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Una semana más pasaba y eso significaba un nuevo asesinato, ya me acostumbré.

"Esta vez la víctima fue, la enérgica líder del club de deportes, Asu Rito.

Su cuerpo fue encontrado enterrado y desmembrado en el club de jardinería. La líder, Uekiya Engeika, estaba recogiendo unas zanahorias cuando vio algo extraño, un pedazo de tela que sobresalía del suelo. Ella llamó a sus compañeras y poco a poco comenzaron a desenterrar lo que parecía ser una prenda de vestir pero no solo encontraron eso, una imagen sin duda muy tétrica que era horriblemente complementada con un hedor desagradable.

Ellas alertaron a una profesora y la policía llegó enseguida dando un informe en el que se aclaraba que el cuerpo llevaba allí poco más de un día"

Que artículo tan interesante, pero carece de la información que es necesaria.

—¡Budo! –llamó uno de mis compañeros– ¿Leíste el artículo?

—Fue imposible no haberlo leído –respondí– En verdad es sorprendente todo lo que está sucediendo.

—Tengo mucho miedo –esta vez fue Shima la que habló.

—No se preocupen, entrenamos para esto –intenté animar el ambiente.

—Tú eres el mejor, por eso lo dices –interrumpió Juku.

—Tal vez tengo un poco más de entrenamiento, pero eso no significa que sea el mejor. Será mejor que comencemos con el entrenamiento.

Que molesto...

Todos comenzaron a cambiar su uniforme por su ropa de entrenamiento. Yo estaba a punto de hacerlo también hasta que me vi interrumpido por alguien.

—Disculpa... –genial, ¿y ahora quien fastidia? Dirigí mi mirada hacia la persona que me llamaba– Deseo unirme al club.

Vaya... No recuerdo la última vez que la vi y ahora está aquí de pie ante mis ojos.

—¿Estas interesada en el club? 

—No pediría unirme si no lo estuviera –respondió con frialdad.

—Lo lamento, mi error. Bienvenida al club de Artes Marciales.

—Gracias... ¿Puedo entrenar contra alguno de ustedes?

—¿No preferirías... practicar antes de pelear con alguno de nosotros?

—No –que directa– Yo... Tengo la determinación y la experiencia para enfrentar a alguno de ustedes –lo dudo mucho...

—Si tú lo dices... –susurré.

—¡¿Qué dijiste?! –rayos, creo que lo dije muy fuerte.

—Que... Olvídalo, solo pregunte ¿contra quien deseas pelear?

—Claro... Mmm... Deseo pelear contra ti, Budo Masuta.

¿Por qué no me sorprende?

—No te detendré si eso es lo que deseas, pero antes de que comencemos, sugiero cambiar nuestra ropa. Personalmente yo no tengo problema en pelear con el uniforme pero pienso que para ti puede ser incómodo.

Ella parecía no comprender lo que decía. 

—No veo ningún problema con que yo pelee con uniforme –sentí la mirada de mis compañeros, se encontraban sorprendidos por la respuesta.

¿En serio tengo que explicarle?

—Escucha... ah... –mierda, ¿Cuál es su nombre?

Ella pareció comprender el hecho de que yo no sabía su nombre y solo suspiró.

—Ayano –gracias– Mi nombre es Ayano Aishi.

—Bien... Aishi-san...

—Puedes llamarme Ayano o usar el apodo que me pusieron, Yan-chan.

—Esta bien, Yan-chan, pienso que es mucho más apropiado que te pongas la ropa que usamos para entrenar, claro a menos que quieras... –no quise continuar porque creo que lo dejé bastante claro.

Ella pareció comprender y bajó la mirada algo avergonzada.

—Que tonta... –susurró– tienes razón.

Ayano simplemente necesitaba ganar fuerza física, su última rival había sido un gran desafío, sentía que con forme tenía una nueva rival, esta, era mucho más difícil de eliminar que la anterior y eso era algo que realmente le molestaba.

¿No podía ser más simple?

Consideraba que era muy estúpido que con cada semana apareciera una nueva rival mucho más "fuerte", no conseguía encontrar sentido alguno a ello.

Cuando la policía llegó aquel día a interrogarla ella en verdad comenzó a preocuparse, ¿Qué tal si la atrapaban un día?¿qué pasa si necesitara pelear cuerpo a cuerpo contra esos policías para liberarse? Decidió mejorar su capacidad física para aprender a pelear y defenderse.

Aquella mañana, mientras debatía a que club unirse, caminaba por los pasillos del segundo piso hasta que llegó a la sala del consejo estudiantil. Ella tenía que hacerle un favor a su "proveedora" así que ingresó al no ver a nadie cerca.

Se acercó al escritorio principal y colocó un pequeño micrófono escondido. Ella estaba a punto de retirarse pero una voz femenina que provenía de la laptop la detuvo.

Ayano miró con molestia el aparato y no vio más que la silueta de una chica.

Aquella chica comenzó a hablar e "insultar" a Ayano. Era una clara amenaza y un nuevo motivo para volverse fuerte.

La pelinegra estaba por salir del salón pero vio personas caminando por el pasillo y entre ellas los integrantes del club de artes marciales.

—Bingo...

Ayudé a la nueva integrante de mi club a levantarse.

Intenté advertirte, pero no hiciste caso.

Estaba demás decir que la había vencido de forma rápida. Creo que lo único que sabes hacer bien es hablar.

Sonreí al estar de pie uno frente al otro.

—Si quieres progresar te sugiero entrenar diario con nosotros.

Ella simplemente me miró con indiferencia y luego, en un abrir y cerrar de ojos, sonrió y me miró con alegría.

—Haré lo posible por esforzarme y volverme fuerte –mencionó aun con una sonrisa.

—Perfecto –respondí de la misma manera– Comencemos con el verdadero entrenamiento.


(...)

Regresábamos al club para cambiar nuestra ropa de entrenamiento por el uniforme. Ayano parecía llevarse realmente bien con los demás.

Sé que a penas nos conocemos pero debo admitir que... su sonrisa es muy bonita.

Ayano y yo fuimos los últimos en cambiar nuestra ropa, y al no conocernos fue algo... incómodo.

—¿Hace cuanto estudias en el instituto? –pregunté intentando romper el hielo mientras caminábamos hacia la misma dirección.

—Desde el año pasado –respondió con frialdad.

—No lo sabía... Nunca te había visto –mencioné con sinceridad.

—Yo no suelo ser muy sociable, ese nunca fue mi estilo pero estoy intentando cambiar –sonrió levemente.

—Entiendo lo difícil que puede ser encajar... Sinceramente no pareces una persona que es poco sociable –soltó una pequeña risa.

—Y tú no pareces alguien tan serio como creí –ahora fui yo quien rio.

—La apariencias engañan... –dijimos al unísono.

Nos detuvimos cerca a las escaleras y solo nos miramos mientras sonreíamos.

—Y-ya me tengo que ir a mi clase... Adiós Budo-senpai –no me dejó responder y solo se fue corriendo recibiendo una mirada algo enojada de una chica del consejo estudiantil.

—Adiós Yan-chan... 

Subí con rapidez las escaleras para entrar de la misma forma a mi clase y sentarme en mi lugar.

Nunca me había pasado algo así... Ni siquiera con Raibaru.

Sus ojos... son muy bellos esos ojos negros... Pero... ¿Por qué no tenían ese brillo que vi alguna vez?


Capítulo nuevamente publicado:

16/08/21

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