Como cabía de esperar, tuve que tomar una decisión: mantener mi relación sin aparente futuro con Byron y perder la amistad de Nico, o ponerle punto y final a mi noviazgo y conservar el apoyo incondicional de Nico. La decisión podía parecer fácil planteada así, pero no puedo negar que, en su momento, dudé y mucho.

   Al principio, pensé terminar con Byron al darme cuenta de los sentimientos que tenía por Nico. Me había tomado mucho tiempo darme cuenta de cómo me sentía respecto a mi amigo y ahora que lo sabía no quería torturarme a mí misma esperando a que surjan sentimientos por otra persona, aunque, tal vez, el motivo de mis grandes dudas era justamente que ya era demasiado tarde, solo que mis sentimientos por Nico no me dejaban aceptarlo libremente al considerar a este mucho mejor persona que Byron. Fuera como hubiese sido el caso, quería retirarme del maquiavélico juego antes de que fuera demasiado tarde de verdad y para todos.

   Pero, a su vez, era más prudente mantenerme en una estable relación con alguien que parecía amarme a perderlo todo por infantiles sentimientos que podrían no ser correspondidos, existía un gran y terrorífico margen de riesgo de perder a Nico para siempre, de perder a mi mejor amigo de por vida… y no estaba segura de si eso era lo que quería de verdad.

   ¿Para qué asumir tal riesgo si podía mantenerme estable en una relación donde las cosas parecían ir mejorando cada día más? Podría ser que en ese momento no pareciera tener futuro, pero el futuro cambia constantemente, ¿no?

   Había decidido seguir con Byron, a pesar de las consecuencias que traería. Ya que, en ambos escenarios, terminaría perdiendo a Nico de una manera u otra y con esta alternativa al menos podría continuar con una vida a futuro como la que mis padres esperaban que tuviera.

   Byron se estaba volviendo cada vez más y más exitoso, era una buena opción. Mientras tanto Nico iba quedándose atrás, en la sombra como un aprendiz ansiando poder ser el maestro, por más que el mundo se esforzara en decirle que aquello jamás pasaría.

   Algunos nacían para ser héroes con fama, otros para ser héroes en las sombras y otros para ser personas normales con un destello que los diferenciara del resto; Byron era el primero, John fue el segundo y Nico era el último.

   Ya con la decisión tomada me di cuenta de que cometía un error, eso no era lo que verdaderamente quería, era lo que los demás querían para mí. ¿De verdad quería vivir condenada por lo que dirían los demás sobre mí? ¿Vivir ocultando mis sentimientos? ¿Aparentando para complacer a alguien más a costa de mi propia felicidad personal? Había vivido ya toda mi vida así y, por primera vez, me decidí a tomar las riendas de mi vida pensando por mí misma, no pensando en qué preferirían los demás para mí.

   Reemplacé la ruptura de mi gran amistad por la ruptura de mi noviazgo. Y, antes de que me arrepintiera, fui a la gran casa en donde vivía Byron.

   Fui directa y sincera: Debemos terminar. Eso fue todo lo que dije y fue todo lo que fue necesario decir.

   Byron quedó patidifuso, desentendido, confundido y, por sobre todo, dolido. Una vez superada la conmoción inicial él comenzó a decirme que no era necesario, que no exagerara, que aún estaba sensible por la pérdida de mi hermano y un millón de cosas más. Me confesó sus sentimientos con desesperación, me dijo que me amaba y que yo solo necesitaba tiempo, estaba convencido de que llegaría a sentir lo mismo por él, con la misma intensidad.

   Pero yo sabía que no era así. Yo sabía que no pasaría, estaba convencida… por las palabras que Nico me había dicho con tanta intensidad. Así que me mantuve los más firme que me fue posible y acabé en ese momento con la peculiar relación que habíamos mantenido entre nosotros. Las relaciones por conveniencia deberían de estar penadas por la ley para evitar embrollos como en el que me había visto involucrada junto a todo el círculo de personas que apreciaba.

   Desencadené la ruptura para mantener a salvo al círculo de gente que me rodeaba… y a mí misma. Si alguna vez llegaba a sentir algo por Byron, espera que fuera lejos de una relación arreglada; esperaba que fuera así con cualquiera.