Capítulo 25
EL SECRETO DETRÁS
"Otros escribirán desde la cabeza, pero él escribe desde el corazón, y el corazón siempre le entiende".
—La leyenda de Sleepy Hollow y otras historias, Washington Irving.
JUNE
Han transcurrido tres días de los cuales me gustaría presumir su normalidad, pero estaría mintiendo.
Tengo muchas cosas en la cabeza.
Por un lado, tengo a mi jefa de pronto más intensa que antes, ya no solo tratándome de copy girl, sino también de repartidora personal. Todo el tiempo está sobre mí, recriminándome los errores y señalándome los peros.
Por otro lado, no puedo sacarme de la cabeza a Duncan y su extraño comportamiento el día sábado. No he vuelto a saber nada de él, así como tampoco de Jake. Desisto de este último, pues empecé a aceptar que no me buscará y yo tampoco planeo hacerlo, así que se joda.
Una vez concluida la cena me dirijo al baño, me lavo los dientes y a medio camino hacia mi habitación recibo su llamada.
Lo dejo pasar la primera vez.
Me visto con el pijama y el teléfono insiste por segunda vez.
Dudo.
Compruebo que mi madre está dando vueltas en su habitación, me acerco a la cama y termino por contestar.
Al comienzo no escucho más que un profundo suspiro.
—June, hola —saluda Duncan.
—Suenas terrible.
—Sí, no estoy muy bien. Nada bien de echo. Tú... —Lo escucho suspirar—. ¿Puedes venir? Es decir...
—¿Estás ebrio?
—Bastante —admite.
¿Qué ha hecho durante estos últimos días? Es lo que me pregunto.
Verifico el reloj. Son cerca de las diez.
—No puedo salir a estas horas —le digo.
—Ah, claro, lo había olvidado. Lo siento.
La llamada se corta.
Contemplo la pantalla.
¿Qué fue eso?
Salta una notificación:
Gigoló: En verdad lo sento.
Ha cometido otro error gramatical, pero esta vez no le doy importancia. Más bien empiezo a releer sus últimos mensajes cuando de repente la presencia de mi madre en el umbral de mi puerta me sorprende.
Estira la mano y obedientemente, después de apagar el teléfono, se lo entrego.
Regreso a la cama y me dejo caer en ella.
El tiempo pasa y no soy capaz de conciliar el sueño.
Estoy preocupada. Duncan no es de los que beben hasta el punto de arrastrar las palabras. Pero no puedo simplemente ablandarme. Tomé una decisión y eso es no involucrarme con él.
Además, está todo eso que dijo el sábado. Actuó muy extraño. Sobre todo, eso último...
¿Te gustan los acrósticos? ¿Por qué de pronto dijo eso?
De inmediato recibo una cachetada mental y me siento sobre el colchón.
—¿Un acróstico?
¿Y qué había escrito en sus mensajes?
Fueron ocho, ¿cierto?
Me levanto de la cama.
—Si estoy loca y esto no funciona... —Miro hacia el techo—. Hazme el favor y mátame.
Enciendo la luz de la mesita de noche, me acerco al escritorio y rápidamente tomo papel en blanco y lápiz.
—Entonces...
¿Cuál fue el primero?
Escribo el número 1, una flecha y a su lado empiezo con el "Es de mañana".
Dejo un espacio porque no recuerdo el segundo mensaje.
Abajo de este escribo 3, otra flecha y "¿Quién duerme a estas horas?".
4, flecha, "Increíble".
5, flecha, "Es increíble".
Esos no los he olvidado aún, así como tampoco...
6: "¿Ola?".
En un círculo encierro las primeras letras de todo lo que tengo, y queda: E, Q, I, E, O.
Todavía me faltan dos, por lo que no encuentro sentido alguno, pero entonces recuerdo el segundo mensaje más otro que también olvidé.
Me preguntó: "¿Estás despierta?" y luego "¿Quién duerme a estas horas?". Entonces escribo el número 2 en el "¿Estás despierta?".
Luego...
—¿Solamente tú? —Muerdo la goma de borrar—. No, no fue eso.
"Únicamente tú". Sí, eso. Este definitivamente es el número 4.
Entonces tenemos...
1: "Es de mañana".
2: "¿Quién duerme a estas horas?"
3: "Únicamente tú".
4: "Increíble".
5: "Es increíble".
6: "Roncas muy fuerte". Este se me pasó por alto.
7: "¿Ola?
Aunque me falta uno intento averiguar lo que dice hasta este punto.
—E, Q, Ú, I, E, R, O. Pero ¿qué diablos significa? —Jamás he sido buena para estas cosas—. Aunque, esperen un segundo...
Agrego Técnicamente al primer mensaje.
T, E, Q, Ú, I, E, R, O. Subrayo el resultado.
Se escribe Hola, no Ola. Le había dicho, a lo que él me contestó con seguridad:
No, está bien escrito así.
—Por un demonio. —Contemplo hacia la ventana.
Duncan y los secretos detrás de sus escritos no terminan de sorprenderme.
Recuerdo la forma en que lucía poco antes de preguntarme si acaso me gustaban los acrósticos y se me encoge el corazón.
—Cerré la ventana y ni siquiera volteé a verte.
Aquí es cuando mi decisión empieza a flaquear.
¿Acaso es pena esto que siento?
¿Cuántas de ustedes regresaron al anterior capítulo para ver los mensajes enviados por Duncan y darse cuenta que de verdad era un acróstico?
¿Cuántas de ustedes se dieron cuenta de que era un acróstico antes de leer este capítulo?
¿Quién murió de amor al darse cuenta de lo que decía el acróstico?
¿Quién lo descubrió antes que June? XD
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