P6C12. Por lo que eres
Miércoles, pero ya a pocos minutos para las doce de la noche. Y en ningún momento me pregunté a mi misma qué estaba haciendo allí, sentada en un espectacular deportivo descapotable que recorría lentamente el centro de la ciudad. No costaba nada, nada, dejar la mente en blanco y concentrarme sólo en lo que me rodeaba. En el tacto de los asientos de cuero bajo mis muslos. En la voz de Billy Joel, sonando muy suave por los altavoces de aquel lujoso Porsche negro. Y en la cálida brisa de junio. Y en las luces de la ciudad.
Y en las ganas. Y en el miedo.
Nuria estaba sentada al volante, junto a mí. Y conducía lo bastante lenta como para que todos los hombres que había en la calle voltearan la cabeza para mirarnos al pasar. Ella llevaba un vestido negro y ajustado, super elegante y super sexy, con un escote de impresión. Y yo llevaba el uniforme del instituto, pero ya no me importaba lo que pensaran de mí. Ni lo ridícula que me pareciera la idea que tuve después de... bueno, de haber lamado a Nuria para quedar, de haberme preparado en el baño para la cita, y de ver luego que no tenía ninguna prenda "sexy" en mi armario.
«¿Estos graban porno? Pues yo de colegiala». Eso mismo fue lo que se me ocurrió.
Nuria acababa de recogerme allí, en el centro. Y al detener el auto frente a mí sólo dijo: «sube si quieres». Y nada más. Ninguna pregunta, ningún comentario sobre mi aspecto: mi blusa con dos botones de más desabrochados, y mi falda escandalosamente acortada. Ni siquiera me preguntó si había visto su jodida web.
Y sí, la había visto. Y no, no me había gustado especialmente. Simplemente: porno duro. Tan frío y directo como esperaba, parecido a lo que ya había visto alguna vez. Pero que no era lo mismo.
Porque en esa web no salían modelos porno. Salían chicas con caras y cuerpos normales, que yo nunca imaginaría haciendo cosas como aquellas. Chicas jóvenes, y algunas lo parecían mucho. Chicas con las que yo me podía comparar. Chicas que seguro que no tenían los complejos que yo tuve durante años.
Y al final, en aquel descapotable fui yo la que tuvo que hablar:
─¿Es verdad que vuestros vídeos no se encuentran en el Google? ─Le pregunté.
─Sólo a quien se le da acceso personalmente. Nadie más puede verlo.
─¿Y no pueden descargarlo?
─No es gente a quien le guste compartir lo que tiene.
Y otra vez silencio. Bueno, vale, a eso había venido: Cruzar la línea. Volver a sentirme como en el piso de Nuria, o como cuando le había roto los dedos al hijo de puta en la parada del bus. O como sobre aquella barandilla.
Pero esa vez saltar al vacío. Sin saber lo que hay abajo. Ver hasta dónde se puede sentir.
Sólo una vez.
─¿Cuándo te esperan en casa? ─Preguntó ella después de un rato.
─Estaré sola una semana. Puedo hacer lo que quiera ─Dije automáticamente. Y ni siquiera se me ocurrió que no debería haberlo dicho.
Y ella sacó un pequeño auricular de un huequecito del salpicadero y se lo colocó en la oreja. Después toqueteó la enorme pantalla de la cónsola central del coche. Apareció una lista de nombres en la pantalla, el que tocó ella era "Mnl vídeo".
La voz de Billy Joel disminuyó hasta ser casi inaudible, pero la de Nuria no.
─Está aquí, conmigo ......... Coño ¿quién va a ser? La del sábado en el piso, con ________ ¿Es que no has visto el vídeo?
Lo dijo alto, como si quisiera que yo lo oyera. Y al oírlo casi me dió un ataque ¿El vídeo? ¿qué vídeo? ¡¿Me grabaron el sábado?!
─No. Te lo dejé encriptado en el FTP ......... Es que vino con la Olga ........ Si, pero es que al llegar me llevó aparte y me dijo que de vídeos nada ......... Claro que no, pero no estabais y quería decírtelo antes de enviarlo a nadie. Ya sabes que su padre es un abogado muy importante.
Ay, ay, ¿Y cómo sabía esa que mi padre era abogado? ¿Se lo había dicho Olga?
─Pues le di acceso limitado a la web. Le gustó y me llamó ella para quedar. La he citado en el centro ......... Si .... .... Pues sí: Dice que quiere probar ella. Y además que tiene toda una semana.
Se produjo otra pausa, y a mi casi se me salían las lágrimas. No, ostras, toda la semana no... Y de pronto volví a sentir que ya no controlaba nada. Ay, ay, ay... y de repente ella puso cara de extrañada.
─Bueno, pero .... .... eeee... ¿Pasa algo? ......... No, no, después de subirlo siempre lo borro, ya lo sabes ......... ¿El viejo? No me digas que está en la ciudad ......... ¿En la nave? Pero si a él siempre le... ......... Bueno, sí, pero... .........Vale, vale ¿Media hora? .........Vaaale.
Se sacó el auricular de la oreja y tocó la pantalla. La voz de Billy regresó, y yo sentía miedo pero aún más rabia. ¿Nos grabaron el sábado?
─Qué raro ─Murmuró Nuria─. Oye... ¿Puede ser que ya te conozcan?
─¿A mí? ¿Quién?
─¿No te han grabado antes ningún vídeo?
Y entonces sí. Al miedo le ganó la rabia. De largo.
─Pues no ─Dije ─. Por lo que veo la primera fuiste tú, el sábado. Y sin decirlo.
─Pues bueno ─ Dijo ella como si nada.
─Eres una cabrona ─Me salió.
─¿Cabrona?
─Olga te pidió que no grabarais ningún vídeo. Y tu vas y le...
─Olga ya es mayorcita para saber dónde se mete ─Me interrumpió ─. Lo que no sé si se puede decir de ti...
¡Encima! ¡Mierda!
─¡¿Te crees que no me doy cuenta?! ─ Grité.
─¿Darte cuenta?
─¡Me has buscado! ¡Desde el mismo viernes, en aquel local!
─El viernes te vi, me gustaste y me acerqué a charlar contigo. Es lo que hago con todo el mundo...
─¡¿Con todo el mundo?! ¡Me has tomado el pelo!
─Mira niña, yo no miento. No me hace ninguna falta. Sabes tan bien como yo que no has venido por mí, sino por lo que eres.
─¡¿Por lo que yo...?! ¡¿Pero tú qué coño te crees que soy?!
Y ella giró la cabeza y me miró. Tenía cara de sorpresa. Entonces me di cuenta de que había tomado la avenida para salir de la ciudad, y de que había mucho tráfico a nuestro alrededor, y de que íbamos muy rápido. Mucho. Y la tía seguía mirándome a mí, no al tráfico.
─Nos la vamos a pegar...─Susurré.
─No me digas que no lo sabes.
─¿Saber qué?
─Que eres una nifómana ─Dijo. Y no fue hasta entonces cuando ella miró al frente. Estábamos a punto de chocar contra una camioneta que iba delante nuestro, pero ella no frenó. Aceleró.
─Quita de ahí, atontao ─Murmuró dando un volantazo.
Pero yo me había quedado de piedra. Ni reaccioné cuando Nuria adelantó a la camioneta por la derecha, casi rozandola.
─Y es curioso. Las que son como tú suelen empezar antes de los dieciséis...─Añadió tan tranquila.
─¿Ninfómana? ─ Atiné a preguntar.
─Claaaro. Olga también lo es ¿En serio no lo sabías?
¿Ninfómana? Ostras, ¡ninfómana!... Pero... Tenía una idea de lo que era, pero apenas conocía esa palabra. ¿Olga ninfómana? Bueno, eso explicaría muchas cosas, pero... ¿Yo? ¿Y encima he empezado tarde? Pero ¿cómo puede ser? si hasta ese viernes yo nunca había... bueno, si que me... ¡Oh, mierda! ¡eso lo explicaría todo!
¿Yo una ninfómana? ¿Y eso qué significa? ¿Qué va a pasar ahora?
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