Capítulo 43 (especial)
Garfio ya no confiaba en Michael, menos Esmeralda, en el algo había cambiado, Garfio temia que si Iris volvía el la lastimaria o tal ves la mataría, esas ideas mataban su mente, por las noches ya no podía dormir pensando en el sufrimiento de la mujer que tanto ama, ya casi no comía, Emeralda intentaba animarlo pero el estaba deprimido sin su Iris, esa situación le recordaba cuando perdió a Mack su tierna y dulce Mack, Iris y ella eran iguales esa fue una de las razones por las que Garfio se enamoró de Iris, por eso no quería perderla, no quería perder a la única mujer que tanto amaba, por que a pesar de que amo mucho a Mack el amaba más a Iris su lazo era inexplicable e inseparable, cada momento sin ella lo mataba, el recuerdo de su bella sonrisa, sus bellos ojos color café, esas noche en aquel lugar donde durmieron abrazados, el sólo echo de no haberla salvado o ayudado lo mataba cada ves más, sólo quería salvarla, rescatarla de ese sufrimiento, ayudarla, besarla y abrazarla como si no uniera un mañana, quería volver a sentir en sus manos la suave piel de su amada, quería volver a oler ese aroma tan esquisito de ella, el ya no resistia ni un sólo minuto sin ella, Aleghort sintió esto desde el primer momento en que el llegó con Esmeralda, sentía su dolor, angustia, odio inexplicable, tristeza, sufrimiento que le producía tener compacion por el, cosa que no sentía con facilidad.
Aleghort: -Oye la salvaremos, volverá y podrán estar juntos otra vez.
Garfio: -Eso es lo que espero, la amo demaciado estar sin ella me mata cada día, es algo inexplicable.
Aleghort: -Tu y ella tienen un lazo que se apareció el día que se conocieron, desde ese día tienen ese lazo, ninguno de ustedes puede estar sin el otro así funciona.
Garfio: -¿Un lazo? De eso nunca había oído.
Aleghort: -Veras estos tipos de lazos son muy raros, las personas que los tienen suelen tener un futuro donde se amana demaciado, los lazos no son para cualquiera son para amantes de amor puro, a pesar de ser maldad el amor de Iris hacia ti es muy puro al igual que el tuyo, es por eso que tienen el lazo y eso no se rompe por nada.
Aleghort se fue y Garfio sólo se quedo sentado observando el lago en donde se encontraba. Verdaderamente Garfio nesesitaba a Iris, ella era su todo, en ese momento en que estaba por regresar al Castillo oyó los gritos de Iris al igual que Esmeralda, Garfio comenzó a correr hacia esos gritos, pero al llegar al lugar de donde provenían sólo vio a una mujer vestida de blanco, Esmeralda que también había llegado a ese lugar se extraño al verla allí, esa mujer observó a ambos sonrió de una manera perversa y movió las manos haciendo a que un humo negro saliera de ellas y formando una silueta de una mujer, que luego de unos segundos dejó ver a una sucia, lastimada y asustada Iris.
Garfio: -Iris.
El sonrio e intento correr hacia ella pero Emeralda lo frenó.
Esmeralda: -¡No! Podría ser una trampa.
Mujer de blanco: -¿Por que habría de ser una trampa?
Es en ese momento que son ninguna razón aparente Iris comienza a gritar de dolor y a retorcerse.
Garfio: -¡Déjala maldita!
Mujer de blanco: -Pirata insolente yo soy la diosa de la guerra no tienes derecho a hablarme así.
Esmeralda: -Déjala.
Iris: -¡Ti- enen qu-e ir-se e-lla e-s!
La diosa hizo sufrir aún más a Iris, Garfio ya no resistiendo más intento atacar a la diosa pero Iris lo detuvo abrazandolo, para ellos ese abrazo fue mágico, el volvió a sentir a su amada y ella también, pero esa poca felicidad duro poco, por que la diosa los separó lanzandolos a ambos a distintos lados, Iris intento levantarse para ir con el pero la diosa no se lo permitió e observando a Esme dijo.
Diosa de la guerra: -Te dire que es lo que quiero para liberarla a ella.
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