El secreto de la experta en tortura.
-"Anko"- escuchaba una voz que le llamaba -"Anko despierta"- la voz se escuchaba más clara pero todo fue interrumpida por una sensación fría que la hizo despertar, observó el lugar y se encontraba en su lugar favorito en todo el mundo, en I&T y quien le despertaba era su jefe Ibiki Morino que le miraba con una ceja levantada.
-"Demonios Ibiki, acaso no sabes que es de mala educación interrumpir el sueño de una señorita?"- preguntó la pelimorada de ya veinte años recostada sobre una mesa con esposas que utilizaban para las torturas.
-"Que bueno que aquí no hay señoritas, es hora de trabajar"- ordenó el hombre abriendo la puerta del cuarto dejando a la pelimorada murmurando muchos insultos, acercó su mano a su estuche de kunais y sacó uno que se notaba más viejo con letras gravadas, deslizó sus dedos sobre las hojas.
-"Que pensarías de mi si me vieras hoy?"- pensó la pelimorada antes de escuchar como un hombre se acercaba gritando que era inocente, guardó el Kunai y se preparó para recibir a su visita, tenía una imagen que proteger -"Venga, apresurence que gracias a un calvo estoy de muy mal humor"- habló de mala gana, mientras llegaba su próxima victima recordaba sus ocho años que llevaba en la aldea.
Flash Back.
Un equipo genin regresaba de su misión, su destino, Konoha, hasta ahora todo había salido bien.
-"Mire sensei, hay alguien ahí"- informó la mujer del grupo apuntando a la base de un árbol.
-"Esperen aquí y estén atentos"- ordenó el jounin acercándose al lugar, cuando estuvo sobre el lugar que indicaba su alumna descubrió que se trataba de una niña de cabello morado que parecía estar inconsciente, aterrizó junto a la niña y acercó su mano para tratar de levantarla, cuando estaba por tomarla del hombro, la niña despertó y rápidamente tomó distancia respirando rápidamente y mirando atenta a todo el lugar.
-"tranquila niña"- comentó el jounin poniéndose de pie.
-"Dónde estoy?"- preguntó la niña.
-"A unos kilómetros de Konoha"- respondió el hombre llamando a sus alumnos que aterrizaron junto a el -"Como te llamas niña?"- la pelimorada le miró un instante y cerró los ojos.
-"mi nombre es Anko Mitarashi"- respondió pero rápidamente se reprendió recordando a su amigo que le decía que debía ser precavida con la información que compartía.
-"Ya veo, recuerdas cómo llegaste aquí?"- preguntó el jounin, pero Anko solo movió la cabeza negando -"oh al menos de donde vienes?"-.
-"Yo nací en Konoha"- respondió recordando lo que podía de su infancia.
-"Ya veo, lo que puedo hacer es llevarte con nosotros para que te traten en la aldea"- comentó el ninja atento a cualquier movimiento de la chica, Anko solo asintió. Después casi una saltando entre las ramas el equipo y su acompañante pudieron ver como grandes murallas se divisaban a la distancia -"Ese lugar es Konoha"- indicó el jounin que escoltaba a la pelimorada, después de cruzar la entrada los genin se fueron cada quien a su hogar dejando a la pelimorada con el jounin sensei que la guió por la aldea en dirección a una gran torre roja que se divisaba a la distancia, cuando llegaron saludaron a los guardias y comenzaron a subir los pisos evitando cualquier otro lugar, cuando estuvieron en el último piso se dirigieron a la única puerta con el logo de la aldea, el jounin tocó la puerta y ambos escucharon un pase, el tono de voz era de un hombre mayor, sin hacer esperar a quien se encontraba al interior de la oficina ingresaron para encontrarse a un anciano detrás de un gran escritorio.
-"Bienvenidos"- saludó Hiruzen mirando con curiosidad a la niña que estaba de pie junto a uno de sus jounin, el ninja hizo una reverencia en cuanto a la niña solo asintió -"díganme, en qué les puedo ayudar?"- El jounin dio su informe sobre su misión así como el haberse encontrado de regreso con Anko que se encontraba inconsciente en la base de un árbol, Hiruzen al escuchar el nombre de la chica se puso serio -"ya veo, no es necesario que me expliques más, el pago de su misión será depositado en sus cuentas"- el jounin asintió extrañado pero se retiró, ya cuando el Hokage y la niña quedaron solos, Hiruzen abrió uno de los cajones de su escritorio y sacó aun carpeta con varios archivos y entre las hojas sacó una foto de una niña de seis años de cabello morado -"Tu nombre es Anko Mitarashi?"- preguntó nuevamente a pesar de que el jounin le había revelado ese dato, la niña asintió -"Fuiste secuestrada hace siete años desde esta aldea?"- Anko nuevamente asintió -"Ya veo, acércate y toma asiento"- Anko obedeció y tomó asiento cerca del escritorio y así comenzó la conversación aunque era más bien una tortura civilizada para poder sacar un poco de información, cada vez que Anko dudaba o se demoraba Hiruzen liberaba algo de su instinto asesino hasta que finalmente sacó una foto de un niño de cabello rubio que sorprendió a la pelimorada.
-"Naruto kun"- susurró Anko al ver a su amigo.
-"Veo que si lo conoces, entonces estuviste todo este tiempo con el?"- preguntó Hiruzen recostándose en su asiento.
-"Si, fue mi único amigo en aquel lugar y era quien me cuidaba para que no me sucediera como al resto de los niños que eran asesinados durante la noche o en los entrenamientos, gracias a el sobreviví los seis años de formación y me encuentro aquí ahora"- comentó la pelimorada metiendo su mano a uno de sus bolsillos donde notó que tenía un objeto, sin medir consecuencias sacó el objeto pero fue detenido por un anbu que puso su ninjato en su cuello, pero fue detenido por Hiruzen que negó haciendo que el anbu desapareciera, por su parte Anko estaba asustada por su anterior situación.
-"lo siento pero ellos son parte de mi seguridad, me puedes revelar lo que tienes en tu mano?"- pidió el Hokage, Anko regresó en si y reveló un Kunai, Hiruzen no notó nada extraño en el arma pero Anko lo giró para mostrar un nombre escrito "Naruto Uzumaki"- esa era la pista que necesitaba para comprobar que el Uzumaki seguía vivo -"ya veo, así que tu historia es verdad"- Hiruzen se puso de pie -"Hace siete años tus padre informaron de tu desaparición pero el equipo de búsqueda no fueron capaces de encontrar ni una sola pista de tu paradero, lamentablemente ellos perecieron en el ataque del zorro de nueve colas hace dos años y su casa fue destruida"- Anko bajó la mirada triste por la noticia, ella esperaba encontrarse con sus padre pero era imposible, Hiruzen guardó silencio por un momento -"en cuanto a tu situación, según me contaste, ya tienes entrenamiento shinobi, cierto?"- Anko asintió -"perfecto, por tu situación de huérfana, yo como líder de la aldea tengo el poder para ayudarte económicamente con una pensión mientras no tengas el dinero para defenderte sola, eso será hasta cuando encuentres un trabajo o te gradúes como ninja y bajo eso mismo, te propongo unirte a la nueva generación de genins que están por graduarse, qué opinas?"- preguntó Hiruzen, con toda la intención e ayudar a la niña pero así también vigilar y resguardar a la única persona que tiene información verídica del hijo de su alumna, Anko lo pensó un instante pero asintió sin más -"me alegro, mañana iré por ti, por ahora, anbu"- el mismo anbu que hace poco tenía su ninja to en su cuello ahora estaba de pie esperando la orden de su líder -"lleva a la señorita a los departamentos para los ninjas, que elija uno"- el anbu asintió, Hiruzen abrió otro cajón y sacó una cantidad de dinero que dejó sobre el escritorio -"Esta es tu pensión de este mes Anko, utilízalo con sabiduría, el anbu te acompañará al mercado para que compres comida y por hoy solo te recomiendo descansar, bueno eso es todo, solo me queda decir, bienvenida a Konoha Anko Mitarashi"- la pelimorada asintió.
-"Gracias Hokage sama"- respondió la niña mientras el anbu le tomaba el hombro y desaparecían en un shunshin.
-"Así que aún sigues vivo Naruto"- murmuró Hiruzen.
Así Anko se comenzó a integrar a la aldea, con los pocos mese que estuvo en la academia, hizo amistad con varios de su salón, pero con quien más socializó fue con Kurenai, luego de la graduación quedó en un equipo junto a un chico de cabello blanco llamado Kabuto y Tetsu Hyuga, siendo su sensei uno de los legendarios sannin quien rápidamente notó la gran habilidad que mostraba en las artes shinobis, con el pasar del tiempo fue relajándose y soltándose más con quienes le rodeaban y Naruto Uzumaki se iba quedando en el olvido pero gracias a sus constantes sueños del pasado no olvidaba su rostro, lastimosamente un día Orochimaru le implantó un sello en su cuello, en ese entonces era experimental, después de ese día el interés de su maestro por ella comenzó a disminuir hasta que finalmente descubrió que era parte de uno de sus experimentos, no tuvo tiempo para encarar a su sensei por utilizarla ya que el sannin se marchó abandonándola dejándola en una terrible situación un titulo que no le gustaba para nada "la perra serpiente" gracias a la ayuda de su primer amiga Kurenai así como el apoyo del sandaime Hokage pudo seguir subiendo en el escalafón de rangos llegando a obtener el Titulo de tokubetsu jounin e Ibiki la tomó bajo su ala para que trabajara en I&T.
End flash Back
Ya siendo de noche la puerta del departamento de I&T fue abierta revelando a la pelimorada que salía bostezando y estirando su cuerpo revelando que solo estaba vestida con una polera de mallas que no dejaba nada a la imaginación y sobre esta una larga gabardina café claro.
-"la sensación de un buen día de trabajo es lo mejor, pero se que podría mejorar aún más este día, un buen sake acompañado de dangos"- sin esperar más tomó rumbo al bar que visitaba todos los días, ignorando como desde lo alto de una casa un anbu completamente de negro le vigilaba a la distancia, por un instante Anko sintió la presencia de un ninja era leve pero estaba ahí, se detuvo un momento y se giró pero la presencia desapareció -"mmm"- fue lo único que hizo para seguir su camino.
Ya en el bar tomó asiento en la barra y el dueño rápidamente colocó una botella de Sake y un plato con dangos, esa solo era entrada ya que como siempre la pelimorada terminaría bebiendo como marinero hasta caer inconsciente, con el pasar del tiempo la pelimorada se comenzaba a poner más alegre atrayendo la atención de cada hombre cerca de ella.
-"Vamos no sean maricas, desafío a quien sea a una competencia de tragos, si me ganan les daré un premio especial"- Anko cruzó sus brazos bajo sus pechos y los comenzó a mover.
-"típico de Anko"- comentó un jounin, la pelimorada mientras buscaba quien aceptara su desafío se quedó quieta observando como cerca de la entrada un encapuchado quedó mirando en su dirección, las demás personas comenzaron a desaparecer para la pelimorada, el encapuchado acercó sus manos para comenzar a revelar su rostro, la cara de felicidad de Anko comenzó a mutar , cuando la capucha fue retirada, el baso que llevaba en su mano cayó al suelo.
-"No puede ser"- susurró observando un rostro que no veía desde hace 8 años, ahí estaba el con su rostro más maduro, sus ojos azules, su cabello rubio, todo estaba ahí.
-"Anko estás bien?"- una mujer de cabello negro ondulado se acercó a ella para comenzar a moverla.
-"qué?"- preguntó la pelimorada pero nuevamente miró en dirección donde vio al pelirrubio, sin responder comenzó a avanzar entre las personas pero no lo encontró.
-"Qué te pasa Anko?"- le habló nuevamente la mujer.
-"Lo vi Kurenai, lo vi"- comentó Anko aún buscando al pelirrubio.
-"A quien viste?"- preguntó Kurenai.
-"A Naruto, lo vi, era el se que era el, tenía un rostro más maduro pero era el"- comentó Anko aún mirando en todas direcciones, Kurenai miraba como la piel de la pelimorada estaba más pálido como si hubiera visto un fantasma.
-"Creo que beber tanto Sake te hizo mal, mejor vamos a pagar lo que bebiste y ve a descansar"- recomendó la pelinegra, buscando a alguien con las características que le describió la pelimorada de su amigo pero nada.
-"pero te estoy diciendo la verdad"- insistió la pelimorada.
-"déjalo Anko, mejor retirémonos"- Anko miró por última vez y asintió.
-"Si que has cambiado Anko"- murmuró un jounin de cabello negro largo saliendo del bar y dirigiéndose al callejón que estaba al costado del local, rápidamente la imagen comenzó a cambiar revelando el mismo uniforme de los anbus pero completamente de negro, Naruto levantó la mirada y vio la ubicación de la luna, ya era pasada la media noche y debía cumplir con su misión -"Nos volveremos a ver"- habló comenzando a ser tragado por la oscuridad.
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