Helena: Mi hermana, su enamorada, una sombra cada vez más perceptible con el paso de los años, la niña de los ojos de papá y la atípicamente tímida hermana Conaughey.

   No me atrevería a decir que fue la reina del juego de ajedrez de Nico, porque sé a ciencia cierta que no fue así. Ella habría catalogado como un peón, si Nico hubiese sido el rey, mas él era un caballero y eso convertía a Helena en la torre; su camino recto y sin curvas que significaran riesgos.

   Helena se integró a la historia de Nico a partir del primer juego al que asistió acompañándome, mas él no lo supo hasta pasado un tiempo después.

   El primer día, Helena vio a Nico en los pasillos, quedando flechada inmediatamente. Por eso había decidido ir al partido de baseball, aunque no se atrevió a bajar al acabar este.

   Helena, mi hermana, se fue obsesionando cada vez más y más con mi mejor amigo. Para el baile de primavera, ya era un caso perdido.

   La noche del baile, cuando Nico llegó a nuestra nada humilde casa, Helena fue quien abrió la puerta. Se podrán imaginar la emoción que sintió al ver al chico que la traía loca con un traje en la noche de su primer baile escolar a la puerta de su casa. Pensó que Nico venía por ella, que sentía lo mismo que ella, que sería el comienzo del resto de su vida… pero todo se desmoronó tras cuatro simples e inocentes palabras. Las primeras dos la emocionaron aún más para luego desmoronarse en las últimas dos.

   «Hola, Helena. ¿Está Eliza?»; eso fue todo lo que dijo Nico y fue todo lo que necesitó Helena para correr escaleras arriba. Al verme, sus celos estallaron y le siguió un estallido de palabras y lágrimas.

   La indiferencia que Nico demostraba hacia ella tan solo provocó que, de una manera enfermiza, los sentimientos de Helena brotaran más. A medida que su supuesto enamoramiento aumentaba, su timidez iba desapareciendo.

   En la escuela, presumía del tiempo que Nico pasaba en su casa, omitiendo el importante detalle de que nunca estaba allí por ella. Alejaba a todas las pretendientes de Nico, alegando que sufrirían si se le declaraban.

   Su táctica siempre le funcionó, por eso se sorprendió cuando una chica, Eleonor Gómez, no se paró ante su advertencia y le habló a Nico. El resultado fue completamente negativo. Negativo para Helena, y positivo para Eleonor.

   Nico y Eleonor se convirtieron en novios. Fueron la pareja de moda en el instituto por mucho tiempo. Y ese fue el último golpe para sacar a Helena de la batalla.

   De ser su mayor admiradora, pasó a ser solo la hermana de sus mejores amigos.

   Mostró completo desinterés; ya no lo perseguía, ya no guardaba fotografías de él en su teléfono, ya no lo apoyaba en los juegos y ya no evitaba que nadie se le acercara. Solo era Helena y él era Nico, caminos completamente distanciados entre sí y sin aparente oportunidad de entrecruzarse a futuro.

   Helena, mi pequeña hermana, la que luego sería una muy relevante pieza dentro de este maniático juego de ajedrez que era la historia de Nico.