Luchador Indomable, Luchador Incansable.
"Recuerden que SOLO los diálogos enredados de Chun y Allen los diferencio así: Diálogos en Cursivas: Chun, Diálogos en Negrita: Allen y Diálogos en Cursiva y Negrita: Ambos a la vez."
Las luces no dejaban de centellear como locas, el albino no paraba de quejarse y Kanda no paraba de gritar pidiéndole que no lo dejara tomar el control. Todo era un caos absoluto. De pronto, guiado por el escándalo y los gritos de Kanda, Komui llegó al rescate.
— ¡KANDA! ¿QUÉ PASA? —gritó entrando a la habitación.
— ¡LA PORQUERÍA QUE LE DISTE NO SIRVE! LA INOCENCIA ESTÁ VOLVIENDO. —dijo gritando.
—Tranquilo, tranquilo. Ya había pensado en eso. —dijo tomando unas ampollas para llenar la jeringa con diferentes medidas de esos líquidos extraños.
Komui terminó de preparar la inyección, que terminó viéndose de un extraño color púrpura y la inyectó en el brazo izquierdo del albino, justo en Crown Clown.
Tan pronto como Komui inyectó al menor, las luces volvieron lentamente a la normalidad y el agitado quinceañero volvía a respirar con paz.
— ¿Qué porquería le inyectaste ahora?
—Adrenalina. Con otras cosillas. Ahora su ojo está sedado y su brazo parecerá el corazón de un caballo de carreras. Si mis cálculos son correctos, eso nos dará tiempo suficiente para ir con Hevlaska y encontrar una solución.
—Tus cálculos son un asco. ¡MUÉVETE!
Kanda tomó el pequeño cuerpo del albino y lo cargó fuera de la habitación, todos lo veían atentamente sin entender que haría a continuación. Algunos sentían temor por la integridad del menor, después de todo ambos exorcistas nunca se habían llevado muy bien.
—Kanda, espera. ¿A dónde vas? —dijo Lenalee siguiendo al azabache de cerca.
— ¿Tú que crees? Voy con Hevlaska para terminar con todo esto de una vez por todas.
— ¿¡Qué!? No puedes, no. Es muy peligroso. —dijo interponiéndose en su camino. —Tú mejor que nadie sabes de lo que la inocencia es capaz de hacer, Allen-kun no se encuentra en un buen estado para superar algo como eso.
—Muévete.
—N...No, es peligroso.
—Muévete, ahora.
—No. Allen-kun es mi amigo. No puedo dejar que le hagas esto.
—Muévete o tendré que lastimarte. —dijo en un tono autoritario.
— ¡LENALEE! —gritó Lavi llegando al lugar. —Déjalo pasar.
— ¿¡QUÉ!? No, Lavi tú también sabes que pasará. No podemos...
— ¡LENALEE! BASTA—gritó Junior a la chica que parecía histérica por la situación. —Hablo en serio, déjalo pasar ya no hay tiempo. Levellier acaba de llamar, viene en camino.
.....
Tan pronto Lavi advirtió a sus amigos sobre Levellier, Kanda empujó a Lenalee para retomar su camino hasta la Sala donde moraba Hevlaska. Las visitas de ese hombre nunca traían nada bueno, las ordenes que salían de su boca era iguales o peores a una sentencia de muerte. Kanda sabía eso, sabía que sería capaz de cualquier cosa, pero no dejaría que llegara a Allen.
—Así que al fin se decidieron por traerlo. ¿Komui sabe sobre esto? —preguntó Hevlaska.
—No y no me importa. Necesitamos que hagas algo y que lo hagas ya. No tenemos tiempo.
—Veré que puedo hacer.
Hevlaska tomó al agitado albino delicadamente entre sus blanquecinas manos, elevó su cuerpo y comenzó a examinarlo. No se veía diferente a sus exámenes normales para los exorcistas nuevos, pero sí se estaba tardando más de lo usual. Luego de un rato, por fin habló.
"—Este pequeño tiene demasiada historia, es probable que fuese incluso uno de los primeros fragmentos en romperse. Siempre resistiendo, siempre sobreviviendo ante las adversidades. Un día encontró a un alma igual de golpeada por la vida como él, él podía sobrevivir en ella y ella podía sobrevivir con él, pero ella no quería prolongar lo inevitable. Serás un Guerrero, serás un Luchador... el Luchador Indomable, el Luchador Incansable. Algún día encontraras a otro como tú, que esta vez sí podrá seguirte el paso y así no volver a estar solo. Resiste luchador, resiste."
— ¿QUÉ DEMONIOS FUE ESO? ¿UNA PROFECÍA? ¡TIENES QUE SACÁRSELO!
—No puedo hacer eso, exorcista Kanda Yuu. —dijo bajando el cuerpo inconsciente de Allen.
— ¿Y POR QUÉ DIABLOS NO? Esa cosa lo terminará matando.
— ¿Este pequeño? Lo dudo. El exorcista Allen Walker está incluso más asustado que la inocencia misma. Si Allen Walker tuviera más fuerzas, la inocencia no podría estar tan cómoda alojada en Allen Walker.
—No entiendo, entonces... ¿El miedo de Allen-kun permite que la inocencia se aloje en su cuerpo? —preguntó Lenalee.
— Supongo que su inestabilidad le da pase libre a que posea su cuerpo ¿Pero a qué le tiene miedo Allen?
—Lo lamento, pero yo no puedo decirles eso. Eso es algo que solo Allen Walker sabe. Ya no puedo hacer más en este punto. El resto queda en él. Además, no se preocupen por la llegada de ese hombre, sin el Arca no puede llegar en menos de una semana aquí, en su última visita dijo que tenía un compromiso en la División Americana. Es un viaje bastante largo.
Luego de esa experiencia insatisfactoria con Hevlaska, los muchachos llevaron al albino a un cuarto disponible para que descansara, después de todo su cuarto aún no estaba en condiciones después de la tormenta.
Todos estaban en el pasillo, fuera de la habitación donde reposaba el menor. Kanda parecía explotar en ira, Lenalee respiraba aliviada porque su amigo no tuvo que pasar por la experiencia de una extracción y Lavi seguía pensativo al respecto.
—Bueno, no era lo que esperábamos.
—Cállate usagui. No estoy de humor para tus tonterías.
—Chicos, iré con nii-san para comentarle lo que dijo Hevlaska. —habló tímidamente la china.
Luego de que Lenalee se marchara, Kanda se sentó en el piso mientras que Lavi se quedó a su lado de pie. Ambos se mantenían en silencio sin saber que decir, ninguno se esperaba una profecía de Hev, solo se esperaban poder sacar a Chun por las buenas o por las malas.
— ¿A qué crees que Allen le tenga miedo? —preguntó Lavi rompiendo el silencio.
— ¿Y cómo diablos voy a saber?
—Bueno, han estado juntos desde su misión, pensé que tal vez...
—Pues pensaste mal. Lo único que he conseguido con él fue una lluvia diaria sobre mi cabeza.
—Entiendo, bueno iré con el viejo panda tal vez se le ocurra algo. Deberías ir a descansar.
Luego de que el pelirrojo se fuera, Kanda ingresó a la habitación del menor y buscó una silla para sentarse junto a la cama. Intentaba pensar en una manera para terminar con todo, pero esa profecía lo confundía demasiado. Todo el tiempo pensaron que la inocencia era el problema pero, por lo que entendía de las palabras de Hevlaska la inocencia no sería un problema si el albino no le cediera lugar. ¿Entonces? ¿Cómo proceder ahora?
—Mmh... —se quejaba el albino en la cama.
— ¿Moyashi? Más te vale ser tú porque todo esto me está cansando y...
— ¿Kanda? —murmuró a la vez que abría sus ojos. —¿Eres tú?
—Sí enano.
— ¿Dónde estoy? ¿Qué pasó? —comenzó a preguntar mirando la habitación.
—Te llevamos con Hevlaska pero no resultó como esperábamos, por eso estas aquí.
— ¿Con Hevlaska? ¿Por qué me llevaron con ella?
—Pensamos que podría retirarte esa porquería del ojo pero no hizo nada. Dice que no puede.
— ¿Mi ojo? No entiendo.
— ¿Qué demonios no entiendes? Queríamos sacarte la inocencia de encima.
— ¿¡QUITARME MI INOCENCIA!? ¿¡POR QUÉ!? —gritó asustado intentando levantarse de la cama. —Yo no quiero, no...
— ¿De qué hablas estúpido Moyashi? Quédate quieto o te caerás de la cama. —dijo sujetándolo para que dejara de moverse.
—Déjame en paz. Quiero irme a mi cuarto. Déjame, suéltame.
— ¿Tu cuarto? ¿De qué hablas? Tu cuarto es un maldito chiquero por la tormenta. ¡QUÉDATE QUIETO! —dijo empujándolo a la cama para inmovilizarlo.
—Ka...K...Kanda, estoy ma... mareado. —susurró agitado.
— ¿Mareado? ¿Ahora qué te pasa?
—No sé. Me siento extraño.
—Tsk, siempre causando problemas. Espérame, traeré al complejo de hermana.
— ¡NO! ¡NO TE VAYAS! —gritó el albino con la misma voz doble que la última vez en el baño.
— ¿Moyashi? —preguntó temeroso Kanda. —No me digas que...
—No, Moyashi. —volvieron a hablar al mismo tiempo. —Soy Allen/Chun.
—Esto debe ser una maldita broma. —susurró Kanda. —Enano, escúchame. Hevlaska no puede sacarte esta cosa, —dijo acariciando su ojo poseído por la inocencia. — pero tú tienes que hacer algo. No lo dejes tomarte ¿me escuchaste? Tienes que resistir.
— ¿Qué es resistir? —preguntó Chun.
— ¿Tú otra vez? —dijo enojado. —Me tienes harto, deja al enano tranquilo ¿escuchaste? Este no es tu cuerpo, no son compatibles. Lo vas a lastimar.
— ¿Lastimar? No lastimar Allen. —dijo comenzando a sollozar.
—Pero lo harás si sigues así. ¡Tienes que irte!
—No quiero... no quiero estar solo. No me dejes... —dijo alterado el pequeño Chun intentando sujetarse a Kanda. —No me dejes, por favor.
El azabache no sabía qué hacer, sentía que la situación se le estaba escapando de las manos, al igual que la conciencia del albino.
—No sé qué crees que sucederá si sales de él. —dijo con voz calma para tranquilizarlo. —Pero no estarás solo, no eres el único aquí.
— ¿De quién hablas? —dijo aturdido el albino.
— ¿Moyashi? —Kanda lo miró a los ojos y pudo notar que no tenía su mirada del todo enfocada, parecía totalmente perdido y desorientado. —Hey enano... —dijo moviendo su mano derecha frente al rostro del menor. — ¿Puedes oírme?
— ¿Dónde estoy?
— ¡ESCÚCHAME MOYASHI! Presta atención, tienes que espabilar. —dijo jalando sus mejillas bruscamente. —Necesito que reacciones, tienes que estar aquí...Tienes que luchar.
— ¿Qué me está pasando?
—Luego te explico. Por ahora, solo resiste.
Mientras Allen intentaba mantenerse despierto y consciente, Kanda buscaba la manera de solucionar de algún modo todo ese lío y al fin poder sacar la inocencia del menor. Hevlaska había sido siempre la primera y última opción pero ahora, ya no tenía ni eso. ¿Qué otra opción había? La inocencia estaba fuertemente adherida a su huésped. Ya se le acababan las ideas.
— Maldición. —susurraba Kanda mientras caminaba por la habitación. Pero un bostezo del albino lo sacó de sus cavilaciones. — ¿Y ahora qué? No te duermas. —dijo irritado. —Lo último que necesito es volver más pasos para atrás.
—Pero tengo sueño. —respondió haciendo pucheros cual niño pequeño.
—Te necesito despierto.
—Pero...
—Nada de peros, quédate así. Si te duermes puede que...
—Si vocecita no duerme, va a doler...
— Carajo, tú otra vez. ¿¡CUÁNDO VAS A DEJAR DE MOLESTAR!?
—Quiero dormir... —respondieron con voz somnolienta al unísono. —Estoy cansado.
— ¿Ambos? —preguntó confuso.
—Sí. ¿Por qué? —preguntó dando otro bostezo.
—Si los dejo dormir... —dijo serio, sentándose en la cama junto al menor. —Prométeme que al despertar no tendremos problemas nuevos.
—No problemas. Chun dormir. Vocecita Allen también.
—De acuerdo. Te tomare la palabra. Descansen un poco, de todos modos ya no sé qué mierda más hacer con ustedes dos.
— ¿Kanla enojado? No enojar, mugen-nii ponerse triste. —decía mientras lentamente cerraba sus ojitos adormilados.
Kanda no dijo nada más. Solo se quedó allí, viéndolo dormir tranquilo, como si nada pasara.
¡Hola! volví. Yey~
Perdón, lo sé. Me retrase mucho esta vez, pero es que me estaba costando lograr las escenas que quería, ademas de que estoy dividiendo mi tiempo entre escribir y en hacer el Mermay2020, si les interesa echarle un ojo (por cierto voy con retraso) búsquenme en Instagram como @demonsakur.art subo ahí mis dibujos chungos :P
Bueno, ojalá les guste el capitulo ¿cómo creen que Kanda solucionará el problema? Déjenme sus teorías conspiratorias en los comentarios. Nos vemos la próxima.
(No sé porqué Wattpad quita espacios ¿Alguien más tiene ese problema al publicar? Es molesto ver que tengo que revisar todo otra vez para no "encontrarfrasesasí" ya bastante malo era que cambiara los guiones de diálogo)
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