CAPÍTULO 09: CARIÑO
- "Después del funeral... renuncié a la agencia donde trabajé con ella... me aislé de la profesión por un largo tiempo". El héroe no miraba a su compañera, el suelo era su consuelo, la presión en sus puños su tranquilidad. O trataba de serlo.
Ella, en cambio, lo observaba entre lágrimas, intentando asimilar la tragedia. Fue inútil, el joven seguía mostrando su dolor. Sus manos, temblorosas, ocultaban algo, lentamente lo revelaba ante la sorpresa de la fémina: un anillo.
- "Iba... a pedirle matrimonio". Una lágrima empapaba el aro que descansaba en la palma del joven. El sollozo rompía todo momento de quietud, y el llanto mojaba cada vez más las manos del héroe.
Kemii solo podía escuchar a su amigo... sufrir por la pérdida. Había pasado tiempo de eso, pero ella sabía que el recuerdo doloroso seguía vivo. Apartó su vista del joven, no deseaba que la viera llorar, sentía que eso lo lastimaría más.
El viento, testigo de la historia, trataba de apaciguar la angustia del héroe. Pero, él seguía sufriendo. Atormentado por los recuerdos.
- "Hay veces... que me levanto pensado que solo fue una maldita pesadilla... que si llegará a la cocina... allí estaría, sonriéndome y...". Sollozaba. Apretó su mano, ocultando la joya nuevamente. "El... el anillo siempre me regresa a la horrible realidad".
Volvió a sumergirse en el llanto.
Ella bajó su quepí, en respeto del acongojado joven.
- "No... no puedo imaginar el dolor que debes pasar cada día, Izuku-kun".
- "No es fácil... pero, cada día solo pienso que... debí matar a su asesino". Kemii de inmediato observa al joven, de su ser se manifestaba su quirk, pero algo más la perturbó. Volvió a ver esos ojos de ira, aquellos que la miraron con enfado cuando estuvieron en el hospital. Le temía, pero esta vez no podía huir, él... necesitaba ayuda.
- "Eso no la hubiera devuelto la vida, Izuku-kun". Su voz mostraba preocupación.
- "Le haría justicia".
- "Matar no es justicia, Izuku, solo te...". Pero el joven la interrumpe con bravura.
- "¡Y acaso encerrarlo es suficiente! ¡Ese maldito merecía morir!".
- "No... no es lo correcto". Trataba de hacerlo entender. "Nuestra labor es mantener la vida, así sea de nuestros enemigos".
- "¿¡Mantenerlos con vida!?". Alzaba más su voz. Kemii estaba consternada, asustada.
- "Izuku...". Pero, él no le permitía hablar.
- "Hay miles de individuos como él: genocidas, violadores, terroristas, tantos a los que les gusta ver sufrir a los inocentes solo para satisfacer sus enfermos deseos, todo porque simplemente se los deja vivir, porque no hacemos lo que...". Pero un grito lo calló.
- "¡ELLA NO HUBIERA QUERIDO ESTO!". La bravura de su amiga había logrado acabar con las nefastas palabras del joven. "La hubieras... lastimado". Los ojos de ella ahora mostraban tristeza.
Se quedó desarmado.
Deku estaba avergonzado, se dio cuenta que sus palabras no eran dignas de un héroe. Ni el propio All Might, quién también había pasado por un momento similar, hubiera tomado este camino atroz. El dolor... le había nublado su juicio.
- "Entiendo tu sufrimiento... tu resentimiento, pero... solo hubieras manchado su memoria... Izuku-kun". Utsushimi lloraba. Al ver esto, el joven, apenado, bajo su cabeza, no se atrevía a ver los ojos de Kemii.
- "Yo...". Una mano cálida... se posó sobre su faz; levanta su vista, y comtenpló su preocupación, no solo lastimaba el recuerdo de Ochako, también a quién en ese momento se tomó el tiempo de oír su historia.
- "No... soy la indicada para hablar de ella... no la conocí tanto para hacerlo... pero, de lo que estoy segura es que estaría triste de escucharte... Vio en ti a una persona compasiva, bondadosa, y sobre todo heroica... Izuku-kun... pero lo que dices ahora, esa actitud hostil, la hubiera destrozado". Él no dejaba de verla a los ojos, ni a las lágrimas que de sus mejillas caían. Las dulces palabras de ella lo calmaron.
Bajó su mirada un momento, buscaba resarcir su error.
- "Pensaba que... cada uno tenía un camino distinto, pero que siempre se cruzaban para tenernos juntos. Ochako siempre veía algo bueno en mí, no importará mis defectos... sabía que me impondría sobre ellos, que me haría más fuerte".
- "Ella vio en ti al héroe que quería ser... y del cual se enamoró". Una tenue sonrisa le fue regalado.
- "Lo dices cómo si en verdad supieras..." – pero ella lo interrumpe.
- "Izuku-kun... lo sé, porque me dejaste ver tu compasivo corazón".
Midoriya estaba confundido, pero había algo que no podía negar, el lado servicial y amigable de Kemii era hermoso.
- "Ese día... que te interpusiste para protegerme... comprendí que eras una persona muy distinta, incluso después de hablarte de forma brusca el primer día como compañeros... y del cual me disculpo". Se avergonzaba al recordarlo, lamentaba cada segundo que blasfemó contra él, había escupido su honra... por una estúpida idea estereotipada que fabricó. Ahora... era ella la que trataba de salvar el corazón del joven. "No dejes... que el odio te consuma... sé el héroe del que ella se enamoró... y del cual yo admiro". Porque fue él quien salvó el suyo.
Hace mucho que no sentía el cariño de alguien de esta manera, después de la muerte de Uraraka él simplemente se mantenía reservado en lo que fuera una vida social... de una normal. Con Utsushimi volvía a sentir esa libertad.
Tomó la mano que calmaba su rostro, para luego bajarlo con delicadeza.
- "Gracias... Kemii". Una noble sonrisa se dibujó en el rostro del héroe. "Fue... grato poder contarte esto... pero, quiero que me ayudes con algo ahora". Ella se quedó mirándolo por unos segundos antes de contestar.
- "¿Ayudarte?". Él héroe se levanta de la banca.
- "Sí... pero, para ello debemos ir a otro lado".
Ella no lograba comprender lo que acaba de escuchar del joven, pero en su corazón sabía que necesitaba de su apoyo. Sin más dudas por resolver acepta acompañar a Izuku a dónde deseaba llevarla. Ya no le temía, ahora sabía que podía confiar en su compañero. De aquella banca donde escucho la historia se levantó, e iniciarían la marcha.
Sabía que estaba incumpliendo con la labor de su agencia, pero entendía también que, si no ayudaba a su compañero, no estaría en paz con él mismo, y lo peor, ella se sentiría inútil ante una situación que pudo haber solucionado. En ese momento, su tiempo le pertenecía a Deku.
(...)
Ella se sostenía del cuello del joven, el viento golpeaba su faz, revoloteaba su suave cabello color caramelo. En su rostro un sonrojo se pintó. Era llevada como si se tratará de una princesa, y solo Kemii se había dado cuenta de la situación. Izuku no se inmutaba, prácticamente estaba concentrado en dar saltos apropiados entre los techos. Aún no comprendía como aceptó esta manera de viajar.
- "Bien... te ayudaré, Izuku-kun".
- "Gracias... entonces, te llevaré en brazos para...". Pero, ella se sonroja al escuchar eso.
- "¿Lle-llevarme en brazos? ¿Por qué?". Él ríe.
- "Porque... es más fácil llevarte a donde quiero que me acompañes".
- "U-Un bus o tren es más apropiado". Sus mejillas estaban coloradas.
- "Pero ir entre los techos es más rápido". Sonríe. Sintió que no podía ganar la discusión, solo debía confiar en él.
- "De acuerdo... pero si te sobrepasas...". Pero antes de terminar el joven interrumpe a la sonrojada fémina.
- "Nunca haría eso". Ella pudo ver el rostro serio al momento de responder, aquel rostro le generó creer en sus palabras. "Así... guarda tu quepí... no querrás que se pierda". Su sonrisa jocosa provocó que su compañera se disgustará con él.
Recordar el suceso solo le agitaba el corazón, y como si sus palabras estuvieran escritas en piedra, el joven no intentó hacer algo más allá de llevarla. Sí, era una persona de fiar. Podía entender un poco más el porqué su fallecida novia se había enamorado de Midoriya, su nobleza regía su ser en todo momento.
Eso... la sonrojó aún más.
(...)
Atrás quedó la tumultuosa ciudad, llena de edificios, autos, villanos... entre la sombra de hermosos Sakura, se veía a la pareja caminar... el lugar... un campo abierto donde reposaban las almas... el sitio donde los fallecidos descansaban en la eterna tranquilidad.
Kemii estaba callada, y de vez en cuando veía al serio joven, que ahora en brazos llevaba un ramo de flores: tulipanes amarillos, "deben ser las favoritas de su difunta novia", pensó la heroína. Ella entendió que la historia de Uravity y Deku aún no había finalizado.
Ambos llegaron al lugar donde la memoria de ella reposaba. Y el racimo fue puesto entre la hermosa lápida que el propio héroe mandó hacer para su amada: "Uraraka Ochako, honorable heroína, noble mujer."
Luego el silencio se rompió.
- "Fue en una de nuestras primeras citas... que le llevé tulipanes amarillos... las elegí por azar, estaba apurado... escogí unas cuantas, porque no me alcanzaba... y porque... me parecieron bonitas". Dijo entre burla.
- "Suena como si al final solo hubieras llevado tres o cuatro flores".
- "Dos... para ser exactos". Sonrió. "Pero, a ella no le importó... las tomó... y después me dijo que las tenía reposando en una jarra... siempre las cuidaba... Después de eso no dejé de llevarle unas cuantas en cada cita, para que nunca le faltará". Lagrimeaba.
- "Eso es muy hermoso... Izuku-kun".
Un mutismo cubrió el momento, la suave brisa reinaba en el entorno. Kemii... mirando el lugar de reposo de la heroína, no se atrevía a decirle algo al joven, era su momento con ella, lo entendía... y lo respetaría. Midoriya continuó.
- "Fue un día como hoy... cuando murió". Ella lo mira con asombro... luego la tristeza la envolvió. "Y es en este preciso día es cuando le traigo racimos de tulipanes amarillos... para que nunca le falte". Lloraba.
- "Me hubiera... encantando conocerla mejor... solo recuerdo poco de ella... cuando nuestras escuelas entrenaron juntas". Lo decía con ternura. "Debió... ser una persona maravillosa".
- "Lo era... siempre alegre, decidida, responsable, audaz, tierna... y amable". Pudo ver en la faz de él una pequeña sonrisa, rodeada por las lágrimas que aún caían. "Y pensar que... yo me enamoré de ella porque... poco a poco me mostró su corazón... y fue hermoso cuando lo descubrí".
Se calló por unos segundos, tomó aire y suspiró.
- "Kemii... por favor... usa tu quirk en mi... devuélveme a ese mundo donde pude verla... hay algo que quiero decirle". Ella se quedó atónita... ahora entendía porque quería que viniera.
- "Izuku-kun... mi quirk solo..."
- "Muestra una ilusión... lo sé, pero... tal vez en esos segundos puedo liberar este dolor que aún me lastima... y es ella la que debe saberlo". Su determinación dejó callada a la fémina, sabía que cualquiera explicación no serviría, él solo deseaba estar ahí... junto a su amada.
- "Entonces... ve y dile".
Extiende su mano hacía su boca, y con ayuda de su palma esparce de un soplido su niebla ilusoria. Cubría al joven héroe, quién cerró sus ojos y esperó el embrujo.
Sentía la suave brisa rosando su rostro, abre sus ojos... un hermoso campo de tulipanes amarillos lo rodeaba, y como si el viento lo llamara, voltea para verla, con una sonrisa hermosa en su rostro. Con cuidado, el joven héroe camina, tratando de no maltratar las bellas flores. Y con cada paso tenue se coloca frente a ella.
- "Este jardín siempre está lleno de tulipanes... gracias a ti, Deku-kun". Toma las manos de ella.
- "Te prometí que siempre te traería una, Ochako".
- "Y lo has cumplido, cariño".
- "Por tu corazón... tu recuerdo... y mi amor hacía a ti".
El joven lloraba. Ver como su amada descansaba en un valle de las que se volvieron sus flores favoritas le era grato. El recinto para un alma inocente que partió con premura, era una satisfacción que deseaba mantener. Saber que esto alegraba a la mujer que ama, era un premio para su espíritu torturado por el dolor, castigada por la ira.
Y el lamento se apoderó del joven héroe.
- "Pero... también te he fallado, Ochako". Se entristecía.
- "Te culpas por mi deceso... sufres por eso... te flagelas". Ella se acongojaba.
- "Debí haberte salvado, mi amor... pero no pude... maldición, no pude". Solo deseaba llorar. Apartó su vista de ella, sentía que no era digno de verla. "Y ahora... él hombre que amas mancha tu memoria con su deseo de venganza... Lo siento".
Tanto fue la culpa que sentía que se arrodilla ante ella, recostando su cabeza en el vientre de su amada. Lo empapaba con sus lágrimas, Ochako acariciaba su cabeza... y al igual que él, se lamentaba.
- "Deku-kun... no somos perfectos... somos seres que nos equivocamos..."
Ella se arrodilla, toma el rostro de su amado y lo ve a los ojos, aquellos hinchados por el llanto.
- "Y eso es lo hermoso, mi amor... porque nos da esperanza de cambiar... para ser mejores".
- "Yo lo dejé todo cuando te perdí... le di la espalda a todos porque no te tenía a mi lado... me maldecía por no haber podido salvarte".
- "Y es por eso que lloro, Deku-kun... tengo miedo que te consuma el dolor... temo perderte".
Las lágrimas por él la lastimaba, la hacía sufrir.
- "Ochako...". El quejido del llanto resonó en el pecho de ella. La fémina lo abrazó con fuerza.
- "No hay nada por lo que debas sufrir más... yo fallecí cumpliendo mi labor... morí siendo la heroína que deseé ser. Desde el día en qué te conocí tú has sido mi inspiración, mi admiración... y lo seguirás siendo, mi amor". Podía sentir la calidez de sus manos.
Con ellas invita a Izuku a ver a su alrededor... al majestuoso campo amarillo.
- "El vivo color de esos hermosos tulipanes... es la prueba que nunca me has fallado... porque tu corazón es compasivo, dulce. Es por ello que siguen vivas, es por ti que yo... puedo vivir en este eterno Elíseo".
- "Ochako...". Ella tomó su rostro.
- "No dejo de agradecer a la vida que te pusiera en mi camino... que me salvarás el día que te conocí... porque te volviste una parte importante de mi vida... y lo serás siempre". Un beso... el más tierno gesto de amor.
Y sus cabezas se acercaron... no deseaban separarse más.
Las palabras de ella tranquilizaban su lastimado corazón, esa frase le llenaba de calma, pero aún se lamentaba. Se separó de ella. La mira con ternura... y entre sus bolsillos busca lo que tanto atesora. Ella se quedó atónita al ver la joya.
- "Hubiera deseado... habértelo dado antes". Sus ojos se entristecieron al momento de mostrarle el anillo de compromiso que celosamente guardó todo este tiempo.
- "Y es de lo único que me arrepiento, Deku-kun... en no haber podido decirte 'acepto' en el altar". Sus lágrimas rodeaban sus mejillas.
El bello campo era testigo de su amor, las hermosas flores aliviaban en algo el momento. Izuku toma la mano de su amada Uraraka, coloca el anillo en su dedo. La tristeza es envuelta en un amargo abrazo.
- "Ochako... mientras siga con vida, cumpliré tu último pedido... seré el héroe que pueda salvar a tantos como mi mano alcance... y del cual te enamoraste". La determinación del joven era mostrada por sus cálidos ojos.
- "Y yo acepto amarte por siempre... porque la muerte no me ha quitado ese privilegio. Yo creo en ti, mi amado Deku-kun... Yo estaré a tu lado siempre". Tras culminar sus palabras un tierno beso sella la promesa.
- "Ochako...". Sus ojos se cierran nuevamente.
La brisa tocaba a los amantes, regocijados en el tenue ósculo. El joven héroe se despedía de Uraraka. Poco a poco ese mundo celestial desaparece junto a la niebla que lo había rodeado. Izuku, estaba arrodillado frente a la tumba de su amada, llorando. Por su parte Kemii, aún sufría por la tierna escena... pero estaba cansada, usar su poder por largo tiempo la debilitaba, aunque haber hecho esto... darle algo de paz al corazón de su compañero: "...lo valía", se dijo a sí misma.
Izuku aún no se levantaba... en su mano derecha estaba el anillo que en el mundo ilusorio le colocó a Ochako, le dolía que en realidad no pudiera haberle dado la joya. Lo vio por un rato... Utsushimi estaba parada frente a él sin decir palabra alguna. Luego, un suspiro y se levantó.
- "Gracias... Kemii".
- "Descuida... necesitabas desahogarte".
- "Sí... y también debo pedirte disculpas". Ella se quedó sorprendida.
- "¿Por qué te disculpas?".
- "Fui grosero al levantarte la voz en el parque... no pude pensar con claridad... no debía desquitarme contigo". La miraba con vergüenza.
- "A eso... no te preocupes... puedo entender tu molestia... después de todo hace unos meses también te grite". Ella imita a su compañero en el gesto.
Ambos ríen, alegrando el tranquilo lugar.
- "Pero... también te pediré algo... Izuku-kun".
- "¿Pedirme algo?". El joven estaba confundido.
- "Por favor sé cuidadoso, no busques excederte tanto... hay personas que se preocupan por ti... no eres inmortal". Lo miraba con seriedad, algo que sorprende al joven.
- "Le prometí a Ochako que sería el héroe que siempre admiró... y lo cumpliré".
- "Izuku-kun... solo quiero...". Pero fue interrumpida.
- "Pero... te prometo que no buscaré lastimarme... aunque, si el momento lo requiere, tomaré toda medida que sea necesario para salvar a otros... incluso a ti, Kemii".
Las palabras del joven sonrojaron a la fémina. Sabía que Midoriya era de aquellos que podrían su integridad al servicio de los demás, pero no imaginó que incluso sería capaz de darlo por ella, sabiendo que en la profesión los riesgos son altos. Algo como eso... le volcó su corazón.
Miró la tumba de Ochako: "Ahora te llego a entender más, Uraraka-san".
- "¿Kemii?".
- "Bien, entonces yo te ayudaré a ser un gran héroe". Le guiñe, algo que al joven provoca sonrojarse.
- "Claro... aunque, prefiero que ambos lo seamos". Le sonríe, ella asienta con su cabeza.
Cuando terminan de conversar, Utsushimi comienza a tomarse la cabeza... aún sentía fatiga por usar su poder por largo tiempo.
- "¿Kemii, te sucede algo?". Se preocupó por su estado.
- "Descuida... solo que aún no me he recuperado del todo... al usar mi poder me sentí cansada... y un tanto mareada". Tambaleaba. Pero el joven la sujeta para evitar su caída.
- "Debiste decírmelo para no presionarte". Ella lo observa con un sonrojo.
- "Quería ayudarte... Izuku-kun".
- "Entonces ahora yo te ayudaré... compañera". La sujeta entre brazos y camina hacía la salida del campo santo.
Estaba agotada, al parecer había salido muy pronto del hospital, pero entre esa somnolencia algo le pareció extraño. No sabía si fue un efecto secundario que no conocía de su poder, o tal vez el cansancio. Al momento de volver a ver la tumba de Ochako, pudo observarla a ella, mirándola con ternura para luego sonreírle... un soplido tenue toca su mejilla... y creyó escuchar algo: "Cuídalo, por favor".
No le dio mayor importancia, solo quería descansar un poco... así fuera en los brazos de su compañero. Pero, de lo que sí estaba segura era de cumplir lo que imaginó escuchar, cuidaría del joven... presentía que aún el dolor afectaría a Izuku, por eso ayudaría a que eso no perjudicará al héroe. Después de todo entre profesionales debían apoyarse mutuamente.
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