"La Inocencia Viste De Protección"
NOTAS: Como prometí, aquí les traigo el noveno capítulo y esta vez mucho antes de lo acordado...
Ya casi puedo saborear el inicio del drama y tragedia...
Pero antes... Les informo que habrá otro extra y esta vez para festejar a la protagonista :3
Finalmente, antes de comenzar a leer, debo decir un pequeño aviso. En caso de que llegaran a leer esta o alguna otra de mis historias en otro lado, es muy seguramente un plagio. Yo siempre uso el seudónimo "RozenDark" y únicamente público en Amor Yaoi, Wattpad, Fanfiction.Net y AO3. También otorgue el permiso para una traducción al chino y solamente se encuentra en la plataforma/app "LOFTER"...
https://aichidongxidepangfengye.lofter.com/
Esto lo digo, debido a los recientes fallos de Wattpad y que esta misma plataforma tiene una página espejo donde lucran con las historias. Por lo que cualquier cosa, les estaré agradecida si me lo hacen saber. De cualquier manera, en caso de algún otro cambio, les daré el aviso correspondiente :3
En fin, los personajes de One Piece son propiedad de Eiichiro Oda. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic son hechas por su servidora.
Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/
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Ace sabía que probablemente estaba exagerando, incluso Dadan de entre todas las personas, le había dicho que estaba sofocando a Luffy con su repentina sobreprotección.
¿Quién podría culparlo?
Por su maldita estupidez y ese interminable orgullo, casi había perdido a Luffy.
Ya habían pasado semanas desde aquel ataque. Luffy incluso se había recuperado de sus heridas, aunque aún no se le permitía hacer cosas que pudieran afectar su recuperación.
Y ahora él se hacía cargo de mantener a esa tonta hermana completamente segura y lo más cerca de él.
Ace no quería perder otro hermano. Y mucho menos quería volver a ver a Luffy inconsciente y llena de su propia sangre. ¡Nunca más!...
El solo recuerdo de aquel oso atacando a su hermanita, le daba náuseas.
Por un momento incluso, pensó que se quedaría completamente solo. Y de solo imaginar que Luffy hubiera muerto por culpa suya, le daban unas inmensas ganas de llorar.
Es por eso que se había prometido ser un mejor hermano y una mejor persona. Siempre haría lo que sea para mantener a salvo a Luffy.
"Tal vez deberías hablarlo con ella, considerando que siente que la menosprecias", le sugirió Dadan sin mirarlo a los ojos.
Y justo después de ser completamente sincero con la única figura materna desde que tiene memoria, Ace pudo estar en paz.
Le daba la razón a Dadan, después de todo, él comenzó a cambiar de un momento a otro y Luffy no era de las personas que entendía en códigos claves o indirectas. Con ella se debía ir directo al punto y con demasiadas explicaciones por si las dudas.
Su tonta hermanita se había enojado con él porque no permitía que hiciera algún esfuerzo en su convaleciente estado. Y aunque ella dijera que estaba bien, él sabía que Luffy se exigía de más, si de él se trataba.
¡Tonta Luffy!
Él no la creía débil. Ella se lo había demostrado en varias ocasiones y ciertamente, sobrevivir al ataque de uno de los animales a los que Sabo y él le temían, era para hacer mención de su fuerza y voluntad.
"Tienes razón", respondió sonriente. "Para ser una vieja bruja, das buenos consejos".
Dadan lo miró ofendida y enojada. "¡Pequeño mocoso malagradecido!" Gritó. "Tú eres el torpe que pidió consejos cuando la respuesta era demasiado obvia".
"Si fuera tan obvia, la hubiera sabido... ¡Vieja bruja!"
Los demás bandidos, solamente se alejaron en silencio de aquel par. Sabían o incluso imaginaban que ni su jefa y mucho menos Ace, darían su brazo a torcer.
Por suerte Luffy, seguía durmiendo sin enterarse de aquella plática nocturna, aunque no era de extrañarse, si la niña aún seguía bajo tratamiento para evitar alguna infección.
En cuanto a Ace, él no lo diría en voz alta, pero se aseguraría de hablar seriamente con su hermana menor. Aunque, aún si Luffy no quisiera un trato diferente, él sabía que debía cambiar algunas cosas de su comportamiento...
Tal vez debería pedirle a Makino ayuda con ese tipo de educación. Incluso podría aprender a cómo agradecerle a ese capitán pelirrojo por salvarle la vida a Luffy...
Pero definitivamente, se aseguraría de proteger a Luffy. Eso era una promesa que no necesariamente debería ser una promesa. Después de todo, Luffy era su hermana pequeña y él debía protegerla por siempre.
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"La Inocencia Viste De Protección"
Lucy estaba aburrida. Demasiado aburrida para el gusto de cualquiera, especialmente el de ella. Pero no podía hacer nada al respecto, más que quedarse tumbada justo al lado de la gran silla del capitán, quien, por cierto, tenía una mirada llena de indignación, porque no lo dejaban beber a gusto.
A decir verdad, esos largos y tediosos horarios en los que Lucy portaba el uniforme de las enfermeras, eran los que más aburría a la misma Lucy y al capitán del barco. Lucy tenía que evitar que Barbablanca no bebiera ni una sola gota de alcohol y Barbablanca solo debía resignarse y esperar pacientemente.
Aunque a Newgate le hacía algo de gracia, puesto que Lucy hacía perfectamente su labor en el horario asignado y con el uniforme puesto, pero una vez daban las seis en punto, Lucy salía corriendo a cambiarse y dar por terminado el turno. Incluso podía verlo comenzar a beber y no mover ni un dedo con la excusa del horario terminado. Así que solo debía esperar a que el horario de la chica terminará.
Con cierta gracia la miró e inmediatamente agradeció que Izo modificará su uniforme. La chica no era como las demás y francamente, no podía andar con un vestido, pues no le importaba y se tiraba dramáticamente al suelo. Tal vez por eso había llamado la atención de Ace en primer lugar.
Él no era tonto, había vivido lo suficiente como para afirmar que Ace cuando llegó no veía con ojos de hermano a la chiquilla. Newgate sonrió divertido al recordar esa misma mirada de enamorado en negación en el idiota de Roger...
"Capitán Pops..."
Newgate parpadeo un par de veces para salir de esos viejos y agradables recuerdos. Miró a la chica que lo había llamado e hizo un gesto para que siguiera hablando.
Lucy se veía un tanto curiosa, incluso juraba que veía brillar su mirada de emoción. Sonrió ante esa atrayente sensación que la chica le daba.
"¡Usted es viejo!" Afirmó en voz alta y con una enorme sonrisa en el rostro.
Barbablanca quedó atónito con esas palabras. Siendo sincero, no se lo esperaba.
Por supuesto que varios hombres que estaban pasando, vieron a la chica con horror y rápidamente dejaron sus labores para ir a reprenderla. Podía ser que la chica les agradará demasiado, pero nadie debía faltarle el respeto a su querido padre.
"¡Mocosa grosera! ¡Pídele disculpas a Oyaji!" Ordenó.
"¡Él no es viejo y mucho menos un hombre cualquiera!" Bramó otro hombre.
Lucy solamente miró a esos dos como si fueran unos completos idiotas, mirada que obviamente hizo enojar más a los dos hombres. Sin embargo, ninguno se atrevió a hacer algo, puesto que su capitán hizo una señal para que dejaran a la chica terminar lo que iba a decir.
"Lo soy", respondió con calma. "Aunque nadie que sea lo suficientemente inteligente me lo ha dicho de esa manera".
Y era verdad. Por lo general, si alguien lo llamaba anciano o viejo de la era antigua, ese alguien no vivía lo suficiente para contarlo.
Pero Lucy se lo había dicho como si hubiera estado hablando del clima o algún tema banal. Incluso ahora, sonreía de oreja a oreja, mientras asentía una y otra vez.
"Lo dije porque si lo es" respondió sin titubear. "Pero no para ofender, más bien, para confirmar algo".
Newgate nuevamente se sintió confundido e incluso sus dos hijos que antes habían estado molestos con la chica, se habían mantenido en silencio, esperando a que terminará de hablar.
"¿Qué necesitas saber?" Interrogó dudoso.
Lucy sólo lo miró con interés. "Usted es viejo. Y conoce al abuelo, que también es viejo. También dice conocer a Shanks, que no es tan viejo, pero es más viejo que yo, así que..."
Barbablanca no sabía si reír o reprender a la chiquilla. Lucy ni siquiera parecía darse cuenta que ahora estaba rodeada de más gente que la veía con ganas de regañarla por seguir llamándolo viejo.
Ella parecía pensar demasiado en lo que quería decirle y él era lo suficientemente curioso para esperar pacientemente a que pudiera hacerlo.
"¡YA DÍ LO QUE TENGAS QUE DECIR!"
Lucy miró con sorpresa a todos los presentes. Ella ni siquiera se había dado cuenta de que ya había más gente mirándola y por alguna extraña razón, parecían enojados con ella.
"Capitán Pops, debe tener muchas historias de sus aventuras".
Edward Newgate había navegado durante tantos años. Había pasado por tantas cosas y había conocido a tanta gente interesante, sin embargo, no muchas personas se animaban a preguntarle sobre esas historias.
Sonrió encantado, mientras asentía a la pregunta de Lucy.
"Tengo demasiadas historias, después de todo, soy viejo. Ya lo dijiste, niña".
Lucy sonrió con una brillante mirada llena de emoción. "¡Capitán Pops tiene que contarlas todas!" Gritó emocionada.
Newgate asintió con calma. "Con mucho gusto", respondió sonriente.
Lucy brincó de emoción, para después estirar ambos brazos hacia la gran silla y sentarse justo en uno de los descansa brazos. Los chismosos querían reprender a la chica, pero bastó una mirada de advertencia de su padre.
Tal parecía que, en lugar de ofendido, su padre y capitán estaba a gusto con los parloteos interminables de la energética chica, y ellos no podían quitar la repentina alegría que Lucy le había dado a su padre con aquella petición.
~.☸.~
Nadie en el Moby Dick podía creer lo que veían. Siendo más de las seis en punto, les había extrañado que Lucy no hubiera ido a buscar a Ace, por lo que decidieron verificar que no hubiera causado algún problema.
Sin embargo, se encontraron con la sorpresa de ver a la chica sentada con una expresión emocionada en el rostro, mientras su capitán se esmeraba por contar una de sus tantas aventuras. Incluso tenía a algunos chismosos alrededor, escuchando atentamente la historia.
Marco sonrió al ver la escena. No había visto a su padre tan feliz como ahora. Marco incluso, podría afirmar que su padre estaba emocionado de poder contar todas sus aventuras.
"No lo había visto tan alegre".
Y Marco estaba completamente de acuerdo con el comentario de Izo. Podía ser que su capitán era el hombre más fuerte del mundo, o que muchos ignorantes lo catalogaban por ser un monstruo, pero estaban lejos de ser verdad.
Su padre era un hombre adulto común y corriente. Con el anhelo de una cálida y agradable familia.
"Tal vez deberíamos de pedirle historias con más seguimiento", señaló Thatch sonriente. "Sin duda eso es lo que lo tiene alegre, aunque Lucy-chan parece tener esa habilidad y no hace ni un esfuerzo para hacerla notar".
Marco estuvo de acuerdo con eso. Recordando que, en el pasado, cuando era más joven y había empezado a confiar en su capitán.
Las historias de ese entonces, junto con la amable y alegre sonrisa de su padre, era como un bálsamo reconfortante de alivio y calidez para Marco. Tal vez debería aplicar la sugerencia de Thatch, aunque aparentemente Lucy había encontrado una manera para evitar que su padre siguiera bebiendo de manera imprudente y evitar aburrirse en el proceso.
"Por cierto, ¿no se supone que venias para dar aviso de la cena?"
Thatch asintió rápidamente. "¡ES VERDAD!"
Y con solo escuchar la palabra 'cena' por boca de Thatch, Lucy se despidió apresurada, no sin antes hacer que el capitán Pops, prometiera contar más de sus historias al día siguiente. Obviamente Barbablanca no puso ninguna objeción con esa idea.
~.☸.~
El día siguiente no fue tan distinto al anterior, especialmente con Lucy portando su uniforme de enfermera y con su nueva táctica para no morir de aburrimiento. Por supuesto que primero se aseguró de desayunar demasiado bien y despedirse de Ace con besos y abrazos.
Aunque Lucy estaba preocupada por Ace. Él parecía no haber dormido bien e incluso había caído dormido en medio de una conversación con ella sobre lo que harían llegando a la siguiente isla. Claro que sabía sobre su misteriosa enfermedad, incluso pudo ver esa enfermedad en acción cuando Sabo falleció.
Sin embargo, desde que lo volvió a ver, pensó que estaba curado, pero ahora, de un momento a otro, sucedió aquello. Y cayó dormido de manera repentina justo encima de su desayuno.
"¿Te encuentras bien?"
Lucy miró hacia el gran hombre. El gesto preocupado en el rostro del capitán, hizo a Lucy fruncir el ceño. Ella no quería ver esa expresión en el rostro del amable hombre que había cuidado demasiado bien a Ace. Ni siquiera le gustaba ver a Dadan molesta y preocupada por Ace.
"Solo estaba pensando", respondió con calma. "Ace anda muy raro..."
No era del todo su intención hacer la mención, pero tal vez el capitán sepa algo o incluso pudiera darle algún consejo. Después de todo, el capitán Pops era viejo y Makino siempre le decía que los viejos eran sabios y tenían buenas cosas por decir.
"¿Raro en qué sentido?" Preguntó con calma.
Lucy pensó detenidamente en cómo describir lo que había visto. "No lo había visto dormirse repentinamente en lo que llevó con su tripulación", explicó. "Y en los últimos días, no ha podido dormir bien y hoy en el desayuno se durmió encima de su comida".
Barbablanca se preocupó por eso. La narcolepsia de Ace había estado bajo control en los años que llevaba con ellos, incluso era algo raro verlo caer tan repentinamente, casi como si pudiera controlarlo.
Obviamente ya le había pedido a Tato que revisará a Ace, incluso pensó que posiblemente estaba estresado de tanto trabajo, pero no era así de fácil el asunto. Sintió preocupación por la chica al pensar en que tal vez ella tuviera que ver. Pero debería hablarlo antes con Ace.
"Hablaré con él. Tal vez tiene demasiada carga de trabajo, después de todo, es el comandante de una de las tantas divisiones y como capitán, puedo decirte que estar al mando de muchos hombres y mujeres no es tarea fácil".
Newgate pudo respirar tranquilo al ver a la chica asentir con una sonrisa. Tal vez esta plática sería una lección para el futuro de Lucy. Aunque pensar que la chica se iría en un futuro para tener sus propias aventuras, lo ponía melancólico.
Sin duda ya se había encariñado y la veía como una de sus hijas. Incluso esperaba que en un futuro le diera lindos nietos con Ace como padre. Sonrió con aquel pensamiento.
Repentinamente, un estruendoso golpe sacudió el Moby Dick y terminó por sacarlo de sus pensamientos. Vio a Lucy quejándose en el suelo, por ese sorpresivo ataque.
Y al ver a Marco llegar con una expresión llena de seriedad, confirmó que ese sin duda, había sido un ataque planeado.
"Oyaji, se acercan tres barcos. Son lo suficientemente grandes como para confirmar una tripulación numerosa y todos tienen el mismo Jolly Roger".
Barbablanca asintió con seriedad, mientras se levantaba a paso calmado de su gran asiento. "Avisa a todos que estén preparados para una batalla".
Lucy se emocionó con la idea de poder pelear. "¿Puedo participar?" Preguntó con la mirada brillante.
Marco negó rápidamente. "Si fueran piratas comunes de este lado, te lo permitiría, pero estos sujetos vienen buscándonos desde el Nuevo Mundo y no son para nada como los esclavistas que derrotaron en Little Garden".
Barbablanca frunció el ceño al oír aquello. "¿Son los mismos piratas que estuvieron dando problemas a tus hermanos en el Nuevo Mundo?" Cuestionó con voz grave.
Marco asintió con seriedad. "Aparentemente tienen hombres suficientes para engañar a los demás", respondió. "Es por eso que te quedarás con las enfermeras en el área médica y en caso de ser necesario, protegerlas".
Lucy no quería estar en la enfermería. Ella quería ayudar en la batalla, sin embargo, por esta única ocasión, le haría caso a Marco. Después de todo, no quería que sus nuevas amigas sufrieran algún daño.
"Eso fue más fácil de lo que creí", murmuró Marco con sorpresa al ver cómo se iba sin pelear Lucy.
"Ella quiere pelear, pero se preocupa por tus hermanas" mencionó Barbablanca con una sonrisa de orgullo. "A decir verdad, me alegra que Lucy se lleve bien con la tripulación".
Marco conocía demasiado bien esa mirada en su padre. Siempre la hacía cuando quería adoptar formalmente un nuevo hijo en la tripulación.
Y aun cuando la chica le sacaba demasiados dolores de cabeza, Marco también estaba de acuerdo en que Lucy encajaba demasiado bien en la tripulación. Sin embargo, lo poco que pudo aprender de ella cuando Ace aún recordaba, era que a pesar querer a alguien, Lucy no era la clase de persona que dejaría de lado sus sueños y ambiciones.
Marco incluso podría afirmar que, si Lucy aceptaba quedarse con ellos, pondría cómo condición ser el capitán de la tripulación. Y sólo imaginar algo así, lo hacía reír en sus adentros.
"Será mejor ir a alistar las cosas".
Barbablanca asintió con una expresión llena de seriedad. Por alguna razón, tenía un mal presentimiento. Y no es que tuviera miedo, más bien, era algo como un tipo de advertencia.
Fijo su mirada hacia donde se encontraban los barcos, y luego miró el agua.
Algo estaba a punto de cambiar y no estaba completamente seguro si ese cambio sería de su agrado.
~.☸.~
La batalla era feroz y los piratas del bando enemigo, ni siquiera habían logrado subir al Moby Dick.
Con cada sacudida por los cañones disparados, la impaciencia de Lucy por salir a ayudar se hacía más grande. Sin embargo, no se atrevía a salir, porque en verdad le preocupaban las enfermeras.
Lucy no las había visto hacer otra cosa, más que atender al capitán y curar a los heridos y enfermos. Así que dudaba que pudieran defenderse en caso de un posible enemigo infiltrado.
"¿Alguien ha visto a Iris?"
Con la pregunta de Momo, todas las enfermeras, junto con Lucy, se miraron preocupadas.
Justo antes de que atacaran, Iris estaba en las habitaciones, atendiendo a dos tontos demasiado imprudentes que habían caído de una gran altura y terminaron con fracturas.
Normalmente no dejarían que sus pacientes estuvieran en las habitaciones, pero los necios decían sentir más seguridad en sus respectivas zonas de confort, que en la enfermería.
Iris por supuesto, fue la encargada de hacerles su chequeo y asegurarse que estuvieran tomando sus medicinas a tiempo. El problema era, que Iris no había vuelto y que era más seguro estar en la enfermería que en cualquier otro lugar del barco.
"¿Creen que este bien?" Preguntó Marie con preocupación. "Tiene mucho tiempo desde que se fue y posiblemente ya había salido de las habitaciones, cuando el ataque inició".
Tato apretó con fuerza sus puños. "Seguramente la habrán visto y la llevaron a un lugar seguro" mencionó con la esperanza de que así fuera. "Por ahora, nosotras no podemos hacer nada más que atender a los que vayan llegando".
Las demás enfermeras asintieron entre sí con expresiones preocupadas. Solo esperaban que Tato tuviera razón y que Iris no estuviera en peligro.
"Por si acaso llamaré a Marco para informarle".
Y justo antes de que Tato pudiera hacer la llamada, varios hombres entraron a la enfermería, ayudándose entre ellos. Las enfermeras se alarmaron al ver la cantidad de heridas sangrantes y rápidamente comenzaron con las labores del momento.
Lucy aprovecho esa distracción para salir e ir a buscar a Iris. Había visto la preocupación de las enfermeras y algo le decía que Iris no estaría tan bien como querían creer. Además, con varios hombres entrando a la enfermería, era poco probable que algo les sucediera a Tato y las demás.
Cuando salió, frunció el ceño al ver la cantidad de daños que habían. Muchos de los hombres que habían sido amables con ella, estaban bastante heridos. Pudo ver a Haruta e Izo peleando a la lejanía, a Thatch y Vista justo a unos metros de donde estaba ella e incluso pudo ver a Ace junto un extraño pájaro envuelto en fuego azul atacando los barcos enemigos. Todo, mientras el capitán Barbablanca veía con el ceño fruncido la batalla que se libraba en el barco.
Sin embargo, salió de sus pensamientos, para quitarse el sombrero de enfermera y colocarse el suyo en la cabeza. Y sin decir algo, comenzó a correr en dirección a las habitaciones.
Como su intuición le había dicho, era demasiado posible que Iris no estuviera del todo a salvo. Lo confirmó en cuanto entró al pasillo que daba a las habitaciones.
El lugar estaba hecho un caos. Tenía cortes y huecos humeantes en las paredes y techo. Incluso había sangre en el lugar.
Lucy se preocupó demasiado por el bienestar de Iris. Y comenzó a correr más rápido, en cuanto la escucho gritar.
Llegó justo a tiempo, para noquear al imbécil que estuvo a punto de dispararle.
"¿Estás bien?" Preguntó con preocupación.
Lucy pudo ver que la enfermera sostenía con su mano la herida sangrante en su otro brazo. Se preocupó más al ver que, aun así, la sangre se escurría y mancha a su antes pulcro vestido rosa.
"Lo estaré en cuanto llegue a la enfermería", respondió Iris entre lágrimas. "Los otros dos, sin embargo, no lo lograron".
Iris se lamentaba no haber podido hacer algo. Esos dos tontos a pesar de sus lesiones, habían hecho de todo para que ella pudiera escapar con vida y advertirles a los demás que habían enemigos en el barco. Pará su mala suerte, la alcanzaron y le hicieron un grave corte en el brazo izquierdo.
Iris estaba agradecida de que Lucy llegara a tiempo para salvarla, pero también le preocupaba que estuviera en un lugar peligroso como ese.
"¿Puedes seguir caminando?" Lucy se acercó a la enfermera para ayudarla a ponerse de pie. Le preocupaba, porque esa no era una cantidad normal de sangre.
"Estoy bien. Debemos apresurarnos para advertirles a los demás de que hay enemigos en el barco".
Lucy asintió insegura. "Creo que deberías aprovechar el material médico para evitar perder más sangre", le sugirió preocupada.
Iris sólo negó. "No hay tiempo para eso", respondió.
Lucy solamente suspiró, mientras trataba de recordar cómo hacía Sabo cuando ella quedaba herida de esa manera. Tomó entre sus manos una venda y varias gasas y sin pedir permiso, agarro el brazo de Iris.
La enfermera quiso replicar, pero se quedó en silencio al ver la mirada llena de advertencia de Lucy.
Ciertamente le sorprendió ver que la chica torpe, despistada y demasiado problemática, pudiera hacerle un perfecto torniquete en el brazo. Estaba apretado, lo suficiente para sostener las gasas que evitaban que siguiera desangrándose, pero no lo suficiente para quitarle movilidad.
"¿Dónde aprendiste a hacer esto?" Cuestionó sorprendida. No era un trabajo profesional, pero era bastante aceptable.
"Por allí", respondió Lucy con una sonrisa. "Ahora si podemos ir con el Capitán Pops y Piña-nii".
Iris asintió con sorpresa, mientras sentía como Lucy le agarraba la mano buena y comenzaba a correr con ella.
Solo después de unos minutos corriendo, sintió como se detenía la chica y ella chocaba con la espalda de Lucy. Se preocupó al ver a Lucy prepararse para una pelea y justo frente a ellas pudo ver a un hombre de gran tamaño y bastante musculatura.
"Ese hombre lleva un tatuaje del bando enemigo", mencionó Iris en murmullo. "Ten cuidado Lucy, porque son bastante fuertes".
Lucy asintió en silencio, mientras miraba con rencor al hombre. Ese tipo era parte de la tripulación que habían matado y herido a los nakamas del capitán Pops y ella no estaba dispuesta a dejar pasar esas graves faltas.
El hombre sonrió al ver como la chica corría hacia él. Llevándose la enorme sorpresa, de que la mocosa no era una enfermera común y corriente.
El golpe logró mandarlo algo lejos de las mujeres, pero no lo suficiente para dejarlo noqueado o afectado.
"¡Maldita mocosa!" Escupió con odio. "Acabare contigo y tu amiguita".
Lucy por su parte, se acercó a Iris, y sin dejar de ver a su oponente, le dijo:
"En cuanto veas una brecha, corres a avisarle a alguien lo que está pasando".
Iris se alarmó ante esa sola idea. "¡No puedo abandonarte con ese!" Exclamó en voz baja.
Lucy solamente negó. "Si no lo haces nos matara a ambas", respondió rápidamente. "Algo me dice que este tipo no es alguien tan fácil de derrotar y temo que tu termines más herida que yo".
Iris lo pensó mejor. El sujeto al que Lucy derrotó antes, había usado haki de observación avanzado para evitar los ataques de los hombres a los que mató, pero lo que hizo fue aprovecharse de las heridas de sus hermanos y su debilidad ante las peleas. Aun así, Lucy lo había sorprendido con rapidez y fuerza, así que no era tan fuerte como ella había creído.
Sin embargo, el hombre que les obstruida el paso, era totalmente diferente. Tanto que la propia Lucy lo sentía.
"¿Quién eres realmente?" Exigió saber Iris con enojo.
Tanto ella, como Lucy, pudieron ver cómo el hombre las miraba con escudriño. Casi como si estuviera analizando a cada una.
"Puedo decir que los piratas de Barbablanca son tan patéticos que no se dieron cuenta el momento en el que aborde su patético barco".
Iris se sintió ofendida y furiosa con esas palabras. "¡No te atrevas a hablar mal de Oyaji y mis hermanos!" Ordenó furiosa.
"Así que la rojita tiene agallas y yo que creí que la mocosa era la única valiente" mencionó el hombre entre risas llenas de burla. "Preguntaste quién soy. Bueno, temo decirte que soy el capitán de la tripulación que acabará con ese maldito vejestorio al que llamas capitán".
Y justo después de decir aquello, Iris pudo ver como Lucy era lanzada lejos debido a una patada del hombre. Temió por Lucy, puesto que aquel hombre había usado haki de armamento y le había dado en el rostro.
"¡Lucy-chan!" Iris grito con preocupación.
Estuvo a punto de ir a ayudar a la chica, pero sintió un golpe que la aturdido demasiado. Cayó al suelo, y supo que se desmayaría en cualquier momento. Lo último que vio, fue al hombre sacar un Den Den Mushi bebé del bolsillo de su chaqueta.
"¿Qué es lo que quieres?" Preguntó con furia.
'Jefe, parece ser que debemos reagruparnos e idear un mejor plan. Marco el Fénix y Puño de fuego Ace ya han hecho daños considerables a nuestros barcos'.
El hombre solamente chasqueo la lengua con disconformidad. No había pensado que fueran tan fácilmente apaleados. Sin embargo, vio una oportunidad de poner la balanza a su favor, en cuanto vio a la chica del sombrero de paja, levantarse, dispuesta a proteger a su compañera.
"Dile a los demás que estén preparados para salir. Y que se preparen para la ocasión, porque tendremos un par de invitadas".
'Entendido Jefe'.
Lucy por su parte, estaba furiosa con ese hombre. El sujeto había lastimado a Iris e insultado al capitán Pops y su tripulación.
Y justo cuando iba a atacar, sintió un pinchazo en el cuello. Miró hacia atrás y frunció el ceño al ver al hombre que antes había noqueado, sonriéndole de manera malvada.
"Normalmente no soy de drogar a mis enemigos, pero por lo general, los rehenes nos sirven si todavía están vivos o lo suficientemente bien para poder gritar de dolor para ejercer presión".
Lucy trató de golpear al idiota, pero por alguna razón, comenzó a sentirse estúpidamente mareada. Más de lo que ese golpe la había dejado. Pudo ver al par de enemigos reír, mientras cargaban a Iris.
Y sólo cuando sintió que la alzaban a ella, terminó por quedar inconsciente.
Pero de algo estaba completamente segura. Una vez que logre despertar, les daría una buena paliza a esos estúpidos.
Esa era una promesa y Monkey D. Lucy siempre cumplía sus promesas.
~.☸.~
Ninguno de los miembros de la tripulación de Barbablanca se veía contento. De hecho, nadie hablaba, más que para pedir apoyo en alguna labor para ir más rápido y llegar a tiempo a la isla que habían acordado con aquellos piratas imbéciles.
Las enfermeras estaban alteradas, y nadie podía decir algo para animarlas, considerando que habían fallado con el deber de mantenerlas a salvo. Lo peor era saber que el enemigo se había infiltrado y ni siquiera se habían dado cuenta, hasta que no fue demasiado tarde.
Dos de sus hermanos habían muerto. Habían varios heridos y tanto Iris como Lucy habían sido raptadas.
Era oficial: Barbablanca estaba furioso y con una incontrolable sed de sangre.
Nadie en su sano juicio se atrevía a tocar a uno de los hijos del hombre más fuerte y esos idiotas no solo se habían conformado con matar a dos, sino que, además, se habían atrevido a llevarse a otras dos. Ellos sin duda alguna habían elegido el camino de la muerte.
"Hijos míos, prepárense para traer de vuelta a sus dos hermanas".
Y ninguno se atrevió a llevarle la contra a su capitán y padre. Todos estaban completamente de acuerdo con lo dicho y más que dispuestos a recuperar a Iris y Lucy con bien.
"Resiste un poco más Lucy".
Ace estaba demasiado preocupado. Había visto la imprudencia de su novia cuando se trataba de pelear para proteger. Esperaba que Lucy fuera lo bastante inteligente para esperar ayuda, pero algo le decía que ese no sería el caso.
Tal vez por eso quería que el barco fuera más rápido para llegar, pero no lo era y eso lo estaba desesperando.
Si no fuera porque los tipejos esos les habían retado y acordado verse en esa isla, él ya hubiera subido a su Striker para llegar en un dos por tres. Pero con Iris y Lucy como rehenes, lo mejor era hacer las cosas al modo del enemigo.
~.☸.~
Lucy despertó completamente desorientada, solo para darse cuenta de que estaba atada a un viejo mástil de madera. Fijó su mirada hacia un lado y se encontró con Iris aún inconsciente. Se preocupó al ver un moretón en su mejilla izquierda y un punto de sangre en el vendaje de su brazo.
Mantuvo la calma y miró todo a su alrededor. Cuando no vio a nadie, su mirada regresó a Iris.
"Iris... Despierta Iris".
La nombrada, poco a poco fue despertando, aunque sentía demasiado dolor en el cuerpo. Su cabeza le daba vueltas y sentía que los oídos le zumbaban con fuerza.
"¿Qué sucedió? ¿Dónde estamos?" Preguntó en murmullo. Se sentía completamente perdida y casi no recordaba lo que había sucedido antes.
"No sé dónde estamos, pero si te puedo decir que unos estúpidos nos trajeron a este lugar", respondió Lucy con seriedad. "No los veo por ningún lado, así que trataré de liberarnos".
Iris asintió con calma. "Date prisa".
Lucy asintió en silencio, mientras estiraba su mano para alcanzar los nudos de la cuerda. Fue astuto <<aunque no lo había pensado de esa manera>> que no hubiera usado sus poderes de goma. Si lo hubiera hecho, seguramente la hubieran atado con esa estúpida piedra marina.
Sonrió con satisfacción cuando logró liberarlas de las ataduras, pero no pudo celebrarlo, cuando se sintió un temblor.
"Supongo que Oyaji y los demás han llegado", murmuró Iris en voz baja. "Estos tipos están más que muertos, si han logrado que Oyaji use sus poderes".
"Entonces debemos darnos prisa para salir y no ser usadas como escudo" mencionó Lucy, mientras ayudaba a Iris para que se pusiera de pie. "También debemos llevarte con Tato y las demás para que te curen".
Lucy estaba completamente preocupada por Iris. La pelirroja estaba completamente pálida por culpa de la pérdida de sangre y su piel se sentía algo más caliente de lo normal. También estaba el moretón en su mejilla y el corte que no había notado en su frente.
Se sentía completamente inútil por no poder ayudar como debía. Y juraba que desde ahora cumpliría su promesa y llevaría a Iris al barco del capitán Pops.
"No lo había notado, pero este barco parece ser demasiado viejo y estar muy dañado".
El comentario de Iris sacó a Lucy de sus pensamientos. Miró con más detalle el lugar y vio que era verdad lo que la pelirroja decía. El barco era viejo y estaba dañado, incluso tenía un enorme agujero en una de sus paredes, donde podían apreciar a la perfección la batalla que se estaba dando en la isla.
También noto que habían varios cofres con oro y joyas y un solo cofre cerrado, justo en medio de todos los tesoros.
"Estos tipos ni siquiera se preocuparon de tomar los tesoros. Solo nos ataron aquí, para pelear con el Capitán Pops", dijo Lucy con seriedad.
"Seguramente confían demasiado en ser los vencedores", mencionó Iris con rencor. "Si utilizan rehenes y matan heridos, entonces no pueden esperar ganar. Menos si con eso hacen enojar a Oyaji".
"Será mejor irnos antes de que alguien venga".
Al ver que Iris estaba de acuerdo, Lucy la ayudó a salir de aquel barco a paso calmado. Pero el problema era ver que el barco no estaba del todo en la isla. De hecho, estaba justo encima de varias piedras.
Lucy bien podría cargar a Iris y lanzarse hacía la isla, pero temía lastimarla más de lo que ya estaba.
"Iris ¿Crees poder resistir que nos catapulte a la isla?" Cuestionó con preocupación. Porque de no poder aguantar, tenía que dejarla e ir por ayuda y ella no estaba tan dispuesta a dejar a la pelirroja en sus condiciones.
Iris asintió con una sonrisa. "Parece grave, pero no lo es. En cuanto lleguemos, Tato y las demás me dejaran como nueva y podré tener unas breves vacaciones", respondió sonriente. Claro, no es como si quisiera tener tiempo fuera por sus heridas, pero tenía que decirlo de una manera en la que no preocupe más a la chica del sombrero de paja.
Iris pudo respirar tranquila, en cuanto vio a Lucy asentir con una sonrisa. La vio agarrarse de lo más firme que tenía el barco y estirarse lo más que podía.
"Sujétate de mí cuello lo más que puedas y no vayas a soltarte".
Iris asintió dudosa y ahora, luciendo más desconfiada que antes. Ya había visto a Lucy utilizando esa técnica y francamente, esperaba que no la lastimara más de lo que ya estaba. Respiro profundo y se preparó mentalmente, mientras pedía a Dios salir viva para contar su nueva experiencia en el campo de batalla.
"Ya estoy lista" mintió en murmullo. Pero era mejor apresurarse, antes de que alguien viniera.
Lucy asintió sonriente, mientras apuntaba mejor hacia donde quería que cayeran. "¡Gomu Gomu No Rocket!"
Iris repentinamente sintió que se le salía el alma con tan fuerte grito que soltó. Definitivamente no era lo mismo haber visto a Lucy haciendo la técnica, que estar con Lucy volando por los aires. Y ni siquiera en pensar en su caída, porque eso ya era historia aparte.
Por supuesto, Lucy se aseguró de inflarse para que ella no cayera en el suelo, pero ahora sentía su piel fría debido al tremendo susto que se había llevado.
"¿Estás bien Iris?" Le pregunto a la pelirroja con preocupación.
La pelirroja asintió con una sonrisa nerviosa. "Debo admitir que fue algo aterrador, pero gracias a ti, no pasó más que un susto y posiblemente un nuevo trauma por las alturas".
"¡Oh! ¡Está bien!"
Iris soltó un suspiró al ver que Lucy ni siquiera parecía ofendida con su respuesta. Aunque le pareció algo gracioso que le respondiera de esa manera tan casual.
Y aunque quisiera detenerse y descansar, no había tiempo para eso. La isla tembló nuevamente, lo que indicaba una batalla justo al otro lado.
"¿A dónde creen que van?"
Tanto Lucy como Iris se alarmaron al escuchar una voz familiar y no muy agradable. Ambas miraron al hombre que tenían enfrente.
Lucy no estaba dispuesta a dejar que ese hombre volviera a tomarla con la guardia baja para inyectarle cosas raras y hacerla dormir, así como tampoco estaba dispuesta a dejar que le hicieran más daño a Iris.
Sin embargo, Lucy terminó por prepararse para una batalla, en cuanto otro hombre llegó.
No era el mismo que la mandó a volar de una patada, pero era igual de grande y musculoso. Con una horrible cara de matón, por donde lo viera.
"Iris, esto no está a discusión. Debes ir por ayuda, mientras yo me encargo de distraerlos".
La pelirroja nunca había visto tanta seriedad en el rostro de la chica. Lucy siempre tenía una enorme sonrisa en el rostro y parecía no tomarse las cosas en serio. Pero ahora, podía ver a alguien totalmente diferente y con las claras intenciones de mantenerla a salvo.
Aun así, Iris no estaba dispuesta a dejar sola a Lucy. Y menos cuando podían hacerle daño o incluso matarla.
"¡No puedo dejarte sola!" Respondió rápidamente.
Lucy solamente la miró con severidad. "¡Tienes que hacerlo!" Respondió de forma autoritaria. "De lo contrario, nos matarán a ambas. Además, yo sé pelear e incluso puedo aguantar el dolor. Estoy completamente familiarizada con las torturas y el dolor físico, tu no. Así que debes hacer lo que digo y correr para pedir ayuda".
Iris solo pudo ver con sorpresa a Lucy. Sabía que la chica podía soportar el dolor, después de todo, la misma Lucy les había contado el incidente del oso, pero de donde salía el tema de la tortura.
Monkey D. Lucy tenía todavía más cosas para contar y no estaba tan segura si realmente quisiera saber ese lado oscuro de la historia.
Sin embargo, la chica del sombrero de paja tenía razón, debía correr o de verdad sería un estorbo. Ella solamente sabía curar, pero Lucy era mejor peleando y defendiendo. Aguantaría muchísimo mejor que ella una batalla.
"¡Volveré con ayuda!" Afirmó, mientras comenzaba a correr hacía donde podía ver el Moby Dick.
"Ni siquiera lo pienses, perra".
El hombre robusto no era tan lento como parecía, y en seguida corrió hacía Iris. Justo antes de que alcanzará a la enfermera, Lucy se preparó para una pelea de resistencia.
"¡Gear Second!"
El hombre se sorprendió al ser lanzado lejos de la enfermera. Tanto él como su compañero vieron con sorpresa a la chica del sombrero de paja, quien ahora tenía la piel de un color rojo brillante y humo saliendo de su cuerpo.
"No dejaré que toquen a Iris".
"No dijeron que la mocosa era usuaria de una fruta del diablo", mencionó el hombre musculoso, mientras se ponía de pie de manera tambaleante.
"Ella no había usado sus poderes contra el jefe", respondió el otro con seriedad.
"Aun así, debemos quitarla del camino o los malditos Barbablanca no solo tendrán ventaja, sino que también se quedarán con el tesoro que encontramos".
El otro solamente asintió, mientras sacaba varias agujas de un estuche. Ambos hombres estaban dispuestos a matar a esa mocosa e ir por la otra mujer. Ninguno iba a permitir que Barbablanca saliera victorioso en esa pelea.
~.☸.~
Apenas llegaron a aquella isla, comenzaron a moverse. Tato, las enfermeras y los médicos de la tripulación se quedaron en el área médica, preparados en caso de que Iris y Lucy estuvieran heridas.
Todos los hombres de cada división, tuvieron que quedarse en el Moby Dick, mientras su padre y capitán dejaba el barco para situarse en la isla, tal y como lo había demandado el capitán de la tripulación enemiga.
Mientras tanto, Marco, se quedaba vigilando que la batalla fuera lo suficientemente justa desde el aire. Después de todo, no podían confiar en gente que se había atrevido a llevarse a parte de su familia.
Para disgusto del resto de los comandantes, ellos fueron separados para buscar a Iris y Lucy. Y no es que no quisieran encontrar a las chicas completamente ilesas, más bien, les preocupaba que ese tipejo tuviera más planes bajo la manga y le hiciera daño a su capitán.
Thatch y Ace fueron mandados justo del otro lado de donde estaban, que era exactamente el Sur. Mientras que Namur y Vista iban hacía el extremo Este y Haruta e Izo hacía el extremo Oeste. Todos sabían que Marco y los demás se encargarían de que no hubiera más trampas por parte de los enemigos. Aunque, aun así, se preocupaban por lo que pudiera pasar.
Esos hombres habían demostrado ser lo suficientemente astutos como para entrar a su barco, sin que se dieran cuenta.
"He hecho lo que me has pedido, así que espero y seas lo suficientemente hombre y cumplas con tu palabra".
Barbablanca miró con indiferencia al hombre frente a él. Obviamente se había dado cuenta de los hombres que estaban en los alrededores con todas las intenciones de atacar en el momento en que su capitán les diera la orden. Sin embargo, Barbablanca y sus hombres ya estaban preparados de ser el caso.
"No se preocupe, que pienso cumplir mi palabra", respondió el hombre con presunción. "¡Le di mi palabra de que acabaría con su miserable vida!"
Y al decir esas últimas palabras, el hombre comenzó a tomar forma entre un humano y una especie de ave.
"Así que eres consumidor de una fruta del diablo", Barbablanca ahora podía ver porque ese hombre había podido entrar y salir de su barco sin ser detectado. Incluso supo cómo pudieron derrotar a Lucy.
Los tipos sabían usar haki o al menos el capitán parecía ser experto en el tema. Y un usuario de una fruta zoan era más peligroso con entrenamiento en haki.
Lucy aún no estaba lista para esa clase de enemigos. Tal vez en un futuro no tan lejano, pero no en esos momentos. Y sin duda le preocupaba que la chica se desanimara por haber perdido y haberse dado cuenta de lo débil que aún era. Aunque si lo pensaba, lo más probable sería que quisiera entrenarse para ser más fuerte lo más rápido posible. Barbablanca sonrió orgulloso con ese pensamiento.
"Dejemos la charla. Ahora será mejor que sus patéticos hombres se preparen para hacerle un entierro".
Y justo antes de que el hombre lo tocará siquiera, Barbablanca le dio un puñetazo con su habilidad activada al mínimo. Eso mandó lejos al capitán enemigo y con una severa fractura en la quijada.
"Mocoso iluso, eres cien años demasiado joven para creer que puedes enfrentarme y salir victorioso", espetó severo. "Cómo recordarás, soy el hombre más fuerte del mundo y no me gane ese título solo porque sí".
El capitán enemigo se puso de pie de manera tambaleante, mientras dirigía una mirada llena de odio hacia Barbablanca. Escupió una anormal cantidad de sangre y se dispuso a seguir peleando.
Él iba a ganar esa batalla. Después de todo, aún tenían dos rehenes para ejercer presión.
~.☸.~
Los dos hombres admitían que esa enfermera sabía pelear. Incluso tenía demasiada fuerza como parecer una principiante del todo.
Tal vez tenían haki, pero no eran tan buenos como su capitán y tampoco dominaban dos tipos de haki.
Tenían que estar juntos para hacer uno. Mientras que el más grande entre los dos sabía usar haki de armamento, el otro sólo sabía usar haki de observación. Sin embargo, al más flacucho no le servía de mucho tener haki de observación avanzado, si no era bueno en peleas y mucho menos lo suficientemente rápido para evadir la anormal velocidad de la chica.
"¡Gomu Gomu No Jet Pistol!"
Y solo eso basto para romperle la cara al más flaco y hacer un agujero en el suelo donde quedó completamente imposibilitado.
"Veo que eres fuerte" dijo el grandulón con cautela. "¿Qué clase de fruta comiste?" Preguntó. Tenía que ser alguna logia o incluso podría ser zoan como para hacerle esos cambios a su cuerpo.
La chica tenía demasiada fuerza y velocidad. Y eso había cambiado de un momento a otro.
Dudaba que su capitán se hubiera equivocado, así que la chica del sombrero de paja no había mostrado sus poderes, ni habilidades o podía ser que su capitán no le hubiera dado el tiempo suficiente para hacerlo.
"Me comí la Gomu Gomu No Mi. Soy una mujer de goma que te pateará el trasero", respondió una jadeante Lucy.
De los dos, ese hombre era el más fuerte, ella podía saberlo con tan sólo verlo. Tal vez sea lento, pero era bueno peleando y tenía esa rara cosa del haki que le impedía lastimarlo.
"Una simple paramecia" murmuró sin creer aquello. "¡DE NINGUNA MANERA!"
Dejaría de ser un pirata si una mocosa con la habilidad más absurda lo derrotaba. De ninguna manera ser de goma podía ser lo suficientemente útil como para derrotarlo.
Lucy apenas y tuvo tiempo de esquivar la patada de aquel hombre. Toda la pierna del tipo estaba cubierta de haki de armamento y había dejado un enorme agujero donde ella había estado parada.
Parecía que había juzgado mal y el hombre no era lento en lo absoluto. De hecho, era más rápido de lo que imaginaba, tanto como para hacerle frente a su Gear Second.
Tampoco tuvo tiempo para seguir pensando, cuando el hombre siguió tratando de golpearla tan rápido y sin un indicio de cansancio. Contrario a ella, que su técnica ya le estaba pasando factura con demasiada rapidez.
"No podrás vencerme mocosa. No sería el segundo al mando si me derrotaran tan fácilmente".
Ahora podía entender por qué era tan habilidoso. Después de todo, si el capitán era fuerte, el segundo al mando debía serlo igual.
Aun así, ella no tenía pensado dejarse vencer nuevamente. Estos tipos no sólo habían matado a dos buenos hombres, también habían lastimado a Iris y habían insultado al capitán Pops y a todos en su tripulación. Y ella no iba a tolerar aquellas terribles faltas.
Así que en lo que esquivaba, comenzó a pensar en una manera de parar a ese tipo de una vez por todas.
El hombre era rápido en tierra, pero pudo notar que su cuerpo lo era, más no su manejo en el haki de armamento. Ella había notado que cada que iba a cambiar de lado el haki de armamento, le tomaba bastante tiempo hacerlo.
Así que, si lo estaba utilizando en la pierna y quería llevarlo al brazo, tomaba unos segundos que ella bien podría aprovechar. Si su teoría era correcta y aprovechaba que el hombre lo estuviera usando en la pierna, podría darle un buen golpe en la cabeza para dejarlo imposibilitado.
Pero nuevamente estaba el problema de su rapidez. Y contando que ella ya se estaba agotando, no veía una manera de lograr aquello.
Solamente cuando sintió un fuerte golpe que la dejó sin aire, fue que recordó las palabras de Tato. Tal vez no era la manera de recordar algo útil o incluso para ingeniárselas para hacer otra técnica, pero al menos sirvió de algo tener el vientre completamente adolorido y estar escupiendo sangre. Nada que un poco de carne no arregle después.
"Dices que no podré derrotar te imbécil, pero hay algo que debe quedarte muy claro", Lucy se sacudió el polvo de la ropa que amablemente le habían confeccionado para no tener que usar un vestido, para después acomodar como se debe su sombrero de paja. "Tú eres el que no puede vencerme. Yo no puedo perder contra alguien tan canalla como tú o tu capitán. ¡Yo soy la mujer que se convertirá en el próximo rey pirata!"
El hombre iba a comenzar a reír con esas absurdas palabras, pero la chica ni siquiera le dio tiempo. Por alguna razón se había vuelto más rápida, tanto que le asestó un golpe a su estómago y lo mandó a volar por los aires.
Obviamente no iba a dejarse amedrentar, así que se preparó para volver a tierra y eliminar a la mocosa. Algo que no le dio tiempo, cuando la chica regresó a su estado normal y llevó su pulgar derecho a su boca.
"¡Gear Third!"
El hombre abrió anormalmente sus ojos, cuando vio que la mano de la chica se inflaba a proporciones totalmente inhumanas. Ella ya se había dado cuenta de su nula velocidad en el aire y su lento manejo en el haki. Quiso cambiar el haki de armamento para proteger su cráneo, pero el golpe fue más rápido que sus habilidades.
"¡Gomu Gomu No Giant Pistol!"
Una vez que confirmó haber derrotado a ese intento de pirata, Lucy comenzó a desinflarse como si fuera un simple globo. Se sorprendió al darse cuenta de lo pequeña que era ahora y lo agotada que aparentemente estaba, puesto que cayó al suelo sin poder moverse y respirando de manera agitada.
"¿Lucy-chan?"
La pequeña Lucy miró hacia los árboles, encontrándose con un rostro demasiado agradable. Sonrió, mientras alzaba con mucho esfuerzo su puño y sonreía con cansancio.
"Shishishi... Los derroté yo sólita".
Y vaya que le había costado hacerlo. Al menos ahora, Iris estaba a salvo.
~.☸.~
Ace y Thatch se preocuparon al escuchar demasiado ruido y justo hacía donde se estaban dirigiendo.
Parecía que había una feroz batalla y ambos sospechaban que Lucy era la principal causante. Algo que confirmaron al ver a Iris corriendo hacia ellos, siendo seguida por varios hombres de la tripulación enemiga.
Ninguno de los dos tuvo piedad con esos hombres. Ambos estaban furiosos al ver las heridas de la enfermera pelirroja y preocupados por el estado de la más joven y problemática en la tripulación.
"¿Dónde está Lucy?" Preguntó Ace rápidamente.
"Más adelante. Hay un barco viejo que aparentemente naufragó. Ella no pudo avanzar, porque dos hombres nos obstruyeron el paso y decidió quedarse a distraerlo para que yo pidiera ayuda".
Iris estaba más preocupada que antes. No era tonta, ese escándalo detrás de ella significaba que Lucy había comenzado a pelear. Solo esperaba que Lucy aguantara el tiempo suficiente.
"Yo iré por ella".
Ace estaba a punto de replicar, cuando más hombres de la tripulación enemiga llegaron.
"Será más rápido si llevas a Iris al barco y regresas" mencionó Thatch, mientras cortaba a varios de sus enemigos. "Además, no pienso dejar que nada malo le suceda a Lucy-chan, ¿puedes confiar en tu Nii-chan?"
Ace le dio una mirada llena de reproche al oír lo último. No era momento para que Thatch se llamará a sí mismo de esa manera y tampoco estaba para bromas. Sin embargo, asintió, mientras cargaba a Iris y comenzaba a correr de regreso.
Si se apresurada, podría llegar justo a tiempo para hacer pagar a esos imbéciles.
"¡Más te vale que me dejes algo para desquitar mi furia!" Gritó, mientras corría.
Thatch borró su sonrisa y en su lugar una mirada asesina reemplazó la usual alegría. "No prometo nada hermanito".
Ace pudo asentir satisfecho con lo que vio. Si había algo que no debían hacer sus enemigos era hacer enojar a alguien tan alegre como Thatch.
Por lo general el chef era sumamente alegre y gustaba hacerle bromas a todo el mundo, pero cuando se ponía serio, era realmente un problema para sus rivales. Era como si fuera otra persona totalmente diferente.
Ace sin duda alguna, contaba con Thatch para que Lucy saliera a salvo de esa batalla.
Una vez que Thatch vio que Ace comenzaba a desaparecer de su campo de visión, comenzó a correr a la dirección de donde había llegado Iris.
Conforme se acercaba, más fuertes se hacían los sonidos de golpes. Se preocupó y enojó aún más de lo que ya estaba. Si Lucy estaba grave, juraba que mataría de la manera más horrenda a esos malnacidos.
O eso es lo que estaba planeando, hasta que vio un enorme puño caer, y justo después escuchó el grito nada varonil de lo que creía que era un hombre.
"¡¿Qué fue eso?!"
Aceleró el paso, con la esperanza de que Lucy no hubiera sido herida y cuando por fin llegó, se asombró que la dueña de ese enorme puño era la mismísima Lucy, quien una vez confirmó haber ganado, se desinflo como si fuera un globo.
"¿Lucy-chan?"
La chica de por si era adorable en su tamaño normal, pero justo ahora, del tamaño de una niña pequeña, Thatch juraría que tendría un sangrado nasal con tanta ternura.
Pero ese no era el momento. Lucy lo miró, con una versión cansada de su sonrisa habitual y levantó con demasiado esfuerzo su puño.
"Shishishi... Los derroté yo sólita".
Thatch asintió, mientras se acercaba completamente apresurado a verificar el estado de Lucy. No era médico, pero algo podría hacer.
Le preocupaba que tuviera sangre en la cara, especialmente en la zona de la frente y en la boca. También respiraba de manera agitada, lo que lo puso a pensar en que tal vez tuvo que recurrir a usar su nueva técnica y crear otra para derrotar al tipejo enorme.
"¿Estás bien?" Preguntó preocupado.
"Cansada y algo adolorida. Aunque mayormente hambrienta", respondió con cansancio, mientras regresaba a su tamaño normal. "Tengo otra técnica, aunque me falta mejorarla para no encogerme".
Thatch estuvo de acuerdo con eso. "Y también te conseguiste un buen tesoro", le dijo en broma, mientras señalaba el viejo barco.
"Esas cosas no me importan" mencionó con un mohín. "Pelee para que Iris pudiera escapar. Esos estúpidos la lastimaron y los insultaron, así que tuve que darles una paliza" dijo con voz severa.
"Y te agradezco eso", respondió Thatch con una calmada sonrisa. "Hiciste todo esto a pesar de que tú tienes tu propia tripulación".
"Lo hice porque ustedes me agradan y porque le dieron a Ace un lugar al cual llamar hogar", respondió Lucy como si nada.
Thatch se llevó ambas manos al pecho. "Harás que me dé un ataque" dijo dramáticamente. "Con más razón, creo que deberías quedarte con el botín de ese barco. Tal vez incluso puedas usarlo para construir tu propio barco".
Lucy lo pensó detenidamente. Podía ser que la amable amiga de Usopp les hubiera entregado el Merry, pero había estado viajando bastante como para no darse cuenta de que Merry no llegaría hasta el final. Aun así, Merry se había vuelto parte importante en la tripulación.
Pero pensándolo bien, Thatch tenía razón y si con ese dinero pudiera tener un barco listo en el Grand Line, ayudaría muchísimo en el futuro.
"Supongo que guardaré el botín para más tarde, aunque me pareció ver un cofre que sobresalía de los demás. Thatchy, quiero que lo conserves para ti".
Thatch negó apresuradamente. "Es tuyo. Te lo ganaste", respondió.
Lucy sólo hizo un mohín, mientras negaba. "Es tuyo y punto final", respondió. "Algo me dice que lo que hay dentro no me pertenece".
Thatch repentinamente sintió que el viento le callaba hasta los huesos. Casi como si fuera una advertencia de que algo pasaría.
"Supongo que no tengo otra opción entonces", mencionó con una cansada sonrisa. "Por lo pronto, te llevaré al barco y luego vendré con ayuda para llevar tu primer botín ganado al Moby Dick". Y sin darle a Lucy alguna oportunidad de replicar en contra, Thatch se agachó lo suficiente para que la cansada chica se subiera a su espalda. Algo le decía que Lucy no se quedaría callada si la cargaba en brazos y parece que tuvo razón, considerando que la chica se subió sin decir nada, aun cuando parecía completamente agotada.
"Muy bien señorita, es hora de volver a casa".
Lucy sonrió de acuerdo con esas palabras. Puede que no tuviera las intenciones de quedarse en la tripulación en el futuro, pero ya veía a la numerosa tripulación del capitán Pops como una familia con la cual regresar.
~.☸.~
Las cosas en el Moby Dick habían regresado a su habitual normalidad. Tanto Iris como Lucy habían sido atendidas de sus numerosas heridas.
Obviamente Iris era una paciente de lo más responsable, aunque eso no era algo raro, considerando que se trataba de una enfermera y quería dar el ejemplo. Contrario a Lucy, a quien le ordenaron reposo absoluto y chequeos diarios para estar completamente seguros de que esas dos nuevas técnicas no fueran perjudiciales para su salud.
Sin embargo, una vez que le dieron de comer, Lucy fue directamente al comedor, donde pidió más comida para <<según ella>> mejorar al cien por ciento.
"¿De dónde sacaste la idea de que con comer sanas las heridas?" Cuestionó Marco con severidad.
"Pues es muy obvio tonto Piña-nii, si te sientes mal comes y mejoras, así es después de todo", respondió Lucy como si fuera lo más obvio del mundo.
"¡ASÍ NO ES COMO FUNCIONA EL CUERPO HUMANO!" Gritó Marco con exasperación.
Sin embargo, Lucy ni siquiera le prestó atención. En su lugar, le agradeció a Thatch por la enorme cantidad de comida que le había llevado a su mesa y comenzó a comer como si no hubiera un mañana.
"Ella está bien por el momento y tampoco va a hacerte caso Marco" mencionó Thatch con diversión. "Lo mejor que podemos hacer, es vigilar que no tenga alguna recaída", esto último lo dijo, mientras miraba a un preocupado Ace.
"Lo dejaré pasar por ahora", y Marco no tuvo más opción que estar de acuerdo con esas palabras. "Por cierto, ¿ya viste lo que contiene ese cofre?"
Thatch sabía que sus hermanos de tripulación habían estado completamente interesados en el contenido de aquel cofre misterioso. Aunque habían algunos que eran envidiosos, considerando que Lucy sin más le había entregado ese cofre a Thatch.
Aun así, todos estaban contentos de que la chica no hubiera estado tan herida como la pobre de Iris. Incluso sentían orgullo al saber que había peleado y ganado para defender el honor de su capitán y la tripulación.
"Ahora que lo mencionas, estuve ocupado en la cocina, pero puedo abrirlo para saciar la curiosidad de todos los chismosos del lugar", respondió Thatch, mientras veía con burla a todos esos hermanos suyos.
Todos vieron con reproche al comandante de la cuarta división, aunque ninguno dijo lo contrario. Ellos sin duda alguna sentían curiosidad sobre el contenido de aquel cofre.
Se sintió demasiado lenta la manera en la que Thatch abrió el cofre. Incluso se había ganado la atención de Lucy y el capitán Barbablanca y para cuando por fin el contenido quedó a la vista de todos, el lugar quedó en completo silencio.
Thatch solo frunció el ceño, mientras que los usuarios de frutas del diablo, reconocieron inmediatamente que esa era una fruta del diablo, la pregunta correcta sería:
¿Qué fruta del diablo era esa?
Claro que nadie se percató de la mirada maligna de Marshall D. Teach. Esa sin duda alguna era la Yami Yami No Mi.
Su plan había comenzado a tomar rienda suelta.
Ya era hora de tomar lo que era suyo y nada ni nadie se lo iba a impedir...
Continuará...
~°ɞ°~ღ~°ɞ°~
NOTAS: Y eso ha sido todo por este capítulo. Si les gustó, les agradecería que me lo hicieran saber con sus lindos comentarios :3
Wow, capítulo largo. Al parecer, las peleas entre otras cosas, tendrán más palabras de lo usual :D
Próximo capítulo... Extra II: "La Inocencia Y Su Día Especial", donde Ace y Sabo quieren hacerle entender a su hermana que de una u otra manera no la abandonarían y que mejor que aprovechar ese día en especial...
Les doy una pista de ese regalo... Tiene que ver con uno de los dibujos que hice :3
En fin, nos leemos pronto...
Chau chau (^3-)/
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