Prince:

Pronto llegaron los exámenes del club de pociones, donde se presentaron muchos alumnos y sólo quedaron seis. Julieta no tenía mucha confianza en la promesa que le hizo Snape de que la anotaría igual si cumplía con su promesa de mantenerse al margen de los problemas en Hogwarts. Porque la verdad era que desde ese día le había costado mucho cumplirla y había hecho algunas cosas con las cuales Severus no estaba para nada feliz. Entre ellas se contaban varios puntos perdidos, dos detenciones, un profesor encerrado en una mazmorra y otra profesora que se había quedado muda de golpe por un encantamiento de ella y por más que le dijo a Severus que simplemente la profesora Carrow se había atravesado en su camino y que ella no había querido encantarla el hombre no le creyó y la castigó con una detención. También había asistido a una reunión del ED en casa de Hagrid pero no había tomado parte en las actividades que tenía el grupo, como practicar defensa contra las artes oscuras, salir furtivamente de noche a dejar mensajes en las paredes y hacerle la vida imposible a los Carrow y a Filch. En eso sí se había mantenido al margen y como el profesor Snape nunca se había enterado de que asistía a reuniones clandestinas, ni que éstas existían, eso no se podía contar como una falta.

Así que cuando estuvieron los resultados listos estaba tan nerviosa como todos sus compañeros que se habían presentado al examen, bajó a la sala común junto a Rose y se fueron directo a la pizarra de notificaciones para leer quienes habían quedado en los Clubes. Estaba lleno de gente leyendo y les costó mucho acercarse. El anuncio decía:

Club de Pociones:

Titulares:

-Turpin, Lisa de Ravenclaw

-Zabini, Blaise de Slytherin

-Rosier, Julieta de Gryffindor

-Bones, Susan de Hufflepuff

-Procer, Damián de Slytherin

-Colin, Leo de Ravenclaw

Suplentes:

-Jordan, Paul de Gryffindor

-Patil, Padma de Ravenclaw

Julieta al ver su nombre allí saltó de la alegría, tanto estudio al fin habían dado sus frutos, no había necesitado que el profesor Snape la anotara porque ella misma había quedado entre los seis mejores. Se dio cuenta tarde que Rose no había quedado y lo había tomado muy mal, salió corriendo escaleras arriba hacia su habitación llorando mientras que Paul quiso seguirla pero no subió ya que no se permitía que los varones vayan a los dormitorios de las chicas. Julieta preocupada subió a consolar a su amiga.

_No te sientas mal Rose_ le dijo sentándose en la cama al lado de ella pero Rose reaccionó mal.

_ ¡Ni me hables! ¡Seguro que quedaste en esa lista porque Snape lo decidió!_ le gritó furiosa mientras se paraba._ ¡Eres una falsa y una hipócrita!

_ ¡Eso no es cierto! ¡Hice el examen igual que tú, por si lo has olvidado!_ le gritó furiosa Julieta sin poder creer las duras e inmerecidas palabras de su amiga.

_Todos saben de los rumores entre tú y ese... ¡Ese asqueroso mortífago!_ le largó fuera de sí Rose_ ¡Eres su espía... eres su...! ¡Eres un asco!

_ ¡No es así! ¡Yo no soy su espía ni nada parecido!_ le gritó Julieta con lágrimas en los ojos. Lágrimas de decepción._ Pensé que me conocías... ¡Pensé que eras mi amiga...!

_ ¡Pues no sé quién eres realmente!_ le dijo Rose y le dio la espalda._ Mi novio dice...

_ ¿Tu novio? ¿Qué novio?_ la interrumpió Julieta desconcertada, no tenía idea que Rose salía con alguien.

_ ¡Paul! ¡Es mi novio! ¡¿Y qué?!_ le gritó Rose agresivamente. La chica abrió los ojos como platos.

_Pero Paul es el novio de Belle._ le dijo Julieta sorprendida.

_Pues hace mucho que no sabe de ella así que ahora estamos saliendo_ dijo Rose desafiante.

_ ¡Belle era tu amiga! ¡¿Cómo pudiste hacerle eso?!_ le dijo Julieta sin poder creerlo.

Rose ante semejante reproche tan abierto sintió vergüenza y no le dijo nada. La verdad es que no le había dicho nada a Julieta sobre el asunto porque sabía que lo iba a tomar a mal. Cruzó la habitación y sin decir más nada se fue, dejando a Julieta sola. A la chica se le pasó la alegría tan rápido como había venido, se sentía tan mal que poco le importaba ya pertenecer al club de pociones. Se había peleado con sus únicos amigos, los únicos que le importaba y no podía creer que Rose la tratara de espía y Damián de zorra. Se recostó en la cama y lloró un largo rato, nunca en su vida se había sentido tan sola y miserable. Extrañaba muchísimo a Leanne y pensar que nada podía hacer para que regresara al colegio la volvía loca.

Ese mismo día después del almuerzo subió a visitar al profesor Snape, al menos él era el único capaz de levantarle el ánimo, fue a escondidas y sin que nadie la viera. No quería provocar ningún rumor más. Y mientras caminaba por los desiertos pasillos asustándose por cualquier ruido se preguntó si no estaría volviéndose paranoica. Al entrar en el despacho del director se largó a sus brazos llorando desconsolada. Severus se asustó.

_ ¿Qué pasa Julieta? ¿Qué te ha ocurrido?_ le dijo el hombre preocupado, abrazándola y tratando de calmarla. _ ¿Te hizo algo Carrow?

Pero Julieta no podía hablar y sólo negaba con la cabeza, necesitaba estar con él un rato para tranquilizarse.

_Calma, vamos cuéntame. Pensé que estarías contenta por entrar al club de pociones_ insistió el hombre.

Julieta recuperando el control le contó todo, sobre los rumores que había de ellos, cómo sus compañeros se le burlaban y cómo creían que era una espía, la pelea de Rose, la de Damián y cómo extrañaba a Leanne y lo sola que estaba. Severus conmovido trató de que se sintiera mejor y se propuso tomar en serio el asunto de Leanne Pratt para traerla al colegio.

_Esta noche quizás llegue algo que te haga sentir mejor_ le dijo misteriosamente Severus en un momento cuando vio que se había calmado.

_No lo creo_ dijo con pesimismo Julieta que estaba deprimida.

_Ya verás que sí_ le sonrió el profesor Snape mientras la besaba.

_ ¿Qué es?

_Mmmmm, no te puedo decir_ le dijo el hombre.

_Agggg... _ se quejó Julieta pero le devolvió el beso.

_Me alegro que hayas entrado al Club de pociones... Estuviste entre las mejores notas_ le dijo con orgullo el hombre.

_ ¿Y si no hubiera entrado aún cumplirías con tu promesa?

_Emmmm no lo sé... No cumpliste muy bien con tu parte._ le dijo con una sonrisa torcida. Julieta se rió y no dijo nada más.

Estuvieron un largo rato hablando hasta que el profesor Snape la "echó" de su despacho porque tenía que trabajar. Julieta ya se sentía mucho mejor, el hombre siempre conseguía animarla sin importar lo que pasara. Y cuando llegó la noche la sorpresa ya la estaba esperando. Subió a acostarse y Rose, que luego de la pelea apenas le hablaba, le señaló molesta su cama. Allí había una caja con un lazo rojo y agujeros en la tapa, se movía, lo que le recordó un poco a los duendecillos. Cerca había una tarjeta que no estaba firmada pero que claramente era de Severus, le decía que ese era su regalo de cumpleaños algo atrasado ya que le había costado conseguir a aquella original mascota. Emocionada abrió la tapa y saltó bufando asustado un gato, era tan hermoso que daba gusto contemplarlo, era de una raza rara y difícil de ver, los cuales crecían el doble que un gato común y eran inteligentes y fieles. Julieta recordó que una vez los había visto en la vidriera de la tienda de mascotas de Hogsmeade junto a Snape. Este en particular era de pelo corto de color gris perla y se movía con majestuosidad. Hasta Rose que había estado fingiendo que Julieta no existía, lo miró extasiada.

Julieta muy feliz lo tomó en los brazos y lo acarició mientras el animal ronroneaba. Aún era pequeño y parecía tener sólo unos meses.

_Mmmm, como te pondré_ le dijo al gato que la miró atento como si supiera lo que le había dicho. Lo pensó un largo rato pero no se le ocurrió nada, luego se acostó con el hermoso animal a sus pies.

A la mañana siguiente el gato apareció durante el desayuno en el gran comedor cuando Julieta estaba sentada sola en la mesa de Gryffindor, robándole furtivamente una tostada con mermelada y fue tan silencioso que la chica tardó un rato en darse cuenta que sus tostadas desaparecían.

_ ¡No! No puedes estar aquí_ lo retó la chica tratando que se fuera pero el majestuoso animal parecía ofendido. Estaba sentado en una silla como un alumno más. Desde la mesa de los profesores la profesora McGonagall los observaba con el ceño fruncido.

_ ¡Qué bonito! ¿Es tuyo?_ le dijo Luna al acercarse desde la mesa de Ravenclaw.

_Sí..._ dijo la chica.

_ ¿Qué nombre tiene?_ dijo Luna acariciándolo.

_Todavía no tiene nombre_ admitió Julieta.

Ambas miraban al gato que se lamía la pata para limpiarse la mermelada, luego se subió encima de sus rodillas y la miró ronroneando con curiosidad.

_ ¿Por qué no le pones Prince? Ya sabes... príncipe_ dijo Luna abriendo los ojos enormes_ Se comporta como uno...

Julieta le sonrió y mirando al gato se dio cuenta que Luna tenía razón. Parecía un príncipe de color perla, majestuoso y educado.

_Prince.... Mmmm ¿te gusta ese nombre?_ le preguntó al gato que la miró atento y asintió con un gesto de la cabeza, hasta parecía contento.

Las chicas riendo divertidas ante aquel gesto, lo acariciaron y así Prince se ganó su nombre. Julieta notó que la profesora McGonagall se paraba de la mesa con toda la intención de retarlas así que las chicas tomaron al gato y salieron apresuradas del gran comedor.

Severus al enterarse más tarde del nombre del gato no le hizo mucha gracia. Su apellido era Prince y que, Julieta sin saberlo, le había puesto así al gato le pareció desconcertante. Sin embargo cuando se enteró la chica de ese pequeño detalle le pareció comiquísimo y le hizo varias bromas a Severus. Todos en el colegio acogieron al curioso animal con buen humor, en especial los profesores, que cuando lo llamaban se mataban de risa y más aún si el profesor Snape estaba presente.

A partir de ese día la existencia a Julieta le pareció un poco más liviana, su mascota la llenaba de alegría y hasta cuando lo retaba por entrar a la cocina a robar comida su actitud parecía muy cómica. A Snape también se le aparecía de vez en cuando en el despacho y esto hacía que el hombre se sorprendiera porque no llegaba a comprender cómo era que entraba, sin embargo siempre tenía preparadas unas galletas para él.

El tiempo pasó rápidamente y las cosas en el colegio seguían más o menos igual. Las clases de los profesores Carrow eran molestas y cada día más difíciles ya que el humor de los profesores empeoraba, había muchas detenciones y castigos, en esa época el ED realizaba todo tipo de ataques contra ellos y estaba más activo que nunca. A los profesores les desconcertaba la manera en que se comunicaban y no daban con la clave. Parecían que eran tantos los alumnos que participaban de ello que también se les hacía difícil atraparlos. Todo esto provocaba que se ensañaran más con los alumnos torturándolos en las clases con difíciles pruebas, castigos cada vez más duros y estallaban a cualquier discusión por más pequeña que fuera. Por otro lado Malfoy brillaba por su ausencia, a pesar del que el director lo había amenazado el hombre se negaba a ir al colegio.

Julieta con las exigencias de todas estas clases y las del club de pociones no tenía tiempo para nada más y a veces pasaban días sin que pudiera ir a visitar a Severus. El hombre no parecía contento con este desagradable cambio pero tampoco veía la solución. Lo único bueno que le había ocurrido era que Damián en la última reunión del club de pociones le había pedido prestada una pluma y hasta le había sonreído.

El diario del príncipe:

¡Al fin pude conseguir el regalo perfecto para Julieta! Desde que la vi helándose de frío mientras observaba a aquellos curiosos gatitos en la vidriera de la tienda de mascotas me propuse comprarle uno. Son difíciles de conseguir y lo tuve que reservar desde su cumpleaños pero al fin me lo entregaron. Es un bicho muy curioso, extremadamente inteligente y muy fiel, sigue a Julieta todo el tiempo y cuando está en clase la espera en la puerta como si fuera un perro. Quizás tenga complejo de perro... Los otros días me bufó enojado porque le contesté mal a la mocosa, ¡voy a tener que tener mucho cuidado con el gato ahora! Es muy lindo y cariñoso conmigo también pero sólo cuando quiere y creo que me viene a visitar sólo porque le doy galletas. No le gusta mucho que la abrace y que la bese, creo que se pone celoso... Quizás por eso yo no le guste tanto.

Cuando me enteré del nombre que le había puesto Julieta no podía creerlo, quise convencerla de que se lo cambiara pero el gato ya no responde a otro. Todo el mundo se me burla... los que saben mi segundo apellido claro... y más cuando el gato hace todo lo que ella le pide, he vuelto a ser el hazmerreír del colegio. Lo único que me preocupa es que crece demasiado rápido, pronto va a tener el tamaño de un perro mediano y tiene tan sólo unos meses.

Sin embargo mi relación con Julieta se ha ido deteriorando, la veo muy poco y cuando nos vemos terminamos peleando siempre por el mismo tema, ese maldito ED, me están dando muchos problemas y eso que he reforzado la disciplina y las medidas de seguridad en las noches. Hasta recluté a alumnos de Slytherin para que me ayudaran, pero no he podido atrapar al líder del grupo. Sé con seguridad que Julieta me oculta algo, temo que ella misma esté participando o sea miembro del ED, todavía no la he atrapado en nada raro y espero que no me entere porque me voy a enojar mucho.

Siempre peleamos por el ED porque se niega a decirme nada, ni siquiera quiere tocar el tema. Yo entiendo que no quiera delatar a sus compañeros pero parece que no entiende lo importante que es para mí mantener el control del colegio. Dice que soy muy perfeccionista que todo no puede ser perfecto pero la cosa no pasa por ahí, debo asegurarme de que el Señor Tenebroso sepa que puedo solo con el colegio así el año entrante puedo tomar su control completo y realizar cambios importantes, y lo primero que quiero hacer es deshacerme de los Carrow. Me tienen harto y no los soporto, eso unido a que son bastantes incompetentes, ya me están cansando.

No quiero pelear con ella y siempre me arrepiento cuando lo hago pero no sé cómo superar este gran desacuerdo que hay entre nosotros.

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