El octavo circulo.
"Sög"
Fuera el peor de los anillos por mucho y encontramos aquí peores torturas y peores personas al final es el dolor en nuestras conciencias lo que nos consumía, y esperábamos el fin del tormento sobre nuestras almas suplicando por llegar al último circulo donde el jefe de la maldad de aquel traidor regía con puño de hierro.
Mi martillo, la lampara y la espada del chico no era nada ante un montón de vorágine caótica y desgarradora que solo los más depravados soñadores podrían crear jamás, aquí en esta fosa de muerte yacían aquellos que con toda su maldad hicieron sufrir a la gente por medio de la elocuencia y llevando a sus superiores a castigar al inocente, todos ellos siendo sumergidos en la sangre hirviente.
Por medio de gritos desesperados a todo lo que daba en la malebolgia de este recinto los pecadores eran usados como carne de prueba para los peores experimentos habidos y muchas almas pecadores terminaban como las aberraciones más abyectas y ensangrentadas, usadas como esclavos sin raciocinio moviéndose con la intención de obedecer, reproducirse y matar.
Los demonios aquí reían sardónicamente del dolor de los condenados esperando que aquél dolor milenario bajase pero incluso aquellas bestias abismales sabían bien que no era así, que esto era más por el puro placer de matar y morir, de lastimar y consumir, de hacer que aquellos a quienes castigan sientan mínimamente aquel dolor que es ser consumido por la culpa incesante de ser un traidor sin consuelo alguno, de ser un traidor que busca la muerte pero esta jamás será dad y está más allá de toda salvación.
Todo cuanto aquí residía era una versión retorcida de un mundo de antaño perdido y consumido en una totalidad horrida más allá de toda comprensión aquellos que habitaban esta horrida parodia tenían los rostros inhumanamente retorcidos y sus miles de malformaciones eran producto de los experimentos de innumerables milenios de intenso odio de aquellos seres que les dieron vida.
Aquellas bestias reían y parloteaban en lenguajes vánales y retorcidos que ya el mero hecho de escucharlos traía dolor y miedo en aquellas calles el sentimiento que uno llegaba a padecer era ya el de la paranoia al ver como tantas de horridas bestias te acechaban desde cada esquina cada una con una sonrisa maniática producida por el placer horrido y depravado que un lugar como lo es el averno puede dar.
Hubo un punto en el que lloramos en suplica a Azrael por el temor de seguir más adelante en esta horrida y visceral muestra de odio por cualquier ser vivo existente, el aroma a azufre invadió todo sentir nuestro provocándonos dolor al respirarlo y al tocarlo, y nuestras lagrimas también nos hacían daño.
Suplicamos perdón por nuestra vida y nuestros errores pues este punto de la aventura nos había destruido y el avanzar era la tortura impuesta sobre nosotros, era nuestra tortura, era el dolor, y era la suplica lo que nos hizo entrar en razón de nuestra vida y nuestras acciones. ¿Cuánto más logramos sin que nuestra mente fuera afectada?
Esta fosa consumía todo deseo de avanzar, el azufre y la naturaleza de este lugar era lo peor de describir pues no hay palabras que puedan describir lo que en este mundo infernal lograrías presenciar sin perder tus estribos.
La luz de Azrael era nuestro único faro de cordura en este viaje, y cuanto más avanzábamos más parecía él animarnos a seguir, pero nosotros tres estábamos en un estado de vacío emocional con aquellas voces siguiéndonos de cerca buscando acabar con nuestra cordura, yo sobre todo era el más afectado, pues escuchaba las voces de mi esposa y mi hija.
Y aún con todas esas horridas voces aún seguí convenciéndome de que eran falsas que aquello que estuviera dentro de nuestras mentes solo quería alejarnos de nuestra misión, cada vez más horribles y sonoras, los pecadores no silenciaban sus gritos y la desconfianza crecía, era ver un páramo antiguo que estaba consiente y sentía tu presencia y así mismo la odiaba con todo el ápice de su malsana existencia.
Cada vez la realidad y las más horridas pesadillas se difuminaban dejando ver los resultados de una mezcolanza mezquina de seres abismales de locura y muerte que se movían asquerosamente en piernas largas y puntiagudas cuyos cuerpos descarnados lograban proyectar las vivas imágenes de sabuesos de guerra listos para degollar y ornamentar este horrido lugar con más cadáveres de aquellos cruzados con la desdicha de aventurarse a un lugar que solo conocían por representaciones de artistas que afortunadamente no han tenido que bajar a verlo por sí mismos.
Agradece tu estancia terrenal pues nosotros ahora vagamos aquí suplicando encontrar una salida de este dolor que parece no conocer fin, esperamos ver a aquellos titanes que marcarían ya la entrada del último circulo pero al igual que el tercero este nos minaba y nos hacía comprender el funcionamiento de esta cruzada, ellos lo sabían, ellos lo sabían, y nos hicieron marchar y en nuestro desconocimiento nos embarcamos en este horrido mundo de pesadilla malsana con su cielo lleno de tenebrosas bestias que volaban errantes en busca de presas a medio morir.
Aquellos fuertes malditos y blasfemos colgaban estandartes de aquellos símbolos esotéricos malditos que simbolizan a los regentes de todo el infierno, no entramos a ninguno, no nos tocaba cazar nada aquí, pues en el noveno se encontraría la última presa de esta inconmensurable caza, se nos fue dado el cazar a la antigua reina maldita que creo el más antiguo de los cultos a la oscuridad.
Nuestro trabajo jamás será recompensado y el olvido nos hará sentir reconfortados pues así como queremos seguir, que se hable de aquellos que luchen en las guerras de la superficie pues benditas sus aportaciones y su sacrificio, pues nosotros en nuestra debilidad dejamos notar lo poco dignos que somos, y ahora no nos queda nada, nada por seguir más allá de suplicar el fin de este inmisericorde dolor que tanto consume nuestra mente y que la luz de nuestro guía en este lugar nos ayuda a aminorar.
Cuando nos era posible nos ocultamos para poder descansar de tanta destrucción y miseria, pues si, este es un reino creado como una sátira de lo que fue un reino perfecto una oscura burla de aquellos deseos de paz ocultos en nosotros.
Y es mientras nos arrastramos adoloridos y consumidos que la fuerza de nuestras almas llega a ser el único fuego que nos mantiene vivos, sin agua, comida, ánimos o tan siquiera nuestro orgullo, pues incluso toda ira se había consumido, pero por las más retorcidas razones, ningún pecador de aquí habló con nosotros por más que lo intentamos y solo una bestia fue la que nos dijo todo cuanto necesitábamos saber de este círculo.
"Condenados están, recordados solo por pocos, a las sombras de los del noveno yacen pues los que los suceden hicieron de todo y más para ser recordados, odiados y condenados tanto en vida como en el más horrido abismo que no necesita más violencia o tortura sino el frío y la presencia del traidor para hacerlos sentirse miserables al no contar más con la esperanza de ver al salvador en su majestuosa gloria."
Incluso los que aquí sollozaban cerca de aquellas colinas de cuerpos amontonados torturados por los demonios solo suplicaban por piedad y un alto al castigo, nadie aquí estaba exento de ver su suerte y lograr aquellos infinitos milenios de miseria y agonía en un festival de gritos y llantos de súplicas vacías en la gran orquesta maldita cantada en honor al más ruin y despreciable de los traidores que en su orgullo perdió su lugar en el cielo y desterrado fue, solo para convertirse en lo que más persiguió.
Y así mientras la orquesta del dolor y sangre continuaba nuestro viaje seguía desentrañando más horrores que para la persona promedio ya habría matado por la poca fuerza mental, pues ahí en las sombras de aquellas ciudades se ocultaban fieras bestias unidas que antaño pecadores ahora solo eran vagas imitaciones de los titanes que yacen a la entrada del círculo noveno y estos horrores encadenados exclamaban y chillaban como animales moribundos con todas sus fuerzas para que los llevaran a las batallas.
El tamaño de ellos no era el problema sino su insaciable apetito por muerte y violencia pues a todo cuanto lograban ver mataban de formas crueles y en una forma de reírse de todo dolor cuanto pudieran ocasionar pues no discriminaban a ningún ser, todo cuanto gritara o se retorciera les daba placer y risa.
Seres corruptos y podredumbre, el olor a azufre, de todo ello nos libramos apenas encontramos la entrada a un nuevo circulo que solo nos traería una nueva visión de cuan equivocados estábamos, en habernos enfrascado en esta misión, pues solo ahí con el frío como el único dolor al cual concentrarse de lo único que recordarías al octavo era como una grotesca compilación de sangrientas torturas descabelladas hechas para recordarte a ti que cualquiera que vieses ese podrías ser tú de fallar.
no era más que otra insana prueba, una más que logramos atravesar tal vez sin heridas físicas visibles pero lo que vimos y escuchamos jamás nos dejará libres mientras la vida se nos sea dada.
Mientras más te acercabas a las puertas de la última fosa todo se empezaba a ver negro como si estuvieras a punto de morir, cuanto más nos acercábamos el aire frío agregaba un dolor más mientras aún seguíamos en lo que restaba de este círculo, mientras tanto en nuestras mentes el saber que este frío nos indicaba lo cerca que estábamos de salir de este mísero lugar era suficiente para caminar más pese al dolor de nuestro esfuerzo que en cualquier instante o error podría convertirse en solo un fugaz intento de los mortales de negar un destino que no le corresponde presenciar.
Cuanto más te aferras a la vida y en tu infinito deseo de seguir más te das cuenta de lo desquiciado que puede llegar a parecer el viaje que es tu vida pero al final solo quedará la paz en ti, aquella paz como recompensa, aquella paz inalcanzable por la que muchos han matado, cuando veas a tu adversario retorcerse por haber fallado en su juego en el cual su único propósito era hundirte en el más frío y horrido de los fosos para hacerte mella, ahí es donde verás que el mal se consume así mismo en una vertiente de agónica de odio ardiente.
Y en aquellas cantatas que escuches al final de tus días recordarás que las dificultades no son más que aquellas pruebas de ver cuan digno eres de seguir adelante en lo que una obra tragicómica como es la vida puede ser, pues al final solo es el esfuerzo que uno mismo siente y puede dar lo que hace la diferencia sea por la motivación que sea.
Ahí en el noveno circulo es donde el final de este tormento terminaría para dar paso a un viaje más extraño en búsqueda de matar a un monstruo de incontables milenios sediento de venganza. Un viaje que al pensarlo detenidamente nos costó realizar.
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