Capítulo 1: nueva realidad.
Aclaraciones:
*Esta historia es un relato indulgente por lo que puede tener una calidad diferente a mis otros fanfics.
*El canon de saint seiya presentado será mezclado entre el anime y el manga original y un poco de lost canvas.
*no tengo claro una pareja final por que me enfocaremos más en el compañerismo más sin embargo Seiya es la opción inicial para pareja romántica.
*si realizo algún cambio muy drástico voy a anotarlo en las notas finales.
*diviértanse conmigo leyendo esto.
Unos días fueron suficientes para que la realidad golpeara tu ahora dichosa vida.
bueno moriste, o eso asumiste, habías nacido como una de las hijas adoptada de Mitsumasa kido, es decir renaciste en una anime, ¿no era eso un sueño de muchas personas?
No es que te quejaras, la opulencia de tu ahora padre daba una vida cómoda a ti y tu hermana como únicas herederas.
Tu hermana, Saori kido, tu hermana la reencarnación de Atena.
era curioso pensar en eso mientras veías a la pequeña niña correr por el patio rascándose las rodillas sin preocupaciones, ¿por que tenias que tener conciencia?.
No sería mejor ser inocente hacia el futuro de tu hermana y muerte de tu padre.
No es que pudieras hablar mucho tampoco, resulta que desde bebe habías caído en un coma que ningún doctor pudo explicar, tu padre pensó que nunca despertarías, no podías culparlo.
Ahora tu cuerpo después de año de desuso era débil, tus músculos estaban débiles por falta de movimiento y por lo tanto no podías leer aun.
el japonés no es lo tuyo.
Es así que mientras Saori salió a jugar tu debías mantenerte sentada leyendo con la esperanza de poder aprender escribir lo básico, no es que no te movieras en realidad los esfuerzos de los médicos privados de tu padre por tu rehabilitación daban frutos, podías caminar y correr sin problemas ahora, pero cargar cosas era otra cosa.
Saori no es lo que esperabas en realidad, era caprichosa si, pero aun era joven por lo que su conducta podría ser arreglada con educación, ella parecía feliz de verte a pesar de que en realidad no te conocía, era linda.
Ah si, eras una niña.
Un poco mayor que Saori pero una niña al fin y al cabo, era raro pero podrías vivir.
No podías recordar quien fuiste alguna vez, los recuerdos personales iban poco a poco desvaneciendo de tu memoria como si tu alma se estuviera adaptando al cuerpo nuevo, temías que muy pronto olvidarás muchas más cosas, tu única ventaja en este mundo era el conocimiento de los acontecimientos.
es entonces que escribes en un diario todo lo que podías recordar al respecto, era curioso como esos recuerdos eran aún frescos en tu mente, pero no podías recordar a tus padres, amigos o otras personas.
Solo recordabas tu nombre o más bien lo que fue tu nombre alguna vez, la anotabas a cada principio de página para no olvidar que alguna vez fuiste alguien más y que tu propósito en este mundo aún era desconocido.
-¡Mizuki!-El grito de Saori llamó tu atención, ese era tu nombre ahora, con un curioso significado según tu ahora padre.
"Esperanza"
Ella corrió hacia ti cubierta de tierra en las rodillas y en su vestido blanco, en sus manos llevaba un ramo de flores mezcladas con hierbas cubiertas de lodo, su rostro sonriente manchado igualmente de tierra te hacía sonreír.
-mira, es para ti-explica dejando el conjunto de plantas en tu mesa de té ,tu lugar preferido por ahora era la delicada mesa en el patio bien cuidado donde te sentabas a leer en compañía de Saori.
-son muy lindas, eres la mejor-respondió sonriendo antes de acariciar su cabeza.
El destino de Saori era convertirse en Atenea protectora de la tierra, pero viéndola frente a ti la sensación de protección se arraigó en ti, si Saori caminaba por el sendero que el destino le ha marcado esperabas poder acompañarla.
ambas se acostaron el verde y bien cuidado césped, con el cálido sol relajando su cuerpo, suspiros cansados salían de ambas, cerraste los ojos esperando a dormir un poco antes de que algo tapara el sol,al abrir los ojos pudiste ver que se trataba de tu padre,hizo una seña de que lo acompañaras.
-saori, vamos te llevaremos a la cama-dijo él, cargando a la menor entre sus brazos, te paraste a su lado recogiendo tu diario y cartuchera para seguirlos por los pasillos de la gran mansión Kido.
Dejaron a tu hermana en su cama donde ahora dormía profundamente, tu padre te guio poniendo una mano en tu espalda de forma gentil, desde tu altura el parecía enorme, supusiste que era por que aun eras pequeña.
-¿Has tenido un buen día?-pregunto por de manera tranquila sin voltear su mirada hacia ti,sabias que el era amable pero serio la mayoría del tiempo.
-Todo bien, he estado practicando mi escritura-respondo de igual forma, sintiendo el peso de mi diario en mi mano.
-eso es bueno, he escuchado que el clima se pondrá más caliente esta semana, dile a los empleados que no olviden ofrecerte agua-explica el su orden, asentiste aunque no te volteara a ver, estaban llegando a la puerta que supiste que era su oficina, la puerta doble era muy pesada para ti así que él la abrió para dejarte pasar. Te sentaste un poco nerviosa en un sofá de la habitación mientras él se sentó frente tuyo con una mirada pensativa, como si estuviera dudando de qué palabras usar para esta conversación.
-hija mía no dudo que sabes que tu destino está entrelazado con el de tu hermana-claro, tu padre no era tonto, que probabilidades había de que una niña que cuando alcanzo el año de edad entrara en coma y mágicamente supiera hablar con propiedad.
-cuando te encontré el caballero dijo que serías especial, me preguntaba qué diferencia habría entre tu y tu hermana-explica mientras que su mirada se centra en ti, el aire era pesado y los nervios arañaron tu estómago.
-quien fuiste o quien estás destinada a ser lamentablemente no lo se, eso me apena-expone su preocupación, una que tu compartiste al perder poco a poco tu identidad.
-Saori es la reencarnación de Atena, pero tu propósito no nos es claro aún y sin embargo voy a protegerlas a ambas hasta el día de mi muerte-declara el acercándose a su escritorio donde varios papeles se agrupaban, lo tomó en su manos antes de sentarse de nuevo.
-cuando las encontré, el caballero me dijo que debía buscar a los caballeros de bronce que las protegerán y tendrán el honor de tener la armadura de oro-explicaba, te parecía irreal el momento, si fueras otra persona podrías tratar de un loco supersticioso pero sabías que sus palabras eran reales, lo que esperaba en el futuro era más de lo incluso tu padre pensaba.
te ofrecía los papeles, cada uno con descripción de cada niño y una foto suya, podías identificar a la mayoría y eso lo hacía aún más incómodo, eran solo niños en una guerra inevitable que batallar.
-son solo niños-no pudiste evitar decir como queja con una mirada triste hacia el, que parecía serio.
-serán más que eso en un futuro-respondió, te mordiste la lengua ante el rechazo que sentías al pensarlo, ante tu silencio él habló de nuevo.
-antes de despertar, un poder exuberante cubría tu cuerpo, eso fue lo que me hizo ser más firme en la creencia de hacer esto, no se cuando Saori despierte el poder que tu ya tienes, así que por favor-dice con una mirada apagada, tomando tus manos que se veían pequeñas en comparación.
-ayúdame a protegerlas-rogó con tristeza, la amargura cubría su boca, era egoísta si lo pensabas y aun si sabias que negar esto podría suponer la destrucción de la tierra, sin caballeros atena podría morir a manos del patriarca, o de poseidón o hades.
- déjame conocerlos por favor-dices, sabías que por lo menos podrías apoyar a los caballeros en su trágico camino al poder.
-Bien, ellos vivirán financiados por la asociación, los reuniremos en dos semanas-era poco tiempo en realidad, pero esperabas poder hacer algún cambio bueno.
¿No era curioso? conocer el destino de los demás pero no el tuyo.
Tenías la esperanza de por lo menos llevarte bien con ellos.
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