"La Inocencia Viste De Romance"
NOTAS: Y regresamos con los capítulos normales...
Algo que me tiene un tanto entusiasmada es que, por así decirlo, volví a hacer la portada y aunque no se notan tanto las diferencias (como el sombreado que me encanto y la sonrisa más grande de Luffy) me encanto el resultado, en especial la pancita que ahora luce, porque si, se supone que la portada y el primer capítulo son spoilers de lo que se viene a futuo :3
Finalmente, antes de comenzar a leer, debo decir un pequeño aviso. En caso de que llegaran a leer esta o alguna otra de mis historias en otro lado, es muy seguramente un plagio. Yo siempre uso el seudónimo "RozenDark" y únicamente público en Amor Yaoi, Wattpad, Fanfiction.Net y AO3. También otorgue el permiso para una traducción al chino y solamente se encuentra en la plataforma/app "LOFTER"...
https://aichidongxidepangfengye.lofter.com/
Esto lo digo, debido a los recientes fallos de Wattpad y que esta misma plataforma tiene una página espejo donde lucran con las historias. Por lo que cualquier cosa, les estaré agradecida si me lo hacen saber. De cualquier manera, en caso de algún otro cambio, les daré el aviso correspondiente :3
En fin, los personajes de One Piece son propiedad de Eiichiro Oda. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic son hechas por su servidora.
Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/
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Todos en la tripulación de Barbablanca celebraban con tanta euforia y alegría el regreso de su hermano más joven y su nuevo puesto como el comandante de la segunda división. Aunque parte de esa alegría había aumentado con la unión de los miembros de tripulación de Ace, quienes aún seguían completamente sorprendidos por cómo se habían dado las cosas, especialmente cuando a su capitán no se le había pasado por la cabeza decirles que era parte de una tripulación de renombre.
Lo más gracioso del asunto, era que Jimbe terminó por enterarse sobre quién era Ace y lo que era para la tripulación de Barbablanca, debido a que lo había confundido con un vil pirata que había tenido la osadía de atacar una de las islas protegidas por Barbablanca, cuando Ace y su tripulación habían llegado justo para eliminar a los imbéciles y de paso, arreglar los daños causados en la isla.
Y lo que terminó con un enfrentamiento de varios días, se había convertido en una fiesta de bienvenida y ascenso para el joven pirata.
Ahora lo gracioso era ver a cierto comandante y chef principal de la gran tripulación, molestar a Ace con tonterías que para nada eran del interés del propio Portgas.
"Bueno Ace, ahora que tienes dieciocho años cumplidos, eres comandante de la segunda división y pudiste ser capitán de tu propia tripulación por todo un año, supongo que ahora estás listo para ir a coquetear un poquitín con las bellezas del mundo, claro, con el permiso de mami Marco que no deja de matarme con la mirada".
Thatch solamente podía reír nerviosamente. Su rubio hermano no dejaba de mirarlo con ganas de tirarlo por la borda, y, aun así, el chef no iba a dejar pasar la oportunidad de hacer enojar a Marco. De hecho, Marco tenía que dejar de sobreproteger a Ace, porque Ace ya no era el pequeño polluelo gruñón al que entrenó y educó. Ace ya era todo un hombrecito con necesidades que atender
"No digas estupideces Thatch", murmuró Marco, haciendo uso de todo su autocontrol para no lanzar a ese bocazas al mar. "Ace no va a hacer esa clase de cosas".
"No te preocupes Marco, que no pienso hacer nada de las tonterías que Thatch mencionó".
Marco asintió con una sonrisa orgullosa, mientras miraba al chef de manera triunfante. Claro, Thatch no estaba del todo de acuerdo con esa respuesta.
Se suponía que Ace estaría de acuerdo con él. Después de todo, Ace desde que dejó de matarlos a todos con la mirada, se había vuelto su fiel compañero de bromas, así que pensó que podrían divertirse un poco cuando estuvieran fuera del barco. Repentinamente, Thatch sonrió aún más al entender a lo que su adorable hermano bebé quería llegar.
"Así que Ace-chan no quiere ir a coquetear con sus demás hermanos mayores, porque es como su mami Marco... Ace-chan quiere estar solamente con la chica de la que se enamoré de verdad".
Thatch respetaba aquello, después de todo, Marco era así de serio, así como tenía unos cuantos hermanos con esa forma de pensar. Sin embargo, era divertido molestarlos con el tema, y parecía que había encontrado alguien más para divertirse, pues Ace había quedado completamente rojo.
"¡¿QUÉ TIENE DE MALO ESO?!" Preguntó Ace completamente azorado.
Marco solamente le dio un golpe en la cabeza a ese tonto bromista. "Ace tiene razón, así que deja ya de molestarnos a ambos con eso", lo reprendió con voz seria.
Thatch solamente comenzó a reír en voz alta. "No puedes culparme por burlarme, puesto que tu pequeño polluelo aprendió bastante bien de su mami Marco" respondió entre risas. "Eso sí que es adorable".
Una vena resalto en la frente de Marco. "¡Thatch!" Llamó en tono de advertencia.
Aun así, Thatch seguía riendo. Incluso había caído al suelo, mientras sostenía su estómago del dolor que le causaba reír sin parar. Tal vez debía calmarse y salir de allí antes de que Marco y Ace atacaran, pero simplemente no podía evitar su risa y menos tendría otra oportunidad como esa.
"Parece que alguien tiene tantas ganas de permanecer atado al mástil por una larga semana" murmuró Marco con ojos sombríos.
Ace rió de acuerdo con esa idea. "¿Por qué no atarlo al ancla? Seguramente con esa enorme boca, pararíamos enseguida" mencionó de brazos cruzados.
El efecto fue inmediato. Thatch paró de reír y ahora veía con temor a sus dos hermanos. Ahora reía de manera nerviosa, sabiendo que de un castigo severo no se salvaría.
"¡Dios mío! Pobre de la chica que tendrá que aguantar ese carácter hermanito".
Tal vez no sea tan pronto, pero cuando conozca a la mujer que pudiera domar esa cabeza caliente, se aseguraría de pagarle con lo que más le guste por querer a Ace y por aguantar ese carácter que aparentemente, no aguantaba una buena broma...
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"La Inocencia Viste De Romance"
Todos en el Moby Dick estaban completamente nerviosos mirando justo la puerta donde se suponía que estaba la enfermería.
No hacía mucho que habían llegado a Arabasta, y aunque no era intención de Barbablanca alertar a la gente, era algo sumamente complicado si se hablaba de un enorme barco con una bandera mundialmente conocida. Así que una vez que dieron sus intenciones de paz, todos estaban dispuestos a hacer sus labores. Claro, hasta que escucharon el grito lleno de protesta del miembro más joven de la tripulación.
"Tal vez deberíamos ir a ver qué ocurrió" sugirió uno de los hombres de la cuarta división al ver a su comandante con esa expresión preocupada.
"Hazlo tú, yo si quiero seguir viviendo", respondió uno de los hombres de la segunda división.
Todos miraron al último con una expresión que decía 'tiene razón'. Si se era lo suficientemente inteligente, nadie se metería con las enfermeras de la tripulación y más cuando al grupo de mujeres se les metía algo por la cabeza.
"¡Rezaremos por ti, Lucy-chan!" Exclamaron todos completamente temerosos de las enfermeras.
Por supuesto que al ver a Izo salir de la enfermería pavoneándose como si le hubieran dado una clase de tesoro, fue demasiado sospechoso para Marco.
Tan sospechoso, que el comandante de la primera división no dudo ni un segundo en acercarse a exigir respuestas.
"¿Qué se supone que hacías allí?" Cuestionó Marco con una mirada que decía 'sospecho de ti' por dónde lo mires.
Repentinamente todos guiaron su mirada hacia Izo, quien no había dejado de sonreír, ni por la pregunta llena de exigencia que Marco le había hecho.
"¿Qué más haría? Simplemente ayude a nuestras hermanas cuando me la solicitaron con halagos que bien merezco", respondió con simpleza. "Querían ayuda con unas cuantas vestimentas y muy amablemente accedí a ayudarlas".
Marco repentinamente sintió preocupación por lo que veía venir. Especialmente cuando había notado el raro actuar de Lucy y Ace en esos días, junto con la risa complacida de su capitán al escuchar el alboroto que causaban las enfermeras.
Eso no podía ser verdad. De ninguna manera las enfermeras podían estar confabulando para ayudar a Lucy a enamorar a Ace. Eso definitivamente no podía ser y no porque no quisiera, más bien porque sabía lo que sucedería si Ace llegaba a recuperar la memoria.
"¡Iré ahora mismo a parar lo que sea que estén haciendo!"
Todos miraron a Marco como si se hubiera vuelto completamente loco.
Nadie, y repito, 'NADIE', se atrevería a ir en contra de las enfermeras y mucho menos cuando las mujeres estaban dentro de su dominio. Hacer eso era como buscar una muerte dolorosa y lenta.
Obviamente, los hombres de la primera división trataron de detener a Marco o en un futuro tendrían que buscar un nuevo comandante para su división, incluso Thatch se le unió al ver la insistencia de Marco.
"¡Deja ya de ser una mamá gallina Marco!" Le dijo entre risas. "Estoy seguro de que las enfermeras no están haciendo nada malo y que Lucy-chan, así que solo debemos esperar pacientemente a que..."
Marco miro a ese hermano suyo con intriga. Literalmente Thatch se había quedado callado sin terminar lo que sea que estaba a punto de decirle. Vio algo escéptico la expresión de Thatch y se extrañó, pero al ver los gestos de todos los demás y que todo mundo miraba a un solo lugar, Marco tuvo que mirar hacia donde estaba a punto de entrar.
Lo que encontró, no fue de su agrado. Y no es que la chica se viera mal, porque Marco tendría que ser un ciego o mentiroso si dijera que Lucy se veía espantosa. Pero tampoco aplaudiría lo que las enfermeras querían hacer, especialmente cuando Ace tenía esa mirada de idiota enamorado.
Esas mujeres iban a conocer a Marco completamente enojado, pero parecía que alguien se le había adelantado y para sorpresa de todos, ese alguien era Thatch.
"¡De ninguna manera!" Espetó Thatch entre asombrado y gruñón. "¡Lucy-chan no va a andar paseándose con esa ropa!"
Lucy solamente lo miró con duda. "¿Por qué no? ¿Me veo mal?" Preguntó confundida.
Todos miraron expectantes al comandante de la cuarta división, esperando que no respondiera algo tan absurdo como '¡Te ves horriblemente fea!' Porque eso sería una mentira demasiado obvia. Y vaya que todos estaban de acuerdo, aún si nadie había dicho algo. Pero Lucy con ese atuendo tan típico de Arabasta, parecía sin duda de la realeza.
"No le hagas caso, Lucy-chan, yo opino que te ves muy bien" comentó uno de los hombres de la cuarta división con una boba sonrisa en el rostro.
"¿Bien? Lucy-chan se ve más que bien con ese atuendo", rebatió alguien de la segunda división.
"¿Qué les pasa a ustedes? ¿Qué no ven que, si verse así de hermosa fuera un delito, sin duda alguna Lucy-chan estaría en prisión por incumplimiento de la ley?" Cuestionó uno de los hombres de la segunda división.
Repentinamente, todos comenzaron a discutir sobre lo bien que Lucy se veía con ese atuendo, y claro, cada uno de los comandantes no podía evitar sentir pena ajena por los piropos tan absurdos que sus respectivos hombres lanzaban.
Claro que Marco, estaba enojado al ver el efecto que Lucy tenía en Ace con ese atuendo, pero Thatch parecía enojado por otra cosa, lo que lo llevaba a pensar seriamente sobre ese raro comportamiento.
"Lucy-chan ve a cambiarte" le pidió Thatch con falsa calma. "Esa ropa no es apropiada para una linda dama como tú".
Lucy solamente se cruzó de brazos y negó con un mohín. "¡No!" Gritó inconforme. "Todos dicen que me veo bien y Tato-chan y las demás se esforzaron, incluso 'chico bonito' se esforzó para dejarme bien y me quedaré con esta ropa".
Thatch se llevó ambas manos al pecho. Lucy no había estado disconforme en algo que él le pedía. De hecho, la chica no había peleado con él por algo, y haciendo memoria, él solamente se enojó con ella cuando se conocieron y ese enojo ni siquiera había durado nada.
Repentinamente, Thatch miró a Marco, quien había comenzado a reír y al ver que lo señalaba entre risas, supo que era de él de quien se reía.
"Esto no es gracioso Marco" le dijo con el ceño fruncido. "Lucy-chan no puede andar por allí con esa ropa ¿Qué tal si le pasa algo? ¿O que alguien quiera propasarse con ella?"
Thatch sabía a la perfección que Lucy podía defenderse perfectamente y aún si no, sabía que cada uno de los hombres en la tripulación, estarían más que dispuestos a defender a la chica. Pero, aun así, él no podía evitar la preocupación y obviamente le molestaba el actuar de Marco. Ese asunto, no era para nada gracioso y por esta vez, él no estaba para bromas.
"Lo siento Thatch, pero ahora mismo estás actuando como una mamá gallina", mencionó Marco entre risas. "Usualmente eres tú quien me dice eso, pero el día de hoy, parece que decidiste invertir los papeles".
Thatch se mostró realmente ofendido con las palabras de Marco. Él definitivamente no era una 'mamá gallina', él era el hermano cool y bromista. Era quien se aseguraba de gastarle bromas a sus hermanos y hermanas de tripulación, así que definitivamente no era un sobreprotector y gruñón como Marco.
"¡De ninguna manera actuaría como lo haces tú, mamá Marco!" Gritó, mientras lo señalaba de manera acusadora.
"¡¿Cómo me llamaste?!" Preguntó Marco completamente ofendido.
Y de un momento a otro, tanto Marco como Thatch comenzaron a discutir sobre el actuar de antes y de ahora. Sobre quién era una mamá gallina y quien no, aunque claro, la discusión no era para nada discreta y todos temían involucrarse, puesto que, si se iban a favor de Marco, definitivamente Thatch se aseguraría de dejarlos sin su deliciosa comida, pero si se ponían del lado de Thatch, definitivamente Marco los castigaría de una horrible manera. Así que todos optaron por lo más sano: Mirar hasta que uno de los dos comandantes se rindiera.
Deuce, mientras tanto, golpeó con el codo el costado de su capitán y amigo. Todo, mientras guiaba su mirada a la confundida Lucy.
"Aprovecha que las mamás gallinas están discutiendo y llévatela a dar una vuelta", le dijo en murmullo, mientras sonreía divertido. "Recuerda que después de todo, le habías pedido permiso a Oyaji para pasear con ella durante todo el día".
Ace solamente asintió apenado, mientras miraba a la chica. Definitivamente no perdería esa única oportunidad. Especialmente cuando Marco últimamente lo mantenía ocupado cada que quería acercarse a la chica.
Con cautela y aprovechando al máximo el alboroto que Marco y Thatch estaban causando, logró quedar justo al lado de la chica. Así que discretamente, le hizo señas que, para buena fortuna, Lucy supo entender a la perfección y asintió completamente de acuerdo con su idea.
Nadie más que Newgate y Deuce, se dio cuenta de que tanto Ace como Lucy se habían alejado gracias a la técnica favorita de la chica, aunque claro, los gritos llenos de sorpresa y horror de Ace, terminaron por quitar la palabra 'sorpresa' en esa huida para nada discreta.
"¡LUCY-CHAN!" Gritó Thatch con preocupación, mientras veía a los más jóvenes de la tripulación alejándose en pleno vuelo.
"Grandioso Thatch, por culpa tuya se nos escaparon" mencionó Marco con fastidio.
Por su parte, Barbablanca, Deuce y el grupo alegre de enfermeras, no podían borrar sus sonrisas cómplices al ver que habían ganado la primera pelea. Aunque ahora, parecía que tanto Marco como Thatch tenían las claras intenciones de ir a buscarlos.
Tal vez era momento de alejar a Thatch de Marco o dentro de poco, tendrían no solamente a una mamá gallina, sino que dos.
"Espero que Ace y Lucy-chan se diviertan el tiempo suficiente antes de que ese par logre encontrarlos", dijo una sonriente Tato, mientras miraba a su padre y capitán.
Barbablanca solamente comenzó a reír. "Por lo que hemos visto con la mocosa, seguramente se saldrá con la suya otra vez".
Y nadie podría refutar a las palabras de su capitán. Después de todo, Lucy ya había demostrado que siempre se salía con la suya.
~.☸.~
Ace no iba a admitir jamás que esa técnica le había dado unos tres paros cardiacos. Jamás se permitiría a admitir que la habilidad de una fruta tan tonta lo había espantado, pero sí que admitiría en voz alta que la chica dueña de esa habilidad, le estaba causando estragos a ese tonto corazón suyo.
Tonta Lucy y su tonta sonrisa que parecía nunca desaparecer. Y tonta esa belleza que lo estaba dejando completamente embobado, especialmente con esa ropa que se le ajustaba tan condenadamente bien.
"Tienes que admitir que te divertiste volando" mencionó Lucy en tono alegre.
Ace solo sacudió la cabeza para evitar decir alguna tontería. "Admito que me tomó por sorpresa", respondió en murmullo. "Sin embargo, debes hacer más para lograr que admita que esa habilidad tuya es súper genial".
Sabía que haría enojar a la chica, pero él aún tenía orgullo suficiente para no dejarse doblegar o admitir que ser de goma era genial. De hecho, él llevaba viviendo años con gente con poderes más que asombrosos, un par de ejemplos: Su Oyaji y Marco.
Lucy solamente lo miro con reproche. "Ser de goma es genial. Es más genial que ser de fuego" respondió de brazos cruzados.
Ace tuvo que morder su labio para evitar decir algo tan cursi. "¿Qué tal si te invito a comer lo que quieras?" Preguntó sonriente.
Deuce le había ayudado con uno que otro consejo para su cita y aunque se saltó la parte en la que debía invitar educadamente a la chica, bien podría seguir al pie de la letra la larga lista que su amigo le había hecho.
"¡CARNE!" Gritó con estrellas en los ojos.
Ace sonrió satisfecho de haber logrado evadir una tonta discusión con Lucy. "Entonces, carne será".
No pasó mucho tiempo cuando Ace logró encontrar un buen lugar con comida suficiente para llenar el estómago de dos hambrientos 'D', especialmente el pozo sin fondo de la 'D' que era de goma. Afortunadamente, tenía dinero suficiente para pagar y francamente, tenía la sospecha de que Lucy le haría gastar más que nada en comida.
"Supongo que después de comer quieres ir a explorar ¿No es así?"
Lucy asintió animadamente. "Una isla nueva, siempre significa una aventura nueva" dijo entusiasmada con la idea. "Shanks siempre me contaba todas las aventuras que tenía en cada isla que exploraba, incluso recuerdo la vez que me contó cuando fue a una isla en el cielo".
Ace repentinamente captó el nombre de 'Shanks' y recordó a cierto pelirrojo que llegaba cada cierto tiempo a beber con su Oyaji y pedirle a Marco que se uniera a su tripulación. Y, a decir verdad, recuerda que la chica ya había mencionado al hombre, pero solo en ese momento captó que ella ya conocía a un pirata de renombre del Nuevo Mundo.
"¡ACE!"
El mencionado salió de sus pensamientos con aquel grito. Miró a la chica que lo veía con un imperceptible enojo al verse ignorada y decidió dejar en el olvido al pelirrojo capitán.
"Lamento haberte ignorado", se disculpó con calma. "¿Qué me decías?"
Lucy sólo lo miró acusadoramente y de brazos cruzados. "Te perdono, pero no lo vuelvas a hacer" respondió. "¿Y quería saber si el capitán Pops y los demás habían ido a una isla en el cielo?" Preguntó con interés.
Ace solamente sonrió con entusiasmo. "A decir verdad, yo no he tenido el privilegio de ir a una de las tantas islas en el cielo, pero Oyaji y los demás sí. Marco incluso, me ha contado varias historias de cómo casi murieron cuando bajaron, aunque Oyaji siempre le decía que no sea un exagerado".
Ace aún recuerda todas las historias referentes a esas raras islas. Su padre siempre se aseguraba de contar las diferencias entre cada isla y que lo que ellos veían como unas nubes, la gente del cielo las veía como el mar. Y aunque sonara fantasioso y nada real, él creía firmemente en la palabra de su padre y sus hermanos y hermanas de tripulación.
Así que no dudo en contar palabra por palabra todo lo que una vez le contaron y se sintió demasiado bien al ver que Lucy no sólo escuchaba atentamente y con emoción, sino porque veía en el brillo de su alegre mirada, que la chica no dudaba de su palabra y las palabras de su amada tripulación.
"¡Ya quiero viajar por mi cuenta e ir a una de esas islas!" Exclamó completamente emocionada con esa idea.
Ace solamente rió ante lo dicho. "Entrena y aprende lo suficiente para que puedas viajar con tu tripulación en el futuro".
Y francamente, Ace ya no dudaba en que la chica se hiciera más fuerte, después de todo, ya había dado unas buenas demostraciones de su fuerza y habilidad. Tal vez con un buen entrenamiento y bastantes consejos, Lucy logré su cometido de viajar libremente con su propia tripulación.
Claro que toda alegría y ambiente meloso en el que ambos estaban envueltos, fue roto como si fuera una frágil burbuja. Todo por culpa de la llegada de un grupo de personas indeseables.
Ace sabía que la chica le gustaba, era algo demasiado obvio, según palabras de su buen amigo, Deuce. Pero al ver que un imbécil no sólo fue lo suficientemente valiente para acercarse e interrumpir su preciado momento, sino que, además, abrazo a Lucy hasta acercarla completamente a su cuerpo, supo lo que eran las ansias asesinas debido a los celos.
"¿Qué hace un bombón como tú con un perdedor como ese?"
Ace tenía cierto conocimiento de los aliados de Doflamingo y ese maldito imbécil era uno de ellos.
¿Como si no fuera suficiente estar en los dominios de Crocodile?
También tenían que hacer acto de aparición los aliados del nefasto Joker.
"Bellamy, la hiena" escupió con odio Ace. "No se supone que tienes que lamerle las botas al imbécil de Doflamingo".
Lucy entendió a la perfección que su 'cita' había sido interrumpida de tan pésima manera. Así que lo más calmada que pudo y sin querer agravar más la situación, se alejó de aquel hombre, para tratar de calmar a Ace.
"Y si me hablabas a mí, te aseguro que Ace no es ningún perdedor y prefiero mil veces estar con él", respondió Lucy, mientras miraba con seriedad a ese hombre.
Ace por un momento sintió sus mejillas enrojecer. Sin embargo, no tenía tiempo para mostrar la debilidad que sentía por la chica, especialmente no ahora, cuando ese maldito idiota había comenzado a reírse, junto con sus compañeros de tripulación.
"Así que el bombón los prefiere perdedores" dijo Bellamy entre risas. "Lindura, te conviene estar con alguien como yo, que tiene los pies en la tierra y comprende a la perfección que los mejores tesoros, son los que sí existen".
Ace repentinamente sintió furia con esas palabras. Ese imbécil estaba insinuando que su padre era un mentiroso.
"¡NI SE TE OCURRA HABLAR MAL DE MI CAPITÁN!" Gritó furioso. "¡Barbablanca es el hombre que se convertirá en el nuevo rey de los piratas!" Espetó.
Bellamy solamente comenzó a reír de manera escandalosa y a su vez, sus impertinentes compañeros de tripulación lo hicieron junto a él. En verdad les parecía demasiado divertido ver que todavía existían idiotas lo suficientemente ilusos para creer que existían islas en el cielo o que incluso el mismísimo One Piece era real.
"Por lo visto, será mejor que evitemos los problemas. Hasta yo sé que no es bueno meterse con un Yonkou, mucho menos si ese Yonkou es el mismísimo Barbablanca, pero debo dejarle algo en claro a tu acompañante..."
Ace solamente miro con odio a ese maldito boca floja. Tenía los puños fuertemente apretados y solamente evitaba encender su fuego, porque Lucy lo tenía firmemente agarrado de un brazo.
En cuanto a Lucy, ella simplemente acomodó su sombrero de paja de manera que sus ojos no se vieran. Esperando pacientemente lo que ese tipejo iba a decir. De cualquier manera, si era algo para tratar de ofenderla, lo dejaría pasar, pero si el tal Bellamy era lo suficientemente estúpido como para decir algo de Ace o el capitán Pops, entonces tendría que actuar.
"Lindura, lo mejor para alguien como tú, es aliarte con gente como yo", mencionó mientras se señalaba a sí mismo con soberbia. "¡La época en que los piratas soñaban se ha acabado! ¿Islas en el cielo? ¿Ciudades de oro? ¿El gran tesoro, One Piece? ¡Esos idiotas soñadores no se dan cuenta de que el verdadero tesoro está a su alrededor! Y solamente aliándose con verdaderos ganadores como Donquixote Doflamingo sabrás a lo que me refiero".
Lucy solamente lo miró con severidad. "Si lo que te importa es el oro y fortuna, entonces tú y el estúpido de Mingo, no son verdaderos piratas" respondió completamente decidida.
Por primera vez, Bellamy frunció el ceño con enojo. La chica no solamente había tenido la osadía de insultarlo, también había insultado al hombre al que admiraba.
"¿Te atreves a faltarme al respeto maldita perra?" Cuestionó furioso. "Te aseguro que Doflamingo es mil veces mejor que los patéticos piratas de Barbablanca. Ese maldito vejestorio sigue empecinado con dejar por todos lados a piratas mediocres con sueños absurdos. Lo que importa realmente en la vida pirata, no son los sueños, es el oro que puedas conseguir. Porque seguir ciegamente un sueño no te llevará a nada, en cambio el oro te dará reputación, fama y un buen estatus".
Bellamy por un momento creyó que la chica por fin entraría en razón. Casi podía saborear lo mucho que se divertiría jugando con ella, pero en su lugar, Lucy se le acercó a paso rápido y cuando menos se lo espero, lo mando a atravesar el muro del restaurante: Todo de un solo golpe.
"Te diré una cosa y espero que te quede muy claro... Nadie y repito, NADIE, tiene el derecho a hablar mal del capitán Pops y toda su tripulación, porque de ser así, entonces habrá un serio problema, del cual, estoy dispuesta a enmendar".
Ace, quien estuvo a punto de comenzar a golpear consecutivamente al idiota, no podía ni moverse. En su lugar, se quedó completamente quieto, mirando con asombro a la furiosa Lucy.
"¡Maldita ramera!" Espetó Bellamy, mientras se ponía de pie y convertía en resortes sus piernas. "No tienes idea en lo que te has metido... soy un consumidor de frutas del diablo; me comí la Bane Bane No Mi, lo que me convierte en un hombre resorte".
Una vez dijo ese detalle, Bellamy comenzó a rebotar furiosamente alrededor de la chica. Mientras todos los espectadores veían asombrados, que Lucy ni siquiera se inmutaba por la velocidad y fuerza con la que el hombre se movía.
Ace estuvo a punto de moverse para evitar que hirieran a Lucy, pero nuevamente la chica, terminó por demostrarle que ella podía defenderse perfectamente, cuando de un solo golpe, Bellamy terminó en el suelo, dejando un enorme agujero a su alrededor y con la marca del furioso puñetazo que Monkey D. Lucy le había dado.
"Un verdadero pirata viaja por los mares por el simple hecho de alcanzar sus sueños con completa libertad. Al parecer, no sabes absolutamente nada" murmuró Lucy, mientras acomodaba como se debe su adorado sombrero de paja. "¿De qué sirven todos los tesoros del mundo sin un sueño que alcanzar?" Preguntó. "Si muero por intentar alcanzar mi sueño, podré irme en paz, por el simple hecho de que habré dado todo por tratar de alcanzarlo, pero tú jamás entenderás nada si sigues tan ciego como para creer que los tesoros son lo mejor".
Bellamy pudo escuchar a su tripulación llamándolo, pero a él poco le importaba.
Había sido derrotado por una chica de la que nadie había escuchado jamás, y lo peor de todo, era verla irse triunfante a buscar a ese imbécil del sombrero naranja.
"Sombrero... de paja..." murmuró antes de perder el conocimiento.
Bellamy jamás olvidaría a 'Sombrero de paja'. Esa maldita chica lo había derrotado de una manera completamente humillante.
Y mientras Ace y Lucy se alejaban, en un rincón escondido, una mujer veía con una imperceptible sonrisa a la pareja, especialmente a la chica del sombrero de paja.
"Así que ella es Monkey D. Lucy" murmuró, mientras apretaba el cartel sin rostro entre sus manos.
~.☸.~
Ace sabía que debía decir algo para calmar un poco el ambiente, pero hasta el mismo seguía furioso por las absurdas y ofensivas palabras de esa maldita hiena, así que no podía pensar en algo para hacer que Lucy dejará de tener esa rara expresión de enojo.
"Ace... sigo teniendo hambre".
Ace repentinamente paró su caminata para mirar a la chica. Y sin poder evitarlo, comenzó a reír al ver esa expresión tonta en su rostro que solamente hacía cada que tenía hambre.
"Supongo que no terminamos de vaciar el restaurante cuando nos interrumpieron", mencionó con calma. "¿Sigues con ganas de comer carne?" Preguntó divertido.
Lucy lo miró con ojos brillantes y una enorme sonrisa. "¡SIEMPRE!" Gritó en respuesta.
Ace solo asintió de acuerdo con la idea. "Supongo que tendremos que caminar hasta encontrar un buen lugar y..."
Ace comenzó a mirar de un lado a otro. Sin percatarse que Lucy ya ni siquiera estaba con él. Claro, terminó por darse cuenta que su acompañante estaba demasiado silenciosa.
De hecho, Lucy ni siquiera estaba donde debería estar, lo que lo llevó a preocuparse.
"¿Lucy?"
Repentinamente comenzó a buscar desesperado a la chica, pero no hubo respuesta. No creía que ese estúpido se hubiera recuperado tan rápido con ese golpe y su tripulación seguramente no era de preocuparse, así que los descartaba totalmente.
Aunque le preocupaba Crocodile y sus secuaces, y considerando que estaban en su territorio, lo mejor era que encontrará a Lucy cuanto antes.
~.☸.~
Lucy trataba de liberarse de esa extravagante cantidad de manos, pero parecían demasiado persistentes en alejarla de Ace. Lo que la llevaba a pensar en la razón que tenía la persona dueña de esa habilidad.
Solo supo que un momento estaba escuchando a Ace y al siguiente tenía la boca tapada y todas sus extremidades firmemente sujetadas, mientras la movían lejos.
Repentinamente pudo sentir cómo se detenía: Justo frente a una mujer de cabello largo y negro.
"Lamento mi manera de traerte hacía mí, pero no podía permitirme tener una plática de chicas con tu acompañante".
Lucy solo miro a la mujer con el ceño fruncido y de brazos cruzados. Por varios minutos, se aseguró de mirar fijamente a la misteriosa mujer, hasta que, por fin, pudo asentir con una enorme sonrisa.
"¡Oh, está bien!"
La mujer solamente miró a Lucy con sorpresa, que en un instante fue reemplazada por una sonrisa.
"Para empezar, mi nombre es Nico Robin", se presentó con calma. "¿Supongo que habrás escuchado la historia de la niña diablo?"
Lucy solamente negó con una mirada confundida. "La verdad no tengo idea de lo que me hablas, pero supongo que es un gusto conocerte Robin".
Robin no pudo evitar la expresión llena de desconcierto en su rostro. No podía ser que alguien fuera así de despistada como para no saber absolutamente nada de su historia. Sin embargo, algo en esa chica, hacía que, en lugar de reclamar, solo sonriera. Casi como si la chica tuviera la habilidad de sentir bien a todo el que se le cruzase en el camino.
"Para ser alguien mundialmente buscada, te lo estás tomando demasiado bien", mencionó Robin con voz calmada.
Lucy solamente comenzó a reír, mientras le restaba importancia al asunto.
"La verdad, es algo muy estúpido si me lo preguntas. Todo el mundo me busca por crímenes que ni siquiera he cometido, aunque si me buscabas para ir con el hombre que se supone es mi padre, temo decirte que ni siquiera lo conozco".
Robin solamente la miro de manera apacible. "¿Qué te hace pensar que te estaba buscando para ver a Dragon, el revolucionario?" Preguntó.
Lucy lo pensó un momento. "Por lo que dijiste, de que te consideran una niña diablo, aunque puedo decir con solo mirarte, que seguramente lo hacen, porque son unos estúpidos" espetó de brazos cruzados y una expresión disconforme. "Te propongo esto, si llego a ver a algún revolucionario o saber de ese tal Dragon, les hablaré de ti, pero, ante todo, he decidido que en un futuro estarás en mi tripulación pirata y no acepto un no por respuesta".
Robin miró a la chica con asombro. Nadie le había dicho algo tan descabellado como lo que Lucy le había dicho. De hecho, nadie le había dado la razón, siempre la juzgaban por ser quien era.
Por razones como esa, era que era preferible trabajar para un hombre como Crocodile. Pero ahora, aquí estaba esa niña, haciéndole propuestas demasiado alocadas.
"Si me pruebas que me darás lo que necesito, entonces aceptaré estar en tu tripulación en el futuro", respondió. "Soy una arqueóloga y el conocimiento es lo que más anhelo".
Lucy solamente sonrió enormemente. "Supongo que necesito a uno de esos buscadores de conocimientos. Tal vez sirva para encontrar el One Piece, hacer un mapa de todo el mundo, la cura de todas las enfermedades, y el All Blue" respondió entre risas.
"Supongo que tienes razón" dijo entre risas discretas. "Por lo pronto, creo que deberías regresar con tu acompañante, que se puede escuchar todo el escándalo que está causando con su búsqueda".
Y era verdad, se podía escuchar demasiado ajetreo entre los variados edificios. Ace sin duda estaba causando un alboroto y si Lucy no iba a calmarlo, estaba completamente segura de que todo mundo los encontraría antes de pasar un buen rato con Ace.
"¡Nos vemos luego, Robin!" Se despidió, mientras comenzaba a correr en dirección a su 'no hermano'.
"Esa niña sin duda es una caja de sorpresas" Robin murmuró, mientras se disponía a regresar con su jefe actual. "Aunque tiene algo de sentido lo que dijo, tal vez los revolucionarios no sean tan mala idea..."
~.☸.~
Ace llevaba un buen rato buscando a la chica y francamente se estaba impacientando por no encontrarla.
Por alguna razón, una especie de flashback apareció en su cabeza: un torpe niño con sombrero de paja, siendo tragado por un enorme cocodrilo y otro que solamente negaba con un suspiro resignado. Y justo cuando regresó al asunto de ahora, Lucy apareció justo frente a él. Siempre con esa enorme sonrisa en el rostro y un gran trozo de carne en su mano derecha.
"¿Se puede saber dónde estabas?" Exigió saber con el ceño fruncido.
"Por allí", respondió con una mirada distraída. "Pero encontré un buen lugar donde venden carne".
Ace solamente respiró profundo para evitar su enojo, aunque por alguna razón desconocida, tenía tantas ganas de golpear esa cabeza hueca que la chica tenía, lo cual era demasiado extraño, considerando que jamás haría algo así con las chicas o al menos si eran parte de su tripulación.
"Te divertiste al parecer, pero parece que, sin darnos cuenta, ya está por anochecer", lo último lo murmuro con cierta decepción.
Tenía en cuenta que había perdido demasiado tiempo con Thatch y Marco discutiendo en el barco, además del incidente con el imbécil de Bellamy y luego con la desaparición de la chica, lo llevaban a pensar en que esa primera cita, había sido un rotundo fracaso.
Tal vez, debían regresar al Moby Dick antes de que algo más suceda. Claro que Lucy lo regresó a la realidad, cuando tomó su mano y comenzó a jalarlo hacía el desierto.
"Aún tenemos algo de tiempo y no hay nada mejor para acabar el día, que ver las estrellas sin interrupciones ¿No lo cree?"
Ace parpadeo rápidamente ante lo dicho. A decir verdad, ni siquiera a él se le había ocurrido esa idea, incluso comenzaba a sospechar que Lucy, también se sentía frustrada por las interrupciones.
"Me fascina ver el cielo estrellado", mencionó sonriente. "Y al haber venido en una que otra ocasión a esta isla, conozco uno que otro lugar con una vista espectacular".
Y ahora era él, quien había comenzado a jalar a la chica. El sentimiento era agradable y por alguna razón era demasiado familiar aquel tacto, algo que, sin duda, causó que hiciera más fuerte el agarre de esa mano.
No pasó mucho tiempo, cuando llegaron al sitio ideal. Ambos se sentaron a mirar el cielo que ahora estaba estrellado.
Algo que estaban disfrutando ahora, era que aun cuando habían llegado, y se habían sentado, ninguno de los dos había soltado la mano del otro. Obviamente eso apenaba al azabache.
Ace no era un hombre que conectara fácilmente con las chicas en temas románticos, aunque por alguna razón era demasiado fácil para él, hacer amigos, algo que, hasta el momento, lo seguía sorprendiendo. Aunque pensándolo bien, él tenía la facilidad de hacer amigos, pero solamente hasta ahora, cuando conoció a la alocada nieta de Garp, sintió atracción y no sólo por una amistad como casi siempre ocurría.
"En casa también me gustaba mirar las estrellas".
Ace escuchó a Lucy murmurar aquello. Y por alguna razón desconocida para él, ver a Lucy tan melancólica, le hacía doler el corazón. Y sin darse cuenta, apretó su agarre, mientras desviaba su mirada nuevamente hacia el cielo.
"Supongo que compartimos el gusto por ver las estrellas", respondió con una calmada sonrisa. "A mí me encanta ver el cielo nocturno, no solo en el Moby Dick, también cuando tengo misiones lejos de casa".
Lucy sonrió de acuerdo. "Puedo imaginarlo" murmuró con calma y una mirada nostálgica.
Ella aún recuerda cuánto amaba Ace mirar las estrellas. Cuando aún eran los tres hermanos ASL, todos juntos podían pasar horas mirando las estrellas, y aunque la muerte de Sabo los afectó, con el tiempo, los dos siguieron con esa agradable tradición.
A decir verdad, Lucy extrañaba hacer eso en la casa del árbol, pero nuevamente, su amada casita del árbol no estaba más, y con ella muchos recuerdos preciados se habían ido.
Pero ahora, tenía la oportunidad de crear más recuerdos con Ace. Y admitiría que le encantaba estar así: Tomados de la mano, mientras miraban las estrellas y sin nadie que interrumpa el momento.
Tal vez si era algo egoísta cuando quería algo. Pero en su defensa, los momentos que compartía con Ace, eran algo por lo que ser egoísta. Y sin ser consciente de su actuar, terminó por apoyar su cabeza en el hombro de Ace.
Esa nueva sensación de, la que aún era una completa inexperta, la atacó de nueva cuenta cuando sintió a Ace ponerse rígido, así que decidió seguir los consejos de las enfermeras y apretó su agarre en la mano de Ace.
"Lamento que esta cita no haya ido como quería que fuera" dijo Lucy en voz baja. "Aunque muchas cosas sucedieron y tuve que golpear a un idiota, al menos hubo una que otra cosa que salió bien y obtuve una nueva nakama para mi tripulación. Además, al final, pude estar contigo a solas y lo mejor, viendo el cielo con tantas estrellas y la luna tan brillante".
Ace repentinamente miró a la chica con sorpresa. "¿Espera un segundo? ¿Sabías qué esto era una cita?" Cuestionó sin creerlo.
Lucy lo miró como si fuera un idiota. "¿Por qué no lo sería?" Preguntó. "Según me dijeron, cuando dos personas salen sin nadie más y van a pasear, comer y disfrutar, es una cita ¿Eres estúpido Ace?"
Ace se sonrojo por completo. "¡Por supuesto que lo sé, tonta!" Exclamó azorado. "Simplemente creí que no sabrías... Quiero decir, ni siquiera te pedí como se debe una cita" se explicó apresurado. "Ni siquiera sabía si en verdad querías salir conmigo. Menos después de cómo me he comportado al principio".
Lucy asintió sonriente. "¡Pero si quería salir contigo!" Respondió animada. "Y si no me lo pedías, simplemente te hubiera secuestrado para tener una cita el día de hoy. Aunque si lo pienso, técnicamente fui yo la que nos sacó del barco, así que tal vez si te secuestre".
Ace no pudo evitar que la sorpresa surcara su rostro. Aun cuando el mismo Deuce le había dicho que muy probablemente, le gustaba a Lucy, él aún no se sentía merecedor. Menos cuando había actuado como un imbécil cuando se conocieron.
Se dio cuenta de que aún con esa plática, ninguno de los dos se había soltado de las manos. Lo que, es más, estaba completamente seguro de que Lucy había fortalecido su agarre, así como él lo había hecho.
Sonrió satisfecho con lo sucedido. Tal vez el día no había sido tan malo como creyó al inicio.
Y sin que ninguno de los dos se diera cuenta, poco a poco comenzaron a acercar sus rostros.
Lucy no lo entendía del todo, pero con la larga charla de las enfermeras y las charlas que había tenido con Makino y Dadan antes de que todo lo malo llegará a su vida, supo que estaba a punto de tener su primer beso. Cerró los ojos y decidió que se dejaría llevar, como siempre lo hacía en su vida.
Ace por su parte, vio lo que estaba apuntó de ocurrir. No tan malo como su tonta cabeza le gritaba por alguna razón desconocida. Por segunda vez en ese día, un flashback atacó a su mente, está vez pudo escuchar su propia voz suplicándole a un niño con el rostro borroso, que no muera. Luego pudo sentir una calidez familiar en los labios y cuando menos se dio cuenta, estaba de vuelta y besando a la chica del sombrero de paja.
Tal vez no sería tan malo tener un romance con Lucy, aunque por alguna razón, una parte muy apartada de él, le decía que lo que hacía estaba mal. Pero ahora no importaba. Lo que en verdad importaba era la chica que ahora besaba y ese magnífico momento pudo durar más, si tan solo Marco y Thatch no hubieran llegado a separarlos tan abruptamente.
"¿Qué creen que están haciendo jovencitos?" Exigió saber Marco, ahora de brazos cruzados.
Ace y Lucy se miraron con las mejillas sonrojada, para después mirar al par de hombres que no se veían para nada contentos con lo que habían encontrado.
Lucy se hacía una idea de la razón del enojo, pero no dejaría que nadie la separará de Ace y menos ahora que habían logrado algo.
Ace por otro lado, no entendía a esos dos. Marco debía conocerlo demasiado bien para saber que no estaba jugando con la chica, al contrario, planeaba ser lo más serio posible con la relación que ahora tenía con Lucy.
"¿Qué más haríamos? Tuvimos una cita y la finalizamos como se debe", respondió Ace sin mirar a ninguno de los dos. "Ahora somos novios".
Marco casi podía jurar que le daría un infarto al oír aquello. Se suponía que era eso lo que tenía que evitar.
"¿Es eso cierto, Lucy-chan?" Preguntó Thatch con calma, mientras miraba a la chica.
"Es verdad" respondió sin más. "Ace y yo ahora somos pareja, ¿hay algún problema con eso?"
Thatch sintió preocupación con esa respuesta, pero, aun así, pudo distinguir pánico en la mirada de la chica. Al parecer, Lucy ya había pensado por demasiado tiempo los pros y los contras con respecto a su relación con Ace.
"Pará nada" respondió como si nada. "Aunque si me tomó por sorpresa que el polluelo de mamá Marco haya dado un paso muy importante".
Thatch pudo ver a Marco tensarse y rebatir su respuesta. Sin embargo, lo tomó del hombro y negó con calma.
"Deberían ir al barco, porque todo mundo escuchó lo sucedido con la hiena servidora de Joker y andan sumamente histéricos", y aunque no era mentira, tampoco era una verdad del todo.
Los hombres más grandes pudieron ver como la ahora pareja se tomaba de las manos, mientras comenzaban a caminar de regreso al barco.
Ace pudo entender que tanto Marco como Thatch querían hablar a solas y la verdad, tomaría eso como una oportunidad de tener más tiempo a solas con su ahora novia.
Una vez que los chicos se alejaron lo suficiente, Marco encaró a Thatch con una expresión de enojo en el rostro.
"¿Por qué hiciste eso Thatch?" Exigió saber. "Sabes tan bien como yo, que, si Ace recupera la memoria, podría odiarse por haber visto a su hermana menor de otra manera" le recordó con angustia.
Thatch solamente negó. "Francamente, dudo mucho que recupere la memoria, y la verdad, sabes tan bien como yo que está es la primera vez que ve a una chica de manera romántica"
Marco lo pensó. De hecho, lo que decía su hermano no era una mentira. Incluso llegó a creer que a Ace le gustaban los chicos, aunque ahora sí lo pensaba, Lucy era la primera persona por la que demostraba interés romántico y por alguna razón, creía que sí Lucy fuera un chico, Ace aún tendría ese interés.
Tal vez debía aceptar que Ace ya había crecido lo suficiente como para hacer caso a sus instintos. Incluso debía confiar en la palabra de Thatch, pero, aun así, seguiría preocupándose por los más jóvenes.
"Haré caso, pero no dejaré de vigilarlos", respondió de brazos cruzados. "Por si no lo notaste, se estaban besando, y no quiero imaginar qué hubiera pasado si no llegábamos".
Thatch repentinamente miró a Marco con horror. "Ace será nuestro hermano menor y eso, pero Lucy no puede tener esa clase de acción. ¡Todavía es una niña!"
Marco comenzó a reír con esas palabras. "¿Quién es la mamá gallina ahora?" Le preguntó con burla.
Thatch miró hacia otro lado con pena. "¡Cállate Marco!"
Ambos comenzaron a caminar de regreso al barco. Ambos con las firmes intenciones de impedir que la parejita de tortolitos bebés hiciera algo que no debían.
~.☸.~
En una isla cercana a Arabasta, justo en un barco abandonado en tierra, una fruta cayó justo en donde un tesoro se encontraba.
Habían pasado años, desde que alguien había pisado tierra en esa isla. De hecho, el último signo de vida era dueño del tesoro que nadie había encontrado.
Pero aquella fruta, no sólo haría más valioso el tesoro, sino que también, sería más peligroso el solo hecho de encontrarlo.
Cosas malas sucederían y la tripulación del hombre más fuerte del mundo, se vería demasiado afectada.
Teach no podía dejar de sonreír en la soledad de su habitación. Por alguna razón, sentía más cercano el momento en el que encontraría la fruta que tantos años llevaba buscando.
"Ya casi serás mía, fruta Yami Yami No Mi".
Y cuando ese momento llegue, se aseguraría de disfrutar cada momento con demasiadas ganas.
Continuará...
~°ɞ°~ღ~°ɞ°~
NOTAS: Y eso ha sido todo por este capítulo. Si les gustó, les agradecería que me lo hicieran saber con sus lindos comentarios :3
Próximo capítulo: "La Inocencia Viste De Melosa", donde Lucy no puede evitar estar cariñosa con su hermano 'no hermano'...
Alguien había preguntado por Vivi, pero después de pensarlo, quise dejar a Vivi fuera, considerando que Luffy no iba a tener enfrentamiento contra Crocodile y se supone que Vivi es nakama no solo de Luffy.
Cada vez estamos más cerca de la desgracia :'D
En fin, nos leemos pronto...
Chau chau (^3-)/
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