#5: Los hermanos Conaughey
La familia del senador Counaghey consistía en un matrimonio con tres hijos, cada uno que brindaba un tormento diferente al senador Phillippe Conaughey o, como yo lo llamaba, a mi padre.
El mayor era John, el hijo rebelde que nuestro padre no podía controlar para seguir sus pasos y continuar con el legado político de la familia. Luego seguía yo, la maleducada Elizabeth Conaughey que no lograba encontrar un buen compañero dentro del catálogo de jóvenes que mi padre consideraba importantes; yo me mostraba totalmente dispuesta a convertirme en abogada y lanzarme al mundo de la política, justo como lo había hecho él, pero el señor senador no parecía apreciar mis intentos por hacerlo sentir orgulloso debido a lo centrado que estaba en John por ser el mayor de todos. Finalmente, estaba Helena, la hermana menor, la atípicamente tímida hermana Conaughey con caprichos que nuestro padre se encargaba de cumplir; ella era la niña de los ojos de nuestro padre, pero el tormento que le brindaba no era uno menor para su estrecha mente, pues parecía no querer mostrarse a la sociedad, a pesar de ser la hija de un político importante, porque ni siquiera se animaba a hacerse un nombre dentro de la esfera de la escuela.
El dinero no nos faltaba. De hecho, no nos faltaba nada más que un poco de afecto paterno que saliera de lo material.
Nuestra madre era fabulosa, los tres le teníamos un gran apego; ella era decoradora de interiores y le iba bastante bien. John quería seguir sus pasos y trabajar junto a ella debido a lo mucho que la admiraba y lo mucho que le llamaba la atención su trabajo, yo gustaba de pasar tardes enteras tan solo charlando con ella, y Helena… ella mostraba su aprecio de una manera un tanto diferente, dejando que la consolara cuando se volvía un mar de lágrimas; en estos casos no dejaba que nadie que no fuera nuestra madre se acercara a ella, una clara muestra del gran afecto que le tenía.
Entre nosotros tres, nos llevábamos bien por regla general, a veces Helena y yo teníamos nuestros desacuerdos, pero por ese entonces no pasaba a ligas mayores. Ella también era muy apegada a John, a quien parecía ver como si fuera un héroe. Él se tomaba muy en serio su rol de hermano mayor, buscando siempre la manera en que las dos estuviéramos bien. John era el mejor hermano que alguien podría desear tener y la mejor persona que alguien podría dejar entrar en su vida.
Nuestras similitudes parecían quedarse en lo físico, al menos con Helena. Los tres teníamos los mismos ojos grises y el cabello algo crespo, sin embargo, el de Helena era castaño mientras que John y yo éramos rubios. Nuestros rasgos faciales también decían que eran muy similares, con la nariz respingada, pómulos elevados y ojos pequeños que se escondían cada vez que se asomaba una sonrisa.
Los tres éramos una familia y así lo demostrábamos, a nuestra propia forma y medida.
Llegó un punto en el que Helena empezó a participar más en las vidas de todos. Su vida social en la escuela siempre se había limitado a las poco frecuentadas obras escolares que protagonizaba y a almorzar junto a nosotros algunos días; luego pasó a juntarse notablemente más conmigo y John, tanto dentro como fuera de la escuela.
¿Cuándo fue que ocurrió el cambio de Helena? En la llegada de Nico a nuestro círculo de amigos.
El primer partido que jugó Nico con el equipo de baseball, Helena decidió acompañarme en una inusual decisión de participar en un evento escolar. Ese fue el día en el que Helena comenzó a entrar a la historia de Nico sin que nadie llegara a sospechar nada.
Ese día habían ganado, pero ella no se sumó a la celebración que se había formado en la cancha, había decidido permanecer en las gradas, a la espera de que subiéramos donde ella y así lo hicimos. Junto a nosotros había ido Nico, con él yo ya había interactuado más allá de los encuentros con John de por medio, pues éramos compañeros de clase y nos sentábamos juntos, por lo que ya había algo más de confianza entre nosotros; pero a Helena no la había visto jamás, tan solo había oído hablar de ella como nuestra hermana menor.
Ahí fue cuando fueron presentados oficialmente. Nico no reaccionó de ninguna manera en especial, pero los ojos de Helena delataban lo ilusionada que se sentía. En ese momento, John y yo pensábamos que era una mirada de admiración, de seguro ya había visto sus pinturas y el ver que también podía tener aptitudes atléticas debió de sorprenderla; pero aquello iba más allá de una simple mirada de admiración y eso lo descubriríamos después.
Específicamente, lo descubrimos en una fiesta que organizó nuestro padre en casa. Él no quería vernos merodeando por abajo de manera irrespetuoso, para él suponía una verdadera tortura juntar su vida política con su vida familiar por todos los problemas y fallas que él veía en sus hijos. A pesar de eso, sabía bien que sería peor mantenernos ocultos puesto que eso haría correr rumores sobre el por qué no acudíamos a una celebración que tenía lugar en nuestra propia morada.
Entre los invitados se encontraba la señora Lacôme quien, cómo no, había acudido a la velada junto a su hijo, el mismísimo Byron, viejo amigo de Nico, pretendiente mío y molestia de John.
Cuando juntabas a personas completamente diferentes entre sí existían dos posibilidades: enfocarse en las múltiples diferencias, o enfocarse en algún mínimo rasgo en común. Y, como siempre que John estaba presente, nos habíamos enfocado en lo positivo.
Por desgracia, lo único que teníamos en común era una amistad con Nico Nowicki, el chico polaco que tanto revuelo causaba en nuestra escuela.
Ahí fue cuando Helena saltó, completamente interesada en el asunto, como si habláramos de una nueva película que se iba a estrenar. Esa fue la noche en la que nos fue evidente que nuestra pequeña hermana en verdad no sentía admiración hacia Nico por sus múltiples habilidad, sino que sentía una admiración hacia su persona porque le gustaba. Nico se estaba convirtiendo en el primer amor de mi hermana que, curiosamente, también se transformaría en mi primer amor de verdad en un futuro.
Los hermanos Conaughey, en definitiva, fuimos los mejores amigos de Nico, las personas en las que él más confió y, por sobre todo, fuimos una nueva familia con un nuevo comienzo para él.
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