¿Y el viejo? Bueno...

La policía también lo encontró en su mansión. Desnudo y tumbado boca abajo sobre la misma mesa donde Habib casi me mató a mí. Y muerto. Parece que Habib se ensañó un poco con él, pero yo ya había imaginado que habiendo vivido una guerra tan cruel en su país, no se iba a cortar un pelo.

En esto también he pensado mucho. Fui yo la que le dije a Habib que había que matarlo. Cierto que él había intentado matarme a mí... dos veces, pero técnicamente también soy una asesina. No sé si hubiera habido otra manera, pero me cuesta mucho tener remordimientos cuando pienso en aquel cabrón.

Lo de la mesa fue el final de una larga "sesión", mientras yo esperaba en el coche. Por lo visto el viejo estaba delicado de salud, y cuando vio lo que pasaba se asustó tanto que a Habib no le costó nada obligarlo a abrir su caja fuerte, y luego, abajo, a decir cosas, principalmente insultos racistas y gritos pidiendo más cuando le estaba dando.

Habib había preparado bien la cámara para grabarlo. La policía la encontró aún encendida al llegar, y en el vídeo aparecía Habib de espaldas, llorando arrepentido y asustado, y largándose corriendo al ver que el viejo... ya no pedía más. De eso se trató todo: Dejar alguna pista y las conclusiones, para la policía.

Naturalmente, a parte de ese vídeo y la colección que Habib les dejó en su ordenador, no le encontraron nada más al viejo. Y algo gordo debía haber, porque la fortuna que tenía era enorme, y además el Diego y sus amigos dijeron que no lo conocían. Pero resulta que el hombre tenía amistades muy "incómodas" con gente importante de la justicia y la política. Y cuando esas "amistades" se enteraron de lo de los vídeos, enseguida recomendaron a la fiscalía no remover un asunto tan lamentable con un hombre tan bien considerado en sociedad. Además al negro que aparecía en el vídeo no se le veía bien y parecía un desgraciado, debía ser algún africano sin papeles. En apenas un par de meses, el caso fue cerrado y archivado.