P6C7. Segunda sorpresa
Pero yo ya no le miraba a él, sino detrás suyo. Acababa de verla de pasada y había tenido que volver a mirar. Y al reconocerla casi me dio un ataque. Estaba sentada en una mesa, al fondo, junto a la puerta.
Segunda sorpresa: La Nuria.
La Nuria del sábado. La que me ató para... mierda, y la que me dejó la notita para pescarme. Allí mismo. ¿Será posible? Pero estaba sentada con otra chica. No conocía a esa chica, pero no parecía mayor que yo.
─Oye ¿Te pasa algo? ─Me pareció oír que decía el chico.
Pero yo seguía mirando a la Nuria. Hablaba con aquella chica negando con la cabeza. Y de pronto la chica se levantó y se fue, casi corriendo.
─Perdona ─Dije. Y me fui directa hacia aquella mesa. No podía creer que ésa estuviera allí. Y ya era demasiada casualidad: El viernes por la noche en el local erótico. El sábado, en su misma casa. Y después la jodida notita. Y ahora allí mismo ¿Me estaba siguiendo?
Ella me vio antes de llegar. Y cuando llegué me sonrió.
─¡Alba! No pensaba verte aquí.
─¿Me has seguido? ─Le dije, de muy mala leche.
─¿A ti? ─Preguntó ella. Parecía divertida.
─¿Qué coño haces aquí?
─Me había citado aquí una chica... ¿Te imaginas? Yo en un sitio como éste...
─¿La que estaba contigo? ¿Quién es? ¿Otra de tus víctimas?
─¿Víctima? ─Preguntó, entrecerrando los ojos. Pero seguía mirándome con esa sonrisa.
─¡Si, víctima! ¿También la vas a violar a ella? ¿A quién vas a drogar para poder hacerle lo que quieras?
Se quedó un rato callada y su expresión cambió. Inclinó un poco la cabeza y apretó los labios, pero aún sonriendo un poco.
─Me parece que andas un poco confundida ─Dijo al final ─¿Quieres sentarte? Estos muffins están deliciosos ─Añadió, señalando uno que estaba sobre la mesa.
─¡No pienso sentarme contigo! ¡Contéstame! ─Grité. Pero ella ni se inmutó.
─Me acabas de decir que te violé ─Me dijo muy tranquila ─. Si quieres montar un espectáculo aquí, te aseguro que a mí no me importa. Pero si empiezas habrá que llegar hasta el final. Y si alguien nos dice algo, habrá que dar explicaciones.
Me quedé callada, sintiendo cómo me inundaba la rabia ¿Encima me amenazaba? Por supuesto, seguí de pie.
─Digamos que la madre de esa chica y yo somos amigas ─Empezó, encogiéndose de hombros ─. Un día ella nos vio... jugando en su casa, pero no dijo nada. Y me ha hecho venir aquí para decirme que ella también quiere jugar. Imagínate... he tenido que dejarle las cosas claras y pedirle que se vaya.
─¿Le has dicho que no? ¿Qué pasa? ¿No parece lo bastante niña?
─¿Niña? ─Preguntó, sorprendida.
─Os oí el sábado, cuando tú y la Montse lo decíais de mi.
─Así que es por eso que estás tan cabreada...
─Por eso, y porque drogasteis a Olga para poderme _______ __ _____. Y por la jodida nota que me dejaste ¿Por quién me has tomado?
─¿Me lo dices o me lo preguntas? ─Preguntó ella, ya muy seria. Y yo no supe qué decir.
─Tienes aspecto de niña pero no lo eres ─Añadió ─. Al contrario que esa mocosa que acaba de irse. Te tomo por alguien que sabe muy bien lo que quiere, pero no se atreve a aceptarlo.
─¿Pero qué...?
─Mira, Alba: Si quieres saber de qué va esto, te advierto que no te explicaré ningún cuento de hadas. Y si no, por favor no me hagas perder el tiempo. Estar aquí me hace sentir vieja.
Y me senté ¡Me senté! ¿Qué estaba haciendo?
─Lo que se tomó Olga lo había traído la Montse ─ Empezó ─. Pero avisó que lo traía. Yo le dije que no te lo diera a ti, y Montse lo respetó. Pero está un poco chiflada y se pasó con Olga. Ya le metí una buena bronca, te aseguro que eso no volverá a pasar en mi casa.
Negué con la cabeza. No me lo creía.
─¿Crees que te violamos? ─Siguió igual de tranquila ─Pues lo siento, pero no hiciste nada hasta que no quisiste, y al final fuiste tú la que pidió lo que fuera. Y no estabas ni borracha ni colocada. Y si te hubieran dicho que era _________ quizá no te habrías atrevido a hacerlo... Pues esta pregunta es para ti, no hace falta que me la contestes: Si ya hubieras sabido lo que se siente ¿no habrías querido?
Y ahí me quedé callada ¡Hija de puta!
─No te voy a engañar. Mira ─Dijo. Cogió su bolso y sacó una tarjeta y un bolígrafo. Miró su reloj, escribió algo y me la dio.
Era una tarjeta totalmente en blanco. Sólo había en una cara lo que había escrito ella:
"IP: XXXX.XXXX.XXXX.XXXX
User: XXXXXXXXX
Pass: XXXXXXXX
14/06/2011 16:32"
─¿Y esto qué coño es?
─Es lo que te comentaba en mi nota. Una web porno de pago. Y de las caras.
La miré sin comprender.
─Esto es lo que hago ahora: Busco chicas que quieran salir en esa web ─Me soltó ¡Y tan tranquila! Yo alucinaba ¡No podía creerlo!
─¿Pero tú estás loca o qué? ¿Pretendes proponerme que yo...?
Me quedé callada a media pregunta ¡Es que estaba flipando! Pero ella se rió.
─No creo que tu lo necesites ─Dijo ─. Ni yo te necesito a ti: Hay más chicas de las que crees dispuestas a hacerlo.
Muda. Me quedé muda. No podía creer lo que estaba oyendo.
─Y para que no pienses mal ─Siguió ─: Olga tampoco. Cuando he quedado con ella ha sido a parte, sólo por gusto. Ella ni siquiera lo sabe.
─¿Pero tú de qué...? ─Intenté decir. Pero es que ni me salía.
─Las que salen en la web no son profesionales. Y yo nunca acepto a gente que no quiera hacerlo realmente. Por eso le he dicho a la cría de antes que se fuera. Ella sólo quería vengarse, imagínate: ¡Está enamorada de su madre!
─Pero... ¿Pero qué...?
─A ti te lo enseño para que veas que hay otra gente como tú, que quiere hacer cosas y se atreve a hacerlas. Por supuesto lo que sale es para venderlo, pero es para gente muy exclusiva, no se encuentra en el Google. Y hay cosas que sólo quieren hacer algunas, pero...
─¡¿Pero tú qué te has creído?! ─Exploté ─¡Yo no soy así! ¡Yo soy normal!
─¿Normal tú? ─Me dijo. Y yo me volví a quedar callada.
─¿No será que sabes que no lo eres, y te gustaría serlo?
¡Encima! ¡No podía ser! ¡Encima intentaba manipularme!
─¿Te crees que sería mejor ser normal? Mira a esos dos ─Aún siguió, señalando con la cabeza detrás de mí. Pero yo seguía mirándola a ella, muerta de rabia.
─Mira, mira... la chica con la blusa azul, y el cerdo que está con ella ─ Insistió, volviendo a señalar con la cabeza.
Volteé la cabeza y no tardé en verles. Estaban los dos sentados en otra mesa. La chica de la blusa azul quedaba de cara a mi, y tampoco la conocía. Era más o menos de mi edad y muy mona, pero se la veía pequeña, bien poca cosa. Enseguida pensé que era como yo, pero tenía cara de asustada. Frente a ella estaba sentado un tío. Sólo le veía la espalda pero era grande, con unos hombros muy anchos. Tenía una mano levantada con la palma abierta, y la iba agitando delante de ella. Parecía amenazarla, y ella estaba casi llorando.
─Cuando he llegado los he visto en la barra, y él ya le estaba gritando ─Oí decir a Nuria ─. Es lo que te dije de la experiencia. Enseguida lo he visto: Es su novio y la maltrata... Pues esa es una pareja mucho más normal de lo que crees.
Volví a girarme y la miré. Es que no entendía de qué iba.
─Esa chica debería mandarle a tomar por culo, pero no lo hará ¿Por qué? Primero por miedo. Segundo porque está saliendo con un tío que está muy bueno, y seguro que es muy popular. Y eso es a lo que "normalmente" aspira una chica "normal" de tu edad.
Y lo dijo recalcando las palabras "normalmente" y "normal", y encima con un tono de desprecio. Y yo aún alucinaba más ¡Y aún siguió!
─Por supuesto la mayoría de chicos no son así. Y la típica chica "normal" cambiará un par de veces de novio hasta encontrar al "definitivo", y dejar que se la folle.
¿Que se la...? ¡Pepinos! ¡Es que alucinaba pepinos!
─Pero será uno al que cuando vayan más en serio, ya no le apetecerá follársela. Y ella acabará casada con él, y le aguantará toda la vida. Y se consolará con los hijos y con una rutina bien aburrida. Y si consigue no separarse de él estará muy orgullosas de ser "normal".
No podía ser ¿Pero qué coño le pasaba a esa?
─Siempre puedes quedarte sola, claro ─Aún siguió -. O hacerte lesbiana. Pero me da que a ti eso no te va a valer...
─¿Por qué me metes todo este rollo? ─Tuve que cortarla al final ─¿Por qué coño sigues intentando liarme? ¿No ves que no quiero saber nada de ti?
─Si, por supuesto, perdona. Tampoco te veo saliendo en ninguna web. Pero contigo no me hubiera importado quedar sólo por placer ¿Sabes?
Pero... ¿Será posible?
─Si algún día te atreves, ya tienes mi número. Si no, te deseo mucha suerte ─Terminó, mientras se levantaba.
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