La suerte de Leanne:
Pensó que estaba en el sótano de la casa de los Malfoy otra vez, su rostro y su cuerpo estaban mojados y ella, confundida por la inesperada situación y el adormecimiento, se asustó realmente. Al despertarse completamente se le sumó al cuerpo el dolor, el silencio y el terror de abrir los ojos. Estuvo así un rato sin atreverse a mirar su realidad hasta que decidió valientemente abrir los ojos.
Suspiró de alivio, estaba en su cama en su habitación del colegio. La luz entraba por la ventana tenuemente por lo que dedujo que era aún muy temprano, tuvo frío y se preguntó por qué estaba mojada. Se sentó en la cama desconcertada, su camisón blanco, su rostro, su cabello y parte de las sábanas estaban mojados. Sumado a esto estaba ese dolor que le recorría cada fibra de su cuerpo.
Recordaba haber tenido pesadillas toda la noche pero no podía acordarse qué era lo que había soñado en particular. No podía creer que eso le hubiera causado semejante agitación como para terminar mojando las sábanas y de pronto se asustó con la idea de que podría haber tenido fiebre... "No, no quiero enfermarme de nuevo", pensó asustada. Se levantó y se dio un largo y buen baño, como si pensara que con eso pudiera limpiarse de cualquier cosa que tuviera, del dolor, de las pesadillas y del miedo. Se cambió apresuradamente al ver que se le había hecho tarde para el desayuno con uno de los vestidos nuevos que le había comprado Narcisa, y bajó al gran comedor.
Sólo había una mesa en el centro donde algunos de los profesores aún estaban desayunando y entre ellos estaba Severus. Tuvo el impulso de ir a saludarlo con un beso, como hacía siempre, pero se contuvo. En cambio saludó con un general y educado "buenos días", y se sentó. Su aspecto elegante sorprendió a todos. Severus al verla le sonrió con aprobación y pensó en lo mucho que había crecido, estaba con el diario del día apoyado en la mesa mientras leía un artículo al parecer interesante. Los demás apenas le prestaron atención, o eso pensó ella al principio. Snape cerró el periódico y lo colocó en un ángulo para que Julieta pudiera leer la primera página, en letreros gigantes se anunciaba que él, Severus Snape, había sido confirmado como director de Hogwarts. La chica le sonrió visiblemente contenta, sabía lo que le había costado aquello al hombre y lo que significaba, Severus por su parte le guiñó un ojo disimuladamente y siguió desayunando. Los otros profesores que estaban presentes advirtieron el mudo diálogo entre los dos personajes y, por algún motivo que a Julieta se le escapó, se miraron tensos y molestos. La chica volvió a pensar que algo había sucedido la noche anterior que se le había escapado.
Cuando terminó de desayunar salió del colegio a caminar por sus alrededores, a pesar del mal comienzo del día se sentía feliz, la suave brisa, el olor a césped mojado y el paisaje impactante le traían a la memoria tantos buenos recuerdos que debería ser de piedra para no sentirse así. Fue en dirección al lago y volvió a su memoria la imagen del profesor Snape ayudándola a salir del lago y retándola, entonces sonrió divertida. También recordó la imagen de su amiga Leanne sentada en el gran Haya estudiando junto a ella alguna de las tantas materias que tenían. Este recuerdo la llenó de esperanzas, la vería esa noche cuando volviera junto a los demás en el tren de Hogwarts. También vería a Damián, a Belle, y a tantos amigos más que su ánimo se elevó más aún. Se sentó bajo al gran árbol y con curiosidad miró hacia la galería... ¿Estaría Severus mirándola desde allí, como siempre? No, no estaba.
Con un suspiro de decepción apartó la vista, a pesar de todo aquel año ya nada sería igual, no tenía sentido engañarse a sí misma con buenos recuerdos. Algo triste se recostó sobre la hierba y, sin darse cuenta, pronto se quedó dormida.
Despertó mucho más tarde cuando la zarandeaba alguien, abrió los ojos y vio a Severus preocupado que la miraba desde lo alto con todo su largo cabello oscuro en la cara.
_ ¿Qué pasó Julieta? ¡Te hemos estado buscando!_ le dijo el hombre mientras la ayudaba a pararse_ ¿Por qué no fuiste a almorzar?
La chica todavía confundida cayó de pronto en la cuenta de que se había quedado profundamente dormida durante mucho tiempo. La luz a su alrededor había cambiado. Aparentemente la mala noche le estaba pasando la cuenta.
_ ¿Tanto he dormido? ¿Qué hora es?_ le dijo preocupada.
_ Muy tarde... Estaba muy preocupado, los dementores han llegado hace unas horas y pensé que... que te habían atacado o algo_ dijo el profesor Snape que estaba algo transpirado, como si hubiera corrido por todos lados.
_ ¿Dementores?_ dijo la chica mientras miraba a todos lados bastante asustada.
_Sí, están en las entradas del colegio._ le informó Severus_ ¡No vuelvas a desaparecerte así! ¡Casi tengo un colapso!
_ ¡Me quedé dormida! ¡No lo hice a propósito!_ se quejó Julieta.
_Vamos al colegio, la profesora McGonagall está bastante histérica_ le dijo Snape y agregó con una sonrisa torcida_ creo, por sus preguntas, que cree que te tengo encerrada en mis aposentos privados. O en el armario de la ropa.
Los dos volvieron al castillo, ya era la tarde y Julieta al entrar quiso ir a las cocinas por algo de alimento pero Severus le dijo que los elfos domésticos estaban bastante ocupados preparando el gran banquete de bienvenida para esa noche y se iban a enojar si ella iba a molestar dándoles más trabajo.
_Pero tengo hambre..._ le rogó la chica.
_ ¡¿Y yo que culpa tengo que te quedaras dormida?!_ exclamó el hombre, la chica no tuvo tiempo de contestarle.
_ ¡Señorita Rosier! La estuvimos buscando, ¿dónde estaba?_ le dijo McGonagall que venía bajando las escaleras de mármol.
_ ¡Oh! Estaba fuera, profesora, me quedé dormida bajo el haya_ se explicó la chica.
La profesora pareció no creerle y lo dejó en claro cuando al pasar junto a ellos para el gran comedor le dijo al profesor Snape con sarcasmo.
_Así que estaba bajo el haya_ luego dándole vuelta la cara se fue mientras que Severus estaba que hervía de la rabia.
Se había puesto colorado y apretaba los puños. Julieta le aconsejó que se calmara y no pudieron hablar más porque se les acercó Filch con una pregunta para Snape, por primera vez desde que había llegado a ese colegio el hombre parecía contento. Aunque la palabra "contento" se quedaba corta, parecía como si ese hubiera sido el día más feliz de su vida. Pronto, al anunciar el nuevo director las nuevas normas de disciplina, Julieta entendería por qué.
Severus y Filch se sumergieron en una aburrida discusión y Julieta aprovechó la distracción para escabullirse a las cocinas. Allí uno de los elfos domésticos le alcanzó un rico sándwich con una eficiencia y buena disposición que Julieta se preguntó por qué Severus le había dicho que no molestara a los elfos, a no ser que fuera para hacerle pagar el susto que se llevó al no encontrarla, dejándola sin comer.
Las siguientes horas todos parecían atareados e incluso Severus no tuvo tiempo para ella ni siquiera para contestar sus preguntas sobre lo que tenía que hacer. El profesor Flitwick, que la vio dando vueltas aburrida y estorbando por todos lados, la llamó y le dijo que lo ayudara con la decoración del salón. Ya casi era de noche cuando terminaron.
_Bueno, terminamos señorita Rosier, ahora hay que esperar que lleguen todos_ dijo con su vocecita chillona el profesor Flitwick. Casi en ese mismo instante aparecieron miles de baúles y jaulas en el vestíbulo.
_ ¡Ah! ¡Llegaron!_ exclamó feliz Julieta corriendo hasta el vestíbulo y casi se llevó por delante al profesor Snape que estaba dándole órdenes a Filch para que llevara los baúles de los alumnos a sus respectivas Casas.
Corrió hasta la puerta principal y se detuvo allí para ver llegar las carrozas, pero cuando las primeras estuvieron visibles se llevó el susto de su vida. Retrocedió un paso y se cayó al piso al tropezar con una jaula. La lechuza parda chilló asustada. Severus que la observaba se acercó y la ayudó a pararse.
_ ¿Qué pasa?_ le dijo mirando hacia afuera con preocupación.
_Severus, qué son esas... ¿qué son esas cosas?_ dijo Julieta.
_ ¿Qué cosas?_ dijo el hombre sin entender, frunciendo el entrecejo.
_Esas cosas que tiran los carruajes... son... parecen una especie de caballo o... algo parecido_ dijo Julieta mientras los alumnos de la primera carroza descendían de ella.
_ ¡Oh! Son Thestral. Hagrid los cría_ le explicó Snape como si fueran simples perros.
_Pero... pero el año pasado no tiraban los carruajes._ dijo Julieta.
_Siempre tiran de los carruajes, lo que pasa es que el año pasado no los podías ver._ dijo Severus.
_ ¿Por qué?_ Julieta pensó que se estaba perdiendo de algo.
_Porque sólo los que han visto la muerte los pueden ver_ le explicó con una expresión rara en la cara.
_ ¡Ah! Claro..._ no necesitaba que le explicara nada más._ ¿Tú puedes verlos?
_Sí..._ le dijo mirándola con tristeza. En ese momento lo llamó Filch y tuvo que irse, con una expresión de molestia, mientras que Julieta se quedó al pié de la escalera esperando la llegada de Leanne.
Pero Leanne no aparecía, ya el vestíbulo estaba lleno de estudiantes que se dirigían al gran comedor para el banquete y Julieta no había visto a ninguno de sus amigos. Había saludado a Ginny Weasley desde lo lejos que iba acompañada de Neville Longbottom y una chica rubia de ojos saltones de Ravenclaw, pero nadie más se había dejado ver. Apareció un grupito de chicos de Slytherin donde estaban Malfoy y Zabini, que iban con evidente mal humor, pero no se animó a saludarlos y los chicos parecieron no verla o la ignoraron.
_ ¡Adentro! Todos adentro_ los apuró la profesora McGonagall con voz autoritaria y la chica no tuvo otra opción que dirigirse al gran comedor mientras que era empujada por sus compañeros.
Iba atravesando la puerta cuando una mano fuerte la tomó del brazo y le dijo su nombre al oído. Julieta sorprendida se dio vuelta y se encontró con Damián cara a cara. Se quedó sorprendida al verlo, el chico había cambiado notablemente desde la última vez que se vieron, ya había alcanzado sus proporciones de hombre adulto y medía al menos una cabeza y media más que Julieta. La chica se sorprendió al notar que se parecía mucho e increíblemente a Snape. Damián también debió ver un cambio en ella porque se la quedó mirando con tanta sorpresa como Julieta a él, luego le sonrió produciendo que la chica saliera de su marasmo.
_ ¡Oh, Damián!_ le dijo y se le colgó del cuello con una inmensa sonrisa.
_ ¡Te extrañé, Juli!_ le susurró el muchacho con vergüenza.
Era tanta la felicidad de volverse a ver y aún más cuando ninguno de los dos tenía esperanzas de sobrevivir al cautiverio, que no se dieron cuenta de que estaban produciendo un embotellamiento en la puerta.
_ ¡Vamos! ¡Circulen!_ les gritó una chica desde atrás de varios niños. Los chicos se dieron vuelta sorprendidos, era Rose que al ver a Julieta pegó un grito y corrió a abrazarla. Le habían llegado rumores de que la habían capturado los mortífagos y ya la creía muerta.
_ ¡Señoritas, por favor, a su mesa! ¡Ahora!_ les ordenó la profesora McGonagall con impaciencia que había acudido a ver que causaba el disturbio. Ya pronto llegarían los de primer año y debía encargarse de todo.
A los chicos no se les permitió seguir junto más tiempo y tuvieron que separarse a pesar de que Julieta tenía miles de preguntas que hacerle a Damián y viceversa. En la mesa de Gryffindor se sentó junto a Rose que le contó que Susan seguía en el extranjero y, al ser de padres muggles, era peligroso que volviera al país. Pero por suerte estaba bien.
_ ¿Y Belle? ¿No sabes nada de ella?_ le preguntó Rose a Julieta.
_No, nada. No tengo idea por qué no está acá._ le dijo desanimada.
_Allá esta Paul Jordan, seguro que él sabe._ dijo Rose contenta mirando al chico que era novio de Belle. Estaba un poco apartado de ellas, pero se desanimó al ver que estaba muy triste.
_ Mmmm yo no le preguntaría nada_ dijo Julieta.
_ ¿Y Leanne? Escuché que la atraparon contigo_ le preguntó Rose preocupada.
Julieta le contó parte de su cautiverio y como Leanne y sus padres habían sido los últimos que quedaban prisioneros. No le contó lo que vivió junto a Severus y menos de que Voldemort le había prometido que Leanne aparecería en el colegio y que evidentemente no cumplió con su promesa. La chica estaba cada vez más triste y preocupada. Algo había pasado para que su amiga no volviera y le rogó al cielo que estuviera bien.
Por todos lados no se veían las caras risueñas de costumbre, muchos de los chicos no habían vuelto ese año, prófugos o desaparecidos, y se respiraba una atmósfera de tristeza general. Las mesas parecían más vacías, excepto la de Slytherin, allí todo era diferente. La profesora McGonagall apareció interrumpiendo los pensamientos de Julieta, junto a un grupo de nerviosos chicos de primer año, colocó el sombrero en el taburete y comenzó la selección. No duró mucho, había menos chicos que otros años y pronto se encontraron sentados en sus nuevas Casas. Snape se paró de la silla alta del director y el silencio se extendió por el lugar como una brisa helada.
_ Quiero darles la bienvenida a un nuevo año de colegio_ empezó a decir con su habitual voz fría_ tengo unos cuantos anuncios que hacer. Este año las cosas en Hogwarts van ser un poco diferentes, como ya saben el bosque prohibido esta obviamente prohibido para cualquier alumno, en las entradas se encuentran dementores que custodiarán el colegio debido a los últimos acontecimientos producidos el año escolar anterior. Los paseos a Hogsmeade serán supervisados por un profesor y no se les permitirá a los alumnos deambular por el pueblo solos. Las normas disciplinarias serán más estrictas y estarán a cargo de los profesores Carrow, aquí presentes. Les recomiendo para que no haya problemas dirigirse al despacho del señor Filch y consultar. Los profesores deberán dirigirse a los Carrow cuando tengan algún inconveniente disciplinario. La Copa de las Casas y la Copa de Quiddich se implementarán como de costumbre...Y creo que eso es todo.
La profesora McGonagall se acercó a él y le susurró algo al oído.
_ ¡Ah! Sí, gracias profesora. Tenemos nuevos miembros en el profesorado. El profesor Slughorn enseñará Pociones y será el nuevo jefe de la Casa Slytherin, Alecto Carrow enseñara Estudios Muggles y su hermano Amicus Carrow enseñará Defensa contra las artes Oscuras junto con Lucius Malfoy que dará Artes Oscuras.
Al escuchar esto hubo un revuelo entre los alumnos, que no podían creer que les iban a ensañar artes oscuras. El profesor Snape alzó las manos para exigir calma.
_Y el último año implementado por primera vez en Hogwarts, será impartido en su totalidad por ambos profesores Carrow y el profesor Malfoy.
_También este año son las competiciones interescolares y habrá un club de encantamiento, de transformaciones y de pociones. También se elegirá a un equipo de quiddich que representará al colegio y espero que todos los que participen dejen a esta honorable institución en un muy buen puesto. El mes entrante se tomarán los exámenes para conformar los diferentes equipos así que les recomiendo que se pongan a estudiar.
Acompañando a esta última parte del discurso hubo más conversaciones pero esta vez de entusiasmo.
_Bueno creo que eso es todo, ¡ahora a comer!_ dijo Snape y se sentó. Aparecieron los platos y fuentes con montañas de cosas deliciosas, y empezó el banquete.
_No habló nada de Dumbledore._ dijo una niña rubia que estaba frente a Julieta.
_ ¿Lo habrá matado él?_ le respondió su amiga.
_No sé, "El Profeta" dice que buscan a Potter porque creen que él está involucrado._ dijo la niña rubia.
_No creo que Harry lo haya matado_ se rió su amiga
_Yo no sé pero Potter siempre odió a Snape, ¿y si sólo lo quiere implicar para que todos lo odiemos?_ aventuró la niña.
Su amiga le respondió que estaba loca si creía que Harry había tenido que ver con la muerte del profesor Dumbledore y allí acabo la conversación. Pero con el pasar del tiempo Julieta escuchó más o menos lo mismo por todos lados, se dio cuenta de que había gente que creía que el culpable era el profesor Snape bajo las órdenes de Voldemort y otra que creía que era Potter. También se enteró de muchas cosas más, como que habían atacado el Ministerio de Magia y puesto un nuevo Ministro que obedecía órdenes directas de Voldemort, que estaban llamando a hijos de muggles para interrogarlos y les quitaban sus varitas, si es que no terminaban en Azkaban. Recibía tanta información de todos lados, y ella que había estado encerrada sin noticias todo el verano, se sintió abrumada. Todo eran malas noticias y al parecer Voldemort estaba tomando el control de todas las cosas, incluso allí en el colegio pero eso ella ya lo sabía. Lo único bueno que escuchó es que Harry había huido y nadie sabía dónde, que Ron estaba enfermo y que Hermione había huido del país, y que ninguno había sido hallado por los mortífagos, lo que era algo muy bueno, si bien Julieta no creyó la versión y pensó que los tres estaban juntos.
Al llegar el postre Julieta ya estaba tan horrorizada por las noticias, tan preocupada por el destino de Leanne y tan abrumada por todo que estaba a punto de explotar en llanto. Cuando Paul Jordan vino a acercarse a ella y le alivió un poco la existencia.
_Hola Julieta, ¿no sabes nada de Belle?_ le dijo decaído.
_No, nada... yo no sé nada de nada.
_ ¡Ah! Pensé que a lo mejor... es que desde la última carta que me mandó diciéndome que se iba fuera del país con sus padres no he sabido nada de ella.
_ ¿Está fuera del país? ¿Por qué?_ intervino Rose.
_Al parecer, tú sabes quién, los busca._ explicó Paul.
Si bien a las dos chicas les horrorizó esta nueva noticia de Belle se sintieron aliviadas al pensar que estaba bien y que estaba fuera del país, a los mortífagos les costaría encontrarlos.
Cuando terminó el banquete por poco no salió corriendo para ver a Damián y averiguar si sabía algo de Leanne, empujó y atropelló a varias personas pero no le importó. Damián, sin embargo, que estaba siendo conducido junto a su grupo de chicos de Slytherin por el profesor Slughorn, no pudo zafarse e ir junto a ella y sólo pudo hacerle un gesto diciéndole que al otro día hablaban. Julieta sin rendirse aún por obtener noticias de su amiga, volvió hacia el gran comedor para hablar con Severus pero el hombre no se veía por ningún lado. Derrotada y con lágrimas de desesperación en su cara, se dejó conducir por Rose hacia la sala común de Gryffindor. Su amiga intentó calmarla un poco pero la verdad es que las dos estaban bastante tristes, el año anterior habían sido cinco inseparables amigas y este año sólo habían vuelto dos.
El diario del príncipe:
El primer día fue un caos, entre todo lo que tenía que hacer, los nuevos cambios y las molestas preguntas de todos los profesores casi no tuve tiempo para nada. Sin contar con que la profesora McGonagall me acosaba más que nunca por los rumores que hay de Julieta y míos, la mujer no cree cuando le digo que no todo es cierto y temo que le haga preguntas a Julieta pero ya no sé qué hacer.
Casi no he podido estar junto a ella y cuando tuve un tiempo antes del almuerzo, luego de hablar con los repugnantes seres que custodia el colegio, no pude hallarla por ningún lado y cuando faltó al almuerzo me empecé a preocupar. La busqué por todas partes sin resultados y los profesores no ayudaron mucho, Minerva estaba histérica a punto de lanzarme un maleficio, me acosó como nunca, no sé qué creía esa mujer... ¿que la tenía encerrada en un armario de escobas? No sé pero eso contribuyó a desesperarme más si todo el mundo creía que le había hecho daño o algo así. Y luego me largó con que quería buscar en mis habitaciones privadas... ¡esa mujer está loca! Obviamente que le dije que no, no voy a permitir que nadie me humille así. Ya veo el año que me espera... a penas vea a Lucius Malfoy le voy a lanzar una maldición.
Pensé que los dementores la habían atacado y eso fue peor, casi me da un colapso. Estaba ya muy desesperado cuando al fin la encontré, estaba tirada en el pasto bajo el haya durmiendo... tenía ganas de matarla por primera vez desde que la conocí. La mocosa se despertó contenta y no pareció importarle todo lo que había pasado...Agggg estaba furioso. Pero claro, no me duró mucho, nunca puedo enojarme con ella en serio. Supongo que estaba feliz por ver de nuevo a sus amigos que vendrían junto a todos los estudiantes.
Cuando llegaron todos los estudiantes ya me dolía la cabeza, estaba muy cansado y Julieta no ayudó en nada. Normalmente con sólo verla me hacía sentir mejor pero esta vez fue diferente. Pude ver desde mi asiento elevado que recibió a Damián muy cariñosamente... eso no me gustó nada... no me agrada que sea así con él. El chico está cambiado, me resulta desconcertante mirarlo, parece como si me viera a mí mismo a su edad, con algunas obvias diferencias claro. Por eso creo que también me preocupa que sean tan unidos, tengo el temor de perderla. Durante el banquete me di cuenta que no se veía a Pratt por ningún lado, Julieta se veía muy triste y me preocupé realmente. Se suponía que debía estar allí, el Señor Tenebroso en persona se lo prometió. Temí que algo hubiera pasado y me propuse averiguar qué era.
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