pero será nuestro nuevo hogar. Un pent-house con dos plantas en un edificio a treinta minutos del bullicioso centro de Londres, lo que permite que el ruido constante del tráfico no interfiera con el sueño de las niñas y también está más cerca de la casa de mis suegros quienes en este momento se encuentran cuidando a las letritas.
Me recojo el cabello en una cola alta y suspiro nuevamente antes de tomar la escoba para reunir el polvo. Sonrío porque no han pasado ni cinco minutos cuando Andrew comienza a cantar, es algo que hace casi siempre, no creo que siquiera se dé cuenta; no puede vivir sin música y a mí me encanta porque su voz es increíble y es su manera de transmitir la emoción que se encuentra sintiendo.
En este momento río porque canta sobre tener mucho trabajo duro y querer irse a disfrutar.
—Sí, a mí también me encantaría irme a disfrutar —concedo y ríe antes de continuar cantando.
Barro por toda la sala, moviendo algunas cajas y otras con su ayuda mientras él de tanto en tanto se mueve por el pasillo para trasladar las cosas. La sala será lo último que habitemos porque es la zona del lugar que aún deben venir a pintar.
—Tengo la sospecha de que Eva nos tiene una sorpresa —hablo mientras muevo una caja con el pie.
—¿Una sorpresa grande?
—Sí. Está actuando extraño, toda sonriente como si quisiera decir algo, pero se lo aguantara —Sonrío y me giro hacia él que con un cuchillo rompe el sello adhesivo de otra de las cajas—. ¿Y si está embarazada?
—Eso haría que definitivamente tu papá se mudara, ya quiere hacerlo por las trillizas, imagina que otra de sus hijas tenga un bebé.
—Estoy segura de que puede ser eso, el otro día Ela intentó sacarle información a Allan, pero creo que él no lo sabe.
—Me parece que Ela y tú se están armando toda una historia ¿Y si simplemente le preguntas?
—Esperaré a que me lo diga, no quiero parecer una chismosa.
Ante mis palabras ríe por lo bajo y yo me encojo de hombros tomando la escoba una vez más.
—Isla me escribió —dice de la nada y alzo la mirada hacia él—. Fue raro y desconcertante saber de ella después de tantos meses. Quería que nos reuniéramos.
No pregunto, simplemente espero a que continúe.
—Pero me negué y dejé en claro que no teníamos nada de qué hablar, que iba a bloquearla, por lo que rápidamente me escribió este mensaje.
Agarra su teléfono sobre una de las cajas y sonríe a su fondo de pantalla, que son las bebés, antes de desbloquearlo y abrir el mensaje que comienza a leer:
—Lamento todo lo ocurrido a lo largo de los años, me doy cuenta de que no supe apreciarte como merecías y que no hice las cosas sencillas tras nuestra ruptura. Me arrepiento de muchas cosas y perderte es una de ellas, te veo en fotos con tus hijas y pienso en que pudieron ser nuestras.
—¡Demonios, no! Nuestras preciosas bebés no iban a ser suyas ni en otra dimensión —él me sonríe ante mi arrebato antes de continuar leyendo.
—No sé si seas feliz o si al igual que yo te preguntas qué hubiese pasado si nuestras decisiones hubiesen sido diferentes. Te extrañaré siempre, pero debo soltarte. Me he casado y planeo dedicarme a ser feliz dentro de mi matrimonio, ojalá puedas serlo con esa desagradable mujer que no te merece...
Hace silencio y arqueo una ceja hacia él para que prosiga, pero se encoge de hombros.
—Antes de que pudiese terminar de escribir la bloqueé. No necesito su bendición para ser feliz ni leerla hablar sobre mi familia, sobre ti o mis hijas. Tampoco me interesa saber si se casó y es feliz, me alegro de que esté bien, pero estoy mucho mejor cuando no sé nada de ella.
—¡Vaya! ¿En dónde está mi Andrew bueno que siempre evita hacer sentir mal a otros y es paciente con su ex?
—Tu Andrew sigue aquí, pero finalmente aprendió a organizar sus prioridades y tú y nuestras niñas lo son, además, entendí que algunas puertas deben cerrarse contundentemente para que nunca más se vuelvan a abrir.
Nos miramos con fijeza tras sus palabras. Es evidente el orgullo que siente por haber manejada la situación de esa manera.
Me encanta este hombre y su devoción por nuestra familia. No ha sido fácil ser padres de trillizas, mantener el romance vivo es un reto, las escapadas románticas no son tan cercanas como nos gustaría y los rapiditos se han vuelto nuestro entretenimiento favorito. Es evidente que la dinámica ha cambiado con niñas tan pequeñas despendiendo de nosotros, pero tratamos de encontrar momentos incluso si son pequeñitos, hacemos el esfuerzo de no olvidar que somos más que padres y que somos un matrimonio joven.
Dejo la escoba contra la pared sintiendo que el ambiente está cambiando, que estamos solos y ningún llanto nos interrumpirá.
—¿Qué cantaría mi esposo en este momento?
Él hace un repaso visual por mi ropa sucia y sudada, mi cola mal hecha, mi sonrisa y la mirada que espero que esté diciendo: fóllame.
Se lame los labios y sus parpados caen un poco mientras parece pensar qué responderme. Se ve delicioso con la gorra hacia atrás, la camiseta cuyos costados abiertos dejan sus costillas al descubierto y con el pantalón de chándal.
Cuando se pone de pie sonriéndome, tengo que admitir que se me acelera el corazón.
—Quiero verte desnudarte lentamente, recorriendo las manos por tu cuerpo —canta dando un paso hacia mí—. Déjame mirarte antes de que pueda devorarte antes de follarte...
—Estoy muy segura de que esa canción no existe —Sonrío, pero comienzo a sacarme la camisa seguido del sujetador.
—Tu piel pide mis besos, mis manos pican por tocarte... Vamos, quítate otro poco más, déjate llevar que esto apenas va a comenzar...
—Ya veo, un compositor bastante rápido —Me saco los tenis y calcetines antes de bajarme el leggin junto a las bragas.
Él avanza hacia mí hasta que está lo suficiente cerca para deslizar sus dedos por mi cuello y cantar a centímetro de mis labios.
—Quiero escucharte gritar mi nombre, quiero tus uñas en mi piel, tu sabor en mi lengua, tu calor recibiéndome. Lo quiero todo, amor, todo —canta y luego se queda en silencio—. Lo siento, estoy demasiado caliente para seguirme inventando un ritmo y letra.
No me deja responderle porque me muerde el labio inferior antes de besarme y deslizar sus manos por mi cuerpo, acunándome los pechos antes de pellizcarme los pezones y tirar de ellos. Me toma de las manos poniéndolas por sobre mi cabeza mientras me presiona de la pared y sus labios bajan desde mi cuello hasta uno de mis pechos lamiendo la punta endurecida antes de morderla y chupar. Andrew es un hombre de tetas, lo he aprendido con el tiempo.
—Estoy sudada —Le hago saber.
—Yo también.
—¿Baño? —consigo jadear mientras juega con mis pechos.
—No, primero sucio contra la pared y luego lento en el baño.
—Ya lo has decidido.
—¿No quieres? —pregunta bajando con sus besos por mi abdomen hasta caer de rodillas y tomarme de los muslos instándome a abrir las piernas con la mirada clavada entre mis piernas—. Puedo ver que sí quieres mucho, amor.
—Quiero muchísimo —aseguro montándole la planta del pie en uno de sus hombros para que tenga espacio y una mejor vista de cuánto me excita.
—Tengo los dedos sucios para tocarte, pero mi boca puede hacer todo el trabajo.
—Y tu lengua.
—Y mi lengua —coincide presionándola contra mi clítoris haciéndome gemir demasiado fuerte.
Ambos nos tensamos como si esperáramos haber despertado a una de las trillizas con mi gemido, pero reímos tontamente recordando que estamos solos y que tenemos este momento para nosotros.
—Agárrate fuerte, amor, esto será intenso —Me advierte antes de que su boca me haga gritar, rogar y tirar de su cabello.
Me hace correrme con su boca, después con las manos presionadas en la pared mientras empuja desde atrás, en la ducha con mis muslos apoyados en sus antebrazos y la espalda contra la pared, y finalmente en el suelo de nuestra habitación en donde lo monto. Somos desenfrenados, nos reímos y coqueteamos viviendo nuestra pequeña luna de miel y confirmando que las paredes son lo suficientemente gruesas para que nuestros vecinos no nos escuchen...Quiero decir, que no escuchen los llantos futuros de nuestras bebés cuando nos mudemos.
Somos Andrew y Leslie durante esa tarde y después, sonriendo, en la noche somos Andrew y Leslie riendo con las ocurrencias de tres bebés que los tienen enamorados. Somos una familia.
Holisss, nos quedan dos capítulos + dos epílogos.
A partir de ahora los recuerdos de los inicios de los capítulos los narra Andrew.
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