La psicóloga me ha enseñado que cualquier trauma, o dolor qué no sea superado con el pasar del tiempo se convierte en un sentimiento rencoroso, lleno de odió qué nos envenena, y se transforma en rabia, y en algunos casos extremos nos lleva al borde de la locura, dónde encontramos nuestra perdición y perdemos esencia como seres humanos.

Recuerdo qué cuándo era joven me dejé engañar por falsas ilusiones de alguien que decía amarme y lo único que me ocasiono fue romperme mi corazón en pedazos.

En ese momento me di cuenta de la verdad en cuanto los sentimientos, y es que además de ser extremadamente complicados y complejos sólo sirven para hacerte sufrir.

Haciéndome distanciarme de los demás a mi alrededor y prohibiemdome crear sentimientos afectuosos por los demás, por miedo a desarrollar cualquier tipo de lazo con alguien y terminar igual que la última vez.

Decidí concentrarme en lo que realmente me importaba, eliminando cualquier distracción que pudiera interferir en él logro de mis metas y objetivos.

Sin embargo, a pesar de que lo complicado de los sentimientos me parecieron sumamente interesantes de estudiar así como la mente humana, y fue que me empecé a interesar en ellos. Comencé leyendo todo lo relacionado con el compartamiento y la mente humana, desde Wilhelm Wundt hasta Abraham Maslow.

Conforme pasaba el tiempo mi conocimiento e interés por los temas iba aumentando, así continúe hasta llegar a la universidad qué decidí que mi vocación sería ejercer la psicología para ayudar a las personas con sus problemas emocionales y psicológicos debido a qué son muy difíciles de sanar.

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Mi más reciente conferencia fue sobre la depresión, me sorprendía y a la vez me decepcionaba que cada vez más personas jóvenes la padecieran. Era realmente una pena, sin embargo me reconfortaba el poder ayudar a todas esas personas.

Lamentablemente mi agenda no me permitía poder quedarme mucho tiempo en un mismo lugar, por eso opte por tomar unas medidas para seguir en contacto con mis pacientes. Abrí unas páginas en internet en ingles y español para que las personas pudieran escribirme, así como en varias de mis redes subía videos de diversos temas, y en algunos casos por medio de WhatsApp, ya fuera de manera privada o por grupos continuaba dándoles seguimiento en sus tratamientos a cada paciente.

Mientras viajaba en el avión con destino a Cuenca Ecuador recordaba fragmentos de mi último mensaje impartido en la conferencia de Kansas, Estados Unidos.

" La depresión no es un problema psicológico, es un problema del alma"

"Llorar no es una señal de debilidad, sino una señal de qué estás vivo"

" El llanto a veces es el único modo de expresar las cosas que no pueden decirse con palabras"

"Abraza tu tristeza y deja que te enseñe"

"La Paz interior se puede alcanzar cuando aceptamos el sufrimiento"

"El mundo nos rompe a todos"

Así uno tras otro pensamiento se fue apagando lentamente en mi interior hasta qué termine profundamente dormida.