"La Inocencia Viste De Polizón"
NOTAS: Y aquí ando de vuelta con un nuevo capítulo :D
Tarde unos días de más para actualizar, me disculpo por eso.
Afortunadamente ya me he curado, incluso me metí a un concurso (por eso me atrase con este capítulo), pero bueno, mejor les dejo leer :D
Finalmente, antes de comenzar a leer, debo decir un pequeño aviso. En caso de que llegaran a leer esta o alguna otra de mis historias en otro lado, es muy seguramente un plagio. Yo siempre uso el seudónimo "RozenDark" y únicamente público en Amor Yaoi, Wattpad, Fanfiction.Net y AO3. También otorgue el permiso para una traducción al chino y solamente se encuentra en la plataforma/app "LOFTER"...
https://aichidongxidepangfengye.lofter.com/
Esto lo digo, debido a los recientes fallos de Wattpad y que esta misma plataforma tiene una página espejo donde lucran con las historias. Por lo que cualquier cosa, les estaré agradecida si me lo hacen saber. De cualquier manera, en caso de algún otro cambio, les daré el aviso correspondiente :3
En fin, los personajes de One Piece son propiedad de Eiichiro Oda. Las imágenes utilizadas a lo largo del fic son hechas por su servidora.
Y sin más que decir, les invito a leer (^3-)/
~°ɞ°~ღ~°ɞ°~
Ace no mentiría si dijera que tiene miedo. Él tenía miedo, tanto, que sería incapaz de mentirle a sus hermanos y hermanas de tripulación.
Habiendo cumplido los diecisiete años y por una tontería que ni siquiera recordaba, su Oyaji le había dado permiso de un año para salir y hacerse su propio camino en los mares. También le había prometido una sorpresa cuando regresará al Moby Dick con sus dieciocho años cumplidos.
"¿Por qué debo hacerlo? Ni siquiera recuerdo mis razones para decir que partiré a esta edad".
Aquello no tenía ningún sentido para él, después de todo, ya estaba viajando por los mares y ya era un Pirata hecho y derecho, pero su capitán pensaba todo lo contrario y francamente, no lo entendía del todo.
"Ace, algún día recuperarás tus recuerdos y me agradecerás por haberte obligado a mantener tu palabra".
"Es que no entiendo ¿Por qué debo alejarme de ustedes?"
Ace tenía miedo. Tenía tanto miedo de que su Oyaji tomará esa tonta promesa que no recordaba para sacarlo de su camino, pero su capitán sólo revolvió su cabello en un gesto cariñoso que un padre orgulloso le hacía a su hijo.
"Hijo mío, viaja, conoce el mundo por ti mismo, haz amigos inseparables y cuando hayas cumplido los dieciocho, serás más que bienvenido con tu familia".
Esas simples palabras hicieron que Ace sonreirá.
Por un momento temió, pero como siempre, su padre logró darle motivaciones para no pensar cosas tontas y absurdas.
Emprendería su viaje. Se haría de un buen nombre y recompensa. Haría nakamas inseparables y volvería orgulloso a su hogar, donde su amada familia lo estaría esperando...
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"La Inocencia Viste De Polizón"
Marco se aseguró de mantener varios ojos vigilantes, incluso tenían a más comandantes que la última vez que estuvieron al cuidado de Lucy...
Y, aun así, no entendía ¿Cómo le había hecho la mocosa para lograr escaparse y colarse en el barco de Ace?...
"Marco, ya hemos buscado en la cocina y comedor como cinco veces y no hay rastro de Lucy-chan", avisó Thatch al borde del pánico.
Marco por su parte, sobó su entrecejo, debido al repentino dolor de cabeza que le estaba dando. Literalmente habían revisado en cada insignificante rincón del barco y no había ni un solo rastro de la chica.
"No puedo creer que la mocosa sea lo suficientemente hábil para burlar a más de tres comandantes", mencionó Izo con calma. "Solo imaginen las cosas que podría hacer si aprende haki".
"Ni menciones esas cosas, que de todas maneras debemos enseñarle", espetó Marco con reproche. "Esa mocosa solo me da problemas a mí".
Todos los demás comandantes estuvieron de acuerdo en eso, considerando que Marco era el segundo al mando y que ahora, las enfermeras se quejaban por la desaparición de su nueva ayudante, Marco era el que más estresado estaba con la huida de Lucy.
"Solo espero que Ace tenga la paciencia suficiente para no lanzarla al mar", comentó Haruta con una risa nerviosa.
Thatch lo miró con horror. "Tal vez debamos hablarle y recordarle que seguimos cuidando de ella".
Marco repentinamente sintió ganas de volar hacia el barco de Ace y traer de vuelta a esa mocosa problemática, sin embargo, no lo hacía porque parecía que su capitán solamente disfrutaba de sus reacciones.
"Descuiden hijos míos. Estoy seguro de que la mocosa será de ayuda para Ace, tal vez incluso regresen al barco más unidos que separados".
Y aunque las palabras de su capitán eran tranquilizadoras, ninguno podía estar del todo tranquilo. Especialmente cuando la chica se había metido en ese barco con un Ace en busca de venganza en contra de los imbéciles que atentaron en contra de su familia.
Solo esperaban que las palabras de su padre fueran verdad y que esos dos regresarán sin odiarse mutuamente.
Aunque Marco estaba preocupado más que nada de que ese par estuviera demasiado unido...
~.☸.~
Ace no podía creer la mala suerte que tenía. La mocosa había logrado colarse en su barco y, además, mantenerse escondida y silenciosa el tiempo suficiente para alejarse del Moby Dick y no regresar fácilmente.
Obviamente estaba furioso. Él no estaba yendo a jugar, él iba a rescatar al que fue su primer oficial y primer amigo fuera de la tripulación. Y esa mocosa creía que estaba apresurado para ir a jugar y perder el tiempo.
"Te dije que te quedaras en el Moby Dick".
Lucy solo miró hacia otro lado con sus mejillas infladas, un gesto que por lo general hacía, cuando la atrapaban haciendo travesuras y la regañaban. Sabía que su hermano estaba molesto, bastaba con mirarlo y mirar a los hombres que los acompañaban y que justo ahora estaban lo más alejados de Ace y ella.
"Pero yo quería ir contigo", respondió. "Estar en el barco de capitán Pops es aburrido y el señor piña solo se la pasa regañándome".
"Por si no lo has notado, yo te estoy regañando justo ahora", espetó Ace de brazos cruzados. "Esto no es el East Blue niña, es el Grand Line, lugar donde solo los más aptos pueden sobrevivir y mis hombres y yo vamos a enfrentarnos a hombres del Nuevo Mundo, lugar donde residen los Yonkos como Oyaji".
"¡No soy tan débil!" Respondió Lucy con reproche. "Sé pelear. Estoy entrenada para pelear".
Podía ser que Lucy quisiera recuperar a Ace, incluso hacer algo para agradarle a esta nueva versión de su hermano, pero tampoco iba a dejar que la hiciera de menos.
Ella había entrenado desde niña cuando aún tenía a sus dos hermanos y cuando Sabo se fue, Ace y ella entrenaron aún más. Y a pesar de que su abuelo se llevó a Ace, ella siguió entrenándose para no ser un lastre en un futuro y poder proteger a su futura tripulación.
Ella no era una simple muchachita con el sueño de casarse y ser una buena esposa. Ella era nieta de su fuerte y valeroso abuelo e hija de su desconocido y aparentemente problemático padre. No era una damisela que esperaba que la salvarán siempre. Tal vez en el pasado era débil y fácil de herir, pero no ahora. No cuando se había esforzado demasiado.
Ace no pareció estar de acuerdo con sus palabras determinadas. De hecho, ella terminó chocando con la pared que daba a las cabinas interiores, mientras su hermano la miraba con ambos brazos extendidos y de manera que la había dejado acorralada entre la pared y él.
"Mocosa ilusa", bramó Ace. "No puedes comparar a la gente y animales del East Blue con lo que hay en el Grand Line".
Lucy no supo la razón, pero repentinamente se sintió ¿Intimidada?...
Ahora que lo notaba, Ace había cambiado demasiado con el pasar de los años y el entrenamiento con piratas experimentados. Claro, no es como si su hermano hubiera dejado isla Dawn como un débil alfeñique, pero ahora era más alto: mucho más alto que antes. También había ganado musculatura y no sólo en los brazos. Y ahora que lo notaba, su rostro igual había cambiado ligeramente...
Ace ya no era un niño, tampoco un adolescente. Su hermano ya era un hombre adulto y uno muy apuesto. Repentinamente sintió sus mejillas calentarse al captar la cercanía de ambos, así como las cosas que estaba pensando.
Movió su cabeza de un lado a otro para alejar esos tontos pensamientos. Ace era su hermano mayor y ella debía hacer que él la recordará como la hermana pequeña que era.
"Sé que no soy lo suficientemente fuerte, pero no soy una inútil", rebatió la chica, mientras empujaba a Ace. "Y puede que casi nadie conozca isla Dawn o que incluso no le tomen importancia por ser parte del East Blue, pero los animales eran inmensos y sus aguas eran custodiadas por 'el señor de la costa', así que no pueden subestimarme tanto".
El silencio reinó entre los hombres de la segunda división, mientras veían como su comandante se ponía más furioso con las tonterías que la chica del sombrero de paja decía.
"¡¿Qué diablos se supone que es un señor de la costa?!" Dijo Ace con exasperación, mientras volvía a acercarse a la testaruda chica. "Niña, no tengo idea de lo que hablas y tampoco quiero terminar de entender, pero en lo que a mí respecta, te quedarás en el barco en lo que mi división y yo hacemos el trabajo de rescate".
Los hombres de la segunda división no sabían a quién debían ayudar. Por una parte, estaba su comandante, quien parecía que podría estallar en llamas <<literalmente hablando>> y por el otro estaba Lucy, quien ya había demostrado ser igual o más terca que el propio Ace.
Por suerte para todos, el navegador encargado apareció justo a tiempo para evitar una posible pelea entre los dos 'D' a bordo.
"¡Comandante Ace!"
Ace dejó de lado su duelo de miradas con la chica, para mirar con seriedad a su navegador. Nathan, uno de los navegadores de la segunda división, estaba completamente aterrado de la mirada que su comandante y la chica le daban, aun así, debía de hablar sobre el avistamiento de la isla a la que debían ir.
Ace solamente respiro profundamente para calmarse. "¿Qué sucede Nathan?" Preguntó, mientras agarraba del brazo a la chica que había intentado huir.
"Estamos por llegar a Little Garden", avisó con voz temblorosa.
Ace asintió. "Prepárense para desembarcar" Ordenó con seriedad, mientras miraba a la chica. "¿Seguirás de necia?"
Ninguno de la segunda división mencionó algo. Todos esperaban que la chica fuera lo suficientemente lista como para no llevarle más la contra a su comandante, pero como ya estaban entendiendo las locuras de Lucy, todo mundo se alejó de ambos.
"¡Yo voy a bajarme y ayudaré!" Respondió con seguridad.
En todo lo que llevaba Ace en el mar, no había conocido a una persona tan necia que pudiera sacarlo de sus casillas. Ni siquiera sus enemigos habían tenido ese privilegio, pero allí estaba Lucy, llevándole la contraria sin miedo.
Negó, mientras respiraba profundamente. Y aunque lo que estaba a punto de hacer estaba fuera de sus principios de educación, más tarde podría disculparse por mantener a salvo a la chica, aunque esta no estuviera para nada de acuerdo.
Sin aviso alguno y para sorpresa de la misma Lucy, Ace la cargó como si fuera un vil costal de papas, mientras comenzaba a caminar hacia las habitaciones.
"Tráiganme unas esposas de piedra marina" Ordenó.
"Comandante Ace ¿Está seguro?"
La mirada que Ace les dio a sus hombres, les dio a todos, la respuesta a esa pregunta. Y aunque no estuvieran del todo de acuerdo, era mejor eso a dejar que algo malo le pasara a la testaruda muchacha.
~.☸.~
Lucy no entendía porque esas esposas la hacían sentir completamente débil, así como tampoco entendía la razón de Ace para dejarla en lo que se suponía era la habitación que ocupaba él. Lo que sí sabía es que aun completamente debilitada, quería ir a ayudar.
"¡ACE!" Cómo pudo golpeó la puerta de madera y aunque tenía fuerza para romperla, sabía que eso probablemente enojara todavía más a su hermano. "¡YO TAMBIÉN QUIERO IR!"
Justo afuera, Ace y sus hombres miraban con insistencia la puerta que era golpeada una y otra vez.
"Muy bien, Nathan, Mason y Enzo se quedarán a cargo del barco y la mocosa. Los demás, nos dividiremos para abarcar más terreno y el primer equipo que vea a esos imbéciles, tiene que dar aviso a los demás, especialmente a mí".
"¿Algo más que debamos saber sobre estos hombres? Digo, esta isla está demasiado lejos de la entrada al Nuevo Mundo, es imposible que llegaran tan rápido hasta este lugar".
Los demás estuvieron de acuerdo con esas dudas. Y ahora que veían a su comandante suspirar en busca de tranquilidad, les preocupó aún más.
"Cómo saben, llevamos casi dos semanas o más navegando de este lado del Grand Line, incluso a nosotros nos cuesta aligerar nuestro viaje, y se supone que estos hombres estaban en el Nuevo Mundo. Teach informó que el jefe de estos hombres tiene la habilidad de aparecerse en donde sea que quiera, probablemente pueda usar esa misma habilidad para mover a sus compañeros y hacer más fácil su contrabando de esclavos".
Aquello era lo que más preocupaba a Ace. Esos esclavistas bien pudieron llevar a Deuce a Sabaody, pero por alguna razón, decidieron ir directamente a Little Garden.
Ace en todo el tiempo que ha estado con la tripulación de Barbablanca y el año en el que fue el capitán de los piratas Spade, no había pisado dicha isla. Por advertencias de varios piratas con los que luchó y congenio, y también por las de su familia, no había pisado Little Garden, y francamente, ahora que la veía, no notaba las razones de tantas advertencias.
"Habrá que encontrar a estos imbéciles para obtener respuestas, mientras tanto, todo mundo tenga cuidado con lo que puedan encontrarse en esta isla".
Todos asintieron a las órdenes de Ace. El azabache solo esperaba que el lugar no fuera demasiado problemático como lo hacían sonar tantas advertencias., todo, mientras el volcán del lugar daba inicio a algo rutinario del día a día en Little Garden.
~.☸.~
Justo al otro lado de la isla, Deuce podía escuchar desde las celdas de aquel barco, todas las locuras que esos imbéciles querían hacer.
Ciertamente Deuce creía que ya eran lo suficientemente estúpidos como para meterse con los piratas de Barbablanca sin miedo a las consecuencias, pero llegar a los extremos de querer retar a gigantes que en su época fueron temibles y poderosos piratas, ya era absurdo. De por sí, la gente común de Elbaf eran de preocupar a sus enemigos, así que gente entrenada en batallas sería peor.
Aunque claro, jamás hubiera pasado por su cabeza que dos ex piratas de Elbaf estuvieran en esa isla, en un combate que podría durar demasiado tiempo.
"Jefe, según nuestros vigías, el comandante de la segunda división, junto con algunos de sus hombres llegaron a la isla".
Deuce sintió cierto alivio al saber que su Oyaji y su capitán habían actuado rápido, aunque también sentía cierta preocupación, especialmente por la habilidad del jefe de ese grupo.
"No suena mal tener entre nuestra mercancía a 'Puño de fuego Ace', ¿verdad?" Preguntó el hombre, mientras miraba con burla al encadenado Deuce.
Deuce solamente le dedicó una mirada llena de odio. "¿Cómo si pudieras derrotar a mí capitán tan fácilmente?" Espetó con furia.
"Pero lo fue contigo, y se supone que antes de unirte a los piratas de Barbablanca eras su primer oficial y segundo al mando..."
Deuce no respondió. Aunque también él había pensado en la razón por la que lo habían atrapado tan fácilmente. Es decir, un momento estaba peleando lado a lado con Teach y al siguiente había sentido un fuerte golpe en la cabeza. Solo esperaba que Teach no hubiera salido tan herido.
"¡Vete al diablo!" Respondió Deuce con furia. "Podrás haberme tomado por sorpresa, pero mi capitán no es alguien fácil. Él va a derrotarte y ponerle fin a tu asquerosa forma de vida".
Y así lo creía. Ace le había demostrado lo que era la lealtad y protección desde el momento en el que lo conoció, así que creía firmemente en que derrotaría a ese tipejo con demasiada suerte, claro, eso sí esos gigantes no lo mataban antes.
"¿Qué más te dijeron los vigías?" Cuestionó el hombre con furia, mientras trataba de ignorar las amenazas del hombre de cabello azul.
"Aparentemente dejaron a cargo de su barco a tres hombres de los más fuertes y..."
"¡¿QUÉ MÁS?!" Exigió saber con exasperación.
El nervioso hombre asintió. "Justo antes de que llegarán a la isla, uno de nuestros vigías logró divisar 'puño de fuego Ace' besando a una chica, la cual dejó encerrada justo en lo que parecía su habitación".
El hombre sonrió con maldad al creer que había encontrado un buen punto débil en el temido 'Puño de fuego'. Todo mientras miraba con soberbia a un muy confundido Deuce.
"Así que tu 'capitán' tenía muy bien escondida a su novia secreta", argumentó con burla. "Aunque me parece que es muy presuntuoso de su parte traerla a una misión de rescate, no me enojare, después de todo, me dio una buena ventaja".
Deuce repentinamente sintió preocupación. No sólo por Ace, también por la chica que muy seguramente era igual de terca y loca que su excéntrico abuelo. Lo cual tenía por seguro, considerando que se las había ingeniado para colarse en el barco de su capitán en una misión de rescate.
"Será mejor que dejen fuera a esa chica" murmuró severamente. "Si le tocas un solo cabello, no sólo te las verás con mi capitán, sino que con todos los piratas de la tripulación de Barbablanca", advirtió.
El hombre solamente comenzó a reír divertido. "Así que la chica es demasiado importante" comentó, mientras miraba a sus hombres. "¿Qué les parece si le hacemos una visita a esa lindura?"
El hombre sonrió encantado al escuchar ovaciones por su idea.
Debían mantener ocupados a los que estaban en la isla, mientras él y algunos de sus hombres se encargaban de saludar a la chica de 'Puño de fuego Ace'.
"Pero jefe ¿Qué haremos con los gigantes?" Cuestionó uno de los hombres de manera nerviosa.
Por un momento se había olvidado de su misión principal: capturar a los miembros restantes de la tripulación de los piratas gigantes guerreros.
"Tendremos que dividirnos entonces, después de todo, somos más que ellos", respondió el hombre como si no valiera gran esfuerzo. "Ciertamente me gana la curiosidad, ¿por qué esa chica es tan valiosa para los piratas de Barbablanca?, dudo mucho que sea solamente por ser la pareja de Puño de fuego Ace. Debe haber algo más", miró a Deuce con insistencia, aunque sabía a la perfección que de ese hombre no sacaría ni una sola respuesta. "En todo caso, un grupo se encargará de mantener ocupados a esos ilusos, mientras otro se encargará de los gigantes. En cuanto a mí, yo me encargaré de atrapar a la chica y traerla al barco, no me tomará mucho tiempo, así que una vez que termine, ayudaré al grupo que se encargará de los gigantes".
Deuce por su parte no podía creer cuan egocéntrico era ese hombre. Tal vez había tenido muchísima suerte al lograr atraparlo, pero este hombre hablaba de tantos planes en una isla donde un comandante de una tripulación mundialmente conocida como una de las más poderosas, junto con piratas que obviamente se iniciaron en el Nuevo Mundo hace tantos años se encontraban.
Solo debía esperar un poco más y trataría de liberarse para dar aviso a su capitán. No es como si fuera algo complicado, ahora que a ese hombre se le había subido el ego hasta la cabeza.
~.☸.~
Lucy miraba con el ceño fruncido toda la pequeña habitación de su hermano. No entendía porque razón Ace tenía camisas en el lugar, si en todo el tiempo que había estado en el gran barco del capitán Pops, no lo había visto usar ni una sola camisa.
Terminó por tirarse en la cama, cuando ya no encontró nada más que hacer. Después de todo, esa habitación no tenía nada relevante, más que lo necesario para la misión.
"¡Estoy aburrida!" Gritó con tono fastidiado. Pero como las veces anteriores, nadie le abrió la puerta.
Sentía que llevaba horas encerrada, y la debilidad causada por esas molestas y frías esposas, no ayudaba en nada.
"¡¿Quién se supone que eres?!"
Lucy repentinamente se levantó de la cama al oír la voz del tipo que había avisado sobre la isla. Y por lo que escucho, no se oía como si estuviera contento.
"No eres muy listo si viniste aquí completamente solo".
Lucy se puso justo enfrente de la puerta, tratando de escuchar lo mejor posible a los que estaban afuera. Pero al escuchar golpes y una voz que no reconocía, supo que nada bueno ocurría.
"¿Qué está pasando allí chicos?" Preguntó, esperando que le respondieran algo positivo para que pudiera seguir aburriéndose.
Al no obtener una respuesta, iba a destrozar la puerta para salir a ayudar, aún si eso enojaba a Ace más tarde. Sin embargo, el mismo hombre cuyo nombre no recordaba, pero que era encargado de la navegación, le abrió la puerta.
Ella obviamente se alarmó al ver una herida sangrante en su abdomen, pero el hombre parecía no importarle el hecho de estar herido.
"Escuche bien señorita Lucy, debe correr directamente a la isla, hasta encontrarse con alguno de los grupos o incluso al comandante Ace..."
"¡No puedo dejarlos solos!" Dijo Lucy con premura. "Estás herido y estoy segura de que los otros igual lo están".
Nathan solamente negó, mientras señalaba a las esposas. "Lo mejor será que haga lo que le digo, porque con esas esposas puestas no podrá hacer uso de su poder y por desgracia, el comandante Ace es quien tiene la llave".
"Aun así, puedo ser de ayuda", respondió Lucy completamente segura.
"Podría", respondió con calma. "Pero este sujeto no es ordinario. Él sabe usar haki como nosotros, pero se nos dificulta asestarle golpes, debido a su habilidad de transportación" explicó, esperando que la chica entendiera. "Por favor señorita, debe ir a la isla y dar aviso de esto, así es como nos ayudará".
Lucy estaba completamente renuente a hacer eso. Ella no quería ser conocida como la que abandona una batalla, especialmente si eso significaba dejar atrás a gente que se supone, la estaba ayudando.
"Así que esta es la supuesta novia de puño de fuego Ace".
Nathan rápidamente se colocó frente a una preocupada Lucy, mientras veía con rencor y advertencia a ese hombre.
"Señorita Lucy, se nos está acabando el tiempo", murmuró preocupado. "Haga lo que le dije, mientras yo lo distraigo lo más que pueda".
Lucy se sintió mal por lo que haría, pero sabía que debía hacer lo que le habían pedido. Especialmente cuando miro en los ojos del hombre una determinación inquebrantable.
Sin mirar atrás, Lucy comenzó a correr, y de un salto bajó del barco.
Aún ahora, que había seguido corriendo y ya había avanzado un gran tramo, podía escuchar la pelea que se daba en el barco, pero como le habían pedido, siguió corriendo lo más rápido que sus piernas le permitían. Debía encontrar a Ace cuanto antes.
Solo que en lugar de encontrar a Ace o alguno de sus nakamas, chocó contra una gran pierna que la hizo caer.
"¡Oh! Hace tanto que no venían visitantes a esta isla".
Si no fuera porque estaba en una importantísima misión de búsqueda, Lucy se quedaría completamente quieta mirando al gran gigante frente a ella.
"Lo siento señor gigante, pero debo irme", le dijo, mientras se levantaba y se disponía a correr nuevamente.
Claro, de no ser porque el gigante había decidido levantarla del suelo, justo de la cadena de las esposas.
"Señorita ¿Está usted en problemas?" Cuestionó el gigante de la gran barba.
Lucy parpadeó rápidamente, al captar la mirada del gigante hacia las esposas que la mantenían debilitada.
"Debo apresurarme, así que, por favor, déjeme ir", le pidió con una sonrisa.
"Mi nombre es Dorry" dijo el gigante. "Y si necesita ayuda, puedo brindarle mis servicios. Me niego a dejar a una dama en apuros".
Dorry no era estúpido, aun a kilómetros podía notar que esas esposas eran de piedra marina y la insistencia de la chica para seguir corriendo, solo le decían que había escapado de esclavistas o secuestradores.
Miró preocupado hacia el volcán, pues ya casi era hora de su siguiente duelo, pero sabía que Brogy entendería si posponían por unas cuantas horas su batalla, después de todo, aún eran hombres de honor y no podían permitirse dejar a una chica que probablemente estaba en apuros.
"Soy Lucy y en verdad debo irme" respondió, mientras se tiraba sin dificultad al suelo. "Lo siento señor gigante, pero estoy buscando a alguien y me urge encontrarlo".
Justo después de decir aquellas palabras, Lucy comenzó a correr apresurada, solamente para ser levantada del suelo nuevamente. Con el ceño fruncido y una mirada llena de reproche, miró al gigante, el cual solamente le sonreía.
"Entonces permíteme ayudarte en tu búsqueda, Lucy-chan".
Lucy no tuvo otra opción. Después de todo, el gigante no parecía querer dejarla deambulando sola en esa isla. Y en serio, viendo el lugar, le daban tantas ganas de explorar y tener una gran aventura. Tal vez cuando logré viajar con sus nakamas, pueda regresar a esa isla, sin necesidad de que todo mundo la proteja como si no supiera defenderse.
~.☸.~
Deuce estaba tratando de soltarse de esas molestas esposas que lo mantenían quieto, cuando de la nada, la puerta de su celda fue abierta. Se sorprendió al ver allí mismo a Teach, pero también sintió preocupación al ver todas las heridas en su cuerpo.
"Creí que habías logrado escapar..."
Teach solamente comenzó a reír, mientras guiaba su mano a un lado de su torso. "Lo había hecho, incluso le di aviso a Pops y los demás, cuando vi que el barco se alejaba contigo dentro, pero de la nada, su líder apareció y bueno, digamos que ahora nos las debe a ambos por aplastar nuestro orgullo", respondió entre risas que más bien eran gemidos de dolor. "Supongo que fue bueno que me dieran una paliza y que el ego les nuble el juicio, porque me dejaron sin ataduras en una de esas horribles celdas".
Deuce asintió de acuerdo con eso. "Diría que es convenientemente sospechoso, pero sería estúpido si lo hiciera, cuando los vi y escuché pavoneándose de ser más fuertes que nuestro comandante y los dos gigantes que hay en esta isla" mencionó con una apacible sonrisa.
"¿Necesitas ayuda?" Cuestionó con tono preocupado. "Dudo mucho que puedas lograr liberarte. Esas esposas son de piedra marina".
"Francamente, estuve intentando desde que se fueron y eso fue hace una hora o menos", respondió fastidiado. "Pero no he logrado ni aflojarlas".
Teach asintió sonriente, mientras sacaba un juego de llaves. "Es bueno que tuvieran sus cabezas llenas de presunción, porque justo dejaron las llaves y dos guardias que pude derribar sin mucho esfuerzo ahora que su líder anda afuera".
"Eso es más que bueno".
Fue cuestión de unos pocos minutos, para que Deuce pudiera al fin estirarse y sentirse libre por completo.
"Sé que estás herido, pero debemos encontrar a Ace. Estos tipos aparentemente creen que tiene novia y fueron directamente al barco a buscar a la chica".
Teach lo miró completamente confundido. "¿Novia? ¿El comandante Ace tiene una novia y la trajo a una misión de rescate?"
Deuce solamente negó. "Dudo mucho que la chica fuera su novia, pero estoy seguro de que ella se escabullo en el barco de Ace. Es la chica por la que Oyaji aceptó proteger, la nieta de Monkey D. Garp".
Teach comenzó a reír al comprender lo que sucedía. "Como una buena 'D', la mocosa está causando demasiados problemas".
Deuce asintió con calma. "Ahora imagínate cómo estará nuestro temperamental comandante", mencionó. "Debemos apresurarnos a ayudar".
Ambos estuvieron de acuerdo que era hora de cobrar venganza por todo el ridículo que les habían hecho pasar. Y como había dicho Teach, esos tontos seudo comerciantes habían dejado solamente a dos hombres para hacer guardia. Así que salir del barco no había representado ni un solo problema.
Estuvieron caminando por varios minutos, derribando uno que otro tonto que se toparan o algún animal de la isla, hasta que no muy lejos de donde estaban, escucharon la voz de su comandante.
Sin embargo, Ace no se escuchaba para nada feliz y las otras dos voces solamente hacían que se preocuparan demasiado. Literalmente esas dos voces desconocidas hacían temblar la isla con el tono furioso.
~.☸.~
Ace veía con fastidio a los hombres tirados en el suelo. Ciertamente había esperado algo más de batalla, pero ese grupo no había podido contra él y algunos de sus hombres. Francamente, creía que habían tenido demasiada suerte para atrapar a Deuce con la guardia baja, o de plano, el líder era de quien deberían cuidarse.
Por un momento creyó no tener más problemas, cuando en su carrera por encontrar el barco donde tenían a su amigo, se encontró justo frente a él a un gigante.
"¡¿Qué rayos?!"
El gigante pareció darse cuenta de su presencia, aunque la reacción que Ace hubiera esperado, no era precisamente una eufórica alegría.
"¡Hace tanto tiempo que no veía visitantes!" Dijo sonriente. "Soy Brogy, por cierto".
Ace asintió un tanto alerta. Al parecer había obtenido una buena respuesta de las razones de esos tipos para llegar a esa isla.
Elbaf estaba en el Nuevo Mundo, pero, aun así, era algo complicado encontrar gigantes fuera de su isla, además de que no era algo muy inteligente querer hacerse de la gente de esa isla, justo en su hogar. Aunque francamente, no era muy inteligente querer hacerse de gigantes y tener de enemigos a los piratas de Barbablanca.
"Un placer conocerlo. Soy Portgas D. Ace, comandante de la segunda división de los piratas de Barbablanca", se presentó, como siempre, tan educadamente. "Lamento importunar en esta isla, mis hombres y yo solo estamos de paso por una misión, prometo que una vez terminemos nuestra misión, nos iremos sin causar problemas".
Brogy solamente le restó importancia. "La verdad, es algo entretenido ver visitas, aunque debo advertirte que esta isla no es un buen lugar para tener un Loge Pose", señaló el aparato en la muñeca del azabache.
Ace asintió con calma. "Lo imagine por todos los animales y esqueletos humanos que he visto", respondió. "Trataremos de ser rápidos para cumplir nuestra misión y nos iremos".
"Descuida chico, mientras no nos perjudiquen a mi amigo y a mí en nuestras peleas, todo irá de maravilla".
Ace se preocupó al oír que había otro gigante en la isla, pero aparentemente a ese par no parecía importarle demasiado las inesperadas visitas. Decidió que lo mejor era despedirse y comunicarles a sus hombres sobre los gigantes, cuando repentinamente, unas estridentes y pesadas pisadas hicieron eco.
Brogy miró algo confundido a su amigo y rival, pues era raro verlo de su lado de la isla y sin que el volcán diera inicio a su siguiente batalla, pero al ver a la chica esposada en manos de su amigo, frunció el ceño.
"¿Quién es esta chica?" Preguntó, mientras veía sonriente a la chica del sombrero de paja.
Dorry por su parte, miró con calma a la muy emocionada Lucy. En todo el tiempo que se había pasado caminando en busca de su amigo, le había contado todo el asunto de sus batallas con Brogy, mientras que la chica lo veía sumamente emocionada y ansiosa. Incluso le había hecho mención de sus intenciones de regresar a la isla cuando estuviera con su tripulación. Literalmente la pequeña Lucy quería que uno de sus nakamas cuyo nombre era Usopp los conociera en persona.
"Ella es Lucy-chan", respondió Dorry con seriedad en el tono de su voz. "Como podrás notar, ella necesita ayuda".
"Eso pude notarlo" mencionó sin su habitual sonrisa.
Si había algo que ambos odiaban era ver cómo había gente que disfrutaba vender a otro ser vivo. Incluso cuando aún eran piratas en el mar, pudieron ver como algunos de los suyos sufrían de ese destino por culpa del gobierno mundial y los malditos Dragones Celestiales.
"¡¿Qué haces fuera?!"
Ambos gigantes miraron a Ace. Uno apenas notando su presencia y el otro recordando que había estado hablando con él. Al parecer el chico conocía a Lucy y por la pregunta que había gritado, él era la razón por la que la chica tenía esas esposas.
"Así que esta es la misión de la que hablabas..."
Ace sintió el pesado ambiente que se había formado. Ambos gigantes lo veían fríamente, como si él fuera un enemigo que debía morir.
Lo siguiente que pasó, fue demasiado rápido. Justo antes de que Brogy decidiera atacar, Deuce y Teach habían aparecido, pero ellos no fueron la razón por la que los gigantes habían detenido sus intenciones. Había sido Lucy con su furioso grito.
"¡NO TOQUES A ACE!"
Dorry la miró con confusión. "¿No fue él quien te puso esas esposas?" Cuestionó.
Lucy miró a Ace con seguridad. "Lo hizo", respondió sin mirarlo. "Pero fue para que no siguiera tratando de bajar del barco. Fue molesto, pero supongo que es su manera de mantenerme a salvo, aunque no muy efectiva" explicó sonriente, mientras dirigía su mirada a su nuevo amigo. "En cuanto a porque no estoy en el barco... Eso es porque un extraño sujeto llegó inesperadamente y comenzó a atacar a todos, diciendo que iba a buscar a la novia de Ace, lo que me recuerda ¿Tienes novia Ace?"
Ace solamente ignoró la última pregunta, mientras se encargaba de maldecir al tipejo que se atrevió a atacar a sus hermanos. "Ese maldito imbécil" espetó Ace con furia, la cual pasó a calma al ver a su amigo y a ¿Teach? "Me alegra ver que no estés tan herido Deuce, aunque no puedo decir lo mismo de Teach" mencionó preocupado. "Por cierto ¿Por qué estás aquí tú también?"
"Ese tipo me tomó por sorpresa cuando terminé la llamada con Oyaji. Y al parecer cree que la mocosa es su novia, comandante", respondió entre risas, mientras señalaba a la confundida chica del sombrero de paja.
Ace se sonrojo repentinamente. "¡¿Por qué creerían eso?!" Exigió saber completamente azorado, captando por fin lo que Lucy le había preguntado.
Deuce solamente rió con las expresiones de su amigo. "Son unos idiotas. Al parecer uno de sus vigías los vio 'besarse', aunque al ver las esposas, supongo que se equivocó o mi capitán tiene fetiches demasiado extraños", murmuró con una sonrisa llena de burla, mientras miraba a su capitán y amigo.
"No pienses en cosas extrañas Deuce", le ordenó ofendido. "En cuanto a ti tonta, al parecer tendré que quitarte esas esposas para que al menos puedas tratar de defenderte".
"Primero deberías ir por Nata. Quise quedarme a ayudarlo porque estaba herido, pero me dijo que lo mejor era buscarte y pedir ayuda", respondió Lucy con preocupación. "Ese tipo puede aparecer y desaparecer a su antojo".
"¿Nata?"
Deuce y Teach se miraron confundidos por aquel nombre, pero Ace conociendo ya las manías de la chica de poner nombres y apodos tontos, supo que se refería a Nathan. A decir verdad, el solo hecho de escuchar por boca de la chica que uno de sus hombres había sido herido, hacía que la sangre de Ace hirviera. Quería ir a buscar a ese patán y matarlo con sus propias manos, y claro que lo haría, pero primero debía quitarle las esposas a la mocosa, para evitar más problemas.
"Supongo que lo mejor será bajar a Lucy-chan" dijo Brogy a su amigo.
Dorry solamente asintió, mientras se agachaba para dejar sana y salva a la chica. Lucy sonrió a sus nuevos amigos, mientras Ace insertaba la llave en las esposas. Solo era cuestión de girar la llave y Lucy podría hacer uso de sus poderes de goma...
O eso había pensado hacer, hasta que, por fin, el maldito líder de esos hombres apareció justo detrás de Lucy. Ace estuvo a punto de golpear a ese tipo, hasta que hizo uso de esa molesta habilidad y se llevó consigo a la chica.
Hizo uso del haki de observación, pero no pudo detectar al hombre, hasta que este volvió a aparecer, justo algo alejado del alcance de ambos gigantes y ellos mismos.
"Así que por esa razón no lograste detectarlo antes de que te dejara fuera de combate ¿No es así?" Ace miró a Deuce asentir.
"Esa molesta habilidad suya es demasiado útil si lo que busca es tomar a sus enemigos por sorpresa" respondió Deuce, mientras veía al molesto ser que ahora tenía un rehén.
"Será mejor que dejes ir a esa chica", ordenó Ace, mientras veía al hombre con odio.
El hombre solamente comenzó a reír, mientras veía a todos los que estaban presentes. Odiaba el solo hecho de saber que su plan había fallado.
Los gigantes sabían de su presencia, y su rehén había logrado escapar de su barco. Lo más seguro era que sus hombres habían sido derrotados por los hombres de ese maldito comandante y aunque había encontrado satisfactorio dejar mal heridos a esos tres hombres, nada lo haría sentir victorioso ahora.
Miró con odio al maldito Marshall D. Teach. Ese maldito fue el que en primer lugar lo había hecho perder todo lo que pudo haber ganado, pero al menos ahora, tenía a la chica 'D' en su poder. Sonrió creyéndose un ganador al recordar que, en su búsqueda, los hombres de la segunda división habían hecho la mención del apellido de la chica.
"¿Sabían ustedes que en el mundo es muy raro encontrar a los portadores de la voluntad 'D' en sus nombres?"
Ace y Teach fruncieron aún más el ceño. Ambos siendo 'D' habían escuchado tantas historias en sus viajes, incluso por boca de su capitán. Y escuchar a un comerciante de humanos mencionar a los 'D' no traía intenciones buenas.
"No lo repetiré una vez más... ¡Deja ir a la chica ahora!" Repitió su orden, esta vez con ambos puños envueltos en llamas.
"Permíteme reírme", respondió el hombre. "Has escuchado de los rumores detrás de la historia de Joker..."
El hombre tuvo que aparentar cuando los tres piratas de Barbablanca lo miraron con odio. Sabía que estaba tentando su suerte con el solo hecho de haber mencionado a Doflamingo, aun así, no iba a desistir de sus intenciones.
"Sabes bien que al hacer eso, no sólo ganarías el odio de nuestro capitán y nuestros hermanos y hermanas de tripulación, también el de nuestros aliados y peor aún, el de Monkey D. Garp" dijo Deuce con seriedad. "Tú mejor opción es dejar a la chica".
"Doflamingo tiene cierta obsesión con los 'D' y un gran rencor hacia los Dragones Celestiales. Obviamente nadie había escuchado o conocido a una mujer 'D' y estoy más que seguro de que al Joker le encantará compensarme por darle a la única mujer con la voluntad 'D' y si Joker es feliz, Kaido también lo es... "
Ace sintió aún más ira al escuchar las nuevas intenciones de aquel hombre.
Podía ser que la chica no le agradará del todo, pero por alguna razón desconocida para él, le causaba furia el pensar que la obligarán a hacer algo que no quisiera. Y el enfermo de Doflamingo era tan capaz de hacerle esa clase de daño irreparable con tal de obtener un sucesor con la sangre real y la voluntad 'D'. Claro que ninguno de los presentes se había percatado de algo que habían olvidado.
Ace había dejado puesta la llave y Lucy había aprovechado a la perfección que ese hombre hablaba demasiado. Le costó demasiado lograr soltarse de esas esposas, y por supuesto que ahora que estaba libre quería golpear al hombre, pero debía aguantar un poco más y poner en marcha su maravilloso y divertido plan.
De reojo, vio que sus dos amigos nuevos querían intervenir, pero ella negó sonriente, sabiendo que de nada serviría intentar golpear al hombre, si este lograría escapar con su habilidad. Así que aprovecho su interminable parloteo sobre un tal Mingo y movió débil y cuidadosamente las esposas hacia la mano que la sostenía del hombro. Justo en el momento en el que se escuchó un 'click' ella aprovechó y con su fuerza recuperada, tomó la otra mano y la esposo.
Ace, Deuce y Teach no podían creer lo que veían. Ni siquiera se habían percatado de que la 'rehén' se había liberado sin ayuda, mientras que los dos gigantes, habían comenzado a reír.
"Estaban tan preocupados y entretenidos que no captaron que Lucy-chan se soltó sola" mencionó Dorry entre risas.
"Y pensar que ambos creímos que ella necesitaba ayuda, cuando la realidad era otra", dijo Brogy, mientras miraba a su amigo.
Lucy sonrió enormemente, mientras estiraba su pierna hacia atrás. "Aún no terminó con usted, señor secuestrador..."
Los demás no se movían. Todos estaban intrigados por el siguiente movimiento de la chica.
En cuanto a Lucy, ella había recordado una vieja conversación que había tenido con Sabo. Su hermano en ese entonces le había dicho que hacer y dónde atacar en caso de que alguna vez se encontrara con algún hombre con intenciones malas en su contra o como lo había dicho Sabo en ese entonces: un pervertido.
Y ciertamente, ese rufián tenía cara y se comportaba como todo un pervertido.
"Gomu Gomu No..."
Por alguna razón, Ace sintió empatía por el hombre, especialmente al captar dónde atacaría la chica.
"¿Ella en verdad va a hacer eso?"
Ace se dio cuenta de que no había sido el único en notarlo y seguramente, tampoco era el único que sentía dolor en cierta zona.
"...Ono".
Repentinamente, el hombre aquel, junto con los demás que hacían de espectadores, sintieron un inmenso dolor en lo que cada hombre denominaba como 'las joyas de la familia', mientras que Lucy, soltaba al hombre y lo dejaba caer al suelo.
"Eso es por lastimar a Nata y a los demás" dijo orgullosa de lo que había hecho, mientras saltaba como si nada. "Fue por poco tiempo, pero es bueno poder estirar mi cuerpo a gusto y estar en el barco es muy aburrido".
Deuce y Teach se acercaron al hombre que tenía ambas manos esposadas cubriendo su adolorida zona. Ambos sonriendo, agradecidos con la alocada chica.
"¿Sabes Teach? Ya no quiero venganza contra este tipo. Demasiada vergüenza ha pasado gracias a nuestra nueva hermana de tripulación", mencionó Deuce, mientras veía al dolorido hombre con burla.
Teach solamente comenzó a reír. "Ahora que lo mencionas, tampoco me dan ganas de vengarme. Apuesto que la mocosa lo ha dejado sin posibilidades de tener hijos en un futuro".
Ace solamente negó con calma. Todo sin dejar de mirar a la sonriente chica a la que sabía, le debía una buena disculpa. Aunque la disculpa aparentemente debía esperar un poco más, considerando que ambos gigantes veían de manera insistente el volcán que acababa de dar señales de actividad.
"Parece que debemos irnos ahora", dijo Brogy con una enorme sonrisa.
Dorry asintió alegre. "Parece que no fuimos de mucha ayuda, aunque a nuestra nueva amiga le encantaron las historias que le conté. Tanto que piensa volver cuando sea un capitán de su propia tripulación, ¿no es así Lucy-chan?"
Lucy asintió eufórica con esa idea. "Me aseguraré de que Nami nos traiga directamente a esta isla para que todos mis nakamas los conozcan" dijo. "Apuesto a qué a Usopp sobre todo, le fascinará conocer su historia y querrá verlos combatir".
Ella ya hasta imaginaba a su amigo completamente emocionado, mientras se juraba así mismo ser más valiente. Simplemente, Lucy ya quería tener su aventura Pirata con sus nakamas, pero sabía que debía hacerse más fuerte, lo había sentido con ese tipo tan extraño al que había logrado derribar.
"Entonces esto es un hasta pronto, Lucy-chan".
Lucy solo pudo despedirse de sus nuevos amigos agitando ambos brazos con euforia. Claro que tenía ganas de ver su batalla, pero se prometió así misma hacerlo cuando estuviera con su tripulación y en su propio viaje.
"¿De qué batalla hablan?"
Lucy recordó que no estaba sola. De hecho, tanto Ace como sus dos amigos la veían con lo que ella creía, calma.
"Aparentemente ellos llevan muchísimos años en esta isla. Ambos pelean, cada que ese volcán muestra señales de actividad, pero hasta ahora, sus combates terminan en empate".
Ace la miró emocionado. "¿Qué hay para el vencedor?" Preguntó. Por alguna razón, esa historia le sonaba demasiado familiar.
"Tienen una de esas cosas que tienes en tu muñeca, pero esta señala hacia su isla de origen. El ganador se la llevará y podrá regresar a casa con la cabeza en alto", respondió con emoción.
Tal vez por eso le había encantado la historia. De alguna manera, la rivalidad amistosa de los gigantes le recordaba a la de Ace y Sabo cuando tenían sus peleas diarias.
Aparentemente todos bajaron demasiado la guardia, olvidándose de un pequeño detalle: el tipo tirado al que habían derrotado.
El hombre aprovechó para sacar una daga de su bota. Al menos si perdía, sabía que se llevaría consigo al mejor amigo de Ace. Pero no contó que la chica logró verlo, justo a tiempo para estirar su brazo y recibir el ataque.
"¡LUCY!"
Ella no esperaba ser llamada por su nombre. Mucho menos que fuera Ace quien la llamó con demasiada preocupación.
El hombre aprovechó para comenzar a correr lo más rápido posible. Por el momento nadie lo perseguía, pues Deuce había reaccionado para evitar que la chica sacara la daga enterrada de su brazo.
"Duele, pero duele más la mordida de un hombre pez", comentó Lucy con una sonrisa, para tratar de calmar los nervios de su hermano.
Algo que evidentemente no había funcionado, porque Ace la miraba con demasiada preocupación. Una mirada que no había visto en tanto tiempo.
"No quiero preguntar sobre cómo sabes eso, pero está herida es lo suficientemente grave para que tengas puntos", respondió Ace con severidad.
"Comandante, iré a atrapar a ese imbécil..."
Ace iba a negarse, después de todo, Teach ya estaba lo bastante lastimado y él tenía tantas ganas de matar al hombre por lo que había hecho, pero Teach había desaparecido, tan pronto como le había informado sus intenciones.
"Iré a buscarlo" murmuró, pero al ver toda la sangre derramada del brazo de la chica y a su amigo igual de herido y cansado que Teach, supo que lo mejor era apresurarse y llevar a esos dos al barco.
Sin decir nada o mirar a esos dos, una vez que Deuce terminó de hacer un torniquete para evitar que se derrame más sangre, tomó en brazos a la sorprendida Lucy.
"Puedo caminar sola" dijo con sorpresa y confusión. Nuevamente tuvo aquella extraña sensación que había tenido esa mañana cuando Ace la acorraló para regañarla.
Ace negó sin mirarla. "Estás herida tonta y Deuce no está en condiciones para llevarte directamente al barco, así que nos vamos a dar prisa, para que pueda volver por Teach".
"¿Estás seguro capitán?" Cuestionó Deuce preocupado. "Teach se veía peor que yo y este sujeto aún se defiende".
Ace asintió dudoso. "El barco no está tan lejos, los dejaré allí y regresaré. Incluso puedes tomar mi Den Den Mushi y dar aviso a los demás para que los más cercanos ayuden a Teach, por lo pronto, ella necesita ser tratada antes de que pierda más sangre".
Deuce asintió sin creer del todo lo que sucedía. Por lo general, Ace no priorizaba a alguien que no fuera de su tripulación, pero aquí estaba ahora, cargando a una chica herida a la que había jurado aborrecer solo por ser nieta del marine que había atrapado a Gol D. Roger.
Deuce estaba pensando seriamente en las posibilidades de un enamoramiento. Es decir, viéndolos bien, parecía que su capitán y la chica podrían congeniar demasiado bien, aunque posiblemente sólo estaba delirando...
"Espero que estés bien Teach".
~.☸.~
Había sido un tonto. Un verdadero y completo estúpido era la definición de cómo había sido.
Fue estúpido el solo hecho de pensar que pudo salirse con la suya y que ganaría dinero fácilmente, pero su plan comenzó a fallar, justo cuando se le ocurrió tratar de estafar a ese sujeto. Y ahora, justo en una cornisa de gran altura que prometía una muerte dolorosa al caer, veía completamente aterrado a ese hombre...
"Marshall D. Teach..."
Estaba aterrado. Demasiado aterrado por lo que vendría ahora.
"Barry, Barry, Barry".
El hombre comenzó a sudar frío al ver a Teach caminar lentamente y sin esa sonrisa falsa que les daba a los piratas de Barbablanca.
"Teach, te juro que si me das otra oportunidad conseguiré la fruta que quieres" dijo aterrado. "La Yami Yami No Mi será toda tuya, pero por favor, solo dame una oportunidad más", suplicó arrodillado.
Teach solamente negó, mientras sacaba una daga parecida a la que Barry había usado para atacar a la chica. Todo con una malévola sonrisa en su rostro.
"No confío en ti" dijo. "Menos cuando quisiste traicionarme y que sabes mis intenciones verdaderas. Lo siento Barry, pero hoy no es tu día".
Barry no esperaba que fuera obligado a usar sus manos para apuñalar a Teach en el abdomen, pero al ver a algunos hombres de la segunda división llegar, supo que todo había sido planeado.
Justo antes de caer al precipicio, Teach le murmuró algo. Y esas palabras, fueron suficiente para que temiera por lo que ese hombre era.
"Ese tipo sí que era muy bueno en lo que hacía".
"Al menos no te apuñaló en un lugar vital Teach, tuviste bastante suerte", mencionó uno de los hombres recién llegados, mientras ayudaba a su hermano herido.
"Solo espero que nuestro comandante no se culpe por lo que me sucedió", comentó con pena. "Juro que ese sujeto me hizo enojar en cuanto hirió a nuestra nueva hermana pequeña".
"En eso te doy la razón hermano. Cuando Deuce nos contó lo sucedido, todos quisimos matarlo por lo que hizo, así que no te acongojes, que, si hubiera estado en tu lugar, probablemente hubiera hecho lo mismo".
Teach sonrió al escuchar eso. Dio una última mirada al lugar por el que había lanzado a Barry y su mirada se tornó turbia y maliciosa.
Todo seguía como quería y esperaba que fuera así hasta tener en sus manos lo que buscaba. Y aunque tenía prisa por iniciar su plan, aún debía obtener la Yami Yami No Mi...
~.☸.~
Deuce había terminado de arreglar el brazo de la chica y ahora se aseguraba de ayudar a atender a los que fueron heridos en el barco.
Aparentemente nadie estaba grave, ni siquiera Teach, a quien estaba atendiendo justo ahora.
"Esa mocosa sí que tiene energía", mencionó Teach al oír todo el desastre fuera de la pequeña enfermería.
Deuce asintió "Ni bien le puse la venda, salió rebotando, mientras tarareaba", mencionó con calma. "La verdad, me alegra que no esté en una pésima condición, aunque me preocupa mucho el saber en los problemas que se pudo haber metido para tener esa tolerancia al dolor".
"Bueno, al menos por el momento ella se encuentra bien", mencionó Teach con calma. "Tal vez con el paso del tiempo, ella nos diga algo de su pasado, aunque él comandante no era de contarle a todo mundo sus secretos, la mocosa se nota que no es de guardarse las cosas por mucho tiempo".
Deuce decidió que lo mejor era hacer caso a las palabras de Teach. Tal vez la chica les contaría las cosas de su pasado y tal vez no le gustaría lo que escucharía, pero por ahora, Lucy estaba allí con ellos y por lo que podía oír, estaba causando mucho alboroto.
Ace por su parte, se aseguró de que todos estuvieran en el barco, y al saber que no tenían nada más por hacer, decidió dar la orden para ponerse en movimiento.
A lo lejos veía a la única chica del grupo lanzarse preocupada a los tres hombres que se arriesgaron por mantenerla a salvo y tuvo que mantener su impulso de alejar a la chica, cuando los vio sonrojarse por su cercanía. Obviamente se regañó así mismo por esas ideas, todo mientras cerraba los ojos y respiraba profundo.
Pero al sentir que algo no andaba del todo bien, abrió los ojos completamente alerta de su alrededor, pero no había nada y parecía que sus hombres no habían notado absolutamente nada. Iba a decidir que lo mejor era descansar, cuando su mirada viajó hacia la chica que había dejado de hablar y ahora miraba el mar.
En ese breve tiempo, había aprendido que Lucy era demasiado activa, tragona y problemática, así que verla tan quieta y callada, lo preocupó, especialmente cuando agarraba su brazo herido como si le doliera.
Tan preocupado estaba, que sólo se dio cuenta de lo cerca que ya estaba de la chica, cuando la agarró del hombro, pensando en que recibiría su habitual sonrisa. En su lugar, y sin que nadie se lo esperara, la chica terminó por derrumbarse en los brazos de un muy preocupado Ace.
Ace no lo pensó dos veces, tomó a la febril chica en brazos y la llevó donde Deuce estaba. Justo a tiempo, Teach salía de la enfermería, solo para ver sorprendido a su comandante.
"¿Qué le pasó?" Preguntó.
"No lo sé. Ella de repente se derrumbó con fiebre", respondió Ace.
Deuce vio con preocupación a la chica, mientras le indicaba a su capitán que la colocará en la cama. Algo que Ace hizo sin que se lo pidieran.
Explicó lo que había visto antes de que Lucy cayera y vio nervioso como Deuce tomaba la daga con la que habían lastimado a Lucy en primer lugar.
La daga seguía manchada con la sangre de la chica, pero ahora, en la punta, en lugar de tener un color rojo, se veía un tono más morado y oscuro.
"La daga tenía veneno", espetó preocupado. "El problema es que, al sacar la daga, el color de la sangre era normal y ahora, después de haber pasado un tiempo, se tornó morado. Debemos ir a alguna isla con médicos para pedir ayuda con un antídoto, mientras tanto, tendremos que mantenerla estable y en cama".
Ace sintió impotencia al ver a la chica en cama. En su cabeza una vocecita resonaba preguntando una y otra vez '¿Por qué no la protegiste?' Y no podía responder aquello. Pues Ace sentía que le había fallado al dueño de esa voz.
"Cerca de aquí hay una isla, así que haré que todo mundo se apresure para llegar".
Deuce asintió a lo dicho por Ace, mientras le suministraba a la chica algo para bajar la fiebre y dolor. Él francamente esperaba que llegaran a tiempo y sin algún molesto contratiempo.
"Resiste un poco más niña".
Y Lucy lo haría. No sólo porque si no lo hacía sus sueños jamás se cumplirían, también porque aún debía hacer que su hermano mayor recordará a Sabo y a ella.
"Sabo..."
Justo antes de que saliera, Ace se aseguró de mantener ese impulso que había salido tan repentinamente ese día completamente controlado.
'¿Quién rayos era ese tal Sabo que la chica pedía entre quejidos?'
'¿Y porque sentía esa desconocida rabia al escuchar ese nombre salir de la boca de la tonta esa?'
No sabía las respuestas a esas preguntas y la verdad, no era momento de tener esos sentimientos desconocidos. Lucy necesitaba ayuda con urgencia y debían darse prisa a obtenerla.
~.☸.~
En Baltigo las cosas no parecían ir tan bien como se esperaba. Por alguna razón, el segundo al mando de los revolucionarios se movía nervioso de un lado a otro. Dos de sus compañeros: una chica de cabello castaño y un Gyojin miraban al rubio con preocupación.
"Sabo-kun, creo que deberías tomarte un buen descanso".
El mencionado solamente negó ante la petición de su amiga, todo mientras veía cada una de las hojas con la información que su jefe le había pedido que buscará. Solo sintiendo rabia al ver cada tontería que decían en contra de la hija de Monkey D. Dragon.
No entendía la razón de esa rabia, aunque lo atribuía a que Dragon lo había criado como si fuera su hijo y ahora, la verdadera hija de ese hombre, recibía tanto repudio por culpa de los malditos nobles.
"No puedo hacerlo Koala" Respondió, mientras veía el cartel sin rostro que ofrecía una cuantiosa cantidad de dinero como recompensa. "Esos malditos ni siquiera la buscan muerta, quieren viva a la hija de Dragon-san", espetó con furia.
"Por lo menos la chica estará a salvo con los piratas de Barbablanca" mencionó con calma.
Sabo no estaba tan seguro de eso. Por alguna razón, una voz en su cabeza le decía que debía encontrar a la chica y asegurarse de que estuviera a salvo de todo aquel que quisiera lastimarla. Koala le había dicho un día atrás que seguramente se veía como el hermano mayor de la chica y que tenía un serio complejo de sobreprotección. No quería admitirlo, pero probablemente era eso y la chica estaba a salvo con la tripulación del hombre más fuerte.
Solo esperaba que Monkey D. Lucy estuviera a salvo o los causantes de su dolor tendrían que vérselas con él...
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OMAKE
Un niño rubio se encargaba de vendar de manera correcta el tobillo de su tonta hermana menor, quien no había dejado de llorar al ver la cantidad de sangre que había salido de su reciente herida.
"¡CÁLLATE YA LUFFY!"
El rubio miro con severidad al otro niño de cabello negro que hacía guardia, para evitar otro acercamiento indeseable.
"No duele nada..."
El rubio soltó un suspiro mientras negaba. Claro que su tonta hermana pequeña mentía, hasta alguien acostumbrado a recibir heridas como lo era él, veía que esa herida era dolorosa.
Lo peor era saber que ni él, ni Ace habían sido lo suficientemente rápidos para evitar que ese maldito imbécil le hiciera daño a Luffy y peor, que hubiera insinuado cosas asquerosas que su hermana pequeña no debería ni saber ahora, ni en un futuro.
Sabo era el más sensato, incluso era el que más paciencia debía tener cuando sus dos hermanos comenzaban a discutir por tonterías, pero juraba que el sólo hecho de haber escuchado a ese pervertido con intenciones nada sanas, le daba rabia. Especialmente si esas intenciones estaban dirigidas a la inocente Luffy.
"Sabo... ¿Estás enojado conmigo?"
El rubio miró a su hermana sin entender del todo la razón de aquella pregunta.
"No", respondió. "¿Por qué lo preguntas?"
"Es que de repente te veías como si estuvieras furioso, incluso dabas más miedo que Ace cuando está furioso" explicó nerviosa. "¿Estás bien?"
Sabo sonrió, mientras revolvía el cabello de su hermana. "Solo estaba pensando, así que no te preocupes" dijo. "Luffy, alguna, tal vez debas saber qué hacer en caso de que te topes con otro hombre como al que golpeamos Ace y yo..."
"¿Un pervertido?" Preguntó con pose pensadora. "Así lo llamaste antes".
Sabo asintió sin perder su sonrisa. "Bueno hermanita, una vez que tu pie esté bien, te enseñaré donde deberás atacar en caso de encontrarte con uno".
"Fue pura coincidencia lo ocurrido. Ningún hombre se fijaría en la tonta de Luffy, es demasiado fea", mencionó Ace con burla, mientras miraba a sus hermanos.
Luffy lo vio completamente indignada. "¡NO SOY FEA!" Gritó molesta, mientras trataba de pararse, lo cual no logró y comenzó a llorar nuevamente. "¡ME DUELE!"
Sabo miro mal a Ace, mientras trataba de calmar a su llorona hermana. "Si dejas de llorar, te llevaré en mi espalda" le dijo sonriente.
Luffy asintió, mientras se limpiaba todo rastro de lágrimas. "No estaba llorando para nada", dijo sonriente, mientras miraba hacia otro lado.
"Una pésima mentirosa" murmuró Sabo, mientras negaba.
Luffy no dijo nada, en su lugar subió a la espalda de su hermano más amable y le sacó la lengua a Ace, una vez que Sabo la había acomodado.
"Ace es el feo y además es muy malo" dijo con el ceño fruncido.
Ace estuvo apuntó de decir algo, pero decidió no seguirle el juego a su tonta hermana pequeña. Comenzó a caminar hacia su casa del árbol, sabiendo que Sabo y Luffy estarían atrás.
"Oh, Luffy, Ace es muy malo, pero estoy seguro de que le gustas lo suficiente como para decir esa clase de mentiras".
Ace paró su caminata completamente sonrojado. Miró a Sabo y al ver la burla en su sonrisa, supo que sólo lo estaba provocando.
"¡CLARO QUE ELLA NO ME GUSTA DE ESA MANERA!" Gritó apenado.
Sabo solamente comenzó a reír. "Eso diría alguien que le gusta una niña" dijo burlesco. "Pero te recuerdo que Luffy es nuestra pequeña hermana".
Luffy no entendía del todo, aunque sabía que Sabo solamente decía esas cosas para hacer enojar a Ace, lo cual, estaba funcionando demasiado bien.
"Lo ves Luffy, Ace es igual de mal mentiroso que tu" dijo Sabo, mientras miraba a su hermana.
Luffy asintió eufórica. "¡A Ace le gustó mucho!"
Ace terminó completamente rojo, y eso solo causó más risas de sus hermanos.
"¡Tonta Luffy, ni siquiera sabes de qué clase de gusto habla Sabo!"
Rápidamente comenzó a perseguir a sus dos hermanos menores, porque si, Sabo había empezado a huir, mientras él y Luffy seguían diciendo tonterías. Se notaba cuántas ganas tenían de recibir un puñetazo en sus cabezas huecas y el cómo buen hermano mayor, estaba más que dispuesto a darles lo que querían.
Continuará...
~°ɞ°~ღ~°ɞ°~
NOTAS: Y eso ha sido todo por este capítulo. Si les gustó, les agradecería que me lo hicieran saber con sus lindos comentarios :3
Les deje un pequeño recuerdo de los tres hermanos juntos para compensar que tarde demasiado en actualizar. Iré escribiendo el siguiente para tenerlo a tiempo para el inicio del mes y con eso se nos viene después el primer extra de esta historia :3
Les dije que iban a haber celos y los hay, nada más que Ace no sabe qué va a hervir de celos por culpa de su hermano, mientras que Sabo no sabe que su alarma de 'hermano sobreprotector' está sonando porque le urge proteger a Lucy...
Próximo capítulo: "La Inocencia Viste De Enfermedad", donde probablemente el ataque con veneno no sea la razón por la que Lucy probablemente siente mariposas en el estómago cada que ve a Ace...
En fin, nos leemos pronto...
Chau chau (^3-)/
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