en los años 70, en algún lugar del país de Noruega, vivía una familia disfuncional, con una madre que maltrataba a sus hijos y un padre borracho.

Este irresponsable matrimonio tenía dos hijos, a quienes se les prohibía asistir a la escuela y los obligaban a trabajar para ellos, tal como si se tratara de unos esclavos.

Aún durante el frío invierno y los fuertes vientos helados, los hermanos buscaban evitar los problemas y maltratos por parte de sus papás, pero al ver que no había manera, decidieron escapar de casa.

En busca de un sitio en el cual se pudieran refugiar del frío, comenzaron a subir una montaña, pero el clima era tan fuerte que uno de los hermanos murió en el camino.

El niño, con mucho dolor y enojo, continúa su camino hasta llegar a la cima, dónde encontró una cálida cueva que lo mantendría con vida.

A pesar de que el frío ya no era un problema, el niño debía conseguir alimento, así que esperaba la llegada de la noche, para bajar al pueblo y poder robar un poco de alimento y todo lo que pudiera, una actividad que realizó durante muchos años.

Después de un tiempo, los habitantes se dieron cuenta y lo capturaron para hacerle daño, los golpes que recibió fueron tan fuertes que incluso perdió su ropa.

La historia cuenta que esto motivó al hombre a dejarse crecer el pelo hasta que todo su cuerpo quedara totalmente cubierto, así podría sobrevivir al intenso frío.

Además se dice que se pintó de verde para parecer un total monstruo para asustar a las personas y evitar que le hicieran daño y debido a su apariencia los pueblerinos lo apodaron "El Grinch", palabra que según el diccionario se refiere a una persona de mal genio.

Entre los habitantes del pueblo, una niña era la única que no mostraba miedo ante El Grinch e incluso decidía ayudarla, algo que a los pueblerinos no les pareció muy agradable.

Quizás esta no sea la historia que ustedes conocían pero creí que debían conocerla

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