EPISODIO 20: LEGADO
La suave brisa recorría el hermoso paraje. El camino guiado por la fila de árboles, en una vía de piedras, las suaves pisadas de una dama decoraban el inmenso lugar. El recinto donde las almas puras descansan, y que en paz duermen, sin temor ni remordimiento.
Aquella mujer, con vestido largo y sombrero ancho color blanco, llevaba un ramo de flores en sus brazos. Pero, cuando parecía que la soledad la acompañaba, una tierna niña corría detrás de ella. Su alegre sonrisa, y palpitante ternura, endulzaba el lugar con algarabía. Lo más curioso era que ella también llevaba un ramillete, uno de tulipanes, con mucho cuidado.
La euforia de la pequeña superó el caminar de la dama, corría con ansias hacía un lugar.
- "Saki... no corras hija, te puedes tropezar". La muchacha, obediente, se detiene de un brinco.
- "Lo siento mamá... es que estoy alegre". La tenue voz de la infantil criatura calmó a la señora.
- "Te entiendo hija... pero no debes apresurarte, ya falta poco para llegar".
La pequeña, sonriente, responde con su cabeza. Y con cautela camina al lado de su madre, mirando la alegría que aquella sonrisa maternal le regalaba.
Guiadas por el suave susurro del viento, se acercaban al lugar al que planeaban abordar. Una vez cerca, la niña se vuelve a emocionar. Ante la mirada de resignación de la progenitora, corre hacía una tumba sencilla, cuya inscripción simple decía: "Izuku Midoriya, honorable héroe, persona ejemplar".
La pequeña contempla el sepulcro con tranquilidad, amablemente deja en ella el ramo de tulipanes en son de respeto. Y con una maravillosa sonrisa, expresa un corto saludo.
- "Estamos... de vuelta". A los segundos su madre se muestra.
- "Hola... Izuku-kun". Kemii, tenía un rostro de paz.
"Ha pasado 4 años desde aquel trágico día, cuando diste tu vida por salvarme... y hoy en día aún te extraño". Ese pensamiento, la muestra de un recuerdo que desearía que solo fuera una pesadilla... una de la cual quisiera escapar.
Pero, todo era real... cruel y cierta.
(...)
La dolida heroína lloraba por la muerte de su novio. Tanto esfuerzo, demasiadas dificultades que logró sobrepasar, y al final... cuando podían regresar a casa, el malévolo destino destruyó su mundo... resquebrajó su alma.
Desde el cielo, una voz apagada explicaba lo sucedido.
- "Es... difícil de decirlo... pero no podemos negarlo. El héroe Deku, el mejor de la nueva generación, ha caído... y por el grito de su compañera, tal parece... que ha fallecido". La reportera no podía ocultar su tristeza, su voz afligida la delataba. "Éste podría ser... uno de los días más... dolorosos de los últimos años".
Quería llorar... nadie la culpaba, la escena no ameritaba ninguna otra sensación.
Los espectadores no soportaban la amargura... y dejaban que el llanto los dominará, especialmente los niños... quienes, por el anhelo de ser igual a él, no aceptaban la cruda realidad. Su ídolo se fue... para siempre.
A lo lejos, se escuchaba las bocinas policiacas, junto a camiones de bomberos. Asimismo, se divisaba la llegada de algunos héroes al lugar del desastre. Entre los presentes, algunos compañeros de Izuku... que solo podían constatar el horrible desenlace para su camarada. Muchos de ellos se callaron... solo uno habló.
- "M-Midoriya". El rostro de resignación de Shoto explicaba la sensación de todos.
El lugar era un total caos, la lucha había dejado solo unos cuantos lugares sin daños... como si un tornado hubiera pasado con acérrima fiereza. Los paramédicos procedieron a socorrer a la herida heroína, pero esta se negaba a ser atendida... no quería soltar a su novio.
Kemii no deseaba que nadie la tocara... no necesitaba apoyo, solo la soledad. El dolor la nubló.
La dejaron tranquila... procedieron a verificar los otros cuerpos.
- "¿Éste es el sujeto que asesino a Midoriya?". Kirishima lo miraba con odio.
- "Sí, su nombre era Iron Reaper, estuvo prófugo por años... es lamentable haberlo encontrado en esta situación" – dijo uno de los policías.
- "¿Y ella su compañera?". Shoto se une a la conversación.
- "Amiga... aunque, con lo visto en la televisión, sería solo una aliada".
- "Bien... revisen el perímetro, y que se proceda al levantamiento de los cadáveres". El hijo de Endeavor no podía ocultar su tristeza.
Kirishima sujeta del hombro a su antiguo compañero de clases.
- "No será fácil... la compañera de Midoriya esta reacia". Shoto la mira con cuidado, viendo algo familiar en ella. La conocía, durante su examen de licencias había sido parte de su grupo junto a Inasa y Bakugou.
- "Yo hablaré con ella". Red Riot lo miró extrañado, pero no dijo nada más.
Terminado la conversación el héroe se acerca a la bella fémina que no dejaba de lamentar la pérdida de Izuku.
- "Eres Utsushimi, Kemii, ¿no es así?". La dama no levantaba su rostro, no podía dejar de llorar. "¿Eres aquella heroína?".
- "Por favor... déjame sola". Sujetaba con firmeza al héroe caído.
- "No puedo hacerlo".
- "Vete". El tono de voz aumentó.
- "Te dije que...".
- "¡Vete!". Ahora podía ver su faz, quebrado por el sufrimiento, manchado con su sangre. Demacrado por la angustia.
El héroe de rostro marcado se mantuvo firme.
- "No sé si me recuerdas...".
- "Todoroki, Shoto... lo sé... por favor... aléjate".
- "Necesitamos que se lleven el cuerpo de Midoriya...". Ella volvía a mirar el cuerpo de su amado.
- "Yo lo haré... yo lo llevaré". Sus lágrimas marcaban la cara de Izuku.
- "Tú también debes ser revisada por un médico".
Ella no respondió. Solo quería ignorarlo. Todoroki, mirándola, entendió lo que sucedía. Aquella muestra de sufrimiento, no tenía mayor explicación.
- "Él era tu novio". La fémina aumentó su llanto. "También... puedo entender tu dolor, porque yo acabo de perder a un amigo. Y si hubiera tenido algo más de tiempo, tal vez... hubiera evitado esta tragedia".
Ella... poco a poco levantaba nuevamente su cabeza y miró con angustia al joven parado frente a ella.
- "Es la segunda vez que perdemos a un compañero, no es fácil de superarlo. Solo podemos aceptarlo, así nos duela. Debes ser fuerte... es lo que Midoriya hubiera deseado para ti". Bajaba su cabeza en son de respeto. "Por favor... déjanos darle un adiós apropiado a nuestro amigo".
Aquellas palabras calmaron en algo el apenado corazón de la fémina. Su actitud reacia estaba haciendo daño la memoria de su amado... algo que ella le había recriminado a Izuku cuando estuvo vivo, en el tiempo que aún eran solo colegas.
Debía dejar que le dieran los honores respectivos.
Kemii, sostenida por el lamento, deja el cuerpo de Deku con cuidado en el piso. Ayudado por Shoto, logra levantarse, había sufrido mucho daño, y por supuesto no estaba en buenas condiciones para caminar. El joven pide a uno de los paramédicos atenderla.
Todoroki se retiró para conversar con otros héroes y los jefes policiales.
Utsushimi, ya en el camión que la transportaría al hospital, miró por última vez a su novio. Acostada en la camilla, solo ve como cubrían su cuerpo con una manta. La puerta del vehículo es cerrada, y procedió a marcharse. "Izuku-kun", era lo único que repetía en su mente.
Los recuerdos de sus días de alegría junto a él la llevaron poco a poco a dormir, la anestesia estaba surtiendo efecto. Debía descansar... por su bien, y en memoria de aquel hombre que le dio amor sincero. "Mi amor". Cayó rendida en esa oscuridad.
Dos semanas de descanso en el centro médico... no pudo asistir al entierro de Midoriya. La tristeza que eso le causó solo pudo calmar algo cuando le permitieron verlo con televisión. Ese momento nunca lo olvidaría... fue magnánimo.
"Al ver la multitud alrededor de su ataúd, me sorprendió. Diferentes héroes llevaron su cuerpo por las calles, para que pudiera la gente despedirse de aquel que fue llamado el símbolo de la paz. Reconocí algunos de ellos, sentía algo de alegría al saber que muchos respetaban a Izuku-kun. Las lágrimas de los niños destrozaban mi corazón, pero debía aceptarlo... él ya no estaría junto a mí".
Tenía razón... el paso fúnebre fue algo poco visto. Diferentes personajes, de distintas generaciones. Las banderas a media asta, y casi nadie dijo palabra alguna. Era como si hubieran perdido a un ser querido. Era extraño... pero los más cercanos a él fueron designados para llevarlo a su lugar de descanso eterno. Entre ellos Iida, quién en su época en la academia había sido su amigo más cercano.
Bakugou sorprendía por su ausencia... aunque era justificable... había sido llamado para apoyar contra un villano en el extranjero. La despedida de su compañero era importante... su profesión lo era más... desgracias de la vida.
No había un simple retrato... solo un monumento en el lugar donde los mayores héroes son recordados, un panteón que emulaba a las divinidades olímpicas. Al lado de su maestro, All Might, su imagen sería recordada por generaciones.
En otro lado... una simple tumba con su nombre. Solo eso quería saber ella... el lugar de reposo de su amado.
Cada día en el hospital, cada fatigada atención. La supervisión médica era constante, los exámenes igual. Solo podía estar en la cama, mirando una televisión que en su mayoría transmitía el llanto del público por la muerte del héroe... la lesión de su corazón no curaba. Las manos de una nueva amiga... la protegieron.
- "Su traje le ha salvado, señorita Utsushimi" – explicaba la doctora a su cuidado. "Prácticamente... éste recibió la mayor cantidad de daño considerando la magnitud de sus heridas, que médicamente son detalladas como mortales... usted tuvo suerte" - pasó a mirar a la heroína - "Se encuentra fuera de peligro". Suerte, que manera más absurda de describirlo.
Pero... un alivio.
Aquellas palabras le dieron tranquilidad... no solo Izuku pudo salvar su vida.
- "Una vez fuera... le daré las gracias a Hatsume-san". Pero, un recuerdo de ella diferente vino a su mente. "Esa vez... lloraba".
Mei había sido una de las presentes en el funeral del héroe. Llanto, así la pudo distinguir Kemii cuando la apreció por televisión. El lamento de ella era profundo... como de muchos de los presentes ese día. Pero, la pesadumbre de la inventora era distinto, sus lágrimas mostraron su corazón destrozado.
- "Tal vez ella... no, ya no importa".
Se acomodó en la cama, y dejó que el sueño la venciera.
El tiempo pasaba... era difícil de soportar los días encamada.
Aunque parecía que la soledad la acompañaría durante su hospitalización, sus compañeros de la agencia la visitaban. Le daban aliento, a seguir alegre, compartían su algarabía con ella, querían hacerle sentir como en familia. Sí... algo complicado, aunque necesario.
Pero, no era suficiente.
No dejaba de recordar aquellos tiernos momentos con él. Risueñas conversaciones... cuando le cantó, esos momentos donde la paz reinaba en el hogar. Sí, esa noche, él no solo le habló sobre el asesino, también sobre algo que la dejó perpleja esa madrugada.
(...)
- "¿Tú... no posees un quirk propio?". El héroe, sentado a su lado, le sonreía.
- "Sí... yo nací sin un don, Kemii".
- "Pero... ¿cómo...? Tú tienes...". Él la calló.
- "Uno heredado". Ella lo miró con asombro. "Este poder, llamado One for All... me lo otorgó su antiguo portador... All Might". Su mano derecha brillaba gracias al quirk.
Para ese momento ella no pudo decir algo... el antiguo símbolo de la paz, a quien muchos héroes admiraban, y otros odiaban, tuvo aquel don que a Deku lo hace un ser casi invencible. ¿Era verdad? No había motivos para que le mintiera.
- "¿C-Cómo te lo dio?"
- "Bueno... digamos que fue algo... raro la forma". La fémina lo miraba extrañado.
- "¿A... qué te refieres?". Él la miró con vergüenza.
- "Pues... me comí un cabello suyo". Solo le quedó sonreír al héroe. En cambio, ella... estaba anonadada. Esperaba algo asombroso, heredar un poder como ese es motivo de formalidad, o eso pensaba.
Las cosas a veces... no es lo que parecen.
- "¿B-Bromeas?".
- "N-No... lo digo enserio". Kemii... comenzó a reír. "Oye... no es para eso". Estaba avergonzado.
- "Lo siento... es que... sonó tan gracioso". No se detenía.
- "Es que... el ADN del anterior portador debe pasar al siguiente... y la mejor forma es esa... y la más rápida a mi parecer". Trataba de apaciguar la risa de su novia. "Vamos... deja de reírte".
- "Lo siento... es que... te imaginé comiendo el cabe...". Se divertía. Izuku estaba más sonrojado.
- "Pues... no solo es comérselo...". Su cara mostraba seriedad nuevamente. "Es concederlo".
Aquellas palabras... acabaron con el momento jocoso.
- "¿A qué te refieres?".
- "El portador debe desear otorgarle el poder... sin eso, es imposible que lo herede".
- "Para evitar que personas sin escrúpulos lo tenga, ¿no es así?". Midoriya asintió.
- "Por eso... cada heredero debe buscar al próximo... es una regla y no puede ser tomado a la ligera. Tenerlo... es una dura responsabilidad... porque debo demostrar que la elección fue acertada y yo deberé hacer lo mismo... a su tiempo".
Cada palabra envolvía la importancia de aquel don, y conocerlo genera que esa persona asuma la responsabilidad de no hablar de ella. Pero, ¿decirlo ahora? La heroína comenzó a tener dudas... y con ello un escalofrió. Como si él estuviera diciéndole su última voluntad. Tenía que saber.
- "¿Por qué... me lo cuentas, Izuku-kun?". La mirada de él la asustaba.
- "Porque... confío en ti". Tomó sus manos. "Porque si... algo me sucede... quiero...".
- "Basta...". Liberó sus manos, para tocar las mejillas de él. "No digas eso... no...". Deku la abraza.
- "Solo... protege este secreto... por favor".
No podía evitar sentir miedo... pero el cálido gesto del héroe apaciguaba el corazón de ella. La confianza era un premio que se gana con esfuerzo. Kemii lo logró. Solo quedaba contarle el resto de la historia, quienes lo saben, y cómo se lo contó a Ochako. Esa noche no se dormía... se regocijaban en las palabras, se amaban.
(...)
El día era hermoso... las aves la saludaban con sus cantos.
Aún se mantenía hospitalizada. Veía la ventana, donde el atardecer de aquel otoño nuevamente la llevaban a aquellos recuerdos. De pronto... sentía nauseas. Por medio de si misma pudo llegar al baño que tenía en su habitación... ¿Acaso su estado empeoraba? Una enfermera, que pasaba a revisarla, se da cuenta de la situación y atiende a la fémina.
Momentos de tensión... desesperación.
Ella estaba asustada, la habían llevado a ser revisada... solo durmió. Otra vez en su cuarto, observando el techo pálido, trataba de meditar lo que sucedió. A los pocos minutos, la doctora ingresó. Necesitaba decirle algo.
- "Señorita Utsushimi, ¿cómo se siente?". Aún estaba decaída.
- "M-Mejor... doctora". Pero, era fuerte.
- "Es un alivio escucharlo... Tenemos los resultados de sus exámenes". Revisaba su informe.
- "¿Algo... malo?". Un escalofrió.
- "En realidad... buenas, señorita Utsushimi". El médico le entregó una sonrisa. "Felicidades... usted está embarazada".
Perpleja... nada más la describía.
Y la sorpresa de la heroína no se hizo esperar. Aunque aún sentía algo de dolor no podía evitar moverse por el asombro. Su vista aumentó.
- "¿E-Embarazada?".
- "Sí... según el análisis, lleva un tiempo esperando un niño en su vientre. Es un milagro que no sufriera algún daño después de la lucha que tuvo. Así que descanse, nosotros la atenderemos de la mejor manera posible. Me retiro".
La doctora salió de su habitación, y la soledad la volvió acompañar. Su rostro comenzó a mostrar las primeras lágrimas, las cuales marcaron el camino para las demás. Escondía su rostro con sus manos... Luego, mirando el techo, sonríe, y con el suave susurro de su voz: "Nuestro bebé... Izuku-kun".
Cerró sus ojos, y solo siguió llorando... de alegría.
Las aves se retiraban a descansar... cuando el sol se despedía.
La noche llegó... y ella se puso a dormir, soñando con la felicidad que en su vientre crecía. La luna la cubrió, la protegió, su eterna soledad había acabado, su calvario... era ahora una bienaventuranza.
Los días pasaron y su recuperación era un hecho. Era hora de despedirse de aquel lugar donde fue cuidada. Pero, mientras proseguía su camino, sabía que el único lugar a donde podía ir era el departamento de Deku... quien, gracias a su maravilloso corazón, le permitió vivir con él. Se entristeció un poco... pero, se toma su vientre, y con una sonrisa enrumbó.
Su vida... le pertenecía a otra persona ahora.
(...)
El viaje lo sintió largo. Las pocas cosas que llevaba le permitieron un regreso sencillo. El taxi le dio un mal recuerdo... pero solo eso. Al llegar, se quedó un rato quieta, se envalentonó, y a paso firme entró en el edificio. Cuando estaba a unos metros de la puerta, se paralizó. Temía... que los recuerdos le hicieran daño.
Respiró profundo... insertó la llave, e ingresó. Debía ser fuerte.
El lugar parecía desolado. Unos cuantos días fuera, pero para Kemii eran años. Todo le era difícil de digerir. Sabiendo que era el lugar donde residió su fallecido novio, y con un tiempo viviendo juntos, sentía que no pertenecía a dicho hogar. Ya no más.
- "Nada... es igual". Dejó sus cosas cerca a la entrada.
Recorrió el departamento, todo estaba en su sitio... pero con suciedad. Al llegar al mueble, aquel sitio que compartieron su último momento de paz... recordó el cantó que le dedicó con ternura, y amor. No pudo evitar llorar, unas cuantas lágrimas solamente... tenía que acostumbrarse... no le quedaba otra.
Seguía caminando por aquellas habitaciones... llegando a la cocina.
- "Y pensar... que no logré vencerlo". Sonreía de forma forzosa. "Ya no podré hacerlo". Sus ojos se hinchaban por el dolor.
Al girar, se topa con algo inusual... la sortija de Ochako. Al acercarse a ella, ve algo debajo... una carta. Un simple papel, con una sencilla palabra: "Kemii". La miró con extrañeza... y con la intriga como aliada, la abre.
Con sutileza se sienta en una silla cercana. Debía leerla... aunque el corazón le doliera.
Lo siento... por no haber podido darte más tiempo de mi vida, las circunstancias no lo permitieron. Ese día que lloraste... cuando rechacé tu amor, me sentí destrozado, un ser miserable por castigarte cuando tú solo fuiste honesta... lo siento. Kemii, tu has sido el ángel que me salvó de caer en la profundidad del odio y aun así no logré contarte todo de mí. Mereces saberlo.
Mi poder es lo que me permitió luchar a tu lado, ahora es tuyo. Como un último deseo te lo heredé, protégelo. Cuando estés lista busca a alguien que sea digno y entrégale el don. Deséalo con todo tu corazón para que lo posea. Sé que es egoísta de mi parte el pedírtelo, pero... eres la persona que estuvo a mi lado hasta el final... aunque sea doloroso admitirlo.
Me hubiera gustado haberte entregado el anillo y escucharte decirme "acepto" en el altar, tener una familia contigo... haber sido feliz, envejecer a tu lado... esa ilusión era hermosa... y siempre decirte lo mucho que te amo... Pero, aunque no esté a tu lado, siempre viviré en tu corazón... porque la muerte no me quitará el recuerdo de nuestro romance. Sé feliz... mi princesa.
Izuku.
La última voluntad... si el héroe caía. La tragedia se cumplió.
Aquella hoja, sostenida con todo cariño, se manchaba de las lágrimas de la fémina. Con un tierno sollozo solo podía decir una sola palabra: "Izuku-kun", y la tristeza era su compañera. Un cálido abrazo sintió... cuando un leve brillo la comenzó a rodear, el delicado roce de esa luz le generó confianza... como si el propio Midoriya la estuviera calmando.
El don era suyo... el último regalo de su novio.
Kemii no salía de su asombro. Su hermoso cabello flotaba con el quirk. Estiraba sus manos tratando de tocar aquel resplandor blanco, en su brazo pudo ver como la energía recorría su cuerpo. Quien lo diría, de forma inconsciente lo había liberado.
- "Izuku-kun...". Comenzaba a sonreir. "Eres quién me ayuda ahora". Se daba un abrazo ella misma. "Prometo cumplir tu voluntad... protegeré tu legado, mi amado príncipe".
Su rostro, aún con algo de lágrimas, poco a poco mostraba su alegría, una donde tenía una mayor razón para tener esperanza... el niño que crecía en su vientre, el hijo que tendría. "¿Tal vez...? No... eso el tiempo lo dirá". El quirk se desvanece, su corazón se calmó.
Se limpio el rostro, y con una actitud nueva y enérgica se levanta... sale a la sala de aquel hogar, y con el espíritu lleno de vida abre las cortinas, dejando que aquel sol otoñal ingrese. El lugar se cubría por la hermosa luz... y la mágica bendición del destino.
- "Bien... es momento de preparar tu llegada". Se tomaba su vientre.
Quería vivir por él... dar su vida por su futuro hijo... enseñarle la nobleza y la bondad que alguna vez el héroe le demostró. Era hora de dejar de llorar, no es lo que hubiera querido Deku. Debía pasar la página.
(...)
No pasó mucho tiempo para su regreso a la agencia, solo que ahora iba sin él. La recibieron con alegría sus compañeros, al igual que su jefe. Les dio tanta alegría verla de nuevo que incluso algunos lloraron. Ella estaba feliz con el gesto. Como un pedido expreso por ella, pidió no tener a alguien a su lado... para Kemii, Izuku era el ideal, y quería respetar su memoria de esa manera. Su empleador lo entendió, obedeció.
No lo demostraba, pero él sabía que Utsushimi aún sufría la pérdida de su novio, sus compañeros también lo atestiguaron. Aquella primera salida de vigilancia... le costó. Esas calles donde compartieron gratos momentos le daban alegría... esa banca junto al árbol... la entristeció.
- "¿Aquí... fue donde te conocí mejor, Izuku-kun?". Tocaba el asiento. "En este lugar, junto a la sombra, nos volvimos amigos". Su sonrisa maquillaba su pena. "Y donde comencé a amarte". Debía ser más fuerte que la tristeza. "Y en donde... te volviste parte de mi vida".
Prosiguió su caminar... con la mirada al frente siempre.
(...)
Pasaron los meses, y su vientre había aumentado, el llamado de la maternidad le exigía cuidado para esa criatura. Pidió su tiempo de descanso. Era hora de vivir por aquella persona que crecía en su interior.
- "Te vamos a extrañar". Lagrimeaba una de sus compañeras.
- "No es un adiós... regresaré pronto". Sonreía la heroína.
- "Sí... pero...". Lloraba.
- "Calma, calma... debe descansar, tener un hijo no es fácil". Su jefe hablaba con sabiduría.
- "Hija... jefe". Se tocaba su panza
- "Lo siento... ve... siempre tendrás un lugar en la agencia, Utsushimi-san".
- "Se lo agradezco, jefe".
Una de sus compañeras, le tocó su hombro, tenía una duda que deseaba resolver.
- "Utsushimi-san... ¿cómo llamarás a la niña?". Kemii se la quedó mirando por unos instantes.
- "Aún... no lo decido". Reía de forma forzada.
- "Si quieres... te podemos ayudar a elegir un nombre". Muchos de ellos se alegraron.
- "Ah... lo... lo pensaré". Trataba de salir del embrollo.
- "Ya basta... dejen de molestarla. Utsushimi, ve a descansar". Su jefe, justo a tiempo.
- "Pero... solo fue una sugerencia". Todos reían. Ella también.
Una reverencia, y se marchó. Se protegió con un sombrero de ala ancha, una de las rutinas del famoso héroe... ahora lo aplicaba ella. No tenía pensado ir a su hogar, no... su mente estaba trazada hacía un rumbo distinto. Un viaje que debía hacer... lo antes posible: el cementerio.
Y así, sin importarle la distancia, la fémina se desplazó hacía el campo santo. A la entrada logra divisar la tienda donde podía conseguir algo de flores. "Ésta es perfecta", pensó con alegría. Una pregunta la devolvió a la realidad.
- "¿Son para tu amiga?". Preguntó curiosa la vendedora.
- "Y... para mi novio fallecido".
- "Pero... ¿tulipanes son apropiados para él?".
- "Sí... se podría decir que... eran sus favoritas". Sonreía.
- "Comprendo... ve, y cuida de aquel bebé, señorita".
- "Lo haré... gracias".
Se adentró al lugar bendito por las almas bondadosas.
Cerca a las puertas... por un rincón... una tumba sencilla que no era visitada, cubierta por la gentil sombra de un árbol... y un nombre: Yuri Kirane. La tierna brisa revoloteaba las hojas, y con ello un sutil ramo de flores es dejado en el sepulcro.
- "Lamento la tardanza... Yuri-san". Miraba con lamento, recordando el poco tiempo que pudo conocer a dicha anima engañada. Estaba apenada por el estado de aquel recinto fúnebre, pero no podía evitarse... a nadie le importaba... era repudiada. "Aunque el mundo trate de olvidarte... yo te recordaré... amiga". Por ella, no. Una reverencia... y volvió a partir... el rumbo estaba trazado.
Otra tumba debía ser visitada.
Caminó por un largo tiempo... el lugar de descanso de Izuku era un tanto alejado. Fue enterrado en ese lugar a pedido de sus antiguos compañeros de la academia. Al lado de ella. No lo tomó mal, era lo conveniente. Desde un inicio, Ochako había sido la mujer que lo había amado tanto como ella a él. Era lo apropiado... debía reconocerlo.
No había lápida de gran tamaño, ni mayor lema para él... solo algo simple, para que todos recuerden a la persona que dio su vida por un sueño infantil, el joven que fue ejemplo para aquellos amigos, el mayor homenaje para el hombre y no al héroe. El salvador ya tenía su monumento en un panteón... el "niño", solo quería uno donde descansar.
Y en aquella tumba, coloca la mitad de las flores... la otra le pertenecía a la mujer que ahora acompaña en la otra vida a su novio. Un respeto honorable, una muestra de superación apropiado para la dama.
- "Al final... fuiste la vencedora, Ochako-san". La miraba con seriedad. "No... ambas pudimos amarlo... y él nos correspondió... ese es el verdadero triunfo". Su sonrisa se dibujaba... su mirada se enternecía. "Gracias... por tu apoyo, amiga".
Sus ojos ahora solo le pertenecían a él... el reflejo de su amor se mostraba en ellos.
- "Disculpa por no haber venido antes... pero no tenía el valor". Cerró sus ojos, y un gesto alegre se posó en su faz. "No soy tan valiente... como pensabas, Izuku-kun". Volvieron a empañarse. "Trato de vivir con una sonrisa... pero, al despertar y no verte, es difícil... Me sigue doliendo el corazón".
Se limpiaba sus lágrimas... aún no se recuperaba.
- "Pero... doy todo de mi... por nuestra hija". La pena no gobernaba a aquella dama. "Quiero que sepa... que su padre... fue el hombre más bondadoso y noble que he conocido. Deseo ser... tan fuerte como tú, mi amado Izuku". Extendió su mano en dirección de la tumba. "Haré que estés orgulloso... de nuestra niña...". Nuevamente... su hermosa sonrisa. "Tú eres parte... de esta hermosa ilusión, mi príncipe".
Respiro profundo... tratando de calmar su llanto. Poco a poco lo lograba.
- "Te prometo... que este campo nunca le faltará flores".
El mensaje a su novio... el cual guardó por mucho tiempo... había sido dado. Ya no tenía mayor remordimiento, ya no le dolía el corazón.
La brisa comenzó a tocar las mejillas de aquella dama, quitando las lágrimas que aún permanecían en su bello rostro. Aumentó, y su sombrero salió volando, dejando anonadada a la heroína. No podía correr, pero la fortuna no era esquiva, ésta solo rodó unos cuantos metros, chocando con una de las lápidas.
Con sigilo y respeto la fémina se acercó a donde se encontraba, y con dificultad lo recogió. Al levantarlo descubre el nombre que ocultaba: "Saki". Sin apellido, simplemente un nombre y fecha de muerte. Se queda pensativa por unos momentos... y sonrió.
- "Es... un bonito nombre".
Cuando se preparaba para retirarse el susurro del viento la clamó nuevamente, como hace un tiempo atrás, sintió que alguien la llamaba. Al girar en dirección de aquella sensación, sus ojos develaron lo que antes había visto. Ochako la miraba con un rostro de alegría... pero no estaba sola, a su lado estaba Izuku, con aquel hermoso gesto.
Kemii sabía que no era producto de su quirk, no, era un acto del propio destino. Su faz brillaba por la emoción, y con entusiasmo expresa el mayor deseo que su corazón quería manifestar. Con sutileza lo revela.
- "Cuídalo, por favor... Ochako-san". La visión de la heroína fallecida asiente, y con alegría se despide de ella.
Pero, la brisa traía un mensaje... los labios de su novio se movieron, con cariño... con ternura. Era un canto que ella jamás olvidará.
- "Viviré por siempre... en tu corazón".
Aquella sonrisa... aquel gesto cálido de la futura madre, significó el hermoso reflejo de su amor. Su alma lastimada se resarcía con aquellas palabras, y el vínculo de afecto que compartía con su hija era el apoyo que alguna vez lo fue su amado. El cariño del joven héroe las protegería.
Debía ser fuerte... por un mañana.
Antes de salir del cementerio, la duda la envolvió. Aquella lápida que llevaba solo un nombre la intrigaba, sentía que debía saber la respuesta, algo dentro de ella le exigía. Se acercó a uno de los responsables del cuidado del campo santo para preguntar. Lo que oye le llenó de tristeza.
- "Una huérfana que murió en un incendio". Dijo el cuidador. "Escuche que una heroína trató de salvarla... no lo logró. La señora que la cuidaba la llamaba Saki, fue responsable con ella por un tiempo, hasta que falleció. Según escuché, nadie más la atendía... y sucedió el siniestro, lamentable. Un infortunio sinceramente, tan pequeña y sin que alguien la quisiera".
Kemii lloraba, ahora entendía por qué aquel sepulcro le generó tanto interés. De alguna manera, aquella niña la llamaba, quería que supiera que estaba allí... que volviera a jugar con ella. El encargado no entendía la reacción de la heroína.
- "¿Le sucede algo, señorita?".
- "No" – se limpiaba el rostro - "Gracias por su ayuda". Y se despidió.
Este viaje le dio distintas emociones... llorar por aquella pequeña, un acto solemne por su memoria. "Sí... ese será tu nombre, hija", se acariciaba el vientre, con todo amor, con la calidez de una madre. Y así emprendió su marcha, despidiéndose de aquella bendita brisa, que la acurrucó, la amó.
(...)
- "Han pasado 4 años desde ese día... y no he faltado a mi promesa, Izuku-kun. Nuestra hija... es parecida a ti, con un corazón bondadoso, cariñoso... amable, y con tus ojos. Además... heredó mi quirk". Miró a su hija con ternura, la cual decoraba la tumba de su padre. "Es como si aquella niña...". Reflexionó... era parecida a la pequeña de su ilusión, sonrió. "Tal vez... sea un regalo del destino".
La madre miraba con amor a su pequeña... la acarició con ternura. Cuando Saki gira puede ver la hermosa sonrisa de Kemii, le retribuye el gesto con el suyo. Era el momento de ellas dos, junto a él
- "Cuando sea el momento... cumpliré tu voluntad". El tenue viento acariciaba su largo cabello. "Y de seguro será... alguien del que te enorgullezcas".
Se agachó para dejar su ramo de flores... en la tumba de Ochako. La retribución que correspondía de aquella que cuida de su amado. La muestra de respeto para esa mujer que, desde una ilusión, la salvó. "Gracias", susurró.
La niña estaba envuelta en la interrogante.
- "Mamá... ¿por qué siempre le traes flores?". Utsushimi la miró con cariño.
- "Porque ella... es el ángel que cuida de tu padre".
- "¿Su ángel?".
- "Sí... por eso siempre le agradezco con este ramo".
La pequeña solo miró a su madre, le regaló una sonrisa, y con dulzura se acerca a la tumba de la heroína.
- "Gracias... ángel-chan".
Kemii se conmovió con el gesto de su hija, se agachó y la abrazó. Aquella escena... bendecida por la mano divina. La alegría de la pequeña... un afable regalo para el padre. No importaba nada más, Kemii era una tierna madre.
Y con un dulce sonrojo en Saki... ambas parten a su hogar... en ese lugar donde con él compartió tiempo de su vida, donde se amaron. Las damas se perdían en el camino del campo santo, siempre acompañadas por la suave brisa... que las guiaba por el buen sendero. Ahora su vida la repartía entre su profesión y su familia.
Su mayor reto... dar el amor que necesita su hija para crecer feliz. Él estaría de acuerdo... lo sentía así.
(...)
"RING, RING", el despertador no dejaba de sonar. "RING, RING", el ruido no paraba. Una muchacha se movía en su cama, el sonido la molestaba. Se cubría con la almohada, y aún así lo escuchaba.
- "¡Basta!". Y golpeó el objeto. Éste cayó... se rompió. "No otra vez... mi madre se molestará".
Se sentaba en su cama... pero sus ojos estaban semiabiertos. Bostezaba, se tambaleaba... y se dejó vencer por el sueño nuevamente. "Un rato más", susurró. Se había quedado dormida. Grave error.
Pasó los minutos... y la puerta de su habitación sonaba. La segunda vez, y esta acompañada por la voz de alguien detrás de la puerta: "Hija, despierta... llegarás tarde a tu prueba". No contestaba la muchacha. Por tercera vez... "hija, despierta". Seguía dormida con una sonrisa.
La madre se cansó de ser bondadosa.
La llave maestra, un buen recurso. Su rostro enfadado apuntaba a la cama de su primogénita. Y con pasos firmes se acercó a ella. Bajó su cabeza para tenerla a unos metros de la de su hija, y en su oreja, bramó.
- "¡Saki Utsushimi despierta de una vez!".
El grito de susto de la adolescente no se hizo esperar, tanto fue su sorpresa que cayó de su cama, se había dado un porrazo. Mientras calmaba su dolor, miró el rostro de su madre, comenzó a temer nuevamente.
- "Mamá... ¿qué sucede?".
- "Llegarás tarde a tu prueba de ingreso... alístate de una vez".
- "¿C-Cómo?".
La muchacha se alarmó, se levantó tan rápido como sus piernas le permitían... y fue a su baño para darse una ducha. Kemii salía de la habitación, un tanto exhausta por tener que venir a despertar a su niña.
- "Vaya... esta chica". Mira con cuidado la imagen de Deku en una revista que su hija tenía en un cuadro, la tomó y se alegró al verla. "Será una gran heroína... ¿no lo crees, Izuku-kun?". Dejó la foto en su lugar, y abandonó la habitación.
Saki Utsushimi quería entrar a la UA. Escuchó que su padre se había graduado como héroe en dicho instituto... lo admiraba mucho, por ello quería ir a esa academia. Aunque Kemii fuera egresada de Shiketsu, no tuvo inconvenientes. Respetaba la decisión de su niña.
La heroína nunca se casó... no quería que alguien supliera el lugar de su amado, sentía que como él no encontraría jamás. Ya no era una prioridad. Pero, para su fortuna, no tuvo problemas al criar a su hija. Mei la ayudaba. Era la madrina de su pequeña, por ello se comprometió ser su apoyo. Y, como algo irónico, Hatsume le pareció interesante el cuidar de una niña. Al parecer, su lado materno se había despertado.
Utsushimi... agradecía el gesto.
Los minutos pasaban y la madre ya estaba preocupada. El desayuno estaba listo... pero no salía de su habitación. Se preparaba para entrar de nuevo.
- "¡Saki... apresúrate!".
Para su fortuna, la joven apareció rauda, casi resbalando por el apuro. Tomó su desayuno lo más pronto posible, le dio un beso a su mamá, y con una sonrisa se acerca a la puerta del departamento.
Tanta prisa... que golpea a una persona al dejar su hogar. Ambas cayeron.
- "E-Eso... duele". Se sobaba su trasero la muchacha. "Ah... Mei-san".
- "Es... estas muy entusiasmada, Saki". Era ayudada por su ahijada.
- "Lo... lo siento, es que se me hizo tarde para mi examen de admisión".
- "La prueba de la UA... me trae recuerdos".
Por el estruendo, preocupada, la heroína salía a ver lo que pasaba.
- "Mei... ¿qué haces aquí?".
- "Solo... quería desearle buena suerte a Saki".
- "Ah... sí... me debo ir... las veo luego". Se perdía en los pasillos del edificio.
- "¿Crees que esté lista?". Preguntó un tanto preocupada Hatsume.
- "Si... entrenó mucho para este día, ella...".
- "No me refiero a eso". Miraba a Utsushimi con seriedad. La fémina le devolvió el gesto, y sonrió.
- "Lo está... además, recuerda que es hija de Izuku".
Hatsume reía de forma asolapada. Sentía que Kemii tenía razón... ella era muy similar a Deku, por eso la confianza de la madre no era solo por sentido de cariño maternal... sino una fe auténtica, una que podía evangelizar al más reacio incrédulo.
Creer... por un nuevo futuro.
Saki se apresuraba por llegar a la academia. Entró como pudo al tren, no le importaba que estuviera lleno, con solo la oportunidad de respirar le bastaba. Una prueba dura... pero, tal vez, la más sencilla de la que deba soportar. Bueno... despertarse tarde se castiga.
Salía del vehículo público, el resto del camino era a pie... a pasos largos. Después de todo debía guardar energías, ya que la prueba física sería exigente... o era lo que había escuchado de los exámenes anteriores. No podía arruinar su oportunidad de ingresar, todo sea por su sueño.
Aceleraba más sus pisadas... necesitaba llegar a tiempo. "¿Por qué me quede dormida, justo hoy?", pensó. Mientras su mente divagaba, un claxon la liberó de aquella atadura. El ruido aumentaba, y cada vez se hacía insoportable... para empeorar las cosas el grito desesperado de una madre presagia el próximo horror.
- "¡HIJO!".
Un niño travieso estaba a punto de ser atropellado por un automóvil. El juguetón infante no midió el peligro de correr sin mirar a su alrededor por jugar, el semáforo en verde ya no era un aviso de precaución... ahora era de arrepentimiento por una mamá distraída, un fatal incidente.
Un brillo amarillo... evitó el accidente.
El vehículo pasó por su vía... sin saber lo que ocurrió. En un instante tocaba la bocina por un niño en la pista, ahora solo estaba tan asombrado que se detuvo de improviso. La progenitora tampoco escapaba de la sorpresa... pero, sin más cosa que pensar que en la seguridad de su hijo, mira estupefacta la localización del niño.
Al otro lado de la calle... una adolescente cargaba en brazos al menor. Exhalaba por el esfuerzo, el chico... bueno, estaba absorto en la imagen de su salvadora. Saki, al rescate.
- "Vaya... eso estuvo cerca...". Volvía a exhalar. "¿Estas bien?". Le sonreía.
- "E... eso fue... genial". Miraba con entusiasmo a su heroína. "Eres muy rápida".
- "Eh... gra-gracias".
- "¡Hijo... hijo!".
La madre se acercaba desesperada. Era comprensible.
- "Mi hijo... ¿cómo está?". Estaba alterada.
- "D-Descuide... no le pasó nada". La fémina la calmaba. Bajaba al niño, quien, al ver a su madre, la abrazó.
- "Lo siento mami, lo siento...". Lloraba.
- "No temas hijo... no temas... pero no vuelvas hacer esto". Acompañaba en lágrimas a su retoño. "Muchas gracias... mi niño está a salvo gracias a ti".
- "No... no tiene que agradecer". La fémina estaba avergonzada. Y a su alrededor algunos aplaudían por el acto altruista de la muchacha, incluido el conductor, aliviado por poder dormir sin remordimientos. Otros, en cambio, reprochaban el hecho de usar su quirk sin tener permiso para eso... como si la vida de un infante valiera menos que las reglas.
Que importaba... un niño había sido salvado. Eso era lo importante.
Pero, entre las personas reunidas, uno la miraba con seriedad. Y lo peor, destacaba de entre los presentes... un héroe profesional. Había sido testigo del acto altruista de la chica, aunque su actitud parecía que no aprobaba el hecho.
Éste se acercó poco a poco a la muchacha.... y con una voz potente la llamó.
- "¡Hey, niña!". Saki volteó con algo de temor... aquella voz hacía que uno se le pusiera la piel de gallina. Pero, al hacerlo... su miedo pasó a ser de asombro.
- "Tú... tú eres... Bakugou, Katsuki, el héroe número 1".
No solo ella... los presentes también se asombraron por ver al primer puesto. Su personalidad atemorizante helaba a muchos, pero no dejaba de ser admirado. Era irrelevante si con su sola imagen intimidaba, su carrera como héroe era destacable.
Aun así... estaba frente a Saki con cara de pocos amigos.
- "Tú... acompáñame".
- "¿C-Cómo?". La fémina estaba un tanto asustada, conocía el motivo, reprocharle por usar su quirk sin permiso. "Lo... lo siento... tengo una prueba en poco tiempo y debo...".
- "He dicho... sígueme". Bramó. La muchacha se quedó callada.
Con el miedo escurriendo su espalda y su preocupación por llegar tarde a la prueba de ingreso, obedeció. Después de todo, no sería nada agradable enfadar al actual mejor héroe... Eso sería algo descabellado.
Caminaron hasta alejarse de las personas reunidas... la cháchara de algunos sobre lo que pasaba daban por adelantado la resondra a la fémina. Poco a poco se marchaban hasta llegar a una calle sin tanto público. Saki, cabizbaja, miraba de reojo al profesional. "Mi madre me castigará", pensaba la chica.
Katsuki paró de forma brusca. La muchacha casi se golpea con él. Y detenido en ese lugar exclama.
- "¿Ese poder... es el One for All?". Saki se quedó anonadada.
- "¿C-Cómo... sabe de este quirk?", pensaba.
- "Tú silencio me lo responde". Gira para verla cara a cara. "¿Quién te lo heredó?". Gruño.
- "Pues... yo...".
- "¡Responde, mocosa!".
La fémina tragó saliva, respiró hondo y con determinación miró al héroe.
- "Antes de responder... quiero saber cómo sabe de mi quirk". Katsuki la miró con seriedad.
- "Porque el último portador estudió conmigo". Saki estaba sorprendida. "Incluso él... alguien que nació sin un don, logró sobresalir al final más que yo".
La joven Utsushimi no era tan atenta al mundo de lo héroes. Conocía sobre los mejores, pero no asidua a saber sobre el pasado de ellos. Solo conocía sobre su padre, ya que, al ser estimulada por su madre, ella poco a poco se interesó en él. Pero, esto... era algo que no lo esperaba.
- "Espera... tú conociste al héroe Deku". El rostro de Bakugou ya no era tan amenazante... su actitud cambió a uno de lamento.
- "Sí". Saki no podía creer que el héroe que muchos villanos temen mostraba un lado acongojador. Era algo que muy pocos hubieran visto.
La muchacha colocó su mano cerca de su corazón, y con firmeza posa su mirada en él.
- "Mi madre... ella fue la que me transmitió este quirk, como la última voluntad del héroe Deku".
- "¿Tú madre?". Se extraño con esa respuesta. "¿Cómo es que ella lo tuvo?".
- "Se la heredó". Respondió con tenacidad la fémina.
Para Katsuki, la muerte de Izuku había significado la desaparición de aquel don. Sin noticia alguna sobre un heredero, era impensable que este apareciera. Más aun para él, quién durante la lucha que abatió al héroe no se encontraba en el país. Claro... no era consciente de que una dama había sido la sucesora.
O como ella pensaba...
- "Yo solo fui... el recipiente que cuidó de aquel poderoso quirk". La heroína tomaba con calma su taza de té en su casa, acompañada de su amiga.
- "Pero... ¿ella está lista para soportar la carga? Sin un cuerpo preparado puede ser fatal". La preocupación de Mei era entendible.
- "Lo sé... desde ese día que te conté sobre lo sucedido en aquella fábrica, me hablaste de todo lo relacionado con el quirk de Izuku".
- "Yo solo te dije lo que Midoriya me dijo a mí, como a todos los que él confió su secreto". Tomaba un sorbo de la bebida ofrecida por Kemii. "Pero los riesgos... lo vimos todos".
- "Es por eso que... no quize usarlo". Apretaba su taza. "Quería hacerlo... honrar su memoria con eso... pero el miedo me consumió, porque sabía... que no estaba preparada para usarlo".
Mei miró la preocupación en el rostro de Utsushimi. "¿Acaso se arrepiente de haberle concedido aquel quirk a su hija?" La inventora no dejaba de pensar en eso. Pero, con sutileza, una sonrisa se formó en la faz de la bella heroína.
- "Por eso... cumplí con la voluntad de Izuku... buscar un sucesor adecuado".
- "No es por menospreciar... pero ¿por qué Saki?". Kemii volteó a verla con una sonrisa.
- "Porque vi en ella a Izuku". Volvió a tomar un sorbo de su bebida. "Me dedique a entrenarla para que logrará tener la fuerza necesaria para soportar el quirk... Y, cuando se lo concedí, ella logró controlarlo poco a poco, como por instinto... o como si alguien... la ayudará". El gesto alegre de la fémina brilló. "Tal vez... Izuku-kun le apoya". Comenzó a reír con gentileza.
Pero Mei la miraba con seriedad. Dejó la taza en la mesa de sala, y se levantó.
- "No importa qué... pero,yo la asistiré cuando lo necesite... después de todo, soy la mejor inventora del país". Su pulgar levantado... algo que encandiló a Kemii.
- "Sé que ella te buscará... después de todo te aprecia mucho".
- "Y a mí me agrada cuando me visita en la agencia... Me retiro... hay 'babies' que deben ser atendidos".
- "Pero ¿no es tu día de descanso?".
- "¿Acaso Einstein descansó cuando investigaba sobre el efecto fotoeléctrico? Claro que no... debo imitar ese ejemplo".
- "Ahí vas de nuevo, Mei".
Ambas reían.
Pero, en otro punto de la ciudad... una futura heroína estaba hablando con quien era el número uno vigente.
- "Si me disculpa debo retirarme, la prueba de ingreso a la UA empezará pronto y no puedo seguir con la conversación". Ella estaba decidida de salir lo más rápido posible.
- "Una pregunta más". Saki la miró con atención. "¿Crees poder controlar el One for All?".
Ella se quedó callada por uno momentos... la pregunta no era fácil de responder. Su madre le contó sobre las consecuencias de ir más allá del límite que su cuerpo puede soportar, pero también sabía que con esfuerzo podría dominarlo por completo. Incluso... cuando dentro de su ser sentía un apoyo incondicional.
Saki tenía fe.
- "Lo sabré... cuando haga mío este poder". Apretaba su puño. Katsuki sonrío.
- "Bien... eso era todo". Le coloca su mano en la cabeza. "Sé la heroína que supere a los antiguos sucesores". La muchacha asiente.
La fémina avanzó unos metros cuando Bakugou la volvió a llamar.
- "¡Hey! ¿Cómo te llamas?". Ella volteó con prisa y gritó.
- "Saki Utsushimi, un placer". Y se marchó.
Él se queda pensativo con la respuesta.
- "Utsushimi... ¿dónde he escuchado ese apellido?" Seguía reflexionando... hasta que logra recordar. "Claro... la chica de labios anchos y del sombrerito raro de Shiketsu". Pero, algo más llamó la atención del héroe. "Extraño... esa niña tenía la misma mirada del nerd, incluso el color de ojos... Estoy pensando demasiado en eso".
Se tomaba la cabeza, removiendo su cabello. La idea se mantuvo en la mente de Bakugou por el resto del día. Saki, en cambio, no tenía mucho tiempo, debía llegar a las puertas de la UA. El retraso la hizo tomar una decisión.
- "Usaré el One for All al 2%... así llegaré más rápido".
Con premura activa el quirk, logrando correr un tanto más veloz de lo normal, como un atleta, y a la vez para no llamar la atención como hace unos minutos. No quería más problemas... no por ahora.
(...)
Los últimos postulantes se apuraban en llegar, entre ellos la fémina que sufrió una odisea para lograr llegar. Con un rostro agotado, casi con la lengua fuera de su boca, entró. El encargado de la puerta la cerró, dando por concluido el ingreso. Mala suerte para los desafortunados, que gritaban en son de buscar la compasión del portero. Nada les sirvió.
Sakí descansaba. Y al rato volvió a andar... un guía les indicaba a donde debían dirigirse. No fue largo el camino, luego estaba dentro de un auditorio enorme. Se sentó, aprovechando para recuperar fuerzas por el trajín, y esperó la llegada de uno de los profesores.
El bullicio era asombroso, y cada postulante tenía una actitud diferente: Nerviosos, entusiasmados, tranquilos, confiados... ella en cambio solo pensaba en lo que el héroe Bakugou le había dicho. "Debo esforzarme por dominarlo... así como lo hizo mi padre".
Al rato, desde la puerta, alguien hacía acto de presencia. Alto, fornido, y cuyas pantorrillas revelaban su quirk. Otro egresado de la academia, y que en su tiempo escolar fue presidente de su aula, Iida Tenya, mejor conocido en el mundo heroico como Ingenium. Con actitud seria y firmeza en su andar, se coloca en medio del recinto.
- "Buenos días y bienvenidos a la famosa academia de héroes, Yuei". Sus lentes brillaban al decirlo. "Están aquí para afrontar un gran reto... ser un héroe... uno profesional. Todos los egresados de esta prestigiosa escuela han demostrado ser grandes ejemplos del heroísmo, e incluso algunos pocos son símbolos como All Might y... el fallecido Deku".
- "Como me lo contó mi madre", pensó la fémina.
- "Aquí es donde los sueños de muchos pueden comenzar... esfuércense, ¡PLUS ULTRA!"
El grito en coro de los jóvenes emocionados... una forma de relajarlos. Ahora vendría lo que algunos temían. Dos horas, lo que tenían para completar la parte escrita de la prueba de ingreso. Razonamiento matemático, lógico, y verbal... era lo que presentaban las hojas. A distancia algunos profesores vigilaban el orden, cualquier intento de ir en contra de las normas era expulsión inmediata.
Saki estaba presionada, mas no preocupada.
Había estudiado hasta altas horas de la noche para superar este desafío... y en algunos casos, al lado de su madre, quien la ayudaba cuando alguna duda se le presentaba. El mundo de los héroes es enorme... las materias escolares aún más.
El reloj se acercaba a la hora pactada del final. Cuando llegó, los postulantes dejaron de escribir... bueno, algunos seguían escribiendo lo más que podían. Los puntos en contra podían ser fatal, pero es parte del reto... lo divertido de la vida.
Los profesores pasaron a recoger los exámenes. La fémina respiraba.
- "Pensaba que sería más complicado... el tiempo de estudio valió la pena". Sonreía. Luego, Tenya pasó a hablar nuevamente.
- "La siguiente parte de la prueba comenzará enseguida. Por la puerta a su izquierda los esperan los guías responsables de llevarlos a sus sectores. Como saben, cada uno, en su hoja de inscripción, detallaron la clase de quirk que poseen, con esto se los dividió en los de tipo fuerza física, habilidad mental, y estilo defensivo. De esta manera tendrán una evaluación justa, acorde con sus actitudes y dones. Pero recuerden... ser héroes no depende del poder... sino de cómo lo pueden usar de forma correcta. Les deseo suerte".
Cada postulante se dirigió a su respectivo grupo. La joven Utsushimi podía ver los diferentes quirks de los demás. Mientras más andaba, solo quedaban pocos, hasta no ser más que 120 miembros. Una vez presentes, algunos ayudantes les repartieron chalecos de distintos colores. Saki tomó uno rojo... le parecía lindo.
Frente a ellos una gigante puerta... y una bella profesora se hizo presente: Itsuka, Kendo.
- "Les doy la bienvenida a la siguiente parte de la prueba. Ustedes son parte de la sección de habilidades físicas, grupo 3. Les explicaré como será su examen, la cual durará dos horas. Detrás de mí hay una réplica de la ciudad, en diferentes puntos habrá muñecos que simularán rehenes a los que deberán salvar. Para hacerlo, solo deben tocar el botón instalado en el torso de estos y serán registrados como rescatado. Adultos cuentan 2 puntos; ancianos, 3; niños, 5".
- "Creo... que eso lo escuché de Mei-san". Se decía la hija de Izuku.
- "Pero... no será tan sencillo, serán custodiados por androides que actuarán como los villanos, cada uno con altas habilidades de lucha e inteligencia. En estos tiempos, donde los enemigos son más inescrupulosos y peligrosos, se necesitan de héroes capaces de enfrentarlos, por eso... deben demostrar que el poder no lo es todo y confiar en sus compañeros".
Todos los jóvenes se sorprenden con lo dicho por la linda heroína. Se miraron unos a otros... lo descubrieron. Cada uno tenía un color similar. Ninguno dijo nada, solo podían acatar.
- "Ya se dieron cuenta entonces, eso ahorra la explicación". Kendo sonreía. "Serán agrupados en equipos de 6 postulantes, seleccionados por los colores de sus camisetas. Hoy en día deben confiar en todo colega, así sea de otra escuela o agencia. Los villanos no desaprovechan la oportunidad de formar sus propias organizaciones, así que con la prueba deseamos que se vayan acostumbrando a ese mundo. Tendrán media hora para conocerse, les deseo suerte". Cuando se retiraba a la zona de descanso... paró. "Así... los grupos que superen los 70 puntos, aprobarán. De ustedes depende". Con eso dicho, se retiró para descansar.
El ambiente era extraño, cada joven se miraba con sensación de competencia, incluso entre los mismos integrantes. Saki... por su parte caminó alegre buscando a los miembros de su grupo. No pasó mucho hasta ver algunos con el color del chaleco que ella usaba. Cuatro señoritas, dos chicos en total.
Ninguno se hablaba... Utsushimi fue la primera.
- "U-Un gusto... mi nombre es Saki Utsushimi". No le respondían el saludo. "Vaya... son muy amigables". Sonreía de forma forzada. Hasta que una le habló... de forma tímida.
- "H-Hola... Utsushimi-san". Estaba avergonzada. Pero la hija de Deku le quería dar tranquilidad.
- "¿Cómo te llamas?". Mantenía su gesto.
- "Pues... yo... yo soy...". Pero, alguien la calló.
- "¡Deja de hablarle!". La timidez de la joven la neutralizó.
Saki estaba sorprendida con la actitud agresiva de la otra fémina.
- "Espera... no debes hablarle...". La joven volvió a vociferar.
- "Tú no te metas... y deja de hablarle a mi hermana". Tomó de la mano de la tímida chica y se alejó. Utsushimi solo podía verlas irse. Lo curioso es que los otros tres miembros solo sonreían de forma burlesca. Había quedado como tonta.
Nadie más dijo algo. Pero, la joven hija de Kemii no se desesperó, simplemente respiró y puso su mejor rostro.
El ambiente se volvió tenso. Muchos sentían que esto era demasiado para una prueba de ingreso... Saki, en cambio, tenía una mirada determinada. Ella no podía permitirse perder... porque su sueño de ser una heroína era lo que la motivaba a seguir adelante. Ser tan valiente como su madre... ser tan fuerte como su padre. Quería ser aquella en donde otros podían confiar.
Esa es su meta... ser el ángel que protege al que lo necesite.
- "La prueba iniciará pronto." – habló con entusiasmo Kendo – "Reúnanse con sus compañeros de inmediato. Una vez se abra la puerta comenzará el examen. Suerte a todos".
La hora se acercaba... y el sonido de las puertas abriéndose dio por iniciado el examen. Con un brillo en su ser, la fémina pasó primero. Como algo extraño, Kendo pudo ver el rostro de la joven, algo en ella le llamó la atención... como si alguna vez hubiera visto esa mirada. Sí... de un compañero del pasado.
- "Ella... se parece a Midoriya-san". Estaba perpleja.
Y así la joven Utsushimi ingresó a la gran ciudad, junto con el grupo.
Diferentes edificios, divergentes lugares de escondites. Cada agrupación comenzó a separarse, buscando los rehenes lo más pronto posible. Saki y sus compañeros seguían sin comunicarse, y eso les complicaba las cosas, ninguno sabía como podrían actuar cuando la situación lo requiera, mucho menos sus dones.
- "Chicos... lo mejor será saber los quirks de todos, así...".
- "Cuando llegue el momento haré lo que sea necesario". Nuevamente aquella chica agresiva.
- "Pero...".
- "Hermana... vámonos". La otra asintió y se fueron por un callejón.
- "Oigan... esperen". No pudo evitar que los otros se marcharán.
Estaba sola... en ese campo de batalla.
Inhaló... tenía que pensar. Luego, un estruendo a lo lejos... la lucha había iniciado. Y ella estaba de pie sin tener una idea de que hacer. "Ni modo", y corrió donde el ruido se hizo presente. Activó su quirk... necesitaba saber que sucedió. Al llegar no puede creer lo que veía.
Varios chicos heridos... vencidos por tres de los "villanos". Algunos se habían retirado, otros... no se movían por el temor... aunque los autómatas no atacaban. Eso le llamó la atención a la fémina. Uno de esos jóvenes venía corriendo en dirección a ella.
- "¡Ah... son demasiados fuertes!". Cayó por la inseguridad. "¡No es posible vencerlos!". Se levantaba nuevamente para seguir corriendo.
Aquellos seres mecánicos observaban con atención a la chica, la cual evita hacer movimientos bruscos. Estaba tensa, y a la vez concentrada. Miraba con cuidado... detrás de ellos estaban lo muñecos que simulaban los rehenes.
- "¿Cómo conseguir sobrepasarlos?". Pensaba la linda fémina. Dio un paso, los autómatas se prepararon para atacar. Ella se detuvo. "¿Será acaso... que reaccionan ante una posible hostilidad?".
Se relajó... comenzó a alejarse. Los seres mecánicos volvieron a su estado de calma.
- "Solo luchan cuando ven una amenaza... entonces...". Se acercaba con tranquilidad hacia ellos... cuando estaba a unos metros, estos vuelven a su estado de batalla y atacan a la fémina. "Solo fingen... son muy listos".
Cuando uno de estos seres estaba a punto de asestarle un golpe, ella, gracias a la velocidad que le otorga su quirk, lo llega a esquivar. Justo a tiempo... pero, por tal movimiento, los demás se lanzan a atacarla.
- "¡Rayos!".
Ella logra defenderse de los ataques... todo gracias al entrenamiento que desde pequeña su madre le había inculcado. Aprender lucha cuerpo a cuerpo fue básico, posteriormente a como contraatacar. Cada reto que su progenitora le propinaba, cada exigencia que tenía... muchas veces con la intención de dejarlo, pero su orgullo no le permitía. Sabía que todo eso era parte de los escalones que debía subir para alcanzar su sueño, ser una heroína.
Y el momento había llegado para demostrarlo.
Activando un porcentaje de su poder, pudo detener la embestida de dos androides que con patadas deseaban derribar a su contrincante. Sujeta ambas extremidades y las arrastra hasta golpear los cuerpos entre ellos. Una vez terminado pudo ver como el otro autómata se acercaba apresurado. Con el puño cerca a ella, llega a rodearlo y con el codo lo estampa contra una pared cercana.
Tres enemigos menos... cuatro rehenes a salvo: dos niños, un adulto. 12 puntos.
Pero, algo dentro de ella la inquietó.
- "No se supone que así deba ser el examen". Estaba seria. "Debo... buscar a los demás de mi grupo". Y con agilidad se marcha del lugar.
Mientras corría... pudo escuchar el grito de una fémina. Se detuvo. Dio varios saltos en zigzag para alcanzar una zona alta... necesitaba revisar de donde provenía el abrupto sonido. El tiempo corría, pero ella solo puso su atención al alarido. Nuevamente lo escucha y apresurada se dirige hacia el lugar.
Dos señoritas eran atacadas.
- "¡Aléjate! ¡Aléjate!". Lanzaba su quirk de agua de forma descontrolada.
- "¡Hermana!". La otra se abalanzaba tratando de ayudarla. La protegía con su don de viento, como si un muro se hubiera formado. Mientras, púas de tierra trataban de atacarlas.
Ambas chicas estaban sumamente heridas. La batalla que afrontaban había sido dura... pero lo curioso fue que sus adversarios no eran máquinas, sino humanos. Los tres otros "compañeros" que tenían, no eran para nada amigables.
- "Esto es más divertido que destruir robotitos". Reía uno de ellos.
- "Sí... y lo mejor es verlas siendo eliminadas". Se burlaba la única fémina del grupo.
El tercero solo observaba con una sonrisa burlesca.
Las hermanas, que en algún momento se alejaron de Saki, estaban en problemas. Habían sido traicionadas, y para colmo estaban en desventaja. Que más problema podían tener las señoritas.
- "¡Desgraciados!". Insultaba agitada la díscola. "Haré... que paguen por esto".
- "¿Tú? Si ni te puedes mover, y tu hermana... es una llorona". Reía la maleante fémina.
- "P-Pero... ¿por qué... nos hacen esto?". Habló la tímida.
- "Porque son inútiles... tipejas como ustedes no merecen ser héroes. Por eso... preferimos eliminar a los que no son aptos". Lo decía con seriedad uno de ellos. "Solo... ayudamos a mejorar la profesión".
- "Ustedes no son más que idiotas que creen hacer lo correcto... tontos así solo denigran a los héroes reales". Tenía la fuerza para burlarse.
- "Ya basta... no necesitamos escucharlas más... acabemos con ellas".
Dos de los maleantes activan su quirk. Uno de los jóvenes, creaba estalagmitas del suelo para asestarles. Ambas chicas estaban muy lastimadas, ni siquiera podían defenderse. Acorraladas... a merced de los "villanos".
Cuando toda esperanza se acababa... caía un destello.
Con un fuerte golpe destrozaba cada púa. Las armas de tierra se hacían pedazos, y mientras las fracciones de estas revoloteaban en el aire, develaba a Utsushimi con su puño en dirección de aquellos que traicionaron a sus compañeras.
- "No debieron hacer eso". Les recriminaba la hija de Kemii.
- "Pero ¿cómo?". La fémina del grupo traidor no escapaba del asombro, así como los otros.
La que hace unos minutos atrás la desairó se quedó atónita con el poder que Saki emanaba. La hermana, en cambio, estaba alegre de que alguien las salvara de los malandros. La díscola, habló.
- "¿Por qué... nos ayudas?". La hija de Izuku volteó a verla con una sonrisa.
- "Porque eso hacen los héroes... salvar a las personas cuando están en peligro".
Esa chica... se quedó sin palabras. Uno de los atacantes no esperó más.
- "¡Basta de tonterías!". De inmediato lanzó su ataque, las estalagmitas se elevaban. Utsushimi toma con agilidad a las dos jóvenes y las retira evitando que fueran dañadas nuevamente.
- "No escaparán". La atacante comenzó a formar estalactitas, deseando embestir a sus rivales. No tuvo efecto.
Una vez que esas rocas estaban cerca, nuevamente Saki extiende su brazo y rodeada por su poder logra destrozarlas. Los fragmentos viajaban en dirección de aquella dama que había efectuado el ataque. Mientras se protegía de los impactos, la nueva heredera... se puso frente a la traidora... y exhala su quirk propio: Glamour.
La enemiga estaba atrapada entre la niebla ilusoria... en su fantasía.
No pudo hacer mucho, cuando de inmediato... es noqueada por la bella fémina. Un simple golpe en el vientre, y estaba fuera de combate. Los demás miembros del grupo estaban sorprendidos por su velocidad... y mucho más por su fuerza.
Saki se los quedó viendo... podía distinguir el miedo en sus ojos, pero eso no evitó que uno de ellos reaccionara iracundo.
- "¡Maldita, pagarás por haberle hecho eso a mí hermana!". Y de inmediato volvió a formar las púas de tierra extendiendo sus dos brazos. Pero, mientras el enojo lo invadía, también lo cegó. La chica se abalanzó contra aquellas armas, destrozando cada una. Y en un santiamén estaba frente al joven. Como con la anterior rival, fue golpeado en su abdomen. Otro más que cayó.
El último que quedaba en pie, solo miró el acto heroico de Saki.
- "Debo imaginar que son tus hermanos". Él no respondió. "Eso quiere decir que sí".
- "Ellos fueron imprudentes contra ti... yo no lo seré."
Su cuerpo era cubierto por la tierra debajo de sus pies. Lo envolvía a tal punto que prácticamente tenía un traje de roca que lo protegía... casi por completo. La fémina se puso en guardia. El muchacho se lanzó al ataque, igualmente la hija de Kemii.
Pero, cuando ella intentó golpearlo, este logró esquivarlo, arremetiendo a la bella señorita. Ésta retrocedió, pero el sujeto se acercó nuevamente a ella, y con astucia le propina una patada en el vientre. Utsushimi se tambaleaba del dolor.
- "Eres... diferente a ellos *sigh*".
- "Yo les enseñé a luchar... pero no aprendieron lo suficiente" – se tronaba el cuello - "Ahora verás que no eres tan especial".
Aquel sujeto se acercó apresurado contra ella, quien aún no se recuperaba del topetazo. Cuando estaba a unos metros, una ventisca la cubrió para protegerla, el vil personaje retrocede. Saki al ver esto, mira a su alrededor, la belicosa fémina le ayudó.
- "Los... los héroes ayudan a quién lo necesite". Sonreía. Esto no le causó gracia al atacante.
- "Desgraciada". Se acercaba a ella ahora... le enseñaría a no meterse en su camino. Aunque no pensó que alguien más lo atacaría.
- "¡No le hagas daño a mí hermana!". Un chorro de agua impacta en el rostro del sujeto, alejándolo de la del quirk de viento.
- "Sus dones... son geniales". Saki estaba sorprendida. Pero, debía dejar de lado su asombro, debía unirse a la lucha. "Por favor... ayúdenme a detenerlo". Gritó Utsushimi. Tenía un plan, pero necesitaba de ellas.
Ambas aceptaron la propuesta.
Aún no controlaba su poder como deseaba, solo un 9% podía usar. Hay momentos donde sufre de dolores cuando supera ese rango... debía ser cuidadosa, conocía la historia de cómo su padre se lastimaba a sí mismo por apresurarse. Hatsume se lo había contado.
- "No... *sigh*... dejaré que niñas como ustedes me venzan". Y nuevamente se abalanza contra ellas, pero esta vez con la ira acumulada.
Saki se puso al frente de ellas dos, y esperó la llegada del enemigo. Poco a poco se acercaba, las chicas estaban tensas, desconocían el plan. Solo la miraban con atención, y a la vez a su rival.
- "Cuando les diga... activen sus quirks". Ellas se quedaron calladas.
El sujeto estaba a pocos metros, le asestaría un puñetazo a la joven Utsushimi. Fue entonces donde ella emanó su poder, y con su brazo extendido... desata su fuerza. Apuntando al cielo... y dando un grito que elevó el corazón de sus compañeras.
- "¡DETROIT SMASH ALL STARS!". El furibundo golpe detuvo al agresor. La desesperación se le notaba en el rostro. De inmediato Saki volvió a dar un alarido. "¡AHORA!".
Ambas féminas activan sus dones y los lanzan contra su rival. Una ventisca lo rodeó, y lo comenzó a elevar, mientras que el golpe de chorro de agua inutilizaba el traje de protección que tenía. Estaba a merced de ellas. Y solo podía dar un grito de desesperación.
Era expulsado... cae de forma brusca, noqueado. Las tres estaban exhaustas, Utsushimi adolorida, pero entusiasmadas por el acto heroico que realizaron. Saki mostraba algo de emoción, porque había logrado efectuar un ataque que, en principio, no pensó que funcionaría.
- "Eso... fue genial... aunque no sabía si lograría realizarlo". Adolorida... giró para ver a sus compañeras, mostrando su sonrisa. "Gracias... por la ayuda".
- "No... eres a la que debemos agradecer... nos ayudaste, incluso... cuando te traté mal".
- "Sí... en verdad... eres muy fuerte... gracias".
- "Eso... no es necesario... solo...".
Pero, una mano es extendida... mostrando el respeto que había logrado ganarse Utsushimi.
- "Mi nombre es Maki Izumi... ella, es mi hermana, Umi". Su sonrisa sorprendió a la fémina.
- "Un... un gusto". Se reverenciaba la otra fémina.
Saki... aceptando el gesto de buena voluntad, le sujeta su mano.
- "Un placer... conocerlas". Pero, de inmediato su actitud pasó a ser seria. "No podemos perder más tiempo... debemos conseguir los puntos para pasar el examen". Ambas féminas asienten. Poco a poco el dolor se desvanecía... solo estaba fatigada.
Y raudamente se marchan en busca de sus objetivos principales. Mientras tanto, en la zona más alta del complejo se encontraban los profesores supervisores de la prueba. Cada uno hablaba entre ellos, asombrados por la escena que esas tres chicas habían mostrado... especialmente Saki.
Algo les llamó la atención.
- "¿Ese no es un ataque que Midoriya realizaba?". Momo Yaoyorozu preguntaba.
- "Sí... me acuerdo haberlo visto hace mucho tiempo". Kendo Itsuka le respondía.
- "Tal vez sea una fan de Midoriya-san... después de todo, él es considerado una leyenda, gero". Tsuyu Asui agregaba.
- "Es... posible". Yui Kodai aportaba con la respuesta.
Pero, de entre todos, solo uno se levantó sorprendido... Iida Tenya.
- "¿Acaso... será posible?". Es cuando alguien se le acerca, y le interrumpe de su concentración.
- "Será mejor preguntarle". Le dijo en voz baja la bella Eri. "Además... el poder que la rodeaba era muy similar al del señor Deku". Tenya la observó y con un brillo en sus anteojos asintió.
- "Sí... solo así lo sabré".
- "De acuerdo... me prepararé para atender a los heridos". La fémina se retiraba.
El tiempo pasó... y en las diferentes ciudades de simulación un timbre se oyó. El examen había terminado. Saki y sus compañeras se mostraban exhaustas, pero alegres. Habían conseguido salvar a varios objetivos, aunque... les costó mucho hacerlo.
Para ellas lo importante era que consiguieron una gran cantidad de puntos: 78... suficientes.
Se relajaron, rieron... bromearon.
Era tiempo de marcharse... y las tres chicas salían juntas. Cuando, en la puerta, le esperaba el héroe Ingenium. Al verlo todas pensaron que serían reprendidas por su pelea contra aquellos que los atacaron. Dejaron de sonreír... la preocupación las albergó. Tal vez ¿desaprobaron por eso? Un escalofrió las rodeó.
- "¿Puedes esperar un momento?".
- "Iida-san, si es por el conflicto que tuvimos... ellos la atacaron y...". Saki trataba de explicar.
- "Si te refieres a la lucha que tuvieron con aquellos jóvenes no debes temer. Ustedes se apoyaron para vencerlos, cumpliendo con el propósito de la prueba, luchar junto a sus compañeros. Además... ayudarse mutuamente es algo digno de un héroe. Eso les da un puntaje adicional, que posteriormente se les estará diciendo".
Las chicas se alegraron por el comentario del profesional, pero él no había terminado.
- "Pero necesito hablar contigo a solas, joven Utsushimi". Saki se sorprendió. Sus demás compañeras solo le dijeron que la esperarían para irse juntas.
Nadie interrumpiría su conversación.
- "¿Qué... es lo que desea, Iida-san?". Preguntó atemorizada la fémina. Él la miró con seriedad.
- "El quirk que tienes... ¿es el One for All?". Utsushimi abrió más sus ojos. Era la segunda vez que alguien le preguntaba por su don heredado.
- "¿Así que usted sabe de él?". Se afligió.
- "Sí... porque el antiguo portador, Izuku Midoriya, fue uno de mis mejores amigos".
La bella fémina se vuelve a asombrar. Ante ella estaba uno de los compañeros más cercanos de su padre, al igual que fue Ochako Uraraka, quién consideraba como el ángel que cuidaba de su progenitor.
- "Entonces... puedo confiar en usted... Sí, mi quirk es el One for All".
- "¿Cómo lo obtuviste? Nunca escuché que Izuku lo cediera a otro. Y con su muerte... pensé que estaba perdido aquel don".
- "Eso es... porque se lo cedió a mi madre".
- "¿Tú madre?". Ella asintió.
- "Sí... mi madre, Kemii Utsushimi, fue a ella a quien el poder fue otorgado para ser protegido".
Iida comenzó a recordar algo... sobre lo que le contó Todoroki unos años atrás: "El día que Midoriya murió solo estaba una persona a su lado, Kemii Utsushimi, la egresada de la academia de héroes Shiketsu". Las memorias de ese trágico día regresaban. "Esa mujer que lo sujetaba", pensó. Pero ¿por qué le dio a ella? ¿En qué momento lo hizo? Las interrogantes le invadían.
- "¿Sabes por qué tu madre no lo usó?".
- "Porque prometió no hacerlo... ella... solo quería cuidarlo... hasta que encontrará al indicado para que lo traspasara".
- "Y tú fuiste la escogida". La miró con seriedad.
- "Sí... y aún no sé si soy la indicada".
- "¿A que te refieres?". El héroe se extrañaba con la actitud de la fémina.
- "Yo poseo el quirk de mi madre, "Glamour". Pensaba que sería suficiente con él para ser una heroína... pero, después renegaba de él. Ante mi inseguridad mi madre me contó sobre el poder que ella guardaba celosamente... Me entusiasmé, y es ahí que me dijo que al tenerlo cargaría con una gran responsabilidad. Y si estaba... dispuesta a aceptarlo".
- "Cada don es una responsabilidad... es la fuerza de voluntad lo que permite en usarlo de forma correcta... Y... es normal sentir miedo". Recordaba el día que quiso vengar a su hermano. "Pero... ¿te arrepientes de tenerlo?"
Saki miraba el suelo... respiró hondo, y miró nuevamente al héroe.
- "No... porque acepté todo lo que conlleva tenerlo... y estoy dispuesta a soportar todo lo que se me presente... como lo hizo mi padre".
- "¿Tú padre también fue un héroe?".
- "El mejor". Ingenium se quedó sin habla por unos momentos. Esa respuesta lo dejó pensativo. "Seré tan fuerte como él... porque quiero salvar a tantas personas como mis manos puedan alcanzar".
En ese instante... Iida vio la imagen de Izuku, era como si aquella fémina fuera la reencarnación de su amigo. No... debía pensar con lógica... porque ver en ella el rostro de su antiguo compañero no era extraño... ¿o sí?
- "Señorita Utsushimi... ¿quién... fue su padre?". Con una sonrisa ella responde.
- "Aquel que fue llamado antes el símbolo de la paz, el héroe Deku".
La mirada de Tenya escapaba por la sorpresa. Su mejor amigo, con el que peleó a su lado, que lo salvó... y le entregó su amistad hasta el final, había tenido una hija... y el mayor asombro, había heredado el quirk más poderoso que existe. El profesor sonrió... logró saber que su compañero... vivía en el corazón de aquella chica.
- "Protégelo... y jamás te rindas". Fue las últimas palabras del héroe.
- "Sí... me esforzaré para hacer mío este poder". Se reverencio y partió. La vista del profesional brillaba por la emoción. Y su sonrisa igual.
- "Izuku... que bueno que estés de nuevo con nosotros". El gesto alegre aumentó.
Su madre miraba con alegría el atardecer... recordando aquellos días donde era feliz con él. Sujetando aquellas fotografías que en el parque de atracciones se lograron tomar juntos, las cuales eran un tesoro que cuidaba con cariño. Y con una sonrisa exclama: "Nuestra hija... es igual a ti... ¿no lo crees así, mi amado Izuku-kun?". Y abrazó con ternura aquellas imágenes. "Cuídala... mi amor".
Aquella chica que se reunía con sus compañeras... que ahora caminaba alegre de regreso a su hogar era la próxima esperanza, como en un tiempo su padre lo fue. Su destino aún no estaba definido... su futuro tampoco, pero lo que sí se sabe es que ella porta un poder que otorgará fe en todos los que buscan justicia. La joven símbolo de la paz comenzaría su nueva vida como heroína.
Pero... eso es otra historia.
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Quiero agradecer a todos los que siguieron con ganas esta historia. Han pasado meses desde su primer episodio y me emociona que consiguió más de 2000 votos. Por el momento no publicaré mi próxima historia hasta no terminarla y revisarla por completo, por eso pido paciencia. Gracias por el apoyo dado por todo este tiempo, por este cariño es que este trabajo genera entusiasmo.
El_Barbas
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