Sentimientos Divididos.

"Diálogos enredados entre Chun y Allen: Diálogos en Cursivas: Chun, Diálogos en Negrita: Allen y Diálogos en Cursiva y Negrita: Ambos a la vez."



"—Tenemos miedo.

No sueltes mi mano...Yuu."

.....

Luego de aquella extraña conversación, el albino cayó en la inconsciencia. Kanda recordaba con detenimiento sus últimas palabras, sonaban tan desesperadas que era difícil de creer que las había pronunciado el mismísimo Allen Walker.

La situación era tan desesperante para Allen como para Kanda, después de todo, no había nada más frustrante que luchar contra un enemigo al que no puedes ver ni tocar.

Con el albino inconsciente, Kanda no tenía más remedio que reportarle la situación a Komui. Pero antes de siquiera poder levantarse de la cama, sintió que algo jalaba suavemente de sus cabellos.

No irte... —susurró suavemente.

El azabache lo miró confundido. Su mirada parecía totalmente ida, como aquella vez que deliraba en la habitación que lo metieron temporalmente a descansar, su boca apenas se movía y no pestañeaba coordinadamente, sin mencionar que el agarre de su mano era tan ligero que era casi imperceptible, no tenía real control de su cuerpo y la única mano que parecía poder mover era la derecha mientras que su mano izquierda donde poseía la inocencia parasitaria estaba completamente inmóvil.

No te vayas. —volvió a susurrar.

—Tengo que llamar a Komui. —dijo saliendo finalmente de la cama.

Caminó hasta la puerta y como si de un pequeño ángel caído del cielo se tratase, Timcampy apareció fuera de la habitación, encontrándose con Kanda.

— ¿Tú? ¿Qué haces aquí?

Timcampy ignoró al azabache y voló rápidamente hacia adentro de la habitación, donde se encontraba el cuerpo de su pequeño amo.

—El enano está medio muerto. Si quieres ser de ayuda ve por Komui. —dijo Kanda con un movimiento de cabeza, preocupando al pequeño golem dorado el cual salió volando tan rápido como se lo permitieron sus alas en busca del científico.

Tim...Tim. —murmuraba Allen.

—No te sobre esfuerces en vano, regresará pronto. Duerme un poco.

Y como si de un hechizo se tratase, el menor cerró sus ojos lentamente cayendo completamente en la inconsciencia otra vez. Se veía tranquilo, su respiración acompasada tranquilizaba a Kanda, al menos luego de lo que había ocurrido el menor podía descansar al fin. Solo esperaba que ese descanso trajera más soluciones que problemas.

Mientras Kanda admiraba a Allen dormir, Komui llegó a toda prisa junto a Timcampy.

— ¡KANDA! —dijo alarmado Komui al ingresar a la habitación. — ¿Cómo se encuentra?

—Duerme. Solo eso.

— ¿Eh? Pero Tim dijo que...

—La rata voladora no sabe lo que pasó antes de caer dormido. Por eso lo envié a buscarte.

Mientras Kanda ponía al tanto a Komui sobre lo ocurrido minutos atrás, Timcampy se dedicaba a mimar a su amo con sus alas. Timcampy había pasado todo este tiempo metido en el Arca descansando, así que no estaba enterado de que había pasado después de la tormenta la cual lo había sacudido bastante cuando se metió en ella en un intento por salvar a su albino amo.

Tim era un buen golem y un buen amigo de Allen también, así que verlo en ese estado lo ponía muy triste.

—Oh Tim, no llores. Allen-kun solo está descansando. —dijo acunando entre sus manos a Tim.

—No le lloren encima magdalenas o lo despertarán. —inquirió molesto Kanda.

—Por cierto Kanda, hay una cosita que no me quedó muy en claro. —preguntó curioso.

— ¿Qué? Habla rápido, quiero irme a entrenar.

—No creo que sea bueno que te alejes demasiado, por si despierta. Eh bueno, lo que quería preguntarte era sobre lo que me dijiste ¿Por qué "despertaste" así a Allen-kun?

—Tsk, es una estúpida y muy larga historia. —respondió con fingido fastidio.

—Tengo tiempo. —dijo alegre. Sabía que tal vez no debería inmiscuirse en ello y que tal vez no era algo redundante para tratar a Allen, pero como buen científico su curiosidad era innato.

Komui sabía que estaba metiéndose en terreno peligroso, más aun tratándose de Kanda, pero la duda y curiosidad carcomía sus entrañas por saber los motivos ocultos tras esa interesante historia.

—Tsk, bien. ¿Recuerdas cuando Crown Clown despertó?

—Oh sí, ese día que lo llevaste a entrenar ¿verdad? Allen-kun movía su mano de manera consciente y podíamos comunicarnos con él.

—Ese día el enano, la inocencia, me besó. —explicaba Kanda, intentando demostrar desinterés con el hecho. —Y ahí fue cuando el brazo del Moyashi comenzó a moverse.

—Ooh, ya veo. Pero no nos habías contado eso aquella vez.

—Como sea. Pensé que eso pudo haber sido lo que hizo volver al Moyashi en aquella ocasión y que podría funcionar una vez más. Fue sólo eso.

—Mmh interesante teoría. Me preguntó por qué será. Tal vez, al sentirse confundido con esa...bueno, muestra de afecto por tu parte, eso provocó su inestabilidad emocional.

—No sé, ni me interesa ¿Ya puedo irme? —dijo con molestia.

—Ah sí, pero regresa pronto por favor.

Dicho eso, Kanda salió despavorido de la habitación. Dejando a un Komui confundido analizando sus reacciones, después de todo, era la primera vez que veía al azabache actuando de esa manera, sin mencionar que jamás había visto a Kanda tener esa clase de "contacto humano" con nadie, menos que menos si eso significaba ayudar a alguien.

—Parece ser que tu muchacho está creciendo, Froi.

.....

Luego de la conversación con Komui, Kanda había decidido ir por Mugen para entrenar un poco, ahora quería evitar lo más posible al científico loco, sabía que después de contarle lo que había hecho por el Moyashi de seguro lo interrogaría más de la cuenta.

Por su parte, Komui decidió mudar parte de su equipo especial al cuarto donde reposaba el albino. Aprovechando su inconsciencia, Komui volvió a colocar los electrodos adhesivos en el rostro y cabeza del albino para recabar algo de información. Tan pronto como colocó el último adhesivo a la cara de Allen, la máquina se activó comenzando a lanzar metros y metros de resultados en el papel. Komui se preocupó, miró todos y cada uno de los resultados expulsados por el aparato y no era para nada normal esa avalancha de datos para una persona dormida.

De pronto, la máquina dejó de liberar los datos asustando a Komui por un momento. Seguía produciendo sonidos, dando a entender que claramente seguía registrando los datos del albino, pero ya no tenía lugar físico donde transcribirlos. Por suerte, la máquina tenía una memoria interna, colocada por el mismo Komui, para tener registros de todo lo que obtuviera de la mente del albino.

—Dios mío Allen ¿Qué tanto tienes en tu cabeza?

.....

Entretanto, el albino luchaba su propia pelea lo mejor que podía, en su propia mente.

¡TÚ! ¡ERES TÚ! TODO ESTO ES TU CULPA.

¡NO SER VERDAD! ¡BASTA, BASTA!

¡VETE! Solo vete y déjanos en paz. Ya has causado demasiado daño. DEBES DETENERTE.

¡NO, NO SER VERDAD! Chun es bueno, es bueno.

¡CÁLLATE! ¿CÓMO PUEDES DECIR ESO DESPUÉS DE TODO LO QUE HAS HECHO? Después de todo lo que me hiciste. Lo que hiciste con mi cuerpo...con Kanda ¡ERES HORRIBLE! TE ODIO, TE ODIO, TE ODIO.

¡BASTA, BASTA, BASTA! Chun va a quedarse, se quedará con nii-san, nee-chan, con Kanla, con osito. ¡CHUN SE QUEDA! ¡Chun no querer irse! Estar solito. Solito de nuevo no. ¡NO MÁS!

¡ES MI CUERPO! NO PUEDES ARREBATÁRMELO.

La señorita Aurora se fue... Chun solo aquí ahora. Chun no solito... con Kanla.

.....

Las horas pasan, Allen Walker sigue durmiendo y hoy se cumplen 5 días desde que la Orden entera se encuentra trabajando para evitar que el albino sea víctima de los experimentos despiadados de Malcolm Levellier.

—Komui... Buenas.

—Oh Reever-san ¿noticias?

—No, todo sigue igual que ayer y el día anterior. —dijo soltando una pila de datos sobre el escritorio de Komui. —Tenemos montañas de datos pero no tenemos idea de qué hacer con ellos. Si te soy sincero, ya estoy hasta la coronilla de tantos papel que no sirven para nada.

—Ja, ja, ja. Lo dices como si fuera la primera vez que nos ahogamos en papeles inútiles. —respondió Komui en un intento por suavizar el humor de su amigo. —Ven aquí, relájate un momento y bebe un café conmigo. —le dijo ofreciéndole una taza.

— ¡PUAJ! ¡Qué asco Komui, está frío!

—No dije que fuera buen café. Lenalee-chan se fue con el mano larga de Bak-chan a la Rama Asiática, ya no tengo café preparado por mi linda Lenalee-chan. —dijo lloriqueando.

—Pero al menos caliéntalo hombre. ¿A qué fue Lenalee con Bak?

—Lavi-kun pensó que sería buena idea ir allá a pedir ayuda.

— ¿Pero no teníamos prohibido el uso del Arca? —preguntó confundido Reever.

—Sí, pero cuando me dijeron sobre su idea ya habían cruzado al otro lado.

.....

Mientras tanto, en la Sala de Meditación.

El recinto se encontraba en completo silencio, no se podía oír ni un solo sonido. Eso lo convertía en el lugar perfecto para que cierto japonés despejara su mente. Aunque su mente parecía no poder despegar esos recuerdos generados junto a cierto albino.

Sus recuerdos eran de un albino tan pequeño, tan frágil y tan inexperto. Recordar a Allen temblando ligeramente bajo su cuerpo, recordarlo sonrojado con sus ojos cerrados dejándose llevar por el beso eran tan inverosímiles, vaya recuerdos únicos, porque de seguro esa había sido su primera experiencia de esa índole. Aunque él no podía llamarse a sí mismo un experto en el tema, definitivamente tenía más experiencia en donde el albino no. En parte le debía esa "experiencia" a su ex compañero exorcista Daisya Barry, de no ser por esa misión en Alemania donde Daisya lo engañó para entrar en ese extraño bar tal vez seguiría... inexperto.

Era difícil alejar esos pensamientos de su cabeza, no solo por lo ocurrido, sino que le era difícil comprenderse a sí mismo.

¿Por qué lo había hecho? Para traer de vuelta al Moyashi, sí. ¿Pero después? ¿Por qué continuó haciéndolo? Si ya estaba despierto.

Definitivamente había muchos puntos que unir y muchos otros que no podía entender, debía buscar respuestas o no podría descansar su mente en paz.

Decidido, Kanda se levantó de su lugar para ir rumbo a la habitación de Allen, pero antes de poder emprender camino su golem comenzó a transmitir una llamada.

— ¡KANDA! Habla Reever, ven a la Enfermería por favor.

— ¿Qué diablos ocurre ahora?

—Es Allen. Bueno, en realidad... Chun.

Kanda al oír eso salió volando rumbo a la Enfermería, quería saber qué estaba pasando porque no solo sonaba la voz algo alterada de Reever en la transmisión también se podía escuchar al menor gritando algo incoherente y de manera repetitiva. Al llegar a destino, pudo entender finalmente que tanto gritaba el albino.

¡QUIERO A KANLA Y A OSITO! ¡QUIERO A KANLA Y A OSITO! ¡QUIERO A KANLA Y A OSITO!

— ¿Y ahora cuál es tu maldito problema enano pulgoso? —entró gritando el azabache.

¡KANLA! —gritó emocionado intentando bajarse de la cama pero Reever lo detuvo a tiempo, de lo contrario hubiera caído de cara al suelo. — ¡Dejarme, dejarme! ¡KANLA!

— ¡SILENCIO! Harás que me duela la cabeza. ¿Qué quieres? —dijo acercándose a la cama.

—Quiero a Kanla. —dijo abrazándose a la cintura del mayor. —Y a osito también.

—Suéltame, no sé de qué demonios hablas.

—Debe referirse al oso de felpa que Miranda le regaló la vez pasada. —dijo Reever.

—Denle el estúpido oso entonces. No es tan difícil carajo. ¿Para esto me llamaron?

—No era solo por eso Kanda, es por algo que dijo apenas despertar. Nos preocupa que sea algo muy malo. —dijo dubitativo Komui.

— ¿Qué? Hey, enano ¿Qué dijiste?

¡KANLA, KANLA! —dijo emocionado. —Ahora Kanla y Chun juntos. Vocecita Allen irse lejos.











Hola a todos! ¿Cómo están? Espero que bien.

Aquí vuelvo con un nuevo capítulo, espero haber logrado transmitir lo que buscaba. Este fic se está volviendo mas y mas "sentimental" de lo que tenía pensado en un inicio, pero me gusta el rumbo que va tomando. Miedo, incertidumbre, deseos, entre otros; son algunas de las cosas que irán tomando algo de protagonismo de ahora en más. 

Ojalá les guste.

Nos vemos a la próxima.

PD: ¿verdad que esa imagen hubiera quedado mejor en el capítulo anterior? :) Siempre tonta, nunca intonta. Igual la pondré aquí para que la aprecien como yo jaja

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top