P8C36. Bajo la negra noche

El lateral de la ronda en aquella zona. Desierto. A la derecha la amplia acera, y tras ella la playa bajo la negra noche. También desierta. Y un solitario coche recorriendo a gran velocidad el asfalto del lateral, demasiado rápido incluso para un coche de la policía. Y vistas desde dentro de ese coche, aún a lo lejos, unas luces azules.

Demasiado rápido.

Llegamos enseguida. Eran las luces azules de otros dos coches patrulla que estaban completamente sobre la acera. Y junto a estos, sobre el asfalto, un coche negro.

Parecía un control policial, pero no estaba segura. El poli guapo detuvo el coche bastante antes, y en ese sitio o no había farolas o estaban apagadas. Las únicas luces eran las de los faros de nuestro coche, y las azules en el techo de los otros dos, que me mostraban un escenario lejano y azulado: Cuatro agentes de policía hablando con un hombre que estaba de pie, apoyado en el coche negro. Un hombre grande, muy alto, con una camiseta blanca.

─Disculpe. Será sólo un momento ─Dijo el poli guapo, y salió cerrando la puerta.

Lo miré mientras andaba hacia los otros policías. Y seguí mirando mientras hablaba con ellos y con el otro hombre, aún apoyado en el coche negro. Y seguí mirando cómo los otros cuatro policías subían a sus coches patrulla. Y cómo arrancaban. Y cómo se iban.

Y seguí mirando al poli guapo con pinta de bueno, al hombre alto con camiseta blanca y al coche negro. Y así seguí cuando se abrió una puerta del coche negro y salió otro hombre. Y así, sin entender nada, pasé a mirar al hombre que había salido. Lo veía bajo la negra noche, un poco de lejos, pero se le reconocía. Y estúpida de mí, no me lo creía.

Otra vez... Por favor, otra vez no.

El tal Diego.

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