soy Milo, no Miko
Milo miró con aburrimiento la ventana del avión por décima vez consecutiva en todo el viaje con destino a Japón desde Argentina. había hecho unos pocos amigos en el aeropuerto e incluso pudo pulir un poco su japonés con Duolingo por si las dudas; pero nada de eso le saco la sonrisa del rostro por el simple hecho de poder ver a su mejor amiga desde los 6 años, Ochako Uraraka.
quien esperaba con ansias que pudiera reconocerlo con todos los cambios que vivió en su transición. Él de ojos miel miró disimuladamente a la gente que estaba sentada a su lado, quienes se veían notablemente incómodos por ver a un chico maquillado con base y el incondicional pintalabios color canela que le acompañaba desde su primera obra de teatro, cuando descubrió que su camino era diferente y más incierto que el otros niños, porque todos aspiraban en ese nuevo mundo a ser héroes que cambiarán la historia, pero Milo encontró la verdadera felicidad en contar las historias a través del teatro y por eso estaba pensando seriamente en ser dramaturgo cuando terminara sus estudios, era un trabajo menos remunerado e interesante que ser héroes como aspiraba Ochako, pero era lo que de verdad le apasionaba, porque cuando todo parecía perdido para el mundo, el arte era el único bálsamo para las almas creativas como la suya.
-Hoy Ochako-chan se ve más pegada a su celular de lo normal- Puntualizó Kirishima al notar la mirada insistente que su amigo hacia la mesa al frente, donde estaba la mencionada con su grupo de amigas, todas las chicas parecían tener la duda en la punta de la lengua pero no decían nada para no presionar a su amiga gravitacional. El de pelo teñido de rojo ya sabía de los sentimientos de su mejor amigo y junto con su novia ambos están empeñados en que esos dos terminaran juntos como de lugar.
-¿crees que esté pensando en algún extra?- Masculló Katsuki en voz baja.
-¿A qué te refieres? ¡obvio que no se que está pensando! Puedo endurecer mi piel no leer mente, bro.
-¡Eso ya lo se, idiota! hablo de si está hablando con alguien importante.
-¿como su novio? ¿viejo, Por qué te interesa eso?- Pregunta disfrutando de la escénita de celos mal disimulados del chico.
Bakugo tenía las mejillas tan rojas como el cabello de su amigo, pero su orgullo era demasiado como para admitir sus sentimientos por Uraraka en voz alta. Así que solo soltó un chasquido indignado y desvío la mirada como respuesta. Y volvió a sorber su bebida para que no se viera su sonrojó junto con su gestó de inconformidad en los labios
Mientras tanto en la mesa del frente, las amigas de la castaña de grandes mofletes le interrogaban sobre la misma cuestión:
-¿con quien estas hablando?- las cejas de color rosado de Mina se movieron con picardía, dejando claro que en el grupo es la más atrevida, pero también porque quiere ver a su amiga dándose cuenta de sus sentimientos por ese pomeranian explosivo que llama amigo.
-estoy hablando con Milo-kun.
-¿Quién es Miko?- Preguntó Momo mientras jugaba con los cabellos desiguales de su novia, Jirou. Ochako frunció sus cortas cejas por un segundo, recordando los problemas que el chico tuvo para que en su visa le pusieran el nombre que correspondía a su género real.
-se pronuncia Milo y es mi viejo amigo del jardín de niños y gran parte de la primaria, estoy esperando que me llame cuando salga del aeropuerto para saber como esta y poder verlo este fin de semana, les va agradar es sin duda es un muchache genial- sus amigas se miraron un tanto intrigadas del porqué la castaña hizo tanto en la hincapié en palabra "muchache". la verdad es Uraraka estaba preocupada por cómo tomaría el tema de que su mejor amigo de la infancia fue una vez percibido como una mujer de forma errónea, lo cual era difícil de asimilar para personas de crianzas tan tradicionalista como los japoneses. Pero también estaba esa pequeña parte egoísta de ella que anhelaba ver a su amigo de tantos años. Después de las clases normales, Milo llamó a la chica gravitacional en la hora de comer para verse ese fin de semana, lo cual consiguió que Ochako sonriera con entusiasmo auténtico para la curiosidad del rubio explosivo del curso, quien sintió una punzada de celos al pensar que ella nunca sonrió así cuando él estaba cerca de su radar de visión, pensar en eso le provocó que su pequeña punzada se volviera un dolor que el rubio nunca había experimentado: angustia por algo que no podía tener como la sonrisa de Ochako Uraraka dirigida a su persona.
En tanto un medio albino estaba pensando seriamente el tema de declarar sus sentimientos a su amigo, Midoriya; durante las clases se preocupo en ser lo más cercano y atento con él para que su futura declaración no le tomará tan de imprevisto al chico de adorables pecas, incluso le había dado conversaciones interesantes en el almuerzo ¡eso para él es un gran progreso! pero sabía que eso no sería suficiente para enamorar al chico de pelo verde pero era un comienzo.
siguiente capitulo:
las cosas que no cambia
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Hola...
E regresado a escribir una nueva historia, a pesar de mis líos emocionales que desarrolle en la pandemia. No e venido a dar lástima o a reprocharle a las personas que creí que me apreciaban por no preguntar; solo estoy escribiendo porque para mí escribir es tan necesario como respirar y voy a seguir haciéndolo apesar de que ya a nadie me lea.
También voy a hablar de temas importantes para mí como la salud mental o mis opiniones sobre la cultura general;
Porque como diría mi querido Residente:
Levantó mi pancarta y La difundo
Con solo una persona que me lea ya esta cambiando el mundo.
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