P8C16. Aún más prisionera
Me quedé allí sentada, otra vez con lágrimas en los ojos. Acababa de salir de un infierno y eso era lo que me encontraba al volver: Mi deprimente vida. Un hombre con una hija de dieciséis años que desaparece más de dos días, y cuando vuelve ni qué ha pasado ni dónde has estado. Una simple llamada de trabajo y se larga. Como siempre. Y no sin antes, claro, dejarme otro de sus típicos encargos.
Y habían intentado matarme. Y las palabras de Nuria resonaban en mi cabeza: "Van a por ti". Y eso era lo peor: Verme obligada a explicarle a mi padre lo que había pasado, y tener que esperar a que no estuviera ocupado para hacerlo. Y para que me lo hiciera pagar.
Allí sola, sentada llorando, escapada de un infierno para sentirme aún más prisionera. Ni a la calle podía salir.
Y finalmente me levanté. No sabía qué hacer y fui a mi habitación. Aún estaba la tarjeta de Nuria sobre la mesa, y mi móvil con la pantalla negra pero encendido ¿Lo habría visto mi padre? Pero ¿qué más da ya? Si lo ha visto, mejor. Y no tenía ningunas ganas, pero me pudo la curiosidad. Puse el CD y arranqué el ordenador. Luego escribí en el navegador la IP de la web que me había escrito Nuria.
"El servidor en XXX.XXX.XXX.XXX tarda demasiado en responder..."
Justo como había dicho José: Ya no existe. Ostras, José... El pobre se había ofrecido a ayudarme como si el problema fuera suyo, y ahora ya no.... Me puse la mano sobre el pequeño bolsillo de la falda y lo noté. Aún estaba ahí el lápiz de memoria que me había dado, pero ya no podrá ser. Al menos tenía un amigo. Y de los buenos, porque a él quien le gustaba era Eli...
Y justo al pensar en eso sonó el móvil. ¡Era Eli quien llamaba! Contesté sin decir nada.
─Hola... ¿Alba?
─¿Eli?
─Si, soy yo...
─Espera, que casi no tengo batería... ─Busqué el cargador y lo conecté.
─Ya está... ─Dije, pero nada más. Ostras, no sabía qué decir. Eli nunca me había llamado... nunca llamaba a nadie.
─Sólo quería saber si estabas bien ─Dijo, como con vergüenza. Ostras, ¿José le habría dicho algo?
─¿Has hablado con José? ─Pregunté.
─¿Con José? No... ¿Por qué? ¿Pasa algo?
─No, no... tranquila.
─Perdona ¿Eh? pero es que esta semana te he visto... un poco mal. Y como no has venido, pues...
─Gracias, Eli, es que... bueno, sí que he estado mal, pero ahora ya está.
Vaya si estaba. De pronto pensé que quizá ya no la volvería a ver más... Ostras, me estaban dando otra vez ganas de llorar.
─¿No necesitas nada? ¿Quieres que... venga? ─Ostras ¿Quiere quedar conmigo? ¿Eli? ¿No será que al final...?
─¿Seguro que José no te ha dicho nada?
─No ¿Por qué? ¿Te ha pasado algo con él?
─No, no, tranquila... Es que... le pedí algo del ordenador. Pero no te preocupes, ya hablaré con él.
Otras Eli, ¿Ella también se preocupaba por mi? Y con su historia... Joder, es que ya se me salían las lágrimas.
─Alba, ¿seguro que estás bien?
─Sí, sí, no te preocupes.
─Vale...
─Eli...
─¿Qué?
─Muchas gracias... por...
No pude seguir. Ya se me quebraba la voz, y ella se dio cuenta porque se quedó callada, como esperando. Luego dijo:
─Tranquila, Alba, seguro que pronto estarás bien. Si quieres hablar me llamas ¿Vale?
No contesté. Ya no podía.
─Adiós ─Dijo. Y colgó.
Volví a llorar un buen rato. Me daba cuenta... Todo, lo que había pasado esa semana, pero también lo de antes. Tarde o temprano me hubiera pasado algo. Yo nunca podría ser una chica normal. No podría tener amigos. No podría enamorarme. Y ver ahora que José y Eli me querían... Me hacía sentir tan abrumada... Deseaba tanto abrazarles a los dos, darles las gracias... Y quizá ya no lo podría hacer. Mierda...
No podré ser vuestra amiga, pero desde luego que os lo voy a agradecer.
Conecté al Hotmail en el ordenador. Lo siento, Eli, pero la vida es demasiado corta. Hay que aprovecharla... A ver... y entonces lo vi. La bandeja de entrada. ¡Cinco mensajes! ¡De Olga! Rápidamente leí el primero:
"De: [email protected]
Para: [email protected]
Asunto: Aguanta...
Hola cariño,
Siento mucho no haber podido hablar contigo esta mañana. No debí dejar que tu padre se te llevara así. Quería pedirte perdón por lo del sábado por la noche. Fue demasiado fuerte, y tampoco debí permitir que acabara como acabó. Te aseguro que me disculparé convenientemente cuando volvamos a vernos ;)
Pero no es esto lo más importante. Tengo que avisarte. Seguramente lo pasarás mal los primeros días y no sabrás qué hacer. No te preocupes, a mi también me pasó. Lo que tienes no tiene porqué ser malo, es sólo lo que te dije, la novedad. Y aunque no te lo parezca tú eres fuerte, mucho más que yo. Lo superarás, no lo olvides.
Por favor no hagas ahora ninguna locura. No lo necesitas. Podrás hacer muchas más adelante, pero ahora es demasiado peligroso. Si ya no puedes más, llámame o escríbeme. A cualquier hora. Te irá bien hablarlo, y preferiría que fuera conmigo.
Alba, hay muchas, muchísimas maneras de estar bien. Si quieres, podemos encontrarlas juntas. Ya sabes que yo sí quiero. Por favor no se te ocurra tener vergüenza conmigo.
Te quiero,
Olga."
¡Mierda! ¡Era del mismo domingo por la tarde! Miré el móvil... Un montón de perdidas, de ella y de Eli. Los otros correos, uno cada día, eran más cortos: Que si estaba bien, que le escribiera aunque fuera sólo para decirle que lo estaba... ¡Que si yo quería que nos viéramos! ¡Mierda, mierda, mierda! Si le hubiera llamado cuando mi padre se fue, podríamos haber... Nada de esto habría pasado... ¡Mieeerda! Había caído como una boba en la trampa de la puta web.
Otras, tenía que decirle algo, ¿pero qué? ¿Cómo iba a explicarle lo que había hecho? Sabía que a ella sí que podía decírselo todo, pero tenía que pensar cómo... Mierdaaa...
"De: [email protected]
Para: [email protected]
Asunto: RE: Aguanta...
Olga,
Perdona que no te haya dicho nada. Sé que estarás preocupada. Pero, ostras, ya sé lo que me pasa. Y sé que a ti también. ¿Por qué no me lo decías tú directamente? ¿Por qué me he tenido que enterar yo?
Pues sí. He hecho una locura, y bien gorda. Pero no te preocupes, que no me ha pasado nada y ahora estoy en casa. Estoy bien.
Tengo que Tengo que pensar un poco. Tengo que aclararme con todo esto. Por favor déjame unos días. Te prometo que te llamaré.
Yo también te quiero, y te echo un montón de menos,
Alba."
Estuve llorando mientras lo escribía. Me daba rabia no poder contárselo todo, pero quería decírselo a la cara. Hiciera lo que me hiciera, mi padre tendría que dejarme hablar con ella al menos una vez. Mierda... Y ahora...
Crear otro mensaje... "Para"... "Contactos"... Aquí está.
"De: [email protected]
Para: [email protected]
Asunto: Sé que tu quieres...
Hola Eli,
Perdona lo tonta que he estado esta semana. Y perdona también que nunca te haya tratado como a una auténtica amiga. Tú siempre has sido muy buena conmigo, y ahora lo veo: Te quiero, Eli. Ojalá hubiéramos sido íntimas.
Siento ponerme así, ya sé que no te gusta, pero... ¿Por qué te digo esto? Pues me han pasado cosas esta semana que me han hecho pensar mucho. Como tú dices, la vida es una mierda. Y las pocas cosas buenas que tiene te pasan por delante y se van si no las agarras. Al menos tú aún puedes agarrar una.
Siento decírtelo así, pero esto no es ningún consejo. Si no eres tonta, que no lo eres, harás exactamente lo siguiente:
El lunes en cuanto veas a José... O no: Vete a verle a su casa. Ahora mismo , así ganarás el fin de semana. Sé que sabes dónde vive. Y olvídate de estudiar. Ni a ti ni a él os hace ninguna falta para sacar una buena media en los finales.
Cuando te abra la puerta no le digas nada. Tú no lo necesitas, y entérate de una vez: Él tampoco. Mírale a los ojos un segundo, y después abrázalo como si te fuera la vida y pégale el morreo de su vida. Da igual que sepas hacerlo bien o no, seguro que él no sabe.
Y vive tu aventura con él. No importa lo que dure. Vividla. Quítate de encima todos los fines de semana de mierda que puedas.
Te quiero. Siento no habértelo dicho antes,
Alba "
Lo envié sin pensarlo...
¡Y hala! ¡Otra vez a llorar!
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top