El costo de la libertad

Rápidamente los días se hicieron semanas, las semanas se hicieron meses y los meses años, seis años de entrenamiento durante todo el día y sobrevivir de noche, durante los primeros tres años por las noches fueron visitados por las noches pero con el tiempo ya ningún niño murió por lo que cambiaron a enmascarados de noche, la sobrevivencia se llevaba al extremo y para Naruto era peor ya que debía de proteger a la pelimorada que desde que se conocieron no se separaron más, uno era el mejor del grupo y la otra debía seguirle el paso o corría el riesgo de morir.

-"vaya que han sobrevivido bastantes"- comentó el mismo hombre que les dio la bienvenida que con el tiempo tomó el nombre de Jefe, cuando el aparecía siempre era para anunciar algo nuevo que les complicaría aún más la existencia, Naruto miraba al rededor, los que antes eran veinte niños ahora solo quedaban nueve, y al parecer eran demasiados aún -"pero bueno, el clan solo tiene cupo para cuatro de ustedes, los demás deberán morir"- esta noticia no generó ningún efecto en la mayoría de los jóvenes, con excepción de Anko que se encontraba detrás de Naruto tomando su mano -"Oh eso era lo que debía de suceder ahora, pero las cabezas del clan han decidido liberar a uno de ustedes, como ya han pasado los seis años de formación, desde ahora serán enviados a realizar misiones, ya sea en equipos o individual, por cada misión recibirán un ryu de color negro, quien reúna 20 primero será liberado, los demás deberán luchar a muerte hasta que solo queden cuatro"-  el hombre sacó un pergamino de entre sus ropas y lo depositó en el suelo, inyectó chakra y en una gran explosión de humo salieron tres cajas de gran tamaño con varias armas así como ropa, toda de color negro -"tomen todo lo que necesiten para realizar sus misiones ya que será la única vez que les daremos armas, si les faltan deberán  robarlas a los cadáveres de sus victimas, vamos, avancen"- ordenó el hombre haciéndose a un lado, los nueve avanzaron a las caja y comenzaron a elegir tanto ropa como armas, naruto tomó  un ninjato, dos estuches de kunais y dos estuches de shuriken, además de un par de pantalones, 3 poleras y dos pares de sandalias, así también dos chalecos  de protección uno para el algo más grande de su talla y uno más pequeño, miró a la pelimorada que trataba de sacar lo mismo que el, ocasionando que suspirara, Anko segura de obtener todo lo que podría necesitar se comenzó a retirar, Naruto suspiró, sacó dos botiquines y dos rollos de hilo ninja, no eran para el pero debía asegurarse -"prepárense, que pronto comenzarán con sus misiones"- ordenó el hombre sellando todo nuevamente y retirándose, todos regresaron a su escondite.

Anko subió a la parte más frondosa de un árbol siendo seguida por Naruto, movió unas ramas  y reveló su refugio, era sencillo pero era más cómodo que dormir en la interperie, avanzó tomó asiento revisando su ropa, Naruto avanzó y dejó las cosas en el suelo, tomó los dos botiquines y un rollo de hilo ninja, sin cuidado se los lanzó a la pelimorada que los atrapó como pudo.

-"oye que te pasa?"- se quejó la pelimorada.

-"solo cállate y agradece tarada, esto ya no será como el entrenamiento, si no te cuidas puedes morir en tu primera misión, te recomiendo que tomes esto más en serio ya que no siempre estaré para cuidar que no te suceda nada"- le regañó naruto mientras se comenzaba a desvestir para cambiarse la ropa en frente de la pelimorada, Anko recordó ese detalle y se desanimó.

-"Naruto tu crees que yo pueda sobrevivir?"- preguntó Anko,  Naruto subió su pantalón

-"no lo sé Anko pero espero que si, e tratado de ayudarte en todo lo que eh podido pero desde ahora dependerá de tus ganas de vivir"- Anko asintió y también se comenzó a desvestir, esto ya era normal para ellos mal que mal llevaban seis años conviviendo juntos.

Hiruzen Sarutobi se encontraba en su oficina, llevaba dos años desde que tuvo que retomar su función como Hokage, el ataque del zorro de nueve colas se llevó muchas vidas entre ellas la de su sucesor, el Yondaime Hokage Minato namikaze , su esposa, Kushina Uzumaki y finalmente su hija pequeña de quien desconocía su nombre, ver sus tres cuerpos juntos en medio de una posa de sangre fue una imagen muy triste pero ya nada se podía hacer, dejó de pensar en el pasado ya que sintió toques en su puerta.

-"adelante"- autorizó Hiruzen, por la puerta ingresó a quien menos esperaba -"que te trae a mi oficina Danzo?"- preguntó Hiruzen, Danzo era muy conocido para el, no solo fueron compañeros de generación si no que estuvieron ambos en el escuadrón del segundo Hokage cuando explotó la segunda gran guerra, en aquel momento Hiruzen fue electo como tercer Hokage ocasionando que una gran rivalidad despertara en ambos.

-"Hola Hiruzen, solo vengo hablar de algo que te llamará mucho la atención"- Hiruzen miró como una carpeta caía en su escritorio, la observó para intentar averiguar de que se trataba pero nada, no había nombre, marcas ni sellos, así que con cuidado comenzó a revisar los documentos de su interior, al interior habían fotos de distintas personas así como de niños desaparecidos de distintas familias pero sospechaban que habían más, pero finalmente llegó a la última parte donde había un logo, cosa que lo sorprendió ya que no era el logo de cualquier clan, era el logo del clan Senju.

-"Qué significa todo esto Danzo? habla"- Danzo tomó asiento y miró al Sarutobi con su rostro que no expresaba nada.

-"Esa es una investigación que inicié hace un años pero sospecho que llevan bastante tiempo, existe una organización o un clan como se hacen llamar ellos de asesinos que llevan bastante tiempo trabajando aunque aún desconozco cuanto, utilizan el sello del clan Senju, oh bueno algunos lo utilizan"- Hiruzen solo repasaba la documentación.

-"No es la primera vez que escuchamos de estos grupos de asesinos, qué lo que tanto te llama la atención?"- la verdad es que ver que utilizaban el sello del clan Senju no era nada de sorprenderse, en todas partes habían fanáticos de lo grandes clanes.

-"recuerdas el nombre de Naruto Uzumaki?"- Hiruzen dejó de observar la carpeta y miró al shinobi de la oscuridad de manera seria, claro que conocía ese nombre, nunca podría olvidar el nombre el único hijo de su alumna que desapareció hace más de seis años.

-"Acaso crees que ellos"- dejó lo siguiente al aire, pero no esperó mucho para que Danzo asintiera.

-"su método de aumentar sus números es mediante secuestro de niños entre los 6 y 9 años, edad en las que puedan comenzar a entrenar, los métodos los desconozco ya que al parecer tienen un circulo muy poderoso que los protegen, creo que el mocoso Senju no murió como pensábamos"- Hiruzen se recargó en su asiento pensando en la posibilidad, su alumna dejó a su hijo en el orfanato ya que no se creía capaz de cuidarlo ella misma, el no se enteró de aquello hasta cuatro años después pero no contaba con el personal suficiente para cuidarlo, pero de un día para otro desapareció de la aldea.

-"Si tus sospechas son ciertas debemos profundizar aún más en tu investigación, tienes algún nombre de las personas que podrían estar protegiendo a este grupo?"- preguntó Hiruzen, Danzo sacó un papel doblado de entre sus ropas, Hiruzen lo tomó y lo abrió, los nombre que estaban en el papel le impactaron, grandes empresarios y damyios de países no tan militarizados, la lista era bastante larga.

-"todos son a los que pude acceder y la lista podría ser más larga"- Hiruzen asintió, varios eran aliados de la aldea, y atentar contra cualquier negocio que tuvieran ellos dejarían sus acuerdos en peligro y no estaban para perder fondos considerando que aún no se recuperaban del todo del ataque del zorro de nueve colas, la única forma se hacer esto era no hacer nada como Konoha.

-"sabes que Konoha no se puede ver involucrado en esto"- Danzo asintió -"pero dejo esto en tus manos, lo que necesites está a tu disposición"- sabía que estaba dejando la puerta abierta a alguien muy peligroso y que era leal solo así mismo, pero debía encontrar al niño.

-"me parece bien, cuando tenga al niño te lo traeré inmediatamente"-  Danzo se levantó y se retiró para comenzar a planificar el siguiente movimiento, Hiruzen solo observaba como la puerta se cerraba detrás de Danzo Shimura.

El tiempo siguió avanzando en las naciones elementales, un año desde que comenzaron a salir a misiones, Naruto llevaba hasta ahora 19 monedas mientras que Anko solo sumaba 9 monedas, el pelirrubio era quien más destacaba en el grupo, quien rápidamente pasó de ladrón a  realizar misiones de asesinato, poniendo presión en los demás, aunque habían algunos que ya aceptaban su destino, cada momento que tenían libre lo ocupaban para entrenar o mejor dicho naruto entrenaba a la pelimorada.

-"Naruto"- un enmascarado apareció en medio de una práctica entre la pelimorada y el Uzumaki, Anko miró a su amigo, esta era la última misión que le faltaba a Naruto para poder lograr la libertad mientras que ella debería quedarse y luchar por sobrevivir, Naruto asintió entendiendo la situación, miró a Anko un instante para después marcharse, sin un adiós ni nada, solo aceptando su destino, cuando ya se encontró sola Anko  calló de rodillas y comenzó a llorar.

-"Ya veo, así que esta es tu última misión y podrás ser libre"- comentó el jefe revisando el registro del pelirrubio, Naruto por su parte solo asintió -"es una lastima que alguien tan hábil se marche así como así, dime no te gustaría considerarlo?"- las ordenes venidas desde más arriba eran absolutas y por nada se podían cambiar, Naruto sacó de uno de sus bolsillos una tela donde guardaba sus monedas y las dejó sobre la mesa.

-"Esas son todas mis monedas, 19 en total, mi libertad está a una moneda, pero quisiera solicitar algo a lo que cumpla con las veinte"- el hombre miró curioso al niño.

Anko se encontraba en el refugio limpiando sus armas, grandes ojeras se marcaban bajos sus ojos por tanto llorar, naruto ya le había advertido que con llorar no ganaba nada pero no quería separarse de su amigo y saber que nunca más se volverían a ver, fue sacada de su estado cuando Naruto ingresó al refugio y fue por sus cosas, solo se escuchaba como naruto ordenaba sus cosas, cuando ya estuvo listo se giró y se encontró a Anko de pie al lado de la entrada mirando el piso, Naruto avanzó pero su paso fue interrumpido por la pelimorada que cubrió la salida.

-"muévete Anko, tengo una misión"- ordenó Naruto, estaba por moverla pero la pelimorada le abrazó con fuerza.

-"espero que tu misión sea exitosa Naruto kun"- comentó la chica con voz quebrada, naruto se mantuvo quieto.

-"Entrena mientras yo esté afuera"- respondió Naruto tomando a la pelimorada desde los hombros, Anko levantó la mirada, ahí Naruto apreció el rostro enrojecido de su compañera, Anko levantó sus manos y tomó al pelirrubio del rostro, lo atrajo a ella y lo besó, fue un beso corto pero que expresaba demasiado para ella, se separó del pelirrubio y le dejó la salida libre.

-"nos vemos Anko"- fue la despedida de Naruto antes de marcharse.

Una semana más tarde fue que Naruto regresó y pasó a la oficina del jefe para reportar lo sucedido en la misión, diez minutos más tarde los nueve sobreviviente estaban formados frente al jefe.

-"Bueno la oportunidad de ser libres termina hoy, uno de ustedes cumplió con la meta, para los demás, deberán prepararse para el combate, Anko Mitarashi"- la pelimorada levantó la mirada sorprendida, rápidamente miró a naruto pero este solo miraba al frente -"vamos niña, muévete no tenemos todo el día"- ordenó el hombre.

-"Si"- fue todo lo que dijo la pelimorada confundida.

-"Eres libre de marcharte cuando gustes, un equipo de transporte te espera afuera de mi oficina, eso es todo, retírense"- siete de los niños fueron a sus escondites quedando solo Naruto y la pelimorada, Anko miraba sorprendida a Naruto.

-"porqué?"- preguntó la pelimorada, bien debería estar feliz de ser libre pero ver a Naruto de pie solo le apretaba el pecho.

-"Este lugar no es para ti Anko, no eres lo suficientemente fuerte para sobrevivir, vete y disfruta de una vida normal"- dijo Naruto.

-"Pero y tu?"- preguntó la niña.

-"Eso no te importa, vete"- ordenó naruto girándose para marcharse.

-"Naruto"- susurró la pelimorada viendo como el pelirrubio se marchaba, Naruto sacó un kunai de su estuche y lo lanzó al aire en dirección de la pelimorada aterrizando un metro adelante de Anko.

-"Ya no estaré contigo así que deberás protegerte tu sola"- comentó Naruto para seguir su camino, Anko tomó el arma y notó como en la hoja estaba tallado el nombre de su amigo, miró nuevamente a su amigo pero este ya no estaba, estaba por ir en su búsqueda pero un enmascarado la tomó del hombro.

-"terminó tu tiempo"- habló para luego noquear a la niña, se la echó en el hombro, notó el kunai que estaba en el suelo y también lo guardó, para seguidamente desaparecer. 

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