—𝑁𝑖 𝑚𝑢𝑦 𝑙𝑖𝑠𝑡𝑜 𝑛𝑖 𝑡𝑜𝑛𝑡𝑜 𝑑𝑒 𝑟𝑒𝑚𝑎𝑡𝑒.
𝐹𝑢𝑖 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑓𝑢𝑖, 𝑢𝑛𝑎 𝑚𝑒𝑧𝑐𝑙𝑎 𝑑𝑒
𝑣𝑖𝑛𝑎𝑔𝑟𝑒 𝑦 𝑎𝑐𝑒𝑖𝑡𝑒 𝑑𝑒 𝑐𝑜𝑚𝑒𝑟.
¡𝑈𝑛 𝑒𝑚𝑏𝑢𝑡𝑖𝑑𝑜 𝑑𝑒 𝑎́𝑛𝑔𝑒𝑙 𝑦 𝑏𝑒𝑠𝑡𝑖𝑎!

Nicanor Parra

Las decisiones que tomamos a lo largo de nuestra existencia tienen mucho que ver en nuestro destino, debemos de recurrir al grato entendimiento para poder concentrarse en la desición que nos llevará a nuestro destino, o acabará con el.

Andreas Walker, hijo menor de la familia Walker, un chico amable y carismático, todo un amor en persona, querido por sus padres y hermanos, respetado por sus compañeros y admirado como persona, sin duda alguna era una gran persona, la alegría del hogar desde qué sus hermanos tomaron sus rumbos en la vida, lo único que alegraba ese hogar.

19 años de edad, estudiante de universidad, toda una vida por delante llena de logros, recompensas y aventuras, o eso creyeron.

A pesar de que hay quienes lo admiran, también existen quienes lo odian, la envidia destruye a una persona, incluso la hace cometer cosas de las que ni siquiera está consciente, como realizar un crímen atroz en contra de un inocente.

La vida tiene demasiadas sorpresas, algunas son de nuestro agrado, otras nos destruyen completamente, y aveces no tenemos la culpa de tener un trágico final como el expediente 48 en la búsqueda.

Una llamada, unas cuantas palabras bastaron para que está familia perdiera la alegría del hogar, comentando lo más desgarrador para una madre.

"Su hijo se ha suicidado"

Una caída del cuarto piso acabo con la vida de el joven, desde ese momento su mundo se vino abajo, los colores de está familia se tornaron de gris, la tristeza se apoderó de ellos, lo peor fue reconocer su cuerpo inerte en el duro pavimento, pero algo no cuadraba en este caso.

El no tenía motivos para suicidarse, no tenia un porque para quitarse la vida, siempre estaba alegre, siempre mostrando una sonrisa al mundo, ahora su hermano mayor demostrará que su hermano no se suicidio, tantas cosas pueden manipular o perjudicar las decisiones de una persona, pero estaba decidido a matar al asesino que le arrebato la pequeña alegría del hogar.

No confiar en nadie, una de las reglas de supervivencia en la vida, el lobo se viste de cordero para entrar desapercibido y lastimar a inocentes, la apariencia es engañosa, la astusia con la que es usada juega magníficamente con nuestra mente, pasando desapercibido frente a nuestros ojos, pero nada ha de engañar a este astuto joven.

Alan Walker, hermano mayor de Andreas, no dejara escapar ningún detalle, está decidido a hacer justicia por el arrebatamiento de su hermano, si es posible, con sus propias manos.

Judas, antes de ser traidor fue uno de los doce principales discípulos de Jesús, el rey

Nada deja inocente a todos los conocidos del chico, el asesino convive con ellos, convivía con el, ganándose su confianza para luego apuñalarlo por la espalda, el era demasiado blando pero no por eso era tonto, algo debía hacer para que lo mataran.

El es manso pero no menso, está probado en fuego y dolor, ha llorado y ha sufrido, nunca enfocándose en sus heridas, no busca venganza ni castigo, no es santo, no es pecador, no es perfecto, es Andreas Walker.

Cabe destacar que Andreas nunca fue un chico problemático, por muy fuertes que fueran los problemas siempre busco una manera comprensiva de solucionarla, lloro sus momentos terribles, pero siempre comprendido y apoyado por toda su familia, siempre buscando la grandeza y no pide permiso para obtenerla, se esfuerza hasta conseguir el éxito.

Siempre fue un chico que enfrentó sus problemas solo, esto claro recibiendo los consejos de sus padres y hermanos, pero talvez una de sus peculiares decisiones lo llevo a la oscuridad de la muerte.

El sabe muchas cosas, pero siempre trata de hacer más, es constante y perseverante, usa sus talentos para ayudar a todos aquellos que lo necesiten, no toleraba la mediocridad, no perdía su tiempo en adicciones dañinas, siempre elevando su estándar en la vida.

Acepta sus errores, pero nunca se encadenó a ellos, no se concentraba en las críticas negativas dirigidas hacia el, para el nada era imposible, y lo imposible era su juguete favorito

Ahora Alan investigará más a fondo la muerte de su hermano para demostrar que el suicidio era una mentira para tapar el asesinato cometido, perderá y ganará amistades con sus decisiones, tiene miedo, pero no se mantiene asustado, no propone un límite a sus acciones, el fracaso no existe en sus pensamientos, tomara los riesgos que sean necesarios para limpiar el nombre de su hermano y si es necesario hacerlo solo, así será, no importa cuántas veces caiga y lo tomen por demente, lo que importa es levantarse y continuar con su objetivo, convirtiendo el no en si, demostrando con hechos lo que quiere leer mañana, pero siempre recordando el motivo por el que lo hace.

El asesino está suelto, sin pagar por sus hechos, librandose de la justicia, importandole poco los sentimientos destruidos de está familia, por eso he de buscarlo y hacerlo pagar, si es necesario con mis propias manos, pero no se escapara de haber despertado la irá de Alan Walker